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José Vasconcelos

(1882-1959)

Educador, filósofo, político


1908, Funda el Ateneo de la Juventud...

• Antonio Caso, Alfonso Reyes, Pedro Henríquez


Ureña y otros amigos...
1909, Conoce a Francisco I.Madero y se une
al Partido Antirreeleccionista...
“La biblioteca complementa a la escuela;
en muchos casos la sustituye
y en todos los casos la supera ”
José Vasconcelos
Oaxaca,
Participación revolucionaria
1920: lema de la UNAM
1920-1924 presidencia de Álvaro Obregón

- Creación de la S.E.P.
1922 : Muralismo mexicano
Siqueiros
José Clemente Orozco
Maestro...
• En esta foto, que fue tomada cerca de 1923, un grupo de niños estudian bajo la supervisión
de un maestro en la biblioteca infantil que abrió la Secretaría de Educación Pública en sus
locales de la calle de Argentina, en el centro histórico de la Ciudad de México. Sobre los
anaqueles de libros se aprecia la decoración mural que realizó el pintor Carlos Mérida y la
inscripción de un poema de la escritora chilena Gabriela Mistral sobre Caperucita Roja. En un
mismo espacio los niños conviven con el conocimiento contenido en los libros y la inspiración
convocada por las artes plásticas y literarias. Esta biblioteca sintetiza la utopía cultural de
quien fuera ministro de Educación en México de 1920 a 1924: José Vasconcelos.
organizó la primera campaña contra el
analfabetismo
No sólo analfabetismo, el problema era
general: “Alfabeto, pan y jabón”

Fotos de Antonio Castro García


Campaña contra el alcoholismo
• Del vómito a la sed
atado al potro del alcohol,
mi padre iba y venía entre las llamas.
Por los durmientes y los rieles
de una estación de rocas y de polvo
una tarde juntamos sus pedazos.
(Pasado en claro, 1974)
• Octavio Paz
Transformación en la educación
Campañas: lectura de los clásicos
Bibliotecas ambulantes
Ruptura con Álvaro Obregón
Candidato a la presidencia:La campaña vasconcelista avanzó sin
la oposición gubernamental, pero el 27 de enero de 1929, en
Guadalajara, sus seguidores sufrieron agresiones con palos,
machetes y hasta puñales, de las que resultaron varios de ellos
heridos, algunos de gravedad.
Vasconcelos, el hombre.
• Nació el 27 de febrero de 1882, en Oaxaca, Oaxaca, en la calle de
Cochinilla, manzana 18. Hijo de Ignacio Vasconcelos, un inspector de
aduanas, y de Carmen Calderón, mujer católica que le inculca una profunda
fe cristiana. En 1887 la familia se trasladó a Piedras Negras, Coahuila, en
donde su padre trabajó en la aduana de El Sásabe, frontera con Arizona.
Vasconcelos cursó su primaria en Eagle Pass, EUA, en donde aprendió el
idioma inglés. En el año de 1895 su familia se trasladó a la ciudad de Toluca
y después viajó a Campeche. Ahí, Vasconcelos realizó sus estudios
secundarios en el Instituto Campechano. En 1899, dejó a su familia para
viajar a la ciudad de México e ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria. En
1901 se inscribió en la carrera de abogado en la Escuela Nacional de
Jurisprudencia; a la vez que estudia, trabaja como amanuense en la Notaría
de Aguilar y Marocho, y es lector asiduo en la Biblioteca Nacional. En 1905
se recibió de abogado con la tesis Teoría dinámica del Derecho.
Primer matrimonio, 1906, Serafina Miranda = José Ignacio y
Ma. Del Carmen. (sí busqué fotos, pero no encontré...)
Elena Arizmendi, mencionada en “Ulises
criollo”.
Consuelo Suncin Saint-Exupéry
Antonieta Rivas Mercado: amores, proyectos
culturales y políticos
Segundo matrimonio 1943, pianista Esperanza
Cruz (33). El tenía 60, = Héctor Vasconcelos
“la historia no tuvo un final feliz” Héctor
Vasconcelos
• “Los estadios de sus vidas eran opuestos: él, a los sesenta y un años,
buscaba la tranquilidad y la creación filosófica ; ella, a los treinta y
cuatro, deseaba continuar con su carrera que en aquel momento se
encontraba en su apogeo. Sobre todo, surgieron los “celos infernales” a
que aludió mi padre en varias ocasiones. Ella se vio espiada durante
años por investigadores privados. Un vehículo la siguió secretamente
por meses a todas partes; al amparo de la noche, espías ocultos de
pronto se hacían visibles entre los árboles de las calles aledañas a su
casa de San Ángel Inn. Él inventó un personaje ficticio —el maestro
Alameda— para justificar sus celos. En el verano de 1944 se separaron
con el pretexto de un desacuerdo provocado por la asistencia de ella a
un concierto. En 1945 nací yo. Mi padrino de bautizo fue,
naturalmente, Luis Cabrera.”
• “Hacia 1950 se iniciaron trámites de divorcio. Los pormenores del
tormentoso proceso ocuparon algunos titulares de los periódicos
de la época, especialmente de los vespertinos como Últimas
Noticias y La Extra. Pero, abruptamente, él dio por terminado el
juicio ca. 1951 y ambos acordaron permanecer casados, si bien
separados. Durante los años cincuenta, hicieron algunos viajes
juntos, como el que emprendieron para asistir al Congreso de
Escritores Martianos en La Habana (1953), donde se encontraron
con Gabriela Mistral. Más adelante, creció el distanciamiento,
convertido ahora en indiferencia y una vaga hostilidad. Lo que
resulta indudable es que ésta fue la última de las legendarias
pasiones vasconcelianas: Antonieta Rivas Mercado, Consuelo
Sunsín Saint-Exupéry, Elena Arizmendi… “
• JOSÉ VASCONCELOS
MARZO 15 / 43
“Amor mío: Me he quedado al llegar a mi mesa mirando tu retrato de artista joven que me acabas
de dar. Lo he mirado, enternecido porque es retrato tuyo, y pasmado, de ver que la raza humana
pueda producir una criatura tan exquisita, tan maravillosamente dotada de genio y de gracia, de
pureza y de encanto; cara inocente y a la vez de profunda comprensión anticipada de la vida en lo
que tiene de honda y misteriosa. Inocencia y misterio; suave tesoro de emociones infinitas; ojos
que contagian de vaga tristeza; boca toda dulzura; manos de artista elegida; peinado cándido de
niña: en fin un ser adorable, fruto de selección que por sí solo basta para ennoblecer una raza. Te
agradezco el don de este retrato que, aunque fue un cartel para el público, yo no lo conocía. Pero
no es esto ni todo lo que he pensado, ni todo lo que quiero decirte y aquí consigno: lo que te digo
es que después de tus correspondencias de esta noche, te quiero más que antes; te digo también
que adorable como es tu retrato de niña prodigio y tu vida de artista joven, yo quiero más todavía
a la mujer que eres hoy: mujer magnífica por la comprensión, la pasión, la dulzura, por tu bondad,
por tu belleza, por tu genio que está en flor. Y te digo que te quiero y bendigo el momento de
ahora en que me has dejado quererte, en que me quieres también un poco.
Ya no me has escrito, dijiste hace unos instantes, y no lo había hecho porque no tenía que decirte
nada que no fuese insistir en que te amo...”

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