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CURSO: URBANISMO I

UNIDAD: I
TRABAJO GRUPAL: W - 1

RELACIÓN ENTRE

HÁBITAT - HABITAR

Y TERRITORIO
HABITATS 6.0’
http://www.youtube.com/watch?v=9IQHOnUaqBw PRINCIPIOS FILOSÓFICOS
01 HABITAT Y HABITAR 2.25’
http://www.youtube.com/watch?v=exxQhB_Cp1o

HABITAD HUMANO 6.58’


http://www.youtube.com/watch?v=ECWsazKrc8Y
INTRODUCCIÓN: HÁBITAT

El HÁBITAT como palabra y como concepto, pero sobre todo


como realidad, acaban planteando un problema por su
POLISEMIA.

La diferencia de significados hace que su enunciación,


sirva al propósito, planteamientos ideológicos y
pragmáticos con los cuales se han comprometido.

Convendría por lo por tanto reflexionar sobre este concepto:

Partamos del supuesto de que el HÁBITAT HUMANO no es


solamente un MEDIO NATURAL TRANSFORMADO.
-

El HÁBITAT humano no resulta de la sola


TRANSFORMACIÓN del medio natural.
INTRODUCCIÓN: HÁBITAT

Debido a que tanto los animales como el ser humano viven


en el mismo medio natural, se propende a creer que el
HÁBITAT, en tanto naturaleza real, es para los animales y
el hombre una misma realidad.

Para los primeros: es una naturaleza en la que se vive


para los segundos: es una naturaleza que se transforma para
vivir mejor.

Pero: ¿Es el hábitat humano sólo una naturaleza


transformada para vivir mejor?

Si así fuera, no cabría conceder ninguna diferencia entre MEDIO


TRANSFORMADO Y MEDIO HUMANIZADO.

El ser humano efectivamente transforma el medio, pero de ninguna


manera dicha transformación constituye, por sí misma, en el único
añadido fundamental que lo HUMANIZA
INTRODUCCIÓN: HÁBITAT

Al ser TRANSFORMADO por el ser humano, el MEDIO


NATURAL no se convierte en MEDIO HUMANIZADO

¿Qué es entonces eso que se le añade al medio que no


es la pura transformación?

Hay quienes afirman que lo que el ser humano añade al


medio natural, AL HUMANIZARLO, además de los cambios
físicos, ES UN CARÁCTER SIMBÓLICO.

Los ADOBES usados para construir los muros de una casa no son
sólo tierra, paja y agua moldeados en bloques de tales o cuales
medidas, sino que ellos mismos añaden a los muros, y por tanto, a la
casa en cuestión, UN CARÁCTER SIMBÓLICO, diferente del carácter
que se hubiera añadido, de haberse construido esos mismos muros
usando BLOQUES DE TABIQUE PREFABRICADOS.
INTRODUCCIÓN: HÁBITAT

En efecto, lo simbólico es un añadido humano que la


transformación trasmite, pero cabría preguntarse si lo
SIMBÓLICO ES LO ÚNICO que se añade al medio CUANDO
ÉSTE SE HUMANIZA.

Ciertamente los pájaros, cuando construyen su nido, no añaden


SIMBOLOGÍA alguna en tanto que ellos -hasta donde sabemos-
carecen de cultura, pero no podría decirse que lo SIMBÓLICO, por
más que sea un añadido humano al transformar el hombre el
medio, constituya lo que propiamente humaniza el espacio.

¿Qué es entonces ese añadido que no es sólo cambio


físico ni simbolización?

¿Qué añade el hombre al medio natural cuando lo


HUMANIZA?
INTRODUCCIÓN: HÁBITAT

Por AÑADIDO ha de entenderse aquello que se hace presente en el


medio una vez que aparece el hombre, y que no estaba antes de su
llegada. El añadido así entendido, constituye eso que por haber sido
añadido al medio natural, LO CONVIERTE EN MUNDO.

Hemos señalado dos añadidos no fundamentales:


TRANSFORMACIÓN - CARÁCTER SIMBÓLICO.

Es necesario agregar otros cinco fundamentales, para


considerar que el HABITAD se ha HUMANIZADO:
 
Primer añadido: Co-constitutividad y Co-determinación
Segundo añadido: Creación
Tercer añadido: Simbolización cultural
Cuarto añadido: Apertura, inestabilidad y riesgo
Quinto añadido: Libertad
Sexto añadido: Historia
Séptimo añadido: Proyecto de humanización
HÁBITAT

EL PRIMER AÑADIDO es EL HOMBRE MISMO COMO CO-


CONSTITUTIVO DEL PROPIO MEDIO. En virtud de este
añadido, EL HÁBITAT es la relación co-constitutiva con el
hombre. De ahí, que la noción de HÁBITAT no pueda más
usarse sino referida al HOMBRE.

El añadido, de CO-CONSTITUTIVIDAD y CO-


DETERMINACIÓN es, precisamente, el que define en primer
lugar al HÁBITAT como MEDIO HUMANIZADO.

En otras palabras, una vez que el HOMBRE se ha añadido al


medio natural, ha hecho aparecer el mundo, y así, en adelante,
sin hombre no habrá más mundo, y sin mundo no habrá
más hombre.

Tal condición añadida supone también el añadido de su CO-


DETERMINACIÓN: el hombre determina al mundo pero el
mundo determina al hombre
HÁBITAT

EL SEGUNDO AÑADIDO, los cambios, en toda transformación,


tienen un primer carácter que es el de la modificación, es decir
que las cosas al cambiar cobran un modo distinto del original, se
modifican. Pero los cambios también tienen un segundo carácter
que es el de LA CREACIÓN.

Las ciudades, vistas desde lo alto, podrían parecer similares, tanto


en el espacio como en el tiempo; pero mirando con más cuidado y
más de cerca, cada ciudad, cada barrio, cada casa, cada habitación,
cada cosa, muestra en sí misma el efecto de un tipo de respuesta
humana diferente en cada caso, un tipo de respuesta siempre
singular, y por lo mismo, siempre propia

Si bien, en un primer nivel, el hombre modifica el medio, en un


segundo nivel, el hombre, al modificarlo más allá del
encerramiento en que se encuentran las cosas prefijadas y
determinadas, CREA modos indeterminados; no sólo modifica
las cosas, sino que CREA cosas nuevas, es decir, CREA EL
MUNDO.
HÁBITAT

EL TERCER AÑADIDO, es la SIMBOLIZACIÓN hecha por el


hombre, pero no en tanto simples comunicaciones, por más
sofisticadas que estas puedan ser, sino en tanto que AL
SIMBOLIZAR, el hombre conserva o revoluciona su cultura.

Por tanto, en virtud de este tercer añadido,


EL HÁBITAT ES SIMBOLIZACIÓN CULTURAL.

EL CUARTO AÑADIDO, es LA APERTURA HUMANA, y sus


respectivas consecuencias: la inestabilidad, el riesgo y la
incertidumbre.

El medio natural específicamente determinado y por tanto estable


y seguro, es, con la llegada del HOMBRE, un mundo abierto
generalmente indeterminado, y por tanto, inestable y en
riesgo. Al CREAR el mundo, el HOMBRE introduce LA
INESTABILIDAD Y EL RIESGO, Y CON ELLO, LA
INCERTIDUMBRE.
HÁBITAT

EL QUINTO AÑADIDO es LA LIBERTAD Y LA


RESPONSABILIDAD HUMANA. En virtud de este añadido, el
HÁBITAT es para el hombre, sobre todo, UNA CARGA.

En virtud de su libertad, el hombre no puede hacerse a un lado


porque su relación con el mundo es constitutiva y su carácter
de esencia abierta lo obliga a constituirse <con> y <en> el
mundo.

Puede encargarse de esa CARGA con gusto, o puede


hacerlo a disgusto, pero no puede evitarla por más que
quiera ignorarla o hacerla a un lado.

El hombre está constitutivamente comprometido con ella.

Encargarse de esa CARGA es lo que hace que EL SER


HUMANO SEA, PRECISAMENTE, UN SER HUMANO.
HÁBITAT

EL SEXTO AÑADIDO es ACTUALIZACIÓN HISTÓRICA,


pero no como pura información del pasado, sino en tanto
praxis individual, comunitaria, social y planetaria de
actualización histórica. Por tanto, en virtud de este sexto
añadido, EL HÁBITAT ES HISTORIA.

EL SÉPTIMO AÑADIDO PROYECTO DE HUMANIZACIÓN,


es el imaginario individual, comunitario, social y
planetario, que el hombre, en tanto especie incompleta,
se propone construir como posibilidad de sí mismo y del
mundo que quiere posibilitar para las generaciones
futuras.

Por tanto, en virtud de este séptimo añadido, EL HÁBITAT


ES POSIBILIDAD, Y POR TANTO:
PROYECTO DE HUMANIZACIÓN
HÁBITAT

BIBLIOGAFIA

HABITAT: ¿MEDIO TRANSFORMADO O MEDIO HUMANIZADO? UNA PERSPECTIVA


DESDE EL PENSAMIENTO DE XAVIER ZUBIRI.
http://www.google.com/#sclient=psy&hl=es&q=HABITAT:+%C2%BFMEDIO+TRANSFORMAD
O+O+MEDIO+HUMANIZADO%3F+UNA+PERSPECTIVA+DESDE+EL+PENSAMIENTO+DE+
XAVIER+ZUBIRI.+&aq=&aqi=&aql=&oq=&pbx=1&fp=c44964abb843341a
http://www.aragon.unam.mx/posgrado/web/Matices/matices._2.pdf

EL HÁBITAT: MUTACIONES EN LA CIUDAD Y EL TERRITORIO Fernando Gordillo Bedoya,


Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca (Colombia)
www.revistatabularasa.org/numero_tres/gordillo.pdf

HÁBITAT, TERRITORIO Y PODER: UNAS APROXIMACIONES. Fabián Zuleta., 1993


http://agora.unalmed.edu.co/docs/fbz05-HabitatTerr.PDF
HABITAR
SEGUN
IVAN ILLICH
HABITAR

ES LA

HUELLA

DE LA VIDA
HABITAR

Illich en su texto “El mensaje de la choza de Gandhi” dice:

«Las bestias tienen madrigueras; el ganado, establos; para los


coches hay cocheras. Sólo los hombres pueden HABITAR.
Habitar es un arte. Únicamente los seres humanos aprenden
a habitar.»

Insiste en la profunda relación entre HABITAR Y VIVIR, y en


sus derivaciones: la habitación, como huella de la vida (nunca
acabada, nunca completamente planificada), florece y decae al
compás de los esplendores y fracasos de sus habitantes.

«La casa no es una madriguera ni una cochera. En muchas


lenguas, en vez de HABITAR puede decirse VIVIR. ¿Dónde
vive usted?, preguntamos, cuando queremos saber el lugar
donde alguien habita. Dime cómo vives y te diré quién eres.»
HABITAR

Considera Illich que, al igual que en otros ámbitos, en el campo


que ahora denominamos la vivienda, ha habido una pérdida:

«La equiparación de HABITAR con VIVIR procede de una


época en la que el mundo era HABITABLE y los hombres
HABITANTES. Toda actividad se reflejaba y repercutía en la
HABITACIÓN. LA HABITACIÓN era siempre HUELLA DE LA
VIDA».

Una huella que podía adoptar múltiples formas, pero siempre


dejaba rastros, señales, vestigios. Y siempre, era
permanentemente inacabada.

Como elemento vivo, reflejo de la vida, siempre se


considerada inacabada hasta que concluyera la vida de los
moradores.
HABITAR

«LA VIVIENDA TRADICIONAL nunca estaba acabada en el


sentido en que hoy decimos que un bloque de pisos o de
apartamentos se entrega llave en mano. »

« A diario remiendan la tienda sus moradores, la levantan, la


extienden, la desmontan. La casa de labor florece o decae con la
prosperidad y el número de sus ocupantes; a menudo puede
apreciarse desde lejos si los hijos han abandonado ya el hogar
paterno o si los viejos han muerto.»

LOS BARRIOS DE LA CIUDAD CORRÍAN UNA SUERTE PAREJA

<Un barrio de una ciudad nunca estaba terminada>”

Hasta la época de los soberanos absolutos, en el siglo XVIII, los


barrios residenciales de las ciudades europeas eran el resultado no
planificado de la interacción de numerosos artistas
constructores.»
HABITAR

UN TERRITORIO

ES RECONOCERLO

RECORRERLO
HABITAR

Habitar un territorio es marcarlo, pero también es


RECONOCERLO Y RECORRERLO.

Ivan Illich solía hablar del «equilibrio múltiple»; y


recordaba que la vida humana sólo se da en una
situación de equilibrio de numerosas facetas y
dimensiones.

VAMOS AHORA A SEÑALAR una serie de campos


relacionados con el hecho de habitar (un territorio, un
barrio una ciudad,), e indicar en ellos LAS
CONDICIONES DE EQUILIBRIO que posibilitan la vida y
nos permiten, en consecuencia, CONSIDERARNOS
HABITANTES:
HABITAR

a) HABITAR UN TERRITORIO ES RECORRERLO A PIE.


Sólo así es posible crear un ambiente a lo largo de la propia
ruta.

Al andar, se quiebra el monopolio sobre la imaginación


del consumidor, en cuanto al transporte y la movilidad. Al
andar, se responde a la capacidad innata de moverse.

Pero puede no bastar los pies. «En términos de circulación,


éste es el mundo de aquéllos que han ensanchado su
horizonte a trece kilómetros, montados en su bicicleta ».

El mundo esta marcado por una variedad de motores


subsidiarios para cuando la bicicleta no basta y cuando un
aumento en el empuje no obstaculiza ni la equidad ni la
libertad». PERO LA BASE INSUSTITUIBLE DEL MOVIMIENTO
ES EL ANDAR.
HABITAR

b) HABITAR UN TERRITORIO ES TAMBIÉN VIAJARLO


«Cualquier lugar está abierto a toda persona
que lo viaja sin roturar la tierra» .

Viaje corto, pero igualmente la posibilidad de los viajes


largos, donde el mundo está a disposición de todos,
a su albedrío y su velocidad, sin prisa o temor, por medio
de vehículos que cruzan las distancias sin roturar la tierra,
sobre la cual el hombre ha caminado con sus pies por
cientos de miles de años.

Al viajar se atiende a la necesidad de búsqueda, a la


persecución de lo que enseña el vacío, el silencio, de
lo que no se muestra con la evidencia: esta es una
forma de viaje radicalmente amenazada hoy.
HABITAR

c) HABITAR DEMORARSE EN ÉL Y SOBRE Él. Perder el tiempo,


calentarse al sol. Estar, sin hacer nada, en los lugares: la contemplación,
es la pulsión de la inacción, el descanso, la respiración. Una
contemplación siempre vista con recelo por el sistema (por
cualquier sistema), si no va acompañada de alguna componente
económico.

d) HABITAR UN ESPACIO ES RECORDARLO (aludir a los precedentes,


conjugar sobre él metáforas), SOÑARLO (abrirlo al horizonte),
RECORDAR SOÑANDO.

Porque, en efecto, HABITAR ES SOÑAR: «Los sueños han dado


forma siempre a las ciudades; y las ciudades, a su vez, han
inspirado sueños». Habitar un territorio es, digámoslo otra vez, tomarlo
y marcarlo; aun bien con nuestras emociones, sentimentalmente, y con
nuestras ilusiones.

¿Qué equilibrios, hay que garantizar?


LA MOVILIDAD, EL DESCANSO, LA CONSERVACIÓN
Tres facetas radicalmente amenazadas
HABITAR

UN TERRITORIO

ES CONVIVIRLO
HABITAR

LA CONVIVENCIA es la acción de las personas que participan


en la creación de la vida social. Para Illich, «trasladarse de la
productividad a la convivencialidad es sustituir un valor
técnico por un valor ético, un valor material por un valor
logrado».

La convivencialidad es «la libertad individual, realizada


dentro del proceso de producción, en el seno de una
sociedad equipada con herramientas eficaces».
Implica renunciar a la sobreabundancia y al superpoder (ya
se trate de individuos o de grupos).

Lo cual redunda en renunciar a la ilusión que sustituye la


preocupación por el prójimo, por lo más próximo, por la
insoportable pretensión de organizar la vida en las
antípodas.
HABITAR

Habitar una región es sentir, asumir, valorar la presencia de


las comunidades que la pueblan.
Lo que significa, en primer lugar, el derecho a un HÁBITAT
COMUNAL.

El arte de habitar no sólo crea espacios interiores. También


fue siempre y en todas partes habitable el espacio situado más
allá de nuestros umbrales.

«Aún hoy, en muchos países, existe gente que pasa una buena
parte de su vida en la calle »

Este espacio habitable fuera del propio hogar son las zonas
comunales, lugares que sirven a muchos grupos y a cuyo uso
todos tenemos derecho, aunque sólo en la forma
comúnmente reconocida por la comunidad.
HABITAR

“El portorriqueño que llega a Nueva York utiliza la calle con toda
naturalidad como un bien común. Y el turco residente en Berlín
sigue practicando su costumbre de sentarse en una silla en la
calle a charlar, apostar, discutir o hacerse servir un café”

Muy lentamente, estos personajes caerán en la cuenta


que el progreso ha convertido las calles en carreteras y
el tráfico rodado amenaza a puestos callejeros, al
chismorreo, al juego y al trabajo.

Hasta ahora, el progreso económico ha supuesto


siempre y en todas partes la ruina de las zonas
comunales y la reclusión de las personas en jaulas de
cemento:

ASÍ, POCO A POCO, EL MUNDO SE HA VUELTO


INHABITABLE
HABITAR

Habitar un mundo significa depender de otros en el acto


mismo de habitar (y asumir esa dependencia personal). Es
intervenir en su transformación humana: participar.

En este sentido, participar significa vivir y relacionarse de


un modo diferente. Pero «sobre todo implica la
recuperación de la libertad interior propia, es decir,
aprender a escuchar y compartir, libre de cualquier
miedo, creencia o juicio predefinidos.

En la medida en que la libertad interior no es


necesariamente dependiente de la libertad exterior, su
recuperación es una cuestión esencialmente personal, y
puede llevarse a cabo aun en la cárcel, o bajo las
condiciones más represivas».
HABITAR

Esa libertad habilita a uno para el florecimiento de la propia vida,


pero también para contribuir de forma realmente significativa
a la lucha por una mejor vida de todos los demás

En este caso, «la libertad interior le da vida a la libertad


externa, haciéndola posible y dándola sentido».

Lo que exige el uso de la RAZÓN


de esa razón común que nos habita a todos

Y como condición de convivencia: LA AUSTERIDAD, LA


RENUNCIA (que no excluye, en absoluto, los placeres, sino
sólo los que degradan la relación personal)
HABITAR

Illich, señala como una de las piedras angulares de su


pensamiento el concepto del «umbral de mutación». El umbral
en el que, al verse superado, se rompe algún equilibrio social
básico.

En lo que nos ocupa seria:


EL LÍMITE QUE SEPARA EL TERRENO INHÓSPITO DE LO
HABITABLE.

En este sentido puede hablarse de la última mutación que


afecta al territorio y las ciudades:

LA DE LA HOSPITALIDAD

Que no puede definirse desde la arrogancia del técnico (esas


«figuras de una caridad pervertida»), sino como condición de
que las personas puedan mirarse cara a cara, sin
intermediarios.
HABITAR

HABITAR es abrir el territorio, la ciudad, AL DE


FUERA para que lo recorra, lo comparta, lo construya, lo
entienda.

HABITAR un territorio es apropiárselo (HACERLO


PROPIO), pero también EXTRAÑARLO (ABRIRLO AL
OTRO). Es Incorporarlo al juego de los signos de
apropiación y extrañamiento.

Karl Polanyi, plantea esta idea: “en nuestra sociedad


conviven superpuestos dos dominios, dos mundos:
uno dominado por la economía del mercado único (con
la tecnocracia, el progreso técnico, la tecnoutopía); y otro
propio de la protección social. Este último sería el
que permite y conserva la habitabilidad, en el mismo
espacio que quiere a su vez hacer suyo el mercado.
HABITAR

ES

CONSTRUIR
HABITAR

HABITAR ES CONSTRUIR. Usando sus manos y sus pies las


personas transforman el espacio, SIMPLE TERRITORIO
PARA EL ANIMAL, EN CASA Y PATRIA.

Puede ayudarse en su quehacer de herramientas, de


máquinas. Aunque «más allá de un cierto punto, el uso de
energía motorizada inevitablemente empieza a oprimirlo».

Por eso decimos que HABITAR es hacer, manipular,


utilizando una herramienta manejable y manipulable, por
medio de la tecnología denominada intermedia.

«Desde el momento en que se te hace necesario un


micrófono, te subes inevitablemente a una plataforma
demagógica». Y algo parecido podría decirse del coche o
del ordenador.
HABITAR

Es lógico que Illich valorase la autoconstrucción. En la


introducción (Il potere di abitare) escribió:

«Hablamos de la fabricación de la vivienda o de la entrega a la


asistencia médica. Los hombres ya no se consideran aptos
para construirse sus viviendas ni para curarse a sí mismos ».

Y sin embargo dice, “sólo a través de esas acciones


(cuidarse, construir la propia morada, cuidar al vecino,
colaborar en las construcciones de los vecinos) se vive la
libertad.”

«Debe quedar claro que la dignidad del hombre sólo será


posible en una sociedad autosuficiente, y que disminuye
al desplazarse hacia una industrialización progresiva».
HABITAR

Habitar un territorio es construirlo, valorando los


materiales primeros que ponen en marcha la
imaginación material. Y los vestigios (de un mundo
pasado) en el lugar, donde la economía queda afuera.

Illich advierte de la conveniencia de observar la evolución


de varios umbrales de mutación, cuyo desbordamiento
quebraría la posibilidad de habitar:

a) Habitar es ser consciente «del espacio vital y la


limitación temporal» La persona INTEGRA a los dos
por medio de su acción. La energía, transformada en
trabajo físico le permite integrar su espacio y su
tiempo. «Privado de energía suficiente se ve
condenado a ser un simple espectador inmóvil en un
espacio que le oprime».
HABITAR

b) Habitar un territorio es construirlo, atendiendo al


impulso natural a la construcción, excluyendo el uso
herramientas opresoras.

Pero en los últimos tiempos la evolución de la construcción


de la ciudad se ha dirigido en sentido contrario. Illich nos
ofrece su propio relato de estos hechos:

«En la primera mitad del siglo XIX, el capitalismo y la revolución


industrial produjeron cambios drásticos en la configuración de las
ciudades, especialmente en la Europa noroccidental.

Cada vez más gente fluía a los viejos barrios, proliferaban las
fábricas y los humos industriales flotaban sobre las calles
cubiertas de aguas de albañal. Superpoblada y desordenada, LA
CIUDAD ENFERMA, demandaba un nuevo tipo de planeamiento que
diera soluciones al desenfrenado caos urbano».

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