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LA PIRÁMIDE DEL

CRECIMIENTO
CRISTIANO
“Antes bien, creced en la
gracia y el conocimiento
de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo” (2
Ped. 3:18).
 “…Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe
y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud
de Cristo; para que ya no seamos niños
fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento
de doctrina, por estratagema de hombres que para
engañar emplean con astucia las artimañas del
error, sino que siguiendo la verdad en amor,
crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto
es, Cristo” (Efe. 4:13-15).
 “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto
tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar
cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de
Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de
leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa
de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es
niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado
madurez, para los que por el uso tienen los sentidos
ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (Heb.
5:12-14).
 “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la
doctrina de Cristo, vamos adelante a la
perfección; no echando otra vez el
fundamento del arrepentimiento de obras
muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de
bautismos, de la imposición de manos, de la
resurrección de los muertos y del juicio
eterno. Y esto haremos, si Dios en verdad lo
permite” (Heb. 6:1-3).
PIRÁMIDE DE LAS
MOTIVACIONES DE
ABRAHAM MASLOW
PIRÁMIDE DEL
CRECIMIENTO ESPIRITUAL
PIRÁMIDE DEL
CRECIMIENTO ESPIRITUAL
PIRÁMIDE DEL
CRECIMIENTO ESPIRITUAL
PIRÁMIDE DEL
CRECIMIENTO ESPIRITUAL
PIRÁMIDE DEL
CRECIMIENTO ESPIRITUAL
PIRÁMIDE DEL
CRECIMIENTO ESPIRITUAL
PIRÁMIDE DEL
CRECIMIENTO ESPIRITUAL
PIRÁMIDE DEL
CRECIMIENTO ESPIRITUAL
“Entonces volvió Moisés a Jehová, y
dijo: Te ruego, pues este pueblo ha
cometido un gran pecado, porque se
hicieron dioses de oro, que perdones
ahora su pecado, y si no, ráeme
ahora de tu libro que has escrito”
(Éxo. 32:31, 32).
“Verdad digo en Cristo, no miento, y mi
conciencia me da testimonio en el
Espíritu Santo, que tengo gran tristeza y
continuo dolor en mi corazón. Porque
deseara yo mismo ser anatema, separado
de Cristo, por amor a mis hermanos, los
que son mis parientes según la carne”
(Rom. 9:1-3).
“Entre tanto, los discípulos le rogaban,
diciendo: Rabí, come. El les dijo: Yo tengo
una comida que comer, que vosotros no
sabéis. Entonces los discípulos decían unos a
otros: ¿Le habrá traído alguien de comer?
Jesús les dijo: Mi comida es que haga la
voluntad del que me envió, y que acabe su
obra” (Juan 4:31-34).
“Cuando el yo está sumergido en Cristo,
el amor brota espontáneamente. La
plenitud del carácter cristiano se alcanza
cuando el impulso a ayudar y bendecir a
otros brota constantemente de adentro”
(Palabras de vida del gran Maestro, p.
317).

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