Está en la página 1de 23

Cuento: “Mi cuerpo

me pertenece”

Por: Carolina Beigbeder de Agosta


Rosa Inés Colombo
Hola este soy yo, y
aunque me parezco
un poco a mi mamá y
a mi papá, yo soy yo.
Cuando era bebé mi
cuerpo era pequeño.
No podía pararme
solito. Tenían que
hacerme upa todo el
tiempo
Después fui
creciendo. Mi
cuerpo se hizo más
y más grande . Ya no
uso más batitas de
bebé, baberos, ni
chupetes.
Ya soy todo un
chico grande. Me
gusta como soy, me
gusta mi cuerpo,
porque es mío, MÍO
solamente.
A veces me gusta
darle la mano a una
niña que me gusta, a
una amiga. Me pone
contento.
Todavía me gusta
que me alcen, como
cuanto papá me
hace upa y estoy
re-alto.
O como cuando la
tía me tenía en la
falda y me decía
algo lindo
Estar con niños
pequeños y darles la
mano para jugar
también es lindo.
Me encanta las
cosquillas en la
panza. No paro de
reírme.
Pero a veces me
pongo triste porque
hay cosas que no me
gusta que me hagan.
No me gusta cuando
las cosquillas son
tan fuertes que me
duelen y, aunque
diga “basta”, no me
escuchan y siguen
molestándome. ¿Ves
mi cara de enojado?
Tampoco me gusta
que me ensucien
cuando me dan un
beso, como cuando
mi amiga toma un
helado y no se
limpia la boca.
Odio cuando los
perros me lamen la
cara. No me gusta.
También me
molesta cuando las
amigas de mi mamá,
las tías o abuelas
me aprietan fuerte
los cachetes y me
llenan de besos.
Pero yo puedo decir
“BASTA”. Puedo decir,
por ejemplo: “No me
hagas esto, no me gusta”.
Tengo derecho porque
después de todo MI
CUERPO ME
PERTENECE y YO
DECIDO si quiero que
me toquen.
Puedo decirle a mi
amiga “No me hagas
cosquillas fuertes, no
me gustan. Así no
juego más”, aunque
ella se enoje, no
importa. Tengo
derecho porque ES
MÍ CUERPO.
A veces no es una amiga
o amigo el que molesta.
A veces es una persona
mayor que yo conozco.
Pero, aunque me dé
vergüenza o miedo,
también a él puedo
decirle “No me toques,
que eso no me gusta”.
Otras veces alguna
persona mayor puede
pedirme que lo toque de
alguna manera que a mí
me hace sentir incómodo.
Es un momento confuso.
No lo sé muy bien, pero
esas caricias que me
piden no me hacen sentir
bueno, no me gusta
hacerlas. Entonces,
aunque esa persona se
enoje, yo tengo el
derecho de decir “NO”
“No te toco ahí, eso no
me gusta, no quiero
hacerlo”.
Acuérdate: nadie
puede obligarte a
tocar a otro de una
manera que no te
gusta.
Tampoco tienes que
dejarte tocar de
una forma que te
haga sentir mal.
Tienes derecho a
negarte porque TU
CUERPO ES TUYO
SOLAMENTE. Tú
eres su DUEÑO.
Tú eres quien puede
elegir a quién
quieres abrazar y
cuándo hacerlo.
No te olvides nunca
que: “TU CUERPO TE
PERTENECE SÓLO A
TI, ES TUYO
SOLAMENTE”.

FIN

También podría gustarte