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Investigación de hechos de tránsito terrestre

El manicomio posmoderno forense

JUAN MARTÍN HERNÁNDEZ MOTA


Causas, opiniones

HOMBRE VEHÍCULO VÍA

1 Distracción, somnolencia, exceso de 2 Falla mecánica, inadecuada adherencia de 3 Mal diseño carretero, inadecuada
velocidad. neumáticos, deficiente diseño de seguridad señalización, piso deslizante, falta de
pasiva del vehículo. peralte, factores climáticos adversos, etc.
Los hechos

Generalmente se cree que los hechos tienen la última


palabra, que poseen una luz que doblega los puntos de vista
discordantes y que ante ellos no nos queda nada más que
aceptar su irrebatible evidencia. Sin embargo, los hechos
cuando son captados por las personas se integran como
datos en el modelo de interpretación de cada quien y,
entonces, “los hechos” tienen tantos significados como
tantos sean los modelos en los que se insertan.

¿Qué tipo de huella observa el


perito?
La supuesta infalibilidad del perito ante la fundamentación de los hechos

Causa del hecho


Sucede lo siguiente:
¿Hombre , vía, vehículo?
Para cada uno de los contendientes en una discusión, o para peritos en la
1 defensa de su dictamen, los hechos no solo tienen un significado diferente,
sino que son vistos como hechos diferentes.

2 El modelo de interpretación o la cosmovisión que cada perito no provoca tan


sólo que se aprecien diferentes facetas del mismo hecho, sino que el mismo
hecho es experimentado como un hecho distinto..

3 Apelar a los hechos para que estos digan la última palabra no es, pues, un recurso
para unificar los criterios; eso era antes: cuando la visión occidental, objetiva y
analítica, no se había rendido ante la evidencia de ser un punto de vista más entre
los otros, y defendía su método como El Método y su verdad como La Verdad.

4 Ahora, en esta posmodernidad de facto, hasta la ciencia Física ofrece tímidamente


sus teorías y las presenta sin la pretensión de que sean la verdadera estructura de lo
real: son modelos que integran racionalmente los datos y su ventaja, en todo caso,
es tan sólo su capacidad de previsión, no que así sea lo real, sino simplemente que
así se puede obtener un determinado provecho
Los hechos han perdido su contundencia. Todo es interpretación.

Qué tiempos aquellos en que Ser y Pensar eran la misma


cosa; hoy cada quien en su mundo portátil se ve obligado
a una convivencia democrática y tolerante con los distintos
puntos de vista, pues se asume que ninguno de ellos es el
punto de vista absoluto, objetivo, definitivo y verdadero.
Comparación, similitud

Durante décadas, el procedimiento de los


científicos forenses se basó en la comparación
visual buscando la similitud física con la
evidencia recogida en la escena del crimen.
Esto derivó en una clara inexactitud ya que no
existía —ni existe— una base de datos global
en la que comparar este tipo de pruebas.
Limitaciones forenses

“Los estudios han mostrado cómo los expertos


no pueden ni siquiera decir si una marca de
mordida es humana, como para pretender
reconocer quién la dejó”, Alicia Carriquiry,
responsable del Centro de Excelencia de Ciencia
Forense de la Universidad Estatal de Iowa
(Estados Unidos).

Aunque en otras áreas como los análisis de


pisadas o de marcas de herramientas, los
emparejamientos son un poco más precisos,
siguen sin ser claros.
Limitaciones forenses

Es cierto que hay muchas personas condenadas en


base a pruebas periciales, que resultaron ser falsas.
Muy pocas pruebas nos llevan a la verdad absoluta.
Los peritos dudamos menos de lo que debiéramos.
El ego forense

La salud mental consiste en no tomarse


desesperadamente en serio las propias certezas
o, como se aconseja, no creerse todo aquello
que uno piensa. Porque uno cree y piensa que lo
que ve y le consta ES como lo ve y le consta; sin
embargo, los hechos son según el contexto en el
que aparecen y cada quien, como los fotógrafos,
elige el sector y el encuadre que presentan los
hechos de una manera u otra.
A manera de conclusión

Cuando voy por las calles seguro de que camino por el piso, me basta con ver a alguien que
elude pasar debajo de una escalera, o que lleva cargando una imagen religiosa, o que clava un
cuchillo en la tierra para impedir que llueva, o que mira con profunda tristeza el aparador de
una marca incomprable, o que se rehusa a ingerir medicinas, o que manotea para espantarse a
los fantasmas que a su juicio lo persiguen… me siento no parado en el suelo real, sino como
uno más de este manicomio sin paredes donde cada normal vive convencido de que su sueño
es lo cierto.

Adaptación libre al texto; El manicomio posmoderno


Oscar de la Borbolla

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