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América latina:

Encuentro de pueblos y
culturas
“Las semillas del Verbo”
(P. 401) presentes en las culturas
indígenas, facilitaron encontrar en el
Evangelio respuestas a sus
aspiraciones. “Cristo era el Salvador
que anhelaban silenciosamente” (B
XVI-SD 15).
La Iglesia está
llamada a repensar y
vitalizar la novedad
del Evangelio, desde
un encuentro
personal y
comunitario con
Jesucristo que suscite
discípulos y
misioneros.(11)
Una fe católica reducida a
bagaje, a elenco de
normas y prohibiciones, a
devociones fragmentadas,
a una participación
ocasional en algunos
sacramentos, a la
repetición de principios
NO SE SOSTIENE.
“A todos nos toca
recomenzar desde Cristo”.
(NMI 28-29).
No se comienza a
ser cristiano por
una decisión ética
o una gran idea,
sino por el
encuentro con
acontecimiento,
con una Persona,
que da un nuevo
horizonte y
orientación
decisiva!!. (12)
En A.L y el Caribe,
cuando muchos pueblos
se preparan para celebrar
el bicentenario de su
independencia, el desafío
es revitalizar nuestro
modo de ser católicos y
nuestras opciones
personales por el Señor,
para que la fe se arraigue
como encuentro
vivificante con Cristo.
(13)
Aquí está el reto que
afrontamos: mostrar la
capacidad de la Iglesia, para
promover y formar
discípulos y misioneros que
respondan a la vocación
recibida y comuniquen por
doquier en desborde de
gratitud y alegría el don del
encuentro con J.C. No
tenemos otra prioridad que
ser instrumentos del
Espíritu en la Iglesia. (14)
En el encuentro con
Cristo, queremos
expresar a la alegría
de ser discípulos y
ser enviados con el
TESORO DEL
EVANGELIO.
Ser cristiano no es
una carga, es UN
DON DEL PADRE
EN JESUCRISTO.
(28)
La alegría del
encuentro con J.C,
Hijo de Dios,
encarnado y
redentor, deseamos
que llegue a todos los
hombres y mujeres
al borde del camino,
pidiendo limosna y
compasión (Lc. 10,
29-37; 18, 25-43).
(29)
Esfuerzos pastorales
orientados al encuentro con
JC siguen dando fruto::
•Formación de catequistas.
•Renovación Litúrgica.
Aprecio a los sacerdotes,
Testimonio de vida y trabajo.
•Diaconado permanente en
algunas Iglesias.
•Esfuerzo formativo en
Seminarios y Casas de
formación.
•Diversos métodos de nueva
evangelización, SINE, PDR/E
otros.
•DSI riqueza invaluable, que
anima el testimonio y la acción
solidaria entre los laicos.
La misión no se limita a
un programa o proyecto,
sino que es compartir la
experiencia del
acontecimiento del
encuentro con Cristo,
testimoniarlo y
anunciarlo de persona a
persona, de comunidad a
comunidad, de la Iglesia a
todos los confines del
mundo (Hch. 1,8). (145)
Salió Jesús al encuentro de
situaciones muy diversas:
hombres y mujeres, pobres y
ricos, judíos y extranjeros,
justos y pecadores…
invitándolos a todos a su
seguimiento. Por esto el
discípulo misioneros ha de ser
un hombre o una mujer que
hace visible el amor
misericordioso del Padre
entre pobres y pecadores.
(147)
(Está por construir esta
cristología y esta eclesiología
(Taller l..A Ap.)
Jesús elige a los 12 para
vivir en comunión con Él
(Mc. 3,14) favorecer el
encuentro y evaluar la
misión. Jesús les dice:
“Vengan uds. solos a un
lugar deshabitado para
descansar un poco” (Mc.
6, 31-32). En otras
oportuni-
dades, se encontrará a
solas para explicarles el
misterio del Reino (Mc.
4, 11.33-34) y con el
grupo de los 72 (Lc. 10, 17-
20). (154)
La comunidad
misionera
diocesana,
debe salir al
encuentro de
quienes aún no
creen en
Cristo. (168).
1. Encuentro personal
con Jesucristo.
Experiencia profunda e
intensa, a través del
anuncio kerygmático y
el testimonio de los
evangelizadores.
2. Vivencia comunitaria.
Comunidades donde se
sientan acogidos,
valorados, incluidos
visiblemente.
3. Formación “bíblico-
doctrinal”, herramienta
fundamental, única
manera de madurar su
experiencia religiosa y de
fe.
4. Compromiso misionero de
toda la comunidad, que
sale al encuentro de los
alejados, se interesa por
ellos, los invita a volver a
la Iglesia. (226)
Una auténtica propuesta de
encuentro con JC, debe
establecerse sobre el
fundamento de la Trinidad-
Amor.
El Padre nos atrae por medio
de la entrega Eucarística de su
Hijo (Jn. 6,44) y en el
realismo de la Encarnación,
por la que podemos: oir, ver,
contemplar y palpar con
nuestras manos la Palabra de
Vida. (Jn. 1,1). (240 241 242)
EL DISCÍPULO. No se
comienza a ser discípulo por
una decisión ética o una
gran idea, sino por el
encuentro con un
acontecimiento, con una
Persona que da nuevo
horizonte y orientación
decisiva. Esto es lo que los
Evangelios nos han
conservado como inicio del
cristianismo.
¿Qué buscan? (Jn. 1,38)
Desde nuestro continente se
levantan las preguntas:
¿Maestro dónde vives?
(Jn. 1,38)
“Vengan y lo verán”
(Jn 1,39)

¿Dónde encontramos un
auténtico proceso de
conversión, comunión y
solidaridad?. ¿Cuáles los
lugares, las personas, que
nos ponen en comunión
contigo?.
1., “ La Iglesia es
nuestra casa”, En
la Iglesia católica
tenemos todo lo que es
bueno, todo lo que es
motivo de seguridad y
de consuelo”. …(B.
XVI) ( 246)
2. “Al iniciar la nueva
etapa que la Iglesia
misionera de A.L y el
Caribe, se dispone a
emprender el
conocimiento profundo
y vivencial de la
Palabra de Dios. Por
esto hay que educar al
pueblo en la lectura y
meditación de la
Palabra …” (B XVI).
3. “Lectio divina”:
forma de acercarse a
la Sda. Escritura.
Lectura orante que
conduce al
encuentro con Jesús
Maestro. (249)
4. El encuentro
con JC en los
pobres, afligidos,
enfermos, es una
dimensión
constitutiva de
nuestra fe en J.C.
(257)
5. La piedad popular,
espacio de encuentro
con J.C. B. XVI la
presentó:
“Aparece en ella el
alma L.A. Precioso
tesoro de la Iglesia en
A.L
Promoverla y
protegerla.
Refleja la sed de Dios,
que sólo los pobres y
sencillos pueden
conocer”. (258)
La decisión de partir
hacia el santuario, es
confesión de fe, canto de
esperanza y la llegada: un
canto de amor. (259)
La Religiosidad popular,
imprescindible punto de
partida, para conseguir
que la fe del pueblo,
madure y se haga
fecunda. (Dir. Piedad
Popul. y Liturgia). (262)
La piedad popular,
verdadera experiencia de
amor teologal y
sabiduría sobrenatural,
es encuentro personal
con el Señor. Integra lo
corpóreo, lo simbólico y
las necesidades
concretas. Es
espiritualidad encarnada
en la cultura de los
sencillos. (263)
“El papa (BXVI) vino a
Aparecida, con viva alegría,
para decirles en primer lugar:
permanezcan en la escuela de
María, inspírense en sus
enseñanzas. Procuren acoger y
guardar dentro del corazón las
luces que Ella, por mandato
divino, les envía desde lo alto”
(Discurso-Rezo del Rosario

María, lugar de (12 de Mayo 2007). (270)


encuentro con
Jesús.
6. La vida de los
Santos, son lugares
privilegiados de
encuentro con J.C
Sus vidas inspiran el
ser y acción de la
comunidad
Cristiana del
continente. (273)
EL DISCIPULADO Y EL
ENCUENTRO CON
JESÚS.
La Opción de Aparecida
es el discipulado:
“Vengan y vean” (Jn. 1,
39).
El discípulo es alguien
apasionado por el
“encuentro” con Cristo.
276-277
El encuentro con Cristo en
el discipulado, es una
búsqueda, que se inicia y
propicia por el “Kerygma”
como conductor del
proceso. Sólo desde el
Kerygma se da la
posibilidad de la iniciación
cristiana verdadera. El
discipulado del encuentro
con Cristo, requiere una
Catequesis permanente.
(278)
Los Seminarios y
Casas de
Formación de la
Vida Religiosa,
son espacios
privilegiados de
discipulado y
encuentro con el
Señor. (327)
Proceso de formación de los
Discípulos Misioneros:

1. El encuentro con J.C el


KERYGMA, HILO
CONDUCTOR DEL
PROCESO DE LA
Iniciación cristiana.
2. Conversión: respuesta a la
escucha.
3. Discipulado: seguimiento
del Maestro = 4. Catequesis
permanente y vida
sacramental.
5. La misión. El
discípulo a medida
que conoce y ama a
su Señor, necesita
compartir la alegría
de ser enviado al
mundo a anunciar a
J.C y a hacer realidad
el amor, el servicio a
los mas necesitados y
no como etapa
posterior a la
formación.
El itinerario formativo
del cristiano, en la
tradición más antigua
de la Iglesia tuvo
carácter de
experiencia del
encuentro con Cristo,
experiencia que
introduce en la
celebración de los
sacramentos (290)
De nuestro encuentro
con Cristo, brota
también la solidaridad
como actitud
permanente de
encuentro, hermandad
y servicio, defensa de la
vida y los derechos de
los más vulnerables
(394)
En la ciudad, lugar de
anhelos, esperanza y
dolores, en medio de las
sombras de la violencia, la
pobreza el individualismo,
las ciudades son lugares de
libertad y oportunidad, es
posible allí experimentar el
vínculo de la fraternidad, la
solidaridad y la
universalidad, en un
caminar al encuentro con el
otro. Dios vive en la ciudad.
(514)
“A los pobres siempre
los tienen con ustedes y
pueden socorrerlos
cuando quieran” (Mc.
14, 7), puede entenderse
de ellos, porque forman
parte de cada familia,
pueblo y nación. A
menudo olvidados,
descuidados por la
sociedad y los propios
familiares. (548)
Para convertirnos en una Iglesia
llena de ímpetu, tenemos que ser de
nuevo evangelizados.
Se necesita:
Cuidar la religiosidad popular,
evangelizarla por la vida
sacramental. Fortalecer la fe,
“recomenzar desde Cristo”.
Sólo gracias al ENCUENTRO
CON CRISTO, que desborda en
gratitud y alegría, somos
rescatados de nuestra
CONCIENCIA AISLADA y
salimos a comunicar la VIDA. (549)
Comunidad de comunidades-CEB
(170 a 177; 178 a 180).
Parroquias: células vivas de la
Iglesia (SD 55)
Todos responsables de la
evangelización en cada ambiente.
(87)
Exige reformular estructuras.
La fuente es el Discipulado
Misionero. (172) y su formación
(174)

A partir de la Eucaristía, la
Catequesis, la vida
sacramental y la Caridad
(175)
Las CEB. Escuelas que han
formado cristianos comprome-
tidos, discípulos-misioneros,
recogen la experiencia de las
primeras comunidades Xt. (Hech. 2,
42-47)

Permitieron acceder
Las CEB, escuelas que
mejor a la Palabra de
han
forma-
Dios do cristianos
y al compromiso so-
cial (178).
comprometidos, discí-pulos
misioneros, recogen la expe-
Los Párrocos, animadores de una
comunidad de Discípulos misioneros,
promotores de la diversidad
misionera (201-207)
En la Parroquia, la familia es la
Primera y más básica comunidad
eclesial. El discípulo misionero en la
familia, se proyecta al ambiente
donde vive (204). La Parroquia llega
no a sujetos aislados, sino a la vida de
todas
las familias, para fortalecer su
dimensión misionera (204).
El origen de la Pastoral de Ap.
está en el Discipulado
Misionero, al cual son
“llamados por su nombre”. Se
requiere un crecimiento
continuo.
El Mensaje Final es rico en
elementos formativos, para el
Discipulado misionero.
El Discipulado Misionero es
rotundo en la alegría del
Encuentro con Cristo y en la
Comunidad (4; 14; 30; 4a.
Parte)

El discipulado es en
comunidad.
El despertar MISIONERO, en
forma de una Misión
Continental, será portadora de
las riquezas de Aparecida.
Buscará poner a la Iglesia en
estado permanente de misión.
Llevemos nuestras naves “Mar
adentro”, con el soplo potente
del Espíritu Santo, sin miedo a
las tormentas, seguros de que la
PROVIDENCIA DE Dios nos
depara grandes sorpresas.
(551)

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