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2.2.

ANÁLISIS
SÍNTESIS
RESUMEN
PARÁFRASIS
¿QUÉ ESTÁS PENSANDO SOBRE LA PRIVACIDAD DE TUS DATOS? QUÉ
SABEN Y QUÉ DICEN LOS USUARIOS
 
“Entró en la red social porque sospechaba que tenía otra mujer. Y encontró un álbum
con 200 fotos de la boda” Bajo este epígrafe, el Diario Clarín en su nota “Se enteró por
Facebook que su marido se había casado con otra” hace referencia a una
estadounidense que, al sospechar una infidelidad, buscó el nombre de la supuesta
amante por Facebook y encontró evidencias más que suficientes como para confirmar
su desconfianza. El problema radicó en que el perfil de Facebook de la “amante-
esposa” de este hombre bígamo, era público y cualquiera podía acceder a ver todos
sus álbumes de fotos.

“Publicó fotos en Facebook con sus presas y ahora lo busca la Justicia”se titula otra
noticia sobre las divulgación de fotos en esta red social. En este caso, un hombre subió
fotos con animales que había cazado en Asunción, mostrándolos con orgullo.
En este contexto, los “revisores de contenidos” de aquello que se publica en las redes
sociales están a la orden del día. Para ello, no hay alternativa más eficiente que el
trabajo de los humanos al respecto. Ningún software puede igualar este trabajo.

En el caso de Youtube, cuando los usuarios denuncian un video, éste pasa por dos
etapas de evaluación, la primera virtual, la segunda manual: en la primera hay un
software que escanea los videos y luego los “moderadores de contenidos” de la
empresa los visualizan en forma particular para decidir finalmente si pueden o no
continuar disponibles.

Facebook tuvo, desde su creación, problemas vinculados a proteger la privacidad de


los usuarios. Cuando algún usuario denuncia un contenido de otro usuario, esto es
también revisado por empleados de la empresa. Sin embargo, uno de los puntos que
nos planteamos como usuarios refiere a qué hacer cuando usuarios a los que uno no
acepta, pueden finalmente acceder a nuestros datos.
Una nota publicada en Clarín titulada “Costos ocultos y riesgos en redes sociales”
advierte que los profesionales que ocupan cargos importantes deben cuidarse
radicalmente de aquello que publican en las redes sociales. Muchos de ellos, como
afirma la nota, “dan a conocer masivamente comentarios y fotografías de sus vidas
privadas que pueden provocar serios inconvenientes en la imagen para las
corporaciones y para ellos mismos, afectando a su público interno y externo”.

La figura del hacker, a su vez, se reactiva en las redes sociales. Su objetivo es desafiar a
las algunas veces “débiles” condiciones de seguridad de dichas comunidades con el
fin de obtener datos confidenciales con miras de índole económica.
 
Además de los resquemores respecto de la seguridad de los datos personales que
generan estas redes sociales, se plantea el dilema de resolver qué decisión tomar con
las personas que mueren y que, sin embargo, continúan con vida en las comunidades
virtuales. ¿A quién pertenecen los datos y la información de una persona que ya no
está?
En este caso, Facebook es un caso emblemático; esta red envía regularmente avisos
sobre usuarios que hace un determinado tiempo no tienen movimiento en su portal
e invita a “contactarse” nuevamente con ellos. El problema radica en que la causa
de esta ausencia “virtual”, en algunos casos, es su muerte. En este caso, Facebook
expone a retomar el contacto con una persona que ya no está.
Los perfiles de estas personas pueden transformarse en páginas homenaje pero sus
portales son retirados de los motores de búsqueda y son eliminados ciertos datos
personales. En este caso, el perfil se transforma en un lugar donde se puede
conmemorar a la persona que ya no está.

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