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DIAGNOSTICO.

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Tener un diagnóstico definitivo nos
permite saber el grado de afectación
del niño/, así realizar un proceso
necesario para conocer más al familiar
sobre su gestión emocional para
ofrecerle las herramientas necesarias
y potenciar su desarrollo, autonomía y
por tanto, mejorar su calidad de vida.
PROCESO DE DIAGNOSTICO.-
No hay una prueba especial para los TEA. La evaluación generalmente incluye:
• Cuestionario: Los padres responden preguntas sobre el desarrollo y el comportamiento del
niño
• Observación: El profesional de la salud observa cómo juega e interactúa el niño con los demás
• Pruebas: Al niño se le pide que haga ciertas tareas para evaluar su capacidad de pensar y tomar
decisiones
• La edad promedio en que se diagnostica el autismo clásico es a los 3 años
Algunos problemas físicos causan síntomas parecidos al autismo. Por este
motivo, la evaluación también puede incluir:
• Análisis de sangre: Busca detectar envenenamiento con plomo y otros
problemas médicos
• Pruebas de audición: La dificultad para oír puede interferir con las
habilidades del lenguaje y la interacción social
• Pruebas genéticas: Estos análisis buscan trastornos hereditarios, como
el síndrome del cromosoma X frágil, que causa discapacidades
intelectuales y síntomas parecidos a los de un TEA. Afecta más a menudo
a los varones
DESPUES DEL
DIGNOSTICO.-
En muchas ocasiones,
las fases por las que
se pasa después de
recibir un diagnóstico
son similares a las del
DUELO:
ESTRES
En muchas ocasiones el diagnóstico puede causar episodios estresantes. El desconocimiento del trastorno
o la falta de recursos y estrategias pueden ser un desencadenante y generar algunas dificultades
• Las principales alertas del desarrollo son: falta de sonrisa social, no
mirar a los ojos, no balbucear, tener retraso en la adquisición del
lenguaje o perder el lenguaje adquirido, no señalar para mostrar o
compartir interés, no responder al nombre, falta de juego simbólico,
reacciones inesperadas frente a estímulos sensoriales, entre otras
• La edad promedio en que se diagnostica el autismo clásico es a los 3
años, mientras que el Síndrome de Asperger y el TGD-NE tienden a
ser diagnosticados más tarde, con una edad media de 7,2 y 3, 9 años
respectivamente. Los primeros signos pueden ser evidentes desde
los 12 meses. La detección temprana de las condiciones del espectro
autista puede mejorar la vida del niño y de su familia.
• No hacer contacto visual con otras personas
• No responder a las sonrisas u otros gestos de los padres
• Tardar en aprender a hablar. Algunos niños repiten palabras sin comprender su significado
• Movimientos corporales repetitivos como mecerse, girar en círculos o aletear las manos
• Obsesión con juguetes u objetos específicos
• Dificultad con los cambios de rutina
• Los niños más grandes y los adultos también necesitan una evaluación si presentan síntomas de autismo y
no se les hizo un diagnóstico cuando eran bebés. Algunos de estos síntomas son:

• Dificultad para comunicarse


• Sentirse abrumado en situaciones sociales
• Movimientos corporales repetitivos
• Interés extremo en temas específicos

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