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Deontología Forense:

Cuestiones Generales de la
Deontología Forense.
1.Su sentido y
necesidad
La deontología es la disciplina que se ocupa de los
deberes de los profesionales. En el caso de los
abogados se trata de una multiplicidad de deberes
como son aquellos consigo mismo, con la
sociedad, con la profesión, con los clientes, con los
colegas, con los jueces, con la entidad gremial.

El abogado que es honesto y probo es consecuente con sus principios y con


el juramento que pronunció al incorporarse a su respectivo colegio
profesional.
La intimidad es el ámbito privado de la persona,
2.El Secreto que les es propio y exclusivo, que carece de interés
profesional y para los demás, que no tiene proyección social. Es
el deber de el espacio de reserva que la persona requiere para
informar vivir con tranquilidad, sin sobresaltos ni
perturbaciones que la inquieten y le impidan
disfrutar de su privacidad.

Toda persona requiere del respeto a su intimidad para desarrollar


con serenidad y equilibrio emocional aquellos aspectos de su vida
que a ella sólo interesa, por lo que explicable y celosamente la
defiende. La intimidad es un ámbito intangible es la existencia de
una persona.
 El abogado tiene como deber ético el guardar reserva de los asuntos
vinculados con la vida privada de sus clientes. Ello, porque se debe
proteger el bien jurídico correspondiente a la intimidad de la vida privada de
las personas, protegidas por la normatividad jurídica y la jurisprudencia
comparada.

 Frente al derecho la intimidad de la vida privada del cliente y de su familia


se alza el correlativo deber del abogado de guardar secreto sobe todo lo
relacionado con dicha intimidad ética y jurídicamente comprometido a no
violar el derecho a la intimidad en la vida privada de aquel cliente que le
confía informaciones que pertenecen exclusivamente a dicha esfera
jurídica.
 Para ser jurista o filósofo del derecho se requiere ser
abogado, aunque aquellos no profesen o ejerzan
permanentemente la profesión de abogado.

3 .Abogado,  El jurista es, en efecto, el científico del derecho, el


jurista, creador, comentarista y crítico de la institucionalidad
filosofo del jurídica, de la normatividad jurídica.
derecho
 El filósofo del Derecho, por su parte. Es el que
esclarece los supuestos de la disciplina jurídica,
precisando su objeto de estudio y analizando, en
profundidad, cada uno de los elementos que le
integran, es decir, la vida humana social (conductas
humanas ínter subjetivas), los valores y las normas
jurídicas.
 Sin el aporte del filósofo de derecho la doctrina jurídica carecería de los
fundamentos que se requieren para transitar con acierto por los campos de
la institucionalidad jurídica.

 Así, cabría preguntarse ¿como poder proteger a la persona si no se conoce


suficientemente sus estructura existencial? ¿cómo comprender e
interpretar la institucionalidad jurídica s in tener una idea clara sobre cual
es el objeto de estudio de la disciplina jurídica?, ¿Cómo operar con las
normas jurídicas sin saber cuál es su naturaleza y función?, ¿Cómo
interpretar la institucionalidad sin comprender el rol que cumplen los
valores?. Responder a estas interrogantes, y a otras de similar importancia,
es la tarea que cumple el jusfilósofo.
4. El abogado y los supuestos científicos del
derecho

El abogado debe ser preparado y entrenado no sólo para saber


hacer sino también para saber pensar. No basta la práctica, con
el riesgo de caer en un negativo pragmatismo.

Es necesario que, a través de planteamientos teóricos y de un


permanente diálogo entre discentes y docentes, el futuro
abogado afine su capacidad reflexiva. Es decir, se le debe
capacitar a saber pensar para poder hacer.
Capacitación y actualización
permanente del abogado

A la par que los desarrollos de la disciplina jurídica misma, el abogado debe


también capacitarse permanentemente en lo relacionado con los cambios
legislativos, con las reformadas o nuevas codificaciones. La dinámica legislativa,
así como la jurisprudencial, lo obligan a un permanente estudio de las nuevas
disposiciones que rigen valiosamente la vida de relación social.

Capacitarse significa, perfeccionarse en lo conocido, suplir lo ignorado, actualizarse


en cuanto a las novedades que nos brindan los permanentes desarrollos de la
disciplina jurídica de la que se nutre el accionar del abogado en el ejercicio de la
abogacía. leyes en general.
PANORAMA DE LA DOCENCIA JURIDICA

Los cursos que se dictan actualmente en las Facultades peruanas de Derecho y Ciencias
Politicas son:
a) de exposición técnica sistemática de las leyes.-Constituyen con toda razón la parte
preponderante de las asignaturas y apenas permiten disgresiones de valoración del
derecho o de formación del hombre.
b) de integración o coordinación.-Entre éstos, la ciencia príncipe, la Filosofía del
Derecho, está ausente, reservada a la escasa grey de los doctorandos; la suple en lo
posible la "Introducción al Derecho", con miras a crear interés hacia los problemas
jurídicos. Tienen este mismo carácter complementario también el Derecho Romano, la
Historia del Derecho Peruano, así como la Economía Política y la Ciencia de las
Finanzas.
No se dicta curso que, dando por supuesta la visión teorética del mundo normativo,
intente penetrar en la vida del derecho y en el "homo iuridicus". Está, pues, ausente la
ciencia humana del derecho.
Deontología jurídica

La Deontología profesional es ciencia de actitudes: cómo mirar el


abigarrado entrevero de actos, hechos, derechos y obligaciones
controversias, incertidumbres, que sin cesar se presentan en el
bufete.

Se trata de la mirada recta, esto es conforme con lo humano y lo


profesional, en armonía con los valores superiores; mirada de
respetuosa consideración a las llagas sociales, que no le piden
cirugía, sino comprensión; mirada de consideración al propio
adversario, que nunca pierde su carácter de hombre y puede
tener, sino derecho, alguna razón.
 Para la deontología, por ejemplo, el proceso judicial no es un
campo de batalla cuyo objetivo es anular los recursos del
adversario.
 La abogacía no es mero arte y estrategia de resultados procesales,
interesa lo legal, por cierto, pero sin desmedro de lo justo.
 El abogado, es. ante todo, hombre de partido, consejero técnico en
los asuntos encontrados, pero tiene una investidura pública que
sólo a él le habilita para el patrocinio forense, más le exige al mismo
tiempo serenidad y moderación sin el apasionamiento propio del
interesado directo.
 Es pues, el representante de un doble interés, particular y social,
de los derechos subjetivos de la ley. Por ello, no puede, en
principio, por amor de parte sacrificar la legalidad, es decir, la
justicia legal y conmutativa
EL DERECHO Y LOS VALORES HUMANOS

El abogado, por ser quien aplica la norma al hecho, por tendencia no la juzga. Ella
existe, luego rige. El juez, por definición, dice el derecho; luego, no lo estima. El jurista,
sí, puede entrar en apreciaciones de la ley o contentarse de. la sistemática.
La historia demuestra que ha habido muchas leyes injustas, esto es, que lesionan la
esfera de autonomía de los sujetos; leyes inmorales, esto es, que niegan la jerarquía de
objetos y fines señalada por la naturaleza racional; hay leyes irreligiosas, esto es, que
menoscaban el derecho, llamémoslo así, de Dios.
El hombre de leyes siente nacer entonces el problema más difícil de su carrera; si él
respeta la vigencia de tales normas jurídicas, destruye la unidad psicológica y la
orientación unitaria del obrar, aportando su energía para destruir lo que él por otro lado
considera superior al derecho. Si se resiste a aplicar la norma, nacen una serie de
complicaciones, ya sea de naturaleza teorética sobre el valor de las leyes positivas, ya
prácticas con los clientes. Pero sobre todo nace el problema de la desarmonía en su
conciencia.
Son muy complicados los principios del obrar humano y muy intrincadas las
cuestiones entre derecho, moral y religión. Pero es indispensable que el alumno
universitario las escuche. El hombre es unidad; una es la regla suprema de todo su
obrar; por tanto, debe unificar todos los sectores de su vida. Sólo así, la profesión
jurídica será humana y digna con plenitud.

De todo lo expuesto nacen las siguientes conclusiones:


La docencia universitaria ha de poner en evidencia:

a) El aspecto teológico del derecho objetivo;


b) b) El carácter humano de la profesión, que es actividad de dirección y fuente de
responsabilidad;
c) El sentido de la verdad, la justicia y el acatamiento al poder;
d) Las relaciones con los clientes y los colegas;
e) Las interferencias entre el derecho, la moral y la religión.
Decálogo del
abogado.
Decálogo del Abogado según Couture:

Eduardo Couture destaca por la obra "Los mandamientos del abogado" donde desarrolla
diez "mandamientos" que debe cumplir un abogado en el ejercicio de su profesión:

1. Estudia
 
“El derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos,
serás cada día un poco menos abogado”.
 
Es Derecho es una disciplina en constante cambio y tenemos que ir de
la mano con ese cambio. El estudio y la capacitación constante hará a
un buen Abogado perdurar en el tiempo y darle la mejor solución a los
problemas legales de sus clientes.
2. Piensa
 
“El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando”
 
Es importante para todo Abogado darse el tiempo de analizar un
supuesto para evitar tomar decisiones de forma arbitraria o por simple
analogía, realizar y aplicar el derecho sin pensar sin duda alguna
conllevará a una aplicación inadecuada de la norma jurídica que nos rige.
3. Trabaja
 
“La Abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la Justicia”
 
A todo Abogado le espera una ardua jornada de trabajo en el que su
inteligencia y su destreza le permitirá afrontar diversas situaciones
sociales y retos diarios en el ejercicio de las actividades laborales
inherentes a su profesión.
4. Lucha
 
“Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto
el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia”
 
Es el deber de todo Abogado lucha por la justicia, aunque muchas veces
está entre en conflicto con el mismo Derecho. No siempre es suficiente
ser un buen Abogado apegado estrictamente al Derecho, porque más de
una vez verás conflictos que te harán dudar respeto de algunas normas y
decisiones. En momentos como ese es cuando un buen Abogado se
enfrenta a los estrictamente correcto y hace verdadera justicia.
5. Sé leal
“Leal como tu cliente al que no puedes abandonar hasta que comprendas
que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal
contigo, Leal para con el Juez que ignora los hechos, y debe confiar en lo
que tú le dices y que, en cuanto al Derecho, alguna que otra vez debe
confiar en el que tú le invocas”
 
6. Tolera
“Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada
la tuya.”
 
Aprende a escuchar y a valorar todas las opiniones, que siempre serán
importantes y trascendentes. Además valora las diferentes formas de ver
y entender los sucesos, porque en alguna medida serán de beneficio en el
caso que te encuentres.
7. Ten paciencia
 
“El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración”
 
La paciencia es una gran virtud que se debe cultivar, con mayor razón si
somos Abogados. Sabemos que todo proceso judicial lleva un tiempo que
tenemos que respetar.
 
8. Ten fe
 
“Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia
humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho, en la Paz como
substitutivo bondadoso de la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin
la cual no hay Derecho, ni Justicia, ni Paz”
 
9. Olvida
 
“La Abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras llenando
tu alma de rencor llegaría un día en que la vida sería imposible para ti.
Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota”
 
10. Ama tu profesión
 
“Trata de considerar la Abogacía de tal manera que el día que tu hijo te pida
consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proporcionarle que
sea abogado”
 

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