Conceptualización Es un termino utilizado en el psicoanálisis para designar el pulso psíquico.
Característica de la especie humana, que tiene su
fuente de excitación interna y con un fin preciso: suprimir o calmar ese estado de tensión. La conceptualización de las Pulsiones A fines del siglo XIX Freud observa que en el ser humano existen motivaciones perentorias y somáticas que escapan a lo instintivo, es decir en contra de lo instintivo. En 1905 se da una designación definitiva en los “Tres ensayos para una teoría sexual” en ella explica claramente la diferencia entre instintivo y pulsión. En 1910 Freud introduce el concepto de pulsión sexual por semejanza con el concepto de “Pulsión de auto-conservación”. Momentos y dimensiones de las pulsiones La fuente, que tiene su origen en lo somático y que se traduce por una tensión, una suerte de impulso (en alemán: Drang). El Drang (Esfuerzo) mismo, es decir la tensión interior que se traduciría en Trieb (pulsión). La meta que se puede encontrar en un estado pasivo o activo. El objetivo de la pulsión, que en lo real es un medio bastante accesorio ya que sólo sirve para disminuir temporalmente la tensión inherente a la pulsión. Fases (o estadios) pulsionales Fase oral: ocurre entre el nacimiento y los 18 meses; la zona erógena casi exclusiva es la boca. Fase anal: entre los 18 y los 36 meses. Debido al desarrollo del control de los esfínteres anales, el o la infante experimenta sensaciones placenteras al poder tener un cierto primer control de su cuerpo, el de poder retener o expulsar los excrementos. .
Fase fálica (o uretral): ocurre entre los 3 a 6 años, el niño o la
niña pueden en esta etapa controlar sus esfínteres uretrales y será un esbozo anticipatorio de la fase genital. Freud nota que en la fase fálica se da la constitución del Edipo de cada sujeto.
Complejo de castración y sepultación del complejo de Edipo:
en este momento se produce un quiebre, o puede no darse. Por esto es un momento crucial en la evolución del aparato psíquico. Pero esta no es una fase o un período, sino un proceso mediante el cual se produce una reorganización de las experiencias y de la posición subjetiva. .
› Período de latencia: entre los 6 años y la pubertad
existe una fuerte sublimación espontánea de los sentimientos libidinales, el período de latencia (por razones evolutivas existe para facilitar una integración cultural del sujeto).
› Fase genital: Desde la pubertad en adelante, cuando se
encuentra ya configurado el Edipo; en esta fase se desarrollan y devienen en cada sujeto los intereses sexuales ya determinados ("inclinaciones sexuales", etc.). .
Posteriormente Jacques Lacan observa dos pulsiones más:
1. Pulsión escópica: centrada en la mirada, relacionada
primordialmente a Lo Imaginario.
2. Pulsión invocante: asociada al momento de suficiente
desarrollo de las áreas cerebrales del lenguaje y de síntesis. Nosología La fijación edípica de un sujeto en un determinado estadio pulsional tiende a incidir en su actividad psíquica; por ejemplo una fijación en la pulsión oral puede estar relacionada con ciertas actitudes adictivas; se da el ejemplo del fumar, beber, la bulimia, etc. El destino de las pulsiones › El psicoanálisis "clásico" ha considerado que muchas de las afecciones psíquicas se deben a una "fijación" del Edipo en un determinado estadio pulsional antes del período de latencia. › Por su parte Freud, hacia 1920, abandona el llamado "optimismo pulsional", y recoge los aportes de una discípula (Sabina Spielrein) que le habla de pulsión de muerte como contrapeso de la pulsión de vida. Críticas › La diferencia entre instinto, impulso y pulsión es materia de discusión puesto que muchos psicólogos consideran que instinto o impulso, y pulsión serían conceptos equivalentes. › Los instintos también tienen las características de la pulsión, tienen los cuatro componentes que se atribuyen a la pulsión. › No es posible afirmar que las pulsiones no se satisfacen y que el instinto se satisface. Sino, las pulsiones tienen una satisfacción temporal, pues de lo contrario la conducta quedaría paralizada. . . . . . .