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CARTILLA DIGITAL “INDEMNIZACIÓN DE TRABAJADORES”

ACTIVIDAD 10

PRESENTADO POR
MILDREY PÉREZ CLARO
LILIANA QUINTERO SANDOVAL
NRC 8691
DOCENTE: HERMES RICO
LEGISLACIÓN LABORAL
CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS
CONTADURÍA PUBLICA
BUCARAMANGA
2021
Indemnizar al trabajador
La indemnización surge cuando el contrato de trabajo es terminado sin que exista culpa
imputable al trabajador, es decir, que la terminación obedece exclusivamente a la mera
liberalidad del empleador que, sin mediar una justa causa o una causa legal, decide despedir al
trabajador.
La indemnización depende de la duración del contrato, que puede ser indefinida, a término fijo
o por obra o labor.

En el contrato de trabajo indefinido.


La indemnización en el contrato de trabajo indefinido tiene su tratamiento en el cuarto inciso
del artículo 64 del código sustantivo del trabajo, tema que se desarrolla en el siguiente artículo.
Contrato de trabajo a término fijo.
La indemnización en los contratos a término fijo la encontramos en el 3 del artículo 64 del
código sustantivo del trabajo, y corresponde básicamente a los salarios pendientes de causar
hasta la expiración del plazo pactado, tema que se trata en el siguiente artículo.

Contrato de obra o labor.


Cuando se trata de un contrato por duración de la obra o labor, la indemnización es equivalente
a los salarios que se hubieran causado por el tiempo que faltó para terminar la obra.

Indemnización en caso de una terminación ilegal del contrato de trabajo.


Si la terminación del contrato de trabajo resulta ilegal, la norma contempla el pago de
indemnizaciones especiales en favor del trabajador afectado.
Es el caso por ejemplo de las empleadas que gozan de fuero de maternidad, que no se pueden
despedir sin la previa autorización del ministerio del trabajo, durante el embarazo o durante los
3 meses siguientes a la fecha del parto.
En tal caso, adicional a la indemnización por despido injusto, el artículo 239 que en su numeral 3
señala:
«Las trabajadoras que trata el numeral uno (1) de este artículo, que sean despedidas sin
autorización de las autoridades competentes, tendrán derecho al pago adicional de una
indemnización igual a sesenta (60) días de trabajo, fuera de las indemnizaciones y prestaciones a
que hubiere lugar de acuerdo con su contrato de trabajo.»

Esa indemnización se paga incluso si el despido fue por justa causa.


Si el despido fue por una justa causa no se paga la indemnización por despido injusto, pero sí la
indemnización por el despido ilegal, es decir, por no contar con la autorización del ministerio del
trabajo o inspector de trabajo.
Otro caso especial es el despido de trabajadores en razón a su discapacidad.
En este caso el despido justo en razón a su discapacidad es posible, pero se requiere autorización del
inspector de trabajo, y si se despide el trabajador sin esa autorización, se paga una indemnización
equivalente a 180 días de salario conforme el artículo 26 de la ley 361 de 1997.
Si el despido es injusto naturalmente se debe pagar la indemnización que corresponda al tipo de
contrato.
Indemnización por daño emergente y lucro cesante en el despido del trabajador.

Cuando se despide a un trabajador sin justa causa se paga la indemnización por despido
injustificado que señala el artículo 64 del código sustantivo del trabajo, que todos
conocemos, pero eso no es todo.
El primer inciso del artículo 64 del código sustantivo del trabajo señala:
«En todo contrato de trabajo va envuelta la condición resolutoria por incumplimiento de lo
pactado, con indemnización de perjuicios a cargo de la parte responsable. Esta
indemnización comprende el lucro cesante y el daño emergente.»
Esa indemnización es distinta a la indemnización por despido injusto, que la ley señala
claramente cómo liquidar.
La indemnización por daño emergente y lucro cesante debe ser probada por quien la alega, y
además debe ser tasada.
Se debe demostrar que por el despido sin justa causa se causó un daño emergente o un lucro
cesante, como puede ser la imposibilidad del trabajador de seguir devengando un sueldo en el
segundo caso, y el haber incurrido en gastos en el primer caso.
En una demanda cualquier cosas se puede alegar, y las pretensiones tendrán vocación de
prosperar en la medida en que el demandante logre probarlas.
Indemnización por perjuicios morales y materiales.
La indemnización por perjuicios materiales y morales se da cuando se da cuando el trabajador sufre
un accidente y en ocasión a ello sufre pérdidas materiales, o que al ser despedido sufrió un perjuicio
moral como en el caso que el empleador lo acusa de un delito que a la postres resulta falso.

Perjuicios materiales.
Una pérdida material es por ejemplo la perdida de la capacidad para generar un ingreso debido a la
pérdida de la capacidad laboral. Por ejemplo, un trabajador que quedó en silla de ruedas difícilmente
podrá conseguir otro trabajo que le permita obtener un salario igual al que estaba devengando antes
de accidentarse.
El perjuicio material puede serlo en daño emergente o en lucro cesante; respecto al lucro cesante
señala la sala laboral de la Corte suprema de justicia en sentencia SL633-2020 con radicación 67414:
«Frente al componente del lucro cesante, resulta apropiado rememorar que, se configura cuando se
deja de percibir un ingreso económico, o se recibe en menor proporción.»
Perjuicios morales.
Una pérdida moral es la que corresponde al fuero interno del trabajador, como la tristeza, el dolor, la
frustración, en fin, manifestaciones emocionales producto del accidente o del despido.
Los perjuicios morales deben ser acreditados por quien los alega, y la tasación le corresponde al juez.
Respecto a la indemnización por perjuicios morales señaló la sala laboral de la Corte suprema de justicia
en sentencia SL721-2020 radicación 72353:

«Con todo, la sala considera conveniente recordar que la procedencia de la condena por perjuicios
morales es un tema que se ha tornado pacífico para la jurisprudencia laboral, como se reiteró en
sentencia CSJ SL4570-2019, en los siguientes términos:
Si bien el daño moral se ubica en lo más íntimo del ser humano y por lo mismo resulta inestimable en
términos económicos, no obstante, a manera de relativa satisfacción, es factible establecer su cuantía.
Para ello, es pertinente referir lo expuesto por esta Corte en sentencia CSJ SL 32720, 15 oct. 2008, que
se reiteró en el fallo CSJ SL4665-2018, en cuanto a que la tasación del pretium doloris o precio del
dolor, queda a discreción del juzgador, teniendo en cuenta el principio de dignidad humana consagrado
en los artículos 1.º y 5.º de la Constitución Política, ya que según lo ha sostenido esta Corporación, en
esa misma decisión, «para ello deberán evaluarse las consecuencias sicológicas y personales, así como
las posibles angustias o trastornos emocionales que las personas sufran como consecuencia del daño».
(CSJ SL-4570-2019).
En consecuencia, este cargo no tiene vocación de prosperidad.»
Indemnizaciones en el accidente de trabajo.
En un accidente de trabajo se dan dos tipo de indemnizaciones; una que paga la ARL que cubre la
responsabilidad objetiva, y la que eventualmente debe pagar el empleador que se conoce como
responsabilidad subjetiva.
Veamos lo que dice el artículo 216 del código sustantivo del trabajo:
«Cuando exista culpa suficiente comprobada del empleador en la ocurrencia del accidente de
trabajo o de la enfermedad profesional, está obligado a la indemnización total y ordinaria por
perjuicios pero del monto de ella debe descontarse el valor de las prestaciones en dinero pagadas en
razón de las normas consagradas en este Capítulo.»
Siempre existe el riesgo de que ocurra un accidente de trabajo, y la responsabilidad del empleador
puede ser objetiva u subjetiva en la medida en que este tenga o no cumpla en la ocurrencia del
accidente.
Cuando el empleador no ha tenido culpa en la ocurrencia del accidente, estamos ante una
responsabilidad objetiva, cuyo riesgo es asumido por la ARL, y cuya indemnización paga la ARL.
Pero si el empleador tuvo culpa en la ocurrencia del accidente, el trabajador puede reclamar una
indemnización directamente al empleador por su responsabilidad subjetiva.
La culpa del empleador puede consistir en la negligencia al tomar las medidas de seguridad
necesarias, o por no reparar una estructura que estaba fallando, etc.

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