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LOS RITMOS

DEL
DESCANSO

Lección 9 para el 28 de agosto de 2021


El sábado nos habla del Dios que nos creó, y que tiene poder
para liberar y redimir. El Creador Todopoderoso que liberó a
Israel de la esclavitud de Egipto puede librarnos a nosotros
del pecado que nos esclaviza.
El sábado descansamos con la bendición del que nos creó, nos
redimió, nos santifica y desea tener comunión con nosotros.
El sábado es un oasis de descanso celestial en el árido
desierto de nuestro mundo frenético y secularizado.

El sábado y la Creación.

El sábado y la Redención.

El sábado y el descanso.
EL SÁBADO Y LA CREACIÓN (1)
“Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó
el día séptimo de toda la obra que hizo” (Génesis 2:2)

La creación comienza con un mundo árido, oscuro y sin vida


(Gn. 1:1-2). Poco a poco, aparecen la luz, el aire, la tierra seca y
la vegetación.
El hábitat ya está preparado, es hora de determinar los ritmos del nuevo mundo, colocando
los “relojes” necesarios: el sol, la luna y las estrellas.
Finalmente, durante dos días, el mundo bulle de vida. Y Dios crea,
con cariño especial, una vida diferente, a su imagen: un hombre
(‘ish) y una mujer (‘ishshah). Todo es “bueno en gran manera” (Gn.
1:31). Pero la Creación no había acabado.
Tras seis días de actividad creativa,
Dios descansó. Observa que el día
de descanso está incluido como un
día más de la Creación.
EL SÁBADO Y LA CREACIÓN (2)
“Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó
de toda la obra que había hecho en la creación” (Génesis 2:3)
El último día de la Creación fue un día bendecido y apartado para la
comunión entre Dios y sus criaturas. Aun en un mundo sin pecado, tensión ni
estrés, el ser humano necesitaba dejar a un lado sus tareas diarias y pasar un
día completo con su Creador.
Cuando el pecado entró en el mundo, el gozo, la paz y la
tranquilidad dejaron paso al dolor, la fragilidad y el duro
trabajo. Desde ese momento, el ser humano necesitaba
todavía más un día de descanso para pasar un tiempo en
íntima relación con su Creador.

Cuando Dios resumió su Ley en diez mandamientos,


incluyó la orden de descansar el sábado, y recordar
que Él nos creó y no somos fruto del azar (Éx. 20:8-11).
EL SÁBADO Y LA REDENCIÓN (1)
“Seis días lo recogeréis; mas el séptimo día es sábado; en él no se hallará” (Éxodo 16:26)
Antes de salir de Egipto, Moisés animó al pueblo a guardar
nuevamente el sábado, pero el Faraón se lo impidió (Éxodo 5:4-5).
La abrupta irrupción del sábado en
Éxodo 16 indica claramente que era
algo ya conocido por los israelitas.
Una vez redimidos de la esclavitud de
Egipto, antes de llegar al Sinaí, Dios
les recordó la importancia del
descanso sabático a través del
milagro del maná.
De esta manera, Dios asociaba el descanso sabático con la
preocupación, el amor y el cuidado que Él tenía por ellos (Dt. 8:3).
A las puertas de la Tierra Prometida, Moisés volvió a hablar al
pueblo del sábado, asociándolo a la Redención.
EL SÁBADO Y LA REDENCIÓN (2)
“Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te
sacó de allí con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios
te ha mandado que guardes el día del sábado” (Deuteronomio 5:15)
Habían pasado casi 40 años desde que Dios había proclamado los
Diez Mandamientos en el Sinaí. Ahora, la audiencia había
cambiado. Una nueva generación estaba frente a Canaán,
dispuesta a entrar en el reposo prometido (Heb. 3:8-11, 16-19).
Al recordar los Mandamientos, el énfasis del sábado recae esta
vez, no sobre el poder creador de Dios, sino sobre su poder
redentor (Dt. 5:12-15).
El sábado enlaza así el pasado [la Creación], el
presente [la Redención] y el futuro [una Nueva
Creación habitada por los redimidos] (Isaías 66:23).
El sábado nos señala a Jesús, nuestro Creador y
Redentor, con quien compartiremos la eternidad.
EL SÁBADO Y EL DESCANSO
“Si retrajeres a causa del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y
lo llamares delicia; y al día santo de Jehová, honorable; y lo honrares, no andando
en tus propios caminos, ni buscando tu negocio, ni hablando de él” (Isaías 58:13)

¿Cómo debo descansar el Alabando a Dios (v. 1)


sábado, según el Salmo 92, Hablando a los demás de Dios (v. 2)
Éxodo 16:29 e Isaías 58:13? Cantando a Dios (v. 3)
Gozándonos en la Creación de Dios (v. 4-5)
Recordando la justicia de Dios (v. 6-9)
Encontrando nuevas fuerzas en Dios (v. 10)
Reuniéndonos con Dios en su iglesia (v. 13)
En compañía de mi familia y mis amigos (Éx. 16:29)
Sin hacer mi propia voluntad (Is. 58:13)
Disfrutando del sábado (Is. 58:13)
“Entonces te deleitarás
en Jehová” (Isaías 58:14) Sin pensar en mi trabajo, ni hablando de él (Is. 58:13)
“El sábado no era para Israel solamente,
sino para el mundo entero. Había sido
dado a conocer al hombre en el Edén, y
como los demás preceptos del Decálogo,
es de obligación imperecedera […]
Cuando el Edén vuelva a florecer en la
tierra, el santo día de reposo de Dios
será honrado por todos los que moren
debajo del sol”
E. G. W. (El Deseado de todas las gentes, pg. 249)

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