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Sn Mateo 24

LA MIRADA PROFÈTICA DEL SALVADOR


Sn Mateo 24: La mirada profética del
Salvador
Las cosas espirituales se disciernen espiritualmente. En el templo, el Hijo
de Dios fué dedicado a la obra que había venido a hacer. El sacerdote le miró
como a cualquier otro niño. Pero aunque él no vió ni sintió nada insólito, el
acto de Dios al dar a su Hijo al mundo no pasó inadvertido. Esta ocasión no
pasó sin algún reconocimiento del Cristo. “Había un hombre en Jerusalem,
llamado Simeón, y este hombre, justo y pío, esperaba la consolación de
Israel: y el Espíritu Santo era sobre él. Y había recibido respuesta del
Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Cristo del Señor.”…
Sn Mateo 24: La mirada profética del
Salvador
También Ana la profetisa vino y confirmó el testimonio de Simeón acerca de
Cristo. Mientras hablaba Simeón, el rostro de ella se iluminó con la gloria de
Dios, y expresó su sentido agradecimiento por habérsele permitido contemplar
a Cristo el Señor.
Estos humildes adoradores no habían estudiado las profecías en vano. Pero los
que ocupaban los puestos de gobernantes y sacerdotes en Israel, aunque habían
tenido delante de sí los preciosos oráculos proféticos, no andaban en el camino
del Señor, y sus ojos no estaban abiertos para contemplar la Luz de la vida.
Sn Mateo 24: La mirada profética del
Salvador

Así sucede todavía. Pasan inadvertidos para los dirigentes


religiosos y para los que adoran en la casa de Dios,
acontecimientos en los cuales se concentra la atención de todo el
cielo.
Sn Mateo 24: La mirada profética del
Salvador
El capítulo 24 de Mateo me ha sido presentado repetidas veces
como algo a que debe ser atraída la atención de todos. Vivimos
hoy en el tiempo en que las predicciones de este capítulo se están
cumpliendo. Expliquen nuestros predicadores y maestros estas
profecías a aquellos a quienes instruyen. Excluyan de sus
discursos los asuntos de menor importancia, y presenten las
verdades que decidirán el destino de las almas. { OE 154.2; GW.148.2 }
Sn Mateo 24: La mirada profética del
Salvador
Los profetas habían llorado la apostasía de Israel y lamentado las terribles desolaciones con que fueron
castigadas sus culpas. Jeremías deseaba que sus ojos se volvieran manantiales de lágrimas para llorar día
y noche por los muertos de la hija de su pueblo y por el rebaño del Señor que fue llevado cautivo. ¡Cuál
no sería entonces la angustia de Aquel cuya mirada profética abarcaba, no unos pocos años, sino
muchos siglos! Veía al ángel exterminador blandir su espada sobre la ciudad que por tanto tiempo fuera
morada de Jehová. Desde la cumbre del Monte de los Olivos, en el lugar mismo que más tarde iba a ser
ocupado por Tito y sus soldados, miró a través del valle los atrios y pórticos sagrados, y con los ojos
nublados por las lágrimas, vio en horroroso anticipo los muros de la ciudad circundados por tropas
extranjeras; oyó el estrépito de las legiones que marchaban en son de guerra, y los tristes lamentos de las
madres y de los niños que lloraban por pan en la ciudad sitiada. Vio el templo santo y hermoso, los
palacios y las torres devorados por las llamas, dejando en su lugar tan solo un montón de humeantes
ruinas.
Sn Mateo 24: La mirada profética del
Salvador
Los profetas habían llorado la apostasía de Israel y lamentado las terribles desolaciones con que fueron
castigadas sus culpas. Jeremías deseaba que sus ojos se volvieran manantiales de lágrimas para llorar día
y noche por los muertos de la hija de su pueblo y por el rebaño del Señor que fue llevado cautivo. ¡Cuál
no sería entonces la angustia de Aquel cuya mirada profética abarcaba, no unos pocos años, sino
muchos siglos! Veía al ángel exterminador blandir su espada sobre la ciudad que por tanto tiempo fuera
morada de Jehová. Desde la cumbre del Monte de los Olivos, en el lugar mismo que más tarde iba a ser
ocupado por Tito y sus soldados, miró a través del valle los atrios y pórticos sagrados, y con los ojos
nublados por las lágrimas, vio en horroroso anticipo los muros de la ciudad circundados por tropas
extranjeras; oyó el estrépito de las legiones que marchaban en son de guerra, y los tristes lamentos de las
madres y de los niños que lloraban por pan en la ciudad sitiada. Vio el templo santo y hermoso, los
palacios y las torres devorados por las llamas, dejando en su lugar tan solo un montón de humeantes
ruinas.
Sn Mateo 24: La mirada profética del
Salvador
La profecía del Salvador referente al juicio que iba a caer sobre Jerusalén va a tener otro cumplimiento,
y la terrible desolación del primero no fue más que un pálido reflejo de lo que será el segundo. En lo
que acaeció a la ciudad escogida, podemos ver anunciada la condenación de un mundo que rechazó la
misericordia de Dios y pisoteó su ley. Lóbregos son los anales de la humana miseria que ha conocido la
tierra a través de siglos de crímenes. Al contemplarlos, el corazón desfallece y la mente se abruma de
estupor; horrendas han sido las consecuencias de haber rechazado la autoridad del cielo; pero una escena
aun más sombría nos anuncian las revelaciones de lo porvenir. La historia de lo pasado, la interminable
serie de alborotos, conflictos y contiendas, “toda la armadura del guerrero en el tumulto de batalla, y los
vestidos revolcados en sangre” ( Isaías 9:5, VM), ¿qué son y qué valen en comparación con los horrores
de aquel día, cuando el Espíritu de Dios se aparte del todo de los impíos y los deje abandonados a sus
fieras pasiones y a merced de la saña satánica? Entonces el mundo verá, como nunca los vio, los
resultados del gobierno de Satanás. { CS 34.2; GC.36.2 }
Sn Mateo 24: La mirada profética del
Salvador

Preparación debida para la Crisis de Mateo Sn


24 la encontramos en Sn Mateo 25

El significado bíblico de insensatez lo


encontramos en Sn Lucas 24

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