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CAPITULO VII

CÉLULAS Y ÓRGANOS
Células y órganos
• LINFOCITOS
El sistema inmunitario debe ser capaz
de distinguir sus propias moléculas,
células y órganos (lo propio) de todo
aquello de origen foráneo (lo extraño). El
sistema inmunitario innato lo consigue
mediante la expresión de receptores de
reconocimiento de patrones en la
superficie de sus células.
• Estos receptores ya están codificados en
la línea germinal y reconocen las
estructuras existentes en los organismos
potencialmente invasores el sistema
inmunitario adaptativo, utiliza los
receptores de origen somático de los
linfocitos T y B ( TCR y BCR), los cuales
son específicos de epítopo.
• Estos receptores se crean de nuevo y de
forma aleatoria en cada uno de los
linfocitos T o B mediante un proceso de
recombinación génica previo al encuentro
con un antígeno. No existen dos
personas, ni tan sólo los hermanos
gemelos idénticos, con el mismo sistema
inmunitario adaptativo.
• Generalmente, los linfocitos se diferencian
por el lugar donde experimentan el
entrenamiento básico: en el timo (linfocitos
derivados del timo o linfocitos T y
linfocitos T citolíticos naturales o linfocitos
NKT) o en la médula ósea ( linfocitos B o
células B). Tambien se diferencian por el
tipo de receptores que muestran en su
superficie celular:
• TCR ( linfocitos T y linfocitos T citolíticos
naturales), BCR o inmunoglobulinas
( linfocitos B) o ningunos de los dos
( linfocitos citolíticos naturales
o linfocitos NK (natural Killes).
• II. A. Células derivadas del timo
Los linfocitos T desempeñan un papel
fundamental en la mayoría de las respuestas
inmunitarias adaptativas; participan
directamente en las regulación de las
actividades de otras células. Los que son
inmaduros, denominados protimocitos, migran
hacia el timo, donde, como timocitos,
desarrollan TCR y se controla su capacidad de
distinguir entre lo propio y lo extraño
• Pese a que la mayoría de timocitos no
pasan el proceso de escrutinio y son
eliminados, aquellos que lo superan
sobreviven y son capaces de proseguir el
proceso de diferenciación y maduración
hasta convertirse en linfocitos derivados
del timo o linfocitos T y entrar en la
circulación.
• Aunque los linfocitos T muestran una gran
diversidad en el contexto de la respuesta
inmunitaria adaptativa todos ellos pueden
identificarse por la presencia de la molécula de
CD3 (grupo de diferenciación 3), que está
asociada al TCR en la superficie del linfocito T.
Existen otras 2 moléculas CD, CD4+ y CD8+,
que también se usan para identificar los
subgrupos de linfocitos T CD3+, así como para
distinguir su posible función inmunitaria
• II. A. 1. Linfocitos T CD4+: estas células
representan aproximadamente dos tercios de
los linfocitos T CD3+ maduros. Las moléculas
CD4+ en la superficie de estos linfocitos T
reconocen una región de las moléculas del
complejo principal de histocompatibilidad de
clase II que no se une al péptido. Los linfocitos t
CD4+, también conocidos como linfocitos T
cooperadores, están limitados al reconocimiento
de complejos péptido-MHC de clase II
• II. A. 2. Los linfocitos T CD8+
representan aproximadamente un tercio
de los linfocitos T CD3+ maduros. Las
moléculas CD8 en la superficie de estos
linfocitos T reconocen la región de las
moléculas MHC de clase I que no se une
al péptido. Los linfocitos T CD8+ están
limitados al reconocimiento de complejos
pMHC de clase I.
• Según su función, los linfocitos T CD8+ también
se conocen como linfocitos T citotóxicos (Tc) y
linfocitos T supresores (Ts). Los linfocitos Tc
identifican las células del cuerpo que han sido
infectadas por organismos intracelulares, como
virus y bacterias intracelulares, y eliminan las
células portadoras de estos organismos. Los
linfocitos Ts regulan por disminución
(negativamente y, por tanto, controlan las
respuestas inmunitarias adaptativas.
• II. B Células derivadas de la médula ósea
No todos los linfocitos originados en la
médula ósea están destinados para ser
educados en el Timo. Ciertas células del
linaje linfoide se mantienen y desarrollan
en la médula ósea y son los precursores
de los linfocitos productores de
inmunoglobulinas.
• Estos linfocitos derivados de la médula
ósea, también conocidos como linfocitos B
o células B, sintetizan las
inmunoglobulinas y las exponen en su
superficie, donde funcionan como BCR.
Las células plasmáticas derivan de
linfocitos B diferenciados y maduros, y
ambos sintetizan y secretan
inmunoglobulinas.
• II. B. 1. Los linfocitos B se generan a
partir de células madre hematopoyéticas
pluripotentes que residen en la médula
ósea. Estos, a diferencia de otros
linfocitos, no migran al timo, sino que se
desarrollan en la médula ósea. Los
linfocitos B se generan a partir de dos
linajes distintos: los linfocitos B-1 y los
linfocitos B-2.
• Los linfocitos B-1, denominados así
porque son los primeros en desarrollarse
durante el desarrollo embrionario,
constituyen una población con capacidad
autorregeneradora que reside en las
cavidades pleural y peritoneal.
• Los linfocitos B-2, que se generan durante
o después del periodo neonatal, son
continuamente repuestos desde la médula
ósea y están ampliamente distribuidos por
los tejidos y órganos linfáticos. Cada
linfocito B es especifico, es decir, produce
inmunoglobulinas de una sola
especificidad capaz de reconocer un solo
epítopo.
• II. B. 2. Las células plasmáticas derivan
de linfocitos B diferenciados de forma
terminal y son células que sintetizan y
secretan inmunoglobulinas. Dejan de
utilizar las inmunoglobulinas como
receptores en la membrana y, en su lugar,
las secretan hacia los líquidos
extracelulares.
• Las células plasmáticas, con un aumento
del tamaño y la actividad, constituyen
fábricas que producen grandes cantidades
de inmunoglobulinas durante su corta
vida, de menos de 30 días. Se
caracterizan por tener un citoplasma
basófilo, un núcleo con una forma
estrellada en su interior y un aparato de
Golgi que no se tiñe fácilmente
• II. C. Linfocitos citolíticos naturales
Aproximadamente entre el 5% y el 10% de los
linfocitos de la sangre periférica no expresan
marcadores de linfocitos T (CD3) o B
( inmunoglobulinas de superficie). Dichas
células se conocen como linfocitos citolíticos
naturales o linfocitos NK y tienen la capacidad
de destruir ciertas células infectadas por virus y
las células tumorales sin la necesidad de una
sensibilidad previa.
• Su apariencia granular se debe a la
presencia de gránulos citoplasmaticos
que pueden ser liberados para dañar las
membranas de las células a las que
atacan. Los linfocitos citolíticos naturales
se desarrollan en la médula ósea y no
disponen de TCR generado por
reorganización de los genes del TCR.
• Sin embargo, disponen de otros grupos de
receptores, denominados receptores
activadores de muerte y receptores inhibidores
de muerte, que les permiten reconocer las
células del hospedador que han de ser
destruidas. Además, un subgrupo de linfocitos
T único, conocido como linfocitos T citolíticos
naturales porque comparte algunas
características funcionales con los linfocitos
citolíticos naturales, se desarrolla en el timo y
• expresa un TCR reorganizado con un
repertorio extremadamente limitado. A
diferencia de los linfocitos T
convencionales, los linfocitos T citolíticos
naturales responden a los lípidos, los
glucolípidos o los péptidos hidrófobos
presentados por una molécula
especializada del MHC I no clásico, CD1d,
y secretan grandes cantidades de
citocinas, en particular interleucina 4 (IL-4)
• III. TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS
Los leucocitos pueden encontrarse en el
cuerpo en forma de células sueltas, en los
tejidos y en la circulación, como
acumulaciones linfáticas (p. ej., las placas
de Peyer) o dentro de órganos linfáticos
(p. ej., el timo, el bazo y los ganglios
linfáticos). Estos órganos se clasifican
como órganos primarios y secundarios.
• Los linfocitos se desarrollan en los
órganos primarios: el timo y la médula
ósea. Los órganos linfáticos secundarios
(p. ej., el bazo, los ganglios linfáticos y las
acumulaciones linfáticas) atrapan y
concentran inmunógenos y proporcionan
un entorno donde grandes cantidades de
células inmunitarias pueden establecer
contactos entre ellas.
• Las reacciones inmunitarias especificas se
inician gracias a las interacciones que
tienen lugar en los órganos linfáticos
secundarios.
• III. A. Órganos primarios
Los órganos linfáticos primarios, el timo y la
médula ósea, funcionan como centros de
educación de los linfocitos. Mientras que todos
los linfocitos se originan dentro de la médula
ósea, aquellos destinados a convertirse en
linfocitos T son enviados al timo en un estadio
temprano con el fin de recibir una educación
avanzada que les permita distinguir entre lo
propio y lo extraño.
• Otras células del linaje linfoide son
educadas en casa y se mantienen en la
médula ósea para convertirse en linfocitos
B. Las células de la estroma dentro del
timo y la médula ósea ejercen un estricto
control del desarrollo de los linfocitos T y
B.
• III. A. 1. Timo: el timo bilobulado es el
primer órgano linfático que se desarrolla.
Aumenta de tamaño durante la vida fetal y
neonatal, y experimenta una involución
progresiva después de la pubertad. Las
células progenitoras originadas en la
médula ósea denominadas protimocitos
están destinadas al linaje de linfocitos T y
migran a través de la circulación hacia la
corteza del timo.
• En este nuevo entorno reciben el nombre
de timocitos corticales y adquieren un
TCR incipiente, así como las moléculas de
superficie CD4 y CD8.
• Uno de los primeros retos con el que se
encuentran estos timocitos dobles
positivos (DP, expresan ambas
moléculas CD4 y CD8) es lo que se
conoce como selección positiva.
Se trata del reconocimiento del MHC de clase I
(CD8) o el MHC de clase II (CD4) la
incapacidad de reconocerlo apropiadamente
significa la eliminación del timocito DP. Los
timocitos que pasan la selección positiva dejan
de expresar ambas moléculas, CD4 y CD8, para
convertirse en células positivas sencillas para
únicamente uno de los dos marcadores, ya sea
lincocitos CD4+ o CD8+.
• Los timocitos positivos sencillos se
trasladan a la médula del timo, donde se
enfrentan a célula presentadoras de
antígenos. En este estadio, a través de
un proceso de selección negativa,
aquellos que muestran una fuerte
interacción con el MHC o pMHC se
destruirán mediante una muerte celular
programada (apoptosis).
• El timo procesa cantidades enorme de
timocitos, pero el número de timocitos que
completan este proceso con éxito es
inferior al 5%.
• III. A. 2. Médula ósea: las células del linaje
linfoide destinadas a convertirse en linfocitos
productores de inmunoglobulinas pasan sus
fases de diferenciación iniciales dentro de la
médula ósea. Asimismo, desarrollan sus BCR
mediante la reordenación del ADN, expresan las
moléculas auxiliares como Ig alfa e Ig beta y
comienzan a exponer IgM en su superficie antes
de abandonar la médula ósea
• Las interacciones con las células de la
estroma de la médula ósea sirven para
controlar con mucha precisión el
desarrollo de los linfocitos B. Todavía
dentro de la médula ósea, los BCR de
algunos linfocitos B generados de forma
aleatoria pueden reconocer y unirse a las
moléculas existentes en su entorno local.
• En esta fase inicial del desarrollo. La
unión del BCR desencadena una señal de
muerte por apoptosis para la célula que lo
expresa.
• III. B. Tejidos y órganos linfáticos
secundarios
Las interacciones celulares son
fundamentales para el desarrollo de las
respuestas inmunitarias adaptativas. Los
tejidos linfáticos secundarios funcionan
como aparatos de filtración que eliminan
de la circulación la materia extraña, las
células muertas y los agregados
proteínicos.
• Los vasos sanguíneos y linfáticos que facilitan el
movimiento de los linfocitos, los monocitos y las
células dendríticas hacia dentro y fuera de estos
órganos irrigan de forma extensa los tejidos
linfáticos secundarios. Las regiones
especializadas del sistema vascular,
denominadas vénulas de endoletio alto,
permiten la migración de las células entre la
sangre y los tejidos u órganos a través de los
cuales pasan.
• El hecho de que los órganos linfáticos
secundarios tengan un número abundante
de leucocitos facilita las interacciones
celulares, lo que proporciona a los
leucocitos un entorno en el cual pueden
comparar apuntes, intercambiar señales
reguladoras, experimentar una
maduración y proliferar antes de entrar de
nuevo en la circulación.
• Los órganos linfáticos secundarios más
importantes son el bazo y los ganglios
linfáticos. Las amígdalas y las placas de
Peyer también actúan como
acumulaciones linfáticas secundarias.
• III. B. 1. Bazo. El órgano linfático más
grande, el bazo, elimina materia
particulada de la sangre y concentra los
antígenos y los microbios que circulan por
ésta. Además de los linfocitos B y T, y
otros leucocitos, el bazo contiene grandes
cantidades de células plasmáticas que
secretan inmunoglobulinas hacia la
circulación.
• Histológicamente, el bazo se divide en la
pulpa blanca rica en linfocitos y la pulpa
roja rica en eritrocitos. La pulpa blanca
envuelve las arteriolas pequeñas.
• III. B. 2. Ganglios linfáticos. Los
ganglios linfáticos son pequeños
órganos linfáticos secundarios o
periféricos, de forma redonda u ovalada,
que se distribuyen a lo largo del sistema
circulatorio linfático en forma de
acumulaciones de leucocitos.
• Estos ganglios funcionan como filtros de
purificación de la linfa, el liquido y el
contenido celular del sistema circulatorio
linfático, y proporcionan sitios para la
concentración de los linfocitos, los
monocitos y las células dendríticas, de
manera que se puedan iniciar las
respuestas inmunitarias.
• Anatómicamente, un ganglio linfático se
divide en la corteza y la médula. El
retículo o estructura en forma de red de
este órgano está compuesto por fagocitos
y tipos especializados de células
dendríticas y reticulares. Los linfocitos
están distribuidos principalmente en dos
zonas de la corteza.
• La corteza superficial contiene
acumulaciones de linfocitos en forma de
nódulos o folículos. Esta, en ocasiones,
se conoce como el área independiente del
timo y básicamente contiene linfocitos B.
Cuando se produce una respuesta
inmunitaria, los folículos desarrollan una
zona central, con grandes cantidades de
células en estado de proliferación,
denominados centro germinal.
• La corteza profunda es la zona rica en
linfocitos T. Las células en circulación
entran en la zona cortical más externa a
través de los vasos sanguíneos o
linfáticos y, se infiltran hacia la corteza
profunda y la médula antes de salir del
ganglio linfático y proseguir su camino.
• III. B. 3. Tejidos linfáticos asociados a
mucosas. Además del bazo y los ganglios
linfáticos, existen otros sitios que facilitan
la interacción entre los leucocitos
circulantes, como es el caso de las
amígdalas en la nasofaringe y las placas
de Peyer en las superficies subyacentes
a la mucosa del intestino delgado.
• Estos tejidos linfáticos secundarios defienden
las superficies mucosas y están localizados en
zonas que pueden ser una puerta de entrada de
microbios. Las placas de Peyer funcionan de
forma similar a los ganglios linfáticos y al bazo,
con la entrada de células a través del extremo
cortical, promoviendo los encuentros con células
presentadoras de antígenos, linfocitos B y T, y la
salida de células por el extremo medular.
• III. C. Sistema circulatorio linfático
Los leucocitos y sus productos utilizan dos
sistemas circulatorios distintos. Uno, el sistema
cardiovascular, se encarga de la circulación de
la sangre a lo largo de todo el cuerpo. El otro
sistema, el sistema circulatorio linfático, es una
red capilar extensa que recolecta linfa, un
líquido acuoso transparente que contiene
leucocitos y restos celulares procedentes de
varios órganos y tejidos.
• Los vasos linfáticos que se encuentran
dentro de las microvellosidades del
intestino, denominados quiliferos,
contienen un líquido blanco lechoso,
quilo, producido por la digestión. Los
capilares linfáticos desembocan en
grandes vasos linfáticos que a su vez,
desembocan en los órganos linfáticos
donde se produce la filtracción.
• Al final, los vasos linfáticos troncales se
juntan para formar el conducto torácico, el
cual dirige el drenaje de la linfa hacia la
vena subclavia.
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