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VIII

LA BIBLIA EN LA VIDA DE LA
IGLESIA
“La Iglesia ha venerado siempre las Sagradas
Escrituras al igual que el mismo Cuerpo del Señor,
no dejando de tomar de la mesa y de distribuir a
los fieles el pan de vida, tanto de la palabra de
Dios como del Cuerpo de Cristo…” DV n° 21
I. BIBLIA Y LITURGIA

 1. La proclamación de la Palabra: Muchos de los textos que actualmente ocupan un


lugar en la Escritura han sido antes pasajes recitados en una liturgia, durante una fiesta.
Son textos para ser proclamados. En ese sentido, se puede seguir hablando de tradición
oral ya existiendo la Escritura. Aun así, esto no significa que el Cristianismo sea una
religión de Libro. La liturgia, es el ámbito más apropiado para la proclamación y la
interpretación de la Escritura.
 2. Homilía e interpretación de la Escritura: Esta es parte de la acción litúrgica, cuyas
fuentes principales han de ser la Escritura y la Liturgia. Lc 4, 16-30, modelo básico de
homilía. Esta no se trata de una exégesis científica, tampoco de un sermón ilustrado,
sino que se trata de penetrar en la sustancia bíblica del texto en profunda sintonía con el
conjunto de la Escritura y su lenguaje.
II. SAGRADA ESCRITURA Y TEOLOGÍA

 A) El modelo hermenéutico bíblico y patrístico: La teología cristiana nace con


el mismo NT. Los textos neo testamentarios releen e interpretan a la luz del
acontecimiento decisivo que es Cristo.
 B) El modelo hermenéutico dogmático y la ruptura entre Biblia y teología:
Cuando la Biblia entra en el “mundo” universitario, se instaura la lectio
scholastica, cuyo objetivo final es la explicación del texto según el sentido literal
para después construir una reflexión teológica.
II. SAGRADA ESCRITURA Y TEOLOGÍA

 1. La Escritura, alma de la teología según el Vaticano II:


 A) La constitución Dei Verbum: “La Sagrada Teología se apoya, como en cimientos perpetuos en la
palabra escrita de Dios, al mismo tiempo que en la Sagrada Tradición, y con ella se robustece firmemente y
se rejuvenece de continuo, investigando a la luz de la fe toda la verdad contenida en el misterio de Cristo.
Las Sagradas Escrituras contienen la palabra de Dios y, por ser inspiradas, son en verdad la palabra de
Dios; por consiguiente, el estudio de la Sagrada Escritura ha de ser como el alma de la Sagrada Teología.
También el ministerio de la palabra, esto es, la predicación pastoral, la catequesis y toda instrucción
cristiana, en que es preciso que ocupe un lugar importante la homilía litúrgica, se nutre saludablemente y se
vigoriza santamente con la misma palabra de la Escritura”
III. BIBLIA Y MINISTERIO DE LA
PALABRA

 1. La predicación: Esta ha de fundamentarse en la Escritura y remitirse en


último término a ella.

 2. La catequesis: Consiste en la iniciación fundamentada y sistematizada a la


vida cristiana. Se deben tener muy en cuentas los siguientes elementos; Símbolo
de la fe, padre nuestro, normas de vida del evangelio (amor y bienaventuranzas)
IV. LECTURA DE LA BIBLIA

 1. La lectura de la Biblia en la Iglesia: Es como tal, una práctica recomendada


desde muy antiguo. Durante la Edad Media, es esencialmente leída en los
monasterios, donde se emplea en la lectio divina. Aun así, ocurren tiempos de
limitaciones, puesto que la población (en su gran mayoría) no era alfabetizada, y
por supuesto, no conocían el latín. Con el tiempo, surgen traducciones a la
lenguas vulgares, y se amplía su difusión.

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