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RIESGO DE CRÉDITOS
La prioridad de la visita estará dada por el saldo deudor, número de días de mora y
ubicación geográfica.
2. Gestión de cartera del supervisor:
Esta gestión puede ser realiza por personal interno o externo, a través de empresas
especializadas.
Se utilizan las Notificaciones del área de Cobranzas, cuyos formatos presentan una secuencia
lógica según días de mora.
Transferencia de créditos al área de cobranzas:
• Falta de información oportuna sobre los créditos que han entrado en situación de
morosidad.
• Falta de control o control deficiente sobre la aplicación de las acciones de cobranza.
• Poca habilidad persuasiva para recuperar los créditos e inducir a clientes a honrar sus
pagos de manera puntual.
• Falta de disciplina y control para el cumplimiento de las normas de seguimiento y
recuperación de crédito.
• Amistad o familiaridad con los clientes morosos por lo cual no se les realiza la presión
adecuada para recuperar el crédito.
• Poca responsabilidad, negligencia o dejadez para realizar el seguimiento y cobro de la
mora dejando pasar el tiempo sin realizar actividades de cobranza.
• Timidez del cobrador para realizar sus funciones.
• Colusión entre los clientes morosos y el personal de cobranza para impedir que se
apliquen las políticas institucionales.
4. MORA CAUSADA POR FACTORES EXÓGENOS:
La morosidad es un problema para las entidades financieras, que si bien no se puede eliminar, sí
se puede prevenir con una adecuada política de riesgos.
Para evitar el aumento del ratio de morosidad podemos tomar una serie de medidas con
respecto a nuestros clientes(Morosos o potencialmente morosos):
En primer lugar, tener actualizada la ficha de nuestro cliente. Es muy importante, saber dónde,
cuándo y cómo podemos localizar al cliente en cuestión. Es obvio que no se puede ofrecer
soluciones de pago a un cliente ilocalizable. La gestión de la morosidad será más rentable si
dedicamos el menor tiempo posible con la mayor eficiencia.
Otro factor a tener en cuenta, es la gestión proactiva dela morosidad. Consiste en adelantarse a
los problemas que pueda tener un cliente para hacer frente al pago de sus compromisos y actuar
resolutivamente con anticipación, con el fin de garantizar el cobro en la forma y plazos pactados.
Es importante en cualquier caso, comprobar la solvencia del cliente antes de iniciar cualquier
operación.
Debemos conocer cuál es el flujo de cobros recibidos y de pagos a los que el cliente debe hacer
frente y asegurarnos de cuál es su solvencia patrimonial.
Debemos tener en cuenta que no todos los clientes son susceptibles de asumir el mismo
riesgo, es decir, en función de su solvencia patrimonial en términos cuantitativos, se les deberá
otorgar un límite máximo de riesgo, no siendo igual para todos los clientes.
En la medida que sea posible, se deben documentar todas las operaciones, pues la gestión de
la morosidad es más eficaz cuanta más información tengamos del cliente, de su actividad
profesional, del origen de sus ingresos y del destino de los fondos.