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UNIDOS

LA COMUN-UNIÓN ES UN
REGALO
• La unidad que estás llamado a
mantener en tu trabajo pastoral y
la comunión desde la que debes
trabajar no son una simple
estrategia, para ser más eficaz o
para que te rinda más lo que
haces.
LA COMUNIÓN SE PARECE A LA
UNIDAD DEL CUERPO
• Pero ser una comunidad unida no significa ser una
comunidad "uniformada". La uniformidad es algo
externo (la misma forma=uniforme

• No tener función alguna es no responsabilizarse de


nada en la marcha de la comunidad.

• Siéntete necesario y complementario en el conjunto del


trabajo de tu parroquia.

• Tu aportación no se mide por la cantidad. Lo que cuenta


es tu espíritu de entrega y la ilusión, el esfuerzo y la
calidad que intentas poner en tu trabajo.
UNIÓN EN UNA MISMA
VIDA
• Y piensa que antes que la unión en una misma tarea está
la unión en una misma vida. Por las venas de cada uno
de los creyentes es como si circulara la misma sangre: el
Espíritu del Señor, derramado en cada uno de nosotros
para formar un solo cuerpo.

• Realiza esa experiencia de fraternidad en el Señor y


gustarás la alegría de vivir los hermanos unidos.
• Difícilmente colaborarás a la unidad de tu propia
comunidad, si no tienes una idea clara de todo lo
que ella es y de cual es la totalidad de su misión
y de todo lo que se necesita para llevarla a cabo.
• Si pensaras que lo que tiene que hacer tu
parroquia o tu comunidad cristiana es sólo
celebrar el culto y prestar dignamente los
servicios religiosos; añadiendo sólo la
catequesis de los niños para que puedan hacer
la primera comunión;
• Celebrar la fe, transmitir la fe y vivir la fe,
transformando con su fuerza la vida personal y
social, abre un abanico inmenso de necesidades
y tareas, todas ellas necesarias para ser fieles a
la encomienda del Señor.
• Lo que no quiere decir que tú lo tengas
que hacer todo. Pero sí debes tener una
clara visión del conjunto, de la totalidad
de la misión de tu parroquia o de tu
comunidad cristiana, incluso para saber
descubrir lo que aún falta por hacer, o lo
que se hace mal.

• Promueve y participa en encuentros y


reuniones para programar juntos la
acción pastoral del conjunto; da vida, con
tu participación activa y estimulante, a
los canales de comunión y participación
de la propia parroquia
• Estimulado por el espíritu de comunión tienes
que salir del ámbito, siempre reducido, de tu
propio movimiento, y del ámbito de tu
propia parroquia.

• Antes que feligreses de tal o cual parroquia,


antes que miembros de tal o cual
movimiento, somos parte viva de nuestra
Iglesia diocesana y tenemos en el Obispo
nuestro genuino Pastor.
• Las líneas pastorales diocesanas, los
proyectos diocesanos comunes deben ser
"tus líneas pastorales" y "tus propios
proyectos". Como buen evangelizador, no
puedes "pasar" de ellos, haciendo tu
propia batalla.

• En la pastoral no hay "trabajadores


autónomos", todos somos "trabajadores
por cuenta ajena".
• A través de tu Obispo, que es también obispo de la
Iglesia universal junto a todos los obispos del mundo,
presididos por el Papa, obispo de Roma, formas parte de
la comunión universal de la Iglesia, una, santa católica y
apostólica.

• Sentirte solidario con todas las Iglesias, el servicio


misionero, compartir con las Iglesias más necesitadas,
conocer y apoyar a las Iglesias que tienen que hacer
frente a problemas sociales y humanos de especial
envergadura..., todo ello va haciendo universal tu
corazón de evangelizador e imprime en toda tu actividad
pastoral un talante de apertura, capaz de contagiar un
amor sin fronteras.
• Los distintos trabajos, servicios y ministerios que realizamos
en nuestra tarea pastoral reciben de la eucaristía la fuerza
de cohesión necesaria para ser realmente "trabajos por el
evangelio".

• La eucaristía es, además, una fuerte exigencia de salida hacia


el mundo. La muerte y la resurrección de Jesús, realmente
presentes en el pan y el vino compartidos, son un regalo de
vida entregada para la salvación de todos.

• La celebración de la eucaristía dominical debe ser, en tu


parroquia, una expresión gozosa de acogida y de
compromiso.
• La comunión de unos con otros es por sí
misma evangelizadora. Jesús pidió al Padre
que los apóstoles y nosotros fuéramos
"uno", para que el mundo crea.
• No llevamos entre manos una comunión
cerrada; no pretendemos construir con ella
un "Iugar cálido" donde refugiarnos .
• Cuando los evangelizadores nos dividimos
o dividimos a nuestras comunidades,
cuando vivimos una comunión fría, más
jurídica que personal, cuando no
rezumamos el gozo de la fraternidad, es
muy difícil que nuestro anuncio contagie.
OBJETIVOS
• 1. Percibir la comunión eclesial como un don que nos
urge en la tarea diaria. La comunión es gracia y tarea, y
tiene como efecto la corresponsabilidad y la
coordinación cordial de todos nuestros trabajos en torno
a los criterios evangelizadores de nuestra Iglesia.
• 2. Tomar conciencia de la totalidad de la misión que
tiene que realizar la parroquia, evitando los grupos
cerrados y enquistados.
• 3. Promover un "afecto colegial" en todos los
evangelizadores, que se manifieste en la disponibilidad
para un trabajo conjuntado. Crear conciencia de que,
entre todos, llevamos la responsabilidad de una misión
común, por encima de la necesaria "parcelación del
trabajo".
PARA LA REFLEXIÓN
• 1. ¿Descubro en la comunión de unos con otros un regalo, o la veo
como una "imposición jurídica"? ¿Percibo y vivo las diferencias en
tareas y trabajos como complementarias o como excluyentes?
¿Tengo tendencia a pensar que sólo lo que yo hago tiene
importancia?
• 2. ¿Percibo la raíz de nuestra unidad en el hecho de que todos
participamos del mismo Espíritu de Jesús? ¿Soy sensible y me
muestro disponible a reconocer y ayudar el trabajo de los otros?
¿Tengo una visión del conjunto de todo lo que hay que hacer como
Iglesia, o me reduzco a lo que yo hago? ¿Descalifico el trabajo de los
demás, porque no lo hago yo? ¿Colaboro en la puesta en práctica de
los planes pastorales parroquiales, arciprestales y diocesanos?
• 3. ¿Me siento unido a la Iglesia universal? ¿Cómo concreto mi
preocupación universal? ¿Qué sentido de universalidad doy a la
celebración de la Eucaristía; o busco su celebración con egoísmo
personal o de grupo? ¿Me doy cuenta de la importancia que tiene
para la tarea evangelizadora vivir la comunión eclesial? ¿Cómo
promuevo en la práctica esa comunión: uno, enfrento, recelo,
sospecho, critico...?
ORACIÓN
• Señor Jesús, que dejaste en la unidad de tus discípulos
un signo visible de la verdad de tu mensaje, haz que,
superando nuestras divisiones y enfrentamientos,
demos el testimonio de hermanos que se quieren, se
perdonan y se ayudan; que no actuemos llevados por
nuestros intereses personales o de grupo, que sepamos
construir la comunión, superando nuestras visiones
parciales, y sintiendo pasión por la comunión en tu
Iglesia. Quita de nuestro corazón los prejuicios que nos
cierran, haznos abiertos al trabajo de los demás, y
disponibles a la tarea común que nos encomiendas.
AMEN.

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