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LA IMPORTANCIA Y FINALIDAD DE

LA FUERZA PUBLICA EN LOS


INTEGRANTES DE LA PNP
QUISPE CESPEDES ANGELO SAMUEL
INTRODUCCIÓN

El mantenimiento de la ley y el orden no solo es una responsabilidad de las autoridades civiles. Se trata de una
tarea que compete a la policía, especialmente equipada, organizada y capacitada para esas misiones, como la
Policía Nacional del Perú.

Una de las funciones de las fuerzas Policiales de un Estado es afrontar situaciones de violencia, tensiones y
disturbios internos. Los disturbios y tensiones internas son situaciones para las cuales no existe una definición
jurídica, ni tratado internacional que defina claramente su contenido. Los disturbios pueden causar un elevado
nivel de violencia. A veces, la línea que separa los disturbios y otras situaciones de violencia interna de
los conflictos armados se difumina, y la única forma de categorizar situaciones particulares es examinarlas caso
por caso.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

En este contexto, la PNP sigue comprometida en la construcción de la paz y la transformación personal, espiritual, social y cultural a través
de procesos de investigación, educación y acción, acompañando a las comunidades del país en la transformación no violenta de conflictos, la búsqueda
de la justicia y el desarrollo.

El control de disturbios constituye una responsabilidad de la policía en todos los países. Los disturbios y acciones tumultuosas ocurren a menudo en las
partes más concurridas y activas de una ciudad. Motivos políticos y socioeconómicos son los más frecuentes de un disturbio. Un disturbio puede
compararse a un incendio; que si no se domina inmediatamente, se extenderá velozmente, causando extensos daños materiales como asimismo
heridas y hasta la muerte de seres humanos.

Es necesario, como aspecto prioritario, tener un concepto claro y objetivo de lo que significa "fuerza"; en el accionar policial, debe entenderse como: "El
medio compulsivo a través del cual el efectivo policial logra el control de una situación que atenta contra la seguridad, el orden público, la integridad y la
vida de las personas dentro del marco de la ley", aplicándose mediante un acto discrecional, legal, legítimo y profesional; no obstante, debemos
tomar conciencia que todo empleo excesivo de la fuerza se convierte en violencia y es visto como un acto arbitrario, ilegal, ilegítimo y no profesional,
con lo cual debe quedar claro para los efectivos policiales que "FUERZA NO ES VIOLENCIA".
MARCO TEÓRICO

• A. ANTECEDENTES. Se ha buscado bibliografía o trabajos Monográficos que guarden relación con presente trabajo de investigación habiéndose encontrado muy pocos
antecedentes sobre el particular.

• B. BASES TEORICAS LA VIOLENCIA La violencia es una acción ejercida por una o varias personas en donde se somete que de manera intencional al
maltrato, presión sufrimiento, manipulación u otra acción que atente contra la integridad tanto físico como psicológica y moral de cualquier persona o grupo de personas".

• "La violencia es la presión síquica o abuso de la fuerza ejercida contra una persona con el propósito de obtener fines contra la voluntad de la víctima".

• DISTURBIOS INTERNOS Se puede considerar que existe una situación de " disturbios internos " cuando sin que haya un conflicto armado no internacional propiamente
dicho, existe dentro de un Estado, un enfrentamiento que presenta cierta gravedad o duración e involucra actos de violencia.

• Estos actos pueden ser de formas variables, desde actos espontáneos de rebelión, hasta la lucha entre sí de grupos más o menos organizados, o contra las autoridades
que están en el poder.

• En tales situaciones, que no necesariamente degeneran en una lucha abierta en la que se enfrentan dos partes bien identificadas, las autoridades en el poder recurren a
cuantiosas fuerzas policiales, incluso a las fuerzas armadas, para restablecer el orden, ocasionando con ello muchas víctimas y haciendo necesaria la aplicación de un
mínimo de reglas humanitarias.

• TENSIONES INTERNAS A diferencia de los " disturbios internos " , en las " tensiones internas " no se registran enfrentamientos armados. Podría constituir una situación
de tensión interna, cualquier situación de grave tensión en un Estado, de origen político, religioso, racial, social, económico, etc.; o también, las secuelas de un conflicto
armado o de disturbios internos que afecten al territorio de un Estado.
En una situación de " violencia interna " , donde no se aplican como
tales las disposiciones del DIH, el " derecho de iniciativa humanitaria
" se desprende de los Estatutos del Movimiento de la Cruz Roja y
Media Luna Roja. Aunque este mandato confiado al CICR para
desempañar un papel humanitario en este contexto es menos "
legalista " que el que se le otorga en los Convenios de Ginebra, cabe
señalar que los Estatutos del Movimiento expresan también la
voluntad de los Estados. Dichos Estatutos, han sido adoptados en el
marco de una conferencia internacional que, cada cuatro años, reúne
a los miembros del Movimiento con los Estados firmantes de los
Convenios de Ginebra, y que guía nuestra acción humanitaria.
CONCLUSIONES

Durante los últimos años del Gobierno anterior se impuso una política de doble moral: de una parte, se instaba (de forma
indiscriminada) a los miembros de la fuerza pública a participar en combates, persecuciones, operativos en contra de los
integrantes de la guerrilla, estimulándolos con recompensas, prerrogativas estatales, facilidades de ascenso, y de otra –
para mantener vigentes los índices de popularidad– se acicateaban los deseos de producir resultados, muchos de ellos
inexistentes (falsos positivos), tanto de policías como militares, y se debilitaba al fuero penal militar, allanando la
aprehensión de las investigaciones a la justicia ordinaria, a través de las gestiones realizadas por la Fiscalía, acabando
en la práctica con esa garantía procesal, llegándose a extremos insólitos –lo cual ha puesto en tela de juicio la misma
confianza en la existencia de un auténtico Estado de Derecho– como la suscripción de un convenio entre el señor fiscal
general y el ministro de la Defensa, en nítida contravía con el art. 250 de la Constitución Política, que de manera
expresa prohibía que la Fiscalía pudiera hacerse cargo de asuntos del resorte de la Justicia Penal Militar, para que,
después de comprobarse la apatía generada en el seno de las fuerzas armadas, el actual Gobierno reaccionara,
tratando de modificar en un Proyecto de Reforma a la Justicia, que por fortuna develó las posiciones farisaicas de
políticos, magistrados y otros servidores públicos.
Hoy, gracias a Dios, hay que desplazar, así toque a codazos, a quien intente colocarse ante las

cámaras, antes que carismáticos pero frustrados protagonistas de novela, asistir a academias de

locución y oportunismo, saber cómo lucir las mejores galas y sonreír de manera cautivadora y ante

todo aprender el arte del maquillaje y del glamour y anunciar algo que impacte y conmueva, con una

voz firme y cultivada. ¡Qué importa que después se demuestre que no estaban en lo cierto! Esto ha

pesado, sin ninguna duda, en la suplantación de funciones y roles por parte de los encargados de

representar al Estado.
BIBLIOGRAFÍA

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Parmentier, t. I. CORRADINI, Camilo (1913): Diritto amministrativo militare, en V.E. ORLANDO (dir.), Primo trattato completo di diritto
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 DÍAZ GAMBOA, Luis Bernardo (2016): «La paz en Colombia: entre el acuerdo, el desacuerdo y el desespero», en Cuadernos Manuel Giménez
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 FRANCISCO Z., Gonzalo de (2005): «El doble reto del conflicto armado y la seguridad pública: la evolución de la policía nacional de Colombia»,
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