HOMBRES Y

MUJERES
BONSAI
En Japón existe un
tipo de árbol que se
considera una obra
de arte; y es
simplemente un
asesinato. Estos
árboles llegan a
tener hasta
quinientos años de
vida pero pocos
centímetros de
altura.
Generaciones de
jardineros han estado
ocupándose de ellos.
La técnica consiste en
poner los árboles en
una maceta sin fondo,
de forma que puedan
cortar continuamente
sus raíces.
No permiten que sus raíces lleguen a la Tierra. Y si no permites que las
raíces profundicen en la Tierra, el árbol simplemente envejece, no crece.
Es un fenómeno extraño el mirar este árbol. Parece muy viejo, pero solo
ha envejecido, está viejo, pero no ha crecido, no se ha desarrollado.
Las raíces que no se ven son la verdadera razón por la cual el árbol
no crece en la parte que está sobre el suelo, en la parte que sí se ve.
Esta es una ley de la naturaleza: “Lo que no se ve determina aquello
que si es visible”.
Lo comprobamos porque no podemos ver la electricidad, pero sí
podemos ver sus efectos.
A su tiempo, el árbol bonsái es
colocado en una maceta de poco
fondo y/o se le añaden rocas a la
maceta para que las raíces no se
desarrollen.

Bonsái ( 盆 栽   bonsai) es una

palabra de origen japonés que
significa literalmente bon = 'bandeja'
+ sai = 'cultivar‘.
Del mismo modo,
nosotros tenemos en
nuestras manos la vida
de la juventud y niñez
que asiste a nuestro
Instituto.
Si queremos favorecer
un cambio positivo
solo “yéndonos por las
ramas” no lograremos
nada…
¡En las raíces está la clave!

Podemos lograr cosas

maravillosas si les
ayudamos a profundizar en
sus raíces…

…o podemos mutilarlos
permanentemente
convirtiéndolos en hombres
y mujeres bonsái.