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Competencias comunicativas

El estilo y la gramática.
¿Qué se
entiende por
estilo?

Designa los medios expresivos propios de una


lengua, o de su forma hablada, o de un escritor, o
de la literatura
Lenguaje Oralidad

Escritura Vida

Unidad-Estilo
Retórica

Colombia es lo peor de la tierra y Antioquia lo peor de


Colombia.

Exageración o hipérbole

Forma
Tonalidad

Gramática
Lengua y habla Lenguaje

Material
idiomático Ideas-comunicación

Aporte del Personalidad


individuo
Se han vuelto envidiosos, ventajosos, malos. O mejor dicho
peores pues malos siempre han sido, desde que los engendró
España cruzándose con indias y negras. Cuando yo nací me los
encontré bajándose las cabezas a machetazos. Luego se
civilizaron y pasaron a matarse con metralleta. Lo malo es que
no se acaban pues en tanto matan se reproducen, y con una furia
creciente. Políticamente se dividen en conservadores y liberales;
gramaticalmente en género masculino y género femenino:
masculino es el que engendra, femenino es el que pare. Y en
tanto se matan y engendran y paren se alimentan de vacas y
cerdos que acuchillan y pollos que torturan en unos galpones
infames donde los encierran desde que nacen hasta que se
mueren sin ver la luz del sol. Dicen que los animales no tienen
alma pero que ellos sí. Y sí: son Homos sapiens de alma sucia,
puerca. A las vacas y a los cerdos que acuchillan y a los pollos
que les tuercen el pescuezo se los comen para convertirlos en
excremento que va a dar a las alcantarillas, que van a dar a las
quebradas, que van a dar a los ríos, que van a a dar al mar.
Al mar ambiguo, necio, estúpido, que mece olas diciendo: “Al
carajo, al carajo, al carajo”. Y digo ambiguo pues han de saber
que en español son cinco los géneros: masculino, femenino,
Género neutro, común y ambiguo. Y don Rufino José Cuervo no me
dejará mentir. El hombre es masculino, la mujer femenino, lo
bello neutro, el mártir es común, y el mar o la mar es ambiguo.
La Academia dice que puente también es ambiguo y que se
puede decir “el puente” o “la puente”, pero yo digo que no: sólo
“el puente”. Y según ella hay un sexto género, el epiceno, pero
yo digo que no: sólo los cinco enumerados y basta. 
Mediando el nuevo siglo, el XX, en que yo nací, andaba en otra
de esas guerras civiles que llamó “la Violencia”, con mayúscula.
“Violencia” es como se debería llamar ese país de nombre
equivocado, y sus habitantes “violentanos” y los académicos
Neologismo que lo estudian en las universidades norteamericanas
“violentanólogos”. Dizque “colombianistas”... ¡Qué neologismo
tan feo! ¿Qué diría don Rufino José Cuervo de esa horrenda
palabra? ¡Qué bueno que te moriste, Rufino José! No habrías
resistido el adefesio en que te convirtieron el idioma.
 “No creo que sea tan sólo por el pan y por el agua que yo
quiero a Francia” (Adolfo Bioy Casares). ¡Cómo así que “por el
pan y por el agua que yo quiero”! Ése es un “que” galicado, le
“Que” galicado falta el “por lo”. Debe ser, don Adolfo, con perdón: “No creo
que sea tan sólo por el pan y por el agua por lo que yo quiero a
Francia”. ¡Cómo! ¿Nunca leyó usted, con todo lo que
vivió, 85 años, a don Rufino José Cuervo? ¿No le alcanzó el
tiempito?
“Pasaron ya quince años desde que dejé París” (Alfredo
Bryce Echenique). ¡Cómo así, Alfredo, que dejé París!
Debe ser: “dejé a París”. Con la preposición “a”, que no
Omisión de proposiciones cuesta, y que se usa en español castizo con países y
ciudades cuando son complemento directo. ¿Tampoco
vos leíste a Cuervo, viviendo aquí al lado, en el Perú?
¡Claro, como te fuiste a París! Y oigan a Ricardo Piglia,
otro que se fue a París: “La primera vez que vi París me
pareció que ya la conocía” ¡Y dele con “ver París”!
¡Carajo! Es “ver a París”.
 “Dudo que, antes o después, me haya exaltado tanto
alguna noticia como aquélla”. ¡Cómo que “dudo que”.
¡Dudo de que! Le falta el “de”. Eso que cometiste tú,
Queísmo y dequeísmo Vargas, es el “queísmo”, una falta tan fea como su
contrario, el “dequeísmo”. Decir “que” cuando es “de
que”, y decir “de que” cuando es “que” es como no tener
madre o mentarle la madre a la abuela. Vos tan orgulloso
y tan premiado. ¡Qué! ¿No te dieron clase de español en
el Leoncio Prado?
 
Errores:
La incorporación del feminismo en la
discusión académica, es una ventaja para
entender las relaciones de poder.
En muchas ocasiones, el feminismo, es una
forma de resentimiento por parte de
mujeres que envidian a los hombre.
La coma y los incisos

Aportan información incidental o complementaria a una oración,


pueden utilizarse en lugar de los guiones largos o los paréntesis.

Simone de Beauvoir, autora del libro El segundo sexo, afirma que


no se nace mujer sino que se llega a serlo.
Simone de Beauvoir —autora del libro El segundo sexo—afirma
que no se nace mujer sino que se llega a serlo.
Simone de Beauvoir (autora del libro El segundo sexo) afirma que
no se nace mujer sino que se llega a serlo.
El paréntesis
Lo que se encierra en el paréntesis es una observación al margen del
objeto principal de lo que se dice. Incluso se podría quitar y no
alteraría la oración principal, sólo se quitaría una explicación adicional:

En estricta aritmética macabra, la guerra de Vietnam la ganaron de


sobra los Estados Unidos: hubo un millón de muertos norvietnamitas y
vietcong, y solo cayeron 60.000 soldados norteamericanos (las bajas
de las tropas de aliadas de Vietnam del Sur ni se contaron: carne de
cañón. Otro millón, tal vez).
El mango de su machete (pronto deberá cambiarlo
por otro; tiene ya poco vuelo) estaba
perfectamente oprimido entre su mano izquierda
y el alambre de púa.
Después de leer este cuento de Quiroga (que nos
interesó mucho), tenemos intenciones de conocer
el resto de su obra.
El guión largo
Usamos el guión largo: para separar elementos
incidentales que se intercalan en una oración; se
utiliza para intercalar una explicación, para
aclaración o comentario:
Después de leer este cuento de Quiroga —que
nos interesó mucho—tenemos intenciones de
conocer el resto de su obra.
En su versión actual —la utilizada por el
Ejército colombiano, y que dio origen a los
'falsos positivos' auspiciados por las
recompensas instituidas por el ministro de
Defensa Camilo Ospina—, el body count viene
de la guerra de Vietnam.

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