Seminario 2 / Agosto / 2008 Consideraciones generales El caminar una milla puede generar más de 60 toneladas de tensión en cada pie. No es de sorprender que más del 20% de los problemas musculoesqueletales afecten las extremidades inferiores. Más de 25,000 personas se tuercen el tobillo en los Estados Unidos cada día, no siendo todas estas lesiones simples. A veces hasta el 40% de estos pacientes pueden tener síntomas que les repercutirán en el futuro Corresponden al grupo de lesiones traumáticas quizás más frecuentes de la vida diaria; por ello todo médico, cualquiera sea su lugar de trabajo, en algún momento, se verá obligadamente requerido a atender a un lesionado del tobillo. Se registraron casi un millón de visitas a las salas de emergencia en 2001 debido a problemas de tobillo Breves consideraciones anatómicas La articulación del tobillo queda conformada por los extremos distales de la tibia y peroné, que estructuran una mortaja dentro de la cual encaja en forma muy ajustada, el cuerpo del astrágalo. La articulación es del tipo de las trócleas, en que las superficies armonizan en su diseño en forma perfecta. Cualquier desplazamiento lateral de una superficie sobre la otra, aunque sea mínima (sub-luxación), rompe la correspondencia entre ellas. La articulación queda sujeta por los ligamentos laterales: extremos peroneo-astragalinos y peroneo-calcáneo e interno, tibio astragalino o deltoideo, extremadamente fuerte. La mortaja tibio-peronea, por su parte, queda sujeta por los ligamentos tibio-peroneos anterior y posterior, e indirectamente por la membrana inter-ósea Movimientos del tobillo 1.-Flexión dorsal: en que el pie gira en torno a un eje transversal, se levanta y se acerca a la cara anterior de la tibia llegando a un ángulo de 20 a 30°. 2.-Flexión plantar: el pie gira hacia abajo en torno al mismo eje transversal, hasta formar un ángulo de 30 a 40°. Otros movimientos que ejecuta el pie, no son, normalmente realizados por la articulación del tobillo: Rotación interna, aducción o inversión: la articulación del tobillo no posee normalmente este movimiento; el pie lo ejecuta girando en torno a un eje antero-posterior: el borde interno se eleva y el externo desciende. El pie realiza este movimiento a nivel de la articulación sub-astragalina Anormalmente, la articulación del tobillo es arrastrada a este movimiento por desplazamiento exagerado (traumático) de la articulación sub- astragalina. Rotación externa, abducción o eversión: el pie gira en torno al mismo eje antero- posterior, pero en sentido inverso: el borde interno del pie desciende y el extremo se eleva. Pronación: resulta de un movimiento complejo: hay eversión, abducción y flexión dorsal del pie. Supinación: igualmente es un movimiento complejo: el antepié gira hacia medial en aducción y flexión plantar. El astrágalo es arrastrado a un verdadero movimiento de tornillo, girando en torno a un eje vertical; así le ofrece a la estrecha mortaja tibio peronea un diámetro mayor al que ésta puede soportar y con ello provoca la diástasis de la articulación tibio-peronea y ruptura de sus ligamentos. Lesiones de tobillo
I. Lesiones de partes blandas: esguinces y
entorsis II. Lesiones esqueléticas: fracturas maleolares III. Fractura – luxación Clasificación lesiones partes blandas Entorsis. Esguinces . Entorsis: corresponde a una lesión de poca magnitud, con distensión capsulo-ligamentosa, sin ruptura de sus fibras. El cuadro es doloroso, produce edema del tobillo y generalmente no hay equimosis en el sitio de la lesión. Es un término poco usado entre nosotros, y en la práctica se prefiere usar el término de esguince. Es una medida de buena prudencia clínica, ya que no resulta fácil ni seguro diferenciar entre una u otra lesión, toda vez que la sintomatología no permite siempre una diferenciación diagnóstica Clasificación lesiones partes blandas Grado I : leves, con ruptura parcial del ligamento externo o interno. Grado II : de gravedad mediana, con ruptura del ligamento pero sin signos clínicos de subluxación de la articulación. Grado III : muy graves. Con signos clínicos de desgarro de ligamento interno, externo y aun de los tibio- peroneos. Con seguridad hay desgarro capsular. Por ello la articulación ha sufrido lesión grave en su estabilidad; en lesiones de este tipo debe considerarse como seguro que ha habido en cierto grado una subluxación, sea externa o interna, de la articulación del tobillo, aun cuando el examen radiográfico no logre demostrar la lesión. Clasificación luxofracturas Clasificación de Laugen – Hansen : basada en el mecanismo de acción del traumatismo, deduciendo de éste el tipo de lesión y su magnitud. 1.-Fracturas por abducción. 2.-Fracturas por aducción. 3.-Fracturas por rotación externa con diástasis tibio-peronea inferior, en que hay pronación del pie (las más frecuentes). 4.-Fracturas por rotación interna, con supinación del pie. Clasificación luxofracturas Clasificación de Wiles - Adams: está basada en el tipo de daños anatómicos sufridos por la articulación: 1.-Desgarro de los ligamentos del tobillo, secundarios a una subluxación astragalina momentánea, que se ha reducido en forma espontánea. 2.-Desgarro de los ligamentos del tobillo, asociado a fracturas maleolares. 3.-Fracturas maleolares sin desplazamiento de fragmentos. 4.-Fractura del tobillo con subluxación externa o posteroexterna. 5.-Fractura del tobillo con subluxación interna o posterointerna. 6.-Fractura del tobillo con luxación anterior de la pierna. Clasificación luxofracturas Clasificación de Willeneger y Weber: es, de todas, la más simple. Se basa fundamentalmente en las características de la fractura del maleolo peroneo: nivel, grado de desplazamiento, orientación de la superficie de la fractura. De estos aspectos se deduce la gravedad de la lesión articular, del compromiso de partes blandas, integridad de la articulación tibio peronea inferior, considerada como esencial en la función del tobillo. Así, se clasifican las luxo-fracturas en tres tipos: Tipo A: la fractura del peroné se encuentra a nivel o por debajo de la sindesmosis; puede ir acompañada de fractura del maleolo interno. No hay lesión ligamentosa importante. Hay indemnidad de los ligamentos tibio-peroneos inferiores, de la membrana interósea, así como del ligamento deltoideo. Tipo B: corresponde a una fractura espiroídea del peroné, a nivel de la sindesmosis; puede ir acompañada de fractura por arrancamiento del maleolo tibial o ruptura del ligamento deltoideo. Debe considerarse la posible ruptura del ligamento tibio-peroneo inferior, con la correspondiente subluxación del astrágalo e inestabilidad de la articulación. Tipo C: fractura del peroné por encima de la sindesmosis; la fractura puede encontrarse en el 1/3 inferior, en el 1/3 medio de la diáfisis o aun a nivel del cuello del peroné (fractura de Maisonneuve). Debe contemplarse esta posibilidad, sobre todo cuando se acompaña de fractura del maleolo interno; el estudio radiográfico debe abarcar todo el esqueleto de la pierna. Las lesiones ligamentosas son extensas; hay inestabilidad de la articulación, las subluxaciones son frecuentes y hay desgarro de la membrana Cuadro clínico Fracturas tobillo Dolor en el lugar de la fractura, que en algunos casos puede llegar desde el pie hasta la rodilla. Inflamación importante, la cual puede presentarse a lo largo de toda la pierna o en forma más localizada. Pueden aparecer ampollas sobre el lugar de la fractura. Éstas deben ser tratadas inmediatamente por su médico. Hematomas que se desarrollan poco después de la lesión. Imposibilidad de caminar , si bien es posible caminar con lesiones poco severas, nunca debe basarse en la posibilidad de caminar como prueba para verificar si un hueso ha sufrido una fractura. Cambio en la apariencia del tobillo de modo tal que se diferencia del otro tobillo. Exposición del hueso a través de la piel esta es una señal de que se requiere atención inmediata Las fracturas que atraviesan la piel requieren atención inmediata pues pueden provocar infecciones importantes y un período prolongado de recuperación Aspectos a tener en cuenta para establecer diagnostico Peso corporal. Carga de peso en el momento del accidente. Actividad que se desarrollaba en ese instante: deambulación normal, durante una carrera, o cayó con el tobillo torcido desde cierta altura, etc. Intensidad del dolor. Rapidez del aumento de volumen; su intensidad. Posibilidad de caminar, etc., son sólo algunos de los antecedentes orientadores en el diagnóstico exacto. Tratamiento Fracturas tobillo 1.- Periodo de inmovilización Descanso (Rest). Es crucial no apoyar el pie lesionado, pues caminar puede causar daño adicional. Hielo (Ice). Para reducir la hinchazón y el dolor, aplicar una bolsa de hielo con una toalla fina sobre el área afectada durante 20 minutos por cada hora de actividad. No colocar el hielo directamente sobre la piel. Compresión (Compression). Vendar el tobillo con una venda elástica o utilizar una media elástica para evitar el incremento de la inflamación. Elevación (Elevation). Mantenga el pie en alto para reducir la inflamación. Debe estar a la misma altura o un poco más arriba del nivel de la cadera. MUCHAS GRACIAS