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Arquitectura etrusca

Los etruscos, pobladores de la antigua Etruria a quienes los griegos llamaban


tirrenos y que probablemente descendían de los pelasgos, cultivaron el arte de
forma simultánea a los dorios y tal vez, con anterioridad a los mismos pues ya
desde unos diez siglos antes de Cristo se hallaba el pueblo organizado
Arquitectura etrusca
Entre las principales aportaciones de la arquitectura etrusca se
encuentra la búsqueda de verismo, es decir, de la realidad sin
idealizaciones, pues por ejemplo, las tumbas fueron construidas
de tal forma que parecen casas. La arquitectura etrusca fue uno
de los pilares de la romana y sus características principales son
las siguientes.
La piedra fue el material básico empleado por los
etruscos en su arquitectura y, aunque de mala calidad, la
usaron como refuerzo para basamentos y otras
construcciones. El mármol no fue usado y la madera fue
útil para las cubiertas. Asimismo se usaron las tapias y
el ladrillo cocido.
A pesar de que en esta arquitectura se usaron estructuras
adinteladas, las formas mayoritariamente usadas fueron
la bóveda y el arco. La columna fue el soporte básico y
no tiene partes fijas; está relacionada con la columna
dórica y dio lugar a la columna toscana. Los capitales
fueron hechos con libertad y sin formas definidas. Con
frecuencia los templos fueron recubiertos con placas de
terracota y también se empleó la policromía
Griegos

La columna El dintel
Columna Arco

Dintel Bóveda
Pintura etrusca

Las pinturas etruscas que han


llegado a los tiempos modernos son,
en su mayor parte, frescos murales
de tumbas, y principalmente de
Palerme, en Sicilia. El hombre
etrusco vivía plenamente la
existencia terrenal confiado en una
vida dichosa de ultratumba. 
La arquitectura románica fue el primer gran estilo arquitectónico creado
en la Edad Media en Europa después de la decadencia de la civilización
grecorromana
En tímpanos eje central figura de
Cristo.
Las iglesias del Valle de Bohí son un conjunto de cuarenta
iglesias románicas, declaradas Patrimonio de la Humanidad
por la Unesco y situadas en el Valle de Bohí, en la comarca
catalana de la Alta Ribagorza
La planta preferida de la iglesia románica es la basilical con transepto marcado o no en planta, que da
forma de cruz latina.
Puede tener una, tres o cinco naves, y en la cabecera cuenta con ábside o ábsides semicirculares
correspondiéndose con las naves.
cabecera con girola y corona de absidiolos.
El lugar en el que se cruzan los brazos se llama crucero y
la torre que se levanta sobre él se llama cimborrio.
La cabeza de la iglesia, tiene forma semicircular, se llama
ábside y las naves que se prolongan y la rodean se llaman
girola.

Otra característica de estos templos es que se han


conservado importantes muestras de pintura románica
mural que se conservan en los numerosos museos
catalanes.

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