coherente; con autenticidad, seriedad, sinceridad y prudencia Viciosa: (viciada) o negligente ( laxa trata de alcanzar una decisión o ancha): no busca la verdad, o no es objetivamente justa y responsable, coherente (contra la propia convicción), que sea el eco de Dios en su falta sinceridad o prudencia y sobra interior, y obra conforme a ella; precipitación o malicia, minimiza las está abierta a una continua exigencias morales o suprime el formación y perfectibilidad. Puede sentimiento de culpabilidad convertirse en conciencia verdadera, o quedarse en el error (errónea) o en la duda (dudosa). Consigue la verdad objetiva, coincidiendo mi verdad subjetiva (rectitud) con la objetiva (los valores, la verdad VERDADERA misma del ser humano) = juzga como bueno-malo lo que objetivamente es bueno-malo. La conciencia no es fuente constitutiva de moralidad, sino manifestativa y aplicativa. La conciencia recta–verdadera tiene todos los derechos y no puede ser limitada por la sociedad; a la hora de actuar hay que seguir siempre su juicio.
Toma por bueno–malo lo que objetivamente es malo–
ERRÓNEA bueno; la verdad subjetiva no se identifica con la verdad objetiva por ignorancia, deficiente aplicación de los criterios y datos morales, u otras causas. «El desconocimiento de Cristo y de su Evangelio, los malos ejemplos recibidos de otros, la servidumbre de las pasiones, la pretensión de una mal entendida autonomía de la conciencia, el rechazo de la autoridad de la Iglesia y de su enseñanza, la falta de conversión y de caridad pueden conducir a desviaciones del juicio en la conducta moral». La conciencia invenciblemente errónea presupone la búsqueda de la verdad objetiva y del bien moral. INVENCIBLEMENTE Es norma del actuar: tanto si manda como si ERRÓNEA prohíbe, obliga lo mismo que la conciencia recta verdadera; si permite, exime de pecado. La conciencia invenciblemente errónea tiene “derecho” en el foro interno (y los demás tienen que respetarla); pero en el foro externo (implicaciones sociales) no goza de un derecho absoluto: está sometida a los principios del bien común.
VENCIBLEMENTE Se es responsable del error porque se pudo y se
debió corregir, pero no se hizo ERRÓNEA nada (despreocupación por la formación de conciencia, “a fuerza de vivir en contra de lo que se piensa se acaba pensando como se vive”...). CIERTA Posee una convicción firme, emitiendo el dictamen de modo categórico, sin miedo a equivocarse (certeza moral práctica: al juicio de conciencia no se opone ningún motivo serio de duda). Hay que obrar siempre con conciencia cierta, nunca con conciencia dudosa.
En situaciones de incertidumbre, inseguridad o perplejidad,
DUDOSA encuentra motivos tan serios para una decisión como para su contraria (= carencia de certeza). Es probable cuando no excluye el temor de equivocarse porque la opción contraria también goza de una aceptable plausibilidad. No se puede obrar con conciencia dudosa, porque se acepta la posibilidad de elegir lo contrario a la voluntad de Dios o de quebrantar los valores (hipotéticamente se está aceptando el pecado); por eso, antes de actuar, hay que salir de la duda. LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA
• Perpleja:
La persona se encuentra bloqueada ante un conflicto de valores o
de deberes y cree pecar tanto si elige una alternativa como si escoge la otra (haga lo que haga siempre hay algo mal). • Escrupulosa:
Concibe el más mínimo error o equivocación como un motivo para
valorar el acto como inmoral, incorrecto, pecaminoso, etc. LA CONCIENCIA. INDIVIDUAL-PRESIÓN GRUPAL
• Nivel preconvencional: Heteronomía. Se refiere a la dependencia y
sumisión de un individuo cuya conducta se encuentra bajo el control de una tercera persona o agente externo. En consecuencia, heteronomía es todo lo contrario de autonomía.
• Nivel convencional: Socionomía. El yo se identifica con la sociedad y
responde a las expectativas de la familia o del grupo social, independientemente de las consecuencias obvias e inmediatas (3ª: concordancia interpersonal), para conservar la imagen de persona aceptada por el grupo, o configurarse según las normas que mantienen un orden social determinado y que tienen un valor en sí mismas (4ª: Ley y orden).
• Nivel postconvencional: Autonomía. Adolescente o juvenil. El yo se
diferencia de los roles sociales (identidad personal) y define los valores y principios morales según unos principios de justicia escogidos por él, válidos y aplicables independientemente de la autoridad (del aplauso o reprobación del grupo o de las personas) y de las ventajas o desventajas. LA CONCIENCIA. INDIVIDUAL- PRESIÓN GRUPAL
• La interpretación de este esquema ha de ser flexible: la
edad cronológica no siempre coincide con la madurez ética (hay progresos, estancamientos y regresiones) y falta la referencia a la formación (sea cristiana o de otra religión) de la conciencia; pero es aplicable tanto a la conciencia personal como a las sociedades y culturas; además, aunque no aluda explícitamente, recupera la seriedad del orden moral objetivo o “natural”, frente a la facticidad social o el intuicionismo subjetivo.