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Ciudadanías críticas II

Ética UMB
Estructura de la clase

1. Indicaciones sobre el parcial


2. Desarrollo del parcial
3. Indicaciones sobre la actividad en grupos
4. Repaso del concepto de ciudadanía formal y su contradicción
interna
5. Relación entre Nietzsche y el concepto de ciudadanía
6. Aclaración del concepto de ciudadanía crítica
La ciudadanía formal

• El concepto insitucional/formal de
ciudadanía está íntimamente relacionado con
la obtención de derechos y deberes.
• Los derechos y deberes ciudadanos tienden a
ser impuestos, así uno se desenvuelva en un
contexto democrático.
• Se presenta una especie de contradicción
interna en el concepto de ciudadanía formal:
• El ciudadano tiene que cumplir sus deberes y
ejercer sus derechos, pero a veces estos involucran
opresión y exclusión, lo cual motiva a la protesta.
La ciudadanía formal y la exclusión social

• “Sociedad es una [sola] palabra, pero [es] muchas cosas” – John


Dewey
• En una sociedad organizada democráticamente se busca darle voz
y voto a todas las personas. Se trata del “poder del pueblo”. No
obstante, la democracia representativa tiende a involucrar
exclusión social.
• Yo soy colombiano y, por lo tanto, debo seguir las normas que
gobiernan a todos los colombianos. ¿Pero dónde queda mi
individualidad?
Conceptos nietzscheanos relevantes
para el problema de la ciudadanía

• Teoría de la verdad de Nietzsche (la cual se encuentra


en “Verdad y mentira en sentido extramoral”).
• El lenguaje no es más que una metáfora.
• La verdad es una característica de las proposiciones, es decir,
de formaciones lingüísticas.
• El lenguaje está constituido por conceptos.
• Por lo tanto, el lenguaje no puede alcanzar la realidad de la
totalidad del objeto. La verdad es un invento humano que deja
de lado aspectos de la realidad.
• Teoría ética de Nietzsche.
• Distinción y tensión entre el universalismo de la moral
(tradicional) y el relativismo propio de la
individualidad/singularidad.
Teoría de la verdad de Nietzsche

“Las sillas sirven para sentarse”


Teoría de la verdad de Nietzsche en el
contexto del problema de la ciudadanía

• Los colombianos deben regirse bajo las leyes


establecidas por el gobierno colombiano, entre ellas
la ley 89 de 1890, “Por la cual se determina la
manera como deben ser gobernados los salvajes que
vayan reduciéndose a la vida civilizada”.
• En esta ley, entre otras cosas, se avala la injerencia directa
de la fuerza pública en asuntos internos de las comunidades
indígenas.
• La ley fue tumbada por la Corte Constitucional en 2017, 127
años después de su publicación y 26 años después de que se
estableció la Constitución de 1991, donde se le da autonomía
a las comunidades indígenas.
• Todos somos colombianos, ¿pero dónde queda
nuestra individualidad, nuestra singularidad?
Una concepción nietzscheana del problema
de la ciudadanía

• En la concepción formal de la ciudadanía vemos una imposición de


valores “universales” por parte del Estado. Esto entra en conflicto
directo con nuestra singularidad.
• Vemos una analogía con el conflicto entre el león y el dragón.
• Parece haber una contradicción entre universalidad y singularidad.
• Tenemos dos opciones:
1. Aceptar irreflexivamente aquello que nos imponen, así esto involucre aceptar
exclusión social y opresión.
• Vemos acá una analogía con el camello.
2. Luchar por los derechos que nos niegan y contra los deberes que nos oprimen.
• Vemos acá cierta cercanía con el paso del león al niño.
Concepto de ciudadanía crítica

• No se trata de revelarse contra la propia ciudadanía. El manifestante no intenta


destruir Colombia, intenta hacerse escuchar.
• Se trata de apropiarse de la propia ciudadanía tomando una postura crítica (reflexiva,
racional) frente a nuestro contexto socio-político.
• No se trata de construir algo nuevo “sobre las cenizas de la democracia”, como
sugiriendo que esta debe ser destruida. Se trata de mejorar la democracia. Se trata de
abrir espacio para la diversidad dentro de la universalidad.
• El ciudadano crítico no solo exige sus derechos, sino los de los demás.
• No se trata de protestar porque sí. El ciudadano crítico no protesta porque todos los
demás lo hagan, sino porque reflexivamente considera que algo debe cambiar. Tiene
razones para sostener ello.
• El llamado a la protesta es, entonces, un llamado fundamentalmente ético.

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