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• El derrumbe del Socialismo europeo entre finales de los 80 y principios de los 90 condujo a
la crisis ideológica e institucional de la mayoría de los partidos y organizaciones de la
izquierda tradicional en el continente y facilitó la culminación de los designios estratégicos
de Washington respecto a los procesos revolucionarios de América Central, con la caída del
Sandinismo en Nicaragua por la vía electoral, en tanto que los movimientos revolucionarios
en El Salvador y Guatemala se vieron forzados por las nuevas circunstancias a insertarse en
los cuestionables procesos de democratización producidos bajo presión de EE.UU
RENACIMIENTO A FINALES DE LA DÉCADA DE
LOS 90
• Surgen movimientos populares contestatarios de amplia base social que acceden al poder político en
Venezuela, Brasil, Ecuador y Argentina.
• Fortalecimiento de los movimientos indigenistas, que reclaman espacios en las luchas políticas y
sociales de sus países, siendo los casos más notorios la lucha guerrillera y la acción política del
Ejercito Zapatista de Liberación Nacional y el movimiento político conducido por Cuauhtémoc
Cárdenas en México, y los casos de Ecuador y Bolivia.
• Se busca la integración con un enfoque latinoamericanista. Surgen fuertes movimientos sociales, no
partidistas, como el Foro Social de Sao Paulo y la Alianza Social Continental. Se producen la
aproximación de Chávez (Venezuela es miembro del Pacto Andino y también de MERCOSUR), a
Lula y Kirchner (Brasil y Argentina son los líderes de MERCOSUR). Estas fuerzas progresistas se
activan en la ALADI, en MERCOSUR, se crea el ALBA, UNASUR, CELAC, el Banco del Sur, la
iniciativa de Petrocaribe, entre otras acciones de integración latinoamericana. Aparece el "Eje del
Bien": Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia, Argentina, Brasil
¿CUÁL HA SIDO EL RESULTADO NETO DE DICHAS
TENDENCIAS SOBRE LA DISTRIBUCIÓN DEL
INGRESO Y DE LA RIQUEZA?
• a historia es muy diversa y no existe la información para corroborarlo con plenitud, pero es
posible hablar de cuatro fases. La primera fue de deterioro, hasta comienzos del siglo XX o
incluso después en economías con excedentes de mano de obra. A ella se sucedió una de
mejoría, que se dio en forma temprana (desde la década de 1920) en el Cono Sur por los
factores institucionales mencionados, en forma más tardía (en los años 1960 o 1970) en otros
(Colombia, Costa Rica, México y Venezuela), pero que no se produjo nunca en algunos
países (Brasil).
INESTABILIDAD MACROECONÓMICA,
DESARROLLO INSTITUCIONAL Y MODELOS
DE DESARROLLO
• la existencia de importantes vaivenes en el proceso de desarrollo. Uno de ellos es la
tendencia de los países latinoamericanos a experimentar prolongadas fases de rápido
crecimiento, que reducen por un tiempo la brecha de ingresos con los países industrializados,
pero que son sucedidas por grandes retrocesos relativos. A este patrón lo hemos denominado
convergencia truncada o alternancia de regímenes de convergencia y divergencia.
LOS RETOS A LA LUZ DE LA
HISTORIA
• Lo conseguido en materia de inflación y sostenibilidad fiscal debe consolidarse. Pero
también es evidente que queda el inmenso desafío de manejar la histórica vulnerabilidad
externa de las economías latinoamericanas. La respuesta a la crisis global de 2008-2009 fue
positiva en muchos sentidos para América Latina: no hubo crisis financieras externas o
internas, ni desbordes inflacionarios.
LA ENORME DEUDA SOCIAL QUE HA
ACUMULADO AMÉRICA LATINA A LO LARGO DE
LA HISTORIA.
• La herencia colonial de alta desigualdad económica y social, que analizaron los clásicos de
la historiografía económica latinoamericana, se ha reproducido y, en algunos casos,
ampliado en las etapas posteriores, que le han impreso nuevas dimensiones. Durante las
últimas décadas, los retrocesos en este último frente han sido más frecuentes y en materia de
reducción de la pobreza se perdió un cuarto de siglo antes de que retomara una dirección
positiva entre 2002 y 2008.
LA PRINCIPAL DEUDA HISTÓRICA
DE AMÉRICA LATINA
• El retorno de la agenda de la equidad social, el nuevo discurso de “cohesión social” y las
tendencias positivas observadas en este campo en la primera década del siglo XXI son
signos promisorios. El futuro nos dirá si ellas materializaron o no en el inicio de la
corrección de la mayor aberración histórica del desarrollo latinoamericano. De todas formas,
y siguiendo las enseñanzas de la historia
CONCLUSIONES