Está en la página 1de 20

Gilles Deleuze

La literatura y la vida

Deleuze, G., Crítica y clínica, Barcelona, Anagrama, 1996, p. 11-18.


La literatura y la vida
• “Escribir indudablemente no es imponer una
forma (de expresión) a una materia vivida”.
(Deleuze 12)
Se escribe, en literatura, hacia lo informe. La forma
se deshace; "la literatura disuelve". (Deleuze 12)
• "La literatura se decanta más bien hacia lo
informe, o lo inacabado”. (Deleuze 12)
No hay contenedor, que al mismo tiempo aporta y
contiene, es decir es un soporte, que no se disuelva,
que no deje de ser lo que era para ser otra cosa.
El hombre que escribe sobre sí mismo crea a otro
hombre, a otra mujer, a otro animal o a otro
La literatura y la vida
• “Escribir es un asunto de devenir, siempre
inacabado, siempre en curso, y que desborda
cualquier materia vivible o vivida”. (Deleuze 12)
No hay contenedor, entendamos contenedor por
sujeto que escribe, que no aporte lo que contiene;
es decir, el escritor es un soporte que se disuelve,
que deja de ser lo que era para ser otra cosa, en
la ficción. El hombre que escribe sobre sí mismo
crea a otro hombre, a otra mujer, a otro animal
o a otro vegetal. Deviene en un ser imperceptible,
que existe en sí mismo.
Escribir es aportar y construir algo sin forma, o,
La literatura y la vida
• “Es un proceso, es decir un paso de Vida que
atraviesa lo vivible y lo vivido”.
Lo "vivible" es lo posible, la facultad de simular ser
otro a partir de lo que uno es, o de lo que uno
ha vivido o puede vivir. Se toma el habla, que es
común, y se hace lengua, es decir singular: se crea
una lengua dentro de una lengua. Recordemos a
Jakobson y su propuesta del extrañamiento del
lenguaje. Se crea una lengua extraña, extranjera,
singular.
La literatura y la vida
• “La escritura es inseparable del devenir;
escribiendo, se deviene-mujer se deviene–animal o
se deviene-vegetal, se deviene–molécula. Hasta
devenir–imperceptible”.
Toda escritura es un devenir; es ser algo que
dejará de ser lo que es para ser otra cosa. Misma
que será algo informe, inacabado, y que tendrá
concreción y familiarización mediante el
avecindamiento de algo que contenga ese devenir.
La literatura y la vida
• “Estos devenires se eslabonan unos con otros de
acuerdo con una sucesión particular” (Deleuze 12).
• “Los movimientos de la literatura están en relación
unos con otros, están articulados, están
eslabonados. No se trata de algo aislado o puntual,
sino de movimientos en relación. Los
eslabonamientos son de dos tipos: sucesiones
(relaciones temporales) o coexistencia (relaciones
espaciales). (Etchegaray 1)
La concatenación de los eslabones o bloques
narrativos produce el movimiento hacia un desenlace.
Albala habla de los bloques narrativos de la
narrativa, decía que los bloques eran los “motivos”,
por su significado en latín, movere, de movimiento,
concepto que recogió de Kaíser y de Goic, y que ella
La literatura y la vida
• El devenir no funciona en el otro sentido, y no se deviene
Hombre, en tanto que el hombre se presenta como una
forma de expresión dominante que materia, pretende
imponerse a cualquier mientras que mujer, animal o
molécula contienen siempre un componente de fuga que se
sustrae a su propia formalización. (Deleuze 13)
• Deleuze piensa que los devenires son movimientos que se
sustraen a toda forma. No hay que pensar la mujer, o el
animal, o la molécula, como una materia informa a la que
se le impone la forma (varón, hombre, viviente). Hay que
pensar los devenires como deconstrucción de las formas,
como desarticulaciones de las formas constituidas . La
dirección del devenir es algo excluido (exterior) de un
sistema constituido o definido. Es lo que Laclau llama
La literatura y la vida
• “La vergüenza de ser un hombre, ¿hay acaso
alguna razón mejor para escribir? Incluso
cuando es una mujer la que deviene, ésta posee
un devenir–mujer, y este devenir nada tiene que
ver con un estado que ella podría reivindicar”
(Deleuze 13)
• “Devenir no es alcanzar una forma
(identificación, imitación, Mimesis), sino
encontrar la zona de vecindad, de
indiscernibilidad o de indiferenciación tal que
ya no quepa distinguirse de una mujer, de un
animal o de una molécula: no imprecisos ni
La literatura y la vida
• “El devenir es movimiento, no es estabilidad ni un
estado. Es lo que disuelve un estado, lo estable, lo
establecido. El devenir mujer, desestabiliza el
sistema cimentado sobre el fundamento del
hombre -varón.” (Etchegaray 2)
• “El arte no es imitación, mímesis, identificación
con las esencias. El arte es creación. Crear nuevas
direcciones. Crear una zona de vecindad, donde
ya no se puede discernir una cosa de la otra.
Crear un umbral. El umbral (umbra = sombra) es
una zona que está en la sombra y lo que está en
la sombra confunde sus límites con otras cosas
que están al lado. Las sombras confunden los
límites que diferencian las cosas y los seres. No se
La literatura y la vida
• “El arte borronea al modelo”. (Etchegaray 2)
• “La perfección real debe ser “imperfeccionada”,
“desperfeccionada”. (Etchegaray 2)
• “Cualquier cosa puede impulsar un devenir, pero
se debe contar con los medios: los signos, las
palabras. Al menos para darle dirección. La
literatura crea movimientos, devenires, creando
palabras.” (Etchegaray 2)
• “Cabe instaurar una zona de vecindad con
cualquier cosa a condición de crear los medios
literarios para ello.” (Deleuze 13)
La literatura y la vida
• “Toda escritura comporta un atletismo”. (Deleuze
14)
• “Pero, en vez de reconciliar la literatura con el
deporte, o de convertir la literatura en un
juego olímpico, este atletismo se ejerce en la
huida y la defección orgánicas” (Deleuze 14)
• “El artista como atleta no es el que alcanza la
meta, sino el que huye de la meta, el desertor. No
es el que va a los Juegos Olímpicos y lanza la
jabalina más lejos que todos los demás. Es el que
deja cae r la jabalina y se retira de la
competencia, el que se emborracha y llega tarde
La literatura y la vida
• “La lengua ha de esforzarse en alcanzar caminos
indirectos femeninos, animales, moleculares, y
todo mortal camino indirecto es un devenir. No
hay líneas rectas, ni en las cosas ni en el ocasión
lenguaje. La sin-[13]taxis es el conjunto de
caminos indirectos creados en cada para poner
de manifiesto la vida en las cosas.” (Deleuze 14)
• “Escribir no es contar los recuerdos, los viajes,
los amores y los lutos, los sueños y las propios
fantasías”. (Deleuze 14)
La literatura y la vida
• “El escritor como tal no está enfermo, sino que
más bien es médico, médico de sí mismo y del
mundo. El mundo es el conjunto de síntomas
con los que la enfermedad se confunde con el
hombre. La literatura se presenta entonces como
una iniciativa de salud” (Deleuze 15)
• «Algún día, tal vez se sepa que no había arte, sino
sólo medicina.» (Le Clézio)
• “La salud como literatura, como escritura,
consiste en inventar un pueblo que falta.”
(Deleuze 16)
• “No escribimos con los recuerdos propios, salvo
La literatura y la vida
• El pueblo del escritor “no es un pueblo llamado a
dominar el mundo, sino un pueblo menor,
eternamente menor, presa de un devenir–
revolucionario. Tal vez sólo exista en los átomos
del escritor, pueblo bastardo, inferior, dominado, en
perpetuo devenir, siempre inacabado. Un pueblo en el
que bastardo ya no designa un estado familiar, sino
el proceso o la deriva de las razas.” (Deleuze 16)
• “Soy un animal, un negro de raza inferior desde
siempre. Es el devenir del escritor.” (Deleuze 16)
El escritor como ser resistente. Habla desde la
resistencia. Su discurso es, como decía Mallarmé, la
voz del pueblo. El escritor como el marginado que
habla por sí y por los marginados; el escritor es
marginado por el sistema y, también, porque se auto-
margina, para escribir desde ahí y dirigirse hacia lo
La literatura y la vida
• “La literatura como la enunciación colectiva de
un pueblo menor, o de todos los pueblos
menores, que sólo encuentran su expresión en y
a través del escritor pese a que siempre remite a
agentes singulares, la literatura es disposición
colectiva de enunciación.” (Deleuze 16)
• “La literatura es delirio” (Deleuze 16)
• “No hay delirio que no pase por los pueblos, las
razas y las tribus, y que no asedie a la historia
universal.” (Deleuze 16)
• “Todo delirio es histórico–mundial,
«desplazamiento de razas y de continentes».”
(Deleuze 16)
La literatura y la vida
• “El delirio es una enfermedad, la enfermedad por
antonomasia, cada vez que erige una raza
supuestamente pura y dominante.” (Deleuze 16)
El delirio del opresor es una enfermedad.
• “Pero es el modelo de salud cuando invoca esa raza
bastarda oprimida que se agita sin cesar bajo las
dominaciones, que resiste a todo lo que la aplasta o la
aprisiona, y se perfila en la literatura como proceso.”
(Deleuze 16)
• “Un estado enfermizo corre el peligro de interrumpir el
proceso o devenir; y nos encontramos con la misma
ambigüedad que en el caso de la salud y el atletismo, el
peligro constante de que un delirio de dominación se
mezcle con el delirio bastardo, y acabe arrastrando a
La literatura y la vida
La enfermedad del opresor, su delirio de
dominación, ha mezclado a su delirio el delirio
bastardo, creando literatura fascista.
• “Objetivo último de la literatura: poner de
manifiesto en el delirio esta creación de una
salud, o esta invención de un pueblo, es decir una
posibilidad de vida. Escribir por ese pueblo que
falta” (Deleuze 16)
La literatura como acto de resistencia; como
delirio de curarse de la enfermedad que es el
mundo en que se vive. Se crea otro mundo,
avecindado con el nuestro.
La literatura y la vida
• “Lo que hace la literatura en la lengua es más
manifiesto; traza en ella precisamente una especie
de lengua extranjera, que no es otra lengua, ni
un habla regional recuperada, sino un devenir –
otro de la lengua, una disminución de esa
lengua mayor, un delirio que se impone, una línea
mágica que escapa del sistema dominante”.
(Deleuze 16)
• “Así, la literatura presenta ya dos aspectos, en la
medida en que lleva a cabo una descomposición
o una destrucción de la lengua materna, pero
también la invención de una nueva lengua
La literatura y la vida
• “«La única manera de defender la lengua es
atacarla... Cada escritor está obligado a hacerse
su propia lengua...»” (Deleuze 17)
Atacar la lengua es, con el fin, de crear otra, la
propia.
• “La lengua es presa de un delirio que la obliga
precisamente a salir de sus propios surcos.”
(Deleuze 17)
• “Una lengua extranjera no puede labrarse en la
lengua misma sin que todo el lenguaje a su vez
bascule, se encuentre llevado al límite, a un
afuera o a un envés consistente en Visiones y
La literatura y la vida
• “Estas visiones no son fantasías, sino auténticas
ideas que el escritor ve y oye en los intersticios
del lenguaje, en las desviaciones de lenguaje.”
(Deleuze 17)
• “El escritor como vidente y oyente, meta de la
literatura: el paso de la vida al lenguaje es lo
que constituye las Ideas.” (Deleuze 17)
• “Escribir también es devenir otra cosa que
escritor” (Deleuze 17)
• “¿Quién habla de escribir? El escritor no, lo que le
preocupa a él es otra cosa.” (Woolf)

También podría gustarte