enseñanza y ritual en un marco unificado. Nace en el trabajo de campo en una escuela católica de Toronto, en Canadá Encontré que mis ideas acerca del ritual __y la enseñanza__ continuaba siendo estrechas y simplistas y que como académico había subestimado flagrantemente el significado de la cultura joven que existe fuera de los límites de la vida del salón de clase.
Descubriría cosas extrañas y otras familiares que se hicieron
extrañas en sus escenarios : ritos de transición en los que el no amilanarse bajo el dolor se convirtió en el drama cultural prevaleciente ; un curriculum en el que la distinción entre valores católicos y capitalistas fue anulada; estudiantes que fueron expuestos a los sufrimientos de Cristo más que a su enseñanza y maestros que inconscientemente hicieron de Cristo tanto un agente secular de control social como un cadáver espiritual Mi propósito de proporcionar fundamentos a esta investigación sobre el ritual en el escenario contemporáneo del salón de clase, se basa en las siguientes creencias: que la escuela opera como rico receptáculo de los sistemas rituales; que los rituales desempeñan un papel crucial e inerradicable en el conjunto de la existencia del estudiante, y que las variadas dimensiones de los procesos rituales son intrínsecas a los acontecimientos y negociaciones de la vida institucional y a los contornos y entramado de la cultura escolar He adoptado una perspectiva del ritual que intenta asumir seriamente los conceptos de poder y dominación y que considera el ritual como un producto cultural construido como referencia colectiva de la experiencia simbólica y situada de la clase social de un grupo . De acuerdo con esto, el ritual será considerado como hecho político y como parte de las distribuciones objetivadas del capital cultural dominante de las escuelas (por ejemplo, los sistemas de significado, preferencias, actitudes, y normas que legitiman el orden social existente). Las fuerzas sociales no sólo dan lugar a expresiones simbólicas (como Durkheim nos ha mostrado) sino que símbolos y rituales se encuentran ahora en trance de crear grupos sociales. Ubicar los avances recientes en los estudios sobre ritual y performance dentro de la práctica del encuentro pedagógico, proporciona al educador partidario de las reformas un amplio dispositivo para desvelar y por lo tanto descodificar los obstáculos e impedimentos que encaran los estudiantes de la clase trabajadora al adquirir un educación.
GEERTZ, por ejemplo, define a la cultura como “un
patrón de significados históricamente transmitidos incorporados símbolos, un sistema de concepciones heredadas expresadas en forma simbólica por medio del cual los hombres se comunican, perpetúan y desarrollan conocimiento y actitudes acerca de la vida”. VICTOR TURNER está considerado como el principal exponte antropológico de los análisis simbólicos (que él describe como “simbología comparativa”) y los estudios rituales. Su trabajo es memorable, inaugura una nueva era en la comprensión de formas culturales tanto contemporáneas. El trabajo de campo antropológico inicial de Turner reflejaba un enfoque estructural funcionalista; más tarde se esforzó por abstenerse de entender la cultura como un momento funcional o estático congelado en el tiempo, prefiriendo en cambio concebir los géneros cultural, literario y artístico como “procesos” LA SOCIEDAD EDUCADORA La pregunta básica es: ¿Qué tipo de educación corresponde a un mundo como el actual. El tema de la políticas públicas en la educación es de trascendental importancia en el desarrollo de una nación. Varios investigadores coinciden que la influencia de la escuela formal en el proceso educativo se ha debilitado de manera ostensible. Esto obedece a tres factores: el desarrollo de los medios de comunicación, la urbanización acelerada de la población; y la transformación de los procesos de socialización de niños y jóvenes de ambos sexos. Esta pérdida relativa de influencia no significa que la educación formal halla perdido vigencia, o que cerrar las escuelas sea la recomendación más apropiada para la época. Estas primeras reflexiones apuntan a mostrar la gran influencia que hoy ejercen otras instancias de la sociedad, diferentes al sistema escolar formal. En primer lugar, está muy claro que la responsabilidad sobre la educación básica de niños y jóvenes es una competencia colectiva que no corresponde solamente al estado, sino que debe involucrar de manera precisa y concreta a las familias, a las organizaciones civiles y al sector empresarial La respuesta a las preguntas sobre el origen de las transformaciones educativas debe buscarse en cuatro ámbitos. Primero, el político. Los cambios que se están operando en las estructuras de los estados obligaran a redefinir el lugar de lo educativo en la sociedad. Segundo, en la formas de organización social que están emergiendo y que producirán modificaciones en las propias prácticas educativas. Tercero, en la cultura de las nuevas formas de comunicación social y de la producción del conocimiento. Por último, en la economía, donde se están creando formas de producción e intercambio de bienes y servicios , con la consecuentes modificación en las demandas realizadas a los sistemas educativos. Estamos viviendo una época de transición que marca el paso del estado docente a la sociedad educadora.