Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
contenido
CAPITULO I
VOLVERÉ
Hace millones de años se creó el planeta Érevlov; primeramente se formó el aire que lo
rodeaba, luego el sol para tener luz en las montañas y más tarde le crearon una Luna y las
estrellas para alumbrar el planeta por las noches.
El planeta Érevlov Decía: -Me siento solo, vacío, quién diera todo por tener una compañía.
Al poco tiempo emanaron del agua, cristalina limpia y se formaron así los mares, ríos y
lagos. Todo era quietud en el planeta Érevlov, no se sentía ruido alguno.
Tiempo más tarde brotó del planeta toda clase de plantas y animales.
El planeta Érevlov decía: -Estoy muy contento, aquí todo es bello, colorido y se respira un
ambiente tranquilo, pero… ¿a quién le ofrezco mi belleza?
El planeta tierra, animado, con mucho verde, mares, y colores,
Alrededor una luna animada y un sol también animado.
Miles de años más tarde brotaron pequeños hombrecitos que poco a poco
comenzaron habitar el planeta; al principio fueron cientos, después miles y luego
millones.
El planeta Érevlov estaba muy contento ya que los diminutos seres corrían por todo
su ser y eso lo hacía muy feliz.
Los pequeños hombres disfrutaban de los frutos que producían las plantas, el agua y
de todo lo que se encontraba en el planeta. Con estos hombres fue naciendo la
necesidad de comunicación, en la manera de expresar lo que estaban pensando.
Optando el lenguaje mismo que poseía el planeta Érevlov.
Arboles, montañas lagos y varios hombresitos, diciendo “hola”
De los descendientes de estos hombrecitos nació Miguelito a quien Érevlov le dijo en
una tarde mientras se bañaba en el rio: -Miguelito, dile a tus descendientes que me
cuiden, porque si no ya no volveré. Miguelito le dice: - No te preocupes Érevlov, así
se lo haré saber a todos.
Los años pasaron y Miguelito se enamoró de una bella mujer con quién tuvo dos
hijos. La misión de esta familia sería cuidar del planeta y desarrollarse como
verdaderos seres, teniendo una buena comunicación y creando historias para hacer
a Érevlov un planeta feliz.
Un sol sonriente, una familia: papá (Miguelito) mamá (Bella)
Hijo (Jorge) hija (Lucía) y corazoncito alrededor.
CAPITULO II
Los juguetes los puso dentro de un carrito grande de cuerda, al que arrastró por el cuarto
chocando con los muebles, dejando caer algunos juguetes en el camino.
Bajó las escaleras y se acercó a una ventana para saludar a su papá Miguel, quién a estas
horas estaría trabajando en el jardín.
Lucía se asomó y vio gotas de agua pegada en el cristal, se acercó un poco más y vio pasar
hojas de árbol secas que bailaban en el viento, se acercó a un más y miró a las flores del
jardín que estaban empapadas con la lluvia, no buscó a su papá porque de seguro estaría
dentro de casa.
• Lucia levantándose de su cama, lucia bajando de las escaleras jalando
un carrito, una ventana con gotas de agua pegadas.
Un poco triste por no poder salir, corrió por la casa con el carrito jugando en las carreras
hasta que se tropezó con un mueble alto dejando caer una maseta de tonos azules,
rompiéndose en muchos pedazos haciendo un ruido muy fuerte, tirando la tierra y
maltratando las flores.
La mamá de la niña que estaba cerca, la abrazó para evitar que agarrara los trozos afilados
y se cortara los dedos, la niña la miró y su madre le sonrió y le besó la frente. Las dos se
quedaron viendo el desastre y la pequeña al ver lo que hizo exclamó en voz alta -¡Parece una
playa pequeñita!- y su madre la miró curiosa.
La niña señaló el desastre diciendo -Los pedazos azules son el mar, la tierra es la arena y
las flores son las conchitas de los caracoles de colores-. La madre le hizo cosquillas y le
pidió que jugara en otra parte de la casa mientras ella limpiaba. La pequeña imaginó que
podría hacer su propia playa, una muchísimo más grande y en su propia casa.
• Una maceta de flores azules partidas, lucia señalando la maceta y su
mamá (bella) abrazándola por detrás.
La pequeña corrió con su carrito a un mueble de la sala, sacó una manta y una
canasta, fue a la cocina y tomó varias frutas, platos y cubiertos. Regresó al lugar
donde su mamá estaba terminando de recoger los pedazos rotos, y puso un poco de
tierra en un plato, poniéndolo todo en su carrito.
Le pareció que era muy poca tierra, decidió bajar a la cocina y agarrar un
recipiente grande, vio que no había quedado nada de tierra en el lugar del desastre,
buscó otras masetas y de cada una sacó una porción de tierra, las puso dentro del
recipiente y subió corriendo al baño.
• Lucía en traje de baño, con gafas y aletas de natación, al lado la tina
del baño.
Vertió todo el frasco, enterró las canicas en la tierra, abrió la manta y la puso en el
piso, la canasta la puso sobre la manta, al lado los platos llenos de frutas. Abrió la
llave de la tina, se puso el traje con los accesorios y comenzó a nadar en el agua.
Su mamá la observaba desde la puerta abierta, la entre cerró y fue al pasillo, abrió
una ventana y llamó a su esposo, quién estaba usando una escalera para limpiar las
tejas con una manguera, quitando las hojas secas de los árboles cercanos y regando
el jardín de paso.
Los esposos hablaron, el hombre entró por la ventana y ambos entraron en su cuarto
demoraron un rato. Después entraron en el baño, ella vestida de flores con un gran
sombrero y gafas de sol con un gran bolso, él de shorts con toalla y bloqueador en
mano.
• Bella y Miguel con trajes de baño
La niña contenta al verlos vestidos de trajes de baño les dice - ¡Por fin llegan! Preparé
todo para nuestro día en la playa-. La madre se sienta en la manta y come de una de
las frutas, el padre se acercó para ponerle bloqueador en el rostro de su hija
mientras ella chapoteaba en el agua.
Tito y Rita siempre se preocuparon por tener un hogar, sin lujos, pero lleno de amor;
que para ellos era lo más importante y suficiente que debía tener su pequeño hijo.
Con el pasar del tiempo Lalo fue creciendo y observaba por la ventana de su habitación a
otras criaturas que también vivían en el mar, los veía como figuras extrañas que se
divertían mucho con su familia y yendo a la escuela.
Cierto día, papá Tito le dice a Lalo: -Llegó el momento de que dejes la casa y vayas a la
escuela, allí tendrás muchos amigos y aprenderás cosas nuevas.
Lalo muy nervioso pregunta: -Y… ¿cómo es eso?
Papá Tito responde: -Mañana iremos a la escuela de la señorita Berta.
Varios(tres peces papás incluyendo a Tito y tres peces hijos incluyendo
a lalo) los peces papás llevan de la aleta a sus hijos (alrededor de Lalo
unos signos de interrogación), los pecesitos se dirigen hacia una
escuela (dibujar la fachada de una escuela)
Al día siguiente, Lalo se levantó muy temprano entusiasmado, le dio un beso a mamá
Rita y le dijo: -Mamita te voy a extrañar, pero volveré al rato.
Papá Tito lo tomó de la aleta e iniciaron su marcha a través del océano; Lalo observó
en el camino a otros seres tan pequeños como él que eran llevados de la aleta de
sus padres. A unos minutos después llegaron a la escuela.
Como esas…
Al rato, Lalo observa a otras criaturas, pero no se atrevió a compartir con ellos, permaneció
inmóvil, temblaba y sudaba mucho; todo era nuevo para él.
La maestra Berta les dice a todos: -Es hora de nadar afuera.
Uno por uno lo iban intentando, pero llega el turno de Lalo y este no pudo hacerlo, todos sus
compañeros se empezaron a reír de él.
Ven! Nadie se va a reír de ti, porque todo nos equivocamos, mejor disfruta y échate a nadar
que tú puedes!
Lalo con emoción y sin miedo a equivocarse, se echa a nadar en toda la superficie con
mucho estilo, todos sus compañeros le aplauden y desde allí Lalo dejó de tenerle “miedo al
agua”.
• Varios peces aplaudiendo (puedes hacer estos peces de pie y en sus aletas
unas rayas que indiquen movimiento)
Jorge quién solo deseaba tener una gran compañía para poder jugar. Pedía a sus
padres con mucha insistencia un perrito, para con él correr por toda la casa,
conversar y divertirse.
El día del cumpleaños de Jorge se acercaba y sus padres decidieron regalarle para
ese día un cachorrito y así fue. Para ese día, su padre llegó con una casita de perritos
y detrás de él un cachorrito muy tierno envuelto en un lazo de regalo para Jorge.
• Jorge al lado de un pastel de cumpleaños que tiene el número 7, y su
padre miguel con un cachorrito que lleva un lazo de regalo
Jorge al verlo se puso muy contento por su gran amigo, con quién planeaba, cuidarlo
para que cuando dejara de ser un cachorrito, jugar con él y enseñarle a hablar para
así conversar de muchas cosas.
Jorge en todo el tiempo que pasó además de divertirse jugando con su perro al que
llamó “Dog”, le enseñaba varias palabras para que éste las aprendiera y pudiera
conversar con él. Pero Dog no decía ninguna de las que Jorge le enseñaba, solo
decía “GUAUU GUAUU”.
Sus padres sonrieron y le dijeron: -Hijo pero es que los perros no hablan, ellos se
comunican con el entorno ladrando, por eso Dog siempre dice "GUAU GUAU". Pero, no
estés triste, porque él te escucha cuando lo llamas, él hace caricias lamiéndote la cara,
mueve la cola para decirte que está feliz y siempre tiene ganas de jugar contigo.
Jorge al comprender le dice a su mamá: -Sí mami, aunque Dog no hable lo amo igual,
porque siempre ha jugado conmigo y sé que me quiere como yo lo quiero a él y aunque
no lo diga con palabras, siempre me lo ha demostrado.
• Jorge feliz abrazando al perro, corazones alrededor de los dos y Dog (el
perro) moviendo la cola (en la cola del perro rayas que indiquen
movimiento)
MI LOPO
Sonaba la puerta con leves “Toc, toc”, esta se abrió despacio y a cada lado rostros
familiares se encontraron. Con la maleta a su costado una pequeña levantaba la vista;
con orgullo una mujer se inclinaba para abrazar y besar a la vista, ambas se
saludaban con emoción y cada una decía - ¡Tía Claudia"!-, - ¡Pequeña Lucía!
Con rapidez ambas entraron a la casa con la maleta, tomadas de la mano llegaron a un
cuarto muy colorido con muchos juguetes y cosas de bebés, se acercaron a una cuna
que tenía un letrero con letras que formaban el nombre del bebé "Lois".
La niña se sienta sobre un tapete con el bebé, quién se libra de su abrazo hasta llegar a
una pila de juguetes, sujeta uno y se lo da a Lucía diciendo - ¡Toma Brum Brum! teniendo
la niña entre sus manos un carrito, el bebé le dio otro juguete al que si llamó por su
verdadero nombre: “pelota", también le entregó un avioncito, este diciéndole "bata"-
• Lucia sentada sobre un tapete, el niño gateando hacia una pila de
juguetes (puedes hacer algunos otros juguetes pero que se distinga
un carrito, una pelota, un avioncito y un cascabel.
• Por ejemplo asi, quita la esfera del mapamundi, el osito y la mochila
Luego, Tomó otros y también se lo dio, quitó unos cuantos y se notaba que estaba buscando
algo, algunos los tiró en el aire, otros se los entregaba a Lucia hasta que empezó a llorar
diciendo - ¡Mi lopo!, ¡mi lopo!-
Lucia se levantó y tomo varios juguetes que estaban cerca de ella, agarró varios y uno a uno
se lo mostraba al pequeño.
En todos sus intentos el rechazaba a cada uno de ellos, moviendo su cabecita de lado a lado,
lloraba y gritaba: -¡!mi lopo, mi lopo, mi lopo!-
En un momento entro en el cuarto la madre del pequeño con notable preocupación - ¡Escuche
unos gritos! Dijo la madre, mientras miraba el desorden que había en cada rincón del cuarto,
sobre la cuna, sobre los muebles y debajo del tapete.
• El bebé llorando, diciendo ¡mi lopo! ¡Mi lopo! ¡mi lopo! Y moviendo la
cabeza de lado a lado (haces líneas que indiquen movimiento)
• Varios juguetes tirados (los mismos que hiciste, pero regados) y la
mamá viendo al bebé (ella está en la puerta de entrada)
La niña le dijo - Comenzó a llorar porque no encuentra un juguete que quiere, intenté
encontrarlo pero no sé cuál es, solo dice "mi lopo" una y otra vez.
La madre sonrió y tomó un osito que estaba arriba del armario, se lo dio a Lucía, quién
miró muy bien el juguete, se lo dio a Louis deteniendo su llanto.
Sorprendida Lucía dice: -Pero… tía eso no es un “lopo” es un oso de peluche, además
¿Qué es un lopo?
Su tía responde: -Tranquila cariño, él está aprendiendo a hablar, es normal que invente
nombres a sus juguetes favoritos y con este sí que tuvo imaginación-
• Lucía (ni feliz ni triste) (sentada) viendo al bebé (alrededor de Lucia
dibujar signos de interrogación), Lois con un osito de peluche entre
sus manos (abrazando al osito)
CAPITULO VI
LA MEDUSA IMAGINARIA
Los padres de Jorge habían planeado un día familiar en una gran piscina, donde
estarían mamá, papá, una tía con su hijo bebé, Jorge y su hermana llamada Lucía.
Todos listos para nadar, tomar el sol y disfrutar de los juegos acuáticos.
Por alguna razón ya no sentía la necesidad de respirar, miró su pierna, estaba envuelta en
unas cintas de colores, siguió con la mirada el largo de las cintas, las cuales venían de una
profundidad a un mayor de donde él se encontraba. Decidió bajar, mientras más bajaba más
oscuridad había.
Bajó a quizás la parte más profunda, su cuerpo comenzó a pesar más, sentía que el agua se
volvía cada vez más fría, sus ojos pudieron ver a la distancia una suave luz que al acercarse
se hacía más grande, cuando ya estuvo lo suficientemente cerca pudo distinguir la figura de
lo que quizás era una medusa.
• Jorge nadando hacia abajo, siguiendo el tentáculo que viene de la
meduza ( el tentáculo tiene un nudo) (dibuja a la medusa pero no
muy grande, recuerda el nudo que tiene en uno de los tentáculos)
Su cuerpo era redondo y trasparente, dentro de ella salían pequeñas luces que brillaban
más de lo que se pudiera pensar, de su cuerpo salían tentáculos tan largos y finos que
parecían metros de cinta, solo sus tentáculos tenían color, muchos colores, tantos
colores como los días de la semana.
Cuando Jorge sacó la cabeza del agua, pudo ver que su hermana estaba jugando con
su primito bebe, cerca de su tía y a su mamá, pero no podía ver a su papá. Algo lo
levantó en el aire, se asustó, pero vio que era su padre quién lo cargaba en sus
hombros.
Su padre jugó con él por un buen tiempo hasta que llegó la hora de regresar a casa, al
recoger todas las cosas su hermana preocupada señaló su pierna, Jorge tenía una
cicatriz morada subiendo su pierna, él dijo – Es un regalo –.
• Jorge en los hombros de papá (aun dentro de la piscina, pero los dos
flotando), la medusa abajo feliz, dando vueltas (sin el nudo en el
tentáculo).
• Así, pero dentro de la piscina.
• Una reflexión.