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BOTERO Y LA VIOLENCIA

COLOMBIA: LA GUERRA CIVIL


SILENCIADA
 Durante la década de 1980 el conflicto armado
presentó un rápido escalamiento que se caracterizó por
la intimidación generalizada que produjeron los grupos
terroristas en numerosas regiones del país, por los
asesinatos selectivos de miembros civiles de tendencia
izquierdista a manos de grupos paramilitares, así como
por la aparición de bandas narcotraficantes que se
enfrentan a los grupos subversivos.
 El punto más alto se presenta durante la
presidencia de Andrés Pastrana y el gobierno
de Álvaro Uribe, en el cual se enfrentaban
la Fuerza Pública contra los grupos insurgentes y
paramilitares, los cárteles del narcotráfico y los
grupos criminales
 La época en la que se ubica el mayor recrudecimiento
ocurrió entre 1988 y 2003, pero es en la segunda mitad
de la década de 1990 cuando el conflicto entra en su
fase más cruenta, ya que se generalizan las
intervenciones armadas a la población, las
desapariciones forzadas, las masacres indiscriminadas
de civiles, el desplazamiento forzado masivo y los
secuestros colectivos de civiles, militares y políticos.
BOTERO ANTE LA VIOLENCIA

“Mi país tiene dos caras. Colombia es ese


mundo amable que yo pinto siempre pero
también tiene esa cara terrible de la violencia.
Entonces, en cierto momento, tengo que
mostrar la otra cara de Colombia”.
“Estos cuadros son una manera de rechazo a la
violencia. Soy el menos partidario de que las
cosas se arreglen mediante la fuerza y la
brutalidad. Los conflictos se arreglan con
diálogos, con concesiones, con entendimiento.
“Violencia en Colombia” representa las
décadas de conflicto que ha vivido Colombia y
consta de 67 obras, compuesta por 42 dibujos y
25 óleos que Fernando Botero cedió al Museo
Nacional de Colombia en el año 2004, para que
fuera una obra itinerante.
ANTECEDENTES DE LA VIOLENCIA

El tema de la violencia ha estado presente desde


temprano en la obra de Botero; Entierro de
carnaval, 1951; Frente al mar, 1952; La guerra,
1973
ENTIERRO DEL CARNAVAL
LA GUERRA
Pinturas como Carro bomba (1999), El
desfile (2000), Tristeza (2002), Mujer
llorando (2002) y Hombre cayendo (2002) son
algunas de las obras donde se refleja la
necesidad del escultor y pintor colombiano de
no querer vivir de espaldas a la realidad
nacional.
CARRO BOMBA, 1999
EL DESFILE, 2000
TRISTEZA, 2002
MUJER LLORANDO
HOMBRE CAYENDO
MASACRE
MADRE E HIJO
UN SECUESTRO
ESTÉTICA DE LA FEALDD

 Aparecen unos trabajos que recurren a estrategias


plásticas diferentes dentro de la obra de Botero, lo
que aquí hemos denominado estética de la
fealdad: Sin título, Río Cauca y Motosierra rompen
con la serialidad de Violencia en Colombia y con
los cuerpos jugosos como frutas. Es decir, la obra
de Botero se niega a sí misma. La disonancia y la
fragmentación de las formas irrumpen con potencia
y nos indican que algo más que las formas son
fragmentarias y disonantes. Algo ha sido roto.
SIN TÍTULO
RÍO CAUCA
MOTOSIERRA
 El cuerpo fragmentado, torturado y
desmembrado es un cuerpo en dónde ya no
mora ninguna humanidad, parece, más bien,
una porcelana hecha pedazos.
MASACRE DE CIÉNAGA GRANDE, 2002
Cerca de Buenavista, otro pueblo flotante, se
cruzaron con tres pequeñas canoas en las que
ocho pescadores se disponían a comenzar su
jornada. Estaban como a 60 metros, según los
relatos de varios testigos, y sin detener las
lanchas los paras comenzaron a dispararles
ráfagas de metralleta. “Los mataron como si
estuvieran jugando tiro al blanco”,
Luego capturaron a otro grupo de 12
pescadores al frente de la iglesia y después de
interrogarlos para que revelaran el paraderos
de otras personas de la lista los fusilaron
LA MUERTE EN LA CATEDRAL
VIOLENCIA INTERNACIONAL.
ABU GHRAIB
A principios del 2003 se sucedieron numerosos
casos de abuso y tortura de prisioneros
encarcelados en la prisión de Abu
Ghraib en Irak por el personal de la Compañía
372 de la Policía Militar de los Estados Unidos,
agentes de la CIA (agencia gubernamental de
los Estados Unidos) y contratistas militares
involucrados en la ocupación de Iraq.
 La investigación criminal realizada por el ejército de
los Estados Unidos se inició en enero del 2004 a raíz de
la denuncia anónima efectuada por el sargento Joseph
Darby. Los informes que le siguieron, así como también
las fotografías que mostraban personal militar
estadounidense abusando de prisioneros causaron un
gran revuelo mundial cuando en abril, el programa 60
minutos de la CBS y un artículo de Seymur M. Hersh en
la revista The New Yorker destaparon la historia
ABU GHRAIB

En 2005 se hicieron públicas sus


pinturas sobre las torturas en Abu
Ghraib.
 La intención de las exposiciones ha sido
mostrar al público el valor testimonial de la serie
y, en algunos casos, se la ha comparado
con Los Desastres de la Guerra de Goya o
el Guernica de Picasso: “No me pude quedar
callado: el poder del arte es hacer recordar
algo y espero que mi arte logre eso”, ha
manifestado Botero (2007).
Botero declara que la fuente documental de sus
obras es la prensa: noticias, testimonios y
fotografías. La obra de arte, a diferencia de la
rutinización informativa, tiene la capacidad de
develar la verdad de la barbarie,
independientemente de que las fuentes de las
obras sobre la violencia sean, precisamente,
imágenes mediáticas:
La pintura tiene la capacidad de hacer visible lo
que es invisible (…) Quería reconstruir la
atmósfera de la prisión con escenas que no
salían en las fotos [las fotos sobre las torturas en
Abu Ghraib] (…)
Una foto es un click. Claro que puede ser un
documento tremendo. Pero la pintura es una
concentración de la emoción y del tiempo,
dejando a un lado lo que no concierne al tema,
y eso da un sentido especial a las imágenes.
Santiago Londoño considera que en esta serie:
…la alegría de vivir desaparece y es
reemplazada por la conciencia adolorida. El
desgarramiento es estático (…) Todo está
dominado por un silencio luctuoso y un religioso
sufrir con paciencia y abnegación, que ni las
ráfagas de balas, congeladas una por una,
consiguen interrumpir con su mortal recorrido
Fernando Botero: El mundo entero estaba en un
estado de shock cuando la prensa
estadounidense dio a conocer la tortura de los
iraquíes en la prisión Abu Ghraib. Leí sobre eso
en el New Yorker en un famoso artículo de
Seymour Hersh. Me quedé sorprendido, dolido y
furioso, como todos los demás. Cuanto más leía,
más me sentía motivado y furioso, alterado
Unos meses después iba de regreso a París en
un avión cuando volví a leer sobre esa tragedia.
Tomé un lápiz y un cuaderno y empecé a
dibujar. Cuando llegué a mi estudio en París
seguí dibujando y pintando. Se convirtió en una
especie de obsesión que duró 14 meses. Solo
trabajaba en eso y solo pensaba en eso
 De repente, me sentí vaciado, como si ya no tuviera
nada más que decir sobre eso. Me sentí en paz. Por
alguna razón encontré la paz. Pero por meses sentí ese
deseo de decir algo, porque para mí era una enorme
violación de los derechos humanos y Estados Unidos ha
sido un modelo de compasión y un modelo de
derechos humanos, y va y comete esa violación. Ese es
el mayor daño que se le ha hecho a la imagen de este
país.
Fernando Botero: Para mí las fotos fueron muy
importantes para ver la atmósfera en que se
desenvolvió ese drama. Vi las fotos,
especialmente la iluminación tan dramática,
porque la tortura se llevaba a cabo más que
todo en la noche. También me inspiró el texto.
Traté de visualizar lo que estaba sucediendo. La
pintura tiene la capacidad de hacer visible lo
que es invisible. No tiene sentido copiar una
foto. Quería reconstruir la atmósfera de la
prisión con escenas que no salían en las fotos,
para crear una idea del ambiente, para
comunicar una idea de los horrores que se
estaban cometiendo.
Fernando Botero: Una de las cosas que más me
impactó de las fotos que vimos es que se
ponían guantes verdes para tocar a los
prisioneros. Para mí esa fue una enorme
humillación. Eso me impactó profundamente,
las manos en guantes verdes tocando al preso.
Me pareció más impactante darles todo el
espacio a las víctimas y solo mostrar los guantes
tocando a los presos. Si hubiera tenido que
compartir el espacio, no hubiera tenido tanto
impacto. Pero mostrar a la víctima y la mano o
la víctima y la bota, para mí eso era más
impactante. Quería enfocarme en la víctima.
Robert Haas: Cuando mi esposa estaba viendo
una pintura, señaló que al fondo de uno de los
lienzos claustrofóbicos se ve una pequeña
ventana alumbrada al final de un pasillo, y me
di cuenta que ese era un pequeño símbolo de
esperanza.
Fernando Botero: Efectivamente. Para contrastar
con los colores oscuros, el verde oscuro y el rojo
oscuro de la sangre, en cada pintura puse una
pequeña ventana blanca que traza el contraste
entre la luz de afuera, la esperanza, y la tortura
dentro de la prisión. Para crear ese contraste,
puse una ventanilla en cada pintura.
 Fernando Botero: Me impresionó la nobleza de algunas
de las personas de las fotos. Muchos eran ancianos
barbudos que parecían profetas de la Biblia. Se
dejaban crecer la barba por sus creencias religiosas, se
sentían orgullosos de su religión, y esas personas
estaban en manos de adolescentes que no sabían
nada de su religión, que les faltaban al respeto y los
llamaban “cabezas de trapo”.
PABLO ESCOBAR

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