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ACTORES DEL

CONFLICTO
Posiciones frente a la minería
en Cajamarca
• A riesgo de simplificación y de ser excesivamente esquemáticos, se
puede identificar tres conjuntos de percepciones y posiciones
respecto de la minería en Cajamarca y su rol en el desarrollo regional.
Cada una de ellas supone, en efecto, matices y posiciones específicas
que marcan diferencias y que muestran la complejidad del fenómeno.
Además, debe tenerse en cuenta que, durante el desarrollo del
conflicto, tienden a ser visibles únicamente las posiciones opuestas,
los que están a favor o en contra del proyecto, y se deja de lado
aquellas posiciones intermedias que buscan alternativas al conflicto.
Posiciones a favor de la actividad extractiva en
Cajamarca

• Las posiciones favorables a la minería en Cajamarca provienen principalmente


de instituciones y personas vinculadas al desarrollo de la actividad extractiva
tanto en las operaciones (trabajadores de las empresas mineras, contratistas
o personas vinculadas comercialmente a las mismas) como en las actividades
complementarias a la misma. Esto incluye las organizaciones no
gubernamentales (ONG) vinculadas a proyectos de desarrollo que se
desenvuelven bajo el auspicio de las empresas o sus asociaciones (como el
Grupo Norte y la Fundación los Andes de Cajamarca - ALAC). También, se
cuentan entre ellas instituciones de producción y comercio de Cajamarca,
como los agremiados en la Cámara de Comercio y Producción de Cajamarca,
además de personalidades y agentes políticos vinculados a partidos como el
APRA y el fujimorismo e, incluso, a algunos movimientos regionales.
Posiciones críticas y contrarias al desarrollo de la
actividad minero-extractiva

• En contrapartida, otros actores rechazan las actividades extractivas por razones diversas
relacionadas con el sentido común; con matices conservacionistas de protección ambiental,
de rechazo a una expansión que aparentemente carece de mecanismos de control, y con
posiciones de tipo ideológico políticas. Estas visiones son diversas y se reparten de manera
desigual entre pobladores urbanos y rurales, según su lugar de residencia, su nivel de
articulación gremial y política así como el nivel de información que manejan.
• Constituyen, además, en términos generales, posiciones que coinciden con el sentido
común de la población, por lo que circulan con mucha facilidad, y resultan sumamente
creíbles y verosímiles. Dentro de estas posiciones, podemos identificar una serie de
discursos o posiciones, que se agrupan bajo el paraguas común de la oposición a la
actividad minera que, según sea el caso, subrayan un aspecto particular para justificar su
negativa. A continuación, revisamos los argumentos más destacados.
La minería como pérdida social.
• Para los pobladores urbanos de los barrios, no articulados con la actividad comercial
del centro, migrantes del interior del departamento, representados en juntas
vecinales y organizaciones como las rondas urbanas, la minería es una actividad
externa, que deteriora el entorno social y afecta las condiciones de vida de la
población. Todas estas versiones refieren al pasado de la ciudad, a los años
anteriores a la mina, cuando Cajamarca era una ciudad tranquila, apacible,
acogedora y segura. Para ellos, la minería ha generado una serie de efectos
indeseables, como la llegada de población externa, que no respeta las costumbres
locales; el incremento de bares y burdeles, por la demanda que genera el trabajo
minero y, a su vez, la abundancia que este implica; y, la inseguridad en las calles, que
deriva de los dos aspectos anteriores. A todo ello, se suma un incremento sensible
del costo de vida, en particular en rubros como la vivienda, el transporte y los
servicios, que afecta las economías de la población ajena a la actividad extractiva.
La minería como
ambientalmente indeseable.
• Las consecuencias del acaparamiento de recursos, pero sobre todo la
condición predadora de la actividad minera genera efectos
ambientales negativos. Por ello, es enemiga de los procesos de
conservación, ya que genera un deterioro del ambiente: la minería ha
producido la desaparición de lagunas en las partes altas; ha dañado la
vida silvestre, al acabar con la vida en los ríos y arroyos; ha
perturbado el desarrollo normal de los ciclos climáticos, dado que
genera polvo tóxico y contamina con desechos químicos su entorno; a
su vez, ha contaminado los acuíferos y, en general, ha afectado la vida
humana
¿quiénes y por qué están a favor o
en contra?
• Un primer grupo estaría conformado por quienes están a favor del proyecto, que como
hemos visto conciben la actividad minera como expresión y generadora de desarrollo al
permitir el surgimiento e servicios conexos; propiciar la expansión de la economía
regional; proveer de recursos como de infraestructura que inciden indirectamente en la
provisión de servicios sociales y, por tanto, en el mejoramiento de las condiciones de
vida de los pobladores. A su vez, desde esta perspectiva, la minería representa un foco
de modernidad y modernización de la sociedad de Cajamarca, ya que no solo la
convierte en el país en una región próspera y civilizada, sino que le permite integrarse al
mundo. En el marco de esta visión que favorece el proyecto, están los funcionarios de las
empresas mineras y sus contratistas, la asociación Los Andes, el Grupo Norte, la Cámara
de Comercio, entre otros sectores de servicios en Cajamarca. También, encontramos a
los pobladores de los caseríos que, según la propia empresa minera, conforman la zona
de influencia directa del proyecto, así como a algunas autoridades municipales.
¿quiénes y por qué están a favor o
en contra?
• Un segundo grupo estaría conformado por quienes se oponen al proyecto
arguyendo que la minería no ha generado desarrollo en Cajamarca, sino que
compite y acapara recursos escasos; perjudica la dotación de agua; deteriora
y contamina los recursos existentes; daña catastróficamente el ambiente;
incrementa el costo de vida y la inseguridad; y genera inequidad y
desigualdad en la distribución de la riqueza. Por tanto, los perjuicios de la
actividad minera serían superiores a los beneficios que supuestamente
ofrece. En este contexto, se ubican los grupos de inclinación ecologista o de
izquierda; trabajadores agremiados o sindicalizados en actividades no
mineras; población urbana y rural campesina y rondera; sociedad civil
cajamarquina organizada, como técnicos y personal de ONG dedicadas a
actividades de promoción del desarrollo; y el Gobierno Regional

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