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Finitud & Artificio
Finitud & Artificio
La Naturaleza (el arte con que Dios ha hecho y gobierna el mundo) esta imitada
de tal modo, como en otras muchas cosas, por el arte del hombre, que este
puede crear un animal artificial…El arte va aún más lejos, imitando esta obra
racional, que es la más excelsa de la Naturaleza: el hombre. En efecto: gracias al
arte se crea ese gran Leviatán que llamamos república o Estado (en latín civitas)
que no es sino un hombre artificial, aunque de mayor estatura y robustez que el
natural para cuya protección y defensa fue instituido…Por último, los convenios
mediante los cuales las partes de este cuerpo político se crean, combinan y unen
entre sí, aseméjanse a aquel fiat, o hagamos al hombre, pronunciado por Dios en la
Creación.
Hobbes 2013, p.3
NOSCE TE IPSUM
“En efecto, estas semillas han sido cultivadas por dos distintas especies
de hombres. Una de esas clases está constituida por quienes han
nutrido y ordenado la materia religiosa de acuerdo con su propia
invención. La otra lo ha hecho bajo el mando y dirección de Dios. Pero
ambos grupos se propusieron que quienes confiaban en ellas fuesen
más aptos para la obediencia, las leyes, la paz, la caridad y la sociedad
civil. Así que la religión de la primera especie es una parte de la política
humana, y enseña parte de los deberes que los reyes terrenales
requieren de sus súbditos. La religión de la última especie es política
divina, y contiene preceptos para quienes se han erigido a sí mismos
en súbditos del reino de Dios.” (Hobbes 2013, pp.90-91)
LA POLÍTICA DIVINA DE THOMAS HOBBES I
Para gobernar par media de palabras, es preciso que estas palabras se den a conocer de modo manifiesto,
pues de lo contrario no son leyes. Es, en efecto, consustancial a la naturaleza de las leyes una
promulgación clara y suficiente, de tal índole que pueda eliminar toda excusa de ignorancia; en las leyes
de los hombres esto ocurre de un solo modo, mediante proclamación o promulgación realizada por la
voz del hombre mismo. Pero Dios declara sus leyes por tres conductos. Por los dictados de la razón
natural, por revelación y por la voz de algún hombre que, por hacer milagros, adquiere crédito entre los
demás. (Hobbes 2013, p.293)
LA POLÍTICA DIVINA DE THOMAS HOBBES II
Habiéndonos referido así, brevemente, al reino natural de Dios y a sus leyes naturales, quiero añadir
solamente a este capítulo una breve declaración de sus castigos naturales. No existe acción humana en
esta vida que no sea el comienzo de una cadena de consecuencias, tan larga, que ninguna providencia
humana es lo bastante elevada para dar al hombre una perspectiva del fin. En esta cadena están
eslabonados unos con otros los acontecimientos agradables y los desagradables; de tal modo que quien
desea hacer alguna cosa placentera queda el mismo obligado a sufrir todas las penas inherentes a ello;
estas penas constituyen los castigos naturales de aquellas acciones que son más bien causa de perjuicio
que de beneficio. Por añadidura, suele ocurrir que la intemperancia resulta naturalmente castigada con
las enfermedades; la precipitación, con el fracaso; la injusticia, con la violencia de los enemigos; el
orgullo, con la ruina; la cobardía, con la opresión; el gobierno negligente de los príncipes, con la
rebelión; y la rebelión, con la matanza. En efecto, si consideramos que los castigos son consiguientes a
la infracción de las leyes, los castigos naturales deben ser, naturalmente, consiguientes al
quebrantamiento de las leyes de naturaleza, y por tal causa les siguen como sus efectos naturales, y no
arbitrarios. (Hobbes 2013, p.302-303)
DIOS CREADOR PERO SOBRE TODO OMNIPOTENTE
“El derecho de naturaleza, en virtud del cual Dios
reina sobre las hombres y castiga a quienes
quebrantan sus leyes, ha de derivarse no del hecho
de haberlos creado, y requerido de ellos una
obediencia, motivada por la gratitud de sus
beneficios, sino de su irresistible poder...Por
consiguiente, aquellos cuyo poder es irresistible
asumen naturalmente el dominio de todos los
hombres, por la excelencia de su poder; e igualmente
es por este poder que el reino sobre las hombres, y
el derecho de afligir a las seres humanos a su antojo,
corresponde naturalmente a la omnipotencia de
Dios, no como creador y distribuidor de gracias, sino
como ser omnipotente.”
Hobbes 2013, p.294
UNA REPUBLICA ECLESIASTICA Y CIVIL