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LA COLUMNA PERIODÍSTICA

 La opinión
periodística.
Argumentos y géneros
para la persuasión. Ed.
Fragua. Madrid, 2000
 Luisa Santamaría y
María Jesús Casals
UNA DEFINICIÓN
 “Un artículo firmado que se publica con
regularidad y que ocupa un espacio
predeterminado en el periódico”.
GRAN VARIEDAD TEMÁTICA
 Algo que caracteriza a la columna periodística
es su variedad en todos los sentidos.
 La columna vale lo que valga su firma y se
expresará según el talante de esa
individualidad.
SIEMPRE SUBJETIVA
 La columna es un artículo de opinión que
puede ser:
 razonador o falaz
 orientador o enigmático
 analítico o pasional
 enjuiciativo o narrativo
 Y siempre valorativo, subjetivo, porque no
puede ser de otro modo.
CARACTERÍSTICAS
 Una de las características de la columna es
que importa tanto la expresión como el
contenido.
 Es un producto literario para el consumo de
masas, es decir, de un público muy amplio y
que lee con prisas. De ahí su casi obligada
brevedad.
DEJAR HUELLA
 En poco espacio tiene que presentarse el tema
o el asunto del que se va a hablar, desarrollar
los argumentos con gran creatividad retórica y
formular un párrafo final que más que
sentenciar cierra el círculo abierto desde el
principio; un párrafo que quiere dejar huella.
EXCELENCIA LITERARIA
 La columna sabe combinar como ningún otro
género periodístico de opinión la excelencia
literaria con la rotundidad de las opiniones, la
imaginación artística engarzada con la
realidad.
SIN PERCHA DE ACTUALIDAD
 La columna no vive sujeta a la más inmediata
actualidad.
 A veces extrae datos que han pasado
inadvertidos en las informaciones apresuradas
y los valora en su justa medida.
 A veces es una análisis personal sobre hechos
acaecidos.
ESCRIBIR SIN MÁS
 A veces es una simple reflexión.
 O un entretenimiento literario.
 Al columnista no se le contrata para escribir
sobre algo concreto, sino para escribir, sin
más.
 Importa su firma y la manera en que ésta
represente al periódico.
ELVIRA LINDO
El 'progre'
EL PAÍS, 29/11/2006
 Debemos estar haciéndonos viejos. Los progres, digo. Porque a estas alturas ya hemos visto
cómo una palabra, progre, que se inventó para definir la estética y la ética (¿no es lo
mismo?) de nuestra juventud ha cambiado varias veces de sentido. Progre y Facha fueron
las palabras juveniles de la Transición. O eras progre o eras facha o eras socialista (pero eso
ya es otra historia). Los progres querían ser progres, desde luego. El progre cumplía un
catecismo no escrito pero de obediencia rigurosa que afectaba a cualquier aspecto de la vida.
Los primeros en ridiculizar al progre fueron los propios progres. En los ochenta ser progre
se convirtió en sinónimo de trasnochado, barbudo coñazo, cutre y defensor de unas ideas
que había que revisar una por una. Los socialistas en el poder, algunos de ellos procedentes
de la congregación progre, despreciaban a aquellos que no habían sabido adaptarse a los
tiempos del cambio. Pero aún le faltaba a la palabrita otro giro curioso. Hoy, quien más
utiliza el término es la derecha. Progre se ha ido instalando en las filas conservadoras como
insulto, como versión actualizada del rojo de antaño. Es en estas cuando va Esperanza
Aguirre y queriendo señalar que Gallardón no es tan de derechas como debería le llama en
su biografía "progre por antonomasia". Lo cual a los que fuimos (o somos) progres nos
provoca un ataque de risa, porque ver la palabra progre en un pie de foto de Gallardón es
como un chiste del Jueves. Aunque los progres de entonces ya no somos ni la sombra de lo
que fuimos, aunque recordemos algunas de nuestras aseveraciones más vehementeme…
‘La presidenta’
David Gistau
EL MUNDO, 29/11/2006
 Si alguien cubriera con un mantel a Gallardón y a Esperanza Aguirre, lo que saldría es el culo de Marilyn mientras camina:
«Dos títeres peleando debajo de una sábana», como suele recordar Ruiz Quintano citando a los clásicos del Nuevo
Periodismo. En este tiempo de vídeos, nos falta el de la política madrileña. Que bien podría parecerse al que circula por
internet donde se ve a Xuxa asaltando como una mantis el lecho de un adolescente igual de aseado y con la misma pinta de
empollón que a Aguirre le fatiga de Gallardón. Pero nunca tanto como ese brote progre que convierte al alcalde en poco
menos que la figura siempre sospechosa en el Madrid castizo del afrancesado. De ahí que el libro de Virginia Drake, en
manos de La presidenta, sea como el tiesto con el que las manolas descalabraban húsares ilustrados desde el balcón. No le
queda, como a Woody Allen en Toma el dinero y corre y a Germán Yanke en Telemadrid, sino quitarle las gafas a
Gallardón y pisárselas para que el lechuguino se vaya enterando de quién manda en el barrio. Y el otro, pobre, el cojonudo,
que aplaza la venganza y se las da de caballero, lo cual viene a ser como empuñar una pistola de jabón bajo la lluvia.
 Esperanza Aguirre ha sabido reclutar en Madrid a toda la tropa mediática que fue licenciada y dispersada después del
aznarismo. En los bares de la calle Serrano sólo se la menciona a ella como caballo ganador, alentando la idea de que Rajoy
no es sino un tránsito incapaz de dar un vuelco en las encuestas aun cuando 'Zetapé' está en crisis. Con la ayuda de sus
periodistas y de sus intelectuales, Aguirre intenta cuajar el concepto de un nuevo thatcherismo, con tacos y barrera en Las
Ventas, al que la Comunidad se le queda chica, lo mismo que Simancas. Porque entiende que la Puerta del Sol viene a ser
como el Covadonga desde el cual iniciar la Reconquista, capitaneada por ésta en quien es tan fuerte la vocación de servicio
que incluso ha sacrificado las pagas extras que tanto le aliviaban el fin de mes: si Simancas intentó humanizarse con una
madre analfabeta, Aguirre hace lo mismo con las facturas del Británico y demás intimidades confesadas en el libro para que
aderecen las maldades.
 Mientras, alcalde y presidenta nos mantienen entretenidos, incluso cuando se dan esos besos en los que no creen como los
futbolistas obligados por el árbitro a darse la mano. El conflicto quedará postergado mientras haya en Génova una
apariencia de liderazgo que cuidar y al que someterse por disciplina. O por cálculo. Pero, cuando el PP pierda las próximas
elecciones, comprobaremos que el culo que parece una riña de dos títeres debajo de una sábana no es el de Marilyn, sino el
de Rajoy.
‘Un dúo desafinado’
ABC, 29/11/2006
Manuel Martín Ferrand
 A Mariano Rajoy, que Santa Lucía le guarde la vista, las malas relaciones entre Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-
Gallardón le parecen un asunto «prosaico». Lo sería si el enfrentamiento se produjera entre dos personajes del PSOE. El
socialismo tiene licencia para la vulgaridad, en prosa o en verso, y José Luis Rodríguez Zapatero puede, sin riesgo alguno,
tachar de la lista y del mérito a una Trinidad Jiménez y, con sólo su dedazo, colocar en su puesto a un Miguel Sebastián tan
ignoto como inquietante. Son lujos que no caben en un partido como el PP, que arranca de una tradición liberal y que, aun
guardando muchas contradicciones en la barriga, no puede renunciar al estilo que se le supone.
 La enemistad entre la agresora Aguirre y el agredido Gallardón -hablo del libro de Virginia Drake- es la comidilla de todos
los mentideros y circuitos madrileños de los que pueden brotar votos para el PP. Del mismo modo que los votantes
socialistas tienden a serlo por adhesión a una sigla y fe en unos ideales, cosa que es muy respetable, los del PP -los que
cuando votan le proporcionan la mayoría- son hijos del análisis, profesionales y burgueses instalados que, sin experimentar
una repugnancia insalvable por las ideas de la izquierda, prefieren las posturas clásicas de la derecha liberal, cosa muy
inteligente y provechosa.
 Esperanza Aguirre, antes de ser primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid, perteneció por oposición al cuerpo
estatal, ya caducado, de Técnicos de Información y Turismo. Eran los expertos de propaganda y censura del franquismo
que, en la línea del perfeccionamiento de la Administración impulsada por Laureano López Rodó, le dieron un maquillaje
de moderación a su tarea en los últimos años del Régimen (y primeros de la Transición). Alberto Ruiz-Gallardón, antes de
trabajar en la asesoría jurídica de AP, había opositado para obtener plaza de fiscal, pero nunca llegó a ejercer como tal.
Quizás el recuerdo de sus orígenes nos ayude a entender la inoportuna disputa que enfrenta, en beneficio de sus
adversarios, a dos grandes nombres del PP. Dos de los pocos que, con todo merecimiento, podrían optar a la sucesión del
líder actual.
 Aguirre se pirra por la propaganda y, a pesar de sus protestas liberales, prefiere los votos al fomento de las libertades como,
tristemente, ha demostrado en su Telemadrid, las más obscena -por servil- de las muy serviles y obscenas televisiones
públicas españolas. Gallardón quiere ser eficaz. Una está en los dichos y las formas y el otro en los hechos y las obras.
Avenidos constituirían una provechosa situación para que Madrid, ciudad y Comunidad, siga prosperando. Enfrentados son
el ejemplo de una vulgaridad que no les cuadra y el proyecto de un pedestal para Sebastián y Rafael Simancas. ¿Algo
«prosaico»? Rajoy tiene la palabra... o el silencio.
BIEN PAGADAS
 Los periódicos pagan bien a los columnistas.
 Escribir en España ya no es llorar, como se
quejaba Larra.
 Ahora los diarios saben lo que valen las
plumas sobresalientes.
INVERSIÓN EN TALENTO
 El artículo editorial orienta a los lectores.
 El columnista piensa por esos lectores y
desarrolla su texto de la forma que le gusta a
esos lectores, que se sienten incapaces de
expresar sus ideas con la brillantez de los
columnistas.
 Los periódicos saben lo que vende un buen
columnista, una inversión en talento que no
logra clientes, sino adeptos.
PODER DE CONVOCATORIA
 A veces importa poco a los lectores la línea
editorial; no así la lectura de esos columnistas
cuyo poder de convocatoria es indiscutible.
IDEOLOGÍAS
 Ya no es tan evidente que los columnistas
comulguen con la ideología del propio
periódico.
UN EJEMPLO
 El diario El País ofrece un buen abanico de
posibilidades ideológicas con sus columnistas.
*** La opinión periodística se editó en el año
2000
 En este periódico han firmado Pedro Schwartz
(liberalismo duro), Eduardo Haro Tecglen
(anarquismo utópico) o Manuel Vázquez
Montalbán (marxista convencido).
¿CÓMO ESCRIBE SU COLUMNA?
 Sentada sobre mi pierna derecha,
o sea, haciéndome papilla la otra
columna: la vertebral. Es una
manía que -supongo- me
acompañará mientras viva. No
soy disciplinada en cuanto a
horarios, pero cada vez escribo
menos de noche y más de día.
Tres cosas que me acompañan:
una lata de coca cola ligth, un
cenicero rebosante de colillas y
un diccionario de sinónimos. Y
el teléfono, el dichoso teléfono.
No pongo la radio ni cedés. Con
la música del aspirador o la
lavadora ya es suficiente.
CARMEN RIGALT
 ¿Qué es una columna?
Curiosamente, yo llamo columnas a los artículos de los demás. Nunca digo "voy a
escribir la columna de mañana" sino "voy a escribir el artículo de mañana". En
cambio, siempre digo "Voy a leer la columna de Vicent", no "Voy a leer el artículo
de Vicent".
Publiqué mi primera columna en...
En el Diario Sol de España, de Málaga, pero no recuerdo lo bien... Soy consciente
de haber escrito columnas regularmente en Pueblo, cuando lo dirigía Emilio
Romero.
¿En qué se inspira para elegir tema?
Para inspirarme, nada mejor que encontrar un buen tema.
Alguna columna que me haya traído problemas...
Aquellas en las que, según escribo, me enfrento a mis propias contradicciones.
Son problemas conmigo misma, no con mis jefes.
CARMEN RIGALT
 ¿Censura o autocensura? ¿Hay asuntos de los prefiere no escribir?
La autocensura existe sin que nos demos cuenta, pero normalmente yo me siento
bastante libre. Escribo lo que me sale del moño.
El mejor columnista de España es o ha sido...
Umbral, Juan José Millás, Raúl del Pozo, Maruja Torres...

 La libertad de opinión tiene como límite...


La ley.
Nunca sería columnista de...
De momento no me lo he planteado. Hasta ahora he podido permitirme el lujo de
elegir.
¿Todas las opiniones son respetables?
Debería decir que sí, pero mentiría. Hay opiniones que me resultan abominables.
Soy un pelín intransigente.
UNO DE LOS MEJORES
 ¿Una definición de
columna? Depende del
tipo de artículo o de
columna, pero, en todo
caso, pudiera ser el arte
de la prisa. Esto lo hace
bien el que sabe
escribir con prisa.
SORPRENDER
 ¿Usted escribe con prisa?
Siempre he escrito con prisa, pero ahora menos porque vivo más tranquilo. Me
vine a este pueblo para vivir más tranquilo. Ya no vivo tanto en la prisa. Digamos
que disfruto más el artículo mientras lo hago. Además, ahora solo hago uno diario,
y ha habido épocas en los que hacía dos o tres. Distintos por supuesto. Distintos o
iguales, lo que sea.
¿Qué papel juegan sus columnas en el periódico, en El Mundo?
Pues el papel de cierre, por su situación. En una columna de cierre hay que
procurar sorprender. En una columna diaria no se puede hablar de fútbol todas las
semanas. Un día hay que hablar de fútbol, otro de política, otro de otra cosa, de
toros, de viajes, de la gran vida. Hay que variar mucho el tema, ser muy
inesperado. Pero que luego esa variación quede justificada por el contenido.
¿Cómo escribe sus columnas?
Ahora últimamente las dicto. Si estoy en casa le dicto a mi mujer. Y si estoy en el
periódico le dicto a una secretaria, a una mecanógrafa, a la primera que pille. Yo
me preparo el tema y vagamente, vagamente el desarrollo. Preparo el tema, con la
información correspondiente.
OTRO DE LOS GRANDES

 "Opinar es
más barato que
hacer un buen
reportaje"
HONRADEZ INTELECTUAL
 ¿Qué es una columna?
Para mí, una columna es un género literario, dentro de esa forma peculiar de
literatura que es el periodismo. Y digo literatura porque lo que se hace en el
periódico es contar el mundo con palabras. Una columna es, o debería ser, una
forma muy sintética, cerrada, casi como un poema, y también un ensayo veloz, el
equivalente a un dibujo rápido. En mi opinión, y comparando la prensa española
con la de otros países, hay demasiadas columnas, demasiada opinión, quizás
porque opinar es más barato y más cómodo que hacer un buen reportaje. El tipo de
columna que a mí me gusta se escribe con honradez intelectual, con claridad
expresiva, y sin tomarse confianzas con el lector. Es una reflexión que se intenta
compartir con otros, el testimonio de un asombro, o de un hallazgo. Me temo que
muchas veces las columnas se escriben rutinariamente, y se leen no para descubrir
o aprender algo, sino para confirmar los propios prejuicios. Nada me aburre más
que la abundancia de columnistas repitiendo cada uno sus propios tics y
diciéndoles a sus lectores fieles lo que éstos quieren leer.
CALLARSE DE VEZ EN CUANDO
 Publiqué mi primera columna en...
Publiqué mis primeros artículos semanales en un periódico que se llamaba Diario de
Granada. Era una serie que se llamaba El Robinson Urbano, y que después se convirtió en
mi primer libro. Nadie me pidió que escribiera, porque nadie me conocía. Fui al periódico,
donde trabajaba un conocido mío, el periodista Antonio Ramos Espejo, le ofrecí una
colaboración, y para mi sorpresa él aceptó. Fue una de las grandes alegrías de mi vida. Eran
crónicas, más que retahilas de opiniones. Prefiero contar a opinar, y si opino prefiero ofrecer
al lector el curso de mi reflexión. He sido muy bien tratado en todos los medios donde he
escrito, salvo en El Semanal, donde me cortejaron muy insistentemente para que escribiera,
pero de donde me despidieron casi inmediatamente, con una llamada de teléfono, y de un día
para otro. Ser tratado con tanta grosería casi me rejuveneció. Pero el error había sido mío,
por aceptar colaborar en un sitio que no tenía nada que ver conmigo ni con mi manera de
escribir. Dejé la columna en el país Semanal porque eso es lo que he hecho siempre, al cabo
de unos pocos años. Estuve cuatro haciendo una serie dentro del periódico, "Travesías", que
tenía bastante éxito, pero siempre me ha dado miedo ponerme pesado, o habituarme
demasiado a los trucos inevitables del género. Después de otros cuatro años en el
suplemento dominical, estaba cansado, y sentía una necesidad profunda de guardar silencio.
Callarse de vez en cuando en un país donde todo el mundo opina tanto es muy saludable.
LO QUE PASA A MI ALREDEDOR
 ¿En qué se inspira para elegir tema?
Me inspiro mirando las cosas que pasan a mi alrededor, lo que leo, lo que
me gusta, lo que me irrita. La presión del día y de la hora de entrega es
una palanca extraordinaria para la inspiración.
 Alguna columna que me haya traído problemas...
Bastantes, de diverso tipo. En una ocasión Camilo José Cela se dignó
dedicarme un artículo insultante que fue muy celebrado por el númeroso
público que lo jaleaba. Otras veces he recibido anónimos muy
desagradables, y otras incluso he tomado la precaución de mirar bajo mi
coche antes de salir de casa. Pero otros han sufrido mucho más que yo en
ese aspecto. Para mí lo más desagradable es la persistencia de los clichés
ideológicos más gastados en bastantes lectores. Eso es muy fatigoso, y
muy peculiar de España.
TONO CIVILIZADO
 ¿Censura o autocensura? ¿Hay asuntos de los prefiere no escribir?
Censura, afortunadamente, no he sufrido nunca. Más que de autocensura, prefiero hablar de límites que acepto con total
convicción: no calumniar, por ejemplo, no utilizar argumentos personales, mantener un tono civilizado, sin caer en el
coleguismo con el lector. No dar nunca por supuesta la confianza del lector. Eso de "como ustedes ya saben..."
El mejor columnista de España es o ha sido...
En España, para mi gusto, el mejor escritor de periódico fue Josep Pla. Y no tengo pudor en decir que las crónicas
humorísticas y las columnas de Elvira Lindo me parecen espléndidas. Fuera de España me gustan mucho los artículos de
Claudio Magris en Il Corriere della Sera, y me gusta la furia política de los de Paul Krugman en el New York Times.
8. La libertad de opinión tiene como límite...
El límite de la libertad de opinión es la mentira y la calumnia. Tristemente, en España hay una gran impunidad en ese
sentido, impunidad jurídica que se mezcla desagradablemente a la mala educación y a la mala leche.
9. Nunca sería columnista de...
El espacio de juego son los valores constitucionales. Pero no escribiría regularmente en un medio cuyos principios
editoriales no compartiera.
10. ¿Todas las opiniones son respetables?
Pues no, todas las opiniones no son respetables. La opinión del que considera que se puede matar a alguien por el bien de
una causa, o de una patria, me parece despreciable siempre, o la opinión del que calumnia o insulta con grosería.
OTRO MÁS
 ¿Qué es una columna?
Es un artefacto literario. Las leemos
porque lo que llamamos información
son datos y los datos no significan
nada hasta que no se articulan, eso
es lo que hacen las columnas. No
soy capaz de imaginarme un
periódico sin columnas, son parte de
su esencia. Podrían no tener
horóscopo, pero no sin columnas.
Una columna no puede cambiar un
mundo, pero es un grano de arena. Y
un articuento es un artefacto que a
veces empieza como una columna y
termina como un cuento o viceversa.
No está clara la frontera entre un
género y otro.
DESACUERDOS
 ¿En qué se inspira para elegir tema?
Son muchas cosas, la lectura del periódico, el contacto con la calle, la
realidad, tus propias lecturas. Está trenzada con demasiados hilos. ¿Cómo
supero los días de sequía? La verdad es que no los tengo.
Nunca sería columnista de...
No me gusta tomar decisiones antes de tenerlas que tomar. Sería hablar de
algo teórico. Un escritor puede dar una opinión contraria a la de la línea
editorial del medio para el que trabaja, pasa continuamente. Pero si hay un
desacuerdo permanente es que alguien se ha equivocado.
10. ¿Todas las opiniones son respetables?
Tienen derecho a existir pero hay opiniones que no son respetables.

 www.sincolumna.com

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