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Un nuevo año

es una nueva vida.


Una nueva vida
es un nuevo segundo.
Un nuevo segundo
es una nueva
oportunidad.
Una nueva oportunidad
es una nueva bendición
del Supremo Infinito.
Vida significa
oportunidad.
Oportunidad significa
comienzo fresco.
Comienzo fresco
significa amanecer de
satisfacción.
La mejor manera de
llegar a ser un eterno
principiante es pensar que
eres como el amanecer
siempre floreciente.
El amanecer es el
comienzo del nuevo día;
por eso el amanecer
simboliza esperanza,
iluminación, realización y
perfección.
Cada día una nueva
esperanza debe
amanecer dentro del
buscador;
cada día una nueva
corriente de entusiasmo
debe filtrarse por todo
su ser.
La meta de hoy es sólo
el punto de partida
para el nuevo amanecer
de mañana.
En todo momento
estamos trascendiendo
lo que tenemos y lo que
somos .
La peor desgracia que
puede acontecer a un ser
humano es la pérdida de
su paz interior.
Ninguna fuerza externa
puede robársela.
Son sus propios
pensamientos, sus propias
acciones, los que se la
pueden robar..
Una vez que has obtenido
tu riqueza interior, que es
el amor, desde la fuente,
puedes usarla entonces en
cualquier sitio. Pero su
auténtica morada está en
el corazón. El amor es la
provincia especial del
corazón.
Tú puedes cambiar tu
vida. No necesitas
esperar años o ni siquiera
meses para este cambio.
Este se inicia en cuanto te
sumerges en el mar de la
espiritualidad. Intenta
vivir la vida de la
disciplina espiritual por
un día, ¡un solo día!
Estás llamado a triunfar.
Hemos de sentir que cada
segundo trae nueva vida,
nuevo crecimiento, nueva
oportunidad. Si estamos
listos para permitir el
cambio en nuestra vida
cada segundo, cada
minuto, cada día, estamos
destinados a crecer.
La novedad es la única
manera de realizar un
progreso continuo.
En virtud de la
novedad crecemos hacia
la satisfacción y la
perfección que son
siempre-trascendentes.
Es la novedad en la vida,
en la acción, en el discurso,
en todo lo que hacemos o
devenimos, lo que nos
conducirá finalmente a la
unicidad inseparable con
el Supremo Absoluto.
La novedad debe amanecer
en cada momento en
nuestra cabeza devota y en
nuestro corazón aspirante.
En la vida interior,
cada día, cada hora, cada
minuto, tenemos una
oportunidad.
Quien responde de
inmediato a la
oportunidad interior corre
rápido, más rápido,
rapidísimo hacia la Meta
última.

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