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Una Urgente Necesidad

Reavivamiento y Reforma
• Muchos de los profesos seguidores de
Cristo no sienten más que el mundo la
preocupación por las almas. La
concupiscencia de los ojos, la soberbia
de la vida, el amor a la ostentación, el
amor a la comodidad, separan a los
profesos cristianos de Dios, y el espíritu
misionero existe en realidad solamente
en pocos. ¿Qué puede hacerse para
abrir los ojos de estos pecadores en
Sión, y para hacer templar a los
hipócritas? (Id., 1893, pág. 132.)
• Vivimos en medio de los peligros de los
postreros días. Mayores peligros nos esperan, y
sin embargo, no estamos despiertos. La falta de
actividad y fervor en la causa de Dios es
espantosa. Este estupor mortal proviene de
Satanás. (Joyas de los Testimonios, tomo 1, págs.
88, 89.)
• La incredulidad, como una mortaja, está
rodeando a nuestras iglesias, porque no utilizan
los talentos que Dios les ha dado, impartiendo la
luz a los que no conocen la verdad preciosa. El
Señor pide que las almas perdonadas, que se
regocijan en la luz, hagan conocer la verdad a
otros. (Boletín de la Asociación General, 1893,
pág. 133.)
• Satanás procura mantener al pueblo de Dios en un
estado de inactividad, e impedirle que desempeñe su
parte en la difusión de la verdad, para que al fin sea
pesado en la balanza y hallado falto. (Joyas de los
Testimonios, tomo 1, pág. 88.)
• Satanás usa la descuidada y soñolienta indiferencia de
los profesos cristianos para robustecer sus fuerzas y
ganar almas para su bando. Muchos de los que
piensan estar del lado de Cristo aunque no hacen una
obra real por él, están, por el contrario, habilitando al
enemigo para ganar terreno y obtener ventajas.
Mediante su fracaso en ser obreros diligentes para el
Maestro, al dejar de cumplir sus deberes y no
pronunciar las palabras que deben, han permitido que
Satanás domine las almas que podrían haber sido
ganadas para Cristo. (Lecciones Prácticas del Gran
Maestro, pág. 256.)
• La razón por la cual los hijos de Dios
no tienen más propósito misionero, y
no tienen más fe, según se me ha
mostrado, es que han sido
estrechados por el egoísmo. . . . No
es la abundancia de vuestras
reuniones lo que Dios acepta. No es
el número de vuestras oraciones sino,
el obrar correcto, el hacer lo que
corresponde a su debido tiempo.
(Testimonies, tomo 2, pág. 36.)
• El reavivamiento significa una renovación de
la vida espiritual, una vivificación de los
poderes de la mente y del corazón, una
resurrección de la muerte espiritual. La
reforma significa una reorganización, un
cambio en las ideas y las teorías, en los
hábitos y las prácticas. La reforma no traerá
los buenos frutos de la justicia a menos que
esté vinculada con el reavivamiento del
espíritu. El reavivamiento y la reforma han
de realizar la obra señalada, y al hacer esta
obra ambas deben combinarse. (Review and
Herald, 25 de febrero de 1902.)
• Los profesos seguidores de Cristo están siendo probados
ante el universo celestial; pero la frialdad de su celo y la
debilidad de sus esfuerzos en el servicio de Dios los señalan
como infieles. Si lo que están haciendo fuera lo máximo que
pueden hacer, no caería la condenación sobre ellos; pero si su
corazón estuviera ocupado en la obra, podrían hacer mucho
más. Ellos saben, y el mundo también lo sabe, que han
perdido en gran medida el espíritu de abnegación y sacrificio.
Hay muchos frente a cuyos nombres se encontrará escrito en
los libros del cielo lo siguiente: No son productores, sino
consumidores. Muchos de los que llevan el nombre de Cristo,
oscurecen su gloria, velan su belleza, lo privan de su honor.
Hay muchos cuyos nombres están en los libros de la iglesia,
pero que no están bajo el dominio de Cristo. No hacen caso
de sus instrucciones ni cumplen con su obra. De aquí que
están bajo el dominio del enemigo. No están haciendo un
bien positivo; por lo tanto, están realizando un daño
incalculable. Debido a que su influencia no es un sabor de
vida para vida, es un sabor de muerte para muerte. (Lecciones
Prácticas del Gran Maestro, pág. 279.)
• Hoy muchísimos de los que componen nuestras
congregaciones están muertos en delitos y
pecados. Van y vienen como la puerta sobre sus
goznes. Durante años han escuchado
complacientemente las verdades más solemnes
y conmovedoras del alma, pero no las han
puesto en práctica. Por lo tanto, son menos y
menos sensibles a la preciosidad de la verdad. . .
. Aunque profesan tener piedad, niegan el poder
de ella. Si continúan en este estado, Dios los
rechazará. Se están incapacitando para ser
miembros de su familia. (Joyas de los
Testimonios, tomo 3, pág. 60.)
• Muchos tienen una forma de piedad,
sus nombres están en los registros de
la iglesia, pero tienen un registro
manchado en el cielo. El ángel
anotador a escrito con fidelidad sus
actos. Todo hecho egoísta, toda
palabra incorrecta, todo deber no
cumplido, todo pecado secreto, todo
artero fingimiento, es fielmente
asentado en el libro de registro que
lleva el ángel anotador. (Testimonies,
tomo 2, pág. 442.)
• Muchos de los que profesan creer la verdad para
estos últimos días, serán hallados faltos. Han
descuidado los asuntos de más peso. Su
conversión es superficial; no es profunda, ferviente
y cabal. No saben por qué creen la verdad; sólo la
creen porque otros la han creído, y dan por
sentado que es la verdad. No pueden dar razón
inteligente de lo que creen. . . . Otros no están
iluminados o edificados por su experiencia, o por
el conocimiento que tuvieron el privilegio y el
deber de obtener. La fortaleza y la estabilidad
pertenecen a los que profesan la verdad con
corazón sincero. (Testimonies, tomo 2, pág. 634.)
La Solución
• Si se humilla mi pueblo sobre
el cual es invocado mi
nombre, si oran y buscan mi
rostro y se vuelven de sus
malos caminos, entonces yo
oiré desde los cielos,
perdonaré sus pecados y
sanaré su tierra. (Reina
Valera.1989)

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