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La Muerte

Comprendiendo lo inevitable
Angelo D´Addona
Concepto
Hasta mediados del siglo XX muerte era el cese total de

las funciones respiratoria y cardiaca. Este concepto

daba lugar a algunas sorpresas como los casos (entre los

cuales existe más folclore que realidad) de personas que

habían sido enterradas vivas por haber sufrido ataques de

catalepsia. La única certeza sobre la existencia indiscutible

de la muerte era la putrefacción del cuerpo.


1era Crisis
El 3 de diciembre de 1967 el concepto médico-jurídico de
lo que se consideraba muerte, (Muerte era el cese total de
las funciones respiratoria y cardiaca) entra en un severo
debate, gracias a una operación de cinco horas en el
hospital Groote Schuur, en Ciudad del Cabo, el doctor
Christiaan Barnard reemplazó el corazón enfermo de Louis
Washkansky con el de una mujer de unos veinte años que
había muerto en un accidente automovilístico.
1era Crisis
Se sostuvo que la destrucción de determinadas células
que no se regeneran (neuronas) constituía entonces la
existencia de la muerte orgánica y a dicho criterio el
derecho debía ajustarse.

La muerte cerebral se evidenciaba mediante la aparición


de la línea plana en el electroencefalograma. Fue el nuevo
paso en el concepto de la muerte y sustituía a la

putrefacción.
2da Crisis
El nuevo concepto de muerte resultó ser insuficiente
frente a los casos de personas que se encontraban en
estado de muerte vegetativa y a los que luego de
habérseles realizado electroencefalogramas con
resultados negativos, volvían a presentar actividad
cerebral.
Posteriormente los avances en neurología permitieron
establecer que la muerte cerebral no implicaba
necesariamente la muerte encefálica.
Un caso
Karen Ann Quinlan, joven de 21 años en abril de 1975
entró en estado vegetativo, sus padres recurrieron a la
Suprema Corte de los EE.UU. para que se les autorizara a
desconectarla. La Corte dictaminó, en lo que se considera
el primer caso acerca de la eutanasia, que el respirador
podía ser desconectado ya que sus padres conocían mejor
que nadie los valores fundamentales a los que Karen se
adhería. Ello significaba afirmar que la vida constituía un
bien jurídico disponible para su titular.
3era Crisis
Se define a la muerte encefálica como:

El cese funcional e irreversible de los


hemisferios cerebrales seguidos del cese de
respiración espontánea. Desaparece la vida
sensitiva (muerte cortical) y se produce el cese
de las funciones autónomas.
Muerte y Cultura

Lo que oculta la sociedad


Muerte y Cultura
La muerte ataca la raíz fundamental de los
valores que estamos persiguiendo en nuestras
sociedades.

Nuestro rechazo a la muerte es algo que se ha


construido junto con nuestra evolución cultural, en
términos de seguridad planificada y predictibilidad.
Muerte y Cultura
La muerte entonces es socialmente rechazada, en
cuanto atenta con nuestro mundo material, el
único que existe. Nos vemos culturalmente
motivados a dedicarle menos tiempo a la muerte,
por que el morir perjudica la productividad, la
tristeza debe resolverse lo antes posible.
Cuando esperarla
El avance tecnológico ha producido el
desplazamiento de la muerte al final del ciclo vital,
cuando antes lo fue constante en cualquier
período de la vida. Esto repercutió en nuestra
conciencia de ella, y la convirtió en algo fuera de
nuestra cotidianeidad. Dejó de hablarse de la
muerte, por lo tanto se perdió la posibilidad de
enfrentarla cara a cara.
¿Nos atrae la muerte?

Desde el punto de vista del psicoanálisis, la


muerte es tan poderosa que nuestros impulsos
dirigidos a ella constituyen parte de nuestra
esencia. Esto se traduce en que parte de nuestra
naturaleza busca la muerte, se dirige a ésta como
también se dirige al amor.
El Adulto ante su Muerte

La forma en que nos dispongamos frente

a la muerte definirá nuestro proceso de

muerte, por que ¿qué es la muerte, sino

un nacer a otra cosa ?


Etapas del Proceso de Muerte
1. Negación

2. Ira

3. Pacto o negociación

4. Depresión

5. ?
Etapas del Proceso de Muerte
Aceptación: en la lucha por desprenderse del mundo

y de las personas se prefiere estar solo, preparándose

para morir, durmiendo demasiado, a lo mejor en un

proceso de evaluación mnémica que es una

experiencia privada y personal. En esta etapa no hay

ni felicidad ni dolor, solo paz, el dolor está en quienes

nos rodean.
El Proceso de Duelo
El Duelo
El duelo es un acontecimiento vital estresante de
primera magnitud, que tarde o temprano hemos de
afrontar casi todos los seres humanos. En las
escalas de Reajuste Social la muerte del hijo/a y la
del cónyuge, son consideradas las situaciones
más estresantes por las que puede pasar una
persona.
Proceso de Duelo
• Duelo anticipado (premuerte). Es un tiempo

caracterizado por el shock inicial ante el

diagnóstico y la negación de la muerte próxima,

mantenida hasta el final, por la ansiedad y el

miedo. Deja profundas huellas en la memoria.


Proceso de Duelo
• Duelo agudo (muerte y perimuerte). Son

momentos intensísimos y excepcionales, de

verdadera catástrofe psicológica, caracterizados

por la anestesia emocional e incredulidad ante

lo que se está viviendo.


Proceso de Duelo
• Duelo temprano: desde semanas hasta unos

tres meses después de la muerte. Tiempo de

negación, de estallidos de rabia, y de intensas

oleadas de dolor incontenible, profundo

sufrimiento y llanto.
Proceso de Duelo
• Duelo intermedio (meses, años después de la muerte).
No se tiene la protección de la negación del principio, ni
el alivio del paso de los años. Es un periodo de tormenta
emocional en el que se reinicia lo cotidiano,
comenzándose a percibir progresivamente la realidad de
la muerte. Los períodos de normalidad son cada vez
mayores y se reanuda la actividad social sin experimentar
sentimientos de culpa. Este período dura entre uno y dos
años.
Proceso de Duelo
• Duelo tardío (2 a 4 años después de la muerte).
Transcurridos entre 2 y 4 años, el doliente puede
haber establecido un modo de vida, basado en
nuevos patrones de pensamiento, sentimiento y
conducta. Y aunque sentimientos como el de
soledad, pueden permanecer para siempre,
dejan de ser invalidantes.
Proceso de Duelo
• Duelo latente (con el tiempo...) A pesar de todo,

nada vuelve a ser como antes, no se recobra la

mente preduelo, aunque sí parece llegarse con el

tiempo a un duelo latente, más suave y menos

doloroso, que se dispara en cualquier momento

ante estímulos que recuerden...


¿Cuando Intervenir?
1. Cuando el doliente pide ayuda expresa para su
proceso.
2. Cuando el profesional valora que la ayuda es
necesaria.
3. Cuando existan varios predictores de riesgo
asociados.
4. Cuando detectamos pistas que nos orientan
hacia un posible duelo complicado.
Duelo Complicado Prigerson & Jacobs (2001)
Criterio A:
• Haberse producido la muerte de alguien significativo
para esa persona
• Estrés por la separación del ser querido que
conlleva la muerte. Presentar, por lo menos cada
día o en grado acusado, 3 de los 4 síntomas
siguientes:
– Pensamientos intrusos acerca del fallecido.
– Añoranza del fallecido.
– Búsqueda del fallecido.
– Soledad como resultado del fallecimiento.
Duelo Complicado Prigerson & Jacobs (2001)
Criterio B:
• Estrés por el trauma psíquico que supone la muerte.
Presentar como consecuencia del fallecimiento, por
lo menos cada día o en grado acusado, 4 de los 8
síntomas siguientes:
1. Falta de metas y/o sentimientos de inutilidad con
respecto al futuro.
2. Sensación subjetiva de frialdad, indiferencia y/o
ausencia de respuesta emocional.
Duelo Complicado Prigerson & Jacobs (2001)
Criterio B:
3. Dificultades en aceptar la muerte (p. ej.: no terminar
de creérselo,...)
4. Sentir la vida vacía y/o sin sentido.
5. Sentir que se ha muerto una parte de sí mismo.
6. Tener hecho pedazos el modo de ver y entender el
mundo (p. ej.: perder la sensación de seguridad, la
confianza, el control,...)
Duelo Complicado Prigerson & Jacobs (2001)
Criterio B:
7. Asumir síntomas y/o conductas perjudiciales del
fallecido o relacionadas con él.
8. Irritabilidad, amargura y/o enfado en relación a la
muerte.
• Criterio C. La duración del trastorno (los síntomas
arriba indicados) es de al menos 6 meses.
• Criterio D. El trastorno causa un importante
deterioro de la vida social, laboral u otras
actividades significativas de la persona en duelo.
Percepción de la Muerte en la
Infancia
Muerte e Infancia
• La falta de introspección y la incompleta

cimentación de su individualidad, hacen que la

muerte para el niño tenga un significado libre de

angustia y crueldad, por lo cual difiere de la

significación adulta de la muerte.


Muerte e Infancia
• El niño vivencia el fenecer como un viaje o un

abandono, por lo que puede experimentarlo con

mucha ansiedad y considerar esta dolorosa

separación como un acto de agresividad contra él,

ej. “la persona se murió por que no quiere estar

conmigo”.
Muerte e Infancia
• El niño asocia la muerte principalmente a la

pérdida de su objeto amoroso más preciado, su

madre, y con ella todas las garantías de cuidado y

amor incondicional que solían protegerlo del

mundo desconocido y hostil.


Muerte e Infancia
• La muerte de un allegado además de

temor le produce ira, el niño cree que la

muerte es una afrenta contra él, y a su vez

desconoce la posibilidad de su propia

muerte.
Muerte e Infancia

• El niño ve la muerte como algo remoto, en

cuanto la aversión que le provoca lo obliga a

alejarla hasta el punto que quede fuera de la

realidad. Cree que el que evita la muerte,

engañándola, no muere.
Muerte e Infancia
• Los niños tienen en parte la noción de la
inevitabilidad de la muerte, sin embargo,
desarrollan defensas psicológicas tales
como el pensamiento mágico, para
sobreponerse al sentimiento de indefensión
que le produce.
Muerte e Infancia

• Antes de los 04 años el niño tiene ciertas

nociones ligadas a la muerte, pero éstas se

traducen en intuiciones emocionales ligadas

a la ausencia de la madre.
Muerte e Infancia

• A los 4 años de edad la idea de muerte es

muy limitada, y el hecho de que ésta ocurra

o se mencione su concepto no supone una

emoción intensa, ni tanto positiva como

negativa.
Muerte e Infancia
Entre los 5 y los 7 años, los niños comienzan a entender

que la muerte es irreversible y universal, también

comprenden que todas las funciones de la vida terminan

con la muerte. Pasan de un razonamiento mágico a un

pensamiento materialista positivo. La muerte adquiere una

connotación emocional mucho más intensa y se comienza

a temer la muerte de los seres queridos.


Muerte e Infancia
Alrededor de los 07 años el concepto de muerte
va evolucionando hacia causas más abstractas,
como “enfermedades”, “hacerse mayor”, etc. A
esta edad se produce en el niño un gran temor en
cuanto a su salud dado que la relación que
establece entre la enfermedad y la muerte lo
atormenta.
Muerte e Infancia
Ya a la edad de 8 a 10 años, el niño acepta que
todos moriremos, asimila con todo realismo el
hecho de tener que morir más adelante. Debido a
la variabilidad, los autores prefieren hablar de
etapas sin referentes en el plano etario, lo cual es
útil para captar la secuencia del desarrollo o
formación del concepto.
Etapas de Entendimiento de la Muerte

1º Etapa en que el niño es incapaz de comprender el


problema de la muerte.
2º Etapa en que la muerte se relaciona con una
ausencia provisional.
3º Etapa en que la muerte se integra en una imagen
del mundo mediante elementos culturales.
4º Etapa en que el niño elabora la idea de su
irremediable destrucción.
Complicaciones
En esta cultura la muerte debe ser un proceso
rápido, dado que se ha convertido en un tabú, así
como alguna vez lo fue el sexo. Esta situación
disminuye las posibilidades de que logremos un
duelo verdadero, dado que el duelo negado es el
peor de los duelos.
Complicaciones
El niño calla al ver la cara de sus padres timoratos

ante la muerte y calla para protegerlos, el sabe

que odiamos a la muerte y lo que le espera como

herencia es este odio, quien odia la muerte odia a

la vida y por lo tanto se odia a sí mismo y vive

temiendo.
¿Qué Hacer?
Un niño solo requiere expresar sus
emociones, sus temores, sus inquietudes,
solo requiere de un adulto capaz de
escucharlo y saber explicar con palabras
simples y sensibles qué es lo que ocurre,
sin mentiras.
El Proceso de Duelo en el
Niño
El Duelo

Toda muerte requiere un duelo, es una ley


de la naturaleza, el sentido de la pérdida es
universal, con distinto matiz connotativo
emocional, revela su cualidad netamente
humana.
El Proceso de Duelo en el Niño

1. La negación: el niño niega que la muerte haya

ocurrido y parece que ésta no le ha afectado.

Normalmente esto significa que la pérdida ha sido

demasiado grande para él y que sigue pretendiendo

que la persona en cuestión está viva.


El Proceso de Duelo en el Niño
2. Aflicción corporal: la muerte produce en el niño
un estado de ansiedad que se expresa en síntomas
físicos y/o emocionales.

3. Reacciones hostiles contra el difunto: el niño


toma la muerte de una persona o animal como una
afrenta personal por parte del difunto, que lo ha
abandonado.
El Proceso de Duelo en el Niño
4. Reacciones hostiles hacia otros: el niño,

generalmente, culpa a otros de la muerte

acaecida.

5. Sustitución: el niño rápidamente comienza a

buscar el afecto de otros con el fin de sustituir la

figura del difunto.


El Proceso de Duelo en el Niño
6. Identificación: el niño asume las maneras del
difunto, intentando conseguir sus mismas
características.

7. Idealización: el niño sobrevalora las cosas buenas


del difunto y elimina los recuerdos de sus defectos,
llegando incluso a falsear los recuerdos respecto al
carácter y la vida real del difunto.
El Proceso de Duelo en el Niño
8. Reacciones de ansiedad y de pánico: por temor a

¿quién le cuidará en el futuro?

9. Reacciones de culpa: el niño puede pensar que la

muerte tiene que ver con que «es malo» o ha tenido

mal comportamiento, y elaborar a partir de aquí

fantasías de muerte.
Cierre del Duelo en el Niño
El niño debe poder desidentificarse de la causa de
la muerte y estar desprovisto de todo deseo de
muerte inconsciente (los cuales llevan en sí
sentimientos de culpabilidad o remordimiento)
además debe elaborar y aceptar a través de su
experiencia la propia muerte futura en tanto que
destino.
Apoyo del Duelo en la Infancia
1. La tarea más inmediata empieza tan pronto como
el niño conoce la pérdida:
- Encontrar un adulto comprensivo, protector y
consolador.
- Obtener una mayor comprensión de lo que ha
pasado mientras emplea mecanismos auto-
protectores del impacto emocional total de la
pérdida (especialmente la regresión, la irritabilidad,
el juego y otras formas de distracción).
Apoyo del Duelo en la Infancia
2. Aprender a identificar y manejar sus emociones:
identificar, enfrentar y tratar el dolor psicológico y
los otros síntomas y signos que acompañan al
reconocimiento de la pérdida.
3. Confirmar y reafirmar su concepto actual de muerte.
4. Avanzar en su comprensión cognitiva y afectiva:
aceptar y re-elaborar la pérdida y la lucha con el
intenso dolor psicológico que resulta.
Apoyo del Duelo en la Infancia
5. Aprender a vivir sin el ser querido muerto:
formar una nueva relación sin excesivo temor a
la pérdida y sin la constante necesidad de
comparar la nueva relación con la vieja y formar
una nueva relación con el muerto que
evolucionará con el tiempo y que llegará a ser
una presencia interna mantenida para el niño.
Apoyo del Duelo en la Infancia
6. Re-elaboración cíclica de la pérdida: ser capaz de

luchar con el resurgimiento de las emociones

dolorosas en cada transición, pérdida o problema.

7. Reasumir sus actividades de la vida diaria y sus

metas del desarrollo: retornar a las tareas y

actividades del desarrollo apropiadas para su edad.

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