Filósofos Sócrates (470-399 ac)
Kant(1724-1804) Nietzsche (1844 - 1900)
“Vivir bien“ LA VIRTUD
Superioridad sobre el mero
vivir. Sólo si se conoce qué es
el bien y la justicia se puede
realizar el bien y la justicia.
BIEN
La felicidad la hace solamente
uno mismo con la buena
conducta. “No existe felicidad
sin la VIRTUD”, que posee cada
ser humano entendiéndose a
FELICI- este como los valores éticos. La
virtud es condición necesaria y
DAD suficiente para encontrar la
felicidad.
El primer deber del hombre es
DEBER la práctica del bien por medio
de la virtud.
Los hombres no están
dominados por los placeres,
sino que es la razón la que
PLACE entra en la parte apetitiva del
hombre y la acción. Para él de
R ninguna forma el placer puede
ser el bien…. Para hacerlo
parte de la felicidad como algo
bueno…
Es aquella donde el hombre es
consciente de sus actos los
acepta, los corrige y los aplica
LIBER- para uno mismo y la sociedad,
también dar espacio a los
TAD demás de pensamiento,
Platón(429-427ac)
“Lo absoluto” representado
por el Sol
La forma del Bien aparece en
la República como un principio
iluminador y creativo (la luz del
bien hace posible el
conocimiento y también la
vida.)
Es posible cuando el hombre
puede contemplar las esencias
de las cosas.
“Lograr un equilibrio entre las
partes del alma; esto es vivir
de acuerdo a un orden
natural”
La suprema obligación del
hombre consiste en realizar
ideas, valores, ante todo la
idea del Bien.
Puede incluirse en la
normatividad social y la plena
legalidad. Pues contrario a lo
que se piensa. No es opuesto a
las tradiciones, las costumbres
o las buenas leyes.
Es disciplina, requiere de
sacrificio, es un deber antes de
ser un derecho.
Está estrechamente ligada a la
idea de la autonomía, es decir,
la capacidad de decidir por sí
Aristóteles (384-322ac)
“Bien Supremo”. Para que
nuestro desear tenga un
sentido es imprescindible que
todos nuestros fines converjan
hacia un fin último que
valorice a los demás. Tendrá
que ser el más elevado
permitiendo al hombre
gobernarse a sí mismo. Se
basta a si mismo.
Es el Bien supremo, dice que la
felicidad, admiten que “vivir
bien y obrar bien es lo mismo
que ser feliz”. Pero es
necesario precisar en qué
consiste la felicidad, lo que al
parecer es difícil del estilo de
vida de cada hombre.
El deber es determinado por
nuestra racionalidad, en ello
radica precisamente la virtud.
Se presenta íntimamente
asociado a nuestra naturaleza.
Este perfecciona la actividad. Y
como la vida es actividad, el
deseo universal de placer
manifiesta el deseo universal
de vivir
La tendencia natural del
hombre que lo conduce a ser
feliz. Está en relación con la
autonomía que aunque lleva
limitaciones de representación
ético constituye la concepción
I.
Para él es un hecho, lo único
objetivamente bueno es la
buena voluntad.
No puede fundarse un
pensamiento moral desde la
felicidad, ya que para cada
individuo la felicidad se
encuentra en cuestiones
dispersas.
Es propia de los seres
humanos, es el estado de un
ser racional en el mundo, en
el cual depende todo de su
deseo y voluntad.
“No se trata tanto de ser
felices como de ser dignos de
la felicidad”.
La búsqueda voluntaria de lo
bueno se convertiría así en un
medio para alcanzarlo. En
consecuencia, desde ese
punto de vista la elección
moral no es “altruista” sino
pragmática. Es lo empírico lo
que define, y, por tanto, lo
bueno.
Es aquella facultad que
aumenta la utilidad de todas
las demás facultades. De esta
manera se considera que es la
mejor manera de expresar las
ideas. Equivale a la
Ya no podemos hablar de un
bien y un mal objetivos. El
hombre se descubre como
aquel que valora, aquel que da
sentido. La vida tiene el
sentido que nosotros le damos
y en ello reside la grandeza del
hombre.
Diferencia dos clases de
felicidades: una a la que
aspiran los mediocres (vida
cómoda y placentera) y la vida
en la que hay que enfrentarse
a retos, el aumento de la
fuerza vital. Para encontrar la
felicidad se necesita tener el
poder sobre uno mismo. Es el
sentimiento de que una
resistencia ha quedado
superada.
Es un concepto que depende
fuertemente de la sociedad en
la que se encuentra y de su
cultura.
La preponderancia es la causa
de nuestra moral y nuestra
religión.
Capacidad para hacer todo lo
que uno desee, por lo que en
una sociedad de normas, es un
obstáculo insalvable. Si debe
elegir entre la vida y la
libertad, escogerá siempre la