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Integrantes : Samuel Lagos

Camilo Araya
Giselle Campos
Janet Gálvez
Valentina Jara
Arquímedes de Siracusa (en griego antiguo, Ἀρχιμήδης Arkhimḗdēs; Siracusa
(Sicilia), ca. 287 a. C.-ibidem, ca. 212 a. C.) fue un físico, ingeniero, inventor,
astrónomo y matemático griego. Aunque se conocen pocos detalles de su vida, es
considerado uno de los científicos más importantes de la Antigüedad clásica.
Entre sus avances en física se encuentran sus fundamentos en hidrostática,
estática y la explicación del principio de la palanca. Es reconocido por haber
diseñado innovadoras máquinas, incluyendo armas de asedio y el tornillo de
Arquímedes, que lleva su nombre. Experimentos modernos han probado las
afirmaciones de que Arquímedes llegó a diseñar máquinas capaces de sacar
barcos enemigos del agua o prenderles fuego utilizando una serie de espejos.

Se considera que Arquímedes fue uno de los matemáticos más grandes de la


antigüedad y, en general, de toda la historia. Usó el método exhaustivo para
calcular el área bajo el arco de una parábola con el sumatorio de una serie infinita,
y dio una aproximación extremadamente precisa del número pi. También definió la
espiral que lleva su nombre, fórmulas para los volúmenes de las superficies de
revolución y un ingenioso sistema para expresar números muy largos.
Arquímedes murió durante el sitio de Siracusa (214-212 a. C.), cuando fue
asesinado por un soldado romano, a pesar de que existían órdenes de que no se
le hiciese ningún daño.

A diferencia de sus inventos, los escritos matemáticos de Arquímedes no fueron


muy conocidos en la antigüedad. Los matemáticos de Alejandría lo leyeron y lo
citaron, pero la primera compilación integral de su obra no fue realizada hasta c.
530 d. C. por Isidoro de Mileto. Los comentarios de las obras de Arquímedes
escritos por Eutocio en el siglo VI las abrieron por primera vez a un público más
amplio. Las relativamente pocas copias de trabajos escritos de Arquímedes que
sobrevivieron a través de la Edad Media fueron una importante fuente de ideas
durante el Renacimiento, mientras que el descubrimiento en 1906 de trabajos
desconocidos de Arquímedes en el Palimpsesto de Arquímedes ha ayudado a
comprender cómo obtuvo sus resultados matemáticos.
Si bien la faceta de inventor de Arquímedes es quizás la más popular, también realizó
importantes contribuciones al campo de las matemáticas. Sobre el particular, Plutarco dijo de
él que «tenía por innoble y ministerial toda ocupación en la mecánica y todo arte aplicado a
nuestros usos, y ponía únicamente su deseo de sobresalir en aquellas cosas que llevan
consigo lo bello y excelente, sin mezcla de nada servil, diversas y separadas de las demás».
Arquímedes utilizó el método exhaustivo para conseguir el valor aproximado del número π.
Arquímedes fue capaz de utilizar los infinitesimales de forma similar al moderno cálculo
integral. A través de la reducción al absurdo (reductio ad absurdum), era capaz de resolver
problemas mediante aproximaciones con determinado grado de precisión, especificando los
límites entre los cuales se encontraba la respuesta correcta. Esta técnica recibe el nombre de
método exhaustivo, y fue el sistema que utilizó para aproximar el valor del número π. Para
ello, dibujó un polígono regular inscrito y otro circunscrito a una misma circunferencia, de
manera que la longitud de la circunferencia y el área del círculo quedan acotadas por esos
mismos valores de las longitudes y las áreas de los dos polígonos. A medida que se
incrementa el número de lados del polígono la diferencia se acorta, y se obtiene una
aproximación más exacta. Partiendo de polígonos de 96 lados cada uno, Arquímedes calculó
que el valor de π debía encontrarse entre 310⁄71 (aproximadamente 3,1408) y 31⁄7
(aproximadamente 3,1429), lo cual es consistente con el valor real de π. También demostró
que el área del círculo era igual a π multiplicado por el cuadrado del radio del círculo. En su
obra Sobre la esfera y el cilindro, Arquímedes postula que cualquier magnitud, sumada a sí
misma suficiente número de veces, puede exceder cualquier otra magnitud dada, postulado
que es conocido como la propiedad arquimediana de los números reales.
En su obra sobre la Medición del círculo, Arquímedes ofrece un intervalo para el valor de
la raíz cuadrada de 3 de entre 265⁄153 (aproximadamente 1,7320261) y 1351⁄780
(aproximadamente 1,7320512). El valor real se ubica aproximadamente en 1,7320508,
por lo que la estimación de Arquímedes resultó ser muy exacta. Sin embargo, introdujo
este resultado en su obra sin explicación de qué método había utilizado para obtenerlo.
Arquímedes demostró que el área del segmento parabólico de la figura superior es igual
a 4/3 de la del triángulo inscrito de la figura inferior.

En su obra sobre La cuadratura de la parábola, Arquímedes probó que el área definida


por una parábola y una línea recta equivalía exactamente a 4⁄3 el área del
correspondiente triángulo inscrito, tal y como se puede observar en la figura de la
derecha. Para obtener ese resultado, desarrolló una serie geométrica infinita con una
razón común de 1⁄4:
El primer término de esta suma equivale al área del triángulo, el segundo sería la suma
de las áreas de los dos triángulos inscritos en las dos áreas delimitadas por el triángulo
y la parábola, y así sucesivamente. Esta prueba utiliza una variación de la serie infinita
1⁄4 + 1⁄16 + 1⁄64 + 1⁄256 + ..., cuya suma se demuestra que equivale a 1⁄3.

En otra de sus obras Arquímedes se enfrentó al reto de intentar calcular el número de


granos de arena que podía contener el universo. Para hacerlo, desafió la idea de que el
número de granos fuera tan grande como para poder ser contados. Escribió:

Existen algunos, Rey Gelón, que creen que el número de granos de arena es infinito
en multitud; y cuando me refiero a la arena me refiero no solo a la que existe en
Siracusa y el resto de Sicilia sino también la que se puede encontrar en cualquier
región, ya sea habitada o deshabitada.Arquímedes

Para poder afrontar el problema, Arquímedes diseñó un sistema de cálculo basado en la


miríada. Se trata de una palabra que procede del griego μυριάς (murias) y que servía
para hacer referencia al número 10 000. Propuso un sistema en el que se utilizaba una
potencia de una miríada de miríadas (100 millones) y concluía que el número de granos
de arena necesarios para llenar el universo sería de 8×1063.
La Corona Dorada
Una de las anécdotas más conocidas sobre Arquímedes cuenta cómo inventó un método
para determinar el volumen de un objeto con una forma irregular. De acuerdo con Vitruvio,
Hierón II ordenó la fabricación de una nueva corona con forma de corona triunfal, y le
pidió a Arquímedes determinar si la corona estaba hecha solo de oro o si, por el contrario,
un orfebre deshonesto le había agregado plata en su realización. Arquímedes tenía que
resolver el problema sin dañar la corona, así que no podía fundirla y convertirla en un
cuerpo regular para calcular su masa y volumen, a partir de ahí, su densidad. Mientras
tomaba un baño, notó que el nivel de agua subía en la bañera cuando entraba, y así se
dio cuenta de que ese efecto podría ser usado para determinar el volumen de la corona.
Debido a que el agua no se puede comprimir, la corona, al ser sumergida, desplazaría
una cantidad de agua igual a su propio volumen. Al dividir el peso de la corona por el
volumen de agua desplazada se podría obtener la densidad de la corona. La densidad de
la corona sería menor que la densidad del oro si otros metales menos densos le hubieran
sido añadidos. Cuando Arquímedes, durante el baño, se dio cuenta del descubrimiento,
se dice que salió corriendo desnudo por las calles, y que estaba tan emocionado por su
hallazgo que olvidó vestirse. Según el relato, en la calle gritaba «¡Eureka!» (en griego
antiguo: «εὕρηκα» que significa «¡Lo he encontrado!»)
La Corona Dorada
El Siracusia y el tornillo de Arquímedes
Una gran parte del trabajo de Arquímedes en el campo de la ingeniería surgió para satisfacer
las necesidades de su ciudad natal, Siracusa. El escritor griego Ateneo de Náucratis cuenta que
Hierón II le encargó a Arquímedes el diseño de un enorme barco, el Siracusia, que construyó
Arquias de Corinto bajo su supervisión. El barco podía ser usado para viajes lujosos, cargar
suministros y como barco de guerra. Finalmente su nombre fue cambiado por el de Alejandría,
cuando fue enviado como regalo, junto a un cargamento de grano, al rey Ptolomeo III de
Egipto.
Se dice que el Siracusia fue el barco más grande de la antigüedad clásica. Según Ateneo, era
capaz de cargar 600 personas e incluía entre sus instalaciones jardines decorativos, un
gimnasio y un templo dedicado a la diosa Afrodita. Debido a que un barco de esta envergadura
dejaría pasar grandes cantidades de agua a través del casco, el tornillo de Arquímedes
supuestamente fue inventado a fin de extraer el agua de la sentina. La máquina de Arquímedes
era un mecanismo con una hoja con forma de tornillo dentro de un cilindro. Se hacía girar a
mano, y también podía utilizarse para transferir agua desde masas de aguas bajas a canales de
irrigación. De hecho, el tornillo de Arquímedes sigue usándose hoy en día para bombear
líquidos y sólidos semifluidos, como carbón, hielo y cereales. El tornillo de Arquímedes, tal
como lo describió Marco Vitruvio en los tiempos de Roma, puede haber sido una mejora del
tornillo de bombeo que fue usado para irrigar los jardines colgantes de Babilonia.
El Siracusia y el tornillo de Arquímedes
La Garra de Arquímedes
Polibio narra que la intervención de Arquímedes en el ataque romano a Siracusa fue
decisiva, hasta el punto de que desbarató la esperanza romana de tomar la ciudad por
asalto, teniendo que modificar su estrategia y pasar al asedio de larga duración, situación
que duró ocho meses, hasta la caída definitiva de la ciudad. Entre los ingenios de que se
valió para tal hazaña (catapultas, escorpiones y grúas) se encuentra una que es de su
invención: la llamada manus ferrea. Los romanos acercaban todo lo que podían los
barcos al muro para enganchar sus escaleras a las fortificaciones y poder acceder con
sus tropas a las almenas. Entonces entraba en acción la garra, que consistía en un brazo
semejante a una grúa del cual pendía un enorme gancho de metal. Cuando se dejaba
caer la garra sobre un barco enemigo el brazo se balancearía en sentido ascendente,
levantando la proa del barco fuera del agua y provocando un ingreso del agua por la
popa. Esto inutilizaba los ingenios enemigos y causaba confusión, pero no era lo único
que hacía: mediante un sistema de polea y cadenas, dejaba caer súbitamente el barco
provocando una escoración que podía llevarlo al vuelco y al hundimiento. Ha habido
experimentos modernos con la finalidad de probar la viabilidad de la garra, y en un
documental del año 2005 titulado Superarmas del mundo antiguo (Superweapons of the
Ancient World) se construyó una versión de la garra y se concluyó que era un dispositivo
factible.
El rayo de calor de Arquímedes,
¿mito o realidad?
Según la tradición, dentro de sus trabajos en la defensa de Siracusa, Arquímedes podría
haber creado un sistema de espejos ustorios que reflejaban la luz solar concentrándola
en los barcos enemigos y con la finalidad de incendiarlos. Sin embargo, las fuentes que
recogen estos hechos son tardías, siendo la primera de ellas Galeno, ya en el siglo II.
Luciano de Samosata, historiador también del siglo II, escribió que, durante el sitio de
Siracusa (213-211 a. C.), Arquímedes repelió un ataque llevado a cabo por soldados
romanos con fuego. Siglos más tarde, Antemio de Tralles menciona los espejos ustorios
como arma utilizada por Arquímedes. El artefacto, que en ocasiones es denominado
como el «rayo de calor de Arquímedes», habría servido para enfocar la luz solar en los
barcos que se acercaban, haciendo que estos ardieran.
La credibilidad de esta historia ha sido objeto de debate desde el Renacimiento. René
Descartes la rechazó como falsa, mientras que investigadores modernos han intentado
recrear el efecto considerando para ello tan solo las capacidades técnicas de las que
disponía Arquímedes. Se ha sugerido que una gran cantidad de escudos bien pulidos de
bronce o cobre podrían haber sido utilizados como espejos, para así enfocar la luz solar
hacia un solo barco. De este modo se habría podido utilizar el principio del reflector
parabólico, en una manera similar a un horno solar.
El rayo de calor de Arquímedes,
¿mito o realidad?
Según la tradición, dentro de sus trabajos en la defensa de Siracusa, Arquímedes podría
haber creado un sistema de espejos ustorios que reflejaban la luz solar concentrándola
en los barcos enemigos y con la finalidad de incendiarlos. Sin embargo, las fuentes que
recogen estos hechos son tardías, siendo la primera de ellas Galeno, ya en el siglo II.
Luciano de Samosata, historiador también del siglo II, escribió que, durante el sitio de
Siracusa (213-211 a. C.), Arquímedes repelió un ataque llevado a cabo por soldados
romanos con fuego. Siglos más tarde, Antemio de Tralles menciona los espejos ustorios
como arma utilizada por Arquímedes. El artefacto, que en ocasiones es denominado
como el «rayo de calor de Arquímedes», habría servido para enfocar la luz solar en los
barcos que se acercaban, haciendo que estos ardieran.
La credibilidad de esta historia ha sido objeto de debate desde el Renacimiento. René
Descartes la rechazó como falsa, mientras que investigadores modernos han intentado
recrear el efecto considerando para ello tan solo las capacidades técnicas de las que
disponía Arquímedes. Se ha sugerido que una gran cantidad de escudos bien pulidos de
bronce o cobre podrían haber sido utilizados como espejos, para así enfocar la luz solar
hacia un solo barco. De este modo se habría podido utilizar el principio del reflector
parabólico, en una manera similar a un horno solar.
El rayo de calor de Arquímedes,
¿mito o realidad?
El Palimpsesto de Arquímedes es una de las principales fuentes a partir de las cuales se
conoce la obra de Arquímedes. En 1906, el profesor Johan Ludvig Heiberg visitó Constantinopla
y examinó un pergamino de piel de cabra de 174 páginas con oraciones escritas en el siglo XIII
Descubrió que se trataba de un palimpsesto, un documento con texto que ha sido sobreescrito
encima de una obra anterior borrada. Los palimpsestos se creaban mediante el raspado de la
tinta de obras existentes para luego reutilizar el material sobre el que estaban impresas, lo cual
era una práctica común en la Edad Media debido a que la vitela era cara. Las obras más viejas
que se podían encontrar en el palimpsesto fueron identificadas por los académicos como copias
del siglo X de tratados de Arquímedes que anteriormente eran desconocidos. El pergamino
pasó cientos de años en la biblioteca de un monasterio de Constantinopla, antes de ser vendido
a un coleccionista privado en la década de 1920. El 29 de octubre de 1998 fue vendido en una
subasta a un comprador anónimo por dos millones de dólares en Christie's, Nueva York. El
palimpsesto contiene siete tratados, incluyendo la única copia hasta entonces conocida de la
obra Sobre los cuerpos flotantes en el original en griego. Es también la única fuente de El
método de los teoremas mecánicos, al que se refirió Suidas y que se creyó perdido para
siempre. Stomachion también fue descubierto en el palimpsesto, con un análisis más completo
del puzle que el que se podía encontrar en textos anteriores.
El palimpsesto está guardado en el Walters Art Museum en Baltimore, Maryland, donde ha
pasado por diversas pruebas modernas, incluyendo el uso de luz ultravioleta y de rayos X para
leer el texto sobrescrito.
Los tratados que contiene el Palimpsesto de Arquímedes son: Sobre el equilibrio de los planos,
Sobre las espirales, Medida de un círculo, Sobre la esfera y el cilindro, Sobre los cuerpos
flotantes, El método de los teoremas mecánicos y Stomachion.
En 1935 se decide en su honor llamar «Arquímedes» a un cráter lunar (29.7° N,
4.0° W) ubicado en la zona oriental del Mare Imbrium.6970 También llevan su
nombre la cordillera lunar «Montes de Arquímedes» (25.3° N, 4.6° W) y el
asteroide 3600 Arquímedes (3600 Archimedes).
La Medalla Fields, galardón otorgado a los logros matemáticos más destacados,
lleva un retrato de Arquímedes, junto con su prueba acerca de la relación
matemática entre las áreas y volúmenes de la esfera y el cilindro. La inscripción
alrededor de la cabeza de Arquímedes es una cita atribuida a él, que dice en
latín Transire suum pectus mundoque potiri («Superarse uno mismo y dominar
el mundo»)
Arquímedes ha aparecido en emisiones de sellos de Alemania del Este (1973),
Grecia (1983), Italia (1983), Nicaragua (1971), San Marino (1982), y España
(1963).
La exclamación «¡Eureka!», atribuida a Arquímedes, es el lema del estado de
California. En este caso, sin embargo, la palabra hace referencia al momento
del descubrimiento de oro cerca de Sutter's Mill en 1848, que desató la fiebre
del oro en California.

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