En El burlador de Sevilla y convidad de piedra, Tirso de Molina caracteriza don Juan como un hombre daino e inconsiderado que piensa

que nunca va sufrir la juicio de Dios por sus pecados. Tener un exceso de confianza en Dios, piensa que al final de su vida fcilmente puede confesarse en la iglesia para irse al cielo. No le importa cuantas veces su sirviente le repite durante toda la novela que Dios lo juzgar y lo mandar al infierno. Don Juan siempre le responde, Tan largo me lo fije. Su actitud hacia Dios y la muerte es patticamente indiferente. l piensa que por ser joven l puede hacer lo que le de la gana porque la muerte todava parece muy lejana en su juventud y Dios no tiene ninguna presencia en su deplorable forma de vida. Con esta tranquilidad, el tema toma la libertad a seducir y engaar mujeres de clase alta y baja, ruinndoles sus vidas y quitndoles su castidad. Engaa a una marquesa, pretendindole ser su novio el marqus. Tan pronto el susto de la marquesa al descubrir que es un extrao, lo descubren, pero el burlador de Sevilla se escapa, dejndole la marquesa presa donde seguramente condenan al marqus. Despus de ruinar los dos nobles, don Juan no siente ninguna gota de arrepentimiento. Audazmente, prosigue a seducir a una campesina que queda totalmente deshonrada frente al pueblo. A travs de esta accin, don Juan traiciona a un amigo que haba confiado en l. Los problemas se hacen peores l seduce su novia y mat a su padre. Es obvio que el pecador no siente nada sentimiento de arrepentimiento porque vuelve a seducirla. Convence a un campesino en su boda que l se ha acostado con su novia. Tristemente, le da su novia, a quien don Juan sedujo y le convenci que su esposa la ha dejado. sta lleva a otras dos vidas ruinadas. El nico momento en cual don Juan muestra un poco de arrepiento para sus acciones es en el momento justo antes que se acaba de saber que va a morir. El padre muerto de la dama que trat de seducir regresa como una estatua, invitndole a cenar. Confrontado con la muerte, don Juan todava no tiene remordimiento completo, y la razn es porque piensa que posee tiempo para mejorarse su comportamiento. En el futuro, imagina si mismo como un hombre honrado, pero en el presente, piensa que tiene oportunidades a pecar y ruinar las vidas de los dems para divertirse. Haber actuado como un psicpata su entero vida, al fin y al cabo, Dios lo juzga por sus acciones y don Juan, el burlador de Sevilla, recibe lo que l merece: el castigo eterno en el infierno.