Está en la página 1de 10
LIBRO V 137 tras haber devastado la regién, Actuaron asi porque Fliunte habia acogido a los desterrados de Argos, que en su mayor parte habian ido a instalarse alli, En el mismo invierno, Jos atenienses establecieron un 4 bloqueo contra Macedonia”; reprochaban a Perdicas su compromiso con los argivos y lacedemonios y el hecho de que, cuando ellos hablan efectuado los preparativos para conducir un ejéreito contra los calcideos de la costa tracia y contra Anfipolis, con Nicias, hijo de Nicérato, como estra- tego, él habia traicionado su alianza, siendo su abandono la causa principal de que aquel ejército se hubiera disuelto; por ello se habfa convertido en enemigo. Asi acabé este invierno, y con él acabé el decimoquinto afio de la gue- ra, ARO DECIMOSEXTO: 416-415 8. C. EXPEDICION ATENIENSE CONTRA MELOS. En el verano siguiente, Alcibia- ae depuracién ‘CS 8e hizo a la vela hacia Argos on Argos con veinte naves y capturé a los Los aenienses _argivos que todavia parecian sos- imarchan contra Melos vechosos y partidarios de los lace- demonios; fueron trescientos hombres, y los atenienses los, deportaron a Jas islas vecinas sobre las que ejercfan su dominio, Por otra parte, los atenienses hicieron > Probablemente era un intento de bloqueo naval, un blagueo difl- Diem es verdad que Macedonie no tenfa una gran longitud de costa em esta época y Alenas contaba con bases muy cercanas, 2” Bl invierno del 417-416 a, C. 2 Respecto a la costumbre de utilizar las ilas para custodiar a pri= 138 GUERRA DEL PELOPONESO expedicién contra la isla de Melos?” con treinta naves suyas, seis de Quios y dos de Lesbos, y con unas fuerzas propias de mil doscientos hoplitas, trescientos arqueros y veinte arqueros a caballo, amén de unos mil quinientos hoplitas de los aliados ¢ islefios. Los melios son colonos de Jos lacedemonios’ 20 y no querian someterse a los atenienses como _los_otros is Aranquilos cn una posiciéa de neutralidad, pero después, al. forzarles los atenienses_devastando_sus_tierras, entraron abiertamente en guerra. Acamparon, pues, en su territorio con las fuerzas mencionadas los estrategos Cleomedes, hijo de Licomedes, y Tisias, hijo de Tisimaco, y, antes de causar algiin dafio a sus tierras, les enviaron primero embajadores ara entablar_negociaciones, Pero a estos enviados los melios no los condujeron a presencia del pueblo, sino que les invitaron a exponer el motivo de su venida ante las autoridades y los notables. Y entonces los embajadores atenienses dijeron en esencia lo siguiente !: Sioneros o rehenes, ef, supra, 1K 72, 1, En cuanto @ la suerte de estos hombres eapturados en Argos, cf. infra, VII, 3. 2 Ch supra, I 9 la actual Milo, esté en el extreme sudocste det archipiélago de las Clcladas, a unos 150 Km. al sureste de Atenas y 2 unos 120 Km, de la costa del Peloponeso, Como Santorini, es un antiguo volcén cuyo erdter, invadido por el mar, forma tuna profunda ensenada, 3 Cl, HeRovoro, VIII 48 Como dorios que eran, los melios se ‘esistlan a estar bajo ol dominio de Atenas. Eran dpotkoi de los lacede~ monios como los de Citera (ef. infra, VIL 57, 6; J. ne WavER, R. VAN Compernottz, eLes termes de “colonisation” chez Thucydides, L'Anti- quité Classique 36 (1967), 465), 1 Aqui comienza el famoso diflogo de lox melios (85-113), Ia confe- rencia entre melios y atenienses, que constituye uno de los pusajes més de Tueidides y uno de los ura. En este aterrible» (Nietz- ides va hasta lo més hondo y trdgica oposiciOn entre las razonese intereses del imperin- A ‘2udns"7) ugystaas 9p o1ay & oan gtusiqesd o1qy, un “A o5gH [ep (eu 040 2p 299019 owo9 2oarede soxfaut sap oBoqpip ays aquauresoLino 4 ‘9p souOIDenIIS a “pupgnse ond opearasqo By os A eBaus8 wx20)5 ‘ojund un es2pisuoo 2s soppy ap oBo1pEp [2 anb so o1a%0 -sepefoyar souorsesiaauoo 50] 2p pepifeas v) wsany anb exeinb owoD “pHi IV ovdoad Jap woroeuioput QIQ!oar UpIquIB) ‘soundTe UnBas “amb opoUI fours jap “sofa U9 sasuotueTe sopUdo.ap so] op ounsTE ap u9ReUOYLE seuaqo uaxq Anu opnd sopippony, A 52 jousesapepsoa s 2p 1eqord vopt ee oa3sod sptu of sopuztUIO» ‘uoroMMys eTsAbe ap ‘onmonurearterd un w2 s139p 9p woserqap anb 0} & sopueg sop ‘eamgod e] owes (voupsdinbe vidoa wun “oFont apsep “#2 soyou ap soyeas seagnied 84 0) \dxo ou sopipyony,“sovustueaiun|d ‘mauasoeiuinb ‘sosmasyp soj ua onb jun ‘onb “soprpiony 2p ouBws 9 ap ‘mouasaid 2] |p uo 2a 2K ofoyyp 219 ap spniop Key anb souejoeI20RoU S44 9p pepiqeas & a1qos ops: nb pepnis mun 2p 0} pepiingas soxmur eun sowmoosd ‘oqualse sigue; jnbu anb so] ‘soxj0s0a “(sa]quiou ap ol1oypne 2159 ay UOFDoNposTU son ap oAnalgo [9 s9 a1s9 anb ap Sou) ryr¥pingos upIoeUOWNEID PUN UD ZA BUN ap seYOIP OsuNodoTaa Tad ¥e%a) ovr ‘ipo j2 anb senor: ‘exz0dun sot ou ygpp T9p posture vy fo83}:# opunea | opo1 ojue & oxodumy ns ap sojgand sot s1ue pups ‘peprrenn: mos seu siqos Byos ns & ezapnio epeuzzossp uoo ueoTe)p {(sosuaruaie A sopong an1U9 sauo}oB;SOHOU $0} 66-7 ‘26 AAT A ‘s02teTE 50] & ourepinbuy anus sauoroesiontioo Se “pd-{L {] 9p “BxoUeTE BUI3:9 UD -soaid jo 9) jauorodsoxe soyayieo un sioUapIAD BK o[0s Js 40d anb o4DaKy ‘ofesed aynasaid ja us aquoureseyo sooxede ofps eapzpram wigo Bf we anb ‘Bur0j eum ‘ofojyip tn uo somrenuoaud sou B10¥e CJ2d “(OS-SE “p) ovopyic £ ugaID ap WIFI QUE epIOU0D BUD K (Zp ‘9G ‘wonyod wgpxoyan -tropuadapar ej» ousaiop [w 0 (nprayinzj2) pENEaHL -euraduny tap yesronrur- euroy Te wsedh-rapIpromy“sssuateaye A FONSU STUD ‘Won sIND ef 9p sTUBT y -oyustuDAUED of & ‘B oyDa19p f & w2s9H§ ef 24 12 ‘sajenmnau So] ap sezueradss { soyusumndae $8 21U8 2eB nj uatIN OM sosmndsip sonsant anb ap EISIA Up» SOTAW 4d OD07YIC TE 6El A oust LBRO Vv 141 todavia: exponed vuestras razones punto por punto y no recurrais tampoco vosotros al discurso tinico, sino replicad de inmediato a los argumentos que no os parezcan adccua- dos. Y en primer lugar decidnos si estiis de acuerdo con el procedimiento que os proponemos.» La comisiGn de los melios respondié: «La oportunidad #8 de explicarnos mutuamente nues- tros puntos de vista no merece reproche; pero la realidad de la guerra —algo que ya esté aqui y que no pertenece al futuro— parece estar en desacuerdo con esta propuesta. Vemos, en efecto, que vosotros habéis venido como jueces de lo que aqui se diga y que a nosotros el fin del debate nos traeré con toda probabilidad el siguiente resultado: si logramos imponernos en el campo del derecho y por el no cedemos, la guerra, y si mos dejamos convencer, la esclavituds. Atenienses: «Bueno, si habéis venido a este coloquio para formular suposiciones sobre el futuro o para cualquier otra cosa que no sea deliberar acerca de ta salvacién de vuestra ciudad, partiendo de Ja situacién presente y de la realidad que est ante yuestros ojos, ya podemos levantar la sesi6n; pero si vuestro objetivo es éste tiltimo, podemos seguir hablandon, Melios: «Es natural y merece disculpa el hecho de que personas en una situacin como la nuestra encaminen sus 26, 1), en el que no hemos encontrada més discurso que Ia breve arenga dde Brisidas en el cap. 9, Por eso se ha dicho que el didlogo de los melios se destaca del resto del libro V y que mira hacia To q libros siguientes, la expedicién a Sicilia y su desastrose resultado, 28 Epieikeia, érmino que signtica eequidads, agenerosidads, emode- raciém», «oportunidad (of. supra, 176, 4; 11140, 3:1¥ 19, 2). Aqui es una buena ides», una oportunidad razonable y generosa, una actitud que no ‘se corresponde con la realidad de lz guerra, Sobre este trmino, ef. J. DE Rowitey, «Fairness and Kindness in Thucydides», Phoentx 28 (1974), 95-100, 86 a7 142 GUERRA DEI. PELOPONESO palabras y conjeturas en mds de una direccién. Sin embargo, es indudable que est aqui este encuentro y que ha de ver- sar sobre nuestra salvacién 4; que el debate vaya, pues, si 0s parece, por el camino que proponéis», Atenienses: «En ese caso, pues, no recurriremos, por lo que a nosotros atafie, a una extensa y poco convincente retahila de argumentos 5, afirmando, con hermosas pala- bras, que ejercemos el imperio justamente porque derrota- mos al Medo o que ahora hemos emprendido esta expedi- cién contra vosotros como victimas de vuestros agravios; pero tampoco esperamos de vosotros que credis que vais a convencernos diciendo que, a pesar de ser colonos de los lacedemonios, no os habéis alineado a su lado*®, o que no 0 sseguridads, seguridad pars los campos, las casas y las perso- su existencia como poli libre; tal ver no se pensarfa en el resul~ tado al que se lleg6, ta destruccién total, La idea de walvacién», de todas Formas, s una idea muy presente en todo el didlogo. Se ha observade que todos los eaos en que aparece el temino sOzria, salvaciény, nl Bbro V curren en el didlogo de Melos (87; 8 5, 4; 110; 111, 2), mayor frecuencia de la idea y del término saverla despues en el que Ia palabra aparece nueve veees, referidas, en una ironia del destino, a la propia salvacién de los atenienses. Cf. W. Autison, Preparation (Poraskewe) in Thucydides, esis, Univ. de Pitts- burgh, 1974, pags, 233 ss 35 Login mékos épiston, «una larga serie de argumentos poco erei- bile», «un largo y sospechoso discurso», Parece que se implica que un dis- ‘curso largo, simplemente por serlo, ten(a que resultar menos coavincente ‘que uno corto, Jo que, sin embargo, no impedia que se hicieran largos 914IM00 ISY ee “ose OpURUET SOUIE}Iples ‘SoxRNSOP ot [2 ‘sonosou £ soxsanu soupgns stepios ‘sajqis39) sput s9[8ur So] s14yns ap ZaA Ud ‘Sox10SOA anbsog» aeurwny ezajeinyeun ¥] z9N ANO “esOURWING so;UTUEE 020) so] uae “seus S062} sey ¥ w>UDI9}a1 Uye“SeUBLUMY SoA se] 40d sepifos souoioejes svt wa “wasqusoy Jp BIgRy 38 OPUEND® “Z29P 54 ie *aseyedurto sesisanu U2 opedion “and s19qey ou» ‘ono uo taseyeduze> sns uo opedyoyied e:7qay our ‘a1uaKa soo wpje eNsOMA uo anb ojuEND SpA ONE ‘sosIOSOA wed Osofeus sousw se ou os A “solorsa sonuNT soun op onuep eas onbune PRE TS ap OIaIWTOUAAUOD OUaI9 bon e1R0} soyuowindre sns w0D 1s sojfa ap oysoaosd wBua.qo £ gy Soypouap salqeuozes soun ap erouaysyse x Uoo re1U03 vpand ox8yad ua anuanous as ugiseso Jombyens ua onb enbe enb ouys ‘upaios wai un so onb of woo sowayuoe ou Sonosou anb o81x9 ‘souizap “yan of “(oysarop ap souozes se] opout 9189 ap ouiede opurlop austuaatioo of ep a1qey 98 anb oprooiqeise siaqey somosoa anb oysond ‘soumwgt soso U2 9819A0U ‘oTDajs UD ‘OLNBSaOSN $9) [HN of ‘souDW Te sesoo se] Jon op eroueM eNsonu unfog» -soyapy areidaoe 01 sopagp so} & afqssod of ueurwsmap souong spur soy ‘O13 ~enuoo osvo ua ‘enb sesuonu ‘sezsony op peprendi wun op syaed 2s opuena wouafAzaIUT OYpo1ep op sauOZEL se] 142 SU -Rwny souoTsan sei Ud anb ‘soxiosou sowaqes o] anb jen ‘opipuaide sigqey somnosoa anbiod ‘souuos suamerpep ~#2A sono £ soun anb oj ues opsanae ap ajqisod of zezuvoTe 9p ua1q spur eyes} 28 foraes#e uNBuTU oYooy sipqey sou er A onart Lupo ¥ 145 Melios: «De modo que no aceptariais que, permane- 94 ciendo neutrales, fuéramos amigos en lugar de enemigos, sin ser aliados de ninguno de los dos bandos?» Atenienses: «No, porque Yuestra enemistad no nos per- 95 judica tanto como vuestra amistad, que para los pueblos que estén bajo nuestro dominio seria una prueba mani- fiesta de debilidad, mientras que vuestro odio se interpreta- ria como una prueba de nuestra fuerza. Melios: «Tal es la idea que vuestros siibditos se forman 96 de lo razonable?5', que ponen en un mismo plano a los pueblos que no tienen ningun lazo con vosotros y a todos aquellos que en su mayorfa son colonos vuestros y de los que algunos han sido reducidos tras una sublevacién? 2%. Atenienses: «Es que piensan que ni a los unos ni a los 97 ‘otros les faltan razones de derecho; pero que unos se man- tienen libres gracias a su fuerza y que nosotros no vamos contra ellos por miedo. Asi que, amén de acrecentar nues- tro imperio, por el hecho de ser conquistados nos propor- cionariais seguridad, especialmente en vista de que vos- otros, siendo islefios, y mas débiles que otros, no habriais pacto de sumisién concluido en interés de las dos partes, wEn este conve- nio, el bien que recibe el vencido 0 el més débil es Ia vida, que, por el derecho de guerra y en el estado natural de los hombres, podi tada; y la ventaja que promete al vencedor es au servicio o su obediencia» (Hlonaes, De Cive VIE I). 2 To elkés, wo razon: fase la réplica de los atenienses en et €.97. Cl. asimismo supra, ¥ 90, Se dan otras interpretaciones, como la de los de Atenas eran predominantemente jonias (ef. infta VIL 57, 4) y, por tanto, segin la tesis cominmente admitida en época de ‘Tucldides, descendientes de los atenienses (ap" Athtnatan). Cf, asimismo supra, 112, 4; infra, VI76, 3; HERODOTO, (147, 2, Pero en el area egea también se encontraban bajo la hegemonia ateniense pueblos no jonios, comio eta el caso de los dorios de Rodas y los eolios de Lesbos. En esta isla, Mitilene habia sido sometida tras una sublevacién. 3 ” 146 GUERRA DEL PELOPONESO logrado manteneros libres frente a los sefiores del mar» Melios: @Y no aprecidis seguridad en aquello que os propusimos? Porque llegados a este punto, del mismo modo que vosotros nos habéis hecho renunciar a los argu- mentos de derecho y tratdis de persuadirnos a que nos sometamos a vuestra conveniencia, es preciso también que a nuestra vez 0s hagamos ver lo que es titil para nosotros a fin de intentar persuadiros si se da el caso de que nuestra conveniencia coincide con la vuestra. Vamos a ver, todos aquellos pueblos que actualmente no son aliados de nin- guno de los dos bandos, ge6mo no los convertiréis en ene- migos cuando dirijan su mirada a lo que estd pasando aqui y Se pongan a pensar que un dia también marcharéis contra ellos? ¢Y con ese comportamiento, qué otra cosa haréis sino reforzar a yuestros enemigos actuales ¢ incitar a con- vertirse en enemigos bien a su pesar a los que ni siquiera tenian intencién de serio?» Atenienses: «No lo vemos asi, puesto que no conside- ramos més peligrosos para nosotros a todos esos pueblos de cualquier parte del continente que, por la libertad de que gozan®, se tomarén mucho tiempo antes de ponerse 1 Llama la atenciOn esta expresibn, que, sino hay corrupoién en el texto, implica que los pueblos libres continentales se sienten més seguros y tardan més en tomar medidas contra Atenas que lot pucblos libres insula a libertad parece ser la razin de la lentitud. Tucidides no lo explica, pero podemos pensar que hay una elipsis y que se trata de euna libertad de temor» o «una libertad més seguran, dado que la verdadera fuerza de los atenienses estaba en cl mar (eran sos sefiores del marm: V 97) y Jos pueblos insulares se considerarian nevesariamente dependientes de Atenas, sin posible libertad (cf. infra, VII 57). Los pueblos libres continentales, en ‘cambio, estarian en mejor situacién para defender aquella libertad, y esta ‘misma libertad, tal vez por no querer arriesgarla 0 por estar unida a una ‘mayor seguridad, ls haria més prudentes y menos peligroses para Atenas, Respecte a la diferente situacién de los pueblos continentatesy los insula. res frente a las fuerzas de Atenas, e interesante el texto de PSELDO JENo. FCIPLL Moah peg ‘NORE P (wowyp) wnt eK (wospH) pepaid x 28408 se zee-ece “PS L¥61 “s0po1p “PHPEWL ‘IL 104 "sopOWPY “y PasDMAy WaL0UEY Ws BoOMAUEDS busses “uoqpy “esapipiny, ua spread & wyioay,“eunuiny zfesTNEN® ‘Zid ZaH2HA JO “ouRUINY So;pau JOd9 EL IA “PUK P} ‘umuung wofpfpu0o ef erafns wise anb sot # sa}a so] opurdaoe “aquiog ‘en owoo opuenyne ‘yop $9 “eeuEUIAY BLLIO} apy SOIedeAYIUY ge “wpe je eUEsBONAIG BL & “Ig61 “AKeA a1Ig o1KO ‘84, ‘sepipcom tg aeriegn fo rdrou0D ay isvnea “V8 781 #894 “L061 “saipuoy ‘soja sampeonyy “axoaNeod "W'a “2 “SMIP}ON4, =p igo v] uo ‘ermesadso wy “ido ago ‘a3 Spe Jp 43} af ap eUINHIOP 2 uo ekode ax anb oust yemug un wavodo tasutuaye soy ‘raueiedso 1 weuzqe 25 anb ‘sour Soy © auas4 “> go} “> °s9 AL otTUNSE > 1 ope [279 1 ads jo sora ans ezueiads9 8] 21908 se ~omopooe] Sof op ezuETe k| OPE] oxsonU B yIE}s9 nb VOD sourejuoo ‘seziony semsonu ap pepyoloyur vy v ousolouD anb of ua ‘ “sc Oisnfut oStwous un v soure;uozyu2 sou anb sosoperd soiquioy sowos sand ‘pepmuatp ey 10d sopeyess Jood sowiaies ou anb ua soureytuoa ‘eunyso5 vy v 2141890} Of ue “oqumisqo ON ‘Ten8t 20d asipsedaz ap ey ou wisp 1s ‘un ~103 8 ex1u09 & o}sapod onsanA esyuOd seYR| -spisues —warq oypaqes— sonosou ugiquiey» ssoyayy yor weroesSsop ¥] ueanswoe ‘sezuezadso se] U0 omnf ‘onb seonopid seqjanbe sepor & sojnapio soy “ugroeuta “Ape B] oUtod sapet ‘seIn9s0 seuoJsn|! wa ofode uvasng ‘ses -2]0 sezuesodso se] ueuOpuRge 89] ‘ors UO!ENIIS BUN Ua ‘opuend oso BuBUINY BZafEINIEL Ns 9p somMA so] ap ouWUaP asseaqes ap pepiliqisod ej eyaepor opuarusy ‘anb sojanbe op ‘ououmnu Uead [e sozefouase sipsanb ou ‘eiotoudye vise 10d aesed sipzonb ou ‘wy ejos wun B oUTIS9p onsona sIpBAL 80 & SajiQgp stos anb."sos1080A “s¢e Opf90u109 ey vB] 28 anb z za wun eI[9 9p aszeprens ap pepyiqisod eundutu vfap ou BA ‘opens ‘eumns Bf op eyueduiod ua vito eIopepisA ns BIysONU so} (wzayumnyen sod wStpord so wzuesadso v1) epefnf eos eun osaNodonad 72a vatanD ert 0 oor “sojend anus aszeauaid vaqap f 9p se] owo> ‘souoy 2p souoNsanD se (5 vOC 39H ‘© ‘SVNLANNED “O ap “Pan “81 °¢ Sasuaruary 60) 2p Bayryndony #7) aANOS (6. ‘vadns “p) Ue vunyOS Ns BPO} UPBsoLLZe UID UOD anb soyjanbe w ood fwumnuse sa] ou ‘sepeyep w andj] anbune ‘eouepunqesadns ap uo}pensis eun epsep wij9 & YaxNOA soUsINb v ‘osTyOd 12 us ojnwipse un se onb ‘ezueiodsa wy» csasuanony aid ue asiouajuew ap wzuesodsa el asts -qns eJAepor ugTooe FT Woo anb senuonu “eretpowus wz! -edsasep v1 royqu8{s 1apao ‘sonjosou wed 4 “Iesadso BNO ~3ad sayied sop se] ap sezsony sey axjus wrouas9yip v] anb 0} ‘9p sepeagytinba spur sayzons weyjnsor so09A v sezian# sey ap sapmiistoin se] ap anb souraqes sonosou osagy :soyazy SOx}080A anb souony spur oypnur wos saustnb & styisisox so ou onb 2p Wy B ‘UoroeATEs BAISONA B OYadsa1 UPIOBIAQHJap BUN ap SPUT ByEN 98 YOUOYSep Jo 4BIIAD wAed §5, SoUOIaIpUOD 2p peprendt us e}:quioy ap waureys99 un sonjosoa vied 2959 82 ou sand !erouapnid woo stgsogijap Is ‘OND ssasuanuary “apnyiaejoso e| seuodos onb owe orpour Joinbyeno e susnoar ou eypreqoo K w7a[fA URIs eUN aiusureo19 RTOs sazqy| sowLos esvpor anb sonosou wud ‘esresagyy 9p uly F SoaRjosa Uos BX anb soyjanbe uvuoNse of upiquie & ‘ouraduny onsana ap sopyosodsop 3as ou vied ostjod wes wey un stp1209 Sonosoa Is ‘sang» -soyayy “wosaygiueu oaijad un uo ‘soijo oo sosnosoU WX ‘souIsIUT JS & as:9u0d veyspod ‘pepyeuoyessy By tod senseue asopuplap ‘ond 50} “010939 ua “uos sosg “ouladust aysa ap ajqipnjaut osed Jo sod sopeiadsexa upiso ek ouisiur e204 anb so] 8 £ “Osta 03) Y ONSONL v U9}aUWOS 9s OW 9UIBd saINb f $0] B OS ‘SONOSOU exyU09 BIpreN? uD “san s9 ow1o> ‘optad -1en9 wa anb soy opt A owart LIBRO V 149 nios, que se vera obligada a acudir en nuestra ayuda, si no por otra raz6n, a causa de Ja afinidad de raza y por el sentimiento del honor. En modo alguno es, pues, nuestra confianza tan irracional como aficmdis». Avenienses: «Bueno. En cuanto a la benevolencia por parte de la divinidad, tampoco nosotros creemos estar en desventaja, Porque ninguna de nuestras pretensiones 0 acciones se aparta del pensamiento de los hombres con specto a la divinidad ni de su voluntad respecto a las rela- ciones mutuas, Pensamos, en efecto, como mera opinién en Jo tocante al mundo de los dioses y con certeza en el de los hombres, que siempre se tiene el mando, por una imperiosa ley de la naturaleza#*, cuando se es més fuerte. Y no somos nosotros quienes hemos instituido esta ley ni fuimos los primeros en aplicarla una ver establecida, sino que la recibimos cuando ya existia y la dejaremos en vigor para siempre habiéndonos limitado a aplicaria, convencidos de que tanto vosotros como cualquier otro pueblo hazlais lo mismo de encontraros en la misma situacién de poder que nosotros. Asi que, por lo que respecta a la divinidad, es razonable que no tengamos miedo de recibir un peor trato, Y en cuanto a yuestra opinién sobre los lacedemonios, por (ch, Piupako, Nemeas VI, | s.); pareeta légico, pues, que los dioses estu- vieran sujetos a las leyes universales de la naturaleza igual que los hom bres. Con todo, era materia opinable si los dioses estaban sometidas a prineipios como la ley del més fuerte invocada aqul por los atenienses o si ‘estaban con Ia ley de a justicia (Dikz) en la que los melios q yarse. Los atenienses sostienen unas nociones de justia y divinidad en ‘apoyo de su postura, mientras que los melios se apoyan en una visiGn tradicional (cf. Histovo, Trabajos y dag 232-234) de unos dinses guar- dlianes de Is justcia. CE. A. W. SaXONHOUSE, «Nature and Convention in ‘Thucydides’ History», Polity 10 (1978), 461-487, esp. 478 58. GUERRA DEL PELOPONESO Ja que confidis que van a acudir en vuestra ayuda debido a su sentido del honor, celebramos vuestro candor, pero no 4 envidiamos yuestra inconsciencia?®. Porque los lacedemo- nios, en sus relaciones entre ellos y en lo que concierne a las instituciones de su pais, practican la virtud en grado sumo; Fespecto a su comportamiento con los demds, en cambio, cabria decir muchas cosas, pero, para resumir bre- vemente, podriamos manifestar que de los pueblos que conocemos son los que, de la forma mas clara, consideran honroso lo que les da placer y justo lo que les conviene 0, Y la verdad es que esta actitud no est de acuerdo con esa salvacién irracional en la que ahora confidis». 196 Melis: «Pero precisamente por esa misma razén nos- otros abrigamos la mayor confianza de que, en su propia conveniencia, no querrdn traicionar a los melios, que somos colonos suyos, para suscitar la desconfianza de los griegos que son amigos suyos y prestar asi un servicio a sus enemigos». 107 Atenienses: qY no creéis que Ja conveniencia es com- pafiera de la seguridad y que lo justo y lo hontoso compor- tan peligros, en los que los lacedemonios, por lo general muestran escasisima audacia?» Melios: sPensamos, sin embargo, que por nuestra causa arrostrardn incluso esos peligros, y que los verén con 1d de Bsparta no contribuia muchas veces # que sus n confianza. Piénsese en casos como los de Tasos (cf, supra, 1101, 1-2), de Bubea (ef. supra, 1 114, 1-3) y de Potidea (ef. supra, 1 58, 1), en las criticas de los corintios en 1 69, 5, en conductas como la de Aleidas (ef, supra, 11 irmaciones como Ia de 1V 20, 4, y ‘en algunas eldusulas d (cf. supra, V 18, 5-8), interés, Respecto a la hipocresia espartana, of. supra, 11 68, 4, donde Tucidides emite un juicio sobre la actitud de Esparta en el asunto de Platea, y los acuerdos con Persia en el libro VILL S01 A ‘2adns jo Yautyys =) opeanuersns uoxyyi0 97 © corodsey“taneBau 0 eanisod uginer9(sa woo ‘tanSian‘e1uoys9p “oUDY 2p ola09 ousyo10y souopund ‘oo jap opHuas“rouoy ove) Way, URIs 2HCARIF FE “SOL “HOE “LOI A "Budhs ID Cosy wayne “upsyy 10 97 “uautyyto “qoappsD 5301 wa) soLOYsSp Te K Jove (ap o1ds0 109 2 to9 ean anb oonsyos orofsate aqei0u wn Abe SINK ag yg “ERE A P4f 3) esndB11S 9p ofits fo setOpuege BARL $2] HsD0q 2p UpjoLdDo k} aK ‘ovaerepe spy {1 ‘91 Mn “edn po) sua.0HHG A waPHIOM “(E‘SOI | “oudhs 9) ‘suit op 80] our09 sosea tis asesupia ‘SeIUayjSoz%0 ap sasuatUaye sot ¥ Ue -an sensona opuearosuoa osad omngin [2 opuefed ‘sokns sopeyje uo soxsoauos op eysendoid epezspow vj cozy $0 opueno esosapod spur pepnio e ajue soreBo{qop osor -0o2put sigsapisuod ony “Ouse UaNg Ja stputON Is soxeprENS SI9q2P S0x1080A o}s9 aq “aaNS Bf ap OYJ BONY IS oN ‘osozuoBian spur sa “Zayesuasur E] ap BIouONIasUOD 198 10d ‘onb souoysop un syurspe opeofuns8 uey 9s & ‘sefquipouronst seiows3sap uo eidoid perunjoa sod asreydioosd w oysoy 9p opt ury ‘vagejed esa rod sopjouaa ‘anb opout ap ‘ofits “Woo opesiseste By $9] “opoNpas arquIOK ns 9p wzsaNJ BI LO ‘souoy [ap OpHuas opeurely (2 ‘tered v uvq! apuope UB;OA -a1d njavpor anb soysnur v anbuog “wumn wy w sazqUOY sof AQT] Sa0an Se] ap spt set ‘Bon! UD roUOY fo UOD o1ifod owsoyjuenr ap sauosents ua ‘otb ysq 20UOY Jap oyuarUITIUDS Jonbe ap epuas gy reo} v stpaea oN “tsoye ap ey and zores -uas Jodeuu Bun axysanur anb ugrstsop un steUI0Y OU “opIp -adsap sipdey sou anb 704 wun ‘Is ‘pnynoe exisona ap pep seUOTOLIAY owWA0UD Bj ‘Sond ‘SI9AvIOUApIAg “sos10S0A vA}UOD sepvouje upyso v4 anb seziony se] 2 a}ua4} 11AlAaxgos stypod anb vsed sostose niu uos uotorsodsip wxysoMA v sosinoos soj & ‘oanany [9 ua £ sezussadsa sey ua upisa sosode saan spur sonjsana ‘oytesquoo [9 Jod ‘asmeaqes w wea onb 19019 tied sejU09 unpand saxquioy so] anb e| wos uozer jos euN IU opep siaqey ou ateqap o8:e] a1S9 po} uo “ugiovAyes 21) -sona argos sefoqijap & steqy anb opeunmye zoqey ap svsad © osaNodorad Yaa varusAD tsi m ou oo seuede ou anb ‘wony jap souosseauy se] v opuayor swuatuyerredsg (ye “oBoygip a1s9 ua opesquou Dougray aleuosiod oonun yo $9 sepispial“atusuEsOLIND “La-s8 AI ‘oudne 3D "SEDEPIG op «usta» v] opigieas UB;gey OU anb “eauoLEAy A vz9pqY 9eto9 ‘sopepnio seyonut “owas us “Ugo wIDRI], 9p PONY {9 UE ese ‘sonues so] ¥ squouudiousd apory ise ‘an opuraiesqo someyss O10g “ge SoBruIOUD Sono & LOUD} aod orpase ojos un opeueas| wey vounu sosuotuare so] anb sipsou8! ooodure) soxosoa & ‘eaonu erouauodxa ean ‘Byl9s ou sopepyigisod seyso ap exoINbjenD» :sasuauary ‘wouoysi91 ordosd onsana 10d K sopetye sozsana ap season sey tod ‘eo199 ap spi 890} so anb o8[e Jod outs ‘sonosoa vo9 oze] unBuu aus ou onb syed un sod upsas ou Bf sozIonysa SONISIMA SoqMOIUD K ‘eye SEP ~1siq 10d sopvorre uosany ou anb soy ‘sopeye soiuessar sonsana vsiuo f 012071218) ONsoNA eMLOD aszaAIoa UeLLPod ‘oso uo urseseows) 18 A ‘BIOUELBIA wl JeLNg azainb anb jo vued upioeaqes 8} anb wemurop 0] souainb op ayred od eam -dvo wun esoxnoyrp spur so senfe sns ua o1sea so BOI, 2P sew Tg “yscSONO B sUlAUa UBLAPOd olDgy

También podría gustarte