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Empleo Estatal, Procesos de Trabajo y Reproducción Del Capital - Puka - Editora - 2023
Empleo Estatal, Procesos de Trabajo y Reproducción Del Capital - Puka - Editora - 2023
ISBN 978-987-88-3567-9
Consejo Editor
Grupo de Investigación y Acción Social (GIyAS)
Núcleo de Investigación Crítica sobre Sociedad y Estado (NICSE)
Compartir Igual (Share alike): La explotación autorizada incluye la creación de obras derivadas
siempre que mantengan la misma licencia al ser divulgadas.
Impreso en Argentina
Printed in Argentina
Tandil
Puka Editora
— 2022 —
Para quienes la complicidad del silencio
fue siempre un lugar incómodo
y
para quienes saben que lo imposible
sólo tarda un poco más
Índice
Prólogo............................................................................................................9
Presentación.................................................................................................13
Introducción..................................................................................................15
Capítulo 1
El debate sobre las condiciones laborales y su expresión en el ámbito del
Trabajo Social en Argentina..........................................................................21
En torno al estudio y conceptualización de las condiciones laborales……23
Las investigaciones acerca de las condiciones laborales en Trabajo
Social a nivel nacional (1988 – 2011)…………………………………………………… 30
Armando el rompecabezas: aproximación a datos y estadísticas
en el país……………………………………………………………………………………………...34
Conclusiones parciales……………………………………………………………………………….46
Capítulo 2
Limitaciones y potencialidades del ejercicio profesional de las Trabajadoras
Sociales: su análisis bajo la categoría procesos de trabajo…..…………………….49
El Estado: de la relación social general a la atención de las
manifestaciones de la cuestión social …………………………………………………51
Los servicios sociales, el trabajo improductivo y la reproducción del
capital…………………………………………………………………………………………………..57
Trabajo y condición asalariada……………………………………………………………..64
La calificación y lectura del ejercicio profesional bajo la categoría
procesos de trabajo………………………………………………………………………………68
Conclusiones parciales……………………………………………………………………………….73
Capítulo 3
El sello contemporáneo en las relaciones laborales: ofensiva del capital,
mediación estatal y reproducción de la clase trabajadora………………………….75
De lo que se trata es de valorizar y acumular: internacional en su
contenido y nacional en su forma …………………………………………………….77
La singularidad de las y los trabajadores ligadas/os a dependencias
estatales……………………………………………………………………………………………….84
Conclusiones parciales……………………………………………………………………………….93
Capítulo 4
Características de las condiciones laborales de Trabajadoras Sociales
de la Provincia de Buenos Aires: la “foto” a explicar………………………………… 97
Aclaraciones metodológicas………………………………………………………………….98
Caracterización de la fuerza de trabajo……………………………………………….102
La compra de la fuerza de trabajo: Estado y organismos
empleadores.………………………………………………………………………………………107
Formas asumidas en la compra de la fuerza de trabajo de las
Trabajadoras Sociales …………………………………………………………………………112
Reproducción de la fuerza de trabajo: formación, calificación y
organización colectiva ………………………………………………………………………..131
Conclusiones parciales …………………………………………………………………………….139
Capítulo 5
Alcances e impactos de la precarización laboral: los procesos de trabajo
de Trabajadoras Sociales en disputa .......................................................... 143
La degradación de la fuerza de trabajo de las Trabajadoras
Sociales……………………………………………………………………………………………….147
La serialización en la atención de las manifestaciones de la cuestión
social…………………………………………………………………………………………………..154
Atender las manifestaciones de la cuestión social bajo un
doble disciplinamiento………………………………………………………………………..160
Conclusiones parciales …………………………………………………………………………….166
Prólogo
Tamara Seiffer
Buenos Aires, septiembre 2021
13
Presentación
Introducción
1 Con apoyatura en la caracterización realizada por Netto, J. P. y Braz, M. (2011: 237) calificamos asimismo
el proceso dado en Argentina. Sostienen los autores: “por primera vez en la historia del capitalismo, la
palabra reforma perdió su sentido tradicional de un conjunto de cambios para ampliar derechos; a partir
de los años ochenta del siglo XX, sobre el rótulo de reforma(s) lo que viene siendo conducido por el gran
capital es un gigantesco proceso de contrarreforma(s), destinado a la supresión o reducción de derechos y
garantías sociales” (Cursivas y negritas en original. Traducción propia).
2 A lo largo del libro la referencia a profesionales de Trabajo Social se realiza utilizando el género femenino.
A modo de agilizar la lectura pero principalmente porque la composición del colectivo profesional fue y es
actualmente integrada en su amplia mayoría por mujeres y cuerpos feminizados. Cuando la mención sea
al conjunto de la clase trabajadora se utilizará lenguaje inclusivo y/o femenino y masculino.
16 Fiorella Cademartori
Aproximaciones sucesivas
Durante las últimas cuatro décadas en nuestro país, en todas las ramas y
sectores, se produjeron movimientos de entrada y salida de trabajadores del
mercado laboral. Asimismo, requerimientos estrictos y cambiantes para la
permanencia en dicho mercado. Alcanzó su límite la reproducción de la fuerza
de trabajo de la clase asalariada en condiciones relativamente indiferenciadas
(característica de los períodos “bienestaristas”), y se habilitó la alteración del
patrón preexistente de acumulación de capital. Tanto en el ámbito laboral
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 17
De la indagación a la exposición
3 Hacia 2016 se realizó una segunda encuesta general, así como varios estudios particulares según áreas y
organismos empleadores. Para ampliación de información, se sugiere revisar lo producido e impulsado por
la Comisión Provincial sobre Condiciones de Laborales y Asuntos Profesionales del CATSPBA (en su totali-
dad disponible en la web institucional: https://catspba.org.ar/).
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 21
Capítulo 1
4 El equipo estuvo conformado también por Ximena López, Micaela Manteiga, Eve Simonotto, Pilar Fuen-
tes y Laura Riveiro. Varias de estas colegas continuaron profundizando la problemática y produjeron ma-
teriales que sugerimos recuperar para el abordaje del tema.
22 Fiorella Cademartori
5 Sostiene Marta Novick que si bien la preocupación por las condiciones de trabajo nace simultáneamente
con la fábrica, hasta la década de 1950 en las Ciencias Sociales resultaba marginal. Luego, la categoría de
condiciones de trabajo, “resurge ya ampliada respecto a la vieja y limitada noción (jornada, mujeres y me-
nores, accidentes y enfermedades profesionales físicas) e incorpora -deplorándolas- las concepciones tay-
lorianas de organización del trabajo, mostrando no solamente la monotonía sino también la sobrecarga
que provocan” (Novick, 1983: 77).
6 Se refieren aquí a la consolidación de la revolución industrial y el surgimiento de las primeras grandes
manifestaciones de protesta y rebeldía obrera.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 23
realizaron en torno a las características que asumen las tareas y a las formas
en que se organizaba la fuerza de trabajo.
La preocupación por la problemática tiene larga data en ámbitos
laborales, sindicales, estatales y académicos; no obstante en dicha
publicación se refleja una renovada vocación por darle a las condiciones de
trabajo una mayor rigurosidad en la conceptualización así como realizar un
abordaje integral de la situación de les trabajadores. Este impulso heurístico
recupera los intentos de superación de la visión acotada de higiene y
seguridad que predominaba en los análisis anteriores y además incorpora los
triunfos en relación a las conquistas de derechos laborales logrados por la
clase obrera.
Rondando las décadas del ‘60-‘70 del siglo pasado, las investigaciones
ligadas a las condiciones laborales transitan una redefinición de su contenido.
Esta diversidad de enfoques y perspectivas, presenta consonancia con los
cambios históricos y el ascenso organizativo de la clase obrera (Novick y
Vasilachis de Gialdino: Op. cit). El surgimiento de una perspectiva
“renovadora” frente a una “tradicional” da cuenta del movimiento intrínseco
que experimentan los múltiples ámbitos laborales al compás de las
alteraciones del régimen de acumulación.
La obra de José Luis Neffa (1987) acerca de la temática detalla las
características de ambas perspectivas profundizando cómo se concibe al
trabajador/a en relación a la actividad, asimismo los efectos de tal o cual
concepción. Tradicionalmente las condiciones laborales se ligaban a las
características de higiene y seguridad de los espacios físicos donde se
desarrollaban las labores, y en un segundo plano hacia la medicina del
trabajo. Sintéticamente la lectura realizada por Neffa (1987: 14 – 21) ubica a
este enfoque tradicional en la dimensión de “reparación” y atención de
daños, siendo los riesgos considerados inherentes e inseparables del trabajo.
La mirada de quienes ofician de empleadores (fábricas, empresas,
organizaciones o instituciones) se sitúa casi exclusivamente a nivel
microeconómico o microsocial, desestimando causas estructurales; es decir,
sin una visión histórica que permita comprender cabalmente de dónde se
24 Fiorella Cademartori
7 Siguiendo los planteos marxistas, en condiciones normales el valor de la fuerza de trabajo, expresado
bajo la forma precio, debe ser suficiente y necesario para intercambiarlo por las mercancías que deben
entrar en el consumo obrero. De esta forma se posibilita su reproducción con los atributos necesarios que
le permiten poner su fuerza de trabajo en movimiento, más allá de la existencia de patrones diferenciados
de reproducción.
26 Fiorella Cademartori
8 Resulta interesante la sintética compilación de definiciones que recupera Novick en el texto citado (Ibíd.:
83-84) en función de acercar su propuesta conceptual. Compartimos los principales autores relevados y lo
expresado por cada uno: Syropoulos, G.: “conjunto de factores que influyen sobre el bienestar físico y
mental de los trabajadores” / Mothe, D.: “el conjunto de relaciones que establece el hombre con su tarea”
/ Guelaud, F.: “el contenido del trabajo y las repercusiones que pueda haber sobre la salud y sobre la vida
personal y social de los asalariados (…) todo aquello que pueda poner en peligro la salud del asalariado, su
equilibrio fisiológico y nervioso” / Bartoli, M.: “conjunto de exigencias propias del puesto dentro de un
sistema productivo y que son definidos como factores de carga de trabajo” / Christol, J.: “las condiciones
de trabajo pueden ser consideradas como el resultado de la interacción entre los diversos elementos téc-
nicos, organizacionales, humanos (individuos y colectivos) del complejo sistema que constituye toda em-
presa, establecimiento o taller, elementos que están ellos mismos en relación con el contexto económico,
tecnológico, institucional, cultural y social, cuyos constituyentes están en interacción”.
28 Fiorella Cademartori
a su criterio peligroso “tanto desde la especificidad teórica del tema como por
la necesaria acción “reformista” en procura de mejores condiciones concretas
de trabajo”.
Por su parte y en última instancia, previo a la consideración de las
concepciones y definiciones que subyacen en los estudios específicos desde
el Trabajo Social, recuperamos el planteo de Alberto Bialakowsky, en tanto
realiza una clara imbricación entre las condiciones de trabajo y de vida, las
que plantea como aspectos inescindibles teórica y empíricamente. Así lo
manifiesta: “sin duda, el empleo y el salario conforman la misma unidad, pero
no están en primer lugar, ni debajo, sino en el mismo nivel, puesto que se
debaten con la misma necesidad central: la vida” (Ibíd.: 95). El autor remarca
el hecho que subyace al estudio de las condiciones de trabajo, y que resulta
no sólo la probabilidad de vida de los trabajadores según el trabajo que
realizan, sino la subsistencia de éste y su familia9. De esta manera, desarrolla
su lectura considerando: condiciones vitales y condiciones básicas de trabajo
(cada una referida a necesidades vitales y/o básicas de hombres y mujeres en
la producción y reproducción de sus vidas). Las primeras “representan el
punto de partida, el límite necesario sobre el cual se asienta el resto de las
condiciones posibles o imaginables por la práctica social del trabajo”; las
segundas, “constituyen la vía de autorrealización a través del trabajo; son los
requisitos necesarios (puede que no suficientes) sobre los cuales se asienta la
posibilidad de una vida de sentido pleno o individualizada de acuerdo con las
variadas capacidades y condiciones” (Ibíd.: 97).
Resumidamente resaltamos las siguientes premisas con las que
dialogaremos en adelante: la consideración del proceso de trabajo como
variable constitutiva de las condiciones y medio ambiente de trabajo; el
rechazo a darle un carácter unívoco a las condiciones laborales; y la íntima
imbricación entre condiciones de trabajo y condiciones de vida.
En la particularidad del Trabajo Social, la diferenciación entre una mirada
tradicional y una renovadora no tuvo expresión en términos de
investigaciones que se enmarcaran en una u otra perspectiva. De alguna
manera, considerando los contextos de surgimiento de los estudios, sea en la
etapa episódica sea en la etapa de despliegue e instalación, coinciden con la
ampliación de dimensiones y elementos a considerar que se promueve desde
la segunda mirada.
9 Reproducirse como fuerza de trabajo ampliada implica una forma de reproducción que mantenga o am-
plíe los atributos productivos y los de su prole (familia), en tanto futura fuerza de trabajo.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 29
[...] estudios realizados y difundidos en los últimos años por colegas preocupados
por la temática, no siempre realizan una explicitación de la problematización
sobre la categoría condiciones de trabajo en términos analíticos; sí realizan una
descripción de algunos ejes que consideran constitutivos de estas condiciones
(salario, modalidad contractual, tipo de actividad desarrollada, agremiación/
sindicalización, entre otros) (Siede et al. 2008a: 5).
La importancia de pensar las condiciones laborales -que no son más que parte
de los medios de trabajo con los que cuentan los trabajadores sociales- reside
en que no son una condición más de la práctica, meros condicionantes
externos, sino el organizador de esa práctica en tanto integrada a un proceso
de trabajo y en este sentido van a delinear los límites de lo posible
(Cademartori, Campos y Seiffer, 2007: 38).
Por ser una temática de escaso o reciente estudio, relevar estudios sobre
condiciones laborales de TS realizados en Argentina, implicó una minuciosa
búsqueda que comprendió publicaciones de amplia distribución, asimismo
rastreo de textos de insuficiente circulación, proyectos de investigación en
curso, a la vez que contacto directo con equipos y autores/as que
contribuyeron socializando sus pesquisas, inclusive, bases de datos. Para el
análisis de los documentos compilados se consideró: contexto de producción
de los escritos (expresión de las repercusiones de los cambios societales en la
coyuntura y en la vida cotidiana); categorías analíticas contempladas
(evidencia el grado de alcance analítico de la problemática para sus
autores/as); cuadro de situación de las condiciones laborales y características
asumidas en cada muestra seleccionada (siendo éstos mayoritariamente
datos cuantitativos y estadísticos). La sistematización habilita a rearmar los
ribetes particulares que tomó el mercado laboral del Trabajo Social en el
período consignado. Intentando evitar equívocos metodológicos, se agrupan
los datos dada su connotación heurística, aunque vale resaltar que no pueden
tomarse más que como expresiones concretas en los años consignados y de
las provincias referidas. No se pretende, ni sería correcto, extrapolar sus
resultados ni realizar generalizaciones. En función de los contextos de
realización y publicación de los distintos estudios, se visualizan dos momentos
en la aparición de los mismos. En este sentido, acordamos con el planteo de
Cecilia Pérez quien sostiene que:
10 La siguiente compilación y relevamiento de estudios se realizó hasta finales del 2011, dado que fue el
recorte temporal escogido para la presente investigación doctoral. Advertimos que durante ese decenio la
proliferación de investigaciones, textos y escritos en la temática fue muy importante en todo el país.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 31
11 Contiene las obras de Martínez y Palomas (1988); Krmpotic, Tonon, De La Fare y Allen (1997); Páez,
Álvarez y Taneda (1998) y Velurtas (2001).
12 Contiene las obras de Oliva, Gardey, Pérez y Pagliaro (2005b); Britos (2006); Cademartori y Seiffer
(2006); Cademartori, Campos y Seiffer (2007); Siede, López, Manteiga, Simonotto, Fuentes y Rivero, L.
(2006); Siede, Fuentes, Carlis, Grandoso, López, Manteiga, Otero, Riveiro, Simonotto y Staffieri (2008a,
2008b); Roca, Lombardo, Vengar, Orozco (2007); Roca, Ronzoni y Salas (2011); Dieringer y De Perini (2011);
Aab, Martínez, Martínez Rizzo, Pérez Arrúa, Rivero y Tortarolo (2011), Cademartori (2011). Asimismo exis-
ten numerosas tesis finales de grado y posgrado provenientes de distintas unidades académicas donde la
temática fue abordada. Su aparición representa un reflejo de los alcances, inquietudes e instalación de la
problemática tanto en los trayectos formativos como en los ámbitos de trabajo a nivel nacional.
32 Fiorella Cademartori
13 En Argentina al igual que en numerosos países de la región, el ejercicio profesional del Trabajo Social se
encuentra regulado por Asociaciones, Consejos o Colegios Profesionales. Estas instituciones surgen a partir
de la década del ‘80 en el país y se encuentran normativamente regidas por leyes provinciales en cada
caso. Las mismas ven transferidas desde el Estado la potestad de control, supervisión, formación y segui-
miento de las funciones e incumbencias de graduadas/os de esta carrera. Razón por la cual, las y los pro-
fesionales deben registrarse y matricularse en la localidad o distrito donde refieran domicilio. La matrícula
resulta habilitante para el ejercicio, en caso de no inscripción y/o desactualización en la renovación anual,
se incurre en ejercicio ilegal de la práctica profesional.
14 Resultan los estudios y ensayos a los que efectivamente tuvimos acceso en el rastreo bibliográfico. Sin
embargo, no podemos asegurar que otras asociaciones profesionales del país no hayan avanzado en in-
vestigaciones en la temática hasta finales de 2011.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 35
15 Presidenta del Colegio Profesional de Trabajadores Sociales de la Provincia de Buenos Aires durante la
gestión 2010 – 2013.
16 Se infiere que las categorías que dan cuerpo a las herramientas de recolección de datos indican lo que
para las autoras constituyen las condiciones laborales.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 39
60 80%
58,5%
50 98%
68%
40 56% 59%
30 52% 45,4%
20 39% 39,6% 49,5%
41,5% 20%
10
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
Contratación no
61 32 60,4 98 48 58,5 54,6 44 80 41 50,5
permanente
Contratación permanente 39 68 39,6 2 52 41,5 45,4 56 20 59 49,5
Elaboración propia. Fuente: Obras citadas
17 La numeración de los estudios referidos en este gráfico corresponden con los códigos asignados en la
Tabla 1.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 41
19 Algunos de los “padecimientos laborales” referidos: síndrome de burn out, mobbing (hostigamiento
psicológico), maltrato institucional – laboral, stress.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 45
20 Documento de trabajo. Comisión Directiva del Colegio Profesional de Neuquén: Acta Nº 298 de agosto
de 2005.
21 Al respecto consultar Ley N. 23.551 de Asociaciones Sindicales.
46 Fiorella Cademartori
Conclusiones parciales
22 En la última década en el país se han desarrollado numerosas experiencias de articulación entre asocia-
ciones sindicales y colegios profesionales para la defensa de las condiciones laborales. Los colegios profe-
sionales de Neuquén y Buenos Aires resultan importantes precursores. Al respecto consultar Siede (comp.)
(2012).
23 Para ampliación de este debate se sugiere a Martinelli, M. L. (1997): Servicio Social: Identidad y Aliena-
ción, Ed. Cortez, Sao Pablo y el artículo de propia autoría “Reconstruir la historia: acerca de la ¿ausencia?
en el reconocimiento de clase de los trabajadores sociales” en Plaza Pública: Revista de Trabajo Social, Año
IV, N. 5, Julio de 2011 de la Facultad de Ciencias Humanas de la UNICEN. Disponible en: http://plazapu-
blica.fch.unicen.edu.ar/docs/nro5/cademartori.pdf
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 47
24 Tal diversidad se expresó en los objetivos que se planteaban, en las lecturas de la información obtenida
y los análisis que se desprendían de éstas, así como en la intencionalidad política al realizarlos. Tales análisis
no fueron incluidos cabalmente dado que excede los objetivos de este apartado.
25 Ver referencias y citas en la introducción de este capítulo.
26 Nos referimos a la Federación Argentina de Unidades Académicas de Trabajo Social (FAUATS) y a la
Federación Argentina de Asociaciones Profesionales en Servicio Social (FAAPSS).
48 Fiorella Cademartori
Capítulo 2
28 Resulta pertinente recuperar la elaboración realizada por Gyorgy Lukács (2004; 2009) respecto del es-
tudio de la realidad a partir del trinomio categorial: singular, universal, particular. Oficia este trinomio
como proposición metodológica, directriz heurística y/o principio epistemológico. Permite la aprehensión
de las determinaciones y el interjuego que realizan las mediaciones. En la esfera de la universalidad, se
encuentran las grandes determinaciones y leyes de las tendencias en un complejo social dado. Leyes y
determinaciones que, en la esfera de la singularidad, quedan ocultas por la dinámica de los hechos (inme-
diatismo/ factualidad). En esta esfera, cada hecho parece explicarse a sí mismo, obedeciendo a una casua-
lidad caótica. En la dialéctica entre lo universal y lo singular, se encuentra la llave para desvendar el cono-
cimiento del modo de ser del ser social. Lukács caracteriza la particularidad como campo de mediaciones.
Es en ese campo de mediaciones que los hechos singulares se vitalizan con las grandes leyes tendenciales
de la universalidad y dialécticamente las leyes universales se saturan de realidad. La captura que hace la
razón de los sistemas de mediaciones, ocultos bajo los hechos sociales, permite a través de aproximaciones
sucesivas, ir negando la factualidad/inmediaticidad y develar las fuerzas y procesos que determinan la gé-
nesis (nacimiento) y, el modo de ser (funcionamiento) de los complejos y fenómenos que existen en una
determinada sociedad.
50 Fiorella Cademartori
Por último, apelamos a dos autores que logran dar cuenta del movimiento
ontológico que genera la contradicción subyacente entre las clases sociales
en el marco de las relaciones que emana el sistema capitalista. Recuperamos
las citas que plantean no sólo al Estado como forma política producto de la
lucha de clases como expresión de la personificación subsumida del obrero y
capitalista (Iñigo Carrera, 2004); sino el papel de las luchas históricas de los
trabajadores en las cristalizaciones que puede presentar el Estado en cada
lugar – momento (Thwaites Rey, 2005).
Hay que tener presente que el Estado es una forma y también un lugar –
momento de la lucha de clases y, sin olvidar la naturaleza esencial que lo
define como capitalista –es decir, reproducir a la sociedad qua capitalista-,
no es inocuo rescatar el sentido de aquellas cristalizaciones que fueron
producto de luchas históricas y, a partir de allí, profundizar la confrontación
por cambiar la base de las relaciones sociales de explotación (Thwaites Rey,
2005: 63).
De lo que se deriva que, siendo parte las TS de los servicios que abonan a
diversos mecanismos elementales de preservación y control de la fuerza de
trabajo, y en simultáneo de reducción de un conjunto de trabas a la
valorización del capital (Netto, 1992) no desempeña “funciones productivas,
pero se insertan en las actividades que se tornaron auxiliares de procesos
específicamente monopólicos de la reproducción, de la acumulación y de la
[ya nombrada] valorización del capital” (Ibíd.: 71). Surge entonces el
interrogante acerca de las funciones auxiliares y no directamente
productivas, aunque indispensables y facilitadoras del movimiento del
capital. Expresa Iamamoto:
35 Cursivas en original.
36 Vale aclarar, a riesgo de reiteración, que en los escritos provenientes de Brasil, se referencia a las y los
profesionales como asistentes sociales y a la profesión como Servicio Social. La mención de servicios socia-
les (en minúscula) alude a los ámbitos donde se despliegan propiamente las tareas.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 59
37 Reproducimos la nota al pie que figura en la obra citada a modo de explicitar qué se entiende por falsos
costos: “El soldado pertenece a los fraux frais de production, como una gran parte de los trabajadores
improductivos que no producen nada personalmente, ni espiritualmente ni materialmente, pero que son
útiles, necesarios por las defectuosas relaciones sociales, es decir, que deben su existencia a los males
sociales”, Marx en Teorías sobre la plusvalía citado en Iamamoto (Ibíd.).
38 Definida en palabras de Iamamoto (2003: 41) como “el conjunto de las expresiones de las desigualdades
de la sociedad capitalista madura que tiene una raíz común: la producción social es cada vez más colectiva,
el trabajo se torna cada vez más social, mientras que la apropiación de sus frutos se mantiene privada,
monopolizada por una parte de la sociedad (…) expresión de las desigualdades económicas, políticas y
culturales de las clases sociales, mediatizadas por disparidades en las relaciones de género, características
étnico – raciales y formaciones regionales, poniendo en cuestión a amplios segmentos de la sociedad civil
para el acceso a los bienes de la civilización”.
39 Vale insistir con la siguiente aclaración: las necesidades humanas no son el fin del modo de producción
capitalista, sino apenas un medio para la valorización y/o acumulación.
40 Resulta superfluo especificar las proporciones y dimensiones en volumen de uno y otro, en tanto esto
presenta ligazón directamente con los regímenes sociales de acumulación en cada coyuntura histórica, la
orientación estatal respecto de éstos, y el grado de conflictividad que emerge de la lucha de clases.
60 Fiorella Cademartori
cambio, y que por tanto genere plusvalía y/o valorización del capital.
Observemos el desarrollo explicativo realizado por Marx, en el capítulo VI –
inédito- de El Capital:
41 Cursivas en original.
42 Cursivas en original.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 61
43 Traducción propia.
44 Según Singer (Op. Cit.: 94) la actividades gubernamentales se nuclean en torno a la injerencia del Estado
en la economía (funciones de control y planeación); la atención de las tensiones sociales (funciones de
prevención, represión, información y propaganda); y, por último el mantenimiento de las condiciones de
vida de la población (servicios sociales).
45 Remitimos a la lectura del texto (principalmente entre las págs. 72 a 89) donde en un diálogo reflexivo
con todos los extractos de la obra de Marx que tratan el asunto, la autora agrega la interlocución con Rubin,
I., Dussel, E., Mandel, E.; Singer, P.; Napoleoni, C., y Rosdolsky, R.
62 Fiorella Cademartori
46 La cursiva es propia.
47 Sirve de sugerente ejemplo el brindado por Marx en El Capital (2004a: 616), también mencionado por
la autora con quien venimos dialogando “digamos que un maestro de escuela, por ejemplo, es un trabaja-
dor productivo cuando, además de cultivar cabezas infantiles, se mata trabajando para enriquecer al em-
presario. Que este último haya invertido su capital en una fábrica de enseñanza en vez de hacerlo en una
fábrica de embutidos, no altera en nada esta relación. El concepto de trabajo productivo, por ende, en
modo alguno implica meramente una relación entre actividad y efecto útil, entre trabajador y producto
del trabajo, sino además una relación de producción específicamente social, que pone en el trabajador la
impronta de medio directo de valorización del capital”.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 63
48 El autor se refiere a los casos de servicios de salud, educativos, esparcimiento, viajes, etc.
49 Cursivas en original.
64 Fiorella Cademartori
50 Cursivas en original.
51 Capítulo XIV: Plusvalor absoluto y relativo en El Capital, Tomo I, Vol. 2.
52 Las reflexiones e interrogantes aquí planteados dialogan, retoman y debaten principalmente con Iama-
moto (1984, 2001, 2003, 2008); Grassi (1989, 2006); Danani (2004, 2012); Siede (2005); Oliva (2007b);
Roca, Lombardo, Vengar y Orozco (2007).
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 65
[…] esa mercancía fuerza de trabajo es una potencia, que sólo se transforma
en actividad -en trabajo- cuando [se halla] aliada a los medios necesarios para
su realización, gran parte de los cuales se encuentra monopolizado por los
empleadores (Iamamoto, 2009: 352).
53 Es antecedente directo de ese libro el texto “Hacia el estudio de la historia del Trabajo Social en América
Latina” realizado por Iamomoto en coautoría con Manuel Manrique Castro. Producida por el Centro Lati-
noamericano de Trabajo Social (CELATS) y la Asociación Latinoamericana de Trabajo Social. Está publicada
en Revista Acción Crítica # 5. Abril 1979. Lima – Perú.
54 Solo para mencionar sus principales textos, sin referenciar la innúmera cantidad de artículos en revistas
científicas y participaciones en jornadas y congresos a nivel mundial.
55 Serviço Social em tempo de capital fetiche: Capital financeiro, trabalho e questão social. São Paulo:
Cortez editora.
56 Entendemos como reproducción en condiciones normales, a la suma de los medios de subsistencia que
requiere el individuo para su continuidad como vendedor de fuerza de trabajo y que varían según los pe-
ríodos históricos. Así lo expresa Marx: “Si el propietario de la fuerza de trabajo ha trabajado en el día de
hoy es necesario que mañana pueda repetir el mismo proceso bajo condiciones iguales de vigor y salud. La
suma de los medios de subsistencia, pues, tiene que alcanzar para mantener al individuo laboral en cuanto
tal, en su condición normal de vida. Las necesidades naturales mismas -como alimentación, vestido, cale-
facción, vivienda, etc.- difieren según las peculiaridades climáticas y las demás condiciones naturales de
un país. Por lo demás, hasta el volumen de las llamadas necesidades imprescindibles, así como la índole de
66 Fiorella Cademartori
su satisfacción, es un producto histórico y depende por tanto en gran parte del nivel cultural de un país, y
esencialmente, entre otras cosas, también de las condiciones bajo las cuales se ha formado la clase de
trabajadores libre, y por tanto de sus hábitos y aspiraciones vitales” (2004: 208). Cursivas en original.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 67
[…] ejerce de polea de transmisión entre las clases, a nivel del aparato estatal,
en cuyo interior los conflictos entre éstas se reproducen y procesan. Sus
profesionales son, por lo tanto, asalariados -contratados por instituciones del
Estado mayormente- aunque también por organizaciones de la sociedad civil,
o eventualmente, de manera directa por las clases dominantes (empresas)
cuyos servicios se dirigen a las clases subalternas; y más específicamente, a
la vida cotidiana de estas clases (Grassi, 1989: 9).
Aunque parezca una paradoja, el Trabajo Social no surge por las demandas
individuales o pedidos de limosna, ni por las respuestas puntuales de caridad
57 Oliva sostiene —como coincidente más no casual— el surgimiento de las primeras carreras y la creación
de reparticiones de servicio social en Argentina, con el inicio del segundo ciclo de luchas de la clase obrera
(remite aquí a la caracterización realizada por Nicolás Iñigo Carrera para quien el primer ciclo se inicia con
las luchas de la década de 1870 y finaliza hacia 1920, estando el segundo ciclo comprendido entre 1930 y
1970). Por tanto, la penetración en el sistema institucional obedece al conjunto de luchas y reivindicacio-
nes emanadas de las necesidades de la clase obrera en aquellos contextos históricos. Al respecto consultar
especialmente el capítulo 3 de la obra.
68 Fiorella Cademartori
58 Parte de este último párrafo fue tomado de la producción colectiva ya referenciada, Cademartori, et al.
(2007: 36).
59 Almeida, N. L. (1996); Costa Cardoso, I. (1997); Iamamoto, M. (1998); Granemann, S. (1999).
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 69
Los elementos simples del proceso laboral están dados por “la actividad
orientada a un fin -o sea el trabajo mismo-, su objeto y sus medios” (Marx,
70 Fiorella Cademartori
60 En esta línea, refiere Grassi (2006: 26): “corresponde referirse a la política social (en singular) como la
forma política de la cuestión social, que se expresa y materializa en las políticas sectoriales, incluyendo la
política laboral que, en primer lugar, delimita tales grados de libertad o de los alcances de la mercantiliza-
ción de la fuerza de trabajo”.
61 Al respecto se sugiere la lectura de Netto (1992) y el ensayo titulado Cinco notas a propósito de la
“cuestión social” (2003).
72 Fiorella Cademartori
62 Cursivas en original.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 73
Conclusiones parciales
Capítulo 3
63 La cita pertenece al capítulo 1 de Dialéctica de lo concreto: estudio sobre los problemas del hombre y
el mundo. Versión digital sin referencia de páginas.
76 Fiorella Cademartori
64 En adelante podrá observarse el uso indistinto de clase obrera, trabajadora o asalariada que, sin desco-
nocer la existencia de diferencias (fracciones o capas) al interior de ésta, remite a una noción ampliada que
engloba a quienes expropiados de condiciones materiales de existencia deben venden su fuerza de trabajo
como medio de producción y reproducción. Remitimos al sintético y preciso texto de Iñigo Carrera, N.
(2003).
65 Cursivas en original.
66 El despliegue de los llamados “estados de bienestar” y el desarrollo de las razones últimas son sinteti-
zadas en Iñigo Carrera, J. (2004: 98-99) “En las condiciones vistas hasta aquí, al capital social le resulta más
barato tomar directamente en sus manos la producción relativamente indiferenciada y masiva de la clase
obrera (…) y esta pasa a estar a cargo del representante político general del capital social de los países en
cuestión, o sea, de los respectivos estados nacionales. La producción relativamente universal de la clase
obrera nacional cobra así una expresión específica, a saber, la de educación pública, salud pública, jubila-
ción pública, seguro de desempleo público, planes públicos de vivienda, transporte público, servicios pú-
blicos, recreación pública, etc. (…) Lo que la clase obrera paga con su propio trabajo para reproducirse
como fuerza de trabajo forzada para el capital, y cuyo logro le cuesta sangre y cárcel a cada paso, aparece
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 77
Entre 1963 y 1974 el PBI se expandió un 54%, que es equivalente a una tasa
de crecimiento anual acumulativa del 5,8%. Más acentuado aún fue el
aumento del PBI per cápita al llegar al 82%, lo que supone una tasa de
crecimiento anual acumulativa del 6% (Basualdo, 2006: 124).
68 Una rápida revisión del comportamiento del mercado laboral desde la posguerra hasta 1991, puede
consultarse en Lindenboim (2002) y materiales elaborados desde el Centro de Estudios de Población, Em-
pleo y Desarrollo (CEPED) de la FCE – UBA.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 79
69 Resulta un interesante aporte la mirada de Basualdo (Op. cit., 126) respecto del cambio del patrón de
acumulación al sostener que el régimen cívico – militar introdujo “un giro en el funcionamiento económico
tan profundo que implicó un cambio en el régimen social de acumulación, dejando atrás la industrialización
basada en la sustitución de importaciones. Es decir que no se trató de la constitución de un nuevo patrón
de acumulación de capital que se instauró a partir del agotamiento económico del anterior sino de una
interrupción forzada por un nuevo bloque dominante cuando la industrialización sustitutiva estaba en los
albores de su consolidación”
70 Un análisis de onda larga de las formas asumidas por los salarios en el país puede verse en Kornblihtt,
J., T. Seiffer y N. Villanova (2014): “De la caída relativa a la caída absoluta del salario real en la Argentina
(1950-2013)”, Revista Científica Guillermo de Ockham, U. de San Buenaventura Cali, vol. 12, n° 2.
80 Fiorella Cademartori
71 Remitimos a las obras de Azpiazu, D., Basualdo, E. y Khavisse, M. (2005) y Basualdo, E. (2006).
72 Una importante cantidad de autores/as analizan los procesos de flexibilización y precarización laboral
suscitados en Argentina como en numerosos países de la región. Ver entre otros: Gazzotti (1987); Sartan-
cángelo y Schorr (2000); Battistini (2001); Benza y Calvi (2006); Pierbattisti (2007); Figari y Palermo (2008);
Cifarelli y Martínez (2009); Belkin (2009); Asociación Trabajadores del Estado (2009); Rodríguez Llona y
Vidal (2013).
73 El artículo de Diana Menéndez (2010) recupera los orígenes del concepto de precariedad laboral ubi-
cándolo ya a comienzos de la década del ‘80. Sintetiza las dimensiones del mismo en: 1) Falta de estabilidad
en el empleo, 2) Deterioro de las condiciones de trabajo, 3) Incertidumbre e insuficiencia del ingreso, 4)
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 81
dimensiones del empleo público como también así las condiciones laborales
suscitadas76. La condición de estabilidad laboral en los cargos, es decir, la
designación de trabajadores como planta permanente fue incorporada en
diversas legislaciones desde 1957 (Orlansky, 1989: 76) y, con mayor fuerza
legal, en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional. Para el año 1973 se
establece por decreto 1428/73 un cuadro único de escalonamiento salarial
contemplando categorías y escalafones 77. Dichas características marcaban “la
paulatina consolidación de la carrera burocrática en los Estados modernos”
(Zeller y Rivkin, 2005: 192). El período de la dictadura cívico–militar entre los
años 1976 – 1983 da curso a los primeros embates hacia la estabilidad: la Ley
N. 21.274 de Prescindibilidad del Empleo Público de 1976 que, junto al
Régimen Jurídico Básico de la Función Pública de 1979, permitían -
respectivamente- el despido sin causa y prohibían la práctica política, gremial
y de otras religiones a la oficial. Además, para alcanzar la estabilidad era
obligatorio cumplir un año de prueba sin ser suficiente el ingreso vía
concursos (Zeller y Rivkin, 2005). El descenso en el volumen total de
empleados públicos de la APN reflejan el espíritu de esta avanzada: de
247.118 trabajadores registrados entre 1973 y 1975 a 94.458 entre 1976 y
1977, es decir una variación porcentual negativa del 38,2% (Materiales de
investigación INAP, 1979).
Ya hacia finales de la década del ‘80 incluso la composición salarial se
presentaba como un “mosaico de situaciones muy diversas” 78 (Orlansky, Op.
cit.) producto de diferentes marcos jurídicos y disposiciones emanadas.
Hacemos propio el interrogante de la autora acerca de la magnitud alcanzada
por los salarios estatales deprimidos como factor “testigo” para la dinámica
salarial del sector privado (Ibíd.: 83). Entre 1983 y 1989 más que modificación
de normativas se buscó el consenso popular y político para las
contrarreformas que lograron imponerse finalizando el gobierno
constitucional del entonces presidente, Raúl Alfonsín. El discurso de la
“hipertrofia y satanización del Estado” consistió en homologarlo
sistemáticamente con una estructura burocrática, ineficiente y vetusta,
76 La mayoría de las estadísticas y registros citados refieren a datos del ámbito de la administración pública
nacional.
77 Con excepción de trabajadores docentes, del servicio diplomático, fuerzas armadas y de seguridad quie-
nes cuentan con propios estatutos (Ibíd.: 73)
78 A partir de los registros y estimaciones realizadas por Orlansky, podría afirmarse en el sector público el
fuerte deterioro del salario “en febrero de 1988 el salario mínimo equivalía al 57% en términos reales de
sus valores de 1964” (1989: 75).
86 Fiorella Cademartori
79 A su vez fue reemplazado en 2008 por el Sistema Nacional de Empleo Público (SINEP).
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 87
80 El 1er CCT tuvo un decreto normativo en 1993, aunque su homologación fuera realizada recién hacia
1999 con la sola firma de uno de los dos sindicatos estatales: la Unión de Personal Civil de la Nación (UPCN).
El 2do CCT fue firmado en 2005 con la participación de ATE y UPCN y rubricado en 2006. Durante el año
2008 se rubricó un 3er CCT.
81 La deslegitimación con la que se inició esta nueva oleada de contrarreformas es descripto por las auto-
ras en el texto citado.
82 Esto debe contextualizarse con el recorte del 13 % que se estableció hacia 2001 computable a los sala-
rios de los trabajadores estatales tanto así como a las sumas de los haberes jubilatorios.
88 Fiorella Cademartori
83 Reglamentada por decreto 1421/02 y revisada por decreto 2345/08 (Berasueta y Biafore, 2010).
84 “progresivo aumento de los planteles burocráticos en las áreas de defensa y seguridad interior. Para el
año 2000 las reparticiones del Ministerio de Defensa y de Interior destinadas a tareas de control social
comprendían el 66% de los agentes del Poder Ejecutivo Nacional” en Lanouguere, López y Zeller (2003).
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 89
De algún modo, al cobijarlas en su seno, éste –el Estado- les otorga una
legitimidad particular, que no adquiere en otras instancias sociales; además
de que asume desde allí el costo político de las medidas (Diana Menéndez y
Míguez, 2009: 109).
85 En la década del noventa el PBI creció de la mano del aumento del desempleo.
90 Fiorella Cademartori
86 La planta transitoria asimila la garantía de derechos laborales a los cargos de planta permanente, siendo
su principal diferencia la posibilidad de rescindir la vinculación laboral. En la lectura de porcentajes de
creación de cargos “estables” debe contemplarse esta situación. El acceso a los datos diferenciados en
dichas categorías no fue posible debido a que su registro presenta unificadas a las mismas. Se presume
que los resultados difieren a los presentados dando un alto porcentaje de trabajadores en planta transito-
ria por sobre los permanentes, pero no podemos afirmar tal escenario.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 91
Crecim. Crecim.
total anual Crecim. C/Total Crecim.
Personal Personal (valor total (valor Crecim. P + T (valor Crecim. P +
Año P + T C Total P+T+C absoluto) anual absoluto) C/Total absoluto) T/Total
2002 224.522 5.109 229.631 -19.587 -7,80% 1.071 5,40% -20.658 -8,40%
2003 226.250 15.133 241.383 11.752 5,10% 10.024 196,20% 1.728 0,70%
2004 225.641 17.538 243.179 1.796 0,70% 2.405 15,80% -609 0,20%
2006 236.393 22.882 259.275 10.343 4,10% 4.148 22,10% 6.195 2,60%
2007 239.457 28.083 267.540 8.265 3,10% 5.201 22,70% 3.064 1,20%
2008 247.432 33.758 281.190 13.650 5,10% 5.675 20,20% 7.975 3,30%
2009 252.177 37.414 289.591 8.401 2,90% 3.656 10,80% 4.745 1,90%
2010 266.240 39.353 305.593 16.002 5,50% 1.939 5,10% 14.063 5,50%
2007 1.552 3.570 5.122 321 6,7 375 11,7% -54 -3,4%
2008 1.560 4.993 6.553 1.431 27,9 1.423 39,9% 8 0,5%
2009 1.564 5.093 6.657 104 1,6 100 2% 4 0,3%
2010 1.534 5.599 7.133 476 7,2 506 9,9% -30 -1,9%
2011 1.507 6.387 7.894 761 10,7 788 14,1% -27 -1,8%
Total 5.750 268 6.379 797% -629 -29,4%
Elaboración propia. Fuente: Boletín Fiscal, Secretaría de Hacienda, Ministerio de Economía y
Finanzas Públicas.
9.000
8.000
7.000
6.000
5.000
4.000
3.000
2.000
1.000
0
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
Personal P + C 2.136 2.430 1.924 1.668 1.632 1.606 1.552 1.560 1.564 1.534 1.507
Personal C 8 35 1.369 2.648 2.830 3.195 3.570 4.993 5.093 5.599 6.387
Totales P+T+C 2.144 2.465 3.293 4.316 4.462 4.801 5.122 6.553 6.657 7.133 7.894
Conclusiones parciales
Capítulo 4
Aclaraciones metodológicas
91 Vale reiterar que es una de las funciones principales de las Asociaciones, Consejos y/o Colegios Profe-
sionales.
92 Siede, M. V. (comp.) (2012). Trabajo social y mundo del trabajo: Reivindicaciones laborales y condicio-
nes de intervención. La Plata: Productora del Boulevard.
93 En el marco de diversas actividades dentro de las jornadas provinciales se realizaron: 1er Foro sobre
Condiciones Laborales en Bahía Blanca hacia julio de 2011; 2do Foro en la ciudad de Mar del Plata hacia
mayo de 2013. Se nombran solo estos dos foros, ya que son fuente de información en este trabajo. Estos
espacios de debate se continúan realizando bianualmente.
94 No contamos actualmente con datos oficiales nacionales respecto de la cantidad de profesionales en el
país. Los registros de la FAAPSS no resultan de libre (y fácil) acceso. Sin embargo, podría estimarse el nú-
mero considerando la cantidad de TS en la provincia de Buenos Aires: para el año 2020 el número asciende
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 99
a 16.278 (9200 profesionales con matrícula al día). Si se sigue la tendencia que la mitad de las TS del país
residen en dicha provincia, el total nacional rondaría en un número superior a las 30.000 profesionales.
100 Fiorella Cademartori
95 Karsz en Grassi (Op. cit.: 41) “Aquí juegan un papel fundamental las asistentes sociales (…) están paga-
das para saber, desde lo público, qué pasa en el espacio privado”.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 103
96 Los estudios de género y las diversas corrientes feministas han desarrollado en el último decenio una
gigante, prolífica y amplísima producción donde son tematizadas las múltiples dimensiones de la opresión
(y explotación) de las mujeres y disidencias. No siendo objetivo dicha recuperación, sólo sugerimos remi-
tirse a obras de autoras pertenecientes al colectivo profesional donde el género y sus implicancias en el
mercado laboral es puesto como eje de debate. Además de Grassi (Op. cit.); Genolet, A. (2005). La profe-
sión de Trabajo Social ¿cosa de mujeres?: Estudio sobre el campo profesional desde la perspectiva de los
trabajadores sociales. Buenos Aires: Espacio editorial; Moljo, C. (2005). Trabajadores sociales en la historia:
una perspectiva transformadora. Buenos Aires: Espacio editorial; Oliva, A. (2007b). Trabajo Social y Lucha
de Clases (1era ed.), Buenos Aires: Imago mundi. Rivero, L. (comp.) (2019). Trabajo Social y feminismos:
perspectivas y estrategias en debate. La Plata: Colegio de Asistentes Sociales o Trabajadores Sociales de la
Provincia de Buenos Aires.
97 Cursivas en original.
104 Fiorella Cademartori
98 Las variables que caracterizan condiciones de vida y que exceden el ámbito laboral caben no solo para
trabajadoras mujeres sino para los trabajadores en general. Aquí se resalta la situación de las primeras
dada la composición mayoritariamente femenina que caracteriza al colectivo profesional de Trabajo Social.
99 Ver desarrollo del tema en el Capítulo 4 de esta publicación.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 105
0 10 20 30 40 50 60 70
100 De alguna manera la tensión entre formación terciaria y de grado universitaria fue dirimida a poste-
rior por la sanción de la Ley Federal de Trabajo Social N. 27.072 promulgada el 16 de diciembre de 2014
que en su artículo n. 7 sostiene “Título habilitante profesional. La profesión de licenciatura en Trabajo
Social sólo podrá ser ejercida por personas físicas con título de grado habilitante expedido por universida-
des e institutos universitarios legalmente reconocidos en el país y que integren el sistema universitario
argentino”. Asimismo se entiende que toda adecuación y/o exigencia se estima a partir de la fecha de
promulgación y con plazos contemplados en cada caso.
101 Titulado “Fundamentos para una propuesta de lineamientos curriculares básicos para las carreras de
Trabajo Social de la República Argentina” cuya comisión redactora estuvo integrada por las docentes Pilar
Fuentes (UNLP), Carolina Mamblona (UNLP), Melisa Campana (UNR) y María Eugenia Garma (UNR). Remi-
timos también a la lectura del documento n. 4 titulado “Razones de la formación universitaria en Trabajo
Social” también perteneciente a la FAUATS disponibles en http://fauats.blogspot.com.ar.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 107
102 La OIT, en sus publicaciones anuales tituladas “Tendencias mundiales del empleo” (2012 y 2013) sos-
tiene que, posterior a la década del setenta a nivel mundial, la tendencias de las olas de crecimiento de los
mercados laborales son “desafortunadamente débiles”, en tanto se ligan en mayor medida al aumento de
la productividad de la fuerza de trabajo que a la creación de nuevas fuentes laborales e incorporación de
fuerza de trabajo al mercado.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 111
Tipo de contratación
Frecuencia Porcentaje
Planta Permanente 675 50,7
Planta Transitoria 201 15,1
Contrato con recibo de sueldo 85 6,4
Contrato con monotributo 133 10
Monotributo sin contrato 87 6,5
Beca 67 5
Sin recibo, sin factura, sin contrato 42 3,2
Ad Honorem 23 1,7
Otros 18 1,4
Subtotales 1331 100
Sin Datos 39
Total 1370
Contratación permanente
100%
Contratación no permanente
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
Entre Entre Entre Entre Entre Entre Entre
1970 y 1976 y 1982 y 1988 y 1994 y 2000 y 2006 y
1975 1981 1987 1993 1999 2005 2011
Niveles salariales
Tabla 6: Evolución del Salario mínimo, vital y móvil en pesos argentinos sin
centavos (2003 – 2011)*
Año 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
Nominal 237 383 555 694 858 1.071 1.316 1.600 1.993
Real 235 362 475 538 612 707 814 $894 1.012
Fuente: Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS) Elaboración propia.
*Promedio anual sobre la base de datos mensuales
106 La pregunta respecto del salario básico aclaraba que el monto no incluye en su cifra valores por adi-
cionales, beneficios y/o aportes, solicitando a quienes fueron monotributistas que contestaran directa-
mente la pregunta respecto del salario neto. En este se consignaba que el mismo resultaba la suma recibida
de bolsillo, luego de sumar los adicionales y beneficios y descontados los aportes. Ver instrumento en
anexo.
107 Advertimos que en el cuestionario los interrogantes estaban formulados con respuestas de opción
múltiple con cifras de intervalos. Esto dificulta realizar cruces de valores y montos. Haremos las referencias
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 117
y precisiones necesarias para evitar extrapolar datos y porcentajes que no coinciden con lo expresado por
las TS.
118 Fiorella Cademartori
108 Se realizarán cruces en adelante contemplando los primeros empleos, dado que éstos han sido con-
signados por las participantes de la encuesta como los empleos principales o más significativos.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 119
Gráfico 6: Participación del salario en ingresos del hogar según rango etario
23 años o
menos
29 a 24 años
59 a 54 años
65 a 60 años
Jornada laboral
Derechos laborales
110 Esta referencia abarca la órbita nacional y provincial, los casos a nivel municipal requieren mayor
profundización para ser incluidos en dicha premisa.
111 Los avances que permitieron optimizar las condiciones de conservación de la clase trabajadora, es
decir la mejora en las condiciones de trabajo, son corrientemente denominadas conquistas obreras. Dos
de las más importantes se constatan en la existencia de leyes laborales y convenios colectivos de trabajo
(Belkin, 2009).
122 Fiorella Cademartori
112 Ley 10.430 de la Provincia de Buenos Aires en artículo 47 sostiene “El agente gozará de licencia por
razones particulares, con goce íntegro de haberes por las causales que establezca la reglamentación. Sin
perjuicio de ello, el personal femenino gozará de un (1) día de licencia por mes calendario con goce de
haberes. El día de uso de esta licencia queda a elección de la interesada, debiendo dar aviso con anteriori-
dad a la iniciación de la jornada laboral”.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 123
0 20 40 60 80 100
0 5 10 15 20 25 30 35
% s/el
total de % s/
puestos puestos de
Tareas realizadas por
de trabajo TS % s/ puestos de
TS
trabajo con 1 trabajo de TS con % s/ puestos de trabajo
(n= empleo (n = 2 empleos (n = de TS con 3 o más de 3
1370) 545) 330) empleos (n = 54)
1ero 2do 1ero 2do 3ero
Ayuda Directa 27,7 33,9 30,5 17,3 32,7 18 14,6
Planificación/
Elaboración de
Proyectos 45,5 41 49,7 51,7 42,9 36 35,4
Diseño de Instrumentos 28,9 26,8 33,2 30 26,5 20 25
Evaluación de
proyectos 18,1 14,4 18,9 22,3 28,6 20 8,3
Asesorías 28,4 28 33,2 23,5 49 18 18,8
Gestión de Recursos 39,1 41,7 45,4 30,3 51 32 18,8
Capacitación y
Educación 28,7 21 30,2 35 32,7 42 41,7
Investigación 11,3 6,6 13,1 13,3 18,4 18 22,9
Supervisión 17,4 17,3 15,2 15,5 26,5 30 25
Orientación y
Derivación 70,4 74,4 79,6 62,2 73,5 48 37,5
Elaboración de
Informes Sociales 74,5 81,5 80,2 65,9 71,4 50 43,8
Visitas Domiciliarias 70,6 73,1 79,9 65,9 67,3 56 33,3
Entrevistas
individuales/ grupales 77 84,9 79,9 68,1 75,5 58 47,9
Monitoreo políticas/
planes/ programas 11,3 12,5 11,6 8,7 20,4 8 6,3
Respuestas
expedientes/ planillas/
estadísticas 39,1 45,8 41,5 28,8 49 28 14,6
Registro de Actuaciones 45,6 46,5 54,6 42,1 42,9 30 18,8
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 131
115 Existe un álgido debate impulsado por profesionales tanto desde las unidades académicas como
desde los colegios profesionales en relación al arancelamiento/gratuidad de este tipo de eventos (jorna-
das, congresos, simposios) relacionados al Trabajo Social. Son exponentes de no arancelamiento las Jorna-
das Provinciales organizadas por el CATSPBA así como los masivos encuentros impulsados desde la carrera
de Trabajo Social de la UNICEN. Ambos eventos que suelen ser muy masivos han demostrado que el no
arancelamiento favorece enormemente la participación y el libre acceso.
132 Fiorella Cademartori
116 La Facultad de Ciencias Humanas de la UNICEN es la única unidad académica en el país con una Maes-
tría en Trabajo Social no arancelada (al menos hasta 2021). Si es factible encontrar trayectos de posgrado
sin costo o bajo costo para docentes de la casa de estudios donde se realizan dichos trayectos; o con becas
financiadas por diversos organismos, entre otros, los sindicatos.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 133
117 Vale la siguiente aclaración: al momento de relevamiento de datos en 2011, la telefonía celular en el
país no presentaba las características de “inteligencia móvil”, con lo cual la búsqueda de cualquier infor-
mación en línea se realizaba en espacios físicos que tuviesen conexión a internet por cable o inalámbrica.
134 Fiorella Cademartori
118 Para ampliación de este debate ver Capítulo VI “Espacios de lucha por las condiciones de trabajo”, en
Cademartori, et al. (2007).
119 Datos recuperados de la nota periodística titulada “Densidad…” de Javier Lewkowicz publicada en el
diario Página12 en agosto de 2011. Otros datos relevantes en el tema pueden ser allí consultados.
Disponible en http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/17-5374-2011-08-14.html.
120 Se sugiere revisar el artículo de Luis Campos y Alvaro Orsatti (2014) titulado “Densidad sindical en
Argentina en el largo plazo y sus determinantes estructurales” del Observatorio de Derecho Social/CTAA.
Disponible en: http://www.relats.org/documentos/HIST.CamposOrsatti.pdf
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 137
Otro
No
Trabajo ad honorem (no rentado)
Sin contrato, sin factura y sin…
Si
Beca (rentada)
Monotributo sin contrato
Contrato con monotributo
Contrato con recibo de sueldo
Planta Transitoria
Planta Permanente
Conclusiones parciales
121 “No hay práctica profesional sin sujeto que la realice, y no hay sujeto que esté libre de las determina-
ciones que le impone el capital como relación social general” (Cademartori, et al. 2007: 102).
122 En relación al método, siguiendo la argumentación del pensador alemán, “Esto último es, manifies-
tamente, el método científico correcto. Lo concreto es concreto porque es la síntesis de múltiples deter-
minaciones, por lo tanto, unidad de lo diverso. Aparece en el pensamiento como proceso de síntesis, como
resultado, no como punto de partida, aunque sea el verdadero punto de partida, y, en consecuencia, el
punto de partida también de la intuición y de la representación. En el primer camino, la representación
plena es volatilizada en una determinación abstracta; en el segundo, las determinaciones abstractas con-
ducen a la reproducción de lo concreto por el camino del pensamiento” (Ídem). Se sugiere asimismo recu-
rrir al texto de Dussel, E. (1991). Allí el autor despliega con gran lucidez, en un texto breve y conciso, las
preocupaciones marxianas respecto del método así como el proceso intelectual para su correcto desplie-
gue.
140 Fiorella Cademartori
123 En adelante se apela como resultante de numerosos procesos a la noción de tendencia, entendida
ésta “como un movimiento que se impone por múltiples determinaciones, no de forma absoluta, sino con
elementos contrastantes” (Bill, 2007: 22).
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 141
Capítulo 5
124 Extraído del capítulo “Proyecto ético – político y condiciones de trabajo. Algunas reflexiones desde la
trinchera” en la compilación dirigida por Siede (2012).
144 Fiorella Cademartori
125 Ver desarrollo en el capítulo 3 de esta publicación, especialmente nota al pie n. 72.
126 La obra de referencia es Saber y Verdad (Op. cit.: 51)
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 145
[…] resulta necesario destacar que las condiciones materiales en que está
organizado el trabajo se asientan en específicas relaciones de dominación y
de poder presentes en todos los intersticios de la sociedad, regimentando
las conductas más cotidianas.
127 La dominación entre seres humanos que en períodos históricos esclavistas y feudales se realizara
sobre la base del uso directo de la fuerza, en el capitalismo es sustituida por la exigencia económica de
supervivencia (Katz, 2000).
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 147
128 Tal como referimos en la nota al pie n. 32 de esta publicación, la obra de Braverman (Op. cit), editada
por primera vez en el año 1974, generó un renovado interés en torno al estudio de los procesos de trabajo.
A su vez, dio impulso a investigaciones -en el marco de las ciencias sociales- que visibilizaron la creciente
insatisfacción laboral que expresaban las y los trabajadores post “años dorados del capitalismo”. Según
García Calavia (1999: 195), el escrito de Braverman puso de manifiesto “cómo se producía la descualifica-
ción de determinados procesos de trabajo y cómo ésta servía a los intereses de los empresarios” aclarando
que no siempre ni en todo lugar. Asimismo expresa éste último autor que Trabajo y capital monopolista
colocó en debate y visibilizó la relación entre el género de la fuerza de trabajo y los procesos de recualifi-
cación/descualificación del trabajo; asimismo, lo relacionado al desarrollo de las fuerzas productivas y las
experiencias subjetivas e intersubjetivas de trabajadores y empresarios. Si bien al momento de escritura
de esta tesis doctoral, la idea y categoría de degradación de la fuerza de trabajo no fue recuperada de la
obra que venimos citando, a sugerencia del tribunal de tesis, la referencia vale ser colocada y su obra
mencionada. Recuperamos en la siguiente cita, una síntesis del abordaje que realiza Braverman (1974: 15)
“En un lado se enfatiza que el trabajo moderno, como resultado de la revolución científico-técnica y la
“automatización”, requiere cada vez más elevados niveles de educación, entrenamiento, mayor ejercicio
de la inteligencia y esfuerzo mental en general. Al mismo tiempo, parece contradecir esta visión una cre-
ciente insatisfacción con las condiciones del trabajo industrial y de oficina. Debido a ello también se dice—
a veces incluso por la misma gente que en otros tiempos apoyaba el primer concepto— que el trabajo se
ha subdividido de forma creciente en pequeñas operaciones que fracasan en sostener el interés o en em-
plear las habilidades humanas a los niveles de educación en boga, que estas pequeñas operaciones de-
mandan cada vez menos calificación y entrenamiento, y que la moderna corriente de trabajo con su “me-
nor empleo de la mente” y su “burocratización” está “alienando” sectores cada vez más grandes de la
población trabajadora”.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 149
estudio sostuvo que los ingresos percibidos resultan los principales aportes
monetarios del hogar.
Al considerar remuneraciones, es preciso colocar el matiz de las
dependencias empleadoras (nacional, provincial, municipal) así como el
ámbito (ejecutivo o judicial). Se ha constatado que en la franja de ingresos
altos, las administraciones municipales no figuran como empleadoras. En el
ámbito del Poder Judicial se reconocen salarios generalmente más altos. En
la muestra, la proporción de TS insertas en estos espacios apenas alcanza el
10,8%, por tanto, no generó desbalances estadísticos respecto de los
porcentajes presentados.
El salario percibido combinado al tipo de contratación, se constituye en
un aspecto directamente influyente para la búsqueda de otros empleos
(29,2% de las TS) y en la presencia efectiva del pluriempleo (41,3% de las TS),
con la consecuente extensión de las jornadas laborales e intensificación del
desgaste durante las mismas. A las situaciones de pluriempleo es necesario
agregar que si se desarrollan las labores en distintas áreas hay una sobrecarga
extra propia de lo específico de cada cargo, función o tarea. Dado que el
salario debe ser capaz de posibilitar la compra de mercancías que entran en
el consumo de las TS para su reproducción (la propia y además la de su
familia) con los atributos necesarios que permiten que la fuerza de trabajo se
ponga en movimiento, resulta evidente que montos salariales insuficientes
repercuten directamente en la mencionada reproducción (a lo que tenemos
que sumar el tiempo de trabajo en tareas de organización social del cuidado)
y en las formas en que se pone en movimiento la fuerza de trabajo.
130 En la encuesta del 2011 realizada a TS de Pcia. de Bs. As., la pregunta sobre la rotación laboral y las
razones de ésta no fue explícita. Sin embargo, en el relevamiento realizado en 2017 (considerado continui-
dad del 2011 ya que se realizó sobre la base del mismo instrumento para lograr comparaciones y cambios
en los comportamientos) se indagó acerca de los despidos y/o desvinculaciones para el periodo 2011–
152 Fiorella Cademartori
2017. En el mismo se detectó que el 27,5% de las TS vivenció en esos años el quiebre de la relación con-
tractual. De ese porcentaje: el 55,6% se debió a la no renovación de contrato, un 34,4% a renuncias y un
10% a despidos.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 153
concluyó que la tendencia, para aquel entonces 133, era que los costos sean
asumidos por cada trabajadora a nivel personal. Además, en la mayoría de las
situaciones, el tiempo destinado a la formación, acontecía por fuera de la
jornada de trabajo. Si la capacidad y potencia que portan las TS se despliegan
en las condiciones descriptas, se considera que hay una tendencia al “desuso”
de ciertos atributos, por tanto, un retroceso en el desarrollo de su calificación.
Entendiendo la descalificación como un fenómeno de deterioro del contenido
del trabajo a largo plazo (Bill, 2007). En otras palabras, que para las tareas y
funciones que se les exige a las profesionales, las mismas se encuentran
sobrecalificadas.
133 Hasta el 2011, previo a la asunción de la lista LaRoja – Construcción colectiva en la Mesa Ejecutiva del
CATSPBA, los eventos y jornadas de formación impulsados desde la colegiatura resultaban mayoritaria-
mente arancelados. Revertir esa situación, abriendo la posibilidad masiva de participación, es parte de las
apuestas políticas impulsadas y llevadas a la práctica por LaRoja. Ver también nota al pie 114 de esta pu-
blicación.
134 Ver desarrollo y ampliación en capítulo 2 de esta publicación.
135 Al respecto se sugiere recuperar los escritos de Seiffer, T. (2011, 2013) y Seiffer, T., Kornblihtt, J. y De
Luca, R. (2012) en relación a la evolución del gasto público social en el país. En diversos artículos se analizan,
en clave histórica, las políticas sociales y su papel en la reproducción de la clase obrera en el marco de los
diversos modelos de gobierno (desde 1940 hasta finales de los 2000). Esto a través de una importantísima
cantidad de fuentes primarias y datos estadísticos como evidencia empírica.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 155
136 Vale la recuperación de O'Donnell (1984) al referirse a la distribución y densidad de las instituciones
estatales (en cada coyuntura) como los nudos de sutura de las áreas que las contradicciones subyacentes
han rasgado en su superficie.
137 Se reitera que la referencia es tomando la muestra de 929 encuestas realizadas a TS de Pcia de Bs.
As. (datos primarios que nutrieron este libro).
138 Como ya lo colocara Netto (1992: 22) “no puede ser de otro modo: tomar la “cuestión social” como
problemática configuradora de una totalidad procesual específica es remitir concretamente a la relación
capital / trabajo, lo que significa, preliminarmente, colocar en jaque el orden burgués (…) la política social
debe constituirse necesariamente en políticas sociales: las secuelas de la “cuestión social” son recortadas
como problemáticas particulares (el desempleo, el hambre, la carencia habitacional, el accidente de tra-
bajo, la falta de escuelas, la incapacidad física, etc.) y así enfrentadas”.
156 Fiorella Cademartori
139 Recordemos que para que la potencia se efectivice, sea cualesquiera la actividad que se desea desa-
rrollar u objetivo que se desea alcanzar, se requiere la voluntad de la persona orientada a un fin, para lo
cual, necesitará de medios de trabajo que hagan puente entre la voluntad de acción, de transformación
del objeto de trabajo (materia prima), y la transformación misma. Este puente es posible en tanto la per-
sona hace uso de sus capacidades físicas y mentales y por la existencia misma de medios de trabajo.
158 Fiorella Cademartori
Las características bajo las cuales los procesos de trabajo toman forma se
encuentran determinadas por las condiciones objetivas, antes que por el
contenido programático de una política social (sus objetivos y orientación).
Así la autonomía relativa de les profesionales que otorga el poder de
establecer diversidad de alternativas y crear y recrear el carácter cualitativo
diferenciador a las intervenciones profesionales, sufre el recorte de su
potencia. La precarización de las condiciones laborales provoca contundentes
cercenamientos a la práctica misma, es decir, límites entre la demanda y la
posibilidad. Los distintos espacios de trabajo, devienen en escenarios fértiles
a la homogeneización, la rutina, los actos repetitivos y las prácticas
mecánicas. La instalación y/o profundización de la tendencia a la
“serialización” en la atención de las manifestaciones de la cuestión social,
implica para el Trabajo Social, un ataque a su desarrollo y una falta más en la
garantía de derechos sociales. Las consecuencias resultan de largo alcance
dado que el “producto final” de los procesos de trabajo de las TS, incide en
las condiciones de vida de sujetos/as que no pueden reproducir cabalmente
la materialidad de su existencia y la de su familia, y por tanto, recurren al
Estado para acceder a los servicios derivados de las políticas públicas. Es
imposible disociar la orientación de la política social (o de las políticas sociales
sectoriales) de las características de las condiciones laborales de quienes las
implementan, es decir, resultan las últimas un reflejo de dicha orientación.
De allí que las relaciones laborales precarias conduzcan a políticas sociales
condicionadas por dicha precarización. Aun contemplando el componente
160 Fiorella Cademartori
140 Al respecto se sugieren las lecturas, entre otras, de: Peña, M. (1974). Industria, Burguesía Industrial y
Liberación Nacional. Buenos Aires: Ediciones Fichas; Suriano, J. (comp.) (2000). La cuestión social en Argen-
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141 Dicho abanico de mecanismos y acciones “buscan brindar legitimidad a la organización burocrática -
administrativa del Estado burgués y contribuir a la construcción de hegemonía de la clase dominante”
(Matusevicius, Op. cit.: 242).
162 Fiorella Cademartori
Por el sólo hecho de ser comprada y vendida, esta potencia pone en cuestión
también el receptáculo del cual ella es indistinguible, o sea el cuerpo
viviente; más aún lo pone a la vista en tanto objeto y blanco de innumerables
y diferenciadas estrategias de control (Virno, 2003: 88 - 89).
142 Les autores aluden que a la individuación que portan las y los trabajadores por vender libremente su
fuerza de trabajo “se ve fortalecido por mecanismos de medición individual de productividad y rendi-
miento, por procesos de evaluación de desempeño y trato individual con jefe o quien supervisa”; siendo
la competencia una forma específica de individualización, continúan les autores, que esta “se fomenta
mediante los grupos o equipos de trabajo, los premios por producción, la posibilidad de obtener mejoras
en las condiciones laborales mediante favores personales”; y por último, sostienen que siendo la vulnera-
bilidad una condición necesaria para que se sostengan los anteriores procesos “se motoriza un feroz pro-
ceso de flexibilización de las condiciones de trabajo y una creciente inestabilidad en los puestos” (Op. cit.:
113).
143 “Los recursos profesionales son el bagaje de conocimientos y habilidades con que cuenta un profesio-
nal en un momento histórico determinado, donde entran en juego elementos objetivos y subjetivos. No
pueden asimilarse a la aprehensión de conocimientos teóricos, ni tampoco quedar amarrados a la lectura
de políticas sociales en general o instituciones en particular. Es necesario profundizar sobre los distintos
conocimientos y las llamadas habilidades y capacidades que se ponen en juego en la intervención” (Oliva,
Op. cit.: 67).
164 Fiorella Cademartori
144 Al respecto se sugiere la obra del sociólogo Javier Auyero titulada “Los pacientes del Estado” editada
por Eudeba en 2013. Allí se analiza la espera como herramienta de control (principalmente hacia sectores
pobres) y la producción de subjetividades en torno a estos mecanismos.
Empleo estatal, procesos de trabajo y reproducción del capital 165
cuestión social. Vale reiterar que los servicios sociales resultan parte del
proceso de redistribución de la riqueza social a través del fondo público o
gastos estatales, y que éstos se dirimen sobre la base de la conflictividad y
luchas sociales por incidir en el destino de dichos fondos. Por tanto, el tipo de
problemáticas, políticas y servicios sociales que se priorice, el volumen y
magnitud del gasto, la cobertura, accesibilidad y capacidad de incidencia en
determinadas áreas y sectores de la clase trabajadora, resultan un factor
normativo en la arena política de disputas. Ligan la vigilancia y el control social
entre los diversos sectores sociales, los conflictos emergentes y el Estado en
su conjunto.
En numerosas áreas ligadas a la asistencia directa de los sectores más
pauperizados de la sociedad, la política que subyace resulta la ausencia y/o el
vacío. Lejos de enmarcarse como una “retirada” estatal es la forma de estar
presente: convalidando estas dinámicas y procesos. Mecanismos, a la vez, de
naturalización y legitimación de un lugar subalterno, tanto para quienes son
asistidas/os como para quienes asisten. Un sector de la clase trabajadora,
aquel con mayores dificultades en el acceso a derechos, recibe respuestas de
forma dilatada, parcial y fragmentada. El disciplinamiento, tanto en sus
aspectos y dimensiones más visibles cuanto en aquellas más ocultas, resulta
un mecanismo cotidiano en los espacios laborales.
Conclusiones parciales
145 Se ratifica la estrategia de institucionalización de formas precarizantes que va socavando los límites
a la explotación de la fuerza de trabajo que las/os trabajadores conquistaron -principalmente- a lo largo
del siglo XX. Esto provoca, en las nuevas generaciones que ingresan al mercado laboral, una naturalización
de condiciones laborales precarias. Ver desarrollo en el Capítulo 3 de esta publicación.
168 Fiorella Cademartori
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