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Osho - El Libro de Los Secretos Vol 5
Osho - El Libro de Los Secretos Vol 5
Vol. 5
OSHO
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MA GYAN DARSHANA
osho_library@gruposyahoo.com
Capítulo 61
Los Sutras
Capítulo 62
PREGUNTAS
Primera pregunta:
Los Sutras
Sucedió una vez en una iglesia que, tras un sermón muy largo
y árido, el pastor anunció que habría una reunión, una breve reu-
nión de la junta de bocetos, justo después de la bendición. Des-
pués del oficio, un extrañó se acercó al pastor; era el primero que
lo hacía. El pastor pensó: «Debe de haber habido algún malen-
tendido», porque el hombre era un completo extraño. Ni siquiera
parecía cristiano; tenía apariencia de musulmán, así que el pastor
dijo: «Parece que usted no ha comprendido bien el anuncio. Va a
haber una reunión de la junta de bocetos.» El extraño dijo: «Eso
es lo que he oído..., y si hay alguien aquí que esté bostezando
más que yo, me gustaría conocerle»* .
Capítulo 64
La No-Elección es Dicha
PREGUNTAS
¿Cómo es que la mayoría elige el sufrimiento?
Primera pregunta:
Segunda pregunta:
Los Sutras
Capítulo 66
Un Buda no es Nadie
PREGUNTAS
Primera pregunta:
Segunda pregunta:
Cuarta pregunta:
Capítulo 67
Los Sutras
94 Siéntete saturado.
Capítulo 68
Preguntas
Primera pregunta:
Segunda pregunta:
Cuarta pregunta:
Los Sutras
El hombre nace solo y muere solo, pero entre estos dos pun-
tos vive en sociedad, vive con otros. La soledad es su realidad
básica; la sociedad es sólo accidental. Y a no ser que el hombre
pueda vivir solo, pueda conocer su soledad en su total
profundidad, no puede conocerse a sí mismo. Todo lo que sucede
en la sociedad es sólo externo; no eres tú, es sólo tu relación con
los demás. Tú permaneces desconocido. No puedes ser revelado
desde el exterior.
Pero vivimos con otros. Debido a esto; el conocimiento de uno
mismo es totalmente olvidado. Sabes algo sobre ti mismo, pero
indirectamente, te lo han dicho otros. Es extraño, absurdo, que
otros hayan de hablarte sobre ti mismo. La identidad que tienes
te es dada por otros; no es real, sino sólo una etiqueta. Se te da
un nombre. Ese nombre se da como una etiqueta, porque a la
sociedad le resultará difícil relacionarse con una persona sin
nombre. No sólo se da el nombre; la imagen misma que piensas
que eres es dada por la sociedad, que eres bueno, que eres malo,
que eres guapo, que eres inteligente, que eres moral, un santo, o
lo que sea. La imagen, la forma, también es dada por la sociedad,
y tú no sabes lo que eres. Ni tu nombre revela nada, ni la forma
que te ha dado la sociedad. Sigues siendo un desconocido para ti
mismo.
Ésta es la ansiedad básica. Existes, pero eres un desconocido
para ti mismo. Esta falta de conocimiento sobre ti mismo es la
ignorancia, y esta ignorancia no puede ser eliminada por ningún
conocimiento que te puedan dar otros. Pueden decirte que no
eres este nombre, que no eres esta forma, que crees una «alma
eterna», pero eso también te lo dan otros; tampoco eso es
inmediato. A no ser que llegues a conocerte a ti mismo directa-
mente, permanecerás en la ignorancia; y la ignorancia crea
ansiedad. No sólo les tienes miedo a los demás, te tienes miedo a
ti mismo; porque no sabes quién eres y qué hay oculto en ti. No
sabes qué es posible, qué saldrá de ti en el momento siguiente.
Sigues temblando, y la vida se vuelve una honda ansiedad. Hay
muchos problemas que crean ansiedad, pero esos problemas son
secundarios. Si penetras hondamente, entonces todo problema
revelará finalmente que la ansiedad básica, la angustia básica, es
que te desconoces a ti mismo; desconoces la fuente de la que
vienes, el fin hacia el que vas, el ser que eres ahora mismo.
De aquí que toda religión diga que entres en la soledad, para
que, por un tiempo, puedas dejar la sociedad y todo lo que la
sociedad te ha dado, y te afrontes a ti mismo directamente.
Mahavira vivió doce años solo en el bosque. Durante esos días
no hablaba, porque en el momento en que hablas, has entrado en
la sociedad. El lenguaje es la sociedad. Permaneció completa-
mente silencioso; no hablaba. Había cortado el puente básico para
poder estar solo. Cuando no hablas, estás solo, profundamente
solo; no hay manera de ir al otro. Durante doce largos años vivió
solo sin hablar. ¿Qué estaba haciendo? Estaba tratando de
descubrir quién era. Es mejor repudiar todas las etiquetas, es
mejor alejarse de los demás para que no haya necesidad de la
imagen social. Estaba eliminando la imagen social. Estaba des-
haciéndose de toda la basura que le había dado la sociedad;
estaba intentando estar totalmente desnudo, sin ningún nombre,
sin ninguna forma. Eso es lo que significa la desnudez de
Mahavira. No era sólo tirar la ropa; era más profunda. Era la
desnudez de estar totalmente solo. Las ropas también las usas
para la sociedad, son para esconder tu cuerpo, o son para cubrirte
ante los ojos de los demás, porque la sociedad no apruebe todo tu
cuerpo. De modo que todo lo que la sociedad no aprueba, tienes
que esconderlo. Sólo se permite que determinadas partes del
cuerpo estén al descubierto. La sociedad te elige en partes. No
aprueba, no acepta tu totalidad.
Lo mismo está sucediendo con la mente; no sólo con el
cuerpo. Se aprueba tu cara, se aprueban tus manos, pero no se
aprueba todo tu cuerpo, particularmente las partes del cuerpo que
pueden sugerir el sexo. Esas partes no se aprueban, no se
aceptan. De aquí la importancia de la ropa. Y esto está
sucediendo también con la mente, tu mente total no es aceptada;
sólo partes de ella. De modo que tienes que ocultar la mente y
reprimirla. No puedes abrir tu mente. No puedes abrir tu mente a
tu amigo más íntimo, porque te juzgará. Dirá: «¿Esto es lo que
piensas? ¿Esto es lo hay en tu mente?» Así es que le tienes que
decir sólo lo que puede ser aceptado -una parte muy diminuta-, y
todo lo demás que hay en ti tiene que estar completamente
oculto. Esa parte oculta crea muchas enfermedades. Todo el
psicoanálisis de Freud consiste sólo en sacar la parte oculta.
Puede que se tarden años antes de que una persona se cure. Pero
el psicoanalista no está haciendo nada; simplemente está sacando
a la luz la parte reprimida. El mero sacarla a la luz se vuelve una
fuerza curativa.
¿Qué significa esto? Significa que la represión es la
enfermedad. Es una carga, una pesada carga. Querías
confesárselo a alguien; querías decirlo, expresarlo; querías que
alguien te aceptase en tu totalidad. Eso es lo que significa el
amor: que no serás rechazado. Seas, o que seas -bueno, malo,
santo, pecador-, alguien te aceptará en tu totalidad, no rechazará
ninguna parte de ti. Por eso el amor es la mayor fuerza curativa,
es el psicoanálisis más antiguo. Cuando amas a una persona, es-
tás abierto a ella, y con sólo estar abierto, tus partes cortadas,
divididas, se juntan. Te haces uno.
Pero incluso el amor se ha vuelto imposible. Ni siquiera con tu
esposa, puedes decir la verdad. Ni siquiera con tu amante puedes
ser totalmente auténtico, porque incluso sus ojos están juzgando.
Él o ella también quiere una imagen que seguir, un ideal, tu
realidad no es importante; el ideal es importante. Sabes que si
expresas tu totalidad serás rechazado, no serás amado. Tienes
miedo, y debido a este miedo el amor se vuelve imposible.
El psicoanálisis saca a la luz las partes ocultas, pero el
psicoanalista no está haciendo nada; simplemente está ahí
sentado escuchándote. Nadie te ha escuchado, según parece. Por
eso ahora necesitas ayuda profesional. Nadie está dispuesto a es-
cucharte, nadie tiene tiempo, nadie tiene mucho interés en ti. De
modo que se ha creado la ayuda profesional, estás pagando a
alguien para que te escuche. Y entonces, año tras año, te
escuchará todos los días, o dos veces a la semana, o tres veces a
la semana, y te curarás. iEsto es milagroso! ¿Por qué deberías
curarte sólo con que te escuchen? Es porque alguien te presta
atención sin juzgarte y puedes decir todo lo que hay en ti. Y con
sólo decirlo, sale a la luz y se hace parte de lo consciente. Cuando
cortas algo, ciegas algo, prohíbes algo, reprimes algo, estás
creando una división entre lo consciente y lo inconsciente, lo
aceptado y lo rechazado. Hay que desechar esta división.
Mahavira buscó la soledad para poder ser como era sin tener
miedo a nadie. Como no tenía que poner ninguna cara para nadie,
pudo desechar todas las máscaras, todas las caras. Entonces
podía estar solo, totalmente desnudo, tal como es, bajo las es-
trellas, junto al río y en el bosque. Nadie le juzgaría y nadie diría:
«No se admite que seas así. Deberías comportarte. Deberías ser
de este modo.»
Dejar la sociedad significa dejar la situación en la que la
represión se ha vuelto inevitable. De modo que la desnudez
significa ser como uno es, sin barreras, sin refrenarse. Mahavira
entró en el silencio, en la soledad, y dijo: «A no ser que me
encuentre a mí mismo - no el ser que otros me han dado, que es
falso, sino el ser con el que he nacido-, no volveré a la sociedad.
A no ser que sepa quién soy, no volveré a la sociedad. A no ser
que me enfrente directamente a mi realidad, a no ser que haya
encontrado lo esencial en mí, no lo accidental, no hablaré, porque
es inútil hablar.»
Eres lo accidental. Todo lo que piensas que eres es la parte
accidental. Por ejemplo, has nacido en India; podrías haber
nacido en Inglaterra o en Francia o en Japón. Esa es la parte
accidental. Pero por haber nacido en India, tienes una identidad
diferente. Eres hindú, te consideras hindú; pero podrías haberte
considerado budista en Japón, o cristiano en Inglaterra, o
comunista en Rusia. No has hecho nada para ser hindú; es sólo
un accidente. Allí donde hubieras estado, te habrías afiliado a la
situación. Te consideras religioso, pero tu religión es sólo
accidental. Si hubieras nacido en un país comunista, no habrías
sido religioso, sino tan irreligioso allí como eres religioso aquí. Has
nacido en una familia jaina, así que no crees en Dios..., sin haber
descubierto que no existe Dios. Pero justo al lado de tu casa nace
otro niño el mismo día, y él es hindú. Él cree en Dios, y tú, no.
Esto es accidental, no es esencial. Depende de las circunstancias.
Hablas la lengua hindú, alguien habla guajarati, alguien habla
francés... Éstos son accidentes. La lengua es accidental. Tu alma
es esencial; tu «yo» es accidental. Y encontrar lo esencial es la
búsqueda, la única búsqueda.
¿Cómo encontrar lo esencial? Buda estuvo en silencio durante
seis años. Jesús también se fue a lo profundo de un bosque. Sus
seguidores, los apóstoles, querían ir con él. Le siguieron y en
cierto momento, en cierto punto, dijo: «Deteneos. No deberíais
venir conmigo. Ahora debo estar solo con mi Dios.» Entró en el
bosque. Cuando volvió, era un hombre totalmente diferente; se
había enfrentado a sí mismo.
La soledad se convierte en un espejo. La sociedad es el
engaño. Por eso tienes siempre miedo de estar solo, porque
tendrás que conocerte a ti mismo, y tendrás que conocerte a ti
mismo en tu desnudez, en tu desabrigo. Tienes miedo. Estar solo
es difícil. Siempre que estas solo, inmediatamente empiezas a
hacer algo para no estar solo. Puede que empieces a leer el
periódico, o puede que enciendas la televisión, o puede que te
vayas a algún club a reunirte con tus amigos, o puede que vayas
a visitar a algún familiar..., pero, tienes que hacer algo. ¿Por qué?
Porque en el momento en que estás solo, tu identidad se disuelve,
y todo lo que sabes de ti mismo se vuelve falso, y todo lo que es
real empieza a aflorar.
Todas las religiones dicen que el hombre debe entrar en la
soledad para conocerse a sí mismo. No es necesario permanecer
allí para siempre, pues es fútil, pero hay que estar en soledad
durante un tiempo, un periodo. Y la duración del periodo
dependerá de cada individuo. Mahoma estuvo en soledad varios
meses; Jesús sólo unos días; Mahavira durante doce años y Buda
durante seis años. Depende. Pero a menos que llegues al punto
en que puedas decir: «Ahora he conocido lo esencial», es
imprescindible estar solo.
Capítulo 70
PREGUNTAS
¿Minimizar o maximizar?
Primera pregunta:
Segunda pregunta:
Cuarta pregunta:
Última pregunta: