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La Cultura Del Barroco
La Cultura Del Barroco
El tímido espíritu crítico del Renacimiento será el inicio de una auténtica revolución en las ciencias de la
naturaleza, poniendo las bases de los conocimientos científicos hasta el s. XX
Las características de la cultura barroca, sus límites y el pensamiento político que va unido a ella.
El análisis crítico de los años 1660/80 contempla, el fenómeno denominado “la crisis de la conciencia
europea”, que cuaja en el movimiento ilustrado de la centuria siguiente
D.p.v. estético-formal, clasicismo y barroco resultan incompatibles. El Clasicismo sería una corriente
paralela pero enfrentada al Barroco, heredera del Renacimiento.
D.p.v. de la historia social, la cultura barroca, deja de ser un conjunto de estilos para convertirse en la
cultura específica de una época histórica, concretamente la de la crisis del siglo XVII
El calificativo de “barroco” se acuñó para calificar peyorativamente unas formas artísticas que, en opinión
de la crítica habrían convertido el renacimiento en un torbellino de excesos formales y pasionales.
Posteriormente adquiere un contenido altamente valorado, definiendo una época muy compleja durante la
cual todas las manifestaciones culturales sufrieron una gran transformación, debido a las estrategias
diseñadas por los grupos de poder para dominar la sociedad en su propio beneficio. El arte era una
representación más de esas ideas.
El Barroco estéticamente está vinculado a conceptos como el naturalismo, contraste, exhuberancia
El Clasicismo tiene su máxima expresión en la Francia de Luis XIV.
El siglo XVII se presenta como un siglo crítico, lleno de problemas vitales, económicos, políticos, sociales e
ideológicos, por lo que se hacía imprescindible contar con alguna esperanza, elemento psicológico que
sólo podía proporcionar la religiosidad.
Los distintos estamentos y grupos sociales gestaron formas diferentes para manifestar sus esperanzas,
terrores y anhelos:
- La nobleza y el clero, eran las minorías rectoras que se manifestaron con tendencias opuestas: los
que buscaban nuevas respuestas a la insatisfacción intelectual y quienes pensaban que sólo en la
tradición y en la seguridad del dogma religioso radicaba la fuerza del sistema social privilegiado.
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La religiosidad siempre estaba presente en la mentalidad colectiva, de ahí que se produjeran en la misma
época las persecuciones más salvajes contra la brujería y las manifestaciones de fervor popular llenas de
mortificación y gusto por lo macabro; un Auto de Fe inquisitorial, la decapitación pública de un criminal o
los excesos del carnaval eran actos sociales.
El Barroco constituye la respuesta cultural desplegada desde un poder que se siente amenazado desde
los múltiples frentes de la crisis, una respuesta de adoctrinamiento y propaganda. Por ello la barroca no es
una cultura espontánea y popular, sino inducida desde el poder.
Para Maravall las características sociales del Barroco: cultura dirigida, masiva, urbana y conservadora.
- El Barroco no es una cultura ciudadana como la renacentista, sino urbana, ahora se produce, por
primera vez, una cultura para masas anónimas, como lo prueban la gran cantidad de comedias de
consumo o el inicio de una producción en serie de objetos de arte.
- La urbe es el marco privilegiado de la cultura barroca, como gran núcleo de concentración de
artistas, de poderosos y de una masa potencialmente peligrosa y desarraigada. En la urbe la ley
que rige es la de la ostentación, la del deslumbramiento del poderoso sobre el que no lo es.
- Son los rasgos de una cultura profundamente conservadora, en la que no se rechaza lo novedoso
en campos considerados poco peligrosas como el artístico, pero que no se acepta en otros como la
religión, el derecho o la ciencia.
La cronología está en función de cada país e incluso de cada autor. Generalmente se acepta que el
Barroco nace en Italia en torno al año 1600, tiene su máxima intensidad en los años centrales del siglo y
va extinguiéndose a medida que avanza el siglo; aunque en algunos lugares se trascienden esos límites y
se prolongan, como Calderón en España o Fénelon en Francia.
El sistema educativo: los fundamentos de la educación estaban relacionados con las ideas, de cada uno
de los grupos sociales. Los diferentes niveles y grados de conocimiento eran una fuente de prestigio social
y de acceso a una determinada cuota de poder.
- El pueblo con unos conocimientos de doctrina cristiana y técnicas artesanales para los varones y
las habilidades precisas para el gobierno de la casa en el caso de las niñas. La lectura, la escritura
y las cuatro reglas aritméticas básicas implicaban cierta preeminencia dentro del grupo popular.
Este nivel inferior de enseñanza estaba a cargo de los maestros de primeras letras, mientras que
las destrezas profesionales las transmitían los maestros gremiales.
- La pequeña burguesía tenía acceso a un grado de conocimiento bastante superior, impartido por
preceptores privados.
Las manifestaciones artísticas y literarias, debían evidenciar la ideología de los grupos de poder.
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- El arte es reflejo de una cultura, de una época, de una sociedad monárquica, señorial y rural. El
poder de los monarcas absolutos se manifiesta en la suntuosidad, en el lujo, en la decoración.
- Es un arte de las élites, pero también es un arte popular, sobre todo religioso, de consuelo y de
intercesiones celestiales. Una plástica para impresionar a las masas tanto en el plano político
como en el religioso.
- Una de las primeras características del arte barroco es que se trata de un arte creado por la
renovación católica frente al protestante.
o Esto condujo a la separación entre lo religioso y lo profano en el arte del mundo católico.
De esta manera, las representación de escenas religiosas y el vestuario correspondería
a ideas convencionales, con túnicas y pliegues a la antigua.
En arquitectura
- Los Estados se llenaron de construcciones oficiales que mostraban al pueblo su poder. Francia,
paradigma de la Monarquía Absoluta, adoptó para su arquitectura palaciega unos cánones
estéticos clasicistas, sin el rebuscamiento barroco, aunque en el interior la decoración asumía
toda su potencia visual. El estilo clasicista impuesto por Luis XIV, se plasmaba en los palacios
de Versalles y el Louvre.
En pintura
- Los pintores optan por imitar al teatro y reflejan en los lienzos la ilusión escénica del relieve y de
la profundidad. Vuelcan su imaginación en los decorados teatrales, en el vuelo de las
vestiduras, en los momentos de extrema tensión mística, como los éxtasis. Ese misticismo es
reflejo de la religiosidad postridentina.
o La Monarquía Hispánica dio figuras que reflejaban la religiosidad que impregnaba la vida
cotidiana:
el tenebrismo de José Ribera
el realismo del mundo monástico pintado por Zurbarán
el colorismo de las vírgenes de Murillo.
o En Italia pintaron fundamentalmente para la Iglesia: Carracci y Caravaggio
o En Flandes destaca Rubens
o En Inglaterra Van Dyke
o En los Países Bajos Rembrandt
o En Francia Poussin y Claudio de Lorena.
- Pintores y escultores recibieron de la Iglesia católica una normativa precisa con el fin de ilustrar
las grandes verdades de la fe y con ello adoctrinar y enseñar al pueblo los grandes temas de la
doctrina.
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- Pero el arte barroco no es solo religioso. Es un arte, expresión de la sensibilidad de un siglo
duro, en crisis, dramático, intenso y atormentado, en el que la vida tiene escaso valor debido a
la muerte temprana, a la muerte violenta (las guerras). Por eso la vida se ama y se vive con
intensidad y con pasión, se goza de la naturaleza y del movimiento, del calor y de la luz, de los
materiales suntuosos, del oro y del mármol veteado. Rubens expresó todo ello en sus obras, en
la sensualidad de sus personajes y en la elección de colores y formas.
La escultura hispana está llena de retablos policromados e imágenes de vestir, destacando los talleres de
Pedro de Mena y Alonso Cano.
La literatura: Quevedo, cuya obra refleja el desencanto espiritual, la violencia vital y lo grotesco de la
actuación social, culminando en Miguel de Cervantes y el Quijote, el mejor exponente del Barroco
Racionalismo
En la historia de la Filosofía, el siglo del barroco se conoce como la época del Racionalismo, corriente de
pensamiento que insiste en la función determinante de la razón para la adquisición de conocimiento (en lo
que se opone al Empirismo, que resalta el papel de la experiencia humana).
La nueva filosofía intentaba encontrar unas formas de saber laico a través de modelos y lenguajes
geométricos y matemáticos.
Descartes aplicó al pensamiento filosófico el mismo método deductivo que proporcionaba a la Matemática
su certeza y su seguridad. En su obra principal, El Discurso del Método, desarrolló un novedoso sistema
denominado “duda metódica”, que desembocó en la consideración de que lo único de lo cual no podía
dudar era del hecho mismo de estar pensando.
La filosofía cartesiana implicaba que el hombre, mediante su sola razón, podía acceder a la totalidad del
conocimiento, sin necesitar la guía obligada de una Religión que le ayudase a distinguir la verdad del error.
Baruch Spinoza fue un judío holandés que defendía un sistema único panteísta en el que las religiones
positivas, todas por igual, quedaban descalificadas como sistemas de conocimiento.
Los límites entre el Barroco y el Clasicismo, lejos de resultar claros se mezclan y se unen.
En España hay una clara influencia del Barroco en el Clasicismo, al igual que en el caso francés,
impulsado fundamentalmente por Luis XIV y su Corte. La desmesurada solemnidad retórica del palacio de
Versalles resulta barroquizante. En el otro extremo, sería el caso del Escorial hispano y de lo que se ha
denominado barroco severo de los Austrias.
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Aunque el universo cultural del Barroco es el dominante en Europa en el XVII, existirán otros países en los
que no llega a cristalizar, como Inglaterra y Holanda (que no conocerá los efectos negativos de la crisis de
este siglo y donde sus grupos dirigentes se vinculan al comercio y las finanzas y no al paradigma
nobiliario)
Otro límite es el elemento religioso, ya que el cristianismo reformado impone un marco estricto que limita
o prohíbe los recursos estéticos o los temas habituales del Barroco católico
4. El pensamiento político
El desarrollo del Estado durante el s. XVII produjo un conjunto de aportaciones de gran trascendencia
política, como la teoría del contrato, del derechos natural o del individualismo.
Se tiende a la sustitución de las antiguas teorías de corte pactista o populista por las monarquías de origen
divino: la idea básica es que el hombre nace libre en su estado natural pero durante su vida está sometido
a graves peligros que hace necesario que sea protegido por una autoridad. Esa autoridad es el estado
absolutista, que es considerado como un estado monárquico de derecho divino, donde el rey sólo es
responsable de sus actos ante Dios.
Existe un conjunto de obras y autores que vienen a justificar directamente la práctica absolutista.
- el obispo Bossuet, figura de la corte de Luis XIV de Francia, que proclama la naturaleza divina
del rey (sustituyó el Derecho Divino en Deber Divino)
- Tomas Hobbes (filósofo inglés exiliado en Francia por ser partidario de los Estuardo). Su
pensamiento representa una justificación extrema del absolutismo. Su radical pesimismo sobre
el ser humano (homo hominis lupus) presenta el estado natural como una situación de lucha
con la supremacía del más fuerte. Por ello el ciudadano debía entregar su libertad a un Estado
(el Leviatán) que le protegerá, sin poder pedir cuentas al soberano de cómo ejerce. La
celebración de ese contrato es el origen de la vida civilizada.
- Nos hallamos ante conceptos teocráticos, cuya finalidad no es el reforzamiento del poder
eclesiástico, sino al contrario, la magnificación de la instancia estatal.
- El iusnaturalismo, siendo el holandés Hugo Grocio una de sus figuras principales, que sentó
las bases del derecho internacional, con el fin de amparar jurídicamente la expansión mundial
holandesa frente a sus oponentes ibéricos e ingleses. Mantiene que la guerra es contraria a la
lay natural cuando va en contra de los principios de la sociedad, pero está justificada cuando
sirve para defender a un pueblo de un ataque que pretende quitarle sus derechos
- El liberalismo del inglés John Locke, filósofo empirista, que ofrece el contrapunto a las
conclusiones de Hobbes. También parte del individualismo y estado de naturaleza, a la que define
como perfecta en libertad e igualdad, en paz y armonía (diferente a la visión pesimista de Hobbes)
y es la violación de esa armonía lo que lleva a la constitución de un pacto, en el que se origina la
sociedad civil, donde domina la mayoría. Para él la soberanía no residía en el Estado sino en la
sociedad civil y los poderes del Estado deben ser limitados mediante garantías constitucionales,
iniciando la teoría de la separación de poderes, que más tarde desarrollará Montesquieu. Sostuvo
el derecho y el deber del pueblo a la rebelión armada contra su rey por causas justas; insistió en la
separación entre la Religión y el Estado.
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También surgieron unos movimientos radicales, como Levellers y Diggers, en Inglaterra que anticiparán
muchas de las ideas que más tarde triunfarán: igualdad de todos los hombres, laicismo político, sufragio
universal, etc.
5. La revolución científica
En el s. XVII tiene lugar lo que se ha denominado “primera revolución científica” que se produjo sobre todo
en el campo de la física y las matemáticas.
Durante el Renacimiento dominó la investigación individual de los científicos, ya que pesaba enormemente
la idea de un secreto profesional que se efectuaba mediante una transmisión oral muy selectiva.
También las universidades, en general habían actuado como freno para la innovación científica, al estar
sobre todo preocupadas por la formación de disciplinas tradicionales como el derecho, medicina y teología
y por el saber escolástico (esencialmente deductivo, a partir de unas cuantas leyes emanadas del dogma,
se pretendía deducir la infinita variedad de leyes eternas y universales).
En el XVII asistimos a una intensificación de los contactos entre los científicos, a través de una mayor
frecuencia en los viajes y a las relaciones epistolares.
Este incremento en los contactos, con el correspondiente intercambio de información lleva al surgimiento
de tertulias científicas y a la creación de bibliotecas.
- Kepler: físico conservó el sistema copernicano de que el sol permanece inmóvil y es la tierra la que
rota, pero elaboró un sistema astronómico nuevo y diferente.
- Galileo: demostró que todos los cuerpos caen hacia la tierra con un movimiento uniformemente
acelerado.
- Newton: destaca la ley de la gravitación universal y el método. Las repercusiones de sus ideas
fueron de gran importancia. Junto con Locke fue uno de los padres de la Ilustración.
Es evidente la importancia del legado del s. XVII, se sentaron las bases de la Ilustración que sólo se podría
desarrollar con un verdadero cambio de mentalidad y un clima histórico favorable.
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- Cambio de mentalidad: a finales del siglo, el principio de autoridad se destruye gracias a la
ciencia moderna y el empirismo (teoría que considera que la experiencia y no la razón es el origen del
conocimiento). El principio de autoridad religiosa, eje de la sociedad europea del s. XVII, habría sido
sobrepasado al final de la centuria. La mentalidad colectiva, por lo que concierne a los grupos
dirigentes, se sustenta ahora sobre otros fundamentos de carácter laico.
- Clima histórico favorable: la sociedad de final de siglo está más ordenada y más unida que en los
años centrales y sobre todo más segura de si misma. En este contexto, el Barroco pierde su caldo
de cultivo, ya no hay ese clima negro e incierto sino un clima más sereno que se refleja en el arte
Neoclasicista.
Nos encontramos en un momento de transición, en el que se valora un arte más para el disfrute y la
decoración que para la excitación o la exhibición de poder, se pondera el formalismo frente a la emoción;
los tonos pastel frente a los contrastes extremos, la serenidad frente a la agitación.
Este cambio de mentalidad que precede a la Ilustración, Paul Hazard lo situó entre 1688 (Revolución
Gloriosa en Inglaterra) y 1714 (fallecimiento de Luis XIV), calificándolo de “crisis de la conciencia europea”.
La cuestión central gira en torno a la descristianización de la sociedad europea, que sustituye los viejos
fundamentos religiosos por los nuevos valores laicos, dando lugar a un cambio sustantivo sobre la idea de
Europa.