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Del sufragio femenino
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BOTs NOMENEDITORIAL
Coeemereben ee
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Una guerra para acabar
con todas las guerras
L Primera Guerra Mundial, de la que se cumplen 110 aiios, remodelé las fronteras,
_geopolitcas y la percepcidn social de la guerra. Considerada inicialmente como un en
frentamiento breve, se convirtié en un devastador choque de imperios y naciones.
Las potencias de la Triple Entente (Reino Unido, Francia y Rusia, més tarde Italia y Estados,
Unidos) y las Potencias Centrales (Alemania, Austria-Flungrfa, el Imperio otomano y Bul:
garia) fueron los dos grandes ejes de un contflicto desencadenado, en la epidermis historica,
por el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria en Sarajevo, aunque sus raices
profundas se hunden en una compleja red de lianas, rivalidades imperiales y militarismo
que analizamos en este nimero.
El uso masivo de las trincheras, junto con la introduccién de armas como la ametralladora y
el gas venenoso, llevé a un alto niimero de bajas y pocos avances territoriales significativos.
Batallas como la del Somme y Verdiin se han grabado en la memoria colectiva por su extre
‘ma ferocidad y coste humano. Pero la guerra no solo se libr6 en los campos de batalla: el blo-
queo naval briténico contra Alemania, la guerra submarina alemana y los esfuerzos internos
en cada pais para movilizar recursos y moral tuvieron un papel crucial. Ademés, el conflicto
se expandid mas alli de Europa, a regiones en Africa, Asia y el Pacific.
Sus consecuencias fueron profundas y duraderas, EI Tratado de Versalles de 1919 redibujé el mapa
ceuropeo, desmantelando imperios y creando lo que llegariana ser nuevos estados; las condiciones
punitivas impuestasa Alemania sembraron las semilla del descontento que levarian a la Segunda
Guerra Mundial; marcé el declve de las potencias europeas y el ascen:
so de Estados Unidos y japon como actores global; acelen6 los cam-
bios sociales como el sufragio femenino y a Revolucion rusa de 1917,
que culminé con el establecimiento de la Unis Soviética
La llamada «guerra para acabar con todas las uerras» no logré ese
objetivo, pero transforms irrevocablemente la politica, la sociedad y ka
tecnologia en todo el mundo.
En este mimero la estudiamos desde
todos los prismas posibles para que
disfrutes dela lectura y de lahistoria. _(csabale
Carmen Sabalete
—*
Muy HSTORAS.SUMARIO
| GUERRA MUNDIAL
Causas de un conflicto anunciado
Trincheras 22
Batallas por mary aire 30
Del Marne a Verdin 38
Espionaje en la Gran Guerra 46
Rendicién y armisticio 52
El Tratado de Versalles 60
Espafiay la Guerra Mundial 68
La querra de las mujeres 16
De soldados a lideres 84
Censura, propaganda y fake news 92
Primeras vanguardias 100
Sobreviviren la retaguardia 108SECCIONES
Historias de la filosofia
» Entrevista: Sandra Aza
Historias del comic
Dossier
Historias minimas
Momentos estelares
Mujeres en la historia
Episodios
La fosa de laterra
PanoramaHISTORIAS DE LA FILOSOFIA
Heraclito
eee
Liss aCe
oSercytodo esté oscuro. Nada es distinguible, nada di-
ferenciable, nada parece ser limite de si mismo.
‘Apenas se vislumbra el sendero, apenas se distin-
gue la tierra del suelo, percibe el fri, las gotas de
Iluvia agarrandole las manos, nota en el rostro el
aire gélido, recuerda que ahi delante hay un po-
deroso roble (ahi debe seguir) y que estas piedras sobre las
ue timidamente se refugia son del ‘Templo de Artemisa.
Subitamente sucede. En un pavoroso estruendo un rayo
lumina, apenas unos instantes, el camino, Es luz y es os-
curidad, es el vinculo entre la tierra y el cielo. Herdclito
escribe: «Todo lo gobierna el rayon.
Pero ja qué se refiere este taciturno sujeto habitante de Bfe-
0, que vive recluido como tn eremita en las cercanfas de
tun templo un dia a finales del siglo via. C.? No se refiere en
cualquier caso al rayo en si mismo (Heréclito usa simbolos,
no crea mitos) sino la metafora de algo. A algo muy con-
creto y de una enorme complejidad: al logos de naturaleza.
‘Ala forma de gestar a todo lo que se da a ser de la physis.
‘A cimo todo lo que se da proviene de una coparticipacién
de contrarios, que no se niegan a si mismos, que n0 Se ani-
guilan sino que son condicion y limite uno de otro, Elrayo
participando de la oscuridad a la que tiene como condicién
(sin lo oscuro de una tormenta no se puede dar el rayo)
apotta la luz, Del mismo modo, el rayo participando de la
Iza la que tiene como condicién (sino fuera luz no se da-
ria a ser) es en si mismo oscuridad en cuanto su limite. La
«ley», el «logos», lo que agobierna todo» es a tensién entre
es0s opuestos que se coparticipan y que se unifican en esa
misma tensién relacional, Pero el rayo no es solo metafora
de esa copertenencia de antagénicos es también metafora
delo que une esos opuestos, esas diferencias que son uno y
dlistinto a la vez. EL ayo, por ejemplo, es fo que vincul, lo
que establece relacién entre otro par de opuestos: el cielo
y la tierra. Esa genialidad de que lo diferente participa on-
ioldgicamente de lo diferente para engendrarlo diferente
mientras todo se unifica en esa ley universal es la primera
gran aportacion de Heréclito. Una genialidad que ha re-
Corrido soterradamente toda la historia del pensamiento,
que ha estado detri, que subyace, independientemente de
gue hayan leido lo que de él se conserva o no, a cualquier
forma de comprensidn de lo que existe: desde Ia flosofia a
la ciencia mas reciente son, lo quieran 0 no, lo sepan 0 no,
heradliteas. Cuando Winston Churchill, que desconozco si
conocia la obra de Heréclito, en uno de sus célebres chas-
carrillos anuncia: «La salud es un estado transitorio que no
augura nada bueno», est siendo heractiteo.
Pero esa ley implica en si misma una particular ley del
devenir: las cosas no son como son (identicas aellas mis-
mas) son un estar siendo (diferentes a cada instante aellas
mismas) en funcién de esa tensidn vinculante que las
transforma continuamente en una unidad diferenciada
de ella misma, Como el fuego. Cuando en su celebérrimo
fragmento enuncia: «No es posible entrar dos veces en el
mismo rio» se reiere a eso: ni el rio tiene una identidad
que se mantenga permanentemente idéntica asi misma ni
la tiene el banista ni tampoco la tiene la zambullida, por
masque nuestro lenguaje con su sistema de categorias y de
esencias universales ¢ inmutables, respaldado por la linea
de pensamiento que parecié triunfante con Parménides y
Platén a la cabeza, nos lo quiera hacer creer. Esa es ka se-
gunda genialidad de Heréclito,
En las escuelas se suele ensehar el pensamiento llamado
que doblegar a Francia en pocas semanas,
algo que el Estado Mayor alemén dio por hecho.
‘Asimismo, los rusos tenian sin duda el derecho
de apoyar alos serbios cuando el Imperio aus-
trobtingaro les declaré la guerra, pero, si Rusia
hubiera presionado a Serbia para que dejara de
prestar apoyo a los grupos terroristas que aten.
taban contra Austria, los cafiones no habrian
abierto fuego en ese momento.
De una u otra manera, Alemania estaba en el
centro neurilgico del contficto que se avecinaba,
‘ya que era una gran potencia industrial que no,
hhabia entrado en el reparto colonial apatado por
Incorporacion posterior fecha —s» Primeras moviizaci
o
franceses ¢ ingleses décadas antes, razén por la
que exigia su puesto de privilegio en el escenario
geopolitico internacional. Tras la fundacién del
II Reich en 1871, su poder industrial y econé-
‘ico crecié vertiginosamente, lo que le permitié
dedicar cuantiosos recursos a rearmarse. «En
1914, Alemania se encontraba en una situacién
parecida a la de China hoy dia con respecto a
EE, UUs», seftala el historiador y periodista bri-
tanico Max Hastings, quien recuerda que los
poderes emergentes siempre exigen mas voz y
oto. «Los alemanes encontraban intolerable que
Gran Bretafa siguiera manteniendo el control
Alemania estaba en el centro neurdlgico del
conflicto: era una gran potencia que no haba entrado
enel reparto colonialdel mundo financiero y de los mares através de
su potente Armadar, afirma Hastings.
DEL GRAN JUEGO AL PLAN SCHLIEFFEN
En aquellos momentos, el foco de atencién del
Reino Unido estaba en sus problemas domésti-
cos; entre ellos, los que afloraban en una Irlanda
dividida, Por otro lado, Berlin no parecia temer
el poder destructivo de la potente flota britinica:
el kéiser Guillermo I afirmé que los barcos de
guerra no tenian ruedas, audiendo al escaso in-
terés estratégico de la Marina en el conflicto que
se avecinaba, cuyo desenlace, pensaba, se resol-
veria en los campos de batalla,
Hay que recordar que, hasta el 1 de agosto de
1914, los briténicos estaban en contra de entrar
cen una guerra por defender los derechos de un
pais balcénico como Serbia y que odiaban a los,
Tusos, que eran sus socios, pero también sus
enemigos histéricos en el Gran Juego, termino
popularizado por el escritor Rudyard Kipling
en su novela Kim y que fue utilizado para des-
cribir la rivalidad entre el Imperio ruso y el
Imperio britinico en su lucha por el control de
Le Petit Journal |
FACTORES. La anexién de Bosnia- Herzegovina
poor el Imperio austrohungaro en 1908 (arriba) fue
no de los factores desencadenantes del conflicto
‘euyo detonante final fue el atentado contra el
archiduque Francisco Fernando de Austia (dcha).
EL KAISER GUILLERMO II
acido on 1859, estudié Derecho publica en la Universidad de
Bonn y apronlé instruccion militar on la ciudad de Potsdam,
J Ascendié al trono en 1888 y defendié una monarquia absolutis-
ta, o que le enirenté a Bismarck, que se vio oblgado a dimitr de su
cargo de caneiller. Guillerma Il era nieto de la reina briténica Victo
fia y sentia resentimiento por el predominio que tuvieron en el mun:
do su hijo Eduardo Vil y su nioto Jorge V, emperadores de la India.
‘Ademds de aislar a Alemania del exterior, el Kaiser provocd al on-
frentamiento con Rusia y Gran Bretana. Fue un hombre débil que,
desde 1906, se dei influr por su jefe de Estado Mayor, Helmuth von
Moltke, quien lo convencié de que el Plan Schifen permitra entrar
a Alemania en un conflicto bélico y ganarlo. El Kaiser na hizo nada
Para impedir que Austria declarase la guerra a Serbia, lo que prec
pits la tragedia global. Entre las condiciones dol armisticio que puso
fina la Primera Guerra Mundial estaba su abdeacién. Se elugié en
Holanda, donde muri en 1941
Asia Central y el Céucaso durante el siglo xrx.
Por esos y otros factores, el jefe del Estado Ma-
yor alemén, Helmuth von Moltke, pensé que
Inglaterra no iba a suponer un problema. Ade-
‘mis, la intencién de Berlin era ganar la guerra
rapidamente, lo que restaba importancia >
MurHSTORA 19ics
Peas
2OMUTHISTORA
A miles de km del escenario bélico europeo, Japon
declar6 la guerra a Alemania el 23 de agosto de 1914
>al frente naval o a la posibilidad de que los
navios briténicos impusieran un bloqueo a Ale-
mania, como finalmente ocurri6, Afios antes de
{que se prodiujera el estallido de la guerra, Moltke
‘convencié al kaiser Guillermo II de que Alema-
nia podia ganarla, Su mayor argumento era el
fantasioso plan que ides Alfred von Schlieffen
en 1905, que preveia el avance de los ejérci-
tos del Reich a través de Bélgica para penetrar
en Francia, ocupar los puertos del norte, desde
Dunkerque hasta el Havre, y virar hacia Paris pa-
ra envolver al ejrcito enemigo.
La derrota francesa debia producirse en pocas
‘semanas, antes de que los rusos hubieran movil
zado todas sus tropas y pudieran iniciar el ataque
cen el frente oriental; a ejectcién de esa estrate-
gia y el apoyo militar del Imperio austrohiingaro
facilitarian la victoria a la ‘Triple Alianza, Pero el
Plan Schlieffen no podia funcionar en un mundo
‘que habia revolucionado el poder destructivo de
las armas y en un momento en que los ejércitos
no sabian utilizar las nuevas tecnologias de trans-
porte y comunicacién.
‘SARAJEVO, EL DETONANTE
«Para mi, la gran ironfa es que Alemania disfru-
taba de tal éxito econémico e industrial en 1914
que, sino hubiera habido una guerra, habria do.
minado a Europa en tan solo veinte afios, y 10
hhabria hecho de una forma pacifica, sin disparar
‘un solo tiro»,afirma Hastings. El Kaiser, que rei-
nnaba en una autocracia militarizada, no entendié
que su Imperio era el que mas tenia que perder
sifinalmente las grandes potencias se enzarzaban
cen una hicha sin cuartel,
El hecho dle que los monarcas europeos fueran
parientes parecia raz6n suficiente para frenar
esa terrible posibilidad. El Kaiser y su primo
politico, el zar ruso Nicolds Il, mantenian una
correspondencia regular en la que se llamaban
respectivamente en inglés Willy y Nicky. Todos
estaban emparentados y muchos de ellos tenfan
lazos con la familia real britanica que parecian
indestructibles. Pero esos vinculos familiares
saltaron por los aires en Sarajevo, capital de Bos-
nia- Herzegovina, el 28 de junio de 1914
Aquel dia el archiduque Francisco Fernando de
‘Austria, heredero del Imperio austrohiingaro, y su
‘mujer Sofia fueron tiroteados por Gavrilo Pris
:miemibro de un comando serbo-bosnio manejado
en la sombra por Dragutin Dimitrijevic, respon-
sable del Servicio de Informacion serbio, y por
extremistas de la sociedad secreta Mano Negra
El objetivo del magnicidio era asestar un golpe
al Imperio y facilitar asi la creacién de la Gran
NO ALA GUERRA
(0s escasos objetores de conciencia biténicos,
franceses y alemanes fueron recluidos en prisién,
jbajo la amenaza de acabar frente a un peloton de
{usilamiento. La Internacional Socialista también in-
tents frenar aquella locura que iba a enirentar 2 los
trabajadores europeos, pero en los partidos socialis-
tas de cada pas primé el espirtu de unidad nacio-
fal. E15 de junio de 1916, el fidsofo inglés Bertrand
Russell fue sometide a jicio por un alogato a favor
{el stespeto por la conciencia del individuo> en ot
‘oval apoyata la objecién al servicio militar, algo q
‘chocaba frontalmente con fa idea palritica de unidad
nacional, Por su parte, el escritor George Bernard,
‘Shaw hizo gala de humor briténico al publicar un ar-
ticulo en el que instaba a los jévenes de ambos ban-
dos a fusiiar a sus ofciales y regresar a casa, lo que
desaté las ras de los sectores mas patrioteros. El es-
Citlor J.C. Squire pidié que lo emplumaran, a fo que
‘Shaw respondid con cinismo que, side verdad Gran
Bretafia queria acabar con Alemania, el método ra-
ional pasaba por matar a todas sus mujeres.Serbia, una nacién que reuniese a todas las po-
blaciones eslavas que permanecian hasta aquel
‘momento sometidas al poder de los Habsburgo.
Un mes mas tarde, Austria declaré la guerra a
Serbia, lo que decidis al zar Nicolis Ila intervenir
en el conflcto, ya que habia prometido defender
los intereses de la nacién balcanica. Alemania,
que foments el fervor guerrero de los austriacos,
vio la oportunidad de declarar la guerra a Rusia,
contra la que iba a tener que enfrentarse antes 0
después. Creyendo que Inglaterra no entraria en
elconflicto por un pequerio pais balcénico, el Kai-
ser ysu Estado Mayor centraron su atencién en el
ataque a Francia y Rusia
Los militares alemanes tenian la certeza de que el
zar tardaria mucho en movilizar a sus ejércitos,
lo que les permitiria abrir un frente occidental
contra los franceses, alos que esperaban derrotar
dde manera fulminante. Berlin contaba con la in-
accién de Londres, pero se equivocd. La violacién
de la neutralidad de Bélgica provocé la reaccion
briténica, que aporté su flota al esfuerzo de gue-
ra, lo que proporcioné a los paises de la Entente
(Francia, Reino Unido y Rusia) la superioridad
en los mares. La primera semana de agosto de
1914, cuando los imperios iniciaron las hostili-
ddades, masas de jévenes invadieron las calles de
las capitales europeas para festejar el estallido
de la guerra. Al mismo tiempo que los parisinos
gritaban «Todos a Berlin!», una gran multitud
reunida en la Odeonplatz de Miinich mostraba
su entusiasmo ante el lamear de las banderas. El
mundo parecia haberse vuelto loco.
EL ESCENARIO ASIATICO
A miles de kilémetros del escenario bélico euro
peo, el 23 de agosto de 1914 Japén declaré la
guerra a Alemania para interyenir en la base na
val alemana de Kiao-Teheou, lo que le permitiria
tener influencia en la provincia china de Chan
Toung. Temeroso de la reaccién de EE. UU.,
Tokio tranquiliz6 al presidente Woodrow Wilson
asegurdndole que no tenia ninguna ambicién te-
rritorial en China, lo que era absolutamente fals.
Franceses e ingleses pensaron que esa jugada les
podria beneficiar en el frente occidental, si Japon
se avenia a enviar tropas a Europa, Pero la emer-
gente potencia asidtica solo queria satisfacer sus
Intereses directos, que no eran otros que contro
lar una vasta regién china, El drama estaba
servido, La gran carnicerfa iba a ser global. Mt
FERVOR
PACIFISTA.
En a imagen,
‘el politico y
sindicalista
socialist
‘escocés James
Keir Hardio en
tun min contra
la guerra (2 de
‘agosto de 1914)
‘en Trafalgar
Square
Londres.
MUYHSTORA 21Las zanjas abiertas desde Suiza al mar del Norte eran 4
el escenario del horror cotidiano para los combatientes
de ambos bandos. ba’tién oie ter-s ouleleel cs
armamentistica ayudaba a la defensa, peye el fuego. Vv
Meteo: eed RTS pol are
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eryFRENTE
OCCIDENTAL.
Gon mas de un
rmilén de bajas
entre ambos,
‘bandos, la
batalla del
Somme de 1916
fue una de las
mas largas y
sangrientas de
la Primera
(Guerra Muncial
Ena imagen,
soidade
britanico de ta
Primera Guerra
‘Mundial en las
trincheres en el
‘Somme, el
norte de
Francia
2AMUTHISTORA
ieciséis millones de muertos, entre
civiles y militares, convirtieron la Pri-
mera Guerra Mundial en uno de los
conflictos bélicos mas sangrientos de
la historia. Un ntimero de victimas de
las que buena parte se dejaron la vida
fen ese dantesco limbo entre trincheras que era
Ia tierra de nadie. Lanzados en oleadas de car
{gas imposibles contra un muro de artilleia, los
soldados eran congjillos de Indias de una nue
va forma de hacer la guerra que, en 1914 y du-
rante la practica totalidad de los afios que duré
la contienda, super6 el ingenio, las previsiones
y la capacidad estratégica de los dos bandos. El
resultado: auténticas y estériles carnicerias, que
pusieron de relieve las abrumadoras contradic-
ciones entre los planes de los beligerantes y un
arte de la guerra que se encontraba en Ia infan-
ia, y que ofrecia retos estratégicos tacticos y lo-
sisticos a los que nadie parecta tener respuesta
La Gran Guerra fue la primera contienda de tri.
cheras a gran escala. Si bien la trinchera, como
tal, estuvo presente en los campos de batalla des-
de tiempos inmemoriales, su funcién original no
eraotra que lade establecer diques de contenci6n,
ante un asedio, una suerte de ultima pantalla de-
fensiva frente a las acometidas de un enemigo
dispuesto a todo por tomar ciudades al asalto.
Como linea del frente desde la que organizar el
ataque y la defensa contra el enemigo, ls trinche-
ras aleanzaron su madurez durante esta contien-
da, aunque —si bien la experiencia fue de escasa
nula utilidad para quienes en 1914 movian las
piezas del tablero de la batalla en campo abier-
to— fue la Guerra de Secesién norteamericana
(1861-1865) la primera guerra de trincheras mo-
derna propiamente dicha,
EL EJEMPLO AMERICANO
En el conflicto americano, por primera vez los
ejércitos dejaron de confrontarse en campo abier
to, conscientes de la capacidad destructiva de las
armas de fuego. Cualquier téctica militar tradi
ional se convertia en un procedimiento suicida
y obsoleto, Esto obligé al repliegue permanente
y ala apuesta forzosa por un nuevo modelo de
guerra de desgaste, interminable, de pico y pala,
en el que el ntimero de bajas se multiplicaba ex:
ponencialmente. Pero América estaba muy lejos
de la vieja Europa, y la revolucién militar que se
estaba operando en los campos de batalla de la
Guerra de Secesién pas6 fundamentalmente in.
advertida. Lo cierto es que, durante el siglo x1x,
Europa vivid un periodo de coexistencia relativa
mente pacifica entre las grandes potencias. Tras
el fin de las guerras napoleénicas, que seguian
siendo el paradigma de referencia para muchos
de los oficiales de ambos ejércitos durante la Pri-
‘mera Guerra Mundial, solo episodios aislados
‘como la Guerra de Crimea o la Guerra Franco.
Prusiana ofrecieron retos logisticos militares de
envergadura, de manera que, al estallar la Gran
Guerra en Europa, sobraban tedricos y nostalgi-
cos de Napolesn y Federico el Grande y faltaban
oficiales maduros con experiencia real en el cam:
po de batalla de un conticto a gran escala
‘SE PONEN A PRUEBA NUEVAS ARMAS
Sin embargo, los avances técnicos en el ambi
to armamentistico durante este periodo habian
sido grandiosos. Simplemente atin no habia te-
nido lugar un conflicto de esas caracteristicas
en el Viejo Continente en el que experimentar y
poner en practica las respuesta tacticas yestratéAl estallar la guerra en Europa, sobraban tedricos
nostalgicos de Napoleén y faltaban oficiales maduros
sicas que acarreaban tan notables innovaciones.
La Primera Guerra Mundial fue el primer con-
flicto de «alta tecnologia». ¥ como tal, pilld a
contrapié a propios y extraftos, planteando de-
safios nunca antes conocidos en un campo de
batalla. Desde mediados del siglo xrx, se habian
producido avances decisivos en el ambito de la
tecnologia armamentistica. La invencién del
fusil de retrocarga, que permitia un incremen-
to sustancial en la velocidad de disparo y en la
precisién, permitia la carga del arma tumbado,
desde el suelo (a diferencia de las armas de avan-
carga, que se cargaban por la boca del arma).
Esta innovacidn cambio por completo el pano-
rama de los campos de batalla, En las décadas
sucesivas hicieron acto de aparicién la pélvora
sin humo (que no delataba la posicién del tira-
dor), la bala en punta o las armas de repeticién,
que revolucionaron los combates cuando en
1862, en el transcurso de la Guerra de Secesién,
A SIEGE BATTERY FRICOURT AUG 1916
tun médico llamado Richard J. Gatlin patenté la
primera ametralladora de la historia, Este primer
prototipo era pesado y aparatoso, pero en los
alos sucesivos se fue aligerando progresivamente
hasta convertirse en una letal arma portatil que
iba a marcar un antes y un después en la historia
de la contienda,
La artilleria mévil habria de convertirse en la
gran protagonista de los combates, hasta el punto
de que, durante la Batalla del Somme, el bando
aliado desplegé un total de hasta mil seiscientas
piezas que escupieron en el transcurso de una
semana més de un millén y medio de proyec-
tiles, causando autenticos estragos. La artillerfa
se convirtié asi en un arma defensiva incontes-
table. La ametralladora, desplegada en primera
linea del frente, era capaz de disparar entre qui-
nientasyy setecientas balas en tan solo un minuto,
con un alcance de mas de quinientos metros.
Cualquier carga de infanteria (no digamos >
ARTILLERIA
PESADA.
‘Obuses
britanicos de
8 pulgedas,
sicparan contra
los alemanes,
durante la
Balalla dol
Somme, en
agosto de 1916,
MUP HSTORA 25DESPLAZA-
MIENTOS
BELICOS. En
la foo, coches
bbindados que
parien en una
rmision de
recondcimionto
en Bietvilers
durante fa
segunda Batalla
{del Somme en,
el Frente
Occidental
2eMUTHISTORA
> de caballeria) era poco mas que una manio-
bra suicida condenada al fracaso. La artilleria
mévil, en la préctica, convirtié la contienda en
un frustrante (y sangriento) enfrentamiento
de posiciones en el que cualquier avance era
respondido con una lluvia de proyectiles que des.
mantelaba sistemitica y brutalmente cualquier
intento de tomar las lineas enemigas, dejando en
el proceso el campo de batalla leno de crateres,
completamente impracticable; con la inestimable
colaboracién de la lluvia, que convertia la tierra
de nadie en terreno absolutamente intransitable
MENOS BREVE DE LO QUE SE PENSABA
Las trincheras se convirtieron en un auténtico
infierno que ni el militar més avezado fue ca
paz de prever. En 1914, todas las partes asut
que la Gran Guerra seria un conflicto breve,
«que habria de dirimirse con las mismas reglas
y procedimientos de las guerras de principios
del siglo xrx. Imperaba entre los altos mandos
de ambos bandos la vision romantica y heroica
dela guerra, en la que el valor, la disciplina y el
heroismo anacrénico de las cargas frontales de
infanteria y caballeria serfan los que decantarian
la balanza de uno u otro lado, en una serie de
batallas campales limitadas en espacio y tiempo.
Sencillamente, nadie se tom6 la molestia de es-
tudiar a fondo precedentes tan explicitos como la
Guerra de Secesin,
LA REVOLUCION DE LA ARTILLERIA MOVIL
Nadie supo valorar el extraordinario impacto
que los progresos tecnolégicos en la industria
armamentistca habrian de tener en un conflic-
to de estas caracteristicas ni calibrar las nuevas
necesidades estratégicas que esta nueva manera
dde matar y hacer la guerra comportaban, Por
increible que pueda parecer, las nuevas y ltales
armas de fuego no se tradujeron en variacién
alguna de las viejas tacticas de combate, Ningdn
estratega supo entender que era necesario adap:
tar el ataque yla defensa el equlibrio de fuerzas
y el papel tradicional de infanterfa y caballeria
a un nuevo escenario. En él las maniobras habi-
tuales en campo abierto quedaban, y de hecho
ya habian quedado, completamente obsoletas.
Las trincheras fueron, en buena medida, el
resultado de este estéril enfrentamiento de des-
gaste, Eran la expresién de impotencia ante la
constatacin sobre el terreno de una realidad in
soslayable: la revolucién de las armas de fuego, laNingdn estratega supo entender que era
necesario adaptar el ataque, la defensay _
el equilibrio de fuerzas a un nuevo escenario
cexcepcional capacidad destructiva dela artilleria
miévil o los fusiles de retrocarga no habian ido en.
‘modo alguno acompahados de una revolucion
aitélogd en el Ambito de la movilidad de las tro-
ppas. Como resultado de ello, el defensor siempre
gozaba de una ventaja que el atacante no tenia
capacidad de neutralizar. Lo que se estaba pro-
@uciendo durante la contienda era una transicion
de un conflicto en el que el misculo humano y
animal llevaba la voz cantante a una guerra en la
que mandaban las méquinas. La respuesta ante
esta inagotable capacidad de destruccién a gran
escala era la fosilizacién en forma de trincheras
de los frentes, la proliferacién de minas y alam-
bradas de espino y la obstinada inconsciencia de
los altos mandos en buscar soluciones viejas a
problemas nuevos convirtiendo la tierra de na-
die en un matadero, una montatia de cadaveres
de soldados de infanteria empujados a cargar a
Ja antigua usanza y sucumbir en inconmensura-
bles masacres, bajo una Iluvia de proyectiles de
ametralladora. El tradicional equilibrio entre la
potencia de fuego y las maniobras disefiadas pa-
ra neutralizarla qued6 totalmente roto en favor
de la primera. El aleance de las nuevas armas y
la velocidad de disparo era un reto inasumible
para la limitada movilidad de unos ejércitos cuya
maxima velocidad de desplazamiento era el ga-
lope de un caballo, que seguia siendo, pese a st
inexorable ocaso como arma de guerra durante
el conilicto, el medio de locomocién y transporte
‘mis recurrente, al menos hasta la progresiva >
GASES
LETALES. La
Gran Guerra fue
‘también un
campo experi-
mental en le!
empleo de
armas quimicas.
Los franceses
fueron los
primeros en
Ublizar este tipo
de arias,
coneretarmente
gases
Tacrimagenos
que se lanzaban
al enemigo en el
Interior de una
granada,PESIMA
HIGIENE.
Eni imagen
bajo estas
lineas, las
fetrinas de un
‘campamento de
prisioneros
franceses corca
de Warzburg
(Alemania)
La imagen del frente en
cruzado no se corresponde con la realidad
> incorporacién en los iltimos compases de la
‘guerra de aviones de combate, tanques y vehicu-
los motorizados.
INTERMINABLES METROS DE ZANJAS
Por otro lado, la acumulacién masiva de hombres
alo largo del frente hacia materialmente imposi
blela tradicional busqueda de técticas para hallar
puntos debiles en la linea enemiga por los flan
cos. La sinica téctica consistia en la acumulacién,
de hombres en las trincheras y el lanzamiento de
ccargas suicidas sin orden ni concierto.
Yaa finales de 1914, el frente occidental se ha-
bia establizado alrededor de dos interminables
trincheras paralelas y semipermanentes que se
cextendian desde la frontera suiza al mar del Nor-
te. Entre medias, un impenetrable infierno de
fuego ctuzado que ningiin estratega encontraba
Ja manera de sortear. Los viejos equilibrios de la
guerra estaban rotos, pero nadie era comisciente
de ello cuando estallé la contienda.
Millones de caballos murieron durante la Gran
‘Guerra. A lo largo de los cuatro anos de contienda,
hhabian pasado de ser los grandes protagonistas del
campo de batalla a oscuros actores secundarios. En
‘poco tiempo, al menos en el frente occidental, se
convirtieron —ataviados, como los soldados, con
maiscaras de gas— en meras bestias de carga. Sin
‘embargo, en las primeras fases de la contienda se
produjeron algunas cargas de caballeria de vie~
jo cufio, E17 de septiembre de 1914, en Moncel
tuvo lugar la ultima gran batalla entre lanceros &
caballo antes de que ambos bandos constataran
laevidencia. Durante meses, los soldados de ca-
balleria permanecieron en la reserva, hasta que
fueron obligados a desmontar y a incorporarse
al frente como infanteria, La era de la caballeria,
hhabia tocado a su fin, No habia lugar para los cor-
celes entre los créteres de la tierra de nadie.
En realidad, en ese infierno de fango y alambres
de espino, cementerio de proyectiles usados, no
habia tampoco lugar para los seres humanos.
Pero no quedaba otra alternativa mas que adap-
tarse. La imagen del frente en una nube perpetua
de fuego cruzado no corresponde demasiado &
la realidad. La mayoria del tiempo no habia
demasiado que hacer en aquellas inhabitables,
trincheras. Los dias eran eternos, bajo el frio y
Ia Iluvia y el estrés de una amenaza inminente
«que la mayoria de los dias no se materializaba. EL
sueio era esporidico y muy escaso. La noche era
el momento de poner orden en la tierra de nadie,
reparando las alambradas 0 achicando el agua de
las trincheras inundadas por la lluvia. La higiene
cra pricticamente inexistente.UN GIGANTE ACORAZADO: EL TANQUE MARK IV
ra de las caracteristioas dafinitorias _vesarla tierra de nadie derrbando alam- _ademyis como una eficaz arma psioolé-
dela Gran Guerra fue la revolucion brads y manteneree inmune al fuego de ica, hasta que fiaimente en la Batalla
Tecnot6gica que propicié la eclosion las ametralladoras. La primera aparicién de Cambral, el 20 de noviembre de 1917,
4 la atileria movi y la aparicin en ba-
fallade la avian y de los carros arma-
dos. Los tanques fueron una invencién
briténica, una respuesta alas dificltades
‘especiticas propias de las batalas de la
ccontienda, Este vehiculo autopropulsado
tor
Semaforo
= de senate
=
POTTY
A
\e
ESCENARIO SORDIDO Y TERRORIFICO
‘Apenas habia acceso a agua limpia, por lo que el
asco era un lujo al alcance de muy pocos. El cli
ma era extraordinariamente hostil, y la lluvia
convertia la trinchera y sus alrededores en un
lodazal aderezado con los excrementos de los
soldados o los cadaveres y miembros matilados
de los caidos, Un terreno, pues, abonado para las
ratas, uno de los mayores enemigos de los suf
dos combatientes de la Gran Guerra, al igual que
Ja disenteria o la llamada «fiebre de las trinche-
‘en escena de! tanque se prodyjo en sep- _comenzaron a asumir gran protagorismo
tiembre de 1916, durante la Balalla del _y dejaron de ser una simple arma exper-
‘Somme. Se tralaba del Mark|,trpulado mental. Ta fue su impacto que, de hecho,
Por ocho personas con escasa manio- los carros armados terminaron con la
Drablidad.Sibien|os tanques hicieron _ guerra detrincheras,iniando una nueva,
una entrada tardia en el confit, su uso era enlahistria de los confictos balicos.
nia como fn eruzarlas rinchoras, atra- $9 extendié poco @ poco, consolidndose
Vga anti-
obsticulos:
Modelo Mark
wast)
Soportes
ras», transmitida por los piojos, 0 el «pie de
trincheray, consecuencia del transito continuado
por un terreno hiimedo y enfangado, y que pro
vocaba la pérdida de dedos ¢ incluso del pie
completo en algunos casos. Las heridas por fuego
enemigo eran con frecuencia letales, ya que se
mejante escenario era un paraiso para las
bacterias. Las trincheras eran, en fin, un cuadro
sérdido y terrorifico que condensa como ningu
na otra imagen el rostro apocaliptico de una
nueva forma de hacer la guerra, [2
Mur HSTORA 29Bala ae aoim On
Las matanzas de la Gran Guerra no se entienden'ein
las innovaciones armamentisticas fruto de la Revoluci6n
Industrial. De entre todos los inventos que salieron de las
Loto CL Mol eRe eRe ee RM OAS EOE
See ot con Reo cee ce ao eer
Mae creat lg ie W aca cUaecmll cueceNeicu)
escala en esta contienda y con brillantes resultados
Arter metho
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ere wera
Sent nee
ee ents
Peel
oeBAJAS
CIVILES.
Camara
alemana
seribé un
bugue
‘americano de
ppasajeros, e!
Lusitania,
7 de mayo de
4915. En la foto,
britdnico esta a
laescucha a
través de un
hicrotono a
bordo de un
acorazado de la
Royal Navy,
LENTOS,
PERO MUY
PELIGROSOS.
En sta infografia.
dl submatino
aleman U-1 (de
este modelo
solo ge fabrics
una unidad) se
pueden apreciar,
‘en un corte
transversal,
todos los
dotalles de su
‘estructura y
funcionamiento.
2MUrHISTORA
esde la segunda mitad del siglo xrx,
todas las potencias tenian buques de
acero, Debian combinar el grosor de
su coraza, la potencia de fuego de sus
cafiones y la velocidad, pues a mayor
magnitud de los primeros elementos,
més lentitud en la marcha del navio, Asi surgie-
ron los acorazados, torpederos, destructores... y
los submarinos. Los primeros debian asegurar el
dominio de sus respectivas armadas con sus po.
erosos cafones y batir al enemigo a distancia
Sus planchas de acero de més 60 mm de espesor
les conferian proteccién, pero tenian el proble
ma de la punteria, ya que, aunque su artilleria al:
canzaba los 32 km, era dificil apantar con aguas,
agitadas, porque los telémetros solo permitian
Sern me Cn
Los alemanes
mejoraron el tamafio,
la velocidad y la
capacidad de inmersion
de sus submarinos
paises neutrales, Solo podian responder con febrero se intensificé la ofensiva. Incluso Espaha
lineas, cuatro torpederos, que atacaban cuando el sumergible perdi el 20 % de sus mercantes. El maximo de
snoton praas. ‘emergia para recargar baterias y reabastecerse. hundimientos se alcanzé en abril con 860 000
sonuncazs Desde iicios de 1915,losalaques se centraron _toneladas, pero a partir de entoncs fueron des-
fque lore fen los mercantes. Las operaciones también se _cendiendo. Los aliados organizaron convoyes de
dertbar un trasladaron al Mediterrineo —a llamada «Floti-_ mercantes escoltados y los astilleros germanos no
Albatros lia de los 30»— con igual éxito paralosalemanes. _ podian compensar los sumergibles destruidos
ae ‘También comenzaron a ser objeto de ataques En 1918, Alemania estaba agotada y la aparicion
ren barcode passjeras sospechasos de'traneportar’ delos peimeras hidriimas ol pevfeccionamnien=
Seine suministros bélicos. to de as cargas de profundidad dificultaban cada
ESTANCAMIENTO MILITAR
Enmayo de 1915 fue hundido el trasatkintico Lu-
sitania, de 32.000 toneladas, causando la muerte
de casi 1200 personas; entre ellas, 128 norteame-
ricanos. Ello desaté una campaia internacional
{que predispuso a EE, UU. a romper su neutrali-
dad, lo que hizo que Berlin ordenase limitar las
‘operaciones, aunque se demostré que el barco
transportaba abundante material de guerra. En
1916 la ténica fue similar, pero el estancamiento
militar era letal para Alemania y en octubre se
volvié alos ataques sin restricciones;en solo tres
meses, se hundieron casi 15 millones de tonela-
das, Viendo que Estados Unidos iba a entrar en
Ta guerra, como sucedié en abril de 1917, desde
vex, mas sus acciones. Con la guerra perdida, los
submarinos regresaron a sus bases. Se habian
perdido 202 U-Boote y con ellos unos 5000
hombres, aunque habian echado a pique a 7400
bbuques, de los que 104 eran de guerra, sumando
11,7 millones de toneladas hundidas.
Rapidamente los aviones, junto con los globos cau-
tivos ylos zepelines, hicieron su aparicién; fueron
‘muy utilizados por parte de ambos bandos. Eran
pocos, solo unos $50 aviones y 40 dirgibles en total,
pero demostraron su utilidad como observadores
de las fuerzas enemigas y correctores de tro artille-
10, Debido a la pronta estabilizacién de los frentes,
la exploracién era casi imposible a cargo de patru-
Is terrestres, por lo que las fotografias desde el aire
se hicieron decisivas Porello, también se convitie-
ron en objetivos a batir por parte del enemigo,
eas imncve, LA BATALLA NAVAL DE JUTLANDIA
ee vere a 131 de mayo de 1916 se produ ol combate naval mas grande de a guerra,
| Dataln Fst mere carson rt a etna ao
ritdnia (151 buques, de los cuales 24 eran acorazados) Iba a interceptar
ala alemana (99 y 22, respectivamente), que trataba de romper su bloqueo y al-
‘canzar ol mar del Norio.
Laartleria naval grmana fue superior en alcance y punteriay asi causé 14 hun-
y Luxemburgo. ¥ no seleccioné el lugar al
albur; sabia que la ciudadela era clave para el
fenemigo y que el generalato «destinarfa a todos
los hombres que tuviera» para su defensa antes
de plantearse dar un solo paso atrés. «El final de
esta guerra se decidira en Verdin», advirtié Gui
lermo Il ¥ no le fltaba raz6n.
Fue el 21 de febrero, de buena mafana, cuando
Von Falkenhayn inicié las hostilidades con una
sinfonia tocada por 850 cafiones de gran cali
bre adscritos al V Ejército. Tras nueve horas de
‘buses, 140 000 soldados avanzaron hacia las
defensas de Verdiin. «Resistiremos frente alos
‘boches, aunque su bombardeo es infernal»,
afirmé esa noche un oficial. Fue un augurio
acertado, aunque les supuso sangre y esfuerzo.
‘Cuatro jornadas después, Ios germanos conquis-
taron a posicién de Fort Douaumont, ubicada en
las cercanias de la ciudadela, ycortaron la Linea
ferroviaria que nutria de municién y vituallas la
fortaleza, El golpe hizo que el Alto Mando fran-
cés pusiera al frente de las operaciones a uno de
‘sus generales mas populares y queridos: Philipe
Pétain. Este hizo honor a su fama organizando
LAS TRINCHERAS DEL INFIERNO». £1
principal propésito dela batalla del Somme, una de
Jas mas largas y sangrientes de la guerra, era distraer
alas tropas alemanas de la batalla de Verdin. En la
imagen, soldados franceses en maniobras en 1913.
la llegada de suministros y refuerzos a través de
3000 camiones que fueron apodados como la
“Via sagrada,
Ambos ejércitos se desangraron en los diez
meses que se extendid aquella locura. Se cal
cula que, en las primeras semanas, un soldado
aleman moria cada 45 segundos. «En una fosa
yacen un montén de cadaveres. Algunos cuerpos
estn despedazados. En el montén hay miembros
sueltos, descuajados del tronco», escribié el co-
rresponsal espaol Gaziel, Entre abril y mayo, los
germanos continuaron librando cruentos com:
bates en la orilla izquierda del rio Mosa. Aunque
11 de julio el Alto Mando detuvo los mandobles
para enviar hombres al Somme, donde los alia-
dos habian lanzado una ofensiva para aliviar la
presion de Verdin
Los asaltantes intentaron dar un nuevo aire a
la operacién con la sustitucién de Von Falken-
hayn, pero no sirvié de nada. A partir de octubre
comenzaron los contrataques galos, que recu
peraron el territorio perdido y estabilizaron el
frente. Elfin de la batalla llegé el 18 de diciembre,
con 434 000 bajas teutonas por 543.000 france-
sas. Una auténtica escabechina recordada en
todos los libros de historia.
TANQUES Y DOLOR
Unos 350 kilometzos al noreste de aquella forta-
leza, cerca de la costa gala, los aliados tambiénplaneaban desde 1915 ejecutar una ofensiva
que terminara con el estancamiento del con-
flicto, Sin embargo, el ataque en Verdun obligé
a adclantar los planes. La operacidn comenzé el
1 de julio de 1916, cuando, en una hora, dejaron
caer sobre las posiciones alemanas ubicadas en
el rio Somme un cuarto de millén de proyec-
tiles. Boom, boom, boom. La descarga fue tan
colosal que se oy6 al norte de Londres. Después,
14 divisiones britanicas se lanzaron al asalto re-
forzadas en el flanco derecho por el VI Ejército
francés. El Alto Mando estaba convencido de
que las defensas habrian quedado destruidas:
un terrible error. En una de las jornadas mas
sangrientas de la guerra, los ametralladores
germanos acabaron con la vida de 20 000 anglo-
sajones. «Lloré cuando vi cémo segaban a mis
compaiieros como si fueran hierba», escribié el
soldado H. Bury.
A pesar de todo, la ofensiva continud du-
rante varios meses, y con la leccién de la
cautela aprendida. Las tropas de la Common-
‘wealth —entre las que se incluian australianos,
canadienses y neozelandeses— se emplearon a
fondo en los combates posteriores y se hicieron
con las posiciones de Poziéres y Delville Wood.
Por su parte, el comandante alemén, el general
Fritz von Below, acrecenté la sangria al impedir
asus hombres retirarse. «El enemigo deberd
abrirse camino entre cadaverest», ordend. El
resultado fueron 330 ataques y contrataques
protagonizados por sus tropas alo largo de un
frente amplisimo; tanto, como para considerar
que el Somme aglutiné 12 batallas diferentes
Las cifras no engaiian: entre el3 y el 13 de julio,
Ja Entente lamenté 25 000 victimas. El titulo que
el soldado Jack Bourke puso a una carta envia
da desde alli resume los sentimientos de unos
y otros: «Estoy en las trincheras del infierno»
Pero aquella regién no ha pasado a la historia
tan solo por la ingente cantidad de vidas que
se trag6, sino porque en sus campos también s
utiliz6 por primera vez un arma tan devastadora
como el carro de combate. Fl 15 de septiembre
de 1916, el soldado Harold Macmillan vio como
49 de aquellos «objetos extrafos» avanzaban a
través de las defensas alemanas en Flers-Cou-
reelette. Estos ingenios, del modelo Mark-I,
estaban destinados a aplastar el alambre de pitas
y dar cobertura ala infanteria. El debut de
EI Alto Mando francés puso al frente a uno de sus
generales mds populares y queridos: Philipe Pétain
BATALLA DE
VERDUN.
Librada del 21
de febrero al 18
de diciembre de
19161 fue la
mayor y mas
larga batalla de
la Primera
(Guerra Mundial
‘en el frente
‘occidental entre
los ejreitos
‘aleman y
frances. Ariba,
soldados
franceses en
una trnohera,
hacia 1916.
Mur HSTORA“EL INFIERNO
NO PUEDE
SER TAN
TERRIBLE.
Un tenionte
francés en
Verdun escribis
fen su diario el
23 de mayo de
4916; La
hhumanidad [.]
debe estar loca
por hacer lo que
festé haciendo,
Qué masacrei,
‘Campo de
batalla de
Verdin desde
Fort dela
(Chaume, hacia
el noreste, 1917,
>los tanques fue agridulce; los anglosajones
desconocian que acababan de cambiar la guerra
ppara siempre. La batalla del Somme acabé el 18
de noviembre por culpa del mal tiempo. Para
éentonces, los dos bandos sumaban un millén de
bajas. ¥ todo, por una porcidn de territorio de
apenas diez kilémetros.
EE. UU. SE DESANGRA
Los meses siguientes trajeron consigo una serie
de ofensivas que apenas produjeron cambios en
€ltablero internacional, aunque si una enorme
cantidad de muertos. E131 de julio de 1917, el
mariscal de campo britinico Douglas Haig lide
16 un ataque en las cercanias de Ypres, al sureste
de Bélgica, que buscaba romper las lineas ger-
‘manas y acabar con sus bases de submarinos en
la costa, Todo acabé en desastre: la contienda
se estancé hasta el 10 de noviembre de ese mis.
mo afio y los dos bandos contaron un millén
de bajas entre muertos, desaparecidos y heridos.
Acto seguido, los germanos intentaron que los
aliados retrocedieran en el frente occidental
‘mediante varios asaltos orquestados durante la
primavera de 1918. La finalidad era dar un gol-
pe de mano antes de la llegada de los EE. UU.,
recién entrados en el conflicto, y duleificar sus
derrotas en Rusia. Se hicieron con unos pocos.
Kilémetros de tierra, pero poco mis.
La respuesta fue definitiva, Tras el desembareo
de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses
(AEE) en el viejo continente, el comandante su-
premo aliado, el mariscal galo Ferdinand Foch,
DARDANELOS: LA PEOR PESADILLA DE CHURCHILL
un respi. Tras la debacle de Nico-
as en Tannenbera, los integrantes
{dela Entente se propusieron golpear al
Imperio otomano,recien entrado en ls
{de ado de Alemania, para air una ru=
{a de suministros que nutrera de armas
al maltrecho ejécito uso. Elartiice del
plan fue Winston Churchil, por entonces
primer lord del Almizantaago, y lo certo
‘85 que derrochaba compiejdad. El inglés
pretencia que una fota se abriera paso a
través de las posiciones defensivas que
protegian el estrecho de los Dardanelos:
tna vez all, los buques avanzarian hasta
‘Constantinopla para obligar al enerigo a
rendirse. Casi nada,
La loyal Navy’ recogié el quante y neu-
‘raliz6 parte de las baterias turcas en
marzo de 1915, pero le results imposi-
bie atravesar los estrechos por culpa de
unos campos de minas que costaron la
dostruccion de seis acorazados. A partir
‘de entonces, la operacion se recon
‘en un desembarco anfibio en la peniasu-
la de Galipoi. una extension de terra de
‘apenas 18 kiometros al norte de los Dar-
H asta los milenarios zares necesitan
aemurnistons
La operacér
lider local, Mustafa Kemal
MuvHSTORA aT