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SEMINARIO: LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO.

GENERALIDADES SOBRE LOS DONES ESPIRITUALES.

Fundamento básico.
Jn 1:12  hijos e hijas de Dios.
1 Cor 12:1-21  miembros del Cuerpo de Cristo.

Dos aclaraciones respecto a los dones espirituales.


En general, todo lo que recibimos de Dios. (1 Cor 4:7, Rom 11:36, Heb 11:3).
Específicamente, las habilitaciones de Dios para el servicio a El y a los demás.
En la enseñanza tradicional, no se incluyen todos los posibles, solo los que están
listados en tres grupos de dones en la Palabra.

Definición (1 Cor 12:4-7, 19-31,


Es el equipamiento específico que Dios le da a sus hijos e hijas para la reconciliación
de todas
las cosas con El (el establecimiento del Reino de Dios –Mat 6:9-10-; la redención de
toda la
creación –Rom 8:19-21-)
Don  capacidad o función específica  regalos de la gracia (Rom 12:6, Rom 8:32) que
operan por la gracia (Mat 10:8).
Requieren fidelidad y responsabilidad  desarrollo, efectividad.
Son oportunidades de servicio.
Son irrevocables (Rom 11:29).
Propósitos:
• Luc 4:18-19, Efe 4:11-16,
• Col 3:23-24.
• Mat 6:9-10, Gen 12:2-3.
Operaciones  las consecuencias prácticas o resultados de la acción de los dones.
Ministerio  la operación sistemática, permanente y especializada del don.

Nuestra actitud hacia los dones.


En general  honra, aprecio, agradecimiento y reconocimiento como regalos de la
Gracia de Dios en nuestro beneficio --> de ello deriva:
• Conocerlos bien, familiarizarnos con ellos  1 Cor 12:1, 4-7.
• Desearlos en nosotros para bendecir a otros  1 Cor 12:31, Rom 1:11-12.
• No descuidarlos, menospreciarlos, ignorarlos y/o negarlos  1 Tim 4:14.
• Avivarlos, desarrollarlos, operarlos  2 Tim 1:6-8, Rom 11:29.

Abuso de los dones y otros problemas relacionados (1 Cor 12, 13 y 14):


La falsificación de los dones (12:3).
El orgullo (12:21).
El menosprecio o aprecio diferenciado de las personas de acuerdo al don que Dios les
ha dado (12:22-26).
La división (12:25-26).
La falta de amor (13).
El desorden (14).
Deformación, sublimación o apagamiento de los dones.
Ministrar en el don y/o el llamado incorrecto.

Operación de los dones.


Todos tenemos un don, anhelarlos.
Comenzar a servir  descubrirlos.
Desarrollar intimidad con Dios.
Conocerlos.
Buscar situaciones de bendecir a otros.
Examinar nuestro interior (gozo, satisfacción, utilidad, realización).
Haciendo que somos más eficaces y eficientes.
Esperar confirmación.
Compromiso y responsabilidad con Dios, Jesús, el Cuerpo de Cristo, la obra de Dios en
el mundo.

Clasificación.
La clasificación más usual:
• Dones motivacionales (Rom 12:4-7)
• Dones del Espíritu Santo (1 Cor 12:7-11).
• Oficios ministeriales o gubernamentales (Efe 4:11).

LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO.

GENERALIDADES.

Los dones del Espíritu Santo (1 Cor 12:7-11).


Son del Espíritu Santo, son “manifestaciones” del Espíritu Santo a través de creyentes
para provecho de los demás.
Podemos fluír en todos, pero depende de fe, madurez, conocimiento, experiencia, etc..
Son dones totalmente milagrosos.
La iglesia sin ellos es como un tronco desprovisto de miembros: ciego, sordo, mudo,
inválido.
Los creyentes sin los dones son como miembros desprovistos de vitalidad, paralizados.
Son tan necesarios y actuales hoy, como cuando Jesús estuvo en la tierra.
Clasificación, dependiendo de la función que cumplen:
Uno. Lo que Dios ve: palabra de sabiduría, palabra de ciencia y discernimiento de
espíritus.
Dos. Lo que Dios hace: dones de sanidades, hacer milagros, fe.
Tres. Lo que Dios dice: diversos géneros de lenguas, interpretación de lenguas,
profecía.

Algunas de las fortalezas a vencer para la plena manifestación de los dones.


Que son en todo caso optativos; que se puede vivir sin ellos.
Que todos los tenemos: una cosa es tenerlos (pasivo) y otra es fluir en ellos.
Los milagros se terminaron con los apóstoles.
Lo sobrenatural  armas para combatir al enemigo  los quiere neutralizar

Los dones de revelación.


Se refieren a todo cuanto está dentro de la esfera del conocimiento.
Incluyen dentro de su campo de acción todo lo que Dios conoce.
Son de revelación porque proveen información que se recibe de una manera
sobrenatural: del
Espíritu de Dios a nuestro espíritu.
Generalmente, aunque no siempre, tienen su expresión oral. Lo milagroso es la
revelación no
la expresión de la revelación.
Son los dones por medio de los que Dios enseña y/o manifiesta y/o revela algo.
Estos son dones complementarios al don de profecía y necesarios en la liberación de
creyentes
y/o incrédulos, aunque también se manifiestan independiente y adicionalmente a esas
situaciones.
Los dones que pertenecen a este grupo son:
El don de palabra de sabiduría: revelación sobrenatural de los propósitos divinos
(futuro).
El don de palabra de conocimiento: revelación sobrenatural de hechos concernientes a
personas y/o situaciones (pasado y presente).
El don de discernimiento de espíritus una percepción, visión, conocimiento
sobrenaturales de lo que está operando en el reino espiritual.

Los dones de poder.


Son los dones mediante los cuales Dios obra en el mundo natural, produciendo cosas
sobrenaturales, que se salen del orden natural de las cosas.
En muchas ocasiones, este tipo de dones actúan entrelazados unos con otros.
Los dones que pertenecen a este grupo son:
El don de fe: confianza sobrenatural para la intervención de Dios de manera
extraordinaria en el mundo natural (la fe, no el milagro).
El don de hacer milagros: intervenciones sobrenaturales en el curso ordinario de la
naturaleza (el milagro, no la fe).
Los dones de sanidades: poder sobrenatural de Dios para sanar enfermedades.

Los dones de inspiración y/o vocales.


Para manifestarse en una reunión de creyentes, salvo el de profecía que también puede,
y debiera, manifestarse en una reunión de creyentes y no creyentes.
La finalidad principal de ellos, en su empleo público, es la edificación de la iglesia.
Son los dones por medio de los cuales Dios está hablando algo en el mundo natural.
Los dones que pertenecen a este grupo son:
El don de profecía: expresar en una lengua conocida, hechos y situaciones que Dios le
está indicando, para exhortación, edificación y consolación.
El don de diversos géneros de lenguas expresarse en un idioma desconocido, angelical
o humano, sin que tenga un conocimiento previo del mismo.
El don de interpretación de lenguas: declarar el significado de lo que se está hablando
en otras lenguas que para él no son conocidas.

PALABRA DE SABIDURÍA.

Lo que es:
Conocimiento sobrenatural aplicado sobrenatural y divinamente.
Se refiere a los hechos futuros en la mente de Dios.
Es la revelación sobrenatural del propósito de Dios concerniente a personas, cosas o
eventos en el futuro o que señalan al futuro y de aquellas órdenes e instrucciones que
Dios da a las personas, derivados de su conocimiento de tales eventos futuros.
Puede manifestarse mediante la voz audible de Dios, visitación angelical, sueños,
visiones, y/o a través de la manifestación de los dones espirituales de profecía, lenguas
e interpretación de lenguas.
El don es para el desarrollo de la Voluntad de Dios y la declaración de sus propósitos
ocultos, no revelada, aparte de Su Palabra.
Puede expresarse mediante una acción ilustrativa (Hch 21:11).
Su expresión puede variar de acuerdo con el don motivacional, oficio o aún con la
personalidad de aquel por medio de quien es dado, según sea la voluntad del Espíritu.
Puede ser recibido por un niño falto de experiencia como Samuel, un esclavo en prisión
como José, o por un estadista exaltado como Daniel

Lo que no es:
No es sabiduría adquirida a través de la Palabra de Dios.
No es profundidad del conocimiento de la Palabra.
No tiene nada que ver con ningún tipo de sabiduría humana o natural.
No es la habilidad de gobernar en las cosas divinas.
No tiene que ver tampoco con un alto grado de eficiencia intelectual o moral.
No es, incluso, sabiduría divina. La sabiduría divina es, en algunos casos, natural y en
otros sobrenatural, pero ella no se trata de este don.
Usos de la manifestación del don:
Advertir y guiar a las personas en lo concerniente a un juicio o peligro futuro (Gen 6:13-
22, 19:12-13, Mat 2:12).
Revelar los planes de Dios a los que El pretende llamar (Gen 41:16, 28-41).
Asegurar a un siervo de Dios respecto de su comisión divina (Hch 26:16).
Revelar el orden y modo aceptables de adoración divinos (Exo 25:40).
Mostar a un incrédulo prejuiciado, las ofertas universales de gracia de Dios (Hch 10:9-
16).
Asegurar la liberación venidera en medio de una calamidad.
Revelar la voluntad de Dios en todos sus mandamientos y ordenanzas.
Declarar los hechos y providencias futuros de Dios y sus misterios eternos.
Dar seguridad de bendiciones que han de venir (Gen 28.10-15, 12:1-7).
Proporcionar una guía a una persona en una dirección particular en circunstancias
especiales, no para ser un suplemento del juicio humano en circunstancias ordinarias.
Confirmar y/o dar a conocer un llamado divino.

Evidencias.
Cuando Dios revela planes y cosas acerca de personas y situaciones que tienen que ver
con el futuro de las mismas.
Cuando Dios avisa de peligros, bendiciones y/o juicios futuros para personas, familias,
grupos y/o naciones.
Cuando Dios revela y confirma bendiciones que estarán operando en las personas.

PALABRA DE CONOCIMIENTO O DE CIENCIA.

Lo que es:
Es la revelación sobrenatural mediante el Espíritu Santo de ciertos hechos pasados y/o
presentes en la mente de Dios, relacionados con personas, lugares y cosas.
Es conocimiento milagrosamente transmitido de cosas que están absolutamente
ocultas de los sentidos, de la mente o de las facultades de una persona.
Con frecuencia opera conjuntamente con el don de palabra de sabiduría.

Lo que no es:
No es conocimiento adquirido por lo sentidos, el estudio, o la consagración, ni es
conocimiento natural.
Tampoco es el ejercicio de una facultad. ni una habilidad para adquirir conocimientos,
ni el resultado de nuestro esfuerzo natural.
No es conocimiento adquirido al estudiar, por experiencia, por deducción o por
intuición.
Tampoco es una concesión por parte de Dios de una amplificación del conocimiento
humano, ni el conocimiento profundo de la Biblia y de la teología.
Tampoco es el conocimiento real y precioso que se adquiere por la larga experiencia de
los métodos de Dios y de Sus hechos.

Ejemplos bíblicos y usos de la manifestación de este don:


Advertir del plan de destrucción de un enemigo (2 Rey 6:9-12).
Revelar hechos por los cuales los hijos e hijas de Dios deberían orar.
Iluminar y alentar a una persona desalentada (1 Rey 19:14-18).
Evidenciar un pecado escondido o algo oculto (2 Rey 5:20-27, 1 Sam 10:22).
Convencer a un pecador de la necesidad de un Salvador (Jn 4:18-19, 29).
Revelar acerca de personas, cosas, situaciones, etc., pasadas o presentes (1 Sam 9:20).
Es una ayuda para revelar hechos en las vidas privadas de las personas (pecado,
corrupción, faltas, etc.) para su arrepentimiento, corrección, restauración y
consiguiente beneficio espiritual, no para su condenación.
Conocer los pensamientos de los hombres (Jn 2:24, 1 Sam 9:19).
Revelar causas de enfermedades o influencia demoníacas en situaciones de liberación
y consejería.
Revelar una estrategia para orar frente a una situación específica de tal modo que se
penetre, derribe o venza la resistencia del enemigo.

Evidencias.
No queriendo saber nada de alguna persona, de repente viene un conocimiento
específico.
Cuando Dios le muestra planes y estrategias del enemigo en contra de personas y de
una mismo.
Uno no tiene que estar buscando algo para que Dios le traiga alguna revelación.

DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS.

Lo que es:
Habilidad sobrenatural dada a una persona por el Espíritu Santo para poder entender,
percibir, reconocer y ver los espíritus, ya sea de una persona, en una situación o de
cualquier lugar.
Restringido a una sola clase de objetos: los espíritus, ya sean el de Dios, los ángeles,
los demonios y/o el espíritu de las personas.
A diferencia de los dones de Palabra de Conocimiento y Palabra de Sabiduría, que
pueden referirse tanto a situaciones naturales como sobrenaturales, este don solo se
refiere a seres y/o entidades sobrenaturales.
Incluye cuatro aspectos:
• Percibir cuando hay espíritus operando.
• Ver los espíritus.
• Reconocer los espíritus.
• Entender como operan los espíritus.
Sirve para identificar los diferentes tipos de espíritus, tanto los buenos como los malos,
o algún tipo de ellos, y desatar (en el caso de los buenos) o atar (en el caso de los
malos) su operación en la persona y/o situación donde están operando.

Lo que no es:
Una especie de lectura espiritual del pensamiento y/o la mente de las personas.
Discernimiento de carácter, pensamientos o corazones.
Percepción psicológica, que es un desarrollo de los poderes humanos de juicio, en la
que se relaciona el análisis del carácter humano con los fenómenos mentales.
Agudeza de penetración mental.
Poder para descubrir faltas o pecados de otros.
Discernimiento de carácter o de faltas.
El poder de exorcizar o liberar de espíritus malignos. Para tal efecto son necesarios,
adicionalmente, los dones de poder.
Percibir “algo” espiritual inespecífico.
Percibir algo de la mente y/o de las emociones de una persona.

Ejemplos bíblicos y usos de la manifestación del don:


Ayudar a liberar a los afligidos, oprimidos y atormentados por el enemigo (Mar 5:5, Mat
12:22, Mat 9:17, 25, Luc 13:11, 16).
Descubrir a los siervos del diablo (Hch 13;9-10).
Ayudar a resistir los planes del adversario (Hch 16:16).
Exponer el error que tiene apariencia de credibilidad (1 Tim 4:1, 2 Ped 2:1).
Desenmascarar a los demonios obradores de milagros (2 Tes 2:9, Apo 16:14, Mar 1:24,
Hch 16:17-18, Mat 4:24).
Revelar la existencia de principados y potestades sobre áreas geográficas,
organizaciones y/o personas.
Revelar la dirección y/o el fluir que el Espíritu Santo tiene para una situación específica.
Revelar las intenciones y los motivos que hay en el espíritu humano.

Evidencias.
Cuando percibe y/o ve el mundo espiritual a menudo.
Percibe frecuentemente el por qué de las acciones de las personas, que clase de
espíritu las influencian, y en muchas ocasiones, llegar a ver el espíritu, si el Señor lo
permite.
Sensibilidad al mundo espiritual.

Cuidado.
Existe una línea muy fina de percepción entre lo espiritual y lo natural, y si no se tiene
cuidado, se vuelve demasiado sensible (más a lo malo que a lo bueno), percibe y siente
todo y finalmente se le vuelve una carga difícil de manejar.

LOS DONES DE SANIDADES.


Lo que son.
Es el único de los nueve dones que en sí mismo es una serie. Así como hay un don de
sanidad general (para todas las enfermedades), hay dones para cada grupo de
enfermedades (cáncer, por ejemplo) y para cada enfermedad específica (cáncer en un
órgano específico), por lo que existen muchos dones de sanidades, y además de cada
uno de ellos, diferentes combinaciones entre unos y otros.
Consisten en la habilidad sobrenatural impartida por el Espíritu Santo a un creyente
para operar como intermediario para que el poder sobrenatural de Dios sane toda clase
de dolencias ya sean orgánicas, nerviosas, mentales y/o emocionales.
Para la sanidad sobrenatural de enfermedades y dolencias, sin medios naturales de
ningún tipo.
La manifestación milagrosa del Espíritu para proscribir toda clase de dolencias
humanas, bien sea orgánicas, funcionales o nerviosas; agudas o crónicas.
Aquel que ha sido dotado por Dios para ser el vaso a través del cual El imparte sanidad
al cuerpo físico y al alma en momentos específicos.
Diferentes tipos y operaciones de sanidades sobrenaturales de personas enfermas o
fallecidas sin utilizar medios naturales, a través de hablar la Palabra, unción con aceite,
la imposición de manos o la liberación de un espíritu de enfermedad o de opresión
(emocional).
La capacidad sobrenatural impartida por el Espíritu Santo para ser el instrumento a
través del cual el poder de Dios sana una clase especial de enfermedad la mayor parte
del tiempo.
El Señor Jesús les dio una especial prominencia en su ministerio público y en la
autoridad que dio a sus discípulos.
Las sanidades correspondientes a estos dones son realizadas por el poder de Cristo
mediante el Espíritu, por creyentes ignorantes, sin conocimientos de fisiología,
enfermedades, síntomas, drogas o cirugía. Obran tan solo conforme a la fe.
Pueden operar mediante un toque o mediante una palabra. La distancia no significa
obstáculo (Sal 107:20, Mat 8:8)

Lo que no son.
Un alto grado de habilidad médica, quirúrgica, manipulativa o científica.
La habilidad médica para resolver problemas de salud, aunque estos sean sumamente
difíciles.
La oración de los ancianos de la iglesia.
La oración eventual por los enfermos según lo instruído en la Gran Comisión (Mar
16:15-18).

Ejemplos bíblicos y usos de la manifestación del don.


Librar a los enfermos y destruir las obras del diablo en el cuerpo humano (Mat 8:3, 7,
Hch 10:38).
Para confirmar las declaraciones de la Palabra de Dios (Jn 10:36-38).
Para confirmar el mensaje del evangelio tal como es predicado por los siervos de Dios
(Hch 4:29-30, 33, 5:12, 8:6-7).
Para establecer la resurrección de Jesús (Hch 3:15-16).
Para atraer a la gente hacia donde resuena el Evangelio (Jn 6:2). Se puede decir que son
el anuncio publicitario de Dios.
Para volver a la gente a Dios.
Para convencer a los incrédulos de la verdad de la Palabra de Dios a pesar de lo
misteriosa que esta pueda ser.
Para darle gloria a Dios (Mar 2:12).
Para inspirar fe y valentía en el pueblo de Dios.

Evidencias.
Gran pasión por ver a los enfermos sanar.
Compasión por aquellos que están enfermos.
Orar por muchos enfermos y la mayoría son sanados inmediata o progresivamente.
A menudo se le acercan los enfermos para que oren por ellos.

Como activar el don.


Comenzar a orar por los enfermos sistemáticamente, pidiéndole al Señor que todo el
tiempo ponga delante de usted enfermos por los cuales orar.
Anhelar y desear el don con todo su corazón por compasión hacia las personas, no
para lucirse personalmente.
No se desanime si no ve resultados de inmediato; su trabajo es creer la Palabra y
hacerla, orando por las personas, el trabajo de Dios, sanarlas.
Busque una persona con el don y pídale que lo active a usted en ese don.

EL DON DE HACER MILAGROS.

Lo que es.
Un milagro es un acto sobrenatural de Dios en el plano de lo natural.
Se usa para denotar un orden de cosas no natural sino sobrenatural, que trasciende lo
natural.
Obras contrarias a lo natural, realizaciones, por así decirlo, de lo imposible, inversiones
súbitas e inexplicables del orden al cual estamos acostumbrados.
Un milagro es, por consiguiente, una intervención sobrenatural en el curso ordinario de
la naturaleza, una suspensión temporal del orden acostumbrado; una interrupción del
sistema de la naturaleza tal cual la conocemos.
A los milagros se les llama “poderes” dando a entender con ello explosiones de
omnipotencia; “maravillas” denotando el asombro que hace dudar; “obras”, la esperada
expresión del Divino que camina hacia los hombres; y “señales o pruebas visibles de
un poder invisible” porque cada milagro no es tan sólo un poder y una maravilla en sí;
es también una señal de alguna otra cosa.
Los milagros de Jesús fueron una señal de que El era ciertamente el Dios vivo entre los
hombres. ¡Sus milagros continuados en la actualidad son señales repetidas de que El
todavía está vivo entre los hombres!
Alteración, suspensión o control de las leyes de la naturaleza como una demostración
de la presencia y el poder de Dios para confirmar un mensaje o a un mensajero de Dios.
Capacitación sobrenatural impartida por el Espíritu Santo para hacer algo que no es
normalmente posible, a través del poder de Dios y para la gloria de Dios.
El don funciona mediante la energía o fuerza dinámica del Espíritu, produciendo
inversiones o suspensiones de las leyes naturales. Es un acto soberano del Espíritu de
Dios, que se desentiende de leyes o sistemas.
Excluye los que tienen que ver con la sanidad del cuerpo humano.

Lo que no es.
Habilidad humana y/o tecnológica para resolver problemas aparentemente irresolubles.
Habilidad humana y/o tecnología que desafía el cumplimiento de las leyes naturales.
Capacidad inventiva y/o creativa.

Ejemplos bíblicos y usos de la manifestación del don.


La liberación milagrosa del pueblo de Dios de manos del enemigo (Exo 14:16).
Proveer para los que están en necesidad (Exo 17, Sal 78:20, Mar 6:36-37, Jn 21:9).
Servir de vehículo a los juicios y disciplinas divinos (Hch 5).
Para confirmar la Palabra predicada (Hch 13:11-12).
Para librar de situaciones de peligro inevitables (Mat 8:23).
Para resucitar a los muertos.
Para demostrar el poder y magnificencia de Dios (Mat 11:5, Jn 5:36-38, 10:25)

Evidencias.
Gran pasión por ver soluciones a los problemas relevantes de las personas.
Compasión por aquellos que están en problemas.
Orar por muchas situaciones problemáticas en lo natural y ver las manifestaciones, las
respuestas y las soluciones de Dios a los mismos, de manera inmediata y/o progresiva.
A menudo se le acercan las personas para que ore por ellas por cualquier tipo de
situación.

Como activar el don.


Comenzar a orar por los problemas de las personas sistemáticamente, pidiéndole al
Señor que todo el tiempo ponga delante de usted personas con diversas necesidades y
problemas por las cuales orar.
Anhelar y desear el don con todo su corazón por compasión hacia las personas, no
para lucirse personalmente.
No se desanime si no ve resultados de inmediato; su trabajo es creer la Palabra y
hacerla, orando por las personas, el trabajo de Dios, intervenir en las circunstancias y
problemas de las personas para darles respuestas y soluciones.
Busque una persona con el don y pídale que lo active a usted en ese don.
EL DON DE FE.

Lo que es:
Es el más grande de los dones de poder.
Manifestación sobrenatural del Espíritu Santo dada a un creyente para tener la habilidad
de creerle a Dios con confianza por cualquier cosa en un momento específico.
Una manifestación especial de la propia fe de Dios que nos habilita a creer con una
extrema confianza, cosas que no son posibles o milagrosas.
La gracia de Dios para recibir o creer por lo que parece imposible, sin ninguna
presunción.
Es recibido únicamente después de la salvación.
Para que el creyente pueda recibir milagros. Es milagroso.
Es un don para poder.
Don para creer en Dios de tal manera que Dios honra la palabra de ellos como la suya
propia y hace que se cumpla milagrosamente (lo que digan será hecho, Mar 11:23).
Recibe y/o disfruta cosas mediante el Espíritu.
Emplea fe activa que espera un milagro sostenido o continuado.
Es una dotación sobrenatural mediante el Espíritu por la cual aquello que es proferido o
deseado por la persona o dicho por Dios sucederá. Cubre lo que es bendición o
maldición, creación o destrucción, remoción o alteración.
A menudo sus operaciones no son observables de inmediato. En la mayoría de los
casos, aunque no siempre, es más bien un proceso, como cuando Isaac bendijo a
Jacob, en términos que tan solamente podían tener cumplimiento en un largo período
de tiempo (Gen 27:27, Heb 11:20).
Su poder de manifestación es de mayor duración que el de los dones de milagros o de
sanidades.
Parecido al don de hacer milagros, pues ambos producen milagros, pero el don de
milagros hace un milagro mientras que el don de fe recibe un milagro.

Lo que no es.
Fe natural, como la que ejerce el campesino cuando siembra su semilla.
Fe salvadora, que es anterior a la salvación (Efe 2:8).
La fe general o medida de fe que Dios nos da a cada uno (Rom 12:3).
Asentimiento mental, algo de la cabeza. Los demonios tienen fe intelectual a la
perfección (creen y tiemblan).
La fe que es parte del fruto del Espíritu, que es para el carácter (Gal 5:22). Aquellos
hijos de Dios que tienen esta clase de fe creen en Dios de tal manera que están seguros
de la salvación y creen su Palabra de tal modo que obedecen sus mandamientos.

Ejemplos bíblicos y usos de la manifestación del don.


Para bendición sobrenatural directa en cumplimiento de un pronunciamiento humano
(Gen 27:28, Heb 11.20).
Para protección personal en circunstancias de peligro (Dan 6:17-23; Heb 11:33, Mar
16:18, Hch 28:5).
Para pedir sustento sobrenatural durante hambre o ayunos (1 Rey 17:3-4, 23, 19:4-8).
Para recibir las promesas de Dios (Gen 21:5, Rom 4:20).
Para administrar disciplina espiritual a los causantes de ofensas graves (2 Rey 2:23-24).
Para lograr victoria sobrenatural en la batalla (Exo 17.11).
Para prestar asistencia en problemas (2 Rey 4:1-7).
Para resucitar muertos y echar fuera espíritus malignos (Hch 19:12, Mat 10:8, Mar 16:15-
16).
Para suplir necesidades financieras (2 Rey 4:5-7).

Evidencias.
Gran habilidad para creer la Palabra de Dios y sus promesas.
Continuamente cree en milagros físicos, financieros y de cualquier otro tipo, tanto para
sí mismo como para otros.
Cuando el resto duda, la persona con el don de fe se mantiene creyendo, aún en las
circunstancias más difíciles.
Cree siempre en proyectos grandes, donde se demanda mucha fe y donde la habilidad
humana no puede llegar.
Siempre tiene una actitud de fe positiva y anima a los que están a su alrededor.

Como activar el don.


Comenzar a creer activamente por milagros personales y de otros hasta desarrollar la
convicción de la recepción de la respuesta,
Anhelar y desear el don con todo su corazón por compasión hacia las personas, para
que ellas puedan desarrollar una fe sobrenatural en Dios, no para lucirse
personalmente.
No se desanime si no ve resultados de inmediato; su trabajo es creer la Palabra y
hacerla, orando por las personas, el trabajo de Dios, que ellas crean y reciban su
milagro.
Busque una persona con el don y pídale que lo active a usted en ese don.

EL DON DE DIVERSOS GENEROS DE LENGUAS.

Aspectos generales.
Existen tres razones principales por las cuales pareciera como que le diéramos
prominencia a este don.
Primero, es el don por el cual la gente siempre pregunta y nos incita a discutir.
Segundo, es el don que se manifiesta en cada caso en que los creyentes son
bautizados en el Espíritu Santo, aún cuando pueden manifestarse otros dones del
mismo modo; consecuentemente está muy a menudo en evidencia.
Tercero, es uno de los dones de distribución y uso más frecuente.
El don es muy mal entendido y tan obvia y sobrecogedoramente sobrenatural que
desafía de inmediato a aquellos que no creen en lo sobrenatural.
Por otro lado, algunas personas desprecian las lenguas por el hecho de que son
habladas por aquellos que no tienen preparación de ninguna clase, aunque ¿no fue por
razones similares que algunos fariseos, levitas, escribas, sacerdotes y otras personas
despreciaron a Jesús?
La única distinción escritural entre la señal de lenguas y el don de lenguas es que
cuando las lenguas son utilizadas por primera vez por una persona, es la señal del
bautismo en el Espíritu; todo uso subsiguiente por la misma persona es el don de
lenguas en operación.

Lo que es.
Es la expresión sobrenatural mediante el Espíritu Santo, en lenguas que jamás ha
aprendido el que habla, y que ni siquiera son comprendidas en su mente, y que en la
mayoría de los casos no son comprendidas por quienes las oyen.
Cuando una persona habla en lenguas, su mente, inteligencia y comprensión se hallan
inactivos.
El Señor Jesús mismo instituyó el don, prometiendo que sería para todos los que
creyeran (Mar 16:17).
Fueron y son un idioma, mayormente desconocido para los oyentes y siempre para los
que lo hablan, pero en ocasiones, pueden llegar a ser conocidos para algún oyente,
como en Pentecostés.
Es para edificación, exhortación y consolación.
Las lenguas son personales; cada creyente puede tener una propia, ya que son para
edificación personal (1 Cor 14:14).

Lo que no es.
Nada tiene que ver con la habilidad lingüística ni con la mente o el intelecto de la
persona.
No es retórica con ayuda divina.
No es una especie de jerigonza incoherente e ininteligible, una serie de ruidos glosales
ininterpretables (si no para qué el don de interpretación de lenguas).
No es para proveer guía o dirección en asuntos personales. El empeñarse en buscar
dirección mediante lenguas e interpretación en grupos es no tan solamente contrario a
las Escrituras sino altamente perjudicial.
Son diferentes a la evidencia física, externa y escritural del bautismo del Espíritu Santo
(Hch 2:4).

Ejemplos bíblicos y usos de la manifestación del don.


Que las personas puedan hablar en forma sobrenatural con Dios (1 Cor 14:2).
Que los creyentes puedan magnificar a Dios (Hch 10:46).
Que podamos edificarnos espiritualmente a nosotros mismos (1 Cor 14:4).
Que nuestro espíritu pueda orar separadamente de nuestro entendimiento (1 Cor 14:14;
Isa 28:11-12).
Que la Iglesia pueda ser edificada (1 Cor 14:12-13, 5, 26), cuando el mensaje en lenguas
es interpretado.
Una señal para los que no creen (cuando es un idioma que entienden y que el otro no
tenía forma de saberlo).
Para nuestro provecho (1 Cor 12:7, Hch 2:4).

Evidencias.
Obviamente, poseer un lenguaje de oración particular, y ejercitarlo contínuamente.
Gozo y deleite en utilizarlo.

Como activar el don.


Comenzar a orar aunque sea en una aparente jerigonza, sistemáticamente.
Anhelar y desear el don con todo su corazón, principalmente cuando las palabras de
nuestro idioma no alcanzan para mantener la comunión y comunicación con Dios (las
palabras de nuestro idioma constituyen una limitación a la comunicación y comunión
con Dios).
No se desanime si no ve resultados de inmediato; su trabajo es creer la Palabra y
hacerla, orando, el trabajo de Dios, edificarlo en su espíritu.
Busque una persona con el don y pídale que lo active a usted en ese don.

INTERPRETACIÓN DE LENGUAS.

Este don no tendría significado alguno sin el don de lenguas.


En esto es único entre los dones del Espíritu Santo --> los que hablan en lenguas
reciben instrucción expresa de orar por este otro don (1 Cor 14:13).
Aún cuando la interpretación no está distribuída exclusivamente entre los que ya
hablan en lenguas, sin embargo, estos son los más comunes poseedores del don.
Necesitamos más fe para su operación que para una exclamación en lenguas.
Una razón para esto es que puesto que lo que decimos en interpretación es
comprendido por la mente, nuestro adversario tiene mayor libertad para silenciarnos
mediante la inevitable sugerencia de que es “invención nuestra”.

Lo que es.
Es la exposición sobrenatural, en un idioma entendible por todas las personas en la
audiencia, mediante el Espíritu, del significado de una exclamación en otras lenguas.
Es una operación de la mente del Espíritu de Dios --> el intérprete nunca entiende la
lengua que interpreta, y no es parte de su tarea proveer términos equivalentes en su
propia lengua para las palabras sobrenaturales que se han hablado.
Es una interpretación de un mensaje en lenguas, no una traducción.
El intérprete no pone atención en el mensaje sino en Dios para que le dé el significado
del mismo, que puede ser en forma pictórica, parabólica, descriptiva o literal.
Aún cuando el temperamento, los dones naturales, la preparación, la nacionalidad, etc.,
del intérprete ejercen influencia sobre la declaración de la interpretación, no por ello
está deja de ser menos sobrenatural.

Lo que no es.
Una operación de la mente del intérprete.
Un poder general de explicar con claridad los asuntos espirituales.
No es una traducción literal sino una interpretación del mensaje.

Ejemplos bíblicos y usos de la manifestación del don.


Hacer que el don de lenguas sea inteligible a otros, de modo que la Iglesia, como
también el poseedor del don, puedan ser edificados con el mismo (1 Cor 14:5, 27).
Hacer claro para el entendimiento del poseedor del don de lenguas lo que ya ha sido
edificación de su espíritu en otras lenguas (1 Cor 14:13-14).
1 Cor 14:27: “Y uno interprete”, no significa que el mismo individuo debe interpretar
siempre en todas las reuniones, ni siquiera que la misma persona debe interpretar
todos los mensajes en una reunión, culto, servicio, o asamblea. Significa:
Que donde haya alguien que hable en lenguas públicamente, alguien debe interpretarlo.
Que un mensaje individual no debe recibir más de una interpretación, aún cuando haya
una docena de adoradores que hubieran podido interpretarlo. Alguien –no dos o tres—
debe interpretar cada mensaje.
El propósito de la anterior instrucción es que no se rehúse la interpretación en donde
las lenguas se empleen legítimamente, y segundo, que no haya competencia entre los
intérpretes en la manifestación de los significados del Espíritu.
Algunos tienen dones de interpretación mucho más desarrollados que otros; los tales
podrían sentir, al oír que alguien interpreta, que ellos podrían dar un desarrollo más
adecuado del mensaje. Sin embargo, deben callarse (“mantener la paz” dice otra
versión).
El dar un mensaje en otras lenguas e interpretar uno mismo no es contrario a la
Escritura (1 Cor 14:5), aunque la Escritura favorece mayormente la diversificación en la
contribución del ministerio espiritual mediante los dones, no el monopolio (1 Cor 14:12,
26).
Cuando en cualquier reunión ya se han interpretado tres mensajes en lenguas, ningún
intérprete, no importa cuán fuertemente sienta el peso de la unción o la presión del
Espíritu, debería interpretar un cuarto mensaje. Ni la más poderosa presión o unción
puede ser tomada jamás como un estímulo para que quebrantemos la Palabra de Dios
(1 Cor 14.27).
El Señor concederá en muchos casos, interpretaciones privadas donde sea necesario.

EL DON DE PROFECÍA.

Profecía, en primera instancia, significa hablar por otro  hablar por Dios, ser su
vocero, su boca.
En su forma más sencilla es una exclamación totalmente sobrenatural, ungida e
inspirada divinamente sobre cualquier cosa que afecte a una persona, pero
principalmente, sobre cosas que se relacionan con su andar en Dios (sanidad,
liberación, obediencia, relación, etc.) y con el propósito de Dios para su vida.

Lo que es.
Una exclamación sobrenatural en una lengua conocida.
En su forma más sencilla puede ser poseído por todos los que han recibido el Bautismo
del Espíritu Santo (1 Cor 14:31). Es más, sería deseable que todos los creyentes
pudieran fluir en ese don.
La voluntad humana y la fe están activas en este don, pero no así el intelecto humano.
Al profetizar debe ejercitarse fe, y las cosas que se digan deben estar dentro del radio
de acción de la fe que se posee (Rom 12.6), no de la argumentación ni de la lógica.
Hablar una palabra inspirada por Dios y declarar su verdad con osadía, con el propósito
de exhortar, consolar y edificar al cuerpo de Cristo (1 Cor 14:3).
Manifestar lo oculto en el corazón de las personas para que sean libres (1 Cor 14:24-25).
Edificar, levantar, animar a la iglesia (1 Cor 14:5).
Que los y las demás creyentes aprendan (1 Cor 14:31).
Convencer a los incrédulos revelando cosas que solo ellos sabían (1 Cor 14:24-25).
Proclama el “rhema” de Dios, es decir, una Palabra viva dada por Dios para un
momento y/o circunstancia presente específica, para confirmar la voluntad de Dios (no
es para guiar, ya que la guianza es por el Espíritu Santo).
Usualmente (aunque no necesariamente ni siempre) es una “improvisación” por
inspiración del Espíritu Santo.
Este don es para hablarle a personas individuales y/o grupos congregacionales
(mayormente palabras específicas para personas individuales).

Lo que no es.
Una manifestación de la mente humana (1 Cor 12:7).
Una manifestación de los poderes humanos del pensamiento y del razonamiento.
El oficio profético. Aún cuando todos pueden procurar profetizar, sin embargo no todos
son llamados a ser profetas (1 Cor 12:28.29). Tanto los oficios como las capacitaciones
sobrenaturales reciben el nombre de “dones” (Efe 4:8, 11; 1 Cor 12:28, 30). Pero
mientras que los oficios son los dones de Cristo a la iglesia, los dones de 1 Cor 12 y 14
son los regalos del Espíritu Santo al individuo.
Predicción, ni adivinación. El don tal como se encuentra definido en 1 Cor 14:3, no
confiere el poder para predecir el futuro. Profetizar no significa predecir sino
sencillamente hablar por otro. Si pone algo al descubierto o predice algún evento es
porque el don de profecía va acompañado, ya sea de palabra de conocimiento o palabra
de sabiduría (1 Cor 14:6, Luc 1:46-55).
Guianza. No tiene la intención, y en verdad, ningún don espiritual lo tiene, de tomar el
lugar del sentido común y del juicio natural (Sal 32:9, Luc 12:57), y menos del Espíritu
Santo para guiar a la persona. El don de profecía, ni aún el oficio de profeta, puede
tomar el lugar del Espíritu Santo quién es quien debe guiarnos a toda verdad.
Predicación. Tratar el don de tal modo es despojarlo enteramente de su carácter
sobrenatural. En la predicación, la mente natural, abastecida de la Palabra, es operada
por el Espíritu. En la profecía, la mente del Espíritu habla mediante los órganos
naturales de la voz humana. La predicación es divinamente inspirada, pero no es
sobrenatural. La profecía es totalmente sobrenatural. La predicación de la Palabra es
hablar las verdades bíblicas que han sido investigadas y estudiadas para su exposición,
es la proclamación del “logos” de Dios. Aunque muchas veces, dentro de la predicación
va incluída una proclamación profética para alguno de los oyentes.
La mera repetición de versículos bíblicos. Esta es una obra del Espíritu por medio de la
facultad natural de la memoria, pero no sucede a través de un don espiritual.

El oficio profético y el don de profecía son distintos por las siguientes razones:
El oficio de profeta es inseparable de una persona (Efe 4:11); el don de profecía es tan
sólo un instrumento (1 Cor 12.10).
La esfera de influencia del don de profecía es exclusivamente para edificar a la iglesia
local (1 Cor 14:4), mientras que la esfera de influencia del oficio profético puede, y
generalmente lo hace, extenderse fuera de los límites de la iglesia local.
Para que una persona sea profeta se necesitan dones mucho mayores que el don de
profecía.
La revelación de cosas fuera de la Palabra de Dios –cosas del pasado, presente o futuro
desconocidos— es necesaria al oficio profético. Pero esta revelación no está incluída
en el alcance del don espiritual de profecía.
La prueba del profeta es esta revelación personal y exclusiva (Num 12:6) mientras que
el alcance del don de profecía se limita a la edificación, exhortación y consolación.
El don de profecía es comparable al don de lenguas más interpretación, pero a ninguno
se le ocurriría equiparar estos dos dones con el oficio profético. De la misma manera, el
don de profecía no puede ser equiparado al oficio profético. Naturalmente, el oficio
incluye el don, pero no resulta a la inversa.
Cualquier creyente, todos (1 Cor 14:31) puede ser poseedor del don de profecía, pero
obviamente, no todos los creyentes pueden ser profetas. Este don no significa que la
persona que lo manifiesta sea un profeta, ni que tenga que profetizar todo el tiempo.
Aunque el profeta, necesariamente, tiene este don. Cualquier creyente puede profetizar
pero no cualquier creyente es por ello profeta. El profeta, con las palabras proféticas
que proclama, está más orientado hacia grupos que hacia personas (Cuerpo de Cristo,
nación, Jer 1.10).

Ejemplos bíblicos y usos de la manifestación del don.


* Hablar sobrenaturalmente a los hombres (1 Cor 14:3).
* Para edificar a la Iglesia (1 Cor 14:4).
* Para exhortar a la iglesia (1 Cor 14:3), y llamarla a acercarse mas al Señor. No hay aquí
ningún elemento inclemente de reproche y de amenaza. En el Nuevo Testamento, el
reproche, la corrección y/o la disciplina no vienen por la vía del don de profecía, sino
mediante la función del oficio profético, la enseñanza y la doctrina.
* Para consolar a la iglesia (2 Cor 1:4).
* Para que los creyentes aprendan (1 Cor 14:31).
* Para convencer a los incrédulos y manifestar los secretos de su corazón (1 Cor 14:24-
25). Puesto que es comprendida por la mente, puede servir también como un mensaje
directo de Dios para el incrédulo.

Otras notas respecto al don.


En relación con este don, se nos ordena a los creyentes, expresamente, desearlo y
anhelarlo (1 Cor 14:1, 39), lo que significa luchar por, estar entusiastamente deseoso,
celoso, por el don.
Debería ser el don más ejercido en la Iglesia (1 Cor 14:31) y las mujeres debieran
profetizar con tanta libertad como los hombres (1 Cor 11:5, Joel 2.28).
Aún cuando los mensajes en profecía se hallan sujetos a una reglamentación bíblica, no
por esa razón, ni por ninguna otra, deben ser despreciados (1 Tes 5.20). Las reglas no
tienen el propósito de suprimir sino de estimular y ordenar el ejercicio del don.
Los mensajes en profecía, en algunos casos, pueden ser místicos y no ser totalmente
comprendidos sino por los espíritus de aquellos para quienes están especialmente
destinados. Los significados trascendentes del Espíritu pueden estar envueltos en
términos tan sublimes que se escapan al mero pensamiento humano, y estar dirigidos
exclusivamente al espíritu de la persona (1 Ped 1.10).
Los Límites Sexuales del Matrimonio Cristiano

por Cecilia Alegria 23 de noviembre de 2020

“Sea bendito tu manantial,

Y alégrate con la mujer de tu juventud,

Como cierva amada y graciosa gacela.

Sus caricias te satisfagan en todo tiempo,

Y en su amor recréate siempre.”

(Proverbios 5: 18-19)

Si bien es cierto el sexo fue creado por Dios para el disfrute de los esposos y no solamente para su
reproducción, no todo está permitido en el lecho conyugal de los cristianos.
NO al sexo “contra natura”

“Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aún sus mujeres cambiaron el uso natural
por el que es contra naturaleza…”

(Romanos 1:26)

Dios creó el ano como un orificio para defecar y eliminar desechos y por ende es una parte del
cuerpo llena de toxinas. El uso de ese orificio con fines sexuales, aunque sea entre esposos, va en
contra del propósito de la creación divina.

La mayor parte de las mujeres que encuentran degradante el sexo anal suelen quejarse también
de experimentar dolor.

Triple razón por la que el esposo cristiano no debiera dejarse llevar por sus bajas pasiones: la
Palabra de Dios lo condena, su esposa lo rechaza y encima le duele.

No a la pornografía (Mateo 5:27-29)

La sociedad hedonista en la que vivimos ha hecho creer a las parejas, inclusive a las cristianas, que
ver pornografía es bueno para su vida sexual.

Pero la pornografía fomenta la lujuria o lascivia por otras personas que no son el cónyuge y fue el
mismo Jesús quien nos alertó sobre las terribles consecuencias de cometer este pecado en

» Ustedes han oído que se dijo: “No cometas adulterio”. Pero yo les digo que cualquiera que mira
a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón. Por tanto, si tu ojo
derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que
todo él sea arrojado al infierno.” (Mateo 5:27-29)
No a la manipulación del otro a través de la negación sexual

Esta práctica suele ser más común entre las mujeres que los hombres, las que “castigan” a su
esposo sin relaciones sexuales o usan su “´poder sexual” sobre él entregándole lo que desea a
cambio de algo que ella quiere conseguir, lo que equivaldría a un chantaje.

“El hombre debe cumplir su deber conyugal con su esposa, e igualmente la mujer con su esposo.
La mujer ya no tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposo. Tampoco el hombre tiene
derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposa. No se nieguen el uno al otro, a no ser de común
acuerdo, y solo por un tiempo, para dedicarse a la oración. No tarden en volver a unirse
nuevamente; de lo contrario, pueden caer en tentación de Satanás, por falta de dominio propio.”
(1 de Corintios 7: 3-5)

NO a la inclusión de terceros

El matrimonio cristiano es la consagración de un hombre y una mujer que se entregan


mutuamente en fidelidad absoluta. La inclusión de terceros va en contra de la definición misma de
la unión conyugal.

El amor de la pareja cristiana es exclusivo y excluyente.

Y lo dice el apóstol Pablo en (1 de Corintios 7:2): “Pero, en vista de tanta inmoralidad, cada
hombre debe tener su propia esposa y cada mujer su propio esposo.”

NO a la violencia sexual, no al sadomasoquismo


Hay pasajes explícitos que llaman pecado a la agresión sexual como Deuteronomio 22:25-27

No hagan del sexo un ídolo: Jehová aborrece a quienes fabrican ídolos que ocupan Su lugar.

El sexo es importante en el matrimonio, pero no puede ser la prioridad de la pareja. El primer


lugar lo debe ocupar su relación con Dios porque solo un matrimonio Cristocéntrico puede
sobreponerse a los ataques del enemigo y mantenerse sin mancha.

“Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los
adúlteros los juzgará Dios.” (Hebreos 13:4)

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