Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los Límites Sexuales Del Matrimonio Cristiano
Los Límites Sexuales Del Matrimonio Cristiano
Fundamento básico.
Jn 1:12 hijos e hijas de Dios.
1 Cor 12:1-21 miembros del Cuerpo de Cristo.
Clasificación.
La clasificación más usual:
• Dones motivacionales (Rom 12:4-7)
• Dones del Espíritu Santo (1 Cor 12:7-11).
• Oficios ministeriales o gubernamentales (Efe 4:11).
GENERALIDADES.
PALABRA DE SABIDURÍA.
Lo que es:
Conocimiento sobrenatural aplicado sobrenatural y divinamente.
Se refiere a los hechos futuros en la mente de Dios.
Es la revelación sobrenatural del propósito de Dios concerniente a personas, cosas o
eventos en el futuro o que señalan al futuro y de aquellas órdenes e instrucciones que
Dios da a las personas, derivados de su conocimiento de tales eventos futuros.
Puede manifestarse mediante la voz audible de Dios, visitación angelical, sueños,
visiones, y/o a través de la manifestación de los dones espirituales de profecía, lenguas
e interpretación de lenguas.
El don es para el desarrollo de la Voluntad de Dios y la declaración de sus propósitos
ocultos, no revelada, aparte de Su Palabra.
Puede expresarse mediante una acción ilustrativa (Hch 21:11).
Su expresión puede variar de acuerdo con el don motivacional, oficio o aún con la
personalidad de aquel por medio de quien es dado, según sea la voluntad del Espíritu.
Puede ser recibido por un niño falto de experiencia como Samuel, un esclavo en prisión
como José, o por un estadista exaltado como Daniel
Lo que no es:
No es sabiduría adquirida a través de la Palabra de Dios.
No es profundidad del conocimiento de la Palabra.
No tiene nada que ver con ningún tipo de sabiduría humana o natural.
No es la habilidad de gobernar en las cosas divinas.
No tiene que ver tampoco con un alto grado de eficiencia intelectual o moral.
No es, incluso, sabiduría divina. La sabiduría divina es, en algunos casos, natural y en
otros sobrenatural, pero ella no se trata de este don.
Usos de la manifestación del don:
Advertir y guiar a las personas en lo concerniente a un juicio o peligro futuro (Gen 6:13-
22, 19:12-13, Mat 2:12).
Revelar los planes de Dios a los que El pretende llamar (Gen 41:16, 28-41).
Asegurar a un siervo de Dios respecto de su comisión divina (Hch 26:16).
Revelar el orden y modo aceptables de adoración divinos (Exo 25:40).
Mostar a un incrédulo prejuiciado, las ofertas universales de gracia de Dios (Hch 10:9-
16).
Asegurar la liberación venidera en medio de una calamidad.
Revelar la voluntad de Dios en todos sus mandamientos y ordenanzas.
Declarar los hechos y providencias futuros de Dios y sus misterios eternos.
Dar seguridad de bendiciones que han de venir (Gen 28.10-15, 12:1-7).
Proporcionar una guía a una persona en una dirección particular en circunstancias
especiales, no para ser un suplemento del juicio humano en circunstancias ordinarias.
Confirmar y/o dar a conocer un llamado divino.
Evidencias.
Cuando Dios revela planes y cosas acerca de personas y situaciones que tienen que ver
con el futuro de las mismas.
Cuando Dios avisa de peligros, bendiciones y/o juicios futuros para personas, familias,
grupos y/o naciones.
Cuando Dios revela y confirma bendiciones que estarán operando en las personas.
Lo que es:
Es la revelación sobrenatural mediante el Espíritu Santo de ciertos hechos pasados y/o
presentes en la mente de Dios, relacionados con personas, lugares y cosas.
Es conocimiento milagrosamente transmitido de cosas que están absolutamente
ocultas de los sentidos, de la mente o de las facultades de una persona.
Con frecuencia opera conjuntamente con el don de palabra de sabiduría.
Lo que no es:
No es conocimiento adquirido por lo sentidos, el estudio, o la consagración, ni es
conocimiento natural.
Tampoco es el ejercicio de una facultad. ni una habilidad para adquirir conocimientos,
ni el resultado de nuestro esfuerzo natural.
No es conocimiento adquirido al estudiar, por experiencia, por deducción o por
intuición.
Tampoco es una concesión por parte de Dios de una amplificación del conocimiento
humano, ni el conocimiento profundo de la Biblia y de la teología.
Tampoco es el conocimiento real y precioso que se adquiere por la larga experiencia de
los métodos de Dios y de Sus hechos.
Evidencias.
No queriendo saber nada de alguna persona, de repente viene un conocimiento
específico.
Cuando Dios le muestra planes y estrategias del enemigo en contra de personas y de
una mismo.
Uno no tiene que estar buscando algo para que Dios le traiga alguna revelación.
DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS.
Lo que es:
Habilidad sobrenatural dada a una persona por el Espíritu Santo para poder entender,
percibir, reconocer y ver los espíritus, ya sea de una persona, en una situación o de
cualquier lugar.
Restringido a una sola clase de objetos: los espíritus, ya sean el de Dios, los ángeles,
los demonios y/o el espíritu de las personas.
A diferencia de los dones de Palabra de Conocimiento y Palabra de Sabiduría, que
pueden referirse tanto a situaciones naturales como sobrenaturales, este don solo se
refiere a seres y/o entidades sobrenaturales.
Incluye cuatro aspectos:
• Percibir cuando hay espíritus operando.
• Ver los espíritus.
• Reconocer los espíritus.
• Entender como operan los espíritus.
Sirve para identificar los diferentes tipos de espíritus, tanto los buenos como los malos,
o algún tipo de ellos, y desatar (en el caso de los buenos) o atar (en el caso de los
malos) su operación en la persona y/o situación donde están operando.
Lo que no es:
Una especie de lectura espiritual del pensamiento y/o la mente de las personas.
Discernimiento de carácter, pensamientos o corazones.
Percepción psicológica, que es un desarrollo de los poderes humanos de juicio, en la
que se relaciona el análisis del carácter humano con los fenómenos mentales.
Agudeza de penetración mental.
Poder para descubrir faltas o pecados de otros.
Discernimiento de carácter o de faltas.
El poder de exorcizar o liberar de espíritus malignos. Para tal efecto son necesarios,
adicionalmente, los dones de poder.
Percibir “algo” espiritual inespecífico.
Percibir algo de la mente y/o de las emociones de una persona.
Evidencias.
Cuando percibe y/o ve el mundo espiritual a menudo.
Percibe frecuentemente el por qué de las acciones de las personas, que clase de
espíritu las influencian, y en muchas ocasiones, llegar a ver el espíritu, si el Señor lo
permite.
Sensibilidad al mundo espiritual.
Cuidado.
Existe una línea muy fina de percepción entre lo espiritual y lo natural, y si no se tiene
cuidado, se vuelve demasiado sensible (más a lo malo que a lo bueno), percibe y siente
todo y finalmente se le vuelve una carga difícil de manejar.
Lo que no son.
Un alto grado de habilidad médica, quirúrgica, manipulativa o científica.
La habilidad médica para resolver problemas de salud, aunque estos sean sumamente
difíciles.
La oración de los ancianos de la iglesia.
La oración eventual por los enfermos según lo instruído en la Gran Comisión (Mar
16:15-18).
Evidencias.
Gran pasión por ver a los enfermos sanar.
Compasión por aquellos que están enfermos.
Orar por muchos enfermos y la mayoría son sanados inmediata o progresivamente.
A menudo se le acercan los enfermos para que oren por ellos.
Lo que es.
Un milagro es un acto sobrenatural de Dios en el plano de lo natural.
Se usa para denotar un orden de cosas no natural sino sobrenatural, que trasciende lo
natural.
Obras contrarias a lo natural, realizaciones, por así decirlo, de lo imposible, inversiones
súbitas e inexplicables del orden al cual estamos acostumbrados.
Un milagro es, por consiguiente, una intervención sobrenatural en el curso ordinario de
la naturaleza, una suspensión temporal del orden acostumbrado; una interrupción del
sistema de la naturaleza tal cual la conocemos.
A los milagros se les llama “poderes” dando a entender con ello explosiones de
omnipotencia; “maravillas” denotando el asombro que hace dudar; “obras”, la esperada
expresión del Divino que camina hacia los hombres; y “señales o pruebas visibles de
un poder invisible” porque cada milagro no es tan sólo un poder y una maravilla en sí;
es también una señal de alguna otra cosa.
Los milagros de Jesús fueron una señal de que El era ciertamente el Dios vivo entre los
hombres. ¡Sus milagros continuados en la actualidad son señales repetidas de que El
todavía está vivo entre los hombres!
Alteración, suspensión o control de las leyes de la naturaleza como una demostración
de la presencia y el poder de Dios para confirmar un mensaje o a un mensajero de Dios.
Capacitación sobrenatural impartida por el Espíritu Santo para hacer algo que no es
normalmente posible, a través del poder de Dios y para la gloria de Dios.
El don funciona mediante la energía o fuerza dinámica del Espíritu, produciendo
inversiones o suspensiones de las leyes naturales. Es un acto soberano del Espíritu de
Dios, que se desentiende de leyes o sistemas.
Excluye los que tienen que ver con la sanidad del cuerpo humano.
Lo que no es.
Habilidad humana y/o tecnológica para resolver problemas aparentemente irresolubles.
Habilidad humana y/o tecnología que desafía el cumplimiento de las leyes naturales.
Capacidad inventiva y/o creativa.
Evidencias.
Gran pasión por ver soluciones a los problemas relevantes de las personas.
Compasión por aquellos que están en problemas.
Orar por muchas situaciones problemáticas en lo natural y ver las manifestaciones, las
respuestas y las soluciones de Dios a los mismos, de manera inmediata y/o progresiva.
A menudo se le acercan las personas para que ore por ellas por cualquier tipo de
situación.
Lo que es:
Es el más grande de los dones de poder.
Manifestación sobrenatural del Espíritu Santo dada a un creyente para tener la habilidad
de creerle a Dios con confianza por cualquier cosa en un momento específico.
Una manifestación especial de la propia fe de Dios que nos habilita a creer con una
extrema confianza, cosas que no son posibles o milagrosas.
La gracia de Dios para recibir o creer por lo que parece imposible, sin ninguna
presunción.
Es recibido únicamente después de la salvación.
Para que el creyente pueda recibir milagros. Es milagroso.
Es un don para poder.
Don para creer en Dios de tal manera que Dios honra la palabra de ellos como la suya
propia y hace que se cumpla milagrosamente (lo que digan será hecho, Mar 11:23).
Recibe y/o disfruta cosas mediante el Espíritu.
Emplea fe activa que espera un milagro sostenido o continuado.
Es una dotación sobrenatural mediante el Espíritu por la cual aquello que es proferido o
deseado por la persona o dicho por Dios sucederá. Cubre lo que es bendición o
maldición, creación o destrucción, remoción o alteración.
A menudo sus operaciones no son observables de inmediato. En la mayoría de los
casos, aunque no siempre, es más bien un proceso, como cuando Isaac bendijo a
Jacob, en términos que tan solamente podían tener cumplimiento en un largo período
de tiempo (Gen 27:27, Heb 11:20).
Su poder de manifestación es de mayor duración que el de los dones de milagros o de
sanidades.
Parecido al don de hacer milagros, pues ambos producen milagros, pero el don de
milagros hace un milagro mientras que el don de fe recibe un milagro.
Lo que no es.
Fe natural, como la que ejerce el campesino cuando siembra su semilla.
Fe salvadora, que es anterior a la salvación (Efe 2:8).
La fe general o medida de fe que Dios nos da a cada uno (Rom 12:3).
Asentimiento mental, algo de la cabeza. Los demonios tienen fe intelectual a la
perfección (creen y tiemblan).
La fe que es parte del fruto del Espíritu, que es para el carácter (Gal 5:22). Aquellos
hijos de Dios que tienen esta clase de fe creen en Dios de tal manera que están seguros
de la salvación y creen su Palabra de tal modo que obedecen sus mandamientos.
Evidencias.
Gran habilidad para creer la Palabra de Dios y sus promesas.
Continuamente cree en milagros físicos, financieros y de cualquier otro tipo, tanto para
sí mismo como para otros.
Cuando el resto duda, la persona con el don de fe se mantiene creyendo, aún en las
circunstancias más difíciles.
Cree siempre en proyectos grandes, donde se demanda mucha fe y donde la habilidad
humana no puede llegar.
Siempre tiene una actitud de fe positiva y anima a los que están a su alrededor.
Aspectos generales.
Existen tres razones principales por las cuales pareciera como que le diéramos
prominencia a este don.
Primero, es el don por el cual la gente siempre pregunta y nos incita a discutir.
Segundo, es el don que se manifiesta en cada caso en que los creyentes son
bautizados en el Espíritu Santo, aún cuando pueden manifestarse otros dones del
mismo modo; consecuentemente está muy a menudo en evidencia.
Tercero, es uno de los dones de distribución y uso más frecuente.
El don es muy mal entendido y tan obvia y sobrecogedoramente sobrenatural que
desafía de inmediato a aquellos que no creen en lo sobrenatural.
Por otro lado, algunas personas desprecian las lenguas por el hecho de que son
habladas por aquellos que no tienen preparación de ninguna clase, aunque ¿no fue por
razones similares que algunos fariseos, levitas, escribas, sacerdotes y otras personas
despreciaron a Jesús?
La única distinción escritural entre la señal de lenguas y el don de lenguas es que
cuando las lenguas son utilizadas por primera vez por una persona, es la señal del
bautismo en el Espíritu; todo uso subsiguiente por la misma persona es el don de
lenguas en operación.
Lo que es.
Es la expresión sobrenatural mediante el Espíritu Santo, en lenguas que jamás ha
aprendido el que habla, y que ni siquiera son comprendidas en su mente, y que en la
mayoría de los casos no son comprendidas por quienes las oyen.
Cuando una persona habla en lenguas, su mente, inteligencia y comprensión se hallan
inactivos.
El Señor Jesús mismo instituyó el don, prometiendo que sería para todos los que
creyeran (Mar 16:17).
Fueron y son un idioma, mayormente desconocido para los oyentes y siempre para los
que lo hablan, pero en ocasiones, pueden llegar a ser conocidos para algún oyente,
como en Pentecostés.
Es para edificación, exhortación y consolación.
Las lenguas son personales; cada creyente puede tener una propia, ya que son para
edificación personal (1 Cor 14:14).
Lo que no es.
Nada tiene que ver con la habilidad lingüística ni con la mente o el intelecto de la
persona.
No es retórica con ayuda divina.
No es una especie de jerigonza incoherente e ininteligible, una serie de ruidos glosales
ininterpretables (si no para qué el don de interpretación de lenguas).
No es para proveer guía o dirección en asuntos personales. El empeñarse en buscar
dirección mediante lenguas e interpretación en grupos es no tan solamente contrario a
las Escrituras sino altamente perjudicial.
Son diferentes a la evidencia física, externa y escritural del bautismo del Espíritu Santo
(Hch 2:4).
Evidencias.
Obviamente, poseer un lenguaje de oración particular, y ejercitarlo contínuamente.
Gozo y deleite en utilizarlo.
INTERPRETACIÓN DE LENGUAS.
Lo que es.
Es la exposición sobrenatural, en un idioma entendible por todas las personas en la
audiencia, mediante el Espíritu, del significado de una exclamación en otras lenguas.
Es una operación de la mente del Espíritu de Dios --> el intérprete nunca entiende la
lengua que interpreta, y no es parte de su tarea proveer términos equivalentes en su
propia lengua para las palabras sobrenaturales que se han hablado.
Es una interpretación de un mensaje en lenguas, no una traducción.
El intérprete no pone atención en el mensaje sino en Dios para que le dé el significado
del mismo, que puede ser en forma pictórica, parabólica, descriptiva o literal.
Aún cuando el temperamento, los dones naturales, la preparación, la nacionalidad, etc.,
del intérprete ejercen influencia sobre la declaración de la interpretación, no por ello
está deja de ser menos sobrenatural.
Lo que no es.
Una operación de la mente del intérprete.
Un poder general de explicar con claridad los asuntos espirituales.
No es una traducción literal sino una interpretación del mensaje.
EL DON DE PROFECÍA.
Profecía, en primera instancia, significa hablar por otro hablar por Dios, ser su
vocero, su boca.
En su forma más sencilla es una exclamación totalmente sobrenatural, ungida e
inspirada divinamente sobre cualquier cosa que afecte a una persona, pero
principalmente, sobre cosas que se relacionan con su andar en Dios (sanidad,
liberación, obediencia, relación, etc.) y con el propósito de Dios para su vida.
Lo que es.
Una exclamación sobrenatural en una lengua conocida.
En su forma más sencilla puede ser poseído por todos los que han recibido el Bautismo
del Espíritu Santo (1 Cor 14:31). Es más, sería deseable que todos los creyentes
pudieran fluir en ese don.
La voluntad humana y la fe están activas en este don, pero no así el intelecto humano.
Al profetizar debe ejercitarse fe, y las cosas que se digan deben estar dentro del radio
de acción de la fe que se posee (Rom 12.6), no de la argumentación ni de la lógica.
Hablar una palabra inspirada por Dios y declarar su verdad con osadía, con el propósito
de exhortar, consolar y edificar al cuerpo de Cristo (1 Cor 14:3).
Manifestar lo oculto en el corazón de las personas para que sean libres (1 Cor 14:24-25).
Edificar, levantar, animar a la iglesia (1 Cor 14:5).
Que los y las demás creyentes aprendan (1 Cor 14:31).
Convencer a los incrédulos revelando cosas que solo ellos sabían (1 Cor 14:24-25).
Proclama el “rhema” de Dios, es decir, una Palabra viva dada por Dios para un
momento y/o circunstancia presente específica, para confirmar la voluntad de Dios (no
es para guiar, ya que la guianza es por el Espíritu Santo).
Usualmente (aunque no necesariamente ni siempre) es una “improvisación” por
inspiración del Espíritu Santo.
Este don es para hablarle a personas individuales y/o grupos congregacionales
(mayormente palabras específicas para personas individuales).
Lo que no es.
Una manifestación de la mente humana (1 Cor 12:7).
Una manifestación de los poderes humanos del pensamiento y del razonamiento.
El oficio profético. Aún cuando todos pueden procurar profetizar, sin embargo no todos
son llamados a ser profetas (1 Cor 12:28.29). Tanto los oficios como las capacitaciones
sobrenaturales reciben el nombre de “dones” (Efe 4:8, 11; 1 Cor 12:28, 30). Pero
mientras que los oficios son los dones de Cristo a la iglesia, los dones de 1 Cor 12 y 14
son los regalos del Espíritu Santo al individuo.
Predicción, ni adivinación. El don tal como se encuentra definido en 1 Cor 14:3, no
confiere el poder para predecir el futuro. Profetizar no significa predecir sino
sencillamente hablar por otro. Si pone algo al descubierto o predice algún evento es
porque el don de profecía va acompañado, ya sea de palabra de conocimiento o palabra
de sabiduría (1 Cor 14:6, Luc 1:46-55).
Guianza. No tiene la intención, y en verdad, ningún don espiritual lo tiene, de tomar el
lugar del sentido común y del juicio natural (Sal 32:9, Luc 12:57), y menos del Espíritu
Santo para guiar a la persona. El don de profecía, ni aún el oficio de profeta, puede
tomar el lugar del Espíritu Santo quién es quien debe guiarnos a toda verdad.
Predicación. Tratar el don de tal modo es despojarlo enteramente de su carácter
sobrenatural. En la predicación, la mente natural, abastecida de la Palabra, es operada
por el Espíritu. En la profecía, la mente del Espíritu habla mediante los órganos
naturales de la voz humana. La predicación es divinamente inspirada, pero no es
sobrenatural. La profecía es totalmente sobrenatural. La predicación de la Palabra es
hablar las verdades bíblicas que han sido investigadas y estudiadas para su exposición,
es la proclamación del “logos” de Dios. Aunque muchas veces, dentro de la predicación
va incluída una proclamación profética para alguno de los oyentes.
La mera repetición de versículos bíblicos. Esta es una obra del Espíritu por medio de la
facultad natural de la memoria, pero no sucede a través de un don espiritual.
El oficio profético y el don de profecía son distintos por las siguientes razones:
El oficio de profeta es inseparable de una persona (Efe 4:11); el don de profecía es tan
sólo un instrumento (1 Cor 12.10).
La esfera de influencia del don de profecía es exclusivamente para edificar a la iglesia
local (1 Cor 14:4), mientras que la esfera de influencia del oficio profético puede, y
generalmente lo hace, extenderse fuera de los límites de la iglesia local.
Para que una persona sea profeta se necesitan dones mucho mayores que el don de
profecía.
La revelación de cosas fuera de la Palabra de Dios –cosas del pasado, presente o futuro
desconocidos— es necesaria al oficio profético. Pero esta revelación no está incluída
en el alcance del don espiritual de profecía.
La prueba del profeta es esta revelación personal y exclusiva (Num 12:6) mientras que
el alcance del don de profecía se limita a la edificación, exhortación y consolación.
El don de profecía es comparable al don de lenguas más interpretación, pero a ninguno
se le ocurriría equiparar estos dos dones con el oficio profético. De la misma manera, el
don de profecía no puede ser equiparado al oficio profético. Naturalmente, el oficio
incluye el don, pero no resulta a la inversa.
Cualquier creyente, todos (1 Cor 14:31) puede ser poseedor del don de profecía, pero
obviamente, no todos los creyentes pueden ser profetas. Este don no significa que la
persona que lo manifiesta sea un profeta, ni que tenga que profetizar todo el tiempo.
Aunque el profeta, necesariamente, tiene este don. Cualquier creyente puede profetizar
pero no cualquier creyente es por ello profeta. El profeta, con las palabras proféticas
que proclama, está más orientado hacia grupos que hacia personas (Cuerpo de Cristo,
nación, Jer 1.10).
(Proverbios 5: 18-19)
Si bien es cierto el sexo fue creado por Dios para el disfrute de los esposos y no solamente para su
reproducción, no todo está permitido en el lecho conyugal de los cristianos.
NO al sexo “contra natura”
“Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aún sus mujeres cambiaron el uso natural
por el que es contra naturaleza…”
(Romanos 1:26)
Dios creó el ano como un orificio para defecar y eliminar desechos y por ende es una parte del
cuerpo llena de toxinas. El uso de ese orificio con fines sexuales, aunque sea entre esposos, va en
contra del propósito de la creación divina.
La mayor parte de las mujeres que encuentran degradante el sexo anal suelen quejarse también
de experimentar dolor.
Triple razón por la que el esposo cristiano no debiera dejarse llevar por sus bajas pasiones: la
Palabra de Dios lo condena, su esposa lo rechaza y encima le duele.
La sociedad hedonista en la que vivimos ha hecho creer a las parejas, inclusive a las cristianas, que
ver pornografía es bueno para su vida sexual.
Pero la pornografía fomenta la lujuria o lascivia por otras personas que no son el cónyuge y fue el
mismo Jesús quien nos alertó sobre las terribles consecuencias de cometer este pecado en
» Ustedes han oído que se dijo: “No cometas adulterio”. Pero yo les digo que cualquiera que mira
a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón. Por tanto, si tu ojo
derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que
todo él sea arrojado al infierno.” (Mateo 5:27-29)
No a la manipulación del otro a través de la negación sexual
Esta práctica suele ser más común entre las mujeres que los hombres, las que “castigan” a su
esposo sin relaciones sexuales o usan su “´poder sexual” sobre él entregándole lo que desea a
cambio de algo que ella quiere conseguir, lo que equivaldría a un chantaje.
“El hombre debe cumplir su deber conyugal con su esposa, e igualmente la mujer con su esposo.
La mujer ya no tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposo. Tampoco el hombre tiene
derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposa. No se nieguen el uno al otro, a no ser de común
acuerdo, y solo por un tiempo, para dedicarse a la oración. No tarden en volver a unirse
nuevamente; de lo contrario, pueden caer en tentación de Satanás, por falta de dominio propio.”
(1 de Corintios 7: 3-5)
NO a la inclusión de terceros
Y lo dice el apóstol Pablo en (1 de Corintios 7:2): “Pero, en vista de tanta inmoralidad, cada
hombre debe tener su propia esposa y cada mujer su propio esposo.”
No hagan del sexo un ídolo: Jehová aborrece a quienes fabrican ídolos que ocupan Su lugar.
“Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los
adúlteros los juzgará Dios.” (Hebreos 13:4)