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MISAL

mensual
Con las oraciones propias de cada día del mes

Septiembre 2023
Ciclo dominical A
Ciclo ferial I

13 Buena
13 Prensa
Obra de los jesuítas de México, al servicio de la misión de la Iglesia
ORDINARIO DE LA MISA
RITOS INICIALES
CANTO DE ENTRADA
Si no hay canto, se recita la antífona de entrada. Terminado el canto, el sacerdote dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
El pueblo responde: Amén.

SALUDO
El sacerdote hace la señal de la cruz y saluda a la asamblea en nombre del Señor con
éstas o parecidas palabras.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del
Espíritu Santo estén con todos ustedes. - Y con tu espíritu.

ACTO PENITENCIAL
Los fieles se preparan para celebrar la Eucaristía, reconociendo sus pecados:
Hermanos: para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozca­
mos nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he
pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa,
por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre
Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan
por mí ante Dios, nuestro Señor.
El sacerdote concluye:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros peca­
dos y nos lleve a la vida eterna. Amén.
Señor, ten piedad. -Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad. -Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. -Señor, ten piedad.
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GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glori­
ficamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopo­
deroso. Señor, Hijo único, Jesucristo; Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo
del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú
que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sen­
tado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres
Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en
la gloria de Dios Padre. Amén.
Buena Prensa i 3
ORACIÓN COLECTA

LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Los domingos se toma del Antiguo Testamento, excepto en el Tiempo Pascual, que se
toma del libro de los Hechos de los Apóstoles.

SALMO
El salmo se canta o recita por un salmista desde el ambón. La asamblea participa con
la respuesta (R.).

SEGUNDA LECTURA (en los domingos y solemnidades)


Está tomada de una carta escrita por un apóstol (casi siempre por san Pablo) dirigida a
alguna de las primeras comunidades cristianas.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO


Aclamamos a Cristo, que nos va a hablar ahora en el Evangelio. Durante la Cuaresma,
el Aleluya se reemplaza con una aclamación distinta. El verso lo canta el coro o el cantor.

EVANGELIO
Es la cumbre de la Liturgia de la Palabra. Escuchamos al Señor, que está vivo entre nosotros
y nos habla hoy.

HOMILÍA

PROFESIÓN DE FE
Terminada la homilía, cuando está prescrito, se canta o se dice el Símbolo o Profesión de fe:
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo
único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo,

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Ordinario de la Misa
En las palabras que siguen, hasta se hizo hombre, todos se inclinan.
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo
hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio
Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escritu­
ras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo ven­
drá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del
Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y
que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica
y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.

En lugar del Símbolo Niceno-constantinopolitano, sobre todo en el Tiempo de Cuaresma


y en el Tiempo Pascual, se puede emplear el Símbolo bautismal de la Iglesia de Roma,
también llamado (,de los Apóstoles”
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo
en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
En las palabras que siguen, hasta María Virgen, todos se inclinan.
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa
María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado,
muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de
entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios,
Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo
en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el
perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.

PLEGARIA UNIVERSAL

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LITURGIA EUCARÍSTICA
PREPARACIÓN DE LOS DONES

Se lleva el pan y el vino al altar. También se recogen los dones para la Iglesia y para los
pobres.

Presentación del pan


Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del
trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presenta­
mos; él será para nosotros pan de vida.
—Bendito seas por siempre, Señor.

Por el misterio de esta agua y este vino, haz que compartamos la divinidad de
quien se ha dignado participar de nuestra humanidad.

Presentación del vino


Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del
trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presenta­
mos; él será para nosotros bebida de salvación.
—Bendito seas por siempre, Señor.

Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea
hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.
Lava del todo mi delito, Señor, y limpia mi pecado.

Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a
Dios, Padre todopoderoso.
—El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de
su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

PLEGARIA EUCARÍSTICA

El Señor esté con ustedes. R Y con tu espíritu.


Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y necesario.

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Ordinario de la Misa
PREFACiqi PARA LOS DOMINGOS DEL TIEMPO ORDINARIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siem­
pre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo,
Señor nuestro. Quien, por su Misterio Pascual, realizó la obra maravillosa de
llamarnos de la esclavitud del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe
elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de tu propiedad, para que,
trasladados por ti de las tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo
tus maravillas. Por eso, con los ángeles y los arcángeles, con los tronos y domi­
naciones y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu
gloria: Santo, Santo, Santo...
PREFACIO II DE LA EUCARISTÍA Los frutos de laEucar
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siem­
pre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo,
Señor nuestro. El cual, en la última cena con los Apóstoles, para perpetuar el
memorial salvífico de la cruz, se ofreció a ti como Cordero inmaculado, y tú lo
aceptaste como sacrificio de alabanza perfecta. Con este venerable sacramento,
alimentas y santificas a tus fieles para que, a la familia humana que habita un
mismo mundo, una misma fe la ilumine y un mismo amor la una. Así pues,
nos acercamos a la mesa de tan admirable sacramento, para que, colmados por la
dulzura de tu gracia, lleguemos a ser imagen de la hermosura celestial. Por eso,
todas tus creaturas, en el cielo y en la tierra te adoran cantando un cántico
nuevo; y también nosotros, con la multitud de los ángeles, te aclamamos por
siempre, diciendo: Santo, Santo, Santo...
PREFACIO I DE SANTA MARÍA VIRGEN
Maternidad de la santísima Virgen María
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siem­
pre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar,
bendecir y proclamar tu gloria en la *** de santa María, siempre virgen. (Mater­
nidad / Visitación / Natividad / festividad / conmemoración) Porque ella con­
cibió a tu Hijo único por obra del Espíritu Santo, y sin perder la gloria de su
virginidad, hizo resplandecer sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo, Señor
nuestro. Por él, los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales, cele­
bran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces,
cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...
PREFACIO I DE LOS APÓSTOLES
Los apóstoles, pastores del pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Por­
que tú, Pastor eterno, no abandonas a tu rebaño, sino que por medio de los santos

Buena Prensa | 7
Apóstoles, lo cuidas y lo proteges siempre, para que sea gobernado por
aquellos mismos pastores que le diste como vicarios de tu Hijo. Por eso, con
los ángeles y los arcángeles, con los tronos y dominaciones y con todos los coros
celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
PREFACIO II DE LOS SANTOS MÁRTIRES
Las maravillas de Dios en la victoria de los mártires
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siem­
pre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque al
alabar nosotros a los santos mártires, tú eres glorificado, ya que todo lo que
concierne a su pasión es obra admirable de tu poder. En efecto, tú misericordio­
samente les proporcionas el ardor de la fe, tú les otorgas la firmeza de la
perseverancia y les concedes la victoria en la batalla, por Cristo, Señor nues­
tro. Por eso, tus creaturas del cielo y de la tierra te adoran cantando un cántico
nuevo, y nosotros, con todos los coros de los ángeles, proclamamos tu gloria,
diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...
PREFACIO COMÚN II La salvación por Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siem­
pre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por
amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, lo redimiste por tu
misericordia, por Cristo, Señor nuestro. Por él, los ángeles y los arcángeles, y
todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Per­
mítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza: Santo,
Santo, Santo...
PREFACIO III DE DIFUNTOS Cristo, vida y resurrección
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siem­
pre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo,
Señor nuestro. Él es la salvación del mundo, la vida de los hombres y la resurrec­
ción de los muertos. Por él, los ángeles y los arcángeles te adoran eternamente,
gozosos en tu presencia. Permítenos unirnos a sus voces cantando jubilosos
tu alabanza: Santo, Santo, Santo...

ACLAMACIÓN
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la
tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del
Señor. Hosanna en el cielo.

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Ordinario de la Misa
PLEGARIA EUCARÍSTICA II

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre


santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. Por él, que es tu
Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por
obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y
Redentor. Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y mani­
festar la resurrección, extendió sus brazos en la cruz, y así adquirió para ti un
pueblo santo. Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria,
diciendo: Santo, Santo, Santo...
Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; por eso te pedimos que
santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que se convier­
tan para nosotros en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El
cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó
pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por
ustedes.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la
alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el per­
dón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía.
Éste es el Misterio de la fe.
0 bien:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
- Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor
Jesús!
Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de
tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias
porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad a
cuantos participamos del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra;

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En los domingos:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra y reunida aquí en el
domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de
su vida inmortal;

y con el Papa N., con nuestro Obispo N., y todos los pastores que cuidan de tu
pueblo, llévala a su perfección por la caridad.

En las Misas por los difuntos se puede añadir:


Recuerda a tu hijo (hija) N., a quien llamaste (hoy) de este mundo a tu presencia;
concédele que, así como ha compartido ya la muerte de Jesucristo, comparta
también con él la gloria de la resurrección.

Acuérdate también de nuestros hermanos que se durmieron en la esperanza de


la resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia; admítelos a con­
templar la luz de tu rostro. Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la
Virgen Madre de Dios, su esposo san José, los apóstoles y cuantos vivieron en
tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, com­
partir la vida eterna y cantar tus alabanzas.
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu
Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Sigue el rito de la Comunión, pág. I4 ---------------------------------- — — ——:-----—

PLEGARIA EUCARÍSTICA III

Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas tus creaturas, ya que
por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida
y santificas todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor
un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo Espíritu estos dones que
hemos separado para ti, de manera que se conviertan en el Cuerpo y ^ la Sangre de
Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que nos mandó celebrar estos misterios.
Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan, y dando gra­
cias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:

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Ordinario de la Misa
Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por
ustedes.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, dando gracias te bendijo, y lo
pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la
alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el
perdón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía.
Éste es el Misterio de la fe.
O bien:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
- Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor
Jesús!
Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión salvadora de tu Hijo, de
su admirable resurrección y ascensión al cielo, mientras esperamos su venida glo­
riosa, te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce en ella la Víctima
por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad, para que, fortalecidos
con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en
Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.
Que él nos transforme en ofrenda permanente, para que gocemos de tu here­
dad junto con tus elegidos: con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo san
José, los apóstoles y los mártires, (san N.: santo del día o patrono) y todos los
santos, por cuya intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda.
Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación traiga la paz y la salva­
ción al mundo entero. Confirma en la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina
en la tierra: a tu servidor, el Papa N., a nuestro Obispo N., al orden episcopal, a
los presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo redimido por ti.*
Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia.

En los domingos:
Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia
en el domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partí­
cipes de su vida inmortal.

Buena Prensa | I|
Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo.
+ A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en
tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria,
por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes. +
Cuando esta Plegaria eucarística se utiliza en las Misas de difuntos, puede decirse:
+ Recuerda a tu hijo (hija) N., a quien llamaste (hoy) de este mundo a tu pre­
sencia: concédele que, así como ha compartido ya la muerte de Jesucristo,
comparta también con él la gloria de la resurrección, cuando Cristo haga resur­
gir de la tierra a los muertos, y transforme nuestro cuerpo frágil en cuerpo
glorioso como el suyo. Y a todos nuestros hermanos difuntos y a cuantos murie­
ron en tu amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de
la plenitud eterna de tu gloria; allí enjugarás las lágrimas de nuestros ojos, porque,
al contemplarte como tú eres, Dios nuestro, seremos para siempre semejantes a
ti y cantaremos eternamente tus alabanzas, por Cristo, Señor nuestro, por quien
concedes al mundo todos los bienes. +

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu
Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Sigue el rito de la Comunión, pág. 14 ------------------- ^ .................

PLEGARIA EUCARÍSTICA III


PARA LAS MISAS CON NIÑOS
Te damos gracias, Padre, porque tú nos has creado para que vivamos para ti y nos
amemos fraternalmente los unos a los otros. Es un don tuyo que poda­
mos mirarnos y dialogar como hermanos, de manera que podamos compar­
tir las cosas buenas y también las difíciles. +
t Por eso, Padre, estamos contentos y te damos gracias. Unidos a todos los que
creen en ti, y con los santos y los ángeles te cantamos con gozo:
Todos aclaman:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
Dios y Padre nuestro, en verdad eres santo, y eres siempre bueno con nosotros.
Tú muestras a todos tu misericordia y nosotros te damos gracias, en primer
lugar, por tu Hijo Jesucristo.

12 I Misal Mensual
Ordinario de la Misa
Él quiso venir al mundo porque los hombres, por el pecado, te habían abandonado
y entre sí no lograban entenderse. Él nos abrió los ojos y los oídos para que recono­
ciéramos que tú eres el Padre de todos y para que nosotros nos amemos unos a
otros, t
t Él nos congrega ahora en torno a esta mesa sagrada, porque quiere que haga­
mos lo mismo que él hizo antes en la Última Cena con sus discípulos.
Padre bueno, por la fuerza de tu Espíritu Santo dígnate santificar estos dones
de pan y de vino, de manera que se conviertan para nuestro bien en el
Cuerpo * y en la Sangre de tu Hijo Jesucristo.
Porque él, en aquella tarde, antes de morir por nosotros, mientras cenaba por
última vez con sus discípulos, tomó el pan, te dio gracias, lo partió y se lo dio,
diciendo:
Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes.
Del mismo modo, tomó el cáliz lleno de vino, te dio gracias de nuevo y lo dio a
sus discípulos, diciendo:
Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la
alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el per­
dón de los pecados.
Y les dijo también:
Hagan esto en conmemoración mía.
Éste es el Misterio de la fe.
0 bien:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
- Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor
Jesús!
Por eso, Padre santo, estamos reunidos delante de ti y recordamos llenos de ale­
gría todo lo que Jesús hizo para salvarnos. En este santo sacrificio, que él mismo
entregó a la Iglesia, celebramos su muerte y su resurrección. Padre santo, que
estás en el cielo, te pedimos que nos recibas a nosotros junto con tu Hijo amado.
Él aceptó libremente la muerte por nosotros, pero tú lo resucitaste. Por eso, llenos
de alegría, te aclamamos:
-Señor, porque eres bueno, te alabamos y te damos gracias.
Él vive siempre junto a ti y, sin embargo, está también con nosotros.
-Señor, porque eres bueno, te alabamos y te damos gracias.
Él vendrá al final lleno de gloria y en su Reino no habrá ya pobreza ni dolor,
nadie estará triste, y ya no existirá el imperio del pecado y de la muerte.
—Señor, porque eres bueno, te alabamos y te damos gracias.
Buena Prensa 13
Padre santo, tú nos llamaste para que con alegría recibiéramos de esta mesa el
Cuerpo y la Sangre de Cristo. Concédenos que, fortalecidos con la fuerza de este
alimento, te agrademos más y más, y por la comunión con el Espíritu Santo, llegue­
mos a ser un solo cuerpo en la caridad.
Acuérdate, Señor, del Santo Padre, el Papa N., de nuestro Obispo N., y de todos
los Obispos.
Ayuda a todos los discípulos de Jesucristo, para que trabajen por la paz del mundo
y sepan comunicar a los demás el don de la alegría. +
t Acuérdate también de nuestros hermanos difuntos que se durmieron en la
paz de Cristo, admítelos a contemplar ya la luz de tu rostro.
A todos nosotros concédenos que, con la Virgen María, la Madre de Dios,
con su esposo san José, (con san N.) y con todos los santos, vivamos algún
día en el cielo con Cristo y, con él, permanezcamos también junto a ti por
toda la eternidad, cantando tus alabanzas.
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu
Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE LA COMUNIÓN
Padrenuestro
Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos
atrevemos a decir:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a noso­
tros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy
nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbra­
nos del mal.
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para
que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y prote­
gidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro
Salvador Jesucristo.
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Rito de la paz
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz les dejo, mi paz les doy”,
no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu
palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.

14 Misal Mensual
Ordinario de la Misa
La paz del Señor esté siempre con ustedes. -Y con tu espíritu.
Si es oportuno, el diácono, o el sacerdote, invita a los fieles a darse la paz.
Dense fraternalmente la paz.
Fracción del pan
El gesto de la fracción del pan significa que formamos un solo cuerpo los que nos ali­
mentamos del Pan de vida, que es Cristo.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
Comunión
El sacerdote completa su preparación personal, diciendo en voz baja:
Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu
Santo, diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo
y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal. Concédeme cumplir siempre tus
mandamientos y jamás permitas que me separe de ti.
Muestra a los fieles el pan eucarístico:
Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invita­
dos a la cena del Señor.
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará
para sanarme.

Canto de Comunión
Si no hay canto se dice la antífona de la Comunión. Terminada la Comunión, se
puede orar en silencio por algún espacio de tiempo. También se puede cantar algún
salmo de alabanza.

RITO DE CONCLUSIÓN
El Señor esté con ustedes. -Y con tu espíritu.
La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo * , y Espíritu Santo, descienda
sobre ustedes. -Amén.
El diácono o el sacerdote dice:
Pueden ir en paz. -Demos gracias a Dios.

Buena Prensa | |5
Para quien inicia, se recomienda rezar la Liturgia de las Horas en comunidad y consuliar el
Instructivo para la Liturgia de las Horas, incluido en la edición popular de letra grande (201 í»
y posteriores).
Septiembre 2023
GUÍA PARA LA LITURGIA DE LAS HORAS
(Ediciones de 2004 en adelante).

Liturgia de las Horas Liturgia de las Horas Liturgia de las Horas


Día
popular para los fieles 4 tomos

Viernes 1 88 537 (IV) 777


Sábado 2 101 1076 y 550 (IV) 1607 y 797*

Domingo 3 108 y 477 (486)* 555 y 412* * (IV) 806 y 154-


Lunes 4 130 575 (IV) 835
Martes 5 142 587 (IV) 854
Miércoles 6 155 598 (IV) 874
Jueves 7 169 611 (IV) 895
Viernes 8 524 (546 y 529 ) 966 (IV) 1344
Sábado 9 195 1076 y 636+ (IV) 1607 y 935*

Domingo 10 202 y 478 (487) 642 y 414 (IV) 945 y 188“


Lunes 11 223 660 (IV) 971
Martes 12 236 672 (IV) 991
Miércoles 13 247 1111,683 1105 y 970 (IV) 1707,1011* 1693 y 1351
Jueves 14 259 694 (IV) 1029
Viernes 15 524 (546) 977 (IV) 1373
Sábado 16 283 1089,717 y 981 (IV) 1641,1069 y 1381

Domingo 17 289 y 479 (488) 722 y 415* (IV) 1077 y 220


Lunes 18 310 740 (IV) 1105
Martes 19 324 752 (IV) 1125
Miércoles 20 336 1089, 765 y 982 (IV) 1641,1144 y 1900
Jueves 21 22 y 532 (554 y 530) 1081 y 982 (IV) 1621 y 1390
Viernes 22 361 1089 y 788 (IV) 1641 y 1181
Sábado 23 373 1103,799 y 983 * (IV) 1691 y 1200

Domingo 24 13 y 480 (489) 472 y 416“ (IV) 671 y 255“


Lunes 25 36 490 (IV) 699
Martes 26 48 501 (IV) 718
Miércoles 27 62 1103, 514 y 984 (IV) 1691, 739* y 1395
Jueves 28 74 525 (IV) 756
Viernes 29 20 (y 530) 985 (IV) 1404
Sábado 30 101 l i l i , 550 y 990 (IV) 1707,797 y 1414

IMPORTANTE:
1. La paginación corresponde a las I Vísperas, para domingos y solemnidades, y a Laudes, para el resto de los días.
2. La edición popular no incluye todas las celebraciones del Propio de los santos.
3. En la edición popular, el número de página entre paréntesis corresponde a la de letra grande (a partir del 2016).
4. Salmodia: \
5. Oración y/o elementos propios: * .

16 Misal Mensual
I de septiembre
VIERNES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa del Sagrado Corazón de Jesús, tal
como aparecen en el presente formulario (cfr. M/sos votivas, Alisa/ Romano, p. 1177
[1168]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior o las de cualquier
domingo del Tiempo Ordinario.

Asumamos nuestra responsabilidad

Las consecuencias de nuestras equivocaciones no siempre son insig­


nificantes. Y es que muchas veces minimizamos el error para no
asumir nuestras responsabilidades. Aquellas vírgenes se habían des­
cuidado, en apariencia, poco: no habían llevado un pequeño recipiente
c o m e n t a r io
AL EVANGELIO
fe ace¡te rpara e| repuesto
r
de sus lámparas
r
que
'I
también, según
®
las
costumbres, eran pequeñas; el descuido, por el tamaño de los objetos,
fue pequeño, sin embargo, la consecuencia fue grande. Por esto llama la atención que
Jesús insista en que las consecuencias son desproporcionadas, pues a causa de aquel
descuido, aquellas vírgenes no pueden participar en el banquete de la boda. Con
esto, la parábola enseña que quien pretenda seguir a Jesús debe saber apreciar que
a veces, en lo aparentemente insignificante de la vida diaria, se juega la felicidad plena
o, al menos, gran parte de ella. Además, es una invitación a asumir, no sin pesar, pero
sí sin amarguras, que las acciones o actitudes, grandes o pequeñas, incluso las que
parecen insignificantes, tienen consecuencias para nuestra vida. La parábola cierra
con otra enseñanza: si hay responsabilidades en las que nadie nos puede suplir, tam­
bién es justo que no haya suplencia en las consecuencias de la irresponsabilidad.

¿Por qué es importante asumir con madurez nuestras responsabilidades? ¿En qué
nos debería ayudar asumir las consecuencias de nuestras acciones?

***

I de septiembre | I7
MISA VOTIVA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Blanco

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 32,


Los proyectos de su corazón subsisten de generación en generación, para
librar de la muerte a sus fieles y reanimarlos en tiempo de hambre.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, haz que nos revistamos con las virtudes del corazón de tu Hijo
y nos encendamos con el amor que lo inflama, para que, configurados a
imagen suya, merezcamos ser partícipes de la redención eterna. Por nues­
tro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Lo que Dios quiere de ustedes es que se santifiquen.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 4 ,1-8

ermanos: Les rogamos y los exhortamos en el nombre del Señor


H Jesús a que vivan como conviene, para agradar a Dios, según apren­
dieron de nosotros, a fin de que sigan ustedes progresando. Ya conocen, en
efecto, las instrucciones que les hemos dado de parte del Señor Jesús.
Lo que Dios quiere de ustedes es que se santifiquen; que se abstengan
de todo acto impuro; que cada uno de ustedes sepa tratar a su esposa
con santidad y respeto y no dominado por la pasión, como los paganos,
que no conocen a Dios. Que en esta materia, nadie ofenda a su hermano ni
abuse de él, porque el Señor castigará todo esto, como se lo dijimos y ase­
guramos a ustedes, pues no nos ha llamado Dios a la impureza, sino a la
santidad. Así pues, el que desprecia estas instrucciones no desprecia a un
hombre, sino al mismo Dios, que les ha dado a ustedes su Espíritu Santo.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 96


R. Alegrémonos con el Señor.

Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo entero. El


trono del Señor se asienta en la justicia y el derecho. R.
Los montes se derriten como cera ante el Señor, ante el Señor de toda la
tierra. Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pue­
blos. R.

18 I de septiembre
El Señor ama al que aborrece el mal, protege la vida de sus fieles y los
libra de los malvados. R.
Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón.
Alégrense, justos, con el Señor y bendigan su santo nombre. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO C/r. Le 21, 36


R. Aleluya, aleluya.
Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el Hijo del
hombre. R.

EVANGELIO
Ya viene el esposo, salgan a su encuentro.
: Del santo Evangelio según san Mateo: 2 5 ,1-13

n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: “El Reino de
E los cielos es semejante a aquellas diez jóvenes, que tomando sus lám­
paras, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y
cinco, previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron
aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una
un frasco de aceite junto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró
sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó un grito: ‘¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuen­
tro!’. Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a prepa­
rar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: ‘Dennos un
poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando’. Las previ­
soras les contestaron: ‘No, porque no va a alcanzar para ustedes y para
nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo’.
Mientras aquéllas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban
listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde
llegaron las otras jóvenes y dijeron: ‘Señor, señor, ábrenos’. Pero él les res­
pondió: ‘Yo les aseguro que no las conozco’.
Estén, pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Dios nuestro, Padre de misericordia, que por el inmenso amor con que nos
has amado, nos diste con inefable bondad a tu Unigénito, concédenos que,
unidos íntimamente a él, te ofrezcamos una digna oblación. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

I de septiembre 19
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
El cual, con inmenso amor, se entregó por nosotros en la cruz e hizo
salir sangre y agua de su costado herido, de donde habrían de brotar los sacra­
mentos de la Iglesia, para que todos los hombres, atraídos hacia el cora­
zón abierto del Salvador, pudieran beber siempre, con gozo, de la fuente de
la salvación.
Por eso, con todos los ángeles y los santos te alabamos, diciendo sin
cesar: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. In 7, 37-38


Dice el Señor: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba, aquel que cree en
mí. Como dice la Escritura: De sus entrañas brotarán ríos de agua viva.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Habiendo participado de tu sacram ento de amor, imploramos, Señor,
tu clemencia, para que, configurados con Cristo en la tierra, merezca­
mos compartir su gloria en el cielo. Él, que vive y reina por los siglos de los
siglos.

La narración de estas mujeres que estaban todas ataviadas para


convivir con el esposo terminó en tragedia para algunas de
ellas. Sólo la mitad del grupo pudo entrar a la celebración. La
vida que Jesús nos ofrece es gratis. De repente, llegará el esposo,
Jesús, y entrarán a su fiesta los que supieron esperar con su luz
PARA MEDITAR , ' '
encendida.

20 I I de septiembre
2 de septiembre
SÁBADO
Feria * Verde

Misa de feria (la del domingo anterior o de cualquier domingo del Tiempo Ordinario) con
las lecturas de hoy.También se puede celebrar la Misa que va a continuación, la del
*beato Bartolomé Gutiérrez (p. 24) o alguna otra votiva.

No tengamos miedo a Dios

El miedo es un problema para quien lo tiene y es un beneficio para


quien lo provoca. Del miedo se benefician quienes tienen cualquier
tipo de poder, pues les resulta útil para que la gente se mantenga
espantada, de tal manera que no vean la realidad con claridad y no se
COMENTARIO
AL EVANGELIO
comprometan con determinación con la transformación propia y de
su entorno. En el amplio panorama de los miedos sobresale el miedo
religioso, aquel que provoca que se tenga pavor a Dios. Este miedo afecta toda la
existencia, provocando no sólo una relación inadecuada con la divinidad sino una
relación tergiversada con los demás, con el entorno y consigo mismo. Con razón
Jesús en la parábola sostiene que una de las causas, quizá la principal, por la que uno
de los siervos no produjo ganancias con lo que se le había prestado, fue precisa­
mente el miedo que tenía a su amo, que parece estar representando a Dios. Jesús,
según Mateo, pretendía probablemente, explicar que el miedo a Dios no es sano
porque paraliza a las personas ante la realidad y las inutiliza en su relación con los
demás.

¿Por qué a veces tenemos un miedo malsano a Dios? ¿Qué consecuencias nos ha
traído este miedo? ¿Cómo podríamos superar este miedo?

***

2 de septiembre 21
MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO
Blanco

ANTÍFONA DE ENTRADA C/r. Jdt 13, 18-19


Bendita eres tú, Virgen María, por obra de Dios Altísimo, sobre todas las
mujeres de la tierra; porque tu nombre ha sido engrandecido para que la boca
de los hombres no cese de alabarte.

ORACIÓN COLECTA
Al celebrar la gloriosa memoria de la santísima Virgen María, te pedimos,
Señor, por su intercesión, que también nosotros logremos recibir la pleni­
tud de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Ustedes mismos han sido instruidos por Dios para amarse los unos a los otros.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 4,9-11

ermanos: En cuanto al amor fraterno, no necesitan que les escri­


H bamos, puesto que ustedes mismos han sido instruidos por Dios
para amarse los unos a los otros. Y ya lo practican bien con los herma­
nos de toda Macedonia. Pero los exhortamos á que lo practiquen cada día
más y a que procuren vivir en paz unos con otros, ocupándose cada cual de
sus asuntos y trabajando cada quien con sus propias manos, como se lo hemos
ordenado a ustedes.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 97


R. Cantemos al Señor con alegría.

Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y


su santo brazo le han dado la victoria. R.
Alégrense el mar y el mundo submarino, el orbe y todos los que en él
habitan. Que los ríos estallen en aplausos y las montañas salten de alegría. R.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Jus­
ticia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 34


R. Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los
otros, como yo los he amado. R.

22 I 2 de septiembre
EVANGELIO
Porque has sido fiel en cosas de poco valor, entra a tomar parte en la alegría de tu señor.
^ Del santo Evangelio según san Mateo: 25,14-30

n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: “El Reino de
E los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a
tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bie­
nes. A uno le dio cinco millones; a otro, dos; y a un tercero, uno, según la
capacidad de cada uno, y luego se fue.
El que recibió cinco millones fue enseguida a negociar con ellos y ganó
otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el
que recibió un millón hizo un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de
su señor. Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuen­
tas a sus servidores.
Se acercó el que había recibido cinco millones y le presentó otros cinco,
diciendo: ‘Señor, cinco millones me dejaste; aquí tienes otros cinco, que
con ellos he ganado’. Su señor le dijo: ‘Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto
que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor.
Entra a tomar parte en la alegría de tu señor’.
Se acercó luego el que había recibido dos millones y le dijo: ‘Señor,
dos millones me dejaste; aquí tienes otros dos, que con ellos he ganado’. Su
señor le dijo: ‘Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en
cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte
en la alegría de tu señor’.
Finalmente se acercó el que había recibido un millón y le dijo: ‘Señor,
yo sabía que eres un hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plan­
tado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder
tu millón bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo’.
El señor le respondió: ‘Siervo malo y perezoso. Sabías que cosecho lo que
no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por qué, entonces, no
pusiste mi dinero en el banco para que, a mi regreso, lo recibiera yo con
intereses? Quítenle el millón y dénselo al que tiene diez. Pues al que tiene
se le dará y le sobrará; pero al que tiene poco, se le quitará aun eso poco que
tiene. Y a este hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto
y la desesperación’”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

2 de septiembre | 23
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza, al conmemorar llenos de
gozo a la Madre de tu Hijo; y te pedimos que por este santo intercambio,
se aumenten en nosotros los frutos de la redención eterna. Por Jesu­
cristo, nuestro Señor.

Prefacio de santa María Virgen.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Le 1, 48


Me llamarán dichosa todas las generaciones, porque Dios puso sus ojos en
la humildad de su esclava.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Alimentados por este celestial banquete, te rogamos humildemente, Señor,
que nos concedas confesar de palabra y con las obras a tu Hijo, nacido de
la Virgen Madre. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

* * *

*8eoto Bartolomé Gutiérrez, presbítero y mártir (mi), rojo (MR, p. 826 [816]).

Nació en México, en 1580. Fue sacerdote de la Orden de San Agustín, y pidió ser
enviado a las misiones.Trabajó quince años en Japón, donde fue martirizado el 3
de septiembre de 1632.

ORACIÓN COLECTA
Te suplicamos, Señor Dios todopoderoso, que, por la intercesión de tu
bienaventurado mártir Bartolomé Gutiérrez, nos libres de todas las desgra­
cias corporales y purifiques nuestras almas de todo mal pensamiento. Por
nuestro Señor Jesucristo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Al recordar el martirio del beato Bartolomé Gutiérrez, traemos, Señor, a
tu altar nuestros dones, y te pedimos que quienes celebramos los miste­
rios de la pasión del Señor, imitemos lo que realizamos. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

24 I 2 de septiembre
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Ya que hemos celebrado el banquete celestial, te pedimos, Señor, que el
recuerdo del martirio del beato Bartolomé Gutiérrez y nuestra oración fer­
vorosa nos alienten a seguir el ejemplo generoso de su fe. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

La parábola de los talentos nos muestra que a Dios le gustan las


mujeres y los hombres arriesgados, los que no dudan en levantar
la mano para servir y aprender. A nadie se le perdonará el haber­
se ahorrado talentos que pudieron haber sido desarrollados
PARA MEDITAR
dando gloria a Dios, y que por miedo o pereza se quedaron enterra­
dos profundamente.

LITURGIA DE LAS HORAS


Vísperas I del domingo: 2a semana del Salterio.
Tomo IV: pp. 806 y 154; para los fieles: pp. 555 y 412;
edición popular:pp. 108 y 477 (486*).

* A partir de la edición 2016 de letra grande.

2 de septiembre 25
3 de septiembre
XXII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Verde

Dispongámonos
a seguir a Jesús
Para ser cristianos se requieren básicamente
tres actitudes: no ser egoístas, asumir nuestra
vida con franqueza y vivir de manera dinámica.
Así parece que lo entendieron muchos de los
primeros cristianos y lo muestra Mateo al
presentar a Jesús pidiendo a quienes pre­
tendan seguirlo, en primer lugar, que renun­
cien a sí mismos (v. 23). Negarse a sí mismo
no significa menospreciarse o no quererse,
sino evitar el egoísmo, que es otro modo de afir­
mar que sólo es posible ser discípulo de Jesús
controlando el ego, es decir, evitando esa pre­
“£/ que quiera venir conmigo, tensión, siempre enfermiza, de que todo gire
que renuncie a sí mismo, que en torno nuestro, de que las cosas se hagan a
tome su cruz y me siga” nuestro modo y conveniencia, sacando un
beneficio personal siempre, sin que importe en
lo más mínimo la felicidad de los demás. En segundo lugar, Jesús, según Mateo, pide que
quien quiera ser su discípulo “tome su cruz” (v. 24). Esta indicación es una invitación a
que se asuma el proyecto de Jesús con todas sus consecuencias, al estilo del Maestro. Pero
también esta expresión puede estar significando que quien pretenda ser discípulo de
Jesús debe entrar en un proceso de reconocimiento y aceptación, no sólo de lo posi­
tivo que posee, sino también de todo aquello que lo lastima, lo hace sufrir o lo man­
tiene frustrado. Si esto es correcto, entonces “cargar la cruz” podría significar tanto
la disponibilidad para asumir las consecuencias del compromiso al estilo de Jesús,
como la capacidad de ser honesto ante lo que se tiene y lo que se carece. Por último, sólo
desde las dos exigencias anteriores se puede seguir a Jesús, es decir, disponerse a
vivir siempre caminando, en movimiento, así como a reconocer que debe ser él el
referente de lo que se piense y de lo que se haga.
¿Qué nos impide ser mejores discípulos de Jesús? ¿Qué podríamos hacer, según el
mensaje aquí propuesto, para ser mejores seguidores de Jesús?

26 I 3 de septiembre
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 85, 3. 5
Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco: Tú eres bueno y cle­
mente, y rico en misericordia con quien te invoca.

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA
Dios de toda virtud, de quien procede todo lo que es bueno, infunde en
nuestros corazones el amor de tu nombre, y concede que, haciendo más
religiosa nuestra vida, hagas crecer el bien que hay en nosotros y lo conser­
ves con solicitud amorosa. Por nuestro Señor Jesucristo...

El profeta Jeremías tiene que vivir desprecios y persecuciones


por ser fiel al llamado de Dios. Jesús, en el evangelio, nos anun­
ciará que será perseguido hasta la muerte, por su fidelidad a la
voluntad de Dios.
M O N IC IÓ N

PRIMERA LECTURA
Soy objeto de burla por anunciar la palabra del Señor.
Del libro del profeta Jeremías: 20, 7-9

e sedujiste, Señor, y me dejé seducir; fuiste más fuerte que yo y me


M venciste. He sido el hazmerreír de todos; día tras día se burlan de
mí. Desde que comencé a hablar, he tenido que anunciar a gritos violencia
y destrucción. Por anunciar la palabra del Señor, me he convertido en
objeto de oprobio y de burla todo el día. He llegado a decirme: “Ya no me
acordaré del Señor ni hablaré más en su nombre”. Pero había en mí como
un fuego ardiente, encerrado en mis huesos; yo me esforzaba por conte­
nerlo y no podía.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 62


B.P. 1560
Dm Bí> Gm Am

^ a r y T j = = j Í ' "IJÍ J» .....


Se - ñor, mi al - ma tie - ne sed de ti.

3 de septiembre 27
R. Señor, mi alma tiene sed de ti.
Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta está mi alma. Señor, todo
mi ser te añora, como el suelo reseco añora el agua. R.
Para admirar tu gloria y tu poder, con este afán te busco en tu santuario.
Pues mejor es tu amor que la existencia; siempre, Señor, te alabarán mis
labios. R.
Podré así bendecirte mientras viva y levantar en oración mis manos. De
lo mejor se saciará mi alma; te alabaré con jubilosos labios. R.
Porque fuiste mi auxilio y a tu sombra, Señor, canto con gozo. A ti se
adhiere mi alma y tu diestra me da seguro apoyo. R.

San Pablo, en la segunda lectura, nos invita a vivir siguiendo siem­


pre la voluntad de Dios.
M ON IC IÓ N

SEGUNDA LECTURA
Ofrézcanse ustedes mismos como una ofrenda viva.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 12,1-2

ermanos: Por la misericordia que Dios les' ha manifestado, los exhorto


H a que se ofrezcan ustedes mismos como una ofrenda viva, santa y
agradable a Dios, porque en esto consiste el verdadero culto. No se dejen
transformar por los criterios de este mundo, sino dejen que una nueva
manera de pensar los transforme internamente, para que sepan distinguir
cuál es la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le agrada, lo
perfecto.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO C/r. Ef 17-18

A-le-lu-ya, a-l e-l u-ya, a- l e- l u - ya.

R. Aleluya, aleluya.
Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes, para que
podamos comprender cuál es la esperanza que nos da su llamamiento. R.

28 3 de septiembre
Jesús anuncia la proximidad de su pasión y de su muerte, y declara
a sus discípulos que, si quieren seguirlo, tendrán que cargar, ellos
también, su propia cruz. ¿Estamos dispuestos a hacerlo?
M ON IC IÓ N

EVANGELIO
El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo.
^ Del santo Evangelio según san Mateo: 16, 21-27

n aquel tiempo, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía


E que ir a Jerusalén para padecer allí mucho de parte de los ancianos, de
los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte
y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: “No lo permita
Dios, Señor. Eso no te puede suceder a ti”. Pero Jesús se volvió a Pedro
y le dijo: “¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi
camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!”.
Luego Jesús dijo a sus discípulos: “El que quiera venir conmigo, que
renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar
su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. ¿De
qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá
dar uno a cambio para recobrarla?
Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre,
en compañía de sus ángeles, y entonces le dará a cada uno lo que merecen
sus obras”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras oraciones, para que poda­
mos alegrarnos al recibir su ayuda.
Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos,
t Por la Iglesia santa, católica y apostólica. Para que el Señor la
haga crecer en la fe, la esperanza y la caridad. Oremos,
t Por los gobernantes de las naciones, especialmente el Presidente de
la República y los trabajadores de la administración pública. Para
que busquen con sinceridad el bienestar de todos los ciudadanos.
Oremos.

3 de septiembre 29
[R. Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos. |
t Por los pobres y los enfermos, por los humillados y los persegui­
dos, por todos los que comparten más de cerca el dolor de la pasión y
la cruz. Para que el Señor los proteja, los libere, les devuelva la salud
y los consuele. Oremos,
t Por las personas que viven al margen de la sociedad, en condiciones
de vida infrahumanas. Para que no sean olvidadas por las institucio­
nes y nunca sean descartadas. Oremos,
t Por nuestros hermanos difuntos. Para que Dios, en su bondad, los
admita en el coro de los santos y de los elegidos. Oremos,
t Por quienes nos hemos reunido a celebrar la Eucaristía. Para que acep­
temos que la cruz de Cristo es el camino de nuestra salvación. Oremos.
Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo y renuévanos con tu Espí­
ritu de verdad, para que nunca nos dejemos engañar por las seducciones
del mundo, y sepamos discernir y elegir lo bueno, lo que te agrada, lo per­
fecto. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Que esta ofrenda sagrada, Señor, nos traiga siempre tu bendición salvadora,
para que dé fruto en nosotros lo que realiza el misterio. Por Jesucristo, nues­
tro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 30, 20


Qué grande es tu bondad, Señor, que tienes reservada para tus fieles.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Saciados con el pan de esta mesa celestial, te suplicamos, Señor, que este
alimento de caridad fortalezca nuestros corazones, para que nos animemos
a servirte en nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

30 3 de septiembre
PENSAR Y OBRAR DE ACUERDO
CON LA VOLUNTAD DE DIOS

Cuando los discípulos de Jesús le t Cuando Pedro intentó disua­


pidieron que les enseñara a orar, dir a Jesús de hacer la voluntad
él, como auténtico y autorizado del Padre, Jesús lo reprendió
Maestro de oración, les enseñó a severamente, diciéndole: “¡Apár­
rezar el Padrenuestro; por eso la Igle­ tate de mí, Satanás, y no inten­
sia le da un lugar preponderante tes hacerme tropezar en mi
en la liturgia, y es la oración por camino, porque tu modo de pen­
excelencia a la que los cristianos sar no es el de Dios, sino el de
recurrimos cuando oramos en comu­ los hombres!”.
nidad o personalmente.
+ Y es que el demonio se las inge­
t En el Padrenuestro le pedimos a nia para alejar a los seres huma­
Dios: “Hágase tu voluntad en nos de hacer la voluntad de Dios,
la tierra como en el cielo”. y se ha inventado una canti­
dad impresionante de cosas para
lograrlo.

Por eso san Pablo nos dice:


“No se dejen transformar
por los criterios de este mundo”.

3 de septiembre | 3I
4 de septiembre
LUNES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa de san Pablo, apóstol, tal como aparecen
en el presente formulario (cfr. Misas votivas, Misal Romano, p. 1211 [1202]);
pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior o las de cualquier domingo
del Tiempo Ordinario.

Bendecidos para ser bendición

Las bendiciones que decimos recibir / que creemos merecer de Dios,


lejos de encerrarnos en nosotros mismos y en nuestro propio grupo,
deberían abrirnos a desear lo mismo para todas las personas, incluidas
aquellas que no creen, piensan o actúan como nosotros. Algunos de
ai°e^an^ elio *os Pr'meros cristianos pensaban, equivocadamente, por cierto,
que las buenas noticias que había traído Jesús (w. 18-19) eran única­
mente para “sus” pobres, “sus” oprimidos y “sus” cautivos. Olvidaban que la gente
que sufre está en todas partes y quienes padecen opresión viven en cualquier
lugar, que es otro modo de decir que, si los sufrimientos y necesidades no respetan
fronteras, las soluciones humanas y las bendiciones divinas tampoco deben tener­
las. De este modo, la toma de conciencia de las bendiciones recibidas de parte
de Dios deben resposabilizarnos personal y comunitariamente para que éstas a su
vez, sean bendición para todos, y a vivir en una permanente apertura para que Dios
ejerza su derecho de bendecir a todos, incluidas aquellas personas que no creen o
piensan como nosotros, pues ninguna bendición recibida nos convierte en dueños
exclusivos de Dios y de sus bondades.

¿Por qué a veces las bendiciones de Dios nos cierran, en lugar de abrirnos, a las
necesidades de los demás? ¿Qué podríamos hacer para no comportarnos como si
fuéramos destinatarios y dueños exclusivos de las bendiciones de Dios?

* * *

32 4 de septiembre
MISA VOTIVA DE SAN PABLO, APÓSTOL
Rojo

ANTÍFONA DE ENTRADA 2 Tim 1,12; 4, 8


Yo sé bien en quién tengo puesta mi confianza y estoy seguro de que el
Señor, justo juez, con su poder cuidará, hasta el último día, lo que me ha
encomendado.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que tan admirablemente elegiste al apóstol san Pablo para que
predicara el Evangelio, concede que en todo el mundo penetre la fe que él
mismo llevó ante reyes y naciones, para que tu Iglesia se extienda sin cesar.
Por nuestro Señor lesucristo...

PRIMERA LECTURA
A los que murieron en Jesús, Dios los llevará con él.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 4,13-18

ermanos: No queremos que ignoren lo que pasa con los difuntos, para
H que no vivan tristes, como los que no tienen esperanza. Pues, si cree­
mos que lesús murió y resucitó, de igual manera debemos creer que, a los
que murieron en Jesús, Dios los llevará con él.
Lo que les decimos, como palabra del Señor, es esto: que nosotros, los
que quedemos vivos para cuando venga el Señor, no tendremos ninguna
ventaja sobre los que ya murieron.
Cuando Dios mande que suenen las trompetas, se oirá la voz de un
arcángel y el Señor mismo bajará del cielo. Entonces, los que murieron en
Cristo resucitarán primero; después nosotros, los que quedemos vivos, sere­
mos arrebatados, juntamente con ellos entre nubes, por el aire, para ir al
encuentro del Señor, y así estaremos siempre con él.
Consuélense, pues, unos a otros con estas palabras.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

4 de septiembre | 33
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 95
R. Cantemos al Señor con alegría.

Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la tierra. Su


grandeza anunciemos a los pueblos; de nación en nación sus maravillas. K
Cantemos al Señor, porque él es grande, más digno de alabanza y más
tremendo que todos los dioses paganos, que ni existen. Porque los falsos
dioses son apariencia; ha sido el Señor quien hizo el cielo. R.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino.
Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques
regocijo. R.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe.
Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO C/r. Le 4, 1H


R. Aleluya, aleluya.
El Espíritu del Señor está sobre mí; él me ha enviado para llevar a los
pobres la buena nueva. R.

EVANGELIO
Me ha enviado para llevar a los pobres la buena nueva. - Nadie es profeta en su tierra.
^ Del santo Evangelio según san Lucas: 4,16-30

n aquel tiempo, Jesús fue a Nazaret, donde se había criado. Entró en la


E sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para
hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y
encontró el pasaje en que estaba escrito:
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los
pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la cura­
ción a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de
gracia del Señor.
Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de
todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a
hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura
que acaban de oír”.
Todos le daban su aprobación y admiraban la sabiduría de las palabras
que salían de sus labios, y se preguntaban: “¿No es éste el hijo de José?”.
Jesús les dijo: “Seguramente me dirán aquel refrán: ‘Médico, cúrate a
ti mismo, y haz aquí, en tu propia tierra, todos esos prodigios que hemos
oído que has hecho en CafarnaúnT”.

34 I 4 de septiembre
Y añadió: “Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había cier­
tamente en Israel muchas viudas en los tiempos de Elias, cuando faltó la
lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo el país;
sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elias, sino a una viuda que
vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había muchos leprosos en Israel, en tiem­
pos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, sino Naa-
mán, que era de Siria”
Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y
levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta un precipicio de la
montaña sobre la que estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero él,
pasando por en medio de ellos, se alejó de allí.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Al celebrar estos divinos misterios, te suplicamos, Señor, que el Espíritu
Santo derrame sobre nosotros la luz de la fe que iluminó al apóstol san
Pablo para propagar tu gloria sin descanso. Por lesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de los Apóstoles.

A N TÍFO N A DE LA C O M U N IÓ N Gál 2, 20
Vivo de la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA C O M U N IÓ N
Alimentados con la comunión del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, te pedi­
mos, Señor, que el mismo Cristo sea nuestra vida, que nada sea capaz de
separarnos de su amor y que, fieles a la enseñanza de san Pablo, vivamos
siempre en caridad con los hermanos. Por lesucristo, nuestro Señor.

Gracias a Dios, podemos contemplar las obras de la Iglesia distri­


buidas en todo el mundo, sin embargo, los esfuerzos de los
misioneros y misioneras siguen siendo insuficientes para que
todos conozcan a Jesús. Unamos nuestra oración y trabajos de
PARA MEDITAR
esta jornada con la de aquellos hombres y mujeres que se esfuer­
zan por llevar a Jesús a más pueblos.

4 de septiembre | 35
5 de septiembre
MARTES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa por la paz y la justicia, A, tal como apa­
recen en el presente formulario (cfr. Misas para diversas circunstancias, Misal Romano,
p. 1141 [1133]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior o las de cual­
quier domingo del Tiempo Ordinario.

Enseñanza con autoridad

Los contenidos de una enseñanza no valen por sí mismos, tampoco


por su antigüedad; su valor está en el bien que Dios quiere para las
personas. Los evangelios en varias ocasiones afirman que la enseñanza
de Jesús está unida a la autoridad con la que la dice y desde la que
c o m e n t a r io actúa, como en este caso sostiene Lucas (vv. 3 1-32). Con esto se
AL EVANGELIO , ~ , , , ,
quiere precisar, por una parte, que lo que ensena Jesús guarda relación
con el sufrimiento, no únicamente del pueblo de Israel, sino de todas las personas,
especialmente de los más desprotegidos (w. 18-19). Por otra, su enseñanza es tan
verdadera que su actuación es aliviadora, es decir, Jesús no enseña porque le inte­
rese que lo reconozcan como maestro, tampoco porque tenga urgencia de que
piensen como él; su enseñanza tiene como prioridad aliviar el sufrimiento de
las personas, como el que padecía el hombre de la sinagoga atormentado por un
espíritu demoniaco (w. 33ss.). De este modo, su autoridad en lo que enseña no
estaba en lo que dice principalmente, sino en el alivio que provoca en quienes más
sufren.

¿Quienes dicen que nos enseñan lo hacen al estilo de Jesús, con autoridad? ¿Qué
deberíamos hacer para que nuestra enseñanza sea con autoridad?

* * *

ANTÍFONA DE ENTRADA Sir 18-19


Concede, Señor, la paz a quienes en ti esperan; escucha las oraciones de tus
hijos y guíanos por el camino de la justicia.

36 I 5 de septiembre
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que cuidas de todos con amor paterno, concede, benigno, que
los hombres, a quienes diste un mismo origen, no sólo formen en la paz
una sola familia, sino también vivan siempre unidos con espíritu fraterno.
Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Jesucristo murió por nosotros para que vivamos con él.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 5,1-6. 9-11

ermanos: Por lo que se refiere al tiempo y a las circunstancias de la


H venida del Señor, no necesitan que les escribamos nada, puesto que
ustedes saben perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón
en la noche. Cuando la gente esté diciendo: “¡Qué paz y qué seguridad
tenemos!”, de repente vendrá sobre ellos la catástrofe, como de repente le
vienen a la mujer encinta los dolores del parto, y no podrán escapar.
Pero a ustedes, hermanos, ese día no los tomará por sorpresa, como un
ladrón, porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son hijos de la luz y
del día, no de la noche y las tinieblas.
Por lo tanto, no vivamos dormidos, como los malos; antes bien, manten­
gámonos despiertos y vivamos sobriamente. Porque Dios no nos ha desti­
nado al castigo eterno, sino a obtener la salvación por medio de nuestro
Señor Jesucristo. Porque él murió por nosotros para que, cuando él vuelva,
ya sea que estemos vivos o hayamos muerto, vivamos siempre con él. Por
eso anímense mutuamente y ayúdense unos a otros a seguir progresando,
como de hecho ya lo hacen.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 26


R. El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es


la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? R.
Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda
mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su
presencia. R.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y
fortaleza y en el Señor confía. R.

5 de septiembre | 37
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Le 7, 16
R. Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. \<

EVANGELIO
Sé que tú eres el Santo de Dios.
^ Del santo Evangelio según san Lucas: 4, 31-37

n aquel tiempo, Jesús fue a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados


E enseñaba a la gente. Todos estaban asombrados de sus enseñanzas,
porque hablaba con autoridad.
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo y se
puso a gritar muy fuerte: “¡Déjanos! ¿Por qué te metes con nosotros,
Jesús nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé que tú eres el Santo de
Dios”.
Pero Jesús le ordenó: “Cállate y sal de ese hombre”. Entonces el demo­
nio tiró al hombre por tierra, en medio de la gente, y salió de él sin hacerle
daño. Todos se espantaron y se decían unos a otros: “¿Qué tendrá su pala­
bra? Porque da órdenes con autoridad y fuerza a los espíritus inmundos
y éstos se salen”. Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Te rogamos, Señor, que el sacrificio de salvación de tu Hijo, Rey de la paz,
ofrecido bajo estos signos sacramentales con los que se simbolizan la paz y
la unidad, sirva para estrechar la concordia entre todos tus hijos. Por Jesu­
cristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 5, 9
Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Concédenos, Señor, en abundancia, el espíritu de caridad, para que, ali­
mentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Unigénito, fomentemos con
eficacia entre todos la paz que él mismo nos dejó. Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos.

38 I 5 de septiembre
Jesús era famoso. Las predicaciones y milagros que realizó hicie­
ron que su nombre se escuchara en caseríos, en sinagogas y en el
templo, pero muy pocos atinaron y llegaron al centro de la vida
de Cristo. No nos cansemos en seguir leyendo y orando sobre
p a r a m e d it a r Jesús y con Jesús; éste es el camino para amarlo como se merece.

6 de septiembre
MIÉRCOLES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa de san José, tal como aparecen en el
presente formulario (cfr. Misas votivas, Misal Romano, p. 1205 [1197]);pero en su lugar
pueden utilizarse las del domingo anterior o las de cualquier domingo del Tiempo
Ordinario.

Bendecidos para servir a todos

Una preocupación no pequeña que tienen muchos cristianos es cómo


corresponder a Dios tantas bendiciones recibidas y tanto amor expe­
rimentado. Dicha preocupación desemboca a veces en una actitud
equivocada cuando se piensa que a Dios se le puede corresponder el
COMENTARIO
amor directamente. Lucas, a diferencia de Mateo que sostiene que
AL EVANGELIO
aquella mujer se puso a servir a Jesús después del alivio experimen­
tado (Mt 8 ,15), afirma que sirvió a los presentes (Le 4,39). Con esto se precisa, por
una parte, que el modo de corresponder un favor recibido de parte de Dios siem­
pre será el servicio a los hermanos y hermanas; es algo ilusorio y hasta ofensivo
buscar atajos para agradecer a Dios sus favores, sin que este agradecimiento pase a
través del amor efectivo a los demás. Por otra, este servicio no tendría que ser a los
más cercanos principalmente, sino a los más necesitados; de hecho, así lo deja
entrever el evangelio cuando precisa que Jesús no va al encuentro exclusivo de
quienes lo buscan, sino, sobre todo, de quienes lo necesitan (v. 43); es como si el
evangelista quisiera mostrar que el servicio debe privilegiarse a los más necesitados.

¿A qué nos debería comprometer cada bendición que recibimos de Dios?


¿Cómo podríamos servir a quienes más nos necesitan?

* * *

6 de septiembre 39
MISA VOTIVA DE SAN JOSÉ
Blanco

ANTÍFONA DE ENTRADA C/r. Le 12, 42


Éste es el siervo fiel y prudente a quien el Señor puso al frente de su
familia.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que en tu inefable providencia te dignaste elegir a san José
como esposo de la santísima Madre de tu Hijo, concédenos que merezca­
mos tener como intercesor en el cielo a quien veneramos como protector
en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
La palabra de la verdad ha llegado a ustedes y a todo el mundo.
De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 1, 1-8

o, Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y Timoteo,


Y nuestro hermano, les deseamos la gracia y la paz de parte de Dios,
nuestro Padre, a ustedes, los herm anos santos y fieles en Cristo, que
viven en Colosas.
En todo momento damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
y oramos por ustedes, pues hemos tenido noticia de su fe en Jesucristo y
del amor que tienen a todos los hermanos. A esto los anima la esperanza de
lo que Dios les tiene reservado en el cielo. De esta esperanza oyeron hablar
cuando se les predicó el Evangelio de la verdad, que está dando fruto cre­
ciente en todo el mundo, igual que entre ustedes, desde el día en que lo
escucharon y tuvieron conocimiento verdadero del don gratuito de Dios.
Así lo aprendieron de Epafras, que ha trabajado con ustedes y que es un
fiel servidor de Jesucristo; él fue quien nos informó acerca del amor que el
Espíritu Santo ha encendido en ustedes.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo SI


R. Confío para siempre en el amor de Dios.

Como verde olivo en la casa del Señor, confío para siempre en el amor de
Dios. R.
Siempre te daré gracias, Señor, por lo que has hecho conmigo. Delante
de tus fieles proclamaré todo lo bueno que eres. R.

40 I 6 de septiembre
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Le 4, 18
R. Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para llevar a los pobres la buena nueva y anunciar
la liberación a los cautivos. R.

EVANGELIO
También a los otros pueblos tengo que anunciarles el Reino de Dios, pues para eso he
sido enviado.
¿¡j* Del santo Evangelio según san Lucas: 4, 38-44

n aquel tiempo, Jesús salió de la sinagoga y entró en la casa de Simón.


E La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron a Jesús que
hiciera algo por ella. Jesús, de pie junto a ella, mandó con energía a la fie­
bre, y la fiebre desapareció. Ella se levantó enseguida y se puso a servirles.
Al meterse el sol, todos los que tenían enfermos se los llevaron a Jesús
y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los fue curando de sus enfer­
medades. De muchos de ellos salían también demonios que gritaban: “¡Tú
eres el Hijo de Dios!”. Pero él les ordenaba enérgicamente que se callaran,
porque sabían que él era el Mesías.
Al día siguiente se fue a un lugar solitario y la gente lo andaba buscando.
Cuando lo encontraron, quisieron retenerlo, para que no se alejara de ellos;
pero él les dijo: “También tengo que anunciarles el Reino de Dios a las otras
ciudades, pues para eso he sido enviado”. Y se fue a predicar en las sinago­
gas de Judea.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Al prepararnos a ofrecerte, Padre santo, este sacrificio de alabanza, te
suplicamos que para cumplir la misión que nos has confiado nos ayude la
intercesión de san José, a quien concediste cuidar en la tierra, haciendo
las veces de padre, a tu Unigénito. Él, que vive y reina por los siglos de los
siglos.

6 de sepiembre 4 1
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la conmemoración de san
José, porque él es el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre
de Dios, el fiel y prudente servidor a quien constituiste jefe de tu familia
para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Unigénito, concebido por
obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro.
Por él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran
tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces can­
tando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 21


Alégrate, siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Renovados con este sacramento que da vida, te rogamos, Señor, que nos
concedas vivir para ti en justicia y santidad, a ejemplo y por intercesión de
san José, el varón justo y obediente que contribuyó con sus servicios a la
realización de tus grandes misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Incluso la suegra de Pedro recibe un regalo de Jesús: su fiebre


desapareció. Cuando aquella mujer se vio favorecida, su agradeci­
miento se convirtió en servicio. Se necesitan hombres y mujeres
que reconociendo que Dios ha obrado en sus vidas, no sólo ala­
PARA MEDITAR
ben con sus labios, sino que sean sus obras las que den gloria a
Dios.

42 I 6 de septiembre
7 de septiembre
JUEVES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa de la Sagrada Eucaristía, tal como apa­
recen en el presente formulario (cfr. Misas votivas, Misal Romano, p. 1174 [1164]);pero
en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior o las de cualquier domingo del
Tiempo Ordinario.

Reconocernos pecadores nos autoriza para la misión

El reconocimiento honesto y permanente de que somos pecadores


nos capacita para ser misioneros. Según el relato de hoy, Simón Pedro
sólo puede ser discípulo misionero en la medida en que acepta que es
pecador. Sólo cayendo de rodillas ante Jesús reconociendo sus limi­
COMENTARIO
AL EVANGELIO
taciones, podrá ponerlo de pie para trabajar en favor de la vida de
los demás. La historia nos enseña que los momentos en que nuestra
Iglesia ha evangelizado mejor, no han sido en los que ha tenido mayor dominio
a base de alianzas con los poderosos, tampoco cuando ha invertido más recursos,
ni siquiera cuando ha tenido más vocaciones misioneras. Los momentos de mayor
alcance evangelizador han sido cuando como cristianos hemos reconocido nues­
tros errores asumiendo nuestras faltas; cuando lejos de sentirnos perfectos con
derecho a despreciar a muchos, nos hemos reconocido limitados con la responsa­
bilidad de respetar a todos; y es que, siempre, la honestidad ante nuestras faltas y el
reconocimiento de nuestros pecados ante los demás, debería ser la condición
fundamental para ser misioneros, sólo así podemos compartir la Buena Nueva
con autenticidad e ir al encuentro de los demás con sinceridad.

¿Por qué es indispensable reconocernos, de verdad, pecadores? ¿Cómo sería


nuestro trabajo evangelizador en nuestra Iglesia y sociedad, así como en nuestra
propia familia, si realmente nos reconociéramos pecadores?

* * *

7 de septiembre | 43
MISA VOTIVA DE LA SAGRADA EUCARISTÍA
Blanco

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 77, 23-25


Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para
que lo comieran; les dio un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el mis­
terio pascual de tu Unigénito, concede, benigno, que quienes anunciamos
llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su muerte y resurrec­
ción, experimentemos un continuo aumento de tu salvación. Por nuestro
Señor lesucristo...

PRIMERA LECTURA
Nos ha liberado del poder de las tinieblas, y nos ha trasladado al Reino de su Hijo
amado.
De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 1, 9-14

ermanos: Desde que recibimos noticias de ustedes, no hemos dejado


H de pedir incesantemente a Dios que los haga llegar a conocer con
plenitud su voluntad, por medio de la perfecta sabiduría y del conoci­
miento espiritual. Así ustedes vivirán según el Señor se merece, le agrada­
rán en todo, darán fruto con toda clase de buenas obras y crecerán en
el conocimiento de Dios. Fortalecidos en todo aspecto por el poder que
irradia de él, podrán resistir y perseverar en todo con alegría y constan­
cia, y dar gracias a Dios Padre, el cual nos ha hecho capaces de participar
en la herencia de su pueblo santo, en el reino de la luz. Él nos ha liberado
del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al Reino de su Hijo amado, por
cuya sangre recibimos la redención, esto es, el perdón de los pecados.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 97


R. El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad.

El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su jus­


ticia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos
los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R.
Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclame­
mos al son de los clarines, al Señor, nuestro rey. R.
44 7 de septiembre
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 19
R. Aleluya, aleluya.
Síganme, dice el Señor, y yo los haré pescadores de hombres. R.

EVANGELIO
Dejándolo todo, lo siguieron.
^ D e l santo Evangelio según san Lucas: 5, 1-11

n aquel tiempo, Jesús estaba a orillas del lago de Genesaret y la gente


E se agolpaba en torno suyo para oír la palabra de Dios. Jesús vio dos
barcas que estaban junto a la orilla. Los pescadores habían desembarcado y
estaban lavando las redes. Subió Jesús a una de las barcas, la de Simón, le
pidió que la alejara un poco de tierra, y sentado en la barca, enseñaba a la
multitud.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: “Lleva la barca mar adentro y
echen sus redes para pescar”. Simón replicó: “Maestro, hemos trabajado
toda la noche y no hemos pescado nada; pero, confiado en tu palabra,
echaré las redes”. Así lo hizo y cogieron tal cantidad de pescados, que las
redes se rompían. Entonces hicieron señas a sus compañeros, que estaban
en la otra barca, para que vinieran a ayudarlos. Vinieron ellos y llena­
ron tanto las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús y le dijo: “¡Apár­
tate de mí, Señor, porque soy un pecador!”. Porque tanto él como sus com­
pañeros estaban llenos de asombro, al ver la pesca que habían conseguido.
Lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran com­
pañeros de Simón.
Entonces Jesús le dijo a Simón: “No temas; desde ahora serás pesca­
dor de hombres”. Luego llevaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo
siguieron.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, imploramos humilde­
mente tu clemencia, a fin de que este sacramento de amor sea para noso­
tros signo de unidad y vínculo de caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I o II de la Eucaristía.

7 de septiembre 45
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 6, 51-52
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de
este pan vivirá eternamente. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para
que el mundo tenga vida.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Dios nuestro, que la participación en este banquete celestial nos san­
tifique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y la Sangre de Cristo,
se estreche entre nosotros la unión fraterna. Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos.

Jesús no se anda con promesas vacías de esperanzas, al contra­


rio. Qué importante es tener memoria de las caricias de Dios.
Es importantísimo llenar nuestra memoria de todos esos even­
tos donde Dios ha estado cerca de nosotros, que son muchos,
PARA MEDITAR
busquémoslos. Ésta será la única manera para permanecer fie­
les en el momento de la tentación.

46 I 7 de septiembre
8 de septiembre
V iern es
NATIVIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
Fiesta * Blanco

Aun antes del nacimiento del Bautista, el de la Virgen María es un anuncio del naci­
miento de Jesús, el preludio de la Buena Nueva. La llegada de esta niña al hogar de
Joaquín y Ana significa para el mundo la verdadera esperanza y la aurora de la salvación.

Un nacimiento esperanzador

Recordar el nacimiento de laVirgen María es hacer referencia, nece­


sariamente, a su misión. Mateo dice que ella concebirá y dará a luz un
hijo, por obra del Espíritu Santo, que se llamará Jesús porque su misión
será salvar “a su pueblo de sus pecados” (v. 21). La presencia de
COMENTARIO
AL EVANGELIO
laVirgen en el plan salvífico de Dios está en relación estrecha con la
toma de conciencia de que las verdaderas transformaciones de
la realidad no vienen a fuerza de señalar las faltas de los otros, ni siquiera cuando
son ciertas. Los verdaderos cambios vienen a partir, primeramente, del reconoci­
miento honesto de las propias faltas, pues sólo así -como después el mismo
evangelio insistirá- es posible adquirir suficiente autoridad moral para ver las
limitaciones y faltas de los demás.Asimismo, el primer evangelista precisa, citando
al profeta Isaías, que el niño que concebirá laVirgen será nombrado Emmanuel,
que significa,“Dios-con-nosotros” (v. 23), como para decir que la Virgen María
colabora para que la presencia salvadora de Dios se manifieste, no con poder
sino con amor, no con lejanía misteriosa sino con cercanía compasiva.

¿Por qué es importante, según este evangelio, celebrar el nacimiento de la Vir­


gen María? ¿A qué debería comprometernos esta celebración?

***

8 de septiembre | 47
ANTÍFONA DE ENTRADA
Celebremos con júbilo el nacimiento de la santísima Virgen María, de quien
nació el sol de justicia, Cristo, nuestro Señor.

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA
Concede, Señor, a tus siervos el don de la gracia celestial, para que, a cuan­
tos hemos recibido las primicias de la salvación por la maternidad de la
Virgen María, la fiesta de su nacimiento nos traiga un aumento de paz. Por
nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Mientras no dé a luz la que ha de dar a luz.
Del libro del profeta Miqueas: 5 ,1-4

sto dice el Señor: “De ti, Belén Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá,
E de ti saldrá el jefe de Israel, cuyos orígenes se remontan a tiempos
pasados, a los días más antiguos. Por eso, el Señor abandonará a Israel, mien­
tras no dé a luz la que ha de dar a luz. Entonces el resto de sus hermanos
se unirá a los hijos de Israel. Él se levantará para pastorear a su pueblo
con la fuerza y la majestad del Señor, su Dios. Ellos habitarán tranqui­
los, porque la grandeza del que ha de nacer llenará la tierra y él mismo será
la paz”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 12


R. Me llenaré de alegría en el Señor.

Confío, Señor, en tu lealtad, mi corazón se alegra con tu salvación. R.


Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho, tocaré mi música en honor
del Dios altísimo. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO


R. Aleluya, aleluya.
Dichosa tú, santísima Virgen María, y digna de toda alabanza, porque de ti
nació el sol de justicia, Jesucristo, nuestro Dios. R.

48 8 de septiembre
EVANGELIO
Ella ha concebido por obra del Espíritu Santo.
Del santo Evangelio según san Mateo: 1, 1-16.18-23

enealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abra-


G ham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos;
Judá engendró de Tamar a Fares y a Zará; Fares a Esrom, Esrom a Aram,
Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engen­
dró de Rajab a Booz; Booz engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé al
rey David.
David engendró de la mujer de Urías a Salomón, Salomón a Roboam,
Roboam a Abiá, Abiá a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías,
Ozías a Joatam, Joatam a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías a Manasés,
Manasés a Amón, Amón a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus herma­
nos durante el destierro en Babilonia.
Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Sala-
tiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquim, Eliaquim a Azor,
Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a
Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la
cual nació Jesús, llamado Cristo.
Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre,
desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por
obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que
era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en
secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños:
“José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, por­
que ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le
pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor
por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz
un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-
nosotros.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

8 de septiembre | 49
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que nos socorra, Señor, el inmenso amor de tu Unigénito, para que, quien
al nacer de la Virgen María no menoscabó la integridad de la Madre, sino
que la consagró, nos libre de nuestras culpas y haga acepta a ti nuestra obla­
ción. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de santa María Virgen.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Is 7, 14; Mt 1, 21


La Virgen dará a luz un hijo, que salvará al pueblo de sus pecados.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Que se alegre, Señor, tu Iglesia, alimentada con tus sagrados misterios, y se
regocije por la natividad de la Virgen María, esperanza y aurora de la salva­
ción para el mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.

La celebración del cumpleaños de María es una fiesta bonita y


tierna. Un buen día un ángel le anunció que sería la madre de
Dios, y ella aceptó. Así nació Jesucristo. La historia de María nos
inspira para no cansarnos,y si lo estamos, retomar fuerzas y seguir
PARA MEDITAR ofreciendo a Dios todo lo que somos.

50 I 8 de septiembre
9 de septiembre
SÁBADO
Feria * Verde

Misa de feria (la del domingo anterior o de cualquier domingo del Tiempo Ordinario)
con las lecturas de hoy. También se puede celebrar la M/so que va a continuación, la de
Han Pedro Claver (p. 54) o alguna otra votiva.

No seamos legalistas

El legalismo, esa obsesión por cumplir a conveniencia personal algunas


leyes, sin tomar en cuenta los valores y principios del Evangelio,
incluso sin que importe atentar contra la dignidad de las personas,
especialmente de los más pobres y desprotegidos, fue desaprobada
c o m e n t a r io por jesús. Para él, así como para el tercer evangelista, la Ley es impor-
AL EVANGELIO r J K
tante y hasta indispensable, pero el legalismo siempre es detestable.
Y es que el legalismo supone una visión de la realidad, no sólo fragmentada, sino mal
intencionada, pues los legalistas ven las cosas a su conveniencia y deciden según inte­
reses no siempre benévolos. El legalismo genera individuos y grupos escrupulosos
con lo insignificante pero descuidados con lo realmente importante; los legalistas,
sobre todo en el ámbito religioso, dan más importancia a una costumbre que a los
valores del Evangelio, y lo más grave: se proponen cumplir cualquier ley, por más
insignificante que sea ésta, a costa de la dignidad y hasta de la felicidad de las per­
sonas. Lo más triste, es que las víctimas del legalismo casi siempre son los más
pobres y excluidos.

¿Qué tanto se da el legalismo en nuestra familia, sociedad y comunidad eclesial?


¿Por qué el legalismo contradice las enseñanzas de Jesús? ¿Qué podríamos hacer
para no ser legalistas?

***

9 de septiembre | 5I
MISA VOTIVA DE SANTA MARÍA DE GUADALUPE
Tiempo Ordinario II
Blanco

ANTÍFONA DE ENTRADA
¡Alégrate, Virgen María! Tú llevaste en tu seno a Cristo, creador del cielo y
de la tierra, y diste a luz al Salvador del mundo.

ORACIÓN COLECTA
Padre santo, que en santa María de Guadalupe nos has enseñado a escuchar
tu Palabra y a conservarla en el corazón, ilumínanos con el esplendor de la
verdad, para que sigamos fielmente el camino del Evangelio. Por nuestro
Señor lesucristo...

PRIMERA LECTURA
Los ha reconciliado Dios para hacerlos santos e irreprochables a sus ojos.
De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 1, 21-23

ermanos: En otro tiempo ustedes estaban alejados de Dios y en su


H corazón eran enemigos de él a causa de las malas acciones de ustedes;
pero él los ha reconciliado ahora consigo por médio de la muerte que (Cristo
sufrió en su cuerpo mortal, para hacerlos santos, puros e irreprochables
a sus ojos. Sin embargo, es necesario que permanezcan firmemente cimen
tados en la fe y no se dejen apartar de la esperanza que les dio el Evangelio
que escucharon, el cual ha sido predicado en todas partes y a cuyo serví
ció yo, Pablo, he sido destinado.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo S3


R. Por tu inmensa bondad, ayúdanos, Señor.

Sálvame, Dios mío, por tu nombre; con tu poder defiéndeme. Escucha,


Señor, mi oración y a mis palabras atiende. R.
El Señor Dios es mi ayuda, él, quien me mantiene vivo. Yo te agradeceré,
Señor, tu inmensa bondad conmigo. R.

52 I 9 de septiembre
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 6
R. Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre si no es por mí, dice
el Señor. R.
k .^ ü í/a o /íijs ^ o ’) it .Mvm ui sb t.hsqhlin&q '-ó a o i ' ;ri fo v .*iM ja x
EVANGELIO
¿Por qué hacen lo que está prohibido hacer en sábado?
^ Del santo Evangelio según san Lucas: 6,1-5

n sábado, Jesús iba atravesando unos sembrados y sus discípulos


U arrancaban espigas al pasar, las restregaban entre las manos y se
comían los granos. Entonces unos fariseos les dijeron: “¿Por qué hacen lo
que está prohibido hacer en sábado?”.
Jesús les respondió: “¿Acaso no han leído lo que hizo David una vez que
tenían hambre él y sus hombres? Entró en el templo y tomando los panes
sagrados, que sólo los sacerdotes podían comer, comió de ellos y les dio
también a sus hombres”.
Y añadió: “El Hijo del hombre también es dueño del sábado”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Padre bueno, al conmemorar a la gloriosa siempre Virgen María, convierte
con tu poder, en sacramento de salvación, los dones que con gozo te pre­
sentamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO
En verdad es justo darte gracias, y deber nuestro glorificarte, Padre santo,
por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Dios y Señor.
Porque quisiste que la Virgen María fuera por excelencia la mujer que
escuchó tu Palabra y la puso en práctica.
Al ponernos nosotros bajo la mirada protectora de santa María de Gua­
dalupe, aprendemos de ella, maestra de la Palabra, que es posible, con tu
gracia, vivir conforme al Evangelio que tu Hijo nos entregó y así recorrer
con gozo el camino que conduce a tu morada eterna.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin
cesar: Santo, Santo, Santo...

9 de septiembre | 53
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. Le 2, 19
María guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Dios y Padre nuestro, habiendo participado de tu mesa, te rogamos que, al
celebrar la memoria de la Madre de tu Hijo, gocemos con abundancia de
los frutos de este santo sacrificio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

***

*Son Pedro Claver, presbítero (mi), blanco (MR, p. 829 [819]).

Nadó en España, en 1580. Fue sacerdote de la Compañía de Jesús. En Colombia


ejerció el apostolado hasta su muerte entre los esclavos, pues por voto se convir­
tió en “esclavo de los negros para siempre”. Murió el 8 de septiembre de 1654.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que hiciste a san Pedro Claver esclavo de los esclavos y lo
fortaleciste con una adm irable caridad y paciencia para servirlos,
concédenos, por su intercesión, que, buscando los intereses de Jesucristo,
amemos a nuestros prójimos con obras y de verdad. Él, que vive y reina
contigo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Acoge, Señor, las ofrendas de tu pueblo, para que, al celebrar la obra de la
caridad inmensa de tu Hijo, seamos confirmados en el amor a ti y al prójimo,
a ejemplo de san Pedro Claver. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Renovados por este santo sacramento, concédenos, Señor, seguir los
ejemplos de san Pedro Claver, que te honró con su incansable piedad y
con su inmensa caridad hizo tanto bien a tu pueblo. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

54 9 de septiembre
Además de releerles una página de su historia sagrada, Jesús
aprovecha la oportunidad para informar a sus acusadores que
él es más que el sábado, pues el Hijo del hombre es dueño del
sábado. Demasiado contenido para aquellos corazones confun­
PARA MEDITAR
didos que no pudieron más que gestar rencor en su corazón. Es
necesario amar a Dios.

LITURGIA DE LAS HORAS


Vísperas I del domingo: 3a semana del Salterio.
Tomo IV: pp. 945 y 188; para los fieles: pp. 642 y 414;
edición popular:pp. 202 y 478 (487*).

* A partir de la edición 2016 de letra grande.

9 de septiembre | 55
IO de septiembre
XXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Verde

Animémonos a solucionar
nuestros conflictos
En todo grupo humano existen conflictos y se
generan, incluso, ofensas. Esta realidad no
nos debe espantar, pero sí nos debe preocu
par el modo en que debe resolverse. De ahí la
importancia de tomar en cuenta, según la ense
ñanza de Mateo, en primer lugar, que tanto
quien sufre la ofensa como quien la provoca,
son hermanos (v. 15); de aquí que, si tanto el
ofensor como el ofendido son hermanos, se
debe privilegiar la reconciliación, no la rup
tura. En segundo lugar, al pedir que el ofendidt>
acuda personalmente con el ofensor sugiere
el mantenimiento de un sigilo adecuado para
‘Yo les aseguro también que si dos de evitar falsos rumores, incluso la creación de
ustedes se ponen de acuerdo chismes o la promoción de prejuicios. Asi
para pedir algo, sea lo que fuere, mi mismo, se invita a mantener en su verdadera
Padre celestial se lo concederá”. dimensión el problema: si la ofensa fue per
sonal el problema también es personal, por lo
tanto, los demás miembros de la comunidad deben involucrarse no para agrandar
la dificultad sino para abonar a la solución. Por esto mismo, los testigos no son
amigos de una de las partes, sino gente con autoridad en la comunidad que colabo
ran en la reconciliación (v. 16). En tercer lugar, la dificultad se ventila en el nivel
comunitario, nunca para ensañarse sobre el que cometió la falta y siempre para bus­
car la solución más adecuada. Y aun cuando el ofensor se niegue a la reconciliación,
el Evangelio deja abierta la posibilidad de la compresión y de la realización de un
proceso adecuado; quizá eso significa, entre otras cosas, “considéralo para ti como
un pagano”. Por último, y en coherencia con lo ya dicho, Jesús en Mateo pide que
no se rompa totalmente con aquella persona y propone, por una parte, un recurso:
la oración fraterna como el espacio para recordar el problema y para discernir la
solución. Por otra, una convicción: que la comunidad siempre estará incompleta
mientras no esté presente un hermano que está llevando un proceso ordenado de
crecimiento y madurez.
¿De qué manera solucionamos, de ordinario, nuestros conflictos? ¿Qué podemos hacer,
según este evangelio, para solucionar nuestros conflictos interpersonales de manera
adecuada?
56 i 10 de septiembre
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 118, 137. 124
Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos; muéstrate bondadoso
con tu siervo.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, de quien nos viene la redención y a quien debemos la filiación
adoptiva, protege con bondad a los hijos que tanto amas, para que todos los
que creemos en Cristo obtengamos la verdadera libertad y la herencia
eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...

Escuchemos cómo Dios, a través del profeta, llama a los pecado­


res a la conversión. En el evangelio, Jesús nos invitará a ser profe­
tas para nuestros hermanos.
MONICIÓN

PRIMERA LECTURA
Si no amonestas al malvado, te pediré cuentas de su vida.
Del libro del profeta Ezequiel: 33, 7-9

sto dice el Señor: “A ti, hijo de hombre, te he constituido centinela


E para la casa de Israel. Cuando escuches una palabra de mi boca, tú se
la comunicarás de mi parte.
Si yo pronuncio sentencia de muerte contra un hombre, porque es
malvado, y tú no lo amonestas para que se aparte del mal camino, el mal­
vado morirá por su culpa, pero yo te pediré a ti cuentas de su vida.
En cambio, si tú lo amonestas para que deje su mal camino y él no lo
deja, morirá por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 94


T. Carrasco B.P. 1561
% 0 Bm F|m G A7 G D

Se • ñor. Se - ñor, que no se - a - mos sor-dos a tu voz.

10 de septiembre | 57
R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acer­
quémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias. R.
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que
nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros su pueblo, él nuestro pas­
tor y nosotros, sus ovejas. R.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón,
como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras” R.

San Pablo, en la segunda lectura, siguiendo la enseñanza de Jesús,


nos resume toda la ley en un único mandamiento.
MONICIÓN

SEGUNDA LECTURA
El cumplimiento pleno de la ley consiste en amar.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 13, 8-10

ermanos: No tengan con nadie otra deuda que la del amor mutuo,
H porque el que ama al prójimo, ha cumplido ya toda la ley. En efecto,
los mandamientos que ordenan: “No cometerás adulterio, no robarás, no
matarás, no darás falso testimonio, no codiciarás” y todos los otros, se
resumen en éste: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, pues quien ama
a su prójimo no le causa daño a nadie. Así pues, el cumplimiento pleno de
la ley consiste en amar.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 2 Cor 5, 19


B.P. 1258 - Sosa D G Em A7D

A-le-lu - ya, a - le - lu - ya.

R. Aleluya, aleluya.
Dios reconcilió al mundo consigo por medio de Cristo, y a nosotros nos
confió el mensaje de la reconciliación. R.

58 10 de septiembre
Hoy el Señor nos pide que no dejemos que alguno de nuestros
hermanos haga el mal sin reprenderlo y sin ayudarlo a que vuelva
a andar por el buen camino. ¿Será imposible hacer esto?
MONICIÓN

EVANGELIO
Si tu hermano te escucha, lo habrás salvado.
^ Del santo Evangelio según san Mateo: 18,15-20

n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si tu hermano comete


E un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado
a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas,
para que todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos. Pero
si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace
caso, apártate de él como de un pagano o de un publicano.
Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra quedará atado en el cielo,
y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo.
Yo les aseguro también que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para
pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde
dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo

PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras plegarias y atienda a
nuestras peticiones.
Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos,
t Por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor le conceda la paz y la
unidad, la guarde de todo mal y acreciente el número de sus hijos.
Oremos.
t Por la paz en el mundo, para que cesen las rivalidades entre las nacio­
nes y arraigue entre todos los pueblos la mutua comprensión y la soli­
daridad. Oremos.
t Por nuestra Patria y quienes vivimos en México, para que vivamos
conforme al plan salvífico de Dios y construyamos una sociedad justa.
Oremos.

10 de septiembre 59
[R. Padre, escúchanos.]
t Por los que están detenidos en las cárceles, sea cual sea la causa, para
que tengan la ayuda necesaria para rehacer su vida e iniciar un nuevo
camino con paz y afecto. Oremos,
t Por todas las personas que se ven obligadas a emigrar a otro país, para
que encuentren trabajo, se sientan bienvenidas y puedan vivir con
dignidad junto a sus familias. Oremos,
t Para que el Señor nos conceda perseverar en la fe hasta el fin de nues­
tra vida y, después de la muerte, nos admita en el reino de la felici­
dad, de la luz y de la paz. Oremos.
Señor Jesucristo, que nos prometiste que el Padre del cielo escucharía la
plegaria de quienes se reúnen en tu nombre, danos un espíritu y un cora­
zón nuevo, para que, amándonos los unos a los otros, cumplamos de ver­
dad tu ley. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Señor Dios, fuente de toda devoción sincera y de la paz, concédenos hon­
rar de tal manera, con estos dones, tu divina majestad, que, al participar en
estos santos misterios, todos quedemos unidos en un mismo sentir. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. Sal 41, 2-3


Como la cierva busca el agua de las fuentes, así, sedienta, mi alma te busca
a ti, Dios mío. Mi alma tiene sed del Dios vivo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Concede, Señor, a tus fieles, a quienes alimentas y vivificas con tu palabra
y el sacramento del cielo, aprovechar de tal manera tan grandes dones
de tu Hijo amado, que merezcamos ser siempre partícipes de su vida.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
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60 I 10 de septiembre
PONERNOS DE ACUERDO
PARA PEDIR LO QUE NOS CONVIENE

Invocar a Dios no es frotar la “lám­ de la herencia que tenía desti­


para de Aladino” para pedirle a un nada para su hijo, pero que él
genio que cumpla nuestros deseos, no supo darle un buen uso a
no. Muchas veces lo único que que­ esos bienes.
remos es que Dios haga nuestra
voluntad, sin detenernos a pensar I Hoy Jesús nos dice que si dos
si eso que le pedimos en realidad de nosotros nos ponemos de
nos conviene. acuerdo para pedir algo,“sea
lo que fuere” (algo que nos
> El Señor nos ama, pero él no convenga de verdad), nuestro
es tonto. Nosotros somos los Padre del cielo nos lo concederá.
que muchas veces actua­
mos como tales. > Esto es un llamado para que
las familias oren juntas, y para
I Recordando la parábola del que participemos en la Misa.
hijo pródigo, vemos en ella
que el padre le entregó la parte

10 de septiembre | 61
11 de septiembre
LUNES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa por el presidente de la República, tal
como aparecen en el presente formulario (cfr. Misas para diversas circunstancias,
Misal Romano, p. 1133 [1125]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo
anterior o las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

Para evitar el legalismo

El legalismo, del que hablábamos antier, se puede evitar si se tiene


como convicción que toda religión y cualquier ley están a favor de la
promoción de la felicidad auténtica de las personas y de su vida digna.
Para evidenciar esta convicción, Lucas presenta a un hombre con la
alevan^ e u o mano derecha seca, que no podía valerse por sí mismo para desem­
peñar muchas actividades diarias y fundamentales para el desarrollo
de su vida. Ante él y frente a sus adversarios Jesús lanza una pregunta desafiante
cuya respuesta es evidente: vale la pena hacer el bien, aunque sea sábado; más aún,
es importante hacer algo en favor de la vida, porque es sábado. Para los escribas y
fariseos, el cumplimiento de la ley era su mejor pretexto para no hacer nada
en favor de los demás, especialmente de los más necesitados; paraJesús -y para muchos
de los primeros cristianos- la ley y las leyes, tienen sentido no en su coacción para
evitar que se haga algo, primeramente, sino en su capacidad de facilitar y hasta
de garantizar que se haga el bien. Más aún, la ley y las leyes, incluidas las reli­
giosas, tienen como sentido inicial y principal promover una existencia digna y una
felicidad verdadera que incluya a todos, especialmente a los más pobres y
excluidos.

¿Para que deberían servir las leyes, incluidas las leyes religiosas? ¿Qué debería­
mos hacer para que las leyes nos sirvan de pretexto para hacer el bien al estilo
de Jesús?

***

62 I 11 de septiembre
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 24, 16.18
Mírame, Señor, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido. Ve mi peque-
ñez y mis trabajos, y perdona todos mis pecados, Dios mío.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, a quien está sometido todo poder humano, concede a nues­
tro presidente Andrés Manuel López Obrador un próspero ejercicio de su
mandato, de modo que, en el respeto de tu ley y en el empeño de actuar
conforme a tu agrado, mantenga y procure siempre un orden tranquilo y
libre, en favor del pueblo que tiene encomendado. Por nuestro Señor
Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Yo he llegado a ser ministro de la Iglesia, para anunciar el designio secreto que Dios ha
mantenido oculto desde siglos.
De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 1, 24-2, 3

ermanos: Ahora me alegro de sufrir por ustedes, porque así completo


H lo que falta a la pasión de Cristo en mí, por el bien de su cuerpo, que
es la Iglesia.
Por disposición de Dios, yo he sido constituido ministro de esta Iglesia
para predicarles por entero su mensaje, o sea el designio secreto que Dios
ha mantenido oculto desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a
su pueblo santo.
Dios ha querido dar a conocer a los suyos la gloria y riqueza que este
designio encierra para los paganos, es decir, que Cristo vive en ustedes y
es la esperanza de la gloria; ese mismo Cristo, que nosotros predicamos,
cuando corregimos a los hombres y los instruimos con todos los recursos de
la sabiduría, a fin de que todos sean cristianos perfectos. Por eso pre­
cisamente me empeño y lucho con la fuerza de Cristo, que actúa poderosa­
mente en mí.
Quiero que sepan cuántos esfuerzos estoy haciendo por ustedes, por los
de Laodicea y por todos los que no me conocen personalmente. Se lo
digo a ustedes para que todos se anim en, y unidos íntim am ente en
el amor, puedan alcanzar en toda su riqueza el conocimiento pleno y
perfecto del designio secreto de Dios, que es Cristo, en el cual están ocultos
todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

11 de septiembre 63
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 61
R. Dios es nuestra salvación y nuestra gloria.
1í ,aobf;ooq aim aobol i;nobioq / «aojEdín) ¿irn y
Sólo Dios es mi esperanza, mi confianza es el Señor: es mi baluarte y fir­
meza, es mi Dios y salvador. R.
De Dios viene mi salvación y mi gloria; él es mi roca firme y mi refugio.
Confía siempre en él, pueblo mío, y desahoga tu corazón en su presencia,
porque sólo en Dios está nuestro refugio. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27


R. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me
siguen. R.

EVANGELIO
Estaban acechando a Jesús para ver si curaba en sábado,
^ Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 6-11
m ln axoo oupioq 'ZZ&iteu ioq ií rtue ob oigok jrrr jnoríA ;
n sábado, Jesús entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un
U hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y fariseos
estaban acechando a Jesús para ver si curaba en sábado y tener así de qué
acusarlo.
Pero Jesús, conociendo sus intenciones, le dijo al hombre de la mano
paralizada: “Levántate y ponte ahí en medio”. El hombre se levantó y se
puso en medio. Entonces Jesús les dijo: “Les voy a hacer una pregunta:
¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado: el bien o el mal, salvar una
vida o acabar con ella?”. Y después de recorrer con la vista a todos los pre­
sentes, le dijo al hombre: “Extiende la mano”. Él la extendió y quedó curado.
Los escribas y fariseos se pusieron furiosos y discutían entre sí lo que le
iban a hacer a Jesús.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Llenos de confianza en tu bondad, acudimos, Señor, ante tu santo altar
trayéndote nuestros dones, a fin de que, purificados por tu gracia, quede­
mos limpios por los mismos misterios que celebramos. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
v í^?. 'omfcdDta o í «bG oh r ’dHcT

64 I 11 de septiembre
A N TÍFO N A DE LA C O M U N IÓ N Cfr. Sal 16, 6
Te invoco, Dios mío, porque tú me respondes; inclina tu oído y escucha mis
palabras.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA C O M U N IÓ N
Dirige, Señor, con tu Espíritu, a quienes nutres con el Cuerpo y la Sangre
de tu Hijo, para que, dando testimonio de ti, no sólo de palabra, sino con
las obras y de verdad, merezcamos entrar en el reino de los cielos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Jesús sabía perfectamente lo que había en el corazón de todos
sus seguidores, por ello a cada uno le daba lo que en realidad
necesitaba. A unos, milagros; a otros, consejos para ser mejo­
res personas; y a otros, regaños para poder ver realmente y no
PARA MEDITAR
quedarse en las apariencias, que tanto mal hace al alma. ¿Qué
necesita realmente nuestro corazón?

12 de septiembre
M artes
SANTÍSIMO NOMBRE DE MARÍA
Memoria libre * Blanco

El Papa Inocencio XI adopta esta festividad para la Iglesia de Occidente en 1683, como
una acción de gracias por el fin del sitio de Viena y la derrota de los turcos por las
fuerzas de Juan Sobieski, rey de Polonia. En esta celebración los fieles encomiendan a
Dios, por la intercesión de nuestra Santa Madre, las necesidades de la Iglesia, y dan
gracias por su maternal protección y sus innumerables beneficios.

En vez de la Misa del santísimo Nombre de María, que va a continuación, se puede


celebrar Misa de feria (la del domingo anterior o de cualquier domingo del Tiempo
Ordinario), con las lecturas de hoy, o alguna Misa votiva.

Oremos para decidir correctamente

La oración cristiana está en función, más que de cuántos favores con­


seguimos de Dios, de tomar decisiones que no contradigan su volun­
tad. Así lo muestra Lucas cuando, antes de que Jesús llame a sus
discípulos y elija a los doce, afirma que “Jesús se retiro al monte a orar
COMENTARIO
AL EVANGELIO y se pasó la noche en oración con Dios” (v. 12), como para decir que
12 de septiembre 65
a una decisión importante debe anteceder una actitud intensa de oración. Así lo hacía
Jesús, según Lucas: siempre que iba a realizar algo determinante hacía, de manera
especial, oración. En esta ocasión se retira a orar porque elegirá, de entre el grueso
de discípulos, a los Doce, como sus colaboradores más cercanos; la intensificación
de los problemas lo amerita y la seriedad de la tarea -la proclamación de la Buena
Nueva del Reino- (4,43), así lo requiere. Al decir el evangelista que Jesús se retira
“al monte”, enfatiza que busca un espacio en el que haya seguridad, que se
puede comunicar con Dios; además, se retira a “orar”, lo que no significa que
se ponga a repetir fórmulas hechas, repetitivas o hasta cansonas, sino que realiza
un diálogo impregnado de amor y rebosante de confianza, sin escatimar el tiempo
y sin carrerear su acción.

¿Oramos con intensidad antes de tomar decisiones importantes? Busquemos un


compromiso.

* * *

ANTÍFONA DE ENTRADA C/r. Jdt 13, 18-19


Virgen María, el Altísimo te ha bendecido más que a todas las mujeres de la
tierra; porque de tal manera te ha glorificado que la humanidad no cesa de
alabarte.

ORACIÓN COLECTA
Concede, Dios todopoderoso, que a todos los que celebramos el glorioso
nombre de la santísima Virgen María, ella misma nos obtenga los dones de
tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Dios nos dio una vida nueva con Cristo, perdonándonos nuestros pecados.
De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 2, 6-15

ermanos: Puesto que ustedes han aceptado a Cristo Jesús, el Señor,


H vivan como verdaderos cristianos: permanezcan arraigados y cimen­
tados en él, con fe firme, como se lo enseñaron a ustedes, y en continua
acción de gracias.

66 12 de septiembre
Que nadie los vaya a engañar con teorías y razonamientos falsos, que se
fundan en tradiciones meramente humanas y en valores de este mundo,
pero no en Cristo. Porque en el cuerpo de Cristo habita toda la plenitud de
la divinidad; e incorporados a él, que es la cabeza de todos los ángeles, tam­
bién ustedes participan de su plenitud. Por su unión con Cristo, ustedes
han sido circuncidados, no con una circuncisión hecha por mano de hom­
bres, que consiste en el despojo de la carne, sino con la circuncisión que
procede de él. Por el bautismo fueron sepultados con Cristo y también
resucitaron con él, mediante la fe en el poder de Dios, que lo resucitó de
entre los muertos.
Ustedes estaban muertos por sus pecados y no pertenecían al pueblo de
la alianza. Pero él les dio una vida nueva con Cristo, perdonándoles todos
los pecados. Él anuló el documento que nos era contrario, cuyas cláu­
sulas nos condenaban, y lo eliminó clavándolo en la cruz de Cristo. Con
esto, Dios les quitó su poder a los principados y potestades y los humilló a
la vista de todos, llevándolos cautivos en el cortejo triunfal de Cristo.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 144


R. El Señor es bueno con todos.

Dios y rey mío, yo te alabaré; bendeciré tu nombre siempre y para siempre.


Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte. R.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a
todas sus creaturas. R.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino y narren tus proezas a los hombres. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 15,16


R. Aleluya, aleluya.
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su
fruto permanezca. R.

12 de septiembre 67
EVANGELIO
Pasó la noche en oración y eligió a doce discípulos, a los que llamó apóstoles.
^ Del santo Evangelio según san Lucas: 6 ,12-19

or aquellos días, Jesús se retiró al monte a orar y se pasó la noche


P en oración con Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre
ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro,
y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás;
Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo
de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Al bajar del monte con sus discípulos y sus apóstoles, se detuvo en un
llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y
Jerusalén, como de la costa de Tiro y de Sidón. Habían venido a oírlo y a
que los curara de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espí­
ritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarlo, porque
salía de él una fuerza que sanaba a todos.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Te pedimos, Señor, que la intercesión de la bienaventurada siempre Vir­
gen María haga dignas nuestras ofrendas, y que, al venerar su santo nom­
bre, seamos agradables a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. Le1, 48


Me llamarán dichosa todas las generaciones, porque Dios puso sus ojos en
la humildad de su esclava.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Que por intercesión de María, la Madre de Dios, obtengamos, Señor, la
gracia de tu bendición, para que cuantos celebramos su venerable nom­
bre recibamos su auxilio en todas las necesidades. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

68 12 de septiembre
Tocar a Jesús. Los primeros cristianos tuvieron la dicha de hacer
experiencia de Jesús con todos sus sentidos, nosotros no.
¿Nosotros cómo tocamos a Jesús? Lo hacemos cuando escu­
chamos el Evangelio; tocamos a Jesús en la celebración de los
PARA MEDITAR
sacramentos, y tocamos a Jesús en el necesitado que reclama
ser asistido por nosotros.Toquemos el cuerpo de Cristo.

13 de septiembre
Miércoles
SAN JUAN CRISÓSTOMO,
obispo y doctor de la Iglesia
Memoria * Blanco

Juan I (349-404), patriarca de Constantinopla, fue llamado ííCrisóstomo,, (Boca de oro)


por sus extraordinarias cualidades de orador. Se había formado en Siria bajo la dura
disciplina monástica. Fue un intrépido testigo del Evangelio y un decidido defensor de los
pobres frente al lujo insolente de los ricos. Esto lo condujo al destierro, donde murió.

Felicitaciones que provocan alivio

El desánimo se extiende, las desgracias se multiplican y, a veces, la


desesperanza crece. Ante esto que sucede a mucha gente, incluidos
nosotros, el mensaje de las Bienaventuranzas resulta aliviador; de
hecho, Jesús pronuncia las Bienaventuranzas habiendo dicho Lucas que
c o m e n t a r io ¿g sa|ía una fuerza que sanaba a todos (v. 19). Esto nos da la posibi-
AL EVANGELIO ^ V ' V
lidad de considerar que las cuatro Bienaventuranzas tienen, entre otras
funciones, la de dar una esperanza de alivio. Así, la primera Bienaventuranza
ofrece la esperanza de dejar de ser pobre, pero no siendo rico, sino adoptando como
referencia de compromiso el proyecto del Reino. La segunda, indica la superación
del hambre saciándose; esta saciedad se contrapone a la voracidad, al apetito desen­
frenado de aquellos que no sólo quitan el pan sino también cualquier otro alimento
(espiritual, intelectual, afectivo, etcétera). La tercera Bienaventuranza guarda relación

13 de septiembre 69
con el llanto provocado por sufrimientos que contradicen la voluntad de Dios; el
alivio les llegará a través de una alegría auténtica, no de risas falsas y facilonas. Por
último, los discípulos participan del alivio que da una vida de fidelidad, a pesar de las
persecuciones y conflictos, que los asemejan a su Maestro.

¿En qué nos da esperanza el alivio que ofrecen las Bienaventuranzas? ¿Qué podemos
hacer para aliviarnos y aliviar a otros en sus sufrimientos?

* * *

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Dn 12, 3


Los guías sabios brillarán como el esplendor del firmamento, y los que
enseñaron a muchos la justicia, resplandecerán como estrellas por toda la
eternidad.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, fortaleza de los que en ti esperan, que quisiste que el obispo
san Juan Crisóstomo brillara por su admirable elocuencia y por su firmeza
en las tribulaciones, concédenos que, instruidos por sus enseñanzas, nos
fortalezca el ejemplo de su invencible paciencia. Por nuestro Señor
Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Ustedes han muerto con Cristo. Den muerte a todo lo malo que hay en ustedes.
De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 3,1-11

ermanos: Puesto que han resucitado con Cristo, busquen los bienes
H de arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Pongan
todo el corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra, porque han
muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando se mani­
fieste Cristo, vida de ustedes, entonces también ustedes se manifes­
tarán gloriosos juntamente con él.
Den muerte, pues, a todo lo malo que hay en ustedes: la fornicación, la
impureza, las pasiones desordenadas, los malos deseos y la avaricia, que
es una forma de idolatría. Esto es lo que atrae el castigo de Dios sobre
aquellos que no lo obedecen.

70 13 de septiembre
Todo esto lo hacían también ustedes en su vida anterior. Pero ahora
dejen a un lado todas estas cosas: la ira, el rencor, la maldad, las blasfe­
mias y las palabras obscenas. No sigan engañándose unos a otros; despó­
jense del modo de actuar del viejo yo y revístanse del nuevo yo, el que se
va renovando conforme va adquiriendo el conocimiento de Dios, que
lo creó a su propia imagen.
En este orden nuevo ya no hay distinción entre judíos y no judíos, israe­
litas y paganos, bárbaros y extranjeros, esclavos y libres; sino que Cristo
es todo en todos.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 144


R. El Señor es bueno con todos.

Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarlo. Muy


digno de alabanza es el Señor, por ser su grandeza incalculable. R.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino y narren tus proezas a los hombres. R.
Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu
reino. Tu reino, Señor, es para siempre y tu imperio, por todas las genera­
ciones. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Le 6, 23


R. Aleluya, aleluya.
Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en
el cielo, dice el Señor. R.

EVANGELIO
Dichosos los pobres. - ¡Ay de ustedes, los ricos!
^ Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 20-26

n aquel tiempo, mirando Jesús a sus discípulos, les dijo: “Dichosos uste­
E des los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Dichosos
ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dichosos uste­
des los que lloran ahora, porque al fin reirán.

13 de septiembre 7 1
Dichosos serán ustedes cuando los hombres los aborrezcan y los expul­
sen de entre ellos, y cuando los insulten y maldigan por causa del Hijo del
hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será
grande en el cielo. Pues así trataron sus padres a los profetas.
Pero, ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen ahora su consuelo!
¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora, porque después tendrán ham­
bre! ¡Ay de ustedes, los que ríen ahora, porque llorarán de pena! ¡Ay de
ustedes, cuando todo el mundo los alabe, porque de ese modo trataron
sus padres a los falsos profetas!”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Que te agrade, Dios nuestro, el sacrificio que alegres te presentamos en la
conmemoración de san Juan Crisóstomo, por cuyas enseñanzas te alaba­
mos y nos entregamos enteramente a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
V

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. 1 Cor 1, 23^24


Nosotros predicamos a Cristo crucificado: a Cristo, fuerza de Dios y sabi­
duría de Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Concede, Dios misericordioso, que el sacramento que recibimos en la con­
memoración de san Juan Crisóstomo nos haga crecer en tu amor y nos
haga fieles testigos de la verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

La Palabra de Dios nos invita a ser perseguidos y calumnia­


dos por causa de Cristo y su Evangelio. Si en nuestra vida hay un
escándalo por causa de Cristo y del Evangelio, demos gracias a
Dios, pues somos “dichosos”, pero si todas esas desavenencias
PARA MEDITAR
vienen por causa de nuestras propias faltas, pidamos perdón y un
corazón nuevo.

72 I 13 de septiembre
14 de septiembre
JUEVES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa por la patria, tal como aparecen en el
presente formulario (cfr. Misas para diversas circunstancias, Misal Romano, p. 1132
[1124]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior o las de cualquier
domingo del Tiempo Ordinario.

El desprecio y el odio no tienen la última palabra

El amor para que sea auténtico debe ir más allá de quienes piensan,
creen y se comportan como nosotros, incluso más allá de quienes nos
hacen el bien, abarcando a los enemigos. Jesús, según Lucas, pide a
quienes pretendan vivir el mensaje aliviador de las Bienaventuran-
c o m e n t a r io z a s q u e a m e n no únicamente a los de su propio grupo, sino también
AL EVANGELIO ^ , r r o r
y de manera especial a los diferentes, a los enemigos; con esto es
posible crear una hermandad universal. Les pide, además, que hagan el bien a quie­
nes les hacen el mal, incluso a quienes los odian, pues con esto se garantiza una
iniciativa permanente para hacer el bien, en cualquier lugar y en todo momento.
Asimismo, les encarga que sean cauce de bendición, que deseen y provoquen el bien
a todos, incluidos a quienes les provoquen algún daño. Por último, les encarga que
tengan presente en los momentos de oración y en los espacios comunitarios, a
quienes hablan mal de ellos. Estas actitudes provocarían que los discípulos fueran
diferentes para que se pudieran presentar como una comunidad alternativa que
muestra la posibilidad real de que la indiferencia, el desprecio, el odio y la violencia
no tienen la última palabra.

¿En qué nos hace reflexionar este mensaje con relación a la situación de violen­
cia, odio y división que existe en nuestra sociedad, incluso en nuestras comunida­
des? ¿Qué podemos aportar, como cristianos, para querernos y respetarnos más
entre todos, sin excepción?

* * *

14 de septiembre ! 73
ANTÍFONA DE ENTRADA sno - ¥ Sal 118, 137. 124
Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos; muéstrate bondadoso
con tu siervo.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que ordenas todas las cosas conforme a tu admirable designio,
recibe con bondad las oraciones que te dirigimos por nuestra patria, a fin
de que, por la sabiduría de sus gobernantes y la honestidad de los ciuda­
danos, se consoliden la concordia y la justicia y así sea posible construir,
con paz, un progreso perdurable. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Tengan amor, que es el vínculo de la perfecta unión.
De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 3, 12-17

ermanos: Puesto que Dios los ha elegido a ustedes, los ha consagrado


H a él y les ha dado su amor, sean compasivos, magnánimos, humildes,
afables y pacientes. Sopórtense mutuamente y perdónense cuando tengan
quejas contra otro, como el Señor los ha perdonado a ustedes. Y sobre
todas estas virtudes, tengan amor, que es el vínculo de la perfecta unión.
Que en sus corazones reine la paz de Cristo, esa paz a la que han sido
llamados como miembros de un solo cuerpo. Finalmente, sean agradecidos.
Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. Ensé­
ñense y aconséjense unos a otros lo mejor que sepan. Con el corazón lleno
de gratitud, alaben a Dios con salmos, himnos y cánticos espirituales, y
todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor Jesús,
dándole gracias a Dios Padre, por medio de Cristo.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 150


R. Alabemos al Señor con alegría.

Alabemos al Señor en su templo, alabémoslo en su augusto firmamento. Ala­


bémoslo por sus obras magníficas, alabémoslo por su inmensa grandeza. R.
Alabémoslo tocando trompetas, alabémoslo con arpas y cítaras, alabé­
moslo con tambores y danzas, alabémoslo con cuerdas y flautas. R.
Alabémoslo con platillos sonoros, alabémoslo con platillos vibrantes.
Que todo ser viviente alabe al Señor. R.

74 I 14 de septiembre
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 1 Jn 4, 12
R. Aleluya, aleluya.
Si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y su amor
ha llegado en nosotros a su plenitud. R.

EVANGELIO
Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.
^ Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 27-38

n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Amen a sus enemigos,


E hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldi­
cen y oren por quienes los difaman. Al que te golpee en una mejilla, pre­
séntale la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica. Al
que te pida, dale; y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes; porque si aman
sólo a los que los aman, ¿qué hacen de extraordinario? También los peca­
dores aman a quienes los aman. Si hacen el bien sólo a los que les hacen el
bien, ¿qué tiene de extraordinario? Lo mismo hacen los pecadores. Si pres­
tan solamente cuando esperan cobrar, ¿qué hacen de extraordinario?
También los pecadores prestan a otros pecadores, con la intención de
cobrárselo después.
Ustedes, en cambio, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin
esperar recompensa. Así tendrán un gran premio y serán hijos del Altísimo,
porque él es bueno hasta con los malos y los ingratos. Sean misericordio­
sos, como su Padre es misericordioso.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados;
perdonen y serán perdonados. Den y se les dará: recibirán una medida
buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica.
Porque con la misma medida con que midan, serán medidos”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Señor Dios, fuente de toda devoción sincera y de la paz, concédenos hon­
rar de tal manera, con estos dones, tu divina majestad, que, al participar
en estos santos misterios, todos quedemos unidos en un mismo sentir. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

14 de septiembre | 75
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 41, 2-3
Como la cierva busca el agua de las fuentes, así, sedienta, mi alma te busca
a ti, Dios mío. Mi alma tiene sed del Dios vivo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Concede, Señor, a tus fieles, a quienes alimentas y vivificas con tu palabra
y el sacramento del cielo, aprovechar de tal manera tan grandes dones de
tu Hijo amado, que merezcamos ser siempre partícipes de su vida. Él, que
vive y reina por los siglos de los siglos.

Existe la urbanidad cristiana y tiene un principio general que lo


compartimos con los no creyentes: “tratar a los demás como que­
remos ser tratados”. A nadie le gusta ser juzgado y mucho menos
calumniado, por ello Jesús nos impulsa a ser comprensivos y
misericordiosos para tener entornos sociales más justos y más
PARA MEDITAR
tiernos.

76 14 de septiembre
15 de septiembre
V ie rn e s
N U E S T R A S E Ñ O R A DE LOS D O LO RES
Memoria * Blanco

La santísima Virgen María estuvo íntimamente unida a la pasión de su Hijo. Por eso está
asociada de un modo particular a la gloria de su resurrección. La compasión de María,
que celebramos en esta fiesta, nos recuerda que al pie de la cruz la maternidad de
María se extendió a todo el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, es decir, a todos nosotros.

Enfrentemos los sufrimientos

El sufrimiento cuando es compartido se sobrelleva y cuando es soli­


dario hasta se supera. Quizá éste es uno de los alcances del relato en
el que se presenta la Madre del Señor, junto a la cruz, en compañía de
otras mujeres valientes y del discípulo amado. Resalta en este cuadro,
c o m e n t a r io p 0 r una pa rte e| valor compasivo del dolor: Jesús, levantado en la
AL EVANGELIO r r r J
cruz, es presentado, aun en esos momentos difíciles, preocupado por
su Madre y por sus discípulos, como si Juan quisiera decir que el sufrimiento pade­
cido tiene que hacernos crecer en sensibilidad y solidaridad con los demás, no en
indiferencia. Por otra, también resalta que el sufrimiento contemplado debe provo­
car un involucramiento respetuoso, así como generoso, en la vida de los demás. La
contemplación de Jesús en la cruz provoca que su Madre voltee a ver a aquel discí­
pulo y viceversa, suscitando una nueva solidaridad. Y es que, el dolor ajeno debería
ayudarnos a crecer en compasión, acompañamiento y solidaridad para que no se
normalicen sufrimientos innecesarios. El mejor modo de enfrentar y superar el sufri­
miento, por tanto, no es en una soledad enfermiza o en un aislamiento absurdo,
sino en la cercanía generosa y en la solidaridad efectiva.
.}

¿Cómo enfrentamos nuestros sufrimientos? ¿Qué deberíamos hacer para enfren­


tar nuestros sufrimientos correctamente? ¿Qué podemos hacer para crecer en soli­
daridad ante el sufrimiento de los demás?

***

15 de septiembre 77
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Le 2, 34-35
El anciano Simeón dijo a María: Este niño ha sido puesto para ruina y resur­
gimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción; y
a ti, una espada te atravesará el alma.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste que junto a tu Hijo en la cruz estuviera de pie su
Madre, compartiendo su dolor, concede a tu Iglesia que, asociada con ella
a la pasión de Cristo, merezca participar de su gloriosa resurrección. Él,
que vive y reina contigo...

PRIMERA LECTURA
Antes fui blasfemo, pero Dios tuvo misericordia de mí.
De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 1, 1-2. 12-14

o, Pablo, apóstol de Jesucristo por disposición de Dios, nuestro Salva­


Y dor, y de Cristo Jesús, nuestra esperanza, te deseo a ti, Timoteo, mi
verdadero hijo en la fe, la gracia, la misericordia y la paz, de parte de Dios
Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro.
Doy gracias a aquel que me ha fortalecido, a nuestro Señor Jesucristo,
por haberme considerado digno de confianza al ponerme a su servicio, a
mí, que antes fui blasfemo y perseguí a la Iglesia con violencia; pero Dios
tuvo misericordia de mí, porque en mi incredulidad obré por ignorancia, y
la gracia de nuestro Señor se desbordó sobre mí, al darme la fe y el amor
que provienen de Cristo Jesús.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 15


R. Nuestra vida está en manos del Señor.

Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho que tú eres
mi Señor. El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está
en sus manos. R.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye inter­
namente. Tengo siempre presente al Señor y con él a mi lado jamás tro­
pezaré. R.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de
alegría perpetua junto a ti. R.

78 I 15 de septiembre
SECUENCIA
Esta secuencia es opcional tanto en su forma larga como en su forma breve, desde *¡0h
dulce fuente de amor!

La Madre piadosa estaba Y, porque a amarlo me anime,


junto a la cruz, y lloraba en mi corazón imprime
mientras el Hijo pendía; las llagas que tuvo en sí.
cuya alma triste y llorosa, Y de tu Hijo, Señora,
traspasada y dolorosa, divide conmigo ahora
fiero cuchillo tenía. las que padeció por mí.

¡Oh cuán triste y afligida Hazme contigo llorar


estaba la Madre herida, y de veras lastimar
de tantos tormentos llena, de sus penas mientras vivo;
cuando triste contemplaba porque acompañar deseo
y dolorosa miraba en la cruz, donde lo veo,
del Hijo amado la pena! tu corazón compasivo.

¿Y cuál hombre no llorara ¡Virgen de vírgenes santas!,


si a la Madre contemplara llore ya con ansias tantas
de Cristo en tanto dolor? que el llanto dulce me sea;
¿Y quién no se entristeciera, porque su pasión y muerte
Madre piadosa, si os viera tenga en mi alma de suerte
sujeta a tanto rigor? que siempre sus penas vea.

Por los pecados del mundo, Haz que su cruz me enamore


vio a Jesús en tan profundo y que en ella viva y more
tormento la dulce Madre. de mi fe y amor indicio;
Vio morir al Hijo amado porque me inflame y encienda
que rindió desamparado y contigo me defienda
el espíritu a su Padre. en el día del juicio.

*¡Oh dulce fuente de amor!, Haz que me ampare la muerte


hazme sentir tu dolor de Cristo, cuando en tan fuerte
para que llore contigo. trance vida y alma estén;
Y que, por mi Cristo amado, porque, cuando quede en calma
mi corazón abrasado el cuerpo, vaya mi alma
más viva en él que conmigo. a su eterna gloria. Amén.

15 de septiembre | 79
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Aleluya, aleluya.
Dichosa la Virgen María, que sin morir, mereció la palma del martirio junto
a la cruz del Señor. R.

EVANGELIO
¿Y cuál hombre no llorara si a la Madre contemplara de Cristo en tanto dolor?
Del santo Evangelio según san Juan: 19, 25-27

n aquel tiempo, estaban junto a la cruz de Jesús, su madre, la hermana


E de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena.
Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo
a su madre: “Mujer, ahí está tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Ahí está tu
madre”. Y desde aquella hora el discípulo se la llevó a vivir con él.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Recibe, Dios misericordioso, las súplicas y ofrendas que te presentamos
para alabanza de tu nombre, al venerar a la santísima Virgen María, a quien,
bondadoso, nos entregaste como piadosísima Madre. Por Jesucristo, nues­
tro Señor.

Prefacio de santa María Virgen.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. 1 Pe 4, 13


Alégrense de compartir ahora los padecimientos de Cristo, para que cuando
se manifieste su gloria, el júbilo de ustedes sea desbordante.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Alimentados con el sacramento de la redención eterna, te pedimos, Señor,
que, al conmemorar el dolor de la santísima Virgen María, completemos, a
favor de la Iglesia, lo que falta en nosotros a los padecimientos de Cristo. Él,
que vive y reina por los siglos de los siglos.

80 I 15 de septiembre
La e s ta m p a d e M aría al p ie d e la c ru z e s d o lo r o s a y e lo c u e n te .
H o y e s un e x c e l e n te d ía p a ra d e s e m p o lv a r la h is to r ia d e M aría
y la d e ta n ta s m u je re s q u e su fren p o r sus hijos, y o r a r p o r ellas, y
p e d ir justicia p a ra ellas. S e g u ra m e n te c o n o c e m o s a alguna “ M aría”
PARA MEDITAR q u e e s tá so la al pie d e la c ru z . A c o m p a ñ é m o sla .

16 de septiembre
Sábado
SANTOS CORNELIO, Papa,
y CIPRIANO, obispo, m ártires
Memoria * Rojo

Cipriano, obispo de Cartago, fue decapitado el 14 de septiembre de 258. Sus escritos, lo


mismo que su martirio, revelan el alma de un verdadero pastor, siempre en la brecha
para sostener a sus hermanos perseguidos y preservar la unidad de la Iglesia. En todo
procuró dar ejemplo de fidelidad a nuestro Señor. El Papa Cornelio, quien murió en Civi-
tavecchia después de un breve pontificado (251-253), se ganó el respeto y la amistad
de Cipriano. Por este motivo, desde el siglo IV, la Iglesia romana festeja a Cornelio en su
propia cripta en el aniversario de Cipriano.

Para evitar fracasos

Los fracaso s n o s hacen sufrir y a su vez, co n ellos, p ro v o c a m o s sufri­


m ien to a q u ien es n o s ro d e a n . Q u isié ra m o s e n c o n tr a r un m o d o d e
llev ar la vida p a ra e v ita rlo s , p e r o a v e c e s n o lo c o n s e g u im o s . Sin
em b arg o , el evangelio d e hoy n o s o fre c e tr e s claves p a ra q u e n u e stra
c o m e n t a r io v¡da n o se d e rru m b e (v. 49). P rim era: h acerle ca so al c o ra z ó n (v. 45);
AL EVANGELIO , V ' V /’
aquí, c o m o en m u ch o s o tr o s pasajes, el c o ra z ó n , m ás q u e lo interior,
re p re s e n ta lo profundo, incluso lo integral; los fracaso s parciales o to ta le s en la vida
s ó lo se p u e d e n e v ita r e n g ra n p a r t e si n o s c o n d u c im o s d e s d e to d a s n u e s tr a s
cap a c id a d e s, d e s d e la in te g ra lid a d d e n u e s tro s se n tid o s . S egunda: la c o h e re n c ia ;

16 de septiembre 8 1
cuando nos esforzamos con seriedad y nos aplicamos con sinceridad, no sólo en
tener convicciones buenas sino sobre todo en ponerlas en práctica, podemos evitar
fracasos y desgracias, propios y ajenos; y en caso de que aparezcan por causas ajenas
a nosotros, sabremos enfrentar estos problemas de manera adecuada. Tercera: la
cercanía con Jesús; la vida se vive con mayor madurez y se enfrenta con más dignidad
desde una actitud discipular, caminando como discípulo detrás de Jesús (v. 47).

¿Cómo enfrentamos, de ordinario, nuestros fracasos y caídas? ¿Qué podríamos


hacer para enfrentar los problemas y desgracias de manera adecuada?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA
Estos santos derramaron su sangre gloriosa por el Señor, amaron a Cristo
en su vida, lo imitaron en su muerte, y por eso merecieron la corona
del triunfo.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en los santos Cornelio y Cipriano diste a tu pueblo pas­
tores llenos de celo y mártires victoriosos, concédenos, por su intercesión,
ser fortalecidos en la fe y la constancia y trabajar esforzadamente por la
unidad de la Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores.
De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 1,15-17

ermano: Puedes fiarte de lo que voy a decirte y aceptarlo sin reser­


H vas: que Cristo Jesús vino a este mundo a salvar a los pecadores, de
los cuales yo soy el primero. Pero Cristo Jesús me perdonó, para que fuera
yo el primero en quien él manifestara toda su generosidad y sirviera yo de
ejemplo a los que habrían de creer en él, para obtener la vida eterna.
Al rey eterno, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los
siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

82 I 16 de septiembre
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 112
R. Bendito sea el Señor ahora y para siempre.

Bendito sea el Señor, alábenlo sus siervos. Bendito sea el Señor desde ahora
y para siempre. R.
Desde que sale el sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.
Dios está sobre todas las naciones, su gloria, por encima de los cielos. R.
¿Quién hay como el Señor? ¿Quién iguala al Dios nuestro, que tiene en
las alturas su morada, y sin embargo de esto, bajar se digna su mirada para
ver tierra y cielo? R.
Él levanta del polvo al desvalido y saca al indigente del estiércol, para
hacerlo sentar entre los grandes, los jefes de su pueblo. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 23


R. Aleluya, aleluya.
El que me ama, cumplirá mi palabra, dice el Señor; y mi Padre lo amará y
vendremos a él. R.

EVANGELIO
¿Por qué me dicen ‘Señor, Señor’, y no hacen lo que yo les digo?
^ Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 43-49

n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No hay árbol bueno que
E produzca frutos malos, ni árbol malo que produzca frutos buenos. Cada
árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de las zarzas, ni se cor­
tan uvas de los espinos.
El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón,
y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón, pues
la boca habla de lo que está lleno el corazón.
¿Por qué me dicen ‘Señor, Señor’, y no hacen lo que yo les digo? Les voy
a decir a quién se parece el que viene a mí y escucha mis palabras y las
pone en práctica. Se parece a un hombre, que al construir su casa, hizo
una excavación profunda, para echar los cimientos sobre la roca. Vino la
creciente y chocó el río contra aquella casa, pero no la pudo derribar, por­
que estaba sólidamente construida.
Pero el que no pone en práctica lo que escucha, se parece a un hombre
que construyó su casa a flor de tierra, sin cimientos. Chocó el río contra
ella e inmediatamente la derribó y quedó completamente destruida”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

16 de septiembre 83
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones de tu pueblo, que te presentamos al conmemorar
el sacrificio de tus santos mártires; y te pedimos que el misterio que dio
valor en la persecución a los santos Cornelio y Cipriano, nos dé también
a nosotros constancia en la adversidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
La abundante recompensa de los santos consiste en la presencia de Dios:
murieron por Cristo y viven para siempre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Por este sacramento que hemos recibido, te pedimos, Señor, que, a ejemplo
de los santos mártires Cornelio y Cipriano, sostenidos con tu espíritu de
fortaleza, podamos dar testimonio de la verdad del Evangelio. Por Jesu­
cristo, nuestro Señor.

Hablar bien no es un adorno en el testimonio de los cristianos,


al contrario, conversar y exhortar sobre temas buenos es un
signo de la bondad del corazón de aquel que habla. Nuestra
vida no puede consistir en mera palabrería, se ocupa más: hacer,
emprender, compartir, comprometerse, pues. Entonces el círculo
PARA MEDITAR
virtuoso de la vida cristiana estará completo y reluciente.

LITURGIA DE LAS HORAS


Vísperas I del domingo: 4a semana del Salterio.
Tomo IV: pp. 1077 y 220; para los fieles: pp. 722 y 415;
edición popular:pp. 289 y 479 (488*).

* A partir de la edición 2016 de letra grande.

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84 16 de septiembre
17 de septiembre
XXIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Verde

No nos cansemos de perdonar


A veces nos cansamos de perdonar, incluso
estamos tentados a pensar que es inútil y pode­
mos caer en el error de creer que podemos
vivir sin pedir y sin ofrecer el perdón. Pero
hoy el evangelio de Mateo nos recuerda, pri­
meramente, que es indispensable un perdón
no sólo generoso, sino también ilimitado. En
su propuesta, Pedro habla de perdonar siete
veces. Si tomamos en cuenta que los maestros
judíos contemplaban como suficiente perdo­
nar la misma ofensa tres veces, Pedro está
siendo bastante generoso en su propuesta. Sin
embargo, la experiencia nos enseña que a lo
más valioso es inadecuado ponerle lími­
“¿No debías tú también haber
tes; de ahí que el Señor recuerde a Pedro y a
tenido compasión de tu compañero,
los demás discípulos que hay que perdonar,
como yo tuve compasión de ti?”.
setenta veces siete, es decir, de manera ilimi­
tada. En segundo lugar, Jesús en Mateo, muestra que su Padre, nuestro Padre, per­
dona no sólo ilimitadamente sino también amorosamente; aquel señor, que representa
a Dios, “tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta le perdonó la deuda”, (v. 27).
La peculiaridad de este personaje -que representa a Dios- es que, a causa de la peti­
ción de su siervo, pero sobre todo por su misericordia, le perdona una deuda grandí­
sima, prácticamente impagable; el perdón no sólo se tiene que dar o pedir, sino que, a
ejemplo del Padre, no debe carecer nunca del ingrediente del amor, del cariño. Por
último, el ser humano, nosotros, tenemos la responsabilidad de perdonar. Dios nos
ha creado con la capacidad de perdonar para que el perdón recibido de parte suya no
se agote ni permanezca sólo como un beneficio recibido, sino que, a su vez, al expe­
rimentar su perdón y el de los demás, nos animemos, incluso nos arriesguemos sana­
mente, a perdonar siempre y con todas nuestras capacidades, es decir, de corazón.
¿Por qué a veces nos cansamos o nos desanimamos de pedir perdón o de perdonar?
¿Qué podemos hacer, según este evangelio, para continuar creciendo en la responsabi­
lidad de perdonar y en la disponibilidad de pedir perdón?

17 de septiembre 85
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr.Sir36,18
Concede, Señor, la paz a los que esperan en ti, y cumple así las palabras de
tus profetas; escucha las plegarias de tu siervo, y de tu pueblo Israel.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, creador y soberano de todas las cosas, vuelve a nosotros tus ojos
y concede que te sirvamos de todo corazón, para que experimentemos los efec­
tos de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo...

Jesús en el evangelio nos enseña cómo tenemos que perdonar a


los demás. En esta primera lectura, un sabio del Antiguo Testamento
también se refiere al perdón.
M ONICIÓ N

PRIMERA LECTURA
Perdona la ofensa a tu prójimo para obtener tú el perdón.
Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 27, 33-28, 9

osas abominables son el rencor y la cólera; sin embargo, el pecador se


C aferra a ellas. El Señor se vengará del vengativo y llevará rigurosa
cuenta de sus pecados. Perdona la ofensa a tu prójimo, y así, cuando
pidas perdón, se te perdonarán tus pecados. Si un hombre le guarda rencor
a otro, ¿le puede acaso pedir la salud al Señor?
El que no tiene compasión de un semejante, ¿cómo pide perdón de sus
pecados? Cuando el hombre que guarda rencor pide a Dios el perdón de
sus pecados, ¿hallará quien interceda por él?
Piensa en tu fin y deja de odiar, piensa en la corrupción del sepulcro y
guarda los mandamientos.
Ten presentes los mandamientos y no guardes rencor a tu prójimo.
Recuerda la alianza del Altísimo y pasa por alto las ofensas.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 102


M. Ajjuilar B.P. 1562

El Se * ñor ex com - pa - si - vo y mi - se - ri - cor - dio - so.

86 17 de septiembre
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía; que todo mi ser bendiga su santo nombre. Ben­
dice al Señor, alma mía y no te olvides de sus beneficios. R.
El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu
vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R.
El Señor no nos condena para siempre, ni nos guarda rencor perpetuo.
No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nues­
tros pecados. R.
Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia;
como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor con
quien lo ama. R.

San Pablo, en el último fragmento de la carta a los Romanos,


nos invita a reafirmar nuestra unión con Jesús. Escuchemos con
atención.
M ON IC IÓ N

SEGUNDA LECTURA
En la vida y en la muerte somos del Señor.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 14, 7-9

ermanos: Ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni muere para


H sí mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el
Señor morimos. Por lo tanto, ya sea que estemos vivos o que haya­
mos muerto, somos del Señor. Porque Cristo murió y resucitó para ser
Señor de vivos y muertos.
Palabra de Dios. R Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 13, 34


BP. 1031-Sosa F Dm Gm C7 F C7 F

A- le - lu - ya, a-le - lu - ya, a-le - lu - ya.

R Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los
otros, como yo los he amado. R.

17 de septiembre 87
La vida común está fundada en la ayuda mutua y en el perdón. Esto
es lo que nos recuerda Jesús y, para ilustrar su enseñanza, nos relata
la parábola del deudor implacable. ¿Sabemos perdonar como Dios
M O N IC IÓ N
perdona?

EVANGELIO
No te digo que perdones siete veces, sino hasta setenta veces siete.
^ Del santo Evangelio según san Mateo: 18, 21-35

n aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: “Si mi hermano


E me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?”.
Jesús le contestó: “No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete”.
Entonces Jesús les dijo: “El Reino de los cielos es semejante a un rey que
quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron le
debía muchos millones. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó
que lo vendieran a él, a su mujer, a sus hijos y todas sus posesiones, para saldar
la deuda. El servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba, diciendo: ‘Ten
paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. El rey tuvo lástima de aquel servi­
dor, lo soltó y hasta le perdonó la deuda.
Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno de sus
compañeros, que le debía poco dinero. Entonces lo agarró por el cuello y
casi lo estrangulaba, mientras le decía: ‘Págame lo que me debes’. El com­
pañero se le arrodilló y le rogaba: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré
todo’. Pero el otro no quiso escucharlo, sino que fue y lo metió en la cárcel
hasta que le pagara la deuda.
Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron
a contar al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: ‘Siervo
malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías
tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve
compasión de ti?’. Y el señor, encolerizado, lo entregó a los verdugos
para que no lo soltaran hasta que pagara lo que debía.
Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes, si cada cual no per­
dona de corazón a su hermano”.
Palabra del Señor. R. Gloría a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo

88 17 de septiembre
PLEGARIA UNIVERSAL
Imploremos, hermanos, la misericordia de Dios y pidámosle que escuche
las oraciones de quienes hemos puesto nuestra confianza en él.
Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos,
t Para los obispos, los presbíteros y los diáconos pidamos al Señor una
vida santa, tal como corresponde a su ministerio. Oremos,
t Para los que gobiernan las naciones y tienen bajo su poder el destino
de los pueblos, especialmente en México, pidamos el don de la pruden­
cia y el espíritu de justicia. Oremos,
t Para quienes formamos nuestra Patria, hombres y mujeres, jóvenes y
ancianos, ricos y pobres, pidamos la gracia de formar una sola familia
fiel al Evangelio. Oremos,
t Para los enfermos e impedidos pidamos al Señor la fortaleza necesa­
ria a fin de que no se desanimen ante las dificultades. Oremos,
t Para nosotros mismos y para nuestros familiares, amigos y bienhecho­
res pidamos al Señor que nos aumente los bienes que con tanta
generosidad nos ha concedido. Oremos.
Señor Dios, compasivo y misericordioso, escucha nuestras oraciones
y crea en nosotros un corazón nuevo, que olvide las ofensas recibidas y
recuerde a los demás lo mucho que nos amas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Sé propicio, Señor, a nuestras plegarias y acepta benignamente estas ofren­
das de tus siervos, para que aquello que cada uno ofrece en honor de tu
nombre aproveche a todos para su salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. Sal 35, 8


Señor Dios, qué preciosa es tu misericordia. Por eso los hombres se acogen
a la sombra de tus alas.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Que el efecto de este don celestial, Señor, transforme nuestro cuerpo y
nuestro espíritu, para que sea su fuerza, y no nuestro sentir, lo que siempre
inspire nuestras acciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.

17 de septiembre 89
PERDONEMOS A LOS DEMÁS
COMO DIOS NOS PERDONA

El ejemplo nos lo dio Jesús cuando, saben lo que hacen”. Si recibimos


estando clavado en la cruz, dijo: perdón, es justo que lo otor-
“Padre, perdónalos, porque no guemos.

“Ten presentes
los mandamientos
y no guardes rencor
a tu prójimo”.

90 I 17 de septiembre
18 de septiembre
LUNES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa por los laicos, tal como aparecen en el
presente formulario (cfr. Alisos para diversas circunstancias, Misal Romano, p. 1109
[1101]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior o las de cualquier
domingo del Tiempo Ordinario.

Tener fe supone sentirnos necesitados de los demás

No podemos hacer todo, necesitamos de los demás, y esto es un


asunto de fe. Ésta es quizá una de las principales enseñanzas del relato
del centurión que tiene un siervo enfermo y que pide a Jesús que lo
alivie. Aquel jefe del ejército romano sabía de honores, merecimientos
ai°e
^an^ euo y reconocimientos, sabía dar órdenes y estaba acostumbrado a que lo
obedecieran. Sin embargo, la enfermedad de su siervo lo introduce en
una dinámica nueva: ahora, ante aquella situación, se da cuenta de que él con su
poder militar y con sus honores, no puede hacer absolutamente nada; cae en cuenta
de que necesita de los demás, en este caso de Jesús. Lo más interesante es que
esta limitación asumida no lo encierra en sí mismo, tampoco lo hunde en lamentos
innecesarios; esta experiencia de que no puede todo provoca que se abra a la
ayuda de Jesús, y esto es un asunto de fe. Es como si Jesús en Lucas quisiera
precisar que la fe no nos hace autosuficientes, tampoco nos convierte en súper
hombres o en súper mujeres; tener fe, de verdad, implica sobre todo el recono­
cimiento de que necesitamos mucho de Dios y mucho de los demás.

¿Qué tanto admitimos que necesitamos de la ayuda de otras personas? ¿Por qué es
importante entender y vivir la fe de esta manera?

***

18 de septiembre 91
ANTÍFONA DE ENTRADA Mt 13, 33
El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer
y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que enviaste al mundo a manera de levadura la fuerza del Evan­
gelio, concede a tus fieles que llamaste a vivir en el mundo en medio de las
ocupaciones seculares, que, fervorosos en su espíritu cristiano, por medio de
las tareas terrenales que desempeñan, colaboren sin cesar en la instauración
de tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Pidan a Dios por todos los hombres, pues él quiere que todos se salven.
De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 2, 1-8

e ruego, hermano, que ante todo se hagan oraciones, plegarias, súpli­


T cas y acciones de gracias por todos los hombres, y en particular, por
los jefes de Estado y las demás autoridades, para que podamos llevar una
vida tranquila y en paz, entregada a Dios y respetable en todo sentido.
Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, pues él quiere
que todos los hombres se salven y todos lleguen al conocimiento de la
verdad, porque no hay sino un solo Dios y un solo mediador entre Dios y
los hombres, Cristo Jesús, hombre él también, que se entregó como rescate
por todos.
Él dio testimonio de esto a su debido tiempo y de esto yo he sido cons­
tituido, digo la verdad y no miento, pregonero y apóstol para enseñar la fe
y la verdad.
Quiero, pues, que los hombres, libres de odios y divisiones, hagan oración
dondequiera que se encuentren, levantando al cielo sus manos puras.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 27


R. Salva, Señor, a tu pueblo.

Escucha, Señor, mi súplica, cuando te pido ayuda y levanto las manos hacia
tu santuario. R.
El Señor es mi fuerza y mi escudo, en él confía mi corazón; él me soco­
rrió y mi corazón se alegra y le canta agradecido. R.
El Señor es la fuerza de su pueblo, el apoyo y la salvación de su
Mesías. Salva, Señor, a tu pueblo y bendícelo, porque es tuyo, apacién­
talo y condúcelo para siempre. R.
92 i 8 de septiembre
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Jn 3,16
R. Aleluya, aleluya.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el
que crea en él tenga vida eterna. R.
'jtrgjifri n.<-i i ■iTAifp - o í no i( n c v * *n>hv. • el 3b éo g
EVANGELIO
N/ en Israel he hallado una fe tan grande.
Del santo Evangelio según san Lucas: 7,1-10

n aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar a la gente, entró en


E Cafarnaúm. Había allí un oficial romano, que tenía enfermo y a punto
de morir a un criado muy querido. Cuando le dijeron que Jesús estaba en la
ciudad, le envió a algunos de los ancianos de los judíos para rogarle que
viniera a curar a su criado. Ellos, al acercarse a Jesús, le rogaban encare­
cidamente, diciendo: “Merece que le concedas ese favor, pues quiere a
nuestro pueblo y hasta nos ha construido una sinagoga”. Jesús se puso en
marcha con ellos.
Cuando ya estaba cerca de la casa, el oficial romano envió unos amigos
a decirle: “Señor, no te molestes, porque yo no soy digno de que tú entres
en mi casa; por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente a verte. Basta
con que digas una sola palabra y mi criado quedará sano. Porque yo, aun­
que soy un subalterno, tengo soldados bajo mis órdenes y le digo a uno:
‘¡Ve!’, y va; a otro: ‘¡Ven!’, y viene; y a mi criado: ‘¡Haz esto!’, y lo hace”.
Al oír esto, Jesús quedó lleno de admiración, y volviéndose hacia la
gente que lo seguía, dijo: “Yo les aseguro que ni en Israel he hallado una fe
tan grande”. Los enviados regresaron a la casa y encontraron al criado per­
fectamente sano.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Dios nuestro, que quisiste salvar a todo el mundo por el sacrificio de tu Hijo,
y llamas también a los laicos al trabajo apostólico, concédeles, por la fuerza
de esta ofrenda, impregnar el mundo con el espíritu cristiano y ser fer­
mento de santificación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 99, 2


Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría; con
júbilo entremos en su templo, aleluya.

18 de septiembre | 93
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo participado de la abundancia de tu gracia, te rogamos, Señor,
que, fortalecidos por el poder vivificante del convite eucarístico, tus
fieles, que quisiste dedicados a las tareas temporales, sean valientes testi­
gos de la verdad evangélica y en los ambientes en que trabajan hagan
siempre presente y activa a tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Jesús sabe que tenemos un escenario lleno de posibilidades


para desobedecer, alejarnos de él e ir matando nuestra fe. Apa­
recen en nuestra vida otras personas u objetos que intentan
robarnos la adoración y la confianza que debería estar puesta
PARA MEDITAR
sólo en Dios. Una vez más, pidamos para que cada día se
agrande nuestra fe en Jesús, Hijo de Dios.

94 18 de septiembre
19 de septiembre
M artes
SAN JOSÉ MARÍA DE YERMO Y PARRES,
presbítero
M em oria libre * Blanco

Nació en la Hacienda de Jalmolonga, estado de México, el 10 de noviembre de 1851.


Ordenado sacerdote, pronto comenzó a irradiar su profunda vivencia evangélica: “Imitar
a Cristo, que vino a enseñarnos con su ejemplo el amor de preferencia para con los
pobres y desamparados que el mundo desprecia...”. Fundó en 1885 la Congregación
de las Siervos del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres, la cual continúa su obra de
caridad. Murió en Puebla, el 20 de septiembre de 1904.

En vez de la Misa de san José María de Yermo y Parres, que va a continuación, se puede
celebrar Misa de feria (la del domingo anterior o de cualquier domingo del Tiempo Ordi­
nario), con las lecturas de hoy, la de *san Jenaro (p. 98) o alguna Misa votiva.

La comunicación es signo de vida

Poder comunicarnos es un indicador de que estamos vivos. Con


razón existe el dicho de que “los muertos no hablan”, quizá para
indicar que la capacidad de comunicarse es señal incuestionable de
que alguien está vivo y también de que la comunicación genera vida.
a levan ^ e u o Lucas relaciona la resurrección del hijo de aquella viuda con la
capacidad de hablar. Al recuperar la vida “comenzó a hablar”, incluso
podemos decir que para eso recupera la vida, para que se pueda comunicar, para
que pueda hablar. Ahora bien, resulta significativo que Lucas haga esta afirmación
precisamente en un mundo en el que, aunque todos podían hablar, a muchos -a la
mayoría- no se les permitía hacerlo: existían muchos modos, como ahora, de callar
a las personas, directa o indirectamente, por diversos pretextos: a causa de su
pobreza, de su género, de su edad, etcétera. Con este milagro, por tanto, se precisa
que la capacidad de comunicarse es un signo evidente de que se está vivo. Jesús no
sólo revive a aquel muchacho, sino que con su acción enseña la importancia de
hablar y de hacer hablar a otros, así como la necesidad de comunicarnos porque
estamos vivos y sobre todo para generar vida.

19 de septiembre 95
¿Por qué es importante poder comunicarnos? ¿Qué podemos hacer por aquellos a
los que se les ha arrebatado su derecho a comunicarse?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 131 , 9


Que tus sacerdotes, Señor, se revistan de justicia, y tus fieles se llenen de
júbilo.

ORACIÓN COLECTA
Dios de misericordia y todopoderoso, que encendiste en el corazón de san
José María de Yermo y Parres, presbítero y fundador, un amor ardiente a
favor de los pobres y desamparados, concédenos que, a ejemplo suyo, des­
cubramos en cada hermano el rostro de Cristo, tu Hijo, y nos pongamos a
su servicio con sincera caridad. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Que el obispo y los diáconos sean irreprochables.
De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 3, / 13

ermano: Es cierto que aspirar al cargo de obispo es aspirar a una exce­


H lente función. Por lo mismo, es preciso que el obispo sea irreprocha­
ble, que no se haya casado más que una vez, que sea sensato, prudente, bien
educado, digno, hospitalario, hábil para enseñar, no dado al vino ni a
la violencia, sino comprensivo, enemigo de pleitos y no ávido de dinero;
que sepa gobernar bien su propia casa y educar dignamente a sus hijos.
Porque, ¿cómo podrá cuidar de la Iglesia de Dios quien no sabe gober­
nar su propia casa? No debe ser recién convertido, no sea que se llene
de soberbia y sea por eso condenado como el demonio. Es necesario
que los no creyentes tengan buena opinión de él, para que no caiga en
el descrédito ni en las redes del demonio.
Los diáconos deben, asimismo, ser respetables y sin doblez, no dados al
vino ni a negocios sucios; deben conservar la fe revelada, con una concien­
cia limpia. Que se les ponga a prueba primero y luego, si no hay nada que
reprocharles, que ejerzan su oficio de diáconos. Las mujeres deben ser
igualmente respetables, no chismosas, juiciosas y fieles en todo. Los diáco­
nos, que sean casados una sola vez y sepan gobernar bien a sus hijos y su
propia casa. Los que ejercen bien el diaconado alcanzarán un puesto hon­
roso y gran autoridad para hablar de la fe que tenemos en Cristo Jesús.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

96 19 de septiembre
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 100
R. Danos, Señor, tu bondad y tu justicia.

Voy a cantar la bondad y la justicia; para ti, Señor, tocaré mi música. Voy a
explicar el camino perfecto. ¿Cuándo vendrás a mí? R.
Quiero proceder en mi casa con recta conciencia. No quiero ocuparme
de asuntos indignos, aborrezco las acciones criminales. R.
Al que en secreto difama a su prójimo lo haré callar; al altanero y al
ambicioso no los soportaré. R.
Escojo a gente de fiar para que vivan conmigo; el que sigue un camino
perfecto será mi servidor. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Le 7, 16


K. Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R.

EVANGELIO
Joven, yo te lo mando: Levántate.
^ Del santo Evangelio según san Lucas: 7,11-17

n aquel tiempo, se dirigía Jesús a una población llamada Naím, acom­


E pañado de sus discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la
población, se encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único
de una viuda, a la que acompañaba una gran muchedumbre.
Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: “No llores”.
Acercándose al ataúd, lo tocó, y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces
Jesús dijo: “Joven, yo te lo mando: Levántate”. Inmediatamente el que había
muerto se levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo entregó a su madre.
Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a glorificar a Dios,
diciendo: “Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su
pueblo”.
La noticia de este hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones
circunvecinas.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

19 de septiembre | 97
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Contempla, Señor, los dones que presentamos en tu altar en la conmemo­
ración de san José María de Yermo y Parres, y, del mismo modo que, por
estos santos misterios, le diste a él la gloria, concédenos también a noso­
tros tu perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. 46-47


Dichoso el servidor a quien su amo, al volver, lo encuentre cumpliendo con
su deber; yo les aseguro que le confiará todos sus bienes.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Que esta mesa celestial, Dios todopoderoso, robustezca y aumente el vigor
espiritual de todos los que celebramos la festividad de san José María
de Yermo y Parres, para que conservemos íntegro el don de la fe y cami­
nemos por el sendero de la salvación que él nos señaló. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

***

*Son Jenaro, obispo y mártir (mi), rojo (MR, p. 836 [825]).

Siendo obispo de Benevento, fue martirizado no lejos de Roma, en 305. En el


siglo V sus restos se trasladaron a Nápoles. Su culto se propagó muy pronto en
muchos países.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que nos concedes venerar la memoria del mártir san Jenaro,
concédenos gozar de su compañía en la eterna bienaventuranza. Por nues­
tro Señor Jesucristo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Santifica, Señor, con tu bendición, los dones que te presentamos, para que,
por tu gracia, nos inflamen en aquel fuego de tu amor con el que san Jenaro
venció en su cuerpo todos los tormentos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

98 I 19 de septiembre
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el santo sacramento que recibimos, Señor, nos comunique aquella for­
taleza de espíritu que hizo a tu mártir san Jenaro fiel en tu servicio y victo­
rioso en su pasión. Por Jesucristo, nuestro Señor.

El encuentro de Jesús con la viuda de Naím está lleno de sím­


bolos. Una mujer viuda y que además había perdido a su único
hijo, era señalada en la comunidad como “desgraciada” y “casti­
gada por Dios”. Para Dios no existe ningún etiquetado ni ningún
PARA MEDITAR
castigado, y si permite pruebas, es para mostrarnos el camino para
ser cada día más amorosos.

19 de septiembre I 99
20 de septiembre
M ié rc o le s
SANTOS ANDRÉS KIM TAEGON, presbítero,
PABLO CHONG HASANG y COMPAÑEROS, mártires
M em oria Rojo

Algunos laicos introdujeron la fe cristiana en Corea (siglo XVII) y formaron una vigo­
rosa comunidad que se mantuvo firme y organizada, hasta que unos misioneros france­
ses penetraron secretamente en la región. De esta comunidad cristiana brotaron, durante
tres épocas de persecución, 103 mártires, de entre los cuales destacan Andrés Kim
Taegon, primer sacerdote y celoso pastor, y Pablo Chong Hasang, insigne apóstol laico.
Los demás eran laicos de todas clases y estados, que con su muerte consagraron los
generosos principios de la Iglesia en Corea.

Evitemos la inconformidad que conduce a la amargura

Hay gente que vive inconforme siempre, con todos y contra todo;
nadie les da gusto. Jesús, en Lucas, evidencia esa actitud con la imagen
de dos grupos de niños malcriados que, teniendo como escenario una
plaza de pueblo, se reprochan mutuamente la inmadurez compartida,
ai° evan^ e u o e n un ¡ueS° bodas y de funerales; aquel juego fracasa porque nin­
guno de los equipos reacciona según lo que se les presenta: no han
querido bailar en el juego de bodas, ni llorar en el juego de los funerales. Esta apatía
es reflejo de una inmadurez casi sistemática en muchas personas que, tarde o tem­
prano, conduce a una indiferencia grosera ante todo lo que se les presente. Para
este tipo de personas nada vale la pena, todo es insignificante. Lo más grave es
que con esta descalificación, justifican su incapacidad y falta de disponibilidad
para responsabilizarse ante la vida, ante lo que acontece, como los contemporá­
neos de Jesús y de Juan el Bautista; ninguno de los dos les daba gusto. Aquella gente
pretendía vivir, por cierto equivocadamente, sin decidirse por nada, sin optar por
nadie, eternamente inconformes y permanentemente insatisfechos, optando sin
darse cuenta por una amargura y por una infelicidad permanente.

¿Qué podemos hacer para no caer en este tipo de inconformidad que refleja inma­
durez y que conduce a cierta amargura?

***

100 20 de septiembre
ANTÍFONA DE ENTRADA
Los santos mártires derramaron su sangre por Cristo en la tierra; por eso
han obtenido el premio eterno.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que has querido multiplicar el número de tus hijos de adop­
ción en el mundo entero, y has hecho de la sangre de los santos mártires
Andrés Kim Taegon y compañeros semilla muy fecunda de vida cristiana,
concédenos la fuerza de su ayuda y el estímulo de su ejemplo. Por nues­
tro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Realmente es grande el misterio del amor de Dios.
De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 3, 14-16

uerido hermano: Te escribo estas cosas con la esperanza de ir a verte


Q pronto. Pero si tardo en llegar, quiero que sepas desde ahora cómo
debes de actuar en la casa del Dios vivo, que es la Iglesia, columna y funda­
mento de la verdad.
Realmente es grande el misterio del amor de Dios, que se nos ha mani­
festado en Cristo, hecho hombre, santificado por el Espíritu, contemplado por
los ángeles, anunciado a todas las naciones, aceptado en el mundo mediante
la fe y elevado a la gloria.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 110


\< Alabemos a Dios de todo corazón.

Quiero alabar a Dios, de corazón, en las reuniones de los justos. Grandiosas


son las obras del Señor y para todo fiel, dignas de estudio. R.
De majestad y gloria hablan sus obras y su justicia dura para siempre.
I la hecho inolvidables sus prodigios. El Señor es piadoso y es clemente. R.
Acordándose siempre de su alianza, él le da de comer al que lo teme. Al
darle por herencia a las naciones, hizo ver a su pueblo sus poderes. R.

20 de septiembre ¡ 101
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO C/r. Jn 6, 63. 68
R. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. R.

EVANGELIO
Tocamos la flauta y ustedes no bailaron, cantamos canciones tristes y no lloraron.
^ Del santo Evangelio según san Lucas: 7, 31-35

n aquel tiempo, Jesús dijo: “¿Con quién compararé a los hombres de


E esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos niños que se
sientan a jugar en la plaza y se gritan los unos a los otros:
Tocamos la flauta y no han bailado, cantamos canciones tristes y no
han llorado’.
Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y ustedes
dijeron: ‘Ése está endemoniado’. Y viene el Hijo del hombre, que come y
bebe, y dicen: ‘Este hombre es un glotón y un bebedor, amigo de publica-
nos y pecadores’. Pero sólo aquellos que tienen la sabiduría de Dios, son
quienes lo reconocen”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Mira benignamente, Dios todopoderoso, las ofrendas de tu pueblo y concé­
denos, por la intercesión de tus santos mártires, llegar a ser un sacrificio
agradable a ti, para salvación del mundo entero. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 10, 32


A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré
ante mi Padre, que está en los cielos, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Nutridos con el alimento de los fuertes, en esta celebración de los santos
mártires, te pedimos humildemente, Señor, que, unidos fielmente a Cristo,
trabajemos en la Iglesia para la salvación de todos. Por Jesucristo, nues­
tro Señor.

102 I 20 de septiembre
Los seres humanos varias veces somos contradictorios:“confor­
me decimos una cosa, ya decimos otra”.Jesús sabe que es propio
de los hombres y las mujeres casi nunca sentirse satisfechos.
Pero Dios es paciente con nosotros, y está esperando para que
PARA MEDITAR
finalmente, un día, respondamos de manera honesta habiendo
escuchado la voz de nuestro corazón. ¿Qué nos pide Dios?

2 1 de septiembre
Jueves
SAN MATEO, APÓSTOL Y EVANGELISTA
Fiesta * Rojo

Es una figura que destaca en el grupo de los Apóstoles. La vocación de este recaudador
de impuestos de Cafarnaúm constituye uno de los episodios sobresalientes del minis­
terio de Jesús en Galilea. El Evangelio según san Moteo es el que conecta más lumino­
samente el Antiguo con el Nuevo Testamento.

Seamos incluyentes

El dicho de que “quien con lobos anda a aullar se enseña” nos ha ser­
vido de pretexto a muchos que nos decimos cristianos para justificar
cierto tipo de exclusión y abandonar a su suerte a muchas personas,
cuidando más bien nuestra reputación que procurando la fidelidad al
c o m e n t a r io proyecto del Reino. Sin embargo,Jesús no se comportó así. Dice Mateo
AL EVANGELIO r ' , ...
que el, abiertamente, acogía a publícanos y pecadores (v. 10), sorpren­
diendo a muchos y escandalizando a no pocos, a tal grado, que los líderes religiosos
cuestionaban a los discípulos sobre el comportamiento de su Maestro (v. I l).Para
aquellos guardianes de la religión y promotores de las apariencias, Jesús no sólo
tenía el descaro de juntarse con gente mal vista, sino que, además, según ellos,
deshonraba a quienes lo seguían. Ahora bien,Jesús ofrece una constatación: quienes
más necesitan comprensión y apoyo son aquellas personas que tienen, por la causa
que sea, menos fuerzas de voluntad (v. 12); una convicción: a la preocupación de
cómo relacionarse con Dios a través de ofrendas, debe antecederle, la disponibili­
dad para ser misericordiosos; una exigencia: la comunidad de sus seguidores
(v. 9), si quieren serlo de verdad, debe ser incluyente.

21 de septiembre 103
¿Por qué la exclusión y el desprecio de las personas a causa de sus errores y peca­
dos es una contradicción con lo que decimos creer? ¿Qué debemos hacer para ser,
de verdad, incluyentes?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA C/r. Mt 28,19-20


Vayan y enseñen a todas la naciones, bautizándolas y enseñándoles a cum­
plir todo cuanto yo les he mandado, dice el Señor.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que, con inefable misericordia, te dignaste elegir a san Mateo
para convertirlo de publicano en Apóstol, concédenos que, sostenidos por
su ejemplo y su intercesión, te sigamos fielmente y vivamos siempre uni­
dos a ti. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
El fue quien concedió a unos ser apóstoles y a otros, evangelizadores.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 4,1-7. 11-13

ermanos: Yo, Pablo, prisionero por la causa del Señor, los exhorto a
H que lleven una vida digna del llamamiento que han recibido. Sean
siempre humildes y amables; sean comprensivos y sopórtense mutua­
mente con amor; esfuércense en mantenerse unidos en el Espíritu con
el vínculo de la paz.
Porque no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu, como es tam­
bién sólo una la esperanza del llamamiento que ustedes han recibido. Un
solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos,
que reina sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos.
Cada uno de nosotros ha recibido la gracia en la medida en que Cristo se
la ha dado. Él fue quien concedió a unos ser apóstoles; a otros, ser profetas;
a otros, ser evangelizadores; a otros, ser pastores y maestros. Y esto, para capa­
citar a los fieles, a fin de que, desempeñando debidamente su tarea, cons­
truyan el cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a estar unidos en la fe
y en el conocimiento del Hijo de Dios, y lleguemos a ser hombres perfec­
tos, que alcancemos en todas sus dimensiones la plenitud de Cristo.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

104 2 1 de septiembre
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 18
R. El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.

Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de


sus manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo trans­
mite a la otra noche. R.
Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra
llega su sonido, y su mensaje hasta el fin del mundo. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO


R. Aleluya, aleluya.
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra alabanza. A ti, Señor,
te alaba el coro celestial de los apóstoles. R.

EVANGELIO
Sígueme. Él se levantó y lo siguió.
Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 9-13

n aquel tiempo, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a su


E mesa de recaudador de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó
y lo siguió.
Después, cuando estaba a la mesa en casa de Mateo, muchos publícanos
y pecadores se sentaron también a comer con Jesús y sus discípulos. Viendo
esto, los fariseos preguntaron a los discípulos: “¿Por qué su Maestro come
con publícanos y pecadores?”. Jesús los oyó y les dijo: “No son los sanos los
que necesitan de médico, sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que
significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Yo no he venido a llamar
a los justos, sino a los pecadores”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Al venerar la memoria de san Mateo, te presentamos, Señor, nuestras ora­
ciones y ofrendas, y te pedimos humildemente que mires con amor a tu
Iglesia, cuya fe alimentaste con la predicación de los Apóstoles. Por Jesu­
cristo, nuestro Señor.

Prefacio I o II de los Apóstoles.

2 1 de septiembre | 10 5
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. Mt 9, 13
Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Hemos participado, Señor, de la alegría de la salvación que experimentó
san Mateo al tener de invitado en su casa al mismo Salvador; concéde­
nos nutrirnos siempre con el alimento de aquel que no ha venido a llamar
a los justos sino a los pecadores. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.

M a te o re c a u d a b a lo s im p u e s to s d e lo s ju d ío s p a ra el Im p e rio
ro m a n o . D e sd e c u a lq u ie r p u n to d e vista, M ateo e ra un tr a id o r del
p u e b lo s a n to d e D io s. Sin e m b a rg o , e je rc ie n d o su oficio, Jesú s lo
e n c o n tr ó , lo m iró y lo llam ó. T am bién n o s o tr o s , sig am o s p id ie n d o
PARA MEDITAR
y g u a r d a n d o la e s p e r a n z a d e q u e un día p o d r e m o s r e s p o n d e r
al plan d e D ios.

106 I 2 1 de septiembre
22 de septiembre
Viernes
SANTOS CRISTÓBAL, ANTONIO
y JUAN, m ártires
Memoria * Rojo

Estos adolescentes fueron alumnos de las primeras escuelas franciscanas en Tlaxcala.


Cristóbal nació en Atlihuetzía, estado de Tlaxcala, hacia 1514-1515. Con insistencia
trató de convertir a su padre, pero éste lo mató cruelmente en 152 7. Antonio y Juan
nacieron en Tizatlán,Tlaxcala, hacia 1516-1517. Cuando acompañaban a los primeros
misioneros dominicos que iban a Oaxaca, fueron martirizados en 1529, en Cuauhtin-
chán, Puebla, por su celo evangelizados Cristóbal, Antonio y Juan fueron los primeros
nativos del continente americano que atestiguaron con su vida la fe en Cristo.

Valoremos el trabajo de las mujeres

La ta re a evangelizadora n o se e n tie n d e sin la particip ació n d e la mujer.


Sin e m b a rg o , m u c h a s v e c e s d a m o s la im p re sió n , p e r s o n a lm e n te y
c o m o Iglesia, d e q u e la v alo ra m o s p o c o y la p ro m o v e m o s casi nada.
Lucas, si bien habla p o c o d e las m u jeres en c o m p a ra c ió n c o n los o tr o s
c o m e n t a r io ev an g elistas, m e n c io n a a algunas d e ellas ju n to a los d o c e a p ó s to le s
AL EVANGELIO , _ _ , , . . ? r l r .
(w . 1-2). Sabia q u e n o había q u e co n fu n d ir funciones, p e ro tam b ién
tenía m uy claro q u e no había q u e justificar ni p ro m o v e r exclusiones; ellas debían te n e r
un tra b a jo p ro p io p e ro d e ningún m o d o m e n o s im p o rta n te q u e el d e los h o m b re s .
N o e ra n , p o r el h e c h o d e s e r m u je re s, d e m e n o r c a te g o ría q u e q u ie n e s d e se m ­
peñaban un servicio en la c o m u n id ad sie n d o v aro n es. N o re d u c e su p re s e n c ia a s e r
só lo b en eficiarías del m in is te rio d e Je sú s y ta m p o c o justifica q u e sean e te rn a s
s e r v id o ra s d e los h o m b re s . M ás aú n , L ucas p re c isa q u e su p a rtic ip a c ió n e s igual­
m e n te v alio sa a la d e los d e m á s m ie m b r o s d e la c o m u n id a d , p u e s lo q u e p r o ­
p o rc io n a validez e im p o rtan cia a un m in isterio n o es la p e rs o n a q u e lo d e se m p e ñ e ,
sin o el h e c h o d e e s té en sin to n ía c o n el p ro y e c to d e Jesú s, la B u en a N u e v a del
R eino (v. I).

22 de septiembre | 107
¿Por q u é n o se v alo ra su fic ie n te m e n te el tra b a jo d e las m u je re s en n u e s tra familia,
so ciedad e Iglesia? ¿Q u é p o d e m o s h a c e r p ara a p re c ia r m ás su m in isterio y a p re n d e r
m ás d e ellas?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA
Ahora gozan en el cielo las almas de los santos, que siguieron en la tierra
las huellas de Cristo; y, porque lo amaron hasta derramar su sangre por él,
con Cristo se gozan eternamente.

ORACIÓN COLECTA
Concede, Señor, que las súplicas que te dirigimos con gozo den fruto, para
que, en la devota conmemoración anual del día en que tus santos mártires
Cristóbal, Antonio y Juan padecieron la muerte, también imitemos la cons­
tancia de su fe. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Tú, en cambio, como siervo de Dios, lleva una vida de rectitud.
De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 6, 2 12

uerido hermano: Lo que te he dicho anteriormente, es lo que debes


Q enseñar e inculcar. Porque, quien enseña doctrinas diferentes y no se
atiene a las palabras de salvación de Jesucristo, nuestro Señor, y a lo que
enseña la religión verdadera, es un orgulloso e ignorante, obsesionado por
las discusiones y los juegos de palabras. Y lo único que nace de todo ello,
son envidias, pleitos e insultos, sospechas perjudiciales y continuos alter­
cados, propios de hombres de mente depravada, privados de la verdad y
que consideran que la religión es un negocio.
Ciertamente la religión es el gran negocio, pero sólo para aquel que se
conforma con lo que tiene, pues nada hemos traído a este mundo y nada
podremos llevarnos de él. Por eso, teniendo con qué alimentarnos y con
qué vestirnos nos damos por satisfechos.
Los que a toda costa quieren hacerse ricos, sucumben a la tentación,
caen en las redes del demonio y en muchos afanes inútiles y funestos, que
hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. Porque la raíz de todos
los males es el afán de dinero, y algunos, por dejarse llevar de él, se han
desviado de la fe y se han visto agobiados por muchas tribulaciones.

108 I 22 de septiembre
Tú, en cambio, como hombre de Dios, evita todo eso y lleva una vida de
rectitud, piedad, fe, amor, paciencia y mansedumbre. Lucha en el noble
combate de la fe, conquista la vida eterna, a la que has sido llamado y de la
que hiciste tan admirable profesión ante numerosos testigos.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 48


R. Dichosos los pobres de espíritu.

¿Por qué temer en días de desgracia, cuando nos cerca la malicia de aquellos
que presumen de sus bienes y en sus riquezas confían? R.
Nadie puede comprar su propia vida, ni por ella pagarle a Dios rescate.
No hay dinero capaz de hacer que alguno de la muerte se escape. R.
No te inquietes, cuando alguien se enriquece y aumentan las riquezas su
poder. Nada podrá llevarse, cuando muera, ni podrá su poder bajar con él. R.
Aunque feliz se sienta mientras viva y por pasarla bien todos lo alaben,
ahí donde jamás verá la luz descenderá a reunirse con sus padres. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 11, 25


R. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los
misterios del Reino a la gente sencilla. R.

EVANGELIO
ios acompañaban algunas mujeres, que los ayudaban con sus propios bienes.
^ Del santo Evangelio según san Lucas: 8 ,1-3

n aquel tiempo, Jesús comenzó a recorrer ciudades y poblados predi­


E cando la buena nueva del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y
algunas mujeres que habían sido libradas de espíritus malignos y curadas
de varias enfermedades. Entre ellas iban María, llamada Magdalena, de la
que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, el administra­
dor de Herodes; Susana y otras muchas, que los ayudaban con sus pro­
pios bienes.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

22 de septiembre | 10 9
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Padre santo, las ofrendas que te presentamos en la conmemoración
de estos santos mártires y a nosotros tus siervos concédenos permanecer
siempre firmes en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Le 22, 28-30


Ustedes han perseverado conmigo en mis pruebas, dice el Señor, y yo les voy
a dar el Reino, para que en él coman y beban a mi mesa.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor Dios, que en tus santos mártires manifestaste de modo admirable el
misterio de la cruz, concede, benigno, que, fortalecidos por este sacrificio,
permanezcamos fielmente adheridos a Cristo y trabajemos en la Iglesia por
la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Los seguidores de Jesús eran muy diferentes entre ellos, sin


embargo, el grupo de las mujeres que estaban con Jesús era muy
significativo. Ayudaban en lo que podían: a veces sirviendo en
cosas simples y otras, colaborando en la misión de Jesús. Cuando
PARA MEDITAR
se quiere ayudar a Jesús, lo importante es disponerse y él se encar­
gará de los cómo.

NO I 22 de septiembre
23 de septiembre
Sábado
SAN PÍO DE PIETRELCINA,
presbítero
M em oria * Blanco

Nació en 1887 en Pietrelcina, Italia. Fue presbítero de la Orden de Hermanos Menores


Capuchinos, y vivió en el convento de San Giovanni Rotondo, en Apulia. El padre Pío fue
un generoso dispensador de la misericordia divina; se dedicó incansablemente a la direc­
ción espiritual y la administración del sacramento de la Penitencia, mostrando una
atención particular hacia los pobres y los enfermos. Buscó una identificación cada vez
mayor con Cristo crucificado, para colaborar en la obra de la redención. Terminó su pere­
grinación terrena el 23 de septiembre de 1968.

Seamos perseverantes

La perseverancia es más que insistencia y mucho más que necedad;


supone, ciertamente, dedicación permanente, pero, sobre todo,
objetivos claros e intenciones honestas. No es casualidad que en
la parábola del sembrador, en la versión de Lucas, la perseverancia sea
COMENTARIO
AL EVANGELIO
una peculiaridad de las personas que son semejantes a la tierra buena
(v. 15). Esta perseverancia supone, primeramente, escuchar la Palabra, es
decir, tratar de entenderla, interiorizarla y hasta confrontarse con su mensaje. Ade­
más, la perseverancia pide guardar la Palabra, discerniendo su significado y colabo­
rando en su eficacia, sin permitir que se pierda o se inutilice su fuerza y alcance.
Asimismo, para evitar cualquier otro desaprovechamiento de la Palabra, la persona
debe guardarla en un corazón bueno y recto, expresión que bien puede estarse
refiriendo a la totalidad de las capacidades, así como a la intención adecuada, sin
hacerle componendas, mucho menos manipulaciones. Es sólo gracias a esta perse­
verancia que quien escucha la Palabra puede dar fruto, no únicamente resultados.
Sólo con perseverancia se pueden superar con creces los obstáculos que impiden
que la Palabra sea escuchada y que sea puesta en práctica.

23 de septiembre III
¿Por qué es importante ser perseverantes en todas las dimensiones de nuestra
existencia? ¿Qué podríamos hacer, según este evangelio, para crecer en la perse­
verancia?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA C/r. Sal 131, 9


Que tus sacerdotes, Señor, se revistan de justicia, y tus fieles se llenen de
júbilo.

ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que concediste a san Pío de Pietrelcina, pres­
bítero, la gracia singular de participar de la cruz de tu Hijo, y renovaste, por
su ministerio, las maravillas de tu misericordia, concédenos, por su inter­
cesión, que, asociados siempre a los sufrimientos de Cristo, lleguemos
felizmente a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Cumple todo lo mandado, hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.
De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 6, 13-16

uerido hermano: En presencia de Dios, que da vida a todas las cosas,


Q y de Cristo Jesús, que dio tan admirable testimonio ante Poncio Pilato,
te ordeno que cumplas fiel e irreprochablemente todo lo mandado, hasta la
venida de nuestro Señor Jesucristo, la cual dará a conocer a su debido tiempo
Dios, el bienaventurado y único soberano, Rey de los reyes y Señor de los
señores, el único que posee la inmortalidad, el que habita en una luz inac­
cesible y a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A él todo honor y
poder para siempre.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 99


R. Sirvamos al Señor con alegría.

Reconozcamos que el Señor es Dios, que él fue quien nos hizo y somos suyos,
que somos su pueblo y su rebaño. R.
Entremos por sus puertas dando gracias, crucemos por sus atrios entre
himnos, alabando al Señor y bendiciéndolo. R.
Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es eterna su miseri­
cordia, y su fidelidad nunca se acaba. R.

I 12 I 23 de septiembre
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO C/r. Le 8,15
R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y
sincero, y perseveran hasta dar fruto. R.

EVANGELIO
Lo que cayó en tierra buena representa a los que escuchan la palabra, la conservan en
un corazón bueno y bien dispuesto, y dan fruto por su constancia.
^ Del santo Evangelio según san Lucas: 8, 4-15

n aquel tiempo, mucha gente se había reunido alrededor de Jesús, y al


E ir pasando por los pueblos, otros más se le unían. Entonces les dijo esta
parábola:
“Salió un sembrador a sembrar su semilla. Al ir sembrando, unos granos
cayeron en el camino, la gente los pisó y los pájaros se los comieron.
Otros cayeron en terreno pedregoso, y al brotar, se secaron por falta de
humedad. Otros cayeron entre espinos, y al crecer éstos, los ahogaron.
Los demás cayeron en tierra buena, crecieron y produjeron el ciento por
uno”. Dicho esto, exclamó: “¡El que tenga oídos para oír, que oiga!”.
Entonces le preguntaron los discípulos: “¿Qué significa esta parábola?”.
Y él les respondió: “A ustedes se les ha concedido conocer claramente los
secretos del Reino de Dios; en cambio, a los demás, sólo en parábolas para
que viendo no vean y oyendo no entiendan.
La parábola significa esto: la semilla es la palabra de Dios. Lo que cayó
en el camino representa a los que escuchan la palabra, pero luego viene
el diablo y se la lleva de sus corazones, para que no crean ni se salven. Lo
que cayó en terreno pedregoso representa a los que, al escuchar la palabra,
la reciben con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo
creen, pero en el momento de la prueba, fallan. Lo que cayó entre espi­
nos representa a los que escuchan la palabra, pero con los afanes, riquezas
y placeres de la vida, se van ahogando y no dan fruto. Lo que cayó en tierra
buena representa a los que escuchan la palabra, la conservan en un cora­
zón bueno y bien dispuesto, y dan fruto por su constancia”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Contempla, Señor, los dones que presentamos en tu altar en la conmemora­
ción de san Pío de Pietrelcina, y, del mismo modo que, por estos santos mis­
terios, le diste a él la gloria, concédenos también a nosotros tu perdón. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

23 de septiembre | | |3
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. Mt 24, 46-47
Dichoso el servidor a quien su amo, al volver, lo encuentre cumpliendo con
su deber; yo les aseguro que le confiará todos sus bienes.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Que esta mesa celestial, Dios todopoderoso, robustezca y aumente el vigor
espiritual de todos los que celebramos la festividad de san Pío de Pietrelcina,
para que conservemos íntegro el don de la fe y caminemos por el sendero
de la salvación que él nos señaló. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Jesús siempre sale a sembrar. Si bien a veces los granos caen en


corazones con tierra no preparada para dar frutos, él sigue
pasando y lanza la semilla con la esperanza de que un día aquel
corazón esté listo para dar frutos abundantes. Ahora mismo la
PARA MEDITAR
Palabra está siendo sembrada en nuestro corazón. Dejemos que
el milagro suceda.

LITURGIA DE LAS HORAS


Vísperas I del domingo: Ia semana del Salterio.
Tomo IV:pp. 671 y 255;para los fieles:pp. 472 y 416;
edición popular: pp. 13 y 480 (489*).

* A partir de la edición 2016 de letra grande.

114 I 23 de septiembre
24 de septiembre
XXV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Verde

Dios nos ama más allá


de nuestros méritos
A muchas personas no les asusta la severidad
de Dios; les quita el sueño y hasta parece
molestarles su bondad y misericordia extre­
mas, que van más allá del cálculo meticuloso
de méritos pero que, de ningún modo, resbala
en la injusticia. Ahora bien, Jesús, según Mateo,
se opuso a la imagen de un tipo de Dios que
paga según los méritos; estaba convencido de
que él se relacionaba más bien desde el prin­
cipio desconcertante de la bondad, sin cálculos
escrupulosos sobre lo que a cada uno le corres­
ponde. Nuestra situación ante el Dios de Jesús
“Yo quiero darle al que llegó al último no es cuestión de méritos, ni de cantidad de tra­
lo mismo que a ti. ¿Qué no puedo hacer bajo y mucho menos de premios de producción
con lo mío lo que yo quiero?”. o de antigüedad laboral; si la llamada al trabajo
en la viña es gracia, el premio es don. La res­
puesta y el compromiso siguen siendo necesarios pero la recompensa depende siempre
de la gratuidad y de la bondad de Dios, no del cálculo meticuloso y a veces profunda­
mente egoísta de ciertos grupos o individuos. Esto no significa que no valga lo que
se hace; claro que tiene su valor. La parábola habla de “pagarles un denario”, “les
pagaré lo que sea justo” (cfr. vv. 2. 4. 8. 9ss.), pero ubicándolo desde la gratuidad y
bondad de Dios, por un lado; y por otro, de la apertura honesta, tanto de los que llega­
ron primero como de los que trabajaron después. Quienes decimos creer en Dios
tenemos el riesgo de hablar sólo de códigos y de reglas que cumplir, merecimientos y
premios, olvidándonos de la gracia, la bondad y la misericordia. El deber y el mérito
deben redimensionarse desde la bondad extrema de Dios, de lo contrario envi­
lecen a las personas y desautorizan a las religiones.
¿Por qué resulta peligroso promover la imagen de Dios como alguien que ama y
recompensa únicamente de acuerdo con ciertos méritos? ¿Qué podríamos hacer para
no concebir, ni vivir nuestra relación con Dios, única y principalmente desde los
méritos?

24 de septiembre 1 115
ANTÍFONA DE ENTRADA
Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé cuando me
llamen en cualquier tribulación, y siempre seré su Dios.

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que has hecho del amor a ti y a los hermanos la plenitud de todo
lo mandado en tu santa ley, concédenos que, cumpliendo tus mandamien­
tos, merezcamos llegar a la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...

El profeta es aquella persona que, en nombre de Dios, invita al


pueblo a la conversión, al cambio de corazón. Ante todo lo que
Dios ha hecho en favor de su pueblo -por nosotros-, la única
respuesta congruente es cambiar el estilo de vida.
M ON IC IÓ N

PRIMERA LECTURA
M/s pensamientos no son los pensamientos de ustedes.
Del libro del profeta Isaías: 55, 6-9

usquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras


B está cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal, sus pla­
nes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en
perdón.
Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, sus caminos no
son mis caminos, dice el Señor. Porque así como aventajan los cielos a la
tierra, así aventajan mis caminos a los de ustedes y mis pensamientos a sus
pensamientos.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 144


M. Aguüar B.P. 1563
D FJm Em7 A7 D

(o l 'r 1..m... ■--jv-yr-í ■E = E Y : : i : EEEEEEEEEE3


V 4 %1 fíen - de - ci * ré al Se-
*....*
i ñor e l- ter - na mea
- te.
-

R. Bendeciré al Señor eternamente.


Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte. Muy
digno de alabanza es el Señor, por ser su grandeza incalculable. R.

116 I 24 de septiembre
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a
todas sus creaturas. R.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas
sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor,
de quien lo invoca. R.

Pablo, que está encarcelado por causa del Evangelio, escribe a


los cristianos de la comunidad de Filipos y les habla de sus
anhelos para el futuro.
M ON IC IÓ N

SEGUNDA LECTURA
Para mí, la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia.
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses 1, 20-24. 27

ermanos: Ya sea por mi vida, ya sea por mi muerte, Cristo será glori­
H ficado en mí. Porque para mí, la vida es Cristo, y la muerte, una
ganancia. Pero si el continuar viviendo en este mundo me permite trabajar
todavía con fruto, no sabría yo qué elegir.
Me hacen fuerza ambas cosas: por una parte, el deseo de morir y estar con
Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor; y por la otra, el de per­
manecer en vida, porque esto es necesario para el bien de ustedes. Por lo
que a ustedes toca, lleven una vida digna del Evangelio de Cristo.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Hechos 16,14

A - le - lu - ya, a - le - lu - ya, a - le- la - ya.

R. Aleluya, aleluya.
Abre, Señor, nuestros corazones, para que aceptemos las palabras de tu
Hijo. R.

24 de septiembre I I|7
La parábola de los trabajadores que un propietario contrata para
su viña nos enseña que Dios es justo y misericordioso, como aquel
dueño que se compadece de los hombres que no tienen trabajo.
¿Respetamos la voluntad de Dios?
M ON IC IÓ N

EVANGELIO
¿Vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?
Del santo Evangelio según san Mateo: 20, 1-16

n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: “El Reino de
E los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a con­
tratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles
un denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio
a unos que estaban ociosos en la plaza y les dijo: ‘Vayan también ustedes a
mi viña y les pagaré lo que sea justo’. Salió de nuevo a medio día y a media
tarde e hizo lo mismo.
Por último, salió también al caer la tarde y encontró todavía a otros que
estaban en la plaza y les dijo: ¿Por qué han estado aquí todo el día sin
trabajar?’. Ellos le respondieron: ‘Porque nadie nos ha contratado’. Él
les dijo: ‘Vayan también ustedes a mi viña’.
Al atardecer, el dueño de la viña le dijo a su administrador: ‘Llama a los
trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que
llegues a los primeros’. Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la
tarde y recibieron un denario cada uno.
Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más;
pero también ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, comenza­
ron a reclamarle al propietario, diciéndole: ‘Esos que llegaron al último
sólo trabajaron una hora, y sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros,
que soportamos el peso del día y del calor’.
Pero él respondió a uno de ellos: ‘Amigo, yo no te hago ninguna injusti­
cia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo
y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti. ¿Qué
no puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor
porque yo soy bueno?’.
De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los
últimos”.
Palabra del Señor. R. Gloría a ti, Señor Jesús.

1 18 I 24 de septiembre
Se dice Credo

PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, por la humanidad entera y por todas sus necesidades,
para que nunca falte a nadie la ayuda de nuestro amor.
Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos,
t Por el Papa Francisco, por nuestro obispo N. y todos los demás obis­
pos, por los presbíteros y diáconos, para que cuiden santamente el pue­
blo que tienen encomendado. Oremos,
t Por los jefes de Estado, por los responsables del bien común y por quie­
nes tienen en sus manos las riquezas del mundo, para que fomenten
la justicia, el bienestar, la paz y la libertad. Oremos,
t Por quienes colaboran en grupos y asociaciones al servicio de la justi­
cia, la paz y la igualdad, para que Dios los fortalezca y reciban el apoyo
que necesitan en su labor. Oremos,
t Por los migrantes y por los refugiados, por quienes podemos hacer
algo para cambiar su situación, para que llevemos a la práctica nuestro
compromiso para construir un futuro que responda al plan de Dios, sin
excluir a nadie. Oremos,
t Por nosotros, para que Dios nos conceda el gozo del Espíritu, el perdón
de los pecados, la perseverancia en la fe y en las buenas obras y la
salvación eterna. Oremos.
Padre justo y Dios lleno de bondad, que das a los primeros lo mismo que
a los últimos, escucha nuestras oraciones y concédenos comprender que es
una gran bendición haber sido llamados, desde el amanecer, a trabajar en
tu viña. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Acepta benignamente, Señor, los dones de tu pueblo, para que recibamos,
por este sacramento celestial, aquello mismo que el fervor de nuestra fe
nos mueve a proclamar. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

24 de septiembre 119
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 118, 4-5
Tú promulgas tus preceptos para que se observen con exactitud. Ojalá que
mi conducta se ajuste siempre al cumplimiento de tu voluntad.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


A quienes alimentas, Señor, con tus sacramentos, confórtanos con tu ince­
sante ayuda, para que en estos misterios recibamos el fruto de la redención
y la conversión de nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

120 : 24 de septiembre
EL SEÑOR SIEMPRE ES JUSTO

El Señor nos ofrece salvación y esto, pero hay muchas per­


vida eterna a todos, y todo aquel sonas que aún no conocen a
que quiere recibir este beneficio Jesús, y no ha habido quien las
del Señor se pone a trabajar para invite a trabajar para él. Sin
él, confiando en recibir lo pro­ embargo, la promesa es tam­
metido. bién para ellas.

I Hay quienes llevan ya muchos


años trabajando para alcanzar

“¿Qué no puedo hacer


con lo mío
lo que yo quiero?”.

24 de septiembre I 121
25 de septiembre
LUNES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa por los ministros de la Iglesia, tal como
aparecen en el presente formulario (cfr. Misas para diversas circunstancias, Misal Romano,
p. 1107 [1099]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior o las de
cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

¿Sabemos escuchar?

Con frecuencia separamos nuestra capacidad de escucha de los otros


sentidos y cometemos el error de pretender escuchar sin sentir, y
hasta sin ver y sin tocar a las personas y a la realidad en la que vivimos.
Esto es un gran error que conduce a que no pocas veces haga­
COMENTARIO
AL EVANGELIO
mos daño a otros y que muchas veces nos dañen incluso sin que nos
demos cuenta. De ahí la importancia de la recomendación de Jesús,
según Lucas:“Fíjense, pues, si están entendiendo bien” (v. 18), después de haber
explicado la parábola del sembrador (w. I 1-15). Llama especialmente la atención
que diga esto a unas personas que, presumiblemente, sabían escuchar pues per­
tenecían a una sociedad de tradición oral que escuchaba mucho. Esto significa, o
que no lo hacían bien, o que era necesario precisar un poco más tal actitud, de
ahí que les pide que analicen si realmente escuchan, no vaya a ser que sólo oigan
pero sin analizar con seriedad y profundidad lo que se les dice. Además, les pide que
agreguen más sentidos a la escucha, entre ellos la capacidad de ver, así podrían
darse cuenta de si el que habla está diciendo la verdad o les está mintiendo.

¿Qué podemos hacer para escuchar más y mejor, de tal manera que no engañe­
mos a nadie con lo que decimos, pero también para que no permitamos a nadie
que nos engañe con lo que nos dice?

***

122 25 de septiembre
ANTÍFONA DE ENTRADA C/r. 1 Cor 12, 4-6
Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el mismo; hay diferentes servi­
cios, pero el Señor es el mismo; hay diferentes actividades, pero Dios, que hace
todo en todos, es el mismo.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que enseñaste a los ministros de tu Iglesia a no buscar ser
servidos, sino a servir a sus hermanos, concédeles disponibilidad en la
entrega, mansedumbre en el servicio y perseverancia en la oración. Por
nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Los que pertenezcan al pueblo del Señor, que vayan a Jerusalén, para reconstruir el
templo del Señor.
Del libro de Esdras: 2,1-6

l año primero del reinado de Ciro, rey de Persia, el Señor, para cumplir
E lo que había anunciado por boca del profeta Jeremías, movió a Ciro a
proclamar de palabra y por escrito en todo su reino este decreto:
“Esto dice Ciro, rey de Persia: ‘El Señor, Dios del cielo, me ha entregado
todos los reinos de la tierra y me ha encargado edificarle un templo en
Jerusalén de Judá. Los que pertenezcan al pueblo del Señor, que vayan a Jeru­
salén de Judá, para reconstruir el templo del Señor, Dios de Israel, que habita
en Jerusalén. Y que Dios los acompañe. La gente del lugar proporcionará a
todos los judíos sobrevivientes, dondequiera que residan, oro, plata, uten­
silios y ganado, además de las ofrendas que quieran hacer voluntariamente
para el templo de Dios, que está en Jerusalén’”.
Entonces se pusieron en marcha los jefes de familia de las tribus de Judá
y Benjamín, los sacerdotes y los levitas, y todos los que se sintieron movi­
dos por Dios para ir a reconstruir el templo del Señor en Jerusalén. Sus
vecinos les proporcionaron toda clase de ayuda: oro, plata, utensilios, ganado
y objetos preciosos, además de las ofrendas voluntarias.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

25 de septiembre | 23
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 125
R. Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.

Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar; entonces no
cesaba de reír nuestra boca, ni se cansaba entonces la lengua de cantar. R.
Aun los mismos paganos con asombro decían: “¡Grandes cosas ha hecho
por ellos el Señor!”. Y estábamos alegres, pues ha hecho grandes cosas por
su pueblo el Señor. R.
Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora
nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siem­
bran con dolor. R.
Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán
con sus gavillas. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 16


R. Aleluya, aleluya.
Que brille la luz de ustedes ante los hombres, dice el Señor, para que
viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está
en los cielos. R.

EVANGELIO
La vela se pone en el candelero, para que los que entren puedan ver.
^ Del santo Evangelio según san Lucas: 8,16-18

n aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “Nadie enciende una vela y la


E tapa con alguna vasija o la esconde debajo de la cama, sino que la pone
en un candelero, para que los que entren puedan ver la luz. Porque nada hay
oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a
hacerse público.
Fíjense, pues, si están entendiendo bien, porque al que tiene se le dará
más; pero al que no tiene se le quitará aun aquello que cree tener”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

124 I 25 de septiembre
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre santo, cuyo Hijo quiso lavar los pies de los discípulos para darnos
ejemplo, recibe los dones que te presentamos y haz que, al ofrecernos como
oblación espiritual, podamos crecer en el espíritu de humildad y entrega.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Le 12, 37


Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les
aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a su mesa y él mismo
les servirá.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Concede, Señor, a tus siervos, fortalecidos por el alimento y la bebida
celestiales, procurar tu gloria y la salvación de los creyentes, siendo
siempre fieles ministros del Evangelio, de los sacramentos y de la caridad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

La modestia y la discreción forman parte de las virtudes cris­


tianas. Sin embargo, no gritar a los cuatro vientos las buenas accio­
nes que cometemos, no nos puede llevar, tampoco, a vivir una
vida en Cristo bajo secreto. Seamos luz que ilumina sin encandilar,
PARA MEDITAR
calor que conforta pero que no quema los deseos de Dios que
tienen los demás.

25 de septiembre I 125
26 de septiembre
HARTES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa por la familia, tal como aparecen en el pre­
sente formulario (cfr.Misas para diversas circunstancias, Misal Romano,p. 1113 [1105]);
pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior, las de los *santos Cosme
y Damián (p. 129), o las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

¿Qué tan cercanos som os a Jesús?

No es lo mismo cercanía que pertenencia, lo primero es momen­


táneo y lo segundo es permanente. Esto lo entendieron muy
bien muchos de los primeros cristianos al convencerse de que ser
discípulo no era un asunto de cercanía física sino de disposición
a levan ^ e u o Para ^ cer *a voluntad de Dios. Para precisar esto, Lucas dice que
algunos familiares de Jesús pretenden acercarse a él, pero no pueden
a causa de la gente (v. 19), señalando así, el deseo apresurado de muchos por consi­
derarse discípulos suyos, pero sin detenerse a considerar si realmente lo eran; de
ahí que la gente, en este caso, no es un obstáculo sino una especie de retén para
que todo aquel que quiera ser cercano al Señor, se detenga a considerar el signi­
ficado y el alcance de aquello que desea. Por esto, Jesús aclara que únicamente
pueden considerarse cercanos a él aquellos que, como su Madre (2, 19), se dispo­
nen a escuchar la Palabra y a guardarla (8,21). Por tanto, la cercanía con Jesús, para
que sea verdadero signo de fe, tendrá que ser siempre disponibilidad para seguirlo,
generosidad para hacer su voluntad, así como honestidad para preguntarnos si
realmente estamos dispuestos a poner en práctica sus enseñanzas.

Decimos que vivimos cerca de Jesús, pero ¿nos interesa de verdad ser sus segui­
dores? Afirmamos que somos cristianos, pero ¿qué tan dispuestos estamos para
cumplir sus enseñanzas?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA Ef 6, 2-3 N


Honrarás a tu padre y a tu madre es un mandamiento muy importante, que
lleva consigo esta promesa: Te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra.

126 26 de septiembre
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, ya que en tu designio tiene su sólido fundamento la familia,
atiende misericordiosamente las súplicas de tus siervos y concédenos que,
siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia de tu Hijo unigénito en el don
de su amor y en sus virtudes domésticas, disfrutemos de la eterna recom­
pensa, en la alegría de tu casa. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Terminaron la reconstrucción del templo y celebraron la Pascua.
Del libro de Esdras: 6, 7-8. 12.14-20

n aquellos días, el rey Darío escribió a los jefes de la región del otro
E lado del río Éufrates: “Dejen que el gobernador y los dirigentes de los
judíos reconstruyan el templo de Dios en su antiguo sitio. Éstas son mis
órdenes acerca del proceder de ustedes con los dirigentes de los judíos, en
lo que se refiere a la reconstrucción del templo de Dios: Con los impuestos
de la región del otro lado del río, destinados al rey, se les pagarán puntual­
mente los gastos a esos hombres, para que no se interrumpa el trabajo.
Yo, Darío, he promulgado este decreto para que se cumpla a la letra”.
Así los dirigentes de los judíos avanzaron con rapidez en la reconstruc­
ción del templo, alentados por las palabras de Ageo y de Zacarías, hijo de
Idó, y llevaron a cabo la reconstrucción, conforme a lo mandado por el
Dios de Israel y por Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia. El templo se
terminó el día tres del mes de marzo del año sexto del reinado del rey
Darío.
Los israelitas -sacerdotes, levitas y todos los demás que habían vuelto
de la cautividad- celebraron con júbilo la dedicación del templo de Dios. Para
la dedicación del templo ofrecieron cien toros, doscientos carneros, cuatro­
cientos corderos, y como sacrificio por el pecado de todo Israel, doce machos
cabríos, conforme al número de las tribus de Israel.
El servicio del templo de Jerusalén se encomendó a los sacerdotes, y a
los levitas, según el orden que les correspondía, conforme a la ley de Moi­
sés. Los israelitas que habían vuelto de la cautividad celebraron la Pascua
el día catorce de abril. Todos los sacerdotes y los levitas se habían prepa­
rado para celebrarla y estaban puros; inmolaron, pues, la víctima pascual
para todos los que habían vuelto de la cautividad, para sus hermanos los
sacerdotes, y para sí mismos.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

26 de septiembre | 127
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 121
R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

¡Qué alegría sentí cuando me dijeron: “Vayamos a la casa del Señor”! Y hoy
estamos aquí, Jerusalén, jubilosos delante de tus puertas. R.
A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, según lo que a Israel
se le ha ordenado, para alabar el nombre del Señor. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Le 11, 28


R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica, dice
el Señor. R.

EVANGELIO
Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la ponen en
práctica.
^ Del santo Evangelio según san Lucas: 8,19-21

E npodían
aquel tiempo, fueron a ver a Jesús su madre y sus parientes, pero no
llegar hasta donde él estaba porque había mucha gente. Enton­
ces alguien le fue a decir: “Tu madre y tus hermanos están allá afuera y
quieren verte”. Pero él respondió: “Mi madre y mis hermanos son aque­
llos que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Al ofrecerte, Señor, este sacrificio de reconciliación, te suplicamos humil­
demente que conserves a nuestras familias en tu gracia y en tu paz. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Is 49, 15


¿Puede acaso una madre olvidarse de su criatura? Aunque hubiera una
que se olvidara, yo nunca me olvidaré de ti, dice el Señor.

128 I 26 de septiembre
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre clementísimo, haz que aquellos que alimentaste con el sacramento
celestial, imiten sin cesar los ejemplos de la Sagrada Familia de tu Unigé­
nito para que, después de las pruebas de esta vida, logren estar en su com­
pañía por toda la eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

***

*Santos Cosme y Damián, mártires (mi), rojo (MR, p. 840 [829]).

Sufrieron el martirio en Alepo (Siria). Desde el siglo IV se realizaban tantos mila­


gros sobre sus sepulcros, que la leyenda los empezó a considerar como los
médicos que curaban gratuitamente. Su culto se difundió por los países medite­
rráneos.

ORACIÓN COLECTA
Proclamamos, Señor, tu grandeza al celebrar la memoria de tus santos
mártires Cosme y Damián, porque a ellos les diste el premio de la glo­
ria eterna y a nosotros nos proteges con tu maravillosa providencia. Por
nuestro Señor Jesucristo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Al conmemorar la muerte dichosa de tus justos, te ofrecemos, Señor, aquel
mismo sacrificio en el que tuvo su origen todo martirio. Por Jesucristo, nues­
tro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Conserva tus dones, Señor, en nosotros, y haz que lo que de tu bondad reci­
bimos en la conmemoración de los santos mártires Cosme y Damián, sea
para nosotros fuente de salvación y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

26 de septiembre 129
María escuchó la voz de Dios a través de un arcángel, la acogió y
concibió en su seno a Cristo. Este mismo camino es el que esta­
mos llamados a recorrer para pertenecer a la Iglesia. La jornada
de hoy es la nueva oportunidad para esta vez escuchar a Dios y
PARA MEDITAR hacerle caso a su voz que nos llama al amor.

27 de septiembre
Miércoles
SAN VICENTE DE PAÚL, presbítero
M em oria * Blanco

Es el fundador de los Padres de la Misión y de las Hijas de la Caridad y uno de los


maestros de la espiritualidad francesa del siglo XVII. Pero, más que nada, es el tipo consu­
mado de la caridad cristiana, que busca a todos los miserables para ayudarlos, porque
ha descubierto los rasgos del Señor en cada persona que sufre (1581-1660).

Fuerza para aliviar, no para dañar

Las capacidades, así como las fortalezas que tenemos, nunca tendrían
que servir para hacer daño a alguien; toda autoridad propia y ajena y,
en este sentido cualquier poder, debería estar en función de aliviar
tanto dolor y de remediar tanto sufrimiento. Así lo entendió Lucas y
COMENTARIO
AL EVANGELIO
así lo transmite a través de este rpasaje
J
en el que
'I
Jesús convoca a los
J
Doce y les da autoridad y poder, pero únicamente para que provo­
quen con intensidad alivio en quienes más sufren, nunca para que se aprovechen
de los demás (v. I). Este alivio tiene como eje central un proyecto mayor: la
construcción del Reino de Dios en el que nunca será válido anteponer el beneficio
personal al bien de los demás (“no lleven nada para el camino...“), o ponerse por
encima de los demás sobresaliendo unos a costa de la humillación de otros (“ni dos
túnicas...*’), mucho menos caer en la tentación de utilizar a familias enteras en
beneficio personal (por eso los discípulos no deben andar de casa en casa bus­
cando qué familia los beneficia más o les acomoda mejor). Y de toda esta fuerza
aliviadora que portan los discípulos deben resultar beneficiados todos, espe­
cialmente, los más pobres y quienes más sufren (v. 6; cfr. 8,40-56).

130 27 de septiembre
¿Qué podemos hacer con nuestra autoridad y fortaleza para aliviar algo -ojalá
fuera mucho- del dolor y sufrimiento que existe en nuestra sociedad, Iglesia y
familia?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA C/r. Le 4,18


El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los
pobres la buena nueva y sanar a los de corazón contrito.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que, para el servicio de los pobres y la formación de los
sacerdotes, colmaste de virtudes apostólicas a san Vicente de Paúl, presbí­
tero, concédenos que, animados por el mismo espíritu, amemos lo que
él amó, y pongamos por obra lo que enseñó. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Dios no nos abandonó en nuestra esclavitud.
Del libro de Esdras: 9, 5-9

o, Esdras, al llegar la hora de la ofrenda de la tarde, salí de mi abati­


Y miento y con la túnica y el manto rasgados, me postré de rodillas, levanté
las manos al Señor, mi Dios, y le dije:
“Dios mío, de pura vergüenza no me atrevo a levantar el rostro hacia ti,
porque nuestros pecados se han multiplicado hasta cubrirnos por com­
pleto y nuestros delitos son tan grandes, que llegan hasta el cielo. Desde el
tiempo de nuestros padres hasta el día de hoy, hemos pecado grave­
mente y por nuestros pecados nos has entregado a nosotros, a nuestros
reyes y a nuestros sacerdotes en manos de reyes extranjeros, para que
nos maten, nos destierren, nos saqueen y nos insulten, como sucede al
presente.
Pero ahora, Señor, Dios nuestro, te has compadecido de nosotros un
momento y nos has dejado algunos sobrevivientes, que se han refugiado en
tu lugar santo; tú, Dios nuestro, has iluminado nuestros ojos y nos has rea­
nimado un poco en medio de nuestra esclavitud. Porque éramos escla­
vos, pero tú no nos abandonaste en nuestra esclavitud, sino que nos
granjeaste el favor de los reyes de Persia, para que nos perdonaran la vida
y pudiéramos levantar tu templo y restaurar sus ruinas y tuviéramos, así,
un refugio en Judá y en Jerusalén”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

27 de septiembre | |3I
SALMO RESPONSORIAL Tobías 13
R. Bendito sea el Señor para siempre.

Él castiga y tiene compasión, hunde hasta el abismo y saca de él y no hay


quien escape de su mano. R.
Él los dispersó a ustedes entre los paganos, que no lo conocen, para que
les dieran a conocer sus maravillas y para que los hicieran comprender
que él es el único Dios todopoderoso. R.
Miren lo que ha hecho por nosotros, denle gracias de todo corazón y
con sus obras bendigan al rey eterno. R.
Yo le doy gracias en el país de mi destierro, pues anunció su grandeza a
un pueblo pecador. Conviértanse, pecadores, obren rectamente en su pre­
sencia y esperen que tenga compasión de ustedes. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Me 1,15


R. Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios ya está cerca, dice el Señor. Conviértanse y crean en el
Evangelio. R.

EVANGELIO
Los envió a predicar el Reino de Dios y a curar a los enfermos.
^ Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 1-6

n aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad
E para expulsar toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego
los envió a predicar el Reino de Dios y a curar a los enfermos.
Y les dijo: “No lleven nada para el camino: ni bastón, ni morral, ni comida,
ni dinero, ni dos túnicas. Quédense en la casa donde se alojen, hasta que se
vayan de aquel sitio. Y si en algún pueblo no los reciben, salgan de ahí y
sacúdanse el polvo de los pies en señal de acusación”.
Ellos se pusieron en camino y fueron de pueblo en pueblo, predicando
el Evangelio y curando en todas partes.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

132 27 de septiembre
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que diste a san Vicente la gracia de realizar en su vida lo
que celebraba en estos santos misterios, concédenos, por este sacrificio, ser
transformados en una ofrenda agradable a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 106, 8-9


Demos gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace en
favor de su pueblo; porque da de beber al que tiene sed y les da de comer a
los hambrientos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Renovados con este sacramento celestial, te suplicamos humildemente,
Señor, que, para imitar a tu Hijo en su celo por la evangelización de los
pobres, sigamos el ejemplo de san Vicente, ayudados por su protección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Cuando comunicamos el Evangelio a los demás, hay dos princi­


pios importantes: la Palabra de Dios es para todos y ésta debe
recibirse como una joya valiosísima. Por ello no puede ser malba­
ratado con tal de satisfacer necesidades que en su momento piso­
PARA MEDITAR
tearán a Cristo. Pidamos al Espíritu Santo la audacia necesaria
para saber dar a Cristo a los demás.

27 de septiembre I 133
28 de septiembre
JUEVES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa por la paz y lajusticia, A, tal como aparecen
en el presente formulario (cfr. Misas para diversas circunstancias, Misal Romano, p. 1141
[1133]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior, las de Han Wen­
ceslao (p. 137), las de los **santos Lorenzo Ruiz y compañeros (p. 138) o las de cual­
quier domingo del Tiempo Ordinario.

Una curiosidad malévola

La curiosidad es buena pero casi siempre es superficial si no se le


suman otras actitudes. Más aún, la curiosidad puede, en ocasiones,
contener cierto grado de maldad, pues quien la posee sabe que no
necesariamente le exige algún compromiso con la realidad. Eso preci-
ai° evan^ e u o samente *e sucedía a Herodes, quien según el tercer evangelista, estaba
bien enterado de lo que ocurría en su reino y bastante bien infor­
mado de cada paso que daba Jesús, así como de cada iniciativa que tenía
respecto de sus seguidores (w. 7-8; véanse también vv. I-6). Además, estaba per­
plejo ya que, según la terminología usada por Lucas, había cierto miedo, pues los
rumores señalaban que Jesús era el mismo Juan a quien él había mandado asesi­
nar, pero resucitado, o que era alguno de los profetas. Todo esto aumentaba su curio­
sidad, pero según el tercer evangelista, lo evidenciaba aún más en su malévola actitud,
denotada en su cinismo al recordar él mismo que con toda impunidad había asesi­
nado a Juan; espera con ansias ver a Jesús sólo para reafirmar su engañoso poder,
saciar su curiosidad superficial y continuar con su vida cínica llena de abusos. Por eso,
este tipo de curiosidad es peligroso tenerla y es gravísimo fomentarla.

¿En qué nos hace reflexionar este tipo de curiosidad? ¿Qué podemos hacer para
evitar esta curiosidad malévola?

***

134 28 de septiembre
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 36,18-19
Concede, Señor, la paz a quienes en ti esperan; escucha las oraciones de tus
hijos y guíanos por el camino de la justicia.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que revelaste que han de ser llamados hijos tuyos quienes pro­
mueven la paz, concédenos trabajar incansablemente por establecer la jus­
ticia, que es la única que garantiza una paz firme y verdadera. Por nuestro
Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Construyan el templo para que pueda yo estar satisfecho.
Del libro del profeta Ageo: 1,1-8

l día primero del mes sexto del año segundo del rey Darío, la palabra
E del Señor se dirigió, por medio del profeta Ageo, a Zorobabel, hijo de
Sealtiel, gobernador de Judea, y a Josué, hijo de Yosadac, sumo sacerdote, y
les dijo: “Esto dice el Señor de los ejércitos: ‘Este pueblo mío anda diciendo
que todavía no ha llegado el momento de reconstruir el templo’”.
La palabra del Señor llegó por medio del profeta Ageo y dijo: “¿De modo
que es tiempo de vivir en casas con paredes revestidas de cedro, mien­
tras que mi casa está en ruinas? Pues ahora, dice el Señor de los ejércitos,
reflexionen sobre su situación: han sembrado mucho, pero cosechado poco;
han comido, pero siguen con hambre; han bebido, pero siguen con sed; se han
vestido, pero siguen con frío, y los que trabajaron a sueldo echaron su sala­
rio en una bolsa rota”. Esto dice el Señor de los ejércitos: “Reflexionen,
pues, sobre su situación. Suban al monte, traigan madera y construyan el
templo, para que pueda yo estar satisfecho y mostrar en él mi gloria, dice
el Señor”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

28 de septiembre I 135
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 149
R. El Señor es amigo de su pueblo.

Entonen al Señor un canto nuevo, en la reunión litúrgica proclámenlo. En


su creador y rey, en el Señor, alégrese Israel, su pueblo santo. R.
En honor de su nombre, que haya danzas, alábenlo con arpa y tamboriles.
El Señor es amigo de su pueblo y otorga la victoria a los humildes. R.
Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el regocijo sus hoga­
res, que alaben al Señor con sus palabras, pues en esto su pueblo se com­
place. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 6


R. Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre si no es por mí, dice
el Señor. R.

EVANGELIO
AJuan yo lo mandé decapitar. ¿Quién es entonces éste de quien oigo semejantes cosas?
^ Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 7-9

n aquel tiempo, el rey Herodes se enteró de todos los prodigios que


E Jesús hacía y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había
resucitado; otros, que había regresado Elias, y otros, que había vuelto a
la vida uno de los antiguos profetas.
Pero Herodes decía: “A Juan yo lo mandé decapitar. ¿Quién será, pues, éste
del que oigo semejantes cosas?”. Y tenía curiosidad de ver a Jesús.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Te rogamos, Señor, que el sacrificio de salvación de tu Hijo, Rey de la paz,
ofrecido bajo estos signos sacramentales con los que se simbolizan la paz y
la unidad, sirva para estrechar la concordia entre todos tus hijos. Por Jesu­
cristo, nuestro Señor.

136 I 28 de septiembre
A N TÍFO N A DE LA C O M U N IÓ N M t 5, 9
Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA C O M U N IÓ N
Concédenos, Señor, en abundancia, el espíritu de caridad, para que, ali­
mentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Unigénito, fomentemos con efica­
cia entre todos la paz que él mismo nos dejó. Él, que vive y reina por los
siglos de los siglos.
***

*San Wenceslao, mártir (mi), rojo (MR, p. 842 [831]).

Wenceslao, duque de Bohemia, no cumplía aún los 30 años de edad cuando fue
asesinado por su hermano (935). Se distinguió por su austeridad y su gran amor
a los pobres.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que enseñaste al mártir san Wenceslao a anteponer al reino
terrenal el reino de los cielos, concédenos, por su intercesión, que, negándo­
nos a nosotros mismos, nos unamos de todo corazón a ti. Por nuestro Señor
Jesucristo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Dios clementísimo, derrama tu bendición sobre estos dones y afiánzanos
en la fe que san Wenceslao atestiguó con la efusión de su sangre. Por Jesu­
cristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA C O M U N IÓ N
Renovados por estos sagrados misterios, te rogamos, Señor, que, imitando
la admirable constancia de san Wenceslao, merezcamos, por nuestra per­
severancia, conseguir el premio eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.

28 de septiem bre | 137


***

**Santos Lorenzo Ruiz y compañeros, mártires (mi), rojo (MR, p. 843 [832]).

En el siglo XVII, en la ciudad de Nagasaki, Japón, dieciséis mártires derramaron su


sangre por Cristo. Fueron misioneros que en diferentes años y circunstancias, pre­
dicaron la fe cristiana en las Islas Filipinas, Formosa y Japón.

ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor Dios, que nos concedas la constancia de tus santos már­
tires Lorenzo Ruiz y compañeros en el servicio a ti y al prójimo, porque en
tu reino son felices los que sufren persecución por causa de la justicia. Por
nuestro Señor Jesucristo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Señor, mira con bondad este sacrificio, y concédenos, a ejemplo de los san­
tos Lorenzo Ruiz y compañeros, alcanzar los frutos de la pasión de tu Hijo, que
ahora celebramos sacramentalmente. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Alimentados, Señor, con el Cuerpo y la Sangre preciosos de tu Unigénito,
en la conmemoración de tus santos mártires Lorenzo Ruiz y compañeros,
concédenos que, con amor constante, permanezcamos en ti, vivamos de ti
y hacia ti nos dirijamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

La curiosidad puede ser el primer paso para acercarse a Jesús, sin


embargo, se necesitará más. De la curiosidad debemos pasar al
deseo por conocer mejor a Jesús y con ello ser mejores perso­
nas en la vida cristiana. Pidamos que nuestras curiosidades por
PARA MEDITAR
las cosas de Dios sean tan grandes que se conviertan en deseos
de salvación.

138 I 28 de septiembre
29 de septiembre
V ie rn e s
SA N TO S ARCÁNGELES
M IGUEL, G A BRIEL Y RAFAEL
Fiesta * Blanco

Junto con estos tres arcángeles, celebramos hoy a todos los ángeles, que, desde el
paraíso del Génesis, hasta el del Apocalipsis, llenan con su intervención invisible el desa­
rrollo de la historia de la salvación. Son mensajeros del Señor; que nos descubren sus
secretos y nos transmiten sus órdenes. Y son los primeros adoradores del Dios vivo, en
medio de una muchedumbre inmensa.

No estam os solos

La vida es más llevadera si no estamos solos en las tristezas y si esta­


mos acompañados en las alegrías. Esta convicción, a la vez que necesi­
dad, al ser patrimonio común de toda la humanidad, incluido el pueblo
de Israel y los primeros cristianos, nos puede servir de clave para
ai° evan^ euo ¡nterPretar Ia presencia y figura de los arcángeles Miguel, Gabriel y
Rafael. El hecho de que ellos sean enviados de Dios y amigos de los
hombres, siempre en relación con la misión que cumple Jesucristo, así como el
Espíritu Santo, nos ayuda a no descristianizar su presencia, muchos menos desvir­
tuarla. Además, el aprecio que tenemos hacia los ángeles y arcángeles debería
conducirnos a la valoración de la presencia del Dios de la Alianza en la historia de
la humanidad, en nuestra historia personal. No es ninguna casualidad que sus
nombres terminen en “el”, haciendo referencia al nombre de Dios, indicando con esto
que al admitir su presencia en nuestro caminar, debemos convencernos de que
es Dios mismo quien camina con nosotros. Incluso, así como según Juan, custo­
dian y acompañan al Hijo del Hombre (v. 51), plenitud de la humanidad. Debemos
valorar su presencia para humanizarnos más y humanizar a nuestros semejantes.

¿En qué nos alienta la presencia de Dios, de tantas maneras y diversos modos,
en nuestra vida, incluida la de los arcángeles? ¿A qué nos debería comprometer
nuestra devoción a los arcángeles?

***

29 de septiembre | 139
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal102, 20
Bendigan al Señor todos sus ángeles, poderosos ejecutores de sus órdenes,
prontos a obedecer su palabra.

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que con admirable armonía distribuyes las funciones de los
ángeles y de los hombres, concede, benigno, que aquellos mismos que te asis­
ten, sirviéndote siempre en el cielo, sean los que protejan nuestra vida en
la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
M///ones y millones estaban a sus órdenes.
Del libro del profeta Daniel: 7,9-10. 13-14

o, Daniel, tuve una visión nocturna: vi que colocaban unos tronos y


Y un anciano se sentó. Su vestido era blanco como la nieve, y sus cabe­
llos, blancos como lana. Su trono, llamas de fuego, con ruedas encendidas.
Un río de fuego brotaba delante de él. Miles y miles lo servían, millones y
millones estaban a sus órdenes. Comenzó el juicio y se abrieron los libros.
Yo seguí contemplando en mi visión nocturna y vi a alguien semejante
a un hijo de hombre, que venía entre las nubes del cielo. Avanzó hacia el
anciano de muchos siglos y fue introducido a su presencia. Entonces reci­
bió la soberanía, la gloria y el reino. Y todos los pueblos y naciones de todas
las lenguas lo servían. Su poder nunca se acabará, porque es un poder eterno,
y su reino jamás será destruido.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 137


R. Te cantaremos, Señor, delante de tus ángeles.

De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros rue­


gos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo. R.
Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te
invocamos nos oíste y nos llenaste de valor. R.
Que todos los reyes de la tierra te reconozcan, al escuchar tus prodigios.
Que alaben tus caminos, porque tu gloria es inmensa. R.

140 I 29 de septiembre
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 102, 21
R. Aleluya, aleluya.
Que bendigan al Señor todos sus ejércitos, servidores fieles que cumplen
su voluntad. R.

EVANGELIO
Verán a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.
^ Del santo Evangelio según san Juan: 1, 47-51

n aquel tiempo, cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: “Éste
E es un verdadero israelita en el que no hay doblez”. Natanael le pre­
guntó: “¿De dónde me conoces?”. Jesús le respondió: “Antes de que Felipe
te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera”. Respondió Natanael:
“Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel”. Jesús le con­
testó: “Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores
cosas has de ver”. Después añadió: “Yo les aseguro que verán el cielo
abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza, llevado ante tu soberana
presencia por ministerio de los ángeles, y te pedimos humildemente que lo
recibas complacido y hagas que nos sirva para nuestra salvación. Por Jesu­
cristo, nuestro Señor.

PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Y no cesar de alabarte, celebrando a tus ángeles y arcángeles, ya que el
honor que les tributamos, redunda en tu gloria y proclama tu grandeza; pues,
si es digna de admiración la creatura angélica, lo es inmensamente más aquel
que la creó. Por Cristo, Señor nuestro.
Por él, adoran tu majestad todos los ángeles, y nosotros, a una con
ellos, te adoramos llenos de júbilo, diciendo: Santo, Santo, Santo...

29 de septiembre i 141
A N TÍFO N A DE LA C O M U N IÓ N Sal 137,1
De todo corazón te doy gracias, Señor; te cantaré delante de tus ángeles.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA C O M U N IÓ N
Que nos fortalezca, Señor, el pan celestial con que nos has alimentado,
para que caminemos seguros por la senda de la salvación bajo la fiel custo­
dia de los ángeles. Por Jesucristo, nuestro Señor.

De repente se habla mucho y exagerado sobre los ángeles, y de


repente hay mucho silencio sobre ellos, al punto de que algunos
llegan a pensar que no existen. Encomendemos nuestra vida y
nuestras iglesias a la custodia de los santos arcángeles Gabriel,
PARA MEDITAR
Miguel y Rafael, ellos siguen intercediendo por nosotros para que
amemos a Cristo con sincero corazón.

142 I 29 de septiembre
30 de septiembre
Sábado
SAN JERÓNIMO,
presbítero y doctor de la Iglesia
M em oria * Blanco

En diferentes temporadas, el sacerdote Jerónimo permaneció en Roma, en donde sirvió


de secretario al Papa Dámaso. Pero los últimos 35 años de su vida los pasó cerca de la
cueva de Belén, en donde nació Jesús. Ahí, entre penitencias y oraciones, se entregó en
alma y cuerpo al estudio de la Biblia, que tradujo al latín y comentó (340-420).

Cuando la ignorancia es culpable

Hay mucha diferencia entre no saber y no querer aprender. Lo pri­


mero es comprensible, lo segundo es reprobable. De hecho, cuando
ignoramos algo, pero somos conscientes de ello y nos disponemos a
aprender, podemos crecer no sólo en conocimientos sino en expe­
COMENTARIO
AL EVANGELIO
riencias valiosas para vivir una existencia más de acuerdo con la
voluntad de Dios. Llama la atención en el pasaje de hoy que los discí­
pulos no sólo no entiendan lo que Jesús les anuncia respecto de su misión, sino que
tengan miedo de preguntarle sobre este asunto, evitando desvelar el misterio de su
entrega de la vida. Más aún, sorprende que este miedo, según Lucas, guarde relación
con un pavor que paraliza a las personas ante algo de lo que ya sospechan pero que
si llegaran a conocer, tendrían que cambiar de actitudes y modificar comportamien­
tos. Ahí está precisamente el problema: los discípulos no quieren saber algo que, de
algún modo, les pedirá cambiar ciertas maneras de pensar y que, a su vez, les exigirá
modificar con seriedad ciertos comportamientos. Hasta parece que esta ignoran­
cia es manejada a su conveniencia pues enseguida, según Lucas, ellos mismos, sin
ningún escrúpulo discuten con fuerza sobre quién tiene más poder para dominar
a los demás.

30 de septiembre | 143
¿Por qué a veces nos resistimos a formarnos más y a prepararnos mejor? ¿Qué con­
veniencias tenemos? ¿Qué debemos hacer para profundizar más en aquello que
nos puede hacer mejores cristianos y ciudadanos?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA C/r. Sal 1, 2-3


Dichoso el hombre que medita la ley del Señor, de día y de noche; dará
fruto a su tiempo.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que diste a san Jerónimo, presbítero, un suave y vivo afecto
por la Sagrada Escritura, concede que tu pueblo se alimente de tu palabra
con mayor abundancia y encuentre en ella la fuente de su vida. Por nues­
tro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Vengo a vivir en medio de ti, Jerusalén.
Del libro del profeta Zacarías: 2, 5-9. 14 IS

n aquellos días, levanté los ojos y vi a un hombre con una cuerda de


E medir en la mano. Le pregunté: “¿A dónde vas?”. Él me respondió:
“Voy a medir la ciudad de Jerusalén, para ver cuánto tiene de ancho y de
largo”.
Entonces el ángel que hablaba conmigo se alejó de mí y otro ángel le
salió al encuentro y le dijo: “Corre, háblale a ese joven y dile: ‘Jerusalén ya
no tendrá murallas, debido a la multitud de hombres y ganados que habrá en
ella. Yo mismo la rodearé, dice el Señor, como un muro de fuego y mi gloria
estará en medio de ella’”.
Canta de gozo y regocíjate, Jerusalén, pues vengo a vivir en medio de ti,
dice el Señor. Muchas naciones se unirán al Señor en aquel día; ellas tam­
bién serán mi pueblo y yo habitaré en medio de ti.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

144 I 30 de septiembre
SALMO RESPONSORIAL Jeremías 31
K. El Señor será nuestro pastor.

Escuchen, pueblos, la palabra del Señor, anúncienla aun en las islas más
remotas: “El que dispersó a Israel lo reunirá y lo cuidará como el pastor a
su rebaño”. R.
Porque el Señor redimió a Jacob y lo rescató de las manos del poderoso.
Ellos vendrán para aclamarlo al monte Sión y vendrán a gozar de los
bienes del Señor. R.
Entonces se alegrarán las jóvenes, danzando; se sentirán felices jóve­
nes y viejos, porque yo convertiré su tristeza en alegría, los llenaré de gozo
y aliviaré sus penas. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 2 Tim 1,10


R. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer
la vida por medio del Evangelio. R.

EVANGELIO
El Hijo del hombre va a ser entregado. - Tenían miedo de preguntarle acerca de este
asunto.
^ Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 43-45

n aquel tiempo, como todos comentaban, admirados, los prodigios que


E Jesús hacía, éste dijo a sus discípulos: “Presten mucha atención a lo
que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de
los hombres”.
Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba
su sentido y se las volvía incomprensibles. Y tenían miedo de preguntarle
acerca de este asunto.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

30 de septiembre I 145
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que, meditando tu palabra, a ejemplo de san Jeró­
nimo, te ofrezcamos con mayor fervor el sacrificio de la salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. Jer 15,16


Siempre que oí tus palabras, Señor, las acepté con gusto; tus palabras eran
mi gozo y la alegría de mi corazón.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor, que los sagrados dones que acabamos de recibir en la celebración
gozosa de san Jerónimo, inflamen los corazones de tus fieles, para que, aten­
tos a la enseñanza de la Sagrada Escritura, conozcamos lo que debemos
seguir y, siguiéndolo, lleguemos a la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

o
PARA MEDITAR
El día de hoy concluimos el mes de septiembre, mes en el cual la
Iglesia nos recomienda leer más y entender mejor la Biblia. Que
san Jerónimo, patrón de todos los que estudian las Sagradas Escri­
turas, interceda por nosotros para encontrar a Cristo leyendo la Biblia,
y habiéndolo encontrado, amarlo.

LITURGIA DE LAS HORAS


Vísperas I del domingo: 2a semana del Salterio.
Tomo IV: pp. 806 y 295; para los fieles: pp. 555 y 417;
edición popular: pp. 108 y 481 (490*).

* A partir de la edición 20 16 de letra grande.

146 I 30 de septiembre
SANTO ROSARIO

Misterios gozosos
(Lunes y sábados)

1° La Anunciación.
2° La Visitación.
3° El Nacimiento del Niño Dios.
4° La Presentación.
5° El hallazgo del Niño Jesús.

Misterios luminosos:
(Jueves)

I o El Bautismo de Jesús.
2° Las bodas de Caná.
3° El anuncio del Reino.
4o La Transfiguración.
5° La institución de la Eucaristía.

Misterios dolorosos:
(Martes y viernes)

1° La Oración en el huerto.
2° La Flagelación.
3° La Coronación de espinas.
4° Jesús con la cruz a cuestas.
5° Crucifixión y muerte de Jesús.

Misterios gloriosos:
(Miércoles y domingos)

1° La Resurrección.
2° La Ascensión.
3° La venida del Espíritu Santo.
4' La Asunción de María.
5° La Coronación de María.

I 147
SANTO ROSARIO
Al principio:
El que guía: Por la señal de la Santa Cruz...
Todos: Señor mío, Jesucristo... (Acto de contrición).
El que guía: Hoy vamos a considerar los misterios... (gozosos, luminosos,
dolorosos, gloriosos).
Después de meditar cada uno de los cinco misterios, se dice un Padrenues­
tro, diez Avemarias y un Gloria al Padre.
El que guía: Por las intenciones del Santo Padre: Padrenuestro...
- Dios te salve, María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen purísima antes
del parto, en tus manos encomendamos nuestra fe para que la ilumines,
llena eres de gracia...
- Dios te salve, María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen purísima en el
parto, en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la alientes,
llena eres de gracia...
- Dios te salve, María Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen
purísima después del parto, en tus manos encomendamos nuestra caridad
para que la inflames, llena eres de gracia...
- Dios te salve, María santísima, templo, trono y sagrario de la Santísima Trinidad,
Virgen concebida sin pecado original. Dios te salve... (se reza la Salve)

Luego se recita la letanía:


Señor, ten piedad de nosotros.
Respuesta: Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
R. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
R. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
R. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
R. Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial,
R. Ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo,
R. Ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo,
R Ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad que eres un solo Dios,
R. Ten piedad de nosotros.

148 I
Santa María, Vaso digno de honor,
Santa Madre de Dios, Vaso insigne de devoción,
Santa Virgen de las vírgenes, Rosa mística,
Madre de Cristo, Torre de David,
Madre de la Iglesia, Torre de marfil,
Madre de la misericordia, Casa de oro,
Madre de la divina gracia, Arca de la alianza,
Madre de la esperanza, Puerta del cielo,
Madre purísima, Estrella de la mañana,
Madre castísima, g Salud de los enfermos,
Madre virgen, t Refugio de los pecadores,
Madre sin corrupción, Ayuda de los migrantes,
Madre inmaculada, Consuelo de los afligidos,
Madre amable, Auxilio de los cristianos,
Madre admirable, Reina de los ángeles,
Madre del buen consejo, Reina de los patriarcas,
Madre del Creador, Reina de los profetas,
Madre del Salvador, Reina de los apóstoles,
Virgen prudentísima, Reina de los mártires,
Virgen digna de veneración, Reina de los confesores,
Virgen digna de alabanza, Reina de las vírgenes,
Virgen poderosa, Reina de todos los santos,
Virgen clemente, Reina concebida sin pecado
Virgen fiel, original,
Espejo de justicia, Reina elevada al cielo,
Trono de la Sabiduría, Reina del santísimo Rosario,
Causa de nuestra alegría, Reina de la familia,
Vaso espiritual, Reina de la paz,
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R. perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R. escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R. ten piedad de nosotros.

Bajo tu amparo...
El que guía: Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
Todos: Para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas
de nuestro Señor Jesucristo.
Oremos:
Te rogamos, Señor, que concedas a nosotros, tus siervos, gozar de perpetua
salud de alma y cuerpo, y que, por la gloriosa intercesión de la bienaventurada
siempre Virgen María, seamos libres de las tristezas de la vida presente y goce­
mos de las alegrías de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
I 149
YO TENGO UN GOZO
bCI ab Canto popular
Autor anónimo
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Yo ten -goun go - zoen el al - ma. go - zo en el

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1.- Al - /a tus bra - /os ya - la - baa tu Se - ñor.
2.- Cic - rra los o - jos yj» - la - baa tu Se - ñor.
3/- No te a - ver - güen-ees yj» - la - baa tu Se - ñor.
4.- A - nwa tu hcr - ma - no yj* - la - ba a tu Se - ñor.
5.- Con a Te - grí - a a - la - baa tu Se - ñor.
6.- A - ma a Ma rí - ú ya - la - ba a tu Se - ñor.
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al - /a tus bra - zos ya - la - baa tu Se - ñor.
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e ie - los o - jos ya - la - ba a tu Se - ñor.
no te a - ver - giien - ces ya - la - baa tu Se - ñor.
a - maa tu her - ma - no ya - la - ba_a tu Se - ñor.
con a - Te - grí - a a - la - baji tu Se - ñor.
a - maa Ma - rí - a ya - la - bajt tu Se - ñor.

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Da glo - ria a Dios, glo - riaa Dios, glo - riaa él.
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ba a tu
¿ ñor. D.C.
Cié - rra Jos o - jos ya - la - baa tu Se ñor. D.C.
No tea - ver güen-ces yji - la - ba a tu Se ñor. D.C.

A - maa tu her ma - no ya - la - ba a tu Se ñor. D.C.


Con a - le grí - a a - la - baa tu Se ñor. D.C
A - ma a Ma rí - a ya - Ja - baia tu Se ñor. Fin

Encuentre éste, y muchos cantos más en Escucha, Señor, nuestro canto, de Buena
Prensa,Tomo I, número 163, páginas 196-197.
I 151
LA IGLESIA ORA U N ID A POR LAS INTENCIONES
DEL SANTO PADRE

Oremos para que las personas


que viven al margen de la sociedad,
en condiciones de vida infrahumanas,
no sean olvidadas por las instituciones
y nunca sean descartadas.

- Que los gobiernos cumplan con sus compromisos y brinden oportunidades reales
a los menos favorecidos económicamente.
- Que las empresas se solidaricen con la población más vulnerable y les compartan
algo de sus ganancias.
- Que nosotros, como Iglesia, contribuyamos a mejorar la calidad de vida de los más
desprotegidos.

¡Te lo pedimos a ti, Espíritu Santo,


Señor y dador de vida!
***

Vi 1 S. Gil Lu 18 B tos. Juan B a u tista y


2 B to. B a r to lo m é G u tié r r e z J a c in to d e lo s Á n g e le s

Do 3 S. Gregorio Magno Ma 19 S .Jo sé M aría d e Y erm o y Pames.
Lu 4 S. M o isé s S. Je n aro

Ma 5 S ta .T e re s a d e C a lc u ta Mi 20 Ss. A n d r é s K im T a e g o n ,
Mi 6 S. Z a c a ría s Pablo C h o n g H asan g y c o m p a ñ e r o s

Ju 7 S ta. R e g in a Ju 21 S. M a te o , a p ó s to l y e v a n g e lis ta
Vi 8 N atividad d e la santísim a Virgen M ana Vi 22 Ss. C ris tó b a l, A n to n io y Juan
Sá 9 S. P ed ro C laver Sá 23 S. Pío d e P ie tre lc in a
Do 10 S. Nicolás de Tolentino Do 24 S. Anatolio
Lu 11 Ss. P r o to y Ja c in to Lu 25 S. S e rg io
Ma 12 S a n ís im o N o m b r e d e M aría Ma 26 Ss. C o s m e y D a m iá n
Mi 13 S. Ju an C r is ó s to m o Mi 27 S.V icente d e Paúl

Ju 14 S. M a te rn o Ju 28 S. W e n c e s la o .
Vi 15 N u e s t r a S e ñ o r a d e lo s D o lo r e s Ss. L o re n z o Ruiz y c o m p a ñ e r o s

Sá 16 Ss. C o r n e lio y C ip ria n o Vi 29 Ss. A rc á n g e le s M iguel,


Do 17 S. Roberto Belarmino. G a b rie l y R afael
Sta. Hildegarda de Bingen Sá 30 S. J e ró n im o

152 I
Nuestra Señora de los Dolores

En la Iglesia universal la fiesta de la Santa Cruz es el 14


de septiembre (en México el 3 de mayo), y a ésta, le
sigue la memoria de Nuestra Señora de los Dolores. Al
respecto, san Juan Pablo II señala que “estas dos celebra­
ciones litúrgicas nos invitan a realizar una peregrina­
ción espiritual hasta el Calvario. Nos estimulan a
unirnos a la Virgen María en la contemplación del mis­
terio de la cruz... el ‘árbol de la vida’, en el que se puede
descubrir el sentido último y pleno de cada existencia
y de toda la historia humana”. ( Á n g e l u s , 15/09/2002).
O ración:
O h M aría, m a d re de Jesús y n u e stra m adre,
q u e en el C alvario c o m p a rtiste la p a sió n de N u e stro Salvador.
M adre del buen consejo, guíanos en nuestros buenos propósitos.
M a d re in m a cu la d a , aléjanos del p ecado.
E strella de la m a ñ a n a , fo rta le c e n u e stra c o n fia n za .
S a lu d de los en ferm os, ayú d a n o s en nuestra debilidad.
V irg en fie l, e n s é ñ a n o s la verd a d era ca rid a d .
C o n su e lo d e los a flig id o s, q u e a p r e n d a m o s d e ti
a to m a r n u e stra c ru z y seg u ir al M aestro.
R ein a de los m á rtire s, e n s é ñ a n o s a d a r la vida.
R u e g a p o r n o so tro s s a n ta M a d re de D ios, en esp e cia l
p o r los que m á s n e ce sita n de tu a m o r y tu consuelo.
A m én.

Portada:
Cristo y la adúltera (fragmento).
Tiziano Vecellio (1490 -1576).
Museo de Historia del Arte de Viena.

Contraportada:
La Virgen de los Dolores entre los santos.
Iglesia de San Udalrico.
~ Testigos del amor ~
Nuestra Señora de los Dolores

Obra d e los jesu íta s d e M éxico al servicio d e la m isión d e la Iglesia

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