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TRASTORNOS SEXUALES

En principio es importante diferenciar dos tipos o grupos de trastornos sexuales:

Parafilias: que se caracterizan por una activación sexual ante objetos o situaciones que no forman
parte de las pautas habituales de los demás y que puede interferir con la capacidad para una
actividad sexual recíproca y afectiva.

Disfunciones sexuales: que se caracterizan por inhibiciones del deseo sexual o de los cambios
psicofisiológicos que caracterizan al ciclo de la respuesta sexual.

· PARAFILIAS

Esencialmente consisten en que el individuo tiene unas necesidades y fantasías sexuales intensas y
recurrentes que generalmente suponen:

Objetos no humanos

Sufrimiento o humillación propia o del compañero

Niños o personas que no consienten

· Hay que tener muy en cuenta que las imágenes o fantasías parafílicas pueden ser estímulo de
excitación sexual para una persona sin ello llegar a ser una parafilia. Por ejemplo, la ropa interior
femenina suele ser excitante para muchos hombres. Será parafilia sólo cuando el individuo actúe
sobre ellas o cuando le afecten en exceso.

Exhibicionismo

La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales


recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, ligadas a la
exposición de los propios genitales a una persona extraña. En ocasiones el individuo se masturba
al exponerse o al tener estas fantasías.

Fetichismo
La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales
recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que
implican el uso de objetos inanimados (fetiches). Ropa interior, zapatos, botas, son fetiches
comunes. El individuo se masturba mientras sostiene, acaricia, etc., el fetiche o le pide al
compañero que se lo ponga. El objeto ha de ser marcadamente preferido para lograr la excitación
sexual. La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente
perturbada ellas.

Frotteurismo

La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales


recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que
implican el contacto y el roce con una persona que no consiente. Teniendo presente que lo
excitante es el contacto pero no necesariamente la naturaleza coercitiva del acto. La persona ha
actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente perturbada ellas.

Pedofilia

La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales


recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que
implican actividad sexual con niños prepúberes. Los niños suelen ser menores de 12-13 años y el
individuo ha de tener por lo menos cinco años más que el niño para que sea considerado el
trastorno. La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente
perturbada ellas.

Masoquismo sexual

La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales


recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que implica
el acto (real o simulado) de ser humillado, golpeado, atado o cualquier tipo de sufrimiento. La
persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente perturbada
ellas.
Sadismo sexual

La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales


recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que
implican actos (reales, no simulados) en los que el sufrimiento físico o psicológico de la víctima es
sexualmente excitante. La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra
marcadamente perturbada ellas.

Fetichismo transvestista

La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales


recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que
implican vestirse con ropas del sexo contrario. La persona ha actuado de acuerdo con estas
necesidades o se encuentra marcadamente perturbada ellas. Generalmente guarda una
importante colección de ropa para transvestirse cuando está sólo, luego se masturba imaginando
que otros hombres se sienten atraídos por él como si fuera una mujer.

Voyeurismo

La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales


recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que implica
el hecho de observar ocultamente a otras personas cuando están desnudas o en actividad sexual.
La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente
perturbada ellas.

DISFUNCIONES SEXUALES

Se consideran disfunciones sexuales a la existencia de inhibición de los deseos sexuales o de los


cambios psicofisiológicos que caracterizan al ciclo completo de la respuesta sexual. El ciclo
completo de la respuesta sexual se divide en cuatro fases:
Deseo: Incluye fantasías y ganas de tener actividad sexual.

Excitación: consiste en la sensación subjetiva de placer que va acompañada de cambios


fisiológicos. (Erección, lubrificación vaginal, etc.)

Orgasmo: Es el punto culminante del placer sexual con la eliminación de la tensión y la


concentración rítmica de los músculos del perineo y de los órganos reproductivos pélvicos. En el
hombre existe la sensación de inminencia eyaculatoria, seguida de la emisión del semen. En la
mujer existen contracciones de la pared del tercio externo de la vagina. En ambos sexos existe a
menudo tensiones o contracciones musculares generalizadas.

· Hablamos de disfunciones sexuales cuando una o más de estas fases sufre alteraciones,
pudiendo hablar por tanto de:

Trastornos del deseo sexual

Trastornos de la excitación sexual

Trastornos del orgasmo

Trastornos sexuales por dolor

Autor: Alfonso Gea Carrillo. Psicólogo clínico.

Alteraciones de la conducta sexual

1. CONCEPTO DE ALTERACIONES SEXUALES


Son conductas anómalas del instinto sexual, de diversa naturaleza. Reciben el nombre genérico de
parafilias. Pueden ser congénitas o adquiridas
2. CLASIFICACIÓN DE LAS ALTERACIONES DEL INSTINTO SEXUAL
2. 1. ALTERACIONES CUANTITATIVAS
1 Por exceso: exaltación genésica. Aumento del instinto sexual que afecta tanto al hombre (satiriasis)
como a la mujer (ninfomanía). No hay forma de satisfacerlo.
2 Por defecto: inhibición, déficit, debilitación genésica. Amores platónicos, exaltación del deseo amoroso
que se satisface con ver a la persona, estar con ella. No hay deseo físico- sexual (ideal amoroso)
2. 2. ALTERACIONES CUALITATIVAS
A) Alteraciones del objeto del deseo sexual:
1 Homosexualidad: el objeto de deseo sexual es del mismo sexo. Afecta a hombres y mujeres. Ya no
está tipificado salvo conductas contra la libertad e indemnidad sexuales.
2 Fetichismo: el objeto de deseo es una parte de una persona o un objeto (fetiche). No se conoce ningún
caso en mujeres; todos los casos son de hombres.
3 Necrofilia: el objeto de deseo es la muerte, satisfacción sexual con cadáveres o rodeado de ellos.
Traduce trastorno psicológico. Puede haber alteraciones leves y graves (violadores de cadáveres;
hombres)
4 Pederastia: pedofilia. Satisfacción homosexual o heterosexual con niños. Alteración psicológica:
demencia senil, trastorno maníaco-depresivo, alcoholismo.
5 Bestialidad: no se sabe si el objeto del deseo son los animales o si son los únicos a su alcance. Se da
en medio rural, personas aisladas, oligofrénicos profundos, demencia, alcoholismo.
A) Excitante anómalo: algo anormal es lo que causa la excitación y satisface.
1 Exhibicionismo: satisfacción de instinto sexual que consiste en exhibir los órganos genitales acompañado
de conductas más o menos provocativas (masturbación, tocamientos, etc.) Generalmente hay alteración
psicológica.
2 Sadismo: satisfacción del instinto sexual y objeto del deseo es el producir daño (actos violentos) a otra
persona. Muchas veces sólo con pensar en dicho daño. Suele ir asociado al masoquismo.
3 Masoquismo: satisfacción del instinto sexual y objeto del deseo sufrir dolor.
4 Voyerismo: objeto del deseo y satisfacción del instinto sexual es ver, no desea participar sólo
observar.

ESPECTACULAR AUMENTO DE LA PORNOGRAFÍA INFANTIL EN ESPAÑA A TRAVÉS DE LA RED [17-


12-00]

La pornografía en Internet es una de las fuentes económicas más prominentes, y que mueve más dinero
que muchas multinacionales.

Las autoridades policiales y las organizaciones no gubernamentales (ONG) están muy preocupadas porque
la pornografía infantil vía Internet sigue creciendo pese a todos los esfuerzos realizados para
erradicarla.

La mayoría de las páginas sexuales de Internet son muy difíciles de localizar y muchas de ellas están
ligadas a los hackers, especialistas en evitar el rastreo mediante complejas operaciones de encriptación
que borran su paso por la red.

Por ello, la Unidad de Investigación de Delincuencia en Tecnologías de la Información (UIDTI) se ha


puesto en contacto con todas las empresas proveedoras de acceso a Internet (ISP) existentes en España,
casi 1.700, para que eliminen los canales de distribución de material pornográfico, ya que muchos de
estos proveedores no saben que las tienen, debido a la gran cantidad de páginas que albergan.
Se han identificado y retirado de los ISPs cerca del 80 por ciento de estos canales, pero aún queda un
20 por ciento en activo.

Por ello, las autoridades policiales han de proporcionar a las ISPs los medios necesarios para eliminar
este material pornográfico, quedando bajo su responsabilidad la no retirada del mismo.

En vista de que Internet no conoce ni reglas ni fronteras resulta imprescindible una mayor cooperación
internacional.

Una persona puede registrar una web con contenido pornográfico en Argentina, por ejemplo, donde no hay
legislación para el uso de Internet, y después cargarla desde cualquier parte del mundo.

Estos vacíos legales generan un crecimiento descontrolado y peligroso de este tipo de contenidos. Un sitio
pornográfico, no necesariamente muestra que hay menores, se habla siempre de mayores de 18 años pero
es difícil saber la edad realmente.

Hay páginas que contienen banners que redireccionan a otras páginas de contenido pornográfico con
imágenes de niños y niñas desnudos.

Los mayores productores de material pornográfico infantil son los países de Europa del Este y del este
Asiático, donde apenas existe una legislación satisfactoria ni los medios técnicos necesarios para combatir
este fenómeno. La mayoría de las fotos son de niños latinoamericanos, rusos y asiáticos. Las redes
internacionales de pornografía infantil secuestran a niños, sobre todo de los orfanatos rusos para después
realizar los vídeos pornográficos en los que se incluyen imágenes violentas, abusos y hasta asesinatos.
Estas imágenes se vendían en vídeos a través de Internet y el precio oscilaba en función de lo escabroso
de las imágenes.

Son numerosas las actuaciones policiales llevadas a cabo en todo el mundo para perseguir estos delitos. La
policía Brasileña identificó algunos de los responsables de una red clandestina que divulgaba material
pornográfico infantil en Internet, mediante programas de interceptación de e-mails.

El día 10 del pasado mes de Octubre la titular del Juzgado de Instrucción número 28 de Barcelona,
Remei Bona, llevó a juicio, por primera vez en España, a un informático como presunto autor de la
difusión de pornografía infantil a través de Internet. La juez imputa a este informático de 22 años el
delito recogido en el artículo 189.b del Código Penal, castigado con penas de hasta 3 años de prisión.
Este artículo fue introducido en el año 1998, dos años después de la entrada en vigor del texto, como
respuesta a la proliferación de conductas de este tipo en Internet y el vacío legal existente hasta la
fecha.

Es necesario que se eliminen estos contenidos de la red, no sólo por el hecho de ser una actividad ilegal,
sino también por el daño que se hace a los niños objeto de las imágenes, que son lo más importante a
tener en cuenta en este escabroso asunto.
ALTERACIONES DE LA SEXUALIDAD

Clasificación actual
1) Alteraciones de la identidad

2) Disfunciones psicosexuales

3) Parafilias

TRASTORNOS DE LA IDENTIDAD SEXUAL

IDENTIDAD SEXUAL

Experiencia subjetiva del género al que se pertenece: sentirse hombre o mujer. Se establece entre
los 2 y 3 años.

FACTORES DETERMINANTES

Diferenciación biológica de los genitales internos y externos, y del cerebro.

Determinación cromosómica e influencia hormonal.

Factores sociales (estímulos desde el nacimiento)

Genitales externos

niña o niño

Papel femenino o masculino

Actitud padres y crianza

Formación de la identidad sexual

Trastorno de la identidad sexual en la niñez

En la NIÑA

Inconformidad por pertenecer al género femenino

Expresar deseo de ser un niño o dice serlo

Rechaza ropa distintiva del sexo femenino

Insiste en emplear vestimenta y accesorios masculinos.

Rechazo de la estructura anatómica femenina.

Trastorno de la identidad sexual en la niñez

En el NIÑO

Malestar por ser niño


Desea ser niña

Conductas femeninas (juegos y vestimenta)

Rechazo a la estructura anatómica masculina.

Trastorno de la identidad sexual en la niñez

Final de etapa preescolar conductas atenúan.

Terminando la pubertad:

Orientación homosexual

Continuación del trastorno de I.S. en la vida adulta.

Transexualidad.

Trastorno de la identidad sexual adulta

Rechazo al género al que se pertenece.

Tendencia a usar ropa o accesorios del sexo opuesto

Orientación asexual, homosexual o heterosexual con género biológicamente definido.

Transexualidad.

Sufrimiento a causa de sus estructuras anatómicas fem./masc.

Búsqueda de medios hormonales y/o quirúrgicos para privarse de sus genitales y adquirir los del
otro sexo.

Frecuentemente hayan sufrido trastorno de identidad sexual en la infancia.

DISFUNCIONES PSICOSEXUALES

Alteraciones en alguna etapa de la respuesta sexual.

RESPUESTA SEXUAL

El deseo, la excitación y el orgasmo.

El deseo, la excitación, la meseta, el orgasmo y la resolución.

DESEO

El deseo de tener actividad sexual mueve al sujeto a buscar la experiencia sexual o estar receptivo
a ella
EXCITACIÓN

Vasodilatación refleja de los vasos sanguíneos genitales.

HOMBRE: erección del pene.

MUJER: lubricación de los genitales.

Acoplamiento de los genitales

para la ejecución del acto sexual.

ORGASMO

Cuando se experimenta con mayor intensidad el placer sexual.

La tensión se elimina

Contracciones musculares perineales y genitales.

HOMBRE: eyaculación con emisión del semen.

Cada una puede inhibirse y dar lugar a una disfunción psicosexual…

D.S. en la fase de DESEO

INHIBICIÓN DEL DESEO

No existe deseo para tener

actividad sexual

ADVERSIÓN AL SEXO

Falta de deseo

repugnancia

D.S. en fase de EXCITACIÓN

MUJER:

incapacidad de logar o mantener la respuesta de tumefacción y lubricación de los genitales.

No tiene la sensación subjetiva de placer durante la actividad sexual

HOMBRE:

Impotencia: no logar o mantener

la erección.
D.S. ORGÁSMICA

FEMENINA:

Ausencia o retraso del orgasmo.

Deseos de actividad sexual, se excita pero se le dificulta llegar al orgasmo.

Algunas sólo lo logran por estimulación del clítoris (variante normal).

D.S. ORGÁSMICA

MASCULINA:

No tiene orgasmo o éste se retrasa aunque haya adecuada estimulación sexual, haya deseo y
excitación sexual.

No logra orgasmo intravaginal sino por masturbación.

EYACULACIÓN PRECOZ

Estimulación sexual mínima, antes, durante o inmediatamente después de la penetración,

sin que pueda evitarlo.

La erección se inicia y se mantiene por:

Reflejos

Estimulación psíquica

En ambos interviene:

sistema nervioso simpático (E.P.) y parasimpático.

Respuesta sexual y angustia

La angustia inhibe la respuesta sexual.

La respuesta sexual inhibe a la angustia.

Puede haber una erección en circunstancias amenazantes sin relación a aspectos eróticos.

La erección puede asociarse a angustia o un sentimiento de culpa.

La inhibición de la respuesta sexual por angustia ocurre en la impotencia.

La impotencia es selectiva y por diversas causas (solo a veces o con det. Mujer).

Condiciones psicológicas y fisiológicas óptimas para una erección.


La eyaculación es controlada por el SN autónomo.

La prematura puede ser:

Síntoma de hiperexcitabilidad sexual con erección adecuada

Síntoma de hipoexcitabilidad con erección incompleta

Frecuentemente:

Erección incompleta + eyac. precoz

DISFUNCIONES SEXUALES

DISPAREUNIA

Dolor genital en la mujer antes, durante o después de la relación sexual.

VAGINISMO

Espasmo involuntario de la musculatura del tercio externo de la vagina que interfiere el coito.

DISFUNCION SEXUAL Y ANGUSTIA

FASE DE DESEO

Al inicio de deseo-excitación-orgasmo

FASE DE EXCITACIÓN

Cuando la persona ya está excitada, la pierden.

FASE ORGÁSMICA

En el momento de la mayor excitación previa al orgasmo.

DISFUNCION SEXUAL Y ANGUSTIA

La fase en la que aparece depende de su intensidad.

Cuando es muy intensa aparece desde el inicio e inhibe el deseo.

Cuando es intermedia inhibe la excitación.

Cuando es menos intensa o moderada inhibe el orgasmo.

Trastornos sexuales y psicosexuales

La sexualidad es una parte normal de la experiencia humana. Sin embargo, los tipos de
comportamiento sexual y las actitudes acerca de la sexualidad que se consideran normales varían
mucho en las diferentes culturas y entre éstas. Por ejemplo, la masturbación, que durante un
tiempo fue considerada como una perversión e incluso una causa de enfermedad mental, es ahora
reconocida como una actividad sexual normal durante la vida. Se considera que más del 97 por
ciento de los varones y el 80 por ciento de las mujeres se ha masturbado. Aunque la masturbación
es normal y es a menudo recomendada como una opción de “sexo seguro”, puede causar
culpabilidad y sufrimiento psicológico originado por la actitud desaprobadora de otros. Esto puede
producir un considerable sufrimiento y puede incluso afectar al desarrollo sexual.

De forma similar, la homosexualidad, que una vez fue considerada como anormal por la profesión
médica, ya no es considerada una enfermedad; está ampliamente reconocida como una
orientación sexual que está presente desde la niñez. La prevalencia de la homosexualidad es
desconocida, pero se estima que cerca del 6 al 10 por ciento de los adultos tiene exclusivamente
relaciones homosexuales a lo largo de sus vidas. Un porcentaje mucho mayor de personas ha
experimentado actividades sexuales con personas de su sexo en la adolescencia, pero como
adultos tienen un comportamiento heterosexual.

Las causas de la homosexualidad y de la heterosexualidad son desconocidas. No se han


identificado influencias hormonales, biológicas o psicológicas que contribuyan sustancialmente a
la orientación sexual de la persona. Los homosexuales descubren que son atraídos por personas
del mismo sexo, al mismo tiempo que los heterosexuales descubren que son atraídos por personas
del otro sexo. La atracción parece ser el resultado final de influencias biológicas y ambientales y no
una elección deliberada. Por lo tanto, la expresión popular “preferencia sexual” tiene escaso
sentido.

En general, los homosexuales se acomodan correctamente a su orientación sexual, aunque deben


superar los prejuicios y la desaprobación social. Este ajuste puede tardar mucho tiempo en
conseguirse y puede estar asociado con un estrés psicológico importante. Muchos hombres y
mujeres homosexuales sufren una discriminación social y en sus lugares de trabajo, que agrava su
estrés.

Para algunas personas heterosexuales y homosexuales, la actividad sexual con diferentes parejas
es una práctica frecuente durante su vida. Tal tipo de actividad puede indicar una baja capacidad
para establecer relaciones emocionales íntimas. Ésta puede ser una razón para buscar consejo
profesional, especialmente desde que la transmisión de ciertas enfermedades (por ejemplo, la
infección por el virus de la inmunodeficiencia humana, sífilis, gonorrea y cáncer cervical) está
asociada con el hábito de tener muchas parejas sexuales.
Trastornos de identidad de género

Un trastorno de identidad de género es el deseo de tener el sexo opuesto o la impresión de estar


atrapado en un cuerpo del otro sexo.

La diferencia entre sexo y género puede ser simplificada como sigue: el sexo es la masculinidad o
feminidad biológica y el género es cómo una persona se ve a sí misma, masculina o femenina. El
papel de género es la presentación pública objetiva como masculino o femenino, en nuestra
cultura. El papel sexual es el comportamiento público asociado con la elección de una pareja
sexual (homosexual, heterosexual o bisexual). Para la mayoría, la identidad de género (el
sentimiento íntimo de ser masculino o femenina) está de acuerdo con el papel de género (por
ejemplo, un hombre siente y actúa como un hombre).

La identidad de género se establece generalmente en la primera infancia (18 a 24 meses). Los


niños se dan cuenta de que son niños y las niñas, de que son niñas. Incluso aunque un niño puede
preferir actividades consideradas a veces más apropiadas para el otro sexo, los niños con una
identidad de género normal se ven como miembros de su propio sexo biológico. Esto significa que
una niña a la que le gusta jugar al fútbol y practicar lucha libre no tiene un problema de identidad
de género si se ve a sí misma como mujer y está satisfecha con su sexo. De modo similar, un niño
que juega con muñecas y prefiere cocinar a practicar deportes no tiene un problema de identidad
sexual a menos que no se identifique a sí mismo como varón o no se sienta satisfecho con su sexo
biológico.

Aunque un niño criado como un miembro del sexo opuesto puede sentirse confundido acerca de
su género, a menudo esta confusión se aclara más tarde durante la niñez. Los niños que nacen con
genitales que no son claramente masculinos o femeninos en general no sufren un problema de
identidad de género si son definitivamente criados como de un sexo o del otro, incluso aunque
sean educados en el sexo opuesto a su sexo genético.

Transexualismo
El transexualismo es un trastorno característico de la identidad de género. Las personas con este
trastorno creen que son víctimas de un accidente biológico (ocurrido antes de nacer) y que están
cruelmente aprisionadas en un cuerpo incompatible con su verdadera identidad de género. En
regla general, los transexuales son biológicamente hombres que se identifican a sí mismos como
mujeres en su temprana infancia y miran con repugnancia sus genitales y sus características
masculinas. El transexualismo parece ser menos frecuente en las mujeres biológicas.

Los transexuales pueden buscar apoyo psicológico, para que se les ayude a sobrellevar las
dificultades de vivir en un cuerpo en el que no se sienten satisfechos o para ayudarles a realizar
una transición de género. Otros pueden buscar un cambio en su apariencia con la ayuda de
médicos especializados en cambio de sexo y en cirugía plástica. Algunos transexuales pueden
contentarse con cambiar su papel de género sin sufrir una cirugía mayor, trabajando, viviendo y
vistiéndose como miembros del sexo opuesto. Cambian su apariencia externa, pueden seguir
tratamientos hormonales y obtener documentación que acredite el cambio, pero generalmente no
sienten la necesidad de someterse a operaciones caras y arriesgadas.

Sin embargo, para muchos transexuales la mejor ayuda es una combinación de asesoramiento,
terapia hormonal y cirugía genital. En los varones biológicos, la transformación sexual se realiza
mediante el uso de hormonas femeninas (provocando el crecimiento del pecho y otros cambios
corporales) y la cirugía para retirar el pene y los testículos y crear una vagina artificial. En las
mujeres biológicas, la transformación sexual se realiza mediante la cirugía para retirar los pechos y
los órganos reproductivos internos (el útero y los ovarios), el cierre de la vagina y la creación de un
pene artificial. El uso de hormonas masculinas (testosterona) es importante en la transformación
de mujer a varón y debe preceder a la cirugía. Con el tratamiento con testosterona, crece el vello
facial y la voz se vuelve más grave de modo permanente.

Aunque los transexuales que se someten al cambio quirúrgico de sexo no pueden concebir niños, a
menudo pueden mantener relaciones sexuales satisfactorias. La capacidad para alcanzar el
orgasmo queda habitualmente conservada tras la cirugía y luego algunos refieren sentirse
sexualmente satisfechos por primera vez. Sin embargo, son pocos los transexuales que se someten
al cambio quirúrgico de sexo con el único propósito de ser capaces de tener relaciones sexuales en
su nuevo sexo. La motivación habitual es la confirmación de la identidad de género.

Parafilias
Las parafilias (atracciones desviadas) en su expresión extrema son desviaciones socialmente
inaceptables de las normas que rigen tradicionalmente las relaciones sexuales.

Los datos clave de una parafilia incluyen la aparición de fantasías o comportamientos sexuales
excitantes que son repetitivos e intensos y que generalmente implican objetos (zapatos, ropa
interior, cuero o productos de goma), la provocación de sufrimiento o dolor en sí mismo o en la
pareja o el mantener relaciones sexuales con personas sin su consentimiento (niños, personas
desvalidas o en escenarios de violación). Una vez que se han establecido, usualmente en la niñez
tardía o cerca de la pubertad, estos tipos de excitación sexual suelen durar toda la vida.

Algún grado de variedad es muy frecuente en las relaciones sexuales y en las fantasías de los
adultos. Cuando las personas se comprometen de mutuo acuerdo en ello, los comportamientos
sexuales no lesivos de tipo alternativo pueden ser una parte intrínseca de una relación amorosa y
cariñosa. Cuando se llevan las cosas al extremo, sin embargo, tales comportamientos sexuales son
parafilias, trastornos psicosexuales que dificultan seriamente la capacidad para la actividad sexual
afectiva recíproca. Las parejas de las personas con una parafilia pueden sentirse como un objeto o
como si fueran elementos sin importancia o innecesarios en la relación sexual.

Las parafilias pueden tomar la forma de fetichismo, travestismo, pedofilia, exhibicionismo,


voyeurismo, masoquismo o sadismo, entre otras. La mayor parte de las personas con parafilias son
varones y muchos tienen más de un tipo de parafilia.

Fetichismo

En el fetichismo, la actividad sexual utiliza objetos físicos (el fetiche), a veces prefiriéndolos al
contacto con las personas. Las personas fetichistas pueden llegar a estimularse y disfrutar
sexualmente vistiendo las prendas interiores del otro, vistiendo con cuero o goma o tomando,
frotando u oliendo objetos como zapatos de tacón alto. Las personas con este trastorno pueden
no ser capaces de realizar la función sexual sin sus fetiches.

Travestismo
En el travestismo, un hombre prefiere de modo ocasional vestirse con ropas de mujer, o menos
frecuentemente, una mujer prefiere vestirse con ropas de varón. En ningún caso, sin embargo, el
deseo de la persona es cambiar de sexo, como en el caso de los transexuales. El intercambio de
vestimentas no se considera siempre un trastorno mental y puede que no afecte de modo adverso
a las relaciones sexuales de la pareja. El travestismo se considera un trastorno solamente si
ocasiona sufrimiento, deterioro de algún tipo o una conducta insensata que puede conducir a
lesiones, a la pérdida del trabajo o a la prisión. Los travestidos también intercambian sus
vestimentas por razones diferentes a la estimulación sexual, por ejemplo, para reducir la ansiedad,
para relajarse o para experimentar el lado femenino de sus personalidades, por lo demás,
masculinas.

Pedofilia

La pedofilia es una preferencia por la actividad sexual con niños pequeños. En las sociedades
occidentales, la pedofilia es generalmente considerada como el deseo de tener actividades
sexuales con niños de 13 años de edad o menos. Una persona a quien se diagnostica pedofilia
tiene como mínimo 16 años y es por lo menos 5 años mayor que el niño víctima.

Aunque las leyes varían de un país a otro, en líneas generales se considera que una persona
comete un delito tipificado de violación cuando el niño tiene 16 años o menos y el adulto es mayor
de 18 años. Los delitos tipificados de violación a menudo no corresponden a la definición de
pedofilia.

Una persona con pedofilia se angustia o se preocupa intensamente por fantasías sexuales
relacionadas con niños, aunque no tenga lugar ninguna relación sexual. Algunos pedófilos sienten
atracción sólo por los niños, a menudo de un grupo de edad específico, mientras que otros se
sienten atraídos tanto por niños como por adultos. Los pedófilos pueden ser tanto mujeres como
hombres y las víctimas pueden ser niñas o niños. Los pedófilos pueden tener como objetivo niños
de sus familias (incesto) o pueden abusar de niños de su comunidad. Pueden utilizar la fuerza o la
coerción para someter sexualmente a los niños y pueden proferir amenazas para evitar que la
víctima los denuncie.

La pedofilia puede tratarse con psicoterapia y fármacos que alteran la conducta sexual. Este
tratamiento puede ser solicitado de modo voluntario o solamente tras una detención por el delito
y sus consecuentes procesos legales. Algunos pedófilos pueden responder al tratamiento; otros
no. La encarcelación, incluso a largo plazo, no cambia los deseos ni las fantasías de los pedófilos.

Exhibicionismo

En el exhibicionismo, una persona (generalmente un varón) muestra por sorpresa sus genitales a
extraños y hacer esto la excita sexualmente. La exposición puede seguirse de masturbación. Casi
nunca buscan un contacto sexual, por esto los exhibicionistas raramente cometen violación. En
general, los exhibicionistas que son detenidos tienen menos de 40 años. Aunque las mujeres
pueden exhibir sus cuerpos de modo provocativo, el exhibicionismo raramente es considerado un
trastorno psicosexual en las mujeres.

Voyeurismo

En el voyeurismo, una persona se excita sexualmente con la visión de alguien que se está
desnudando, que está desnudo o realizando una actividad sexual. Lo que les excita es el acto de la
observación y no la actividad sexual con la persona observada. Es particularmente frecuente algún
grado de voyeurismo entre niños y varones adultos y la sociedad considera las formas leves de
este comportamiento como normales. Cuando se trata de un trastorno, el voyeurismo puede
llegar a ser el método preferido de actividad sexual y puede consumir incontables horas de
búsqueda.

En general, los voyeuristas son varones. Se han desarrollado mucho la cantidad y variedad de
material y de espectáculos con un contenido sexual explícito para las mujeres heterosexuales (por
ejemplo, los espectáculos de desnudo masculino), pero a la participación en estas actividades le
falta el elemento de la observación secreta, que es lo característico del voyeurismo.

Masoquismo y sadismo

El masoquismo constituye la obtención de placer sexual al ser físicamente dañado, amenazado o


sometido a abusos. El sadismo, lo opuesto al masoquismo, es el placer sexual de una persona al
infligir sufrimiento físico o psicológico a la pareja sexual. Un cierto grado de sadismo y de
masoquismo tiene lugar en las relaciones sexuales de personas sanas, y los miembros
mutuamente adaptados de una pareja a menudo lo buscan el uno en el otro. Por ejemplo, el uso
de pañuelos de seda para simular ataduras y las palmadas suaves durante la actividad sexual son
prácticas frecuentes entre parejas consintientes y no se consideran sadomasoquistas.

El masoquismo o el sadismo llevados al extremo pueden ocasionar graves daños físicos o


psicológicos, incluyendo la muerte. El masoquismo sexual implica la necesidad de ser humillado,
golpeado o sometido de algún otro modo, de una forma real y no simulada, por una pareja
agresiva y a menudo sádica con el objetivo de conseguir la excitación sexual. Por ejemplo, la
actividad sexual desviada puede incluir la asfixiofilia, durante la cual la persona es parcialmente
asfixiada o estrangulada (por la pareja o por la autoaplicación de un nudo corredizo alrededor del
cuello). La disminución temporal del aporte de oxígeno al cerebro en el momento del orgasmo es
considerado como intensificador del placer sexual, pero esta práctica puede conducir
accidentalmente a la muerte.

El sadismo sexual puede existir solamente en las fantasías o puede resultar necesario para
alcanzar el orgasmo. Algunos sádicos atrapan a sorprendidas y aterrorizadas “parejas” que no
consienten estas actividades y son violadas. Otros sádicos buscan específicamente masoquistas
sexuales por medio de anuncios u otros medios y satisfacen sus necesidades sádicas con un
masoquista que lo consiente. Las fantasías de control total y de dominación son a menudo
importantes y el sádico puede atar y amordazar a la pareja de maneras muy elaboradas. En casos
extremos, el sádico puede torturar, herir, apuñalar, aplicar descargas eléctricas o asesinar a la
pareja.

2 Conductas sexuales normales o adaptadas.

Este concepto que parece bastante claro podría contener distintas conductas según la época en la
que se hiciese esta pregunta o mismamente según a qué individuo se le haga. Lo que es
inamovible es que la heterosexualidad es una conducta sexual normal, pero lo que queda por
conseguir introducir en la sociedad actual, y que poco a poco se está logrando, es que tendencias
sexuales como la homosexualidad, masturbación y bisexualidad también son conductas
totalmente normales y, por lo tanto, respetables, aunque se den en un menor porcentaje que la
heterosexualidad. La opinión de la sociedad sobre la sexualidad se debe de hacer más tolerante
respecto a estas nuevas tendencias que cada vez se hacen más patentes y no tienen porqué
esconderse o avergonzarse de poseer unas apetencias sexuales distintas a las de la mayoría.

2.1. Heterosexualidad
Realmente es lo que se puede palpar en la sociedad, en los medios de comunicación... es para lo
que se nos educa. La época más conflictiva en lo que respecta a la sexualidad es la adolescencia,
etapa en la que se dan los mayores cambios físicos y fisiológicos en el cuerpo humano, aparece
una "revolución" hormonal, el sexo opuesto empieza a llamar nuestra atención de un modo
especial, es la etapa en la que realmente se comienza a ser consciente de la sexualidad y se
explora las distintas sensaciones que ella conlleva.

Según indican los estudios estadísticos de que disponemos, a medida que los chicos y las chicas se
van aproximando a los 15 años de edad, pero sobre todo a partir de los 16, empiezan a formarse
en la pandilla las primeras parejas, generalmente heterosexuales. Entre los 17 y 19 años alrededor
del 60% de los chicos y del 56% de las chicas ya mantienenrelaciones de pareja. Parece que las
chicas empiezan a emparejarse un poco antes que ellos, muy frecuentemente con chicos un poco
mayores que ellas. También indican que la mayor parte de las chicas desean establecer relaciones
estables de pareja desde muy jóvenes, mientras que los chicos buscan relaciones esporádicas,
poco duraderas. Esta diferencia va desapareciendo progresivamente con la edad, de modo que a
medida que los chicos se van acercando a los 20 años, van siendo menos los que desean unas
relaciones esporádicas y más los que desean estables y duraderas.

2.2. Homosexulidad

Cerca del 4 al 5% de la población tiene una orientación preferentemente homosexual durante


toda su vida. A partir de 1973 la American Psychiatric Association dejó de considerar la
homosexualidad como una enfermedad, aunque hasta entonces fue considerado un trastorno
psicosexual. Al igual que la heterosexualidad, la homosexualidad es el resultado de complejos
factores, que conducen a una preferencia casi inevitable en la elección de pareja sexual. Para la
mayoría de las personas no es un asunto de libre decisión. No obstante, mucha gente, incluidos
algunos médicos, consideran la homosexualidad como inmoral y pecaminosa, lo cual tiene su
importancia, porque la intensa aversión a la homosexualidad (homofobia) por parte de un médico
puede interferir con la adecuada asistencia a las personas homosexuales.

Para todo adolescente el desarrollo es una tarea llena de retos, un aspecto importante consiste en
definir su identidad sexual. Este comportamiento sexual puede llevarse a cabo con miembros del
mismo sexo o del sexo opuesto. A muchos adolecentes el pensar en o experimentar con personas
del mismo sexo puede causarles preocupación y ansiedad con respecto a su orientación sexual. A
otros, aun los pensamientos o fantasías pueden causarle ansiedad.

La homosexualidad es la atracción sexual persistente y emocional hacia alguien del mismo sexo. Es
una parte de la gama de expresión sexual. Durante la niñez y la adolescencia, por primera vez
muchos individuos homosexuales se percatan de su homosexualidad y pasan por la experiencia de
tener pensamientos y sentimientos homosexuales. La homosexualidad ha existido a través de la
historia y en diferentes culturas. Cambios recientes en la actitud de la sociedad hacia la
homosexualidad han ayudado a algunos adolescentes homosexuales a sentirse más cómodos con
su orientación sexual. En otros aspectos de su desarrollo estos jóvenes son similares a los jóvenes
heterosexuales. Experimentan los mismos tipos de estrés, luchas y tareas durante la adolescencia.

Los padres necesitan entender claramente que la orientación sexual no es un desorden mental;
hoy no se entienden claramente las causas de la homosexualidad, sin embargo, la orientación
sexual no es un asunto de decisión propia. En otras palabras, los individuos no escogen ser
homosexuales o ser heterosexuales. No importa cuál sea su orientación sexual, todos los
adolescentes tienen la alternativa de escoger la expresión de su comportamiento sexual y su estilo
de vida.

A pesar de que el conocimiento y la información acerca de la homosexualidad ha aumentado, los


adolescentes todavía tienen muchas preocupaciones. Estas incluyen:

sentirse diferentes a sus amigos o compañeros

sentirse culpables acerca de su orientación sexual

preocuparse acerca de cómo puedan responder su familia y seres queridos

ser objeto de burla y de ridículo


preocuparse acerca del SIDA, la infección por VIH y otras enfermedades de transmisión sexual

temer al discrimen si tratan de pertenecer a clubes, participar en deportes, ser admitidos en


universidades y conseguir empleos

ser rechazados por otros.

Los adolescentes homosexuales pueden aislarse socialmente, separarse de las amistades y los
amigos, tener problemas concentrándose y desarrollar una pobre autoestima. También pueden
desarrollar una depresión. Los padres y otras personas necesitan estar alerta a estas señales de
angustia, ya que estudios recientes demuestran que los jóvenes homosexuales tienen un alto
incidente de muertes por suicidio.

Es importante para los padres entender la orientación homosexual de sus adolescentes y


proveerles apoyo emocional. Los padres frecuentemente tienen dificultad aceptando la
homosexualidad de sus adolescentes por algunas de las mismas razones por las que el joven desea
mantenerlo en secreto. A los adolescentes homosexuales se les debería permitir decidir cuándo y
a quién revelarle su homosexualidad. Los padres y otros miembros de la familia podrían obtener
entendimiento y apoyo de determinadas organizaciones.

Los adolescentes que no se sienten cómodos con su orientación sexual o que no saben cómo
expresarla, pueden beneficiarse de recibir apoyo psicológico, una oportunidad de clarificar sus
emociones. La terapia también puede ayudar al adolescente a hacer el ajuste a los problemas y
conflictos que surjan en el ámbito personal, escolar y familiar. La terapia dirigida específicamente
a cambiar la orientación homosexual no se recomienda y puede ser dañina a un adolescente
reacio, puede crear mayor confusión y ansiedad al reforzar los pensamientos negativos y las
emociones con las que el adolescente ya está luchando.

Según el individuo va conociendo individuos en su misma situación y va madurando consigue una


aceptación de esta situación y comprendiendo que es algo totalmente normal y que no hay nada
por lo que avergonzarse o esconderse.
El principal problema que tienen los homosexuales es la fuerte carga heterosexual que les rodea y
que, desde la infancia, les dice que esa es la tendencia correcta, por ello suelen tener problemas
para aceptar esos sentimientos y deseos sexuales que poseen hacia individuos de su mismo
género, primero tienen que aceptar y comprender cómo son y luego "luchar" con una sociedad
que, en su mayoría, está siempre en contra de lo distinto, de los cambios, de las minorías... por eso
está en nuestra mano el poder facilitar esta situación a la gente con tendencias

homosexuales.

2.3. Bisexualidad

Entendiendo la homosexualidad y la heterosexualidad como dos extremos de un gradiente podría


ubicarse la bisexualidad en un camino intermedio. Kinsey realiza un diagrama en el que se puede
apreciar este concepto de la bisexualidad (presentado en el video que acompaña a la exposición
de este trabajo). Según Kinsey es raro que exista un grado puro de comportamiento sexual, ni
completamente homosexual, ni completamente heterosexual. En esta tendencia sexual no se
escoge al individuo que sea pareja por su sexo sino por las distintas cualidades, según en qué se
fije el individuo, que presente esa persona. El género del individuo que atrae a la persona bisexual
no condiciona, como ocurre en los homosexuales o en los heterosexuales.

2.4.Masturbación

La masturbación, que en su día se consideró como una perversión causante de trastornos


mentales, en la actualidad se contempla como una actividad sexual normal a lo largo de la vida;
solamente se considera un síntoma cuando inhibe el comportamiento orientado a la pareja, o bien
si se realiza en público o es lo bastante compulsiva como para causar angustia. La incidencia de la
masturbación es de cerca del 97% en los hombres y el 80% en las mujeres. En sí misma es una
actividad inocua, pero la culpa generada por las actitudes desaprobatorias y punitivas de los
demás puede causar considerable angustia y afectar a la vida sexual. Es bastante típico el pensar
que cuando la pareja se autoestimula, se masturba, es debido a que no está totalmente satisfecho
con las relaciones sexuales que tenga, no tiene porqué ser así, debe de perderse esa imagen
negativa que conlleva la masturbación e introducirlo dentro de la vida sexual cotidiana, como un
juego erótico más en la que pueden pàrticipar ambos miembros de la pareja.
Aspectos positivos de la masturbación: es un acto de redescubrimiento; los niños pequeños
obtienen placer activo en la auto-exploración y el contacto, sólo posteriormente sienten culpas o
inhibiciones al respecto. Nos permite aprender acerca del propio erotismo: qué nos agrada y qué
necesitamos como individuos; hacernos expertos en lo que respecta a nosotros mismos.
Aprendemos a valorar nuestros genitales y a disfrutar de nuestra propia excitación u orgasmos. Es
positivo para usted. La masturbación mantiene su sistema sexual en buen funcionamiento. A las
mujeres les permite mantener lubricada la vagina y mantener un ambiente vaginal saludable. A
algunas el orgasmo les ayuda a aliviar la tensión menstrual y la congestión pelviana. En el caso de
los hombres, la masturbación mantiene en funcionamiento los reflejos de la erección y la
eyaculación. Es un valioso medio para sentirse sexualmente independiente, y una excelente
preparación para posteriores relaciones sexuales. Si ambos integrantes de la pareja asumen
responsabilidad individual en cuanto a satisfacer sus propias necesidades sexuales ocasionalmente
y disfrutan de la masturbación como una opción más, ambos tendrán un repertorio sexual más
amplio y aliviarán al otro de la carga de tener que estar siempre en el mismo nivel de deseo o de
satisfacer sus necesidades sexuales. Si uno sabe lo que quiere puede enseñárselo al compañero, lo
cual evita muchas adivinanzas, frustración e incomodidad. En el caso de las mujeres que no han
experimentado el orgasmo, la masturbación puede procurar la intensidad de la estimulación
sexual libre de la presión de tener que "actuar" ante un compañero, donde se sostiene la
necesidad de llegar al orgasmo. A algunas puede resultarle difícil llegar a este nivel si albergan
sentimientos negativos sobre el autoerotismo. La masturbación es ser autocomplaciente, soltarse
física, mental y emocionalmente. Ayuda a relajarse y a aliviar tensiones sexuales, fisiológicas y
psicológicas. El grado de placer físico derivado de la masturbación, desde la excitación al orgasmo,
puede ser tan intenso como el que se experimenta en las demás actividades sexuales, y aún más.

2.4.1.Tipos de masturbación:

Existen distintos tipos de masturbación que podrían clasificarse en:

Masturbación impulsiva, aquella que se produce sobre la marcha, sin que medie una gran
elaboración mental o imaginativa.

Masturbación compulsiva, el acto autoerótico se realiza mediante un proceso de duda, de verse


uno forzado a hacer eso, pero sin querer, luchando por evitarlo. Es muy frecuente, sobre todo, en
personas con unos criterios morales arraigados. Trastornos sexuales
Masturbación por compensación de frustraciones, el hombre actual se ve sometido a decepciones
que impone la vida moderna y que, en ocasiones, no está preparado para superar. De ahí emerge
muchas veces una conducta de masturbación, mediante un mecanismo de indemnización,
igualación o compensación que facilita un cierto desahogo momentáneo con el que se corrigen las
dificultades por las que se atraviesa.

Masturbación en personas superimaginativas, siempre hay en el escenario mental imágenes y


fantasías sexuales que, ante pequeños estímulos naturales del exterior, o provocados por ellos
mismos, van a desencadenar esta dinámica autosexual. Trastornos sexuales

Masturbación liberadora de tensiones, suele darse en personas con ansiedad, estrés,


preocupaciones intensas, etcétera. En estos casos, la experiencia se acompaña de un relax que
disuelve esa inquietud ansiosa interior. Masturbación en la persona hipersexual, en estos casos
puede tratarse de alguien muy centrado en la sexualidad, con pocos objetivos en la vida, sin
inquietud cultural, y muy dado a un cierto machismo trasnochado consistente en contar a los
amigos aventuras sexuales. Al fallar a estos sujetos la "dosis de sexualidad periódica", recurren a la
masturbación.

2.4.2.Masturbación femenina

Entre un 70 y un 82 por ciento de las mujeres se masturba hasta el orgasmo alguna vez en su vida.
Muchas empiezan pasados los 20 años, o cuando ya han realizado el coito. Es posible que algunas
mujeres no se masturben nunca. La frecuencia suele variar dependiendo de las circunstancias,
pero la investigación demuestra que las mujeres que mantienen una relación sexual activa, se
masturban tanto como las que no la mantienen. La masturbación es un excelente modo de
descubrir tus respuestas sexuales, además de satisfacer tus deseos. La masturbación es una
experiencia muy personal y privada. Muchas mujeres descubren masturbandose formas mejores
de excitarse y de llegar al orgasmo durante el coito, incluso puede contribuir a que algunas
experimenten orgasmos múltiples. Se puede recurrir al uso de lubricantes para ayudar a que los
dedos se deslicen, intensificando el placer de la masturbación.

2.4.3.Masturbación masculina
Cuando un varón llega a la adolescencia empieza a atravesar importantes cambios en sus
emociones. La conciencia sexual se acentúa e intenta liberar la tensión erótica mediante la
masturbación, esto se acentúa cuando no tiene pareja. Muchos hombres continúan
masturbándose durante toda su vida, incluso cuando mantienen relaciones con otra persona.
Según diversos estudios, un 94% de hombres se han masturbado alguna vez hasta llegar al
orgasmo. Mediante la experiencia personal se aprenden las técnicas y ritmos que dan mejor
resultado. De esta forma el hombre conoce sus respuestas y se puede anticipar al orgasmo. El uso
de lubricantes reduce la fricción y puede hacer que aumente el placer.

2.4.4.Masturbación mutua

Además de la propia estimulación, la masturbación entre los dos

miembros de la pareja puede ayudar mucho a tener una vida sexual variada, distinta, ayuda a
conocer más el cuerpo de la otra persona y así poder obtener mayor placer en el momento de
mantener relaciones.

La masturbación mutua es una buena manera de preparar el camino hacia el coito, o continuar
cuando el camino hacia el coito completo resulta difícil, por enfermedad, por encontrarse en la
última etapa del embarazo o bien por que a uno de los dos no le apetece sexo con penetración.
Gracias a las manos se pueden realizar movimientos de una gran precisión, que harán se disfrute
de las mejores sensaciones juntos. Mediante caricias puede descubrirse con todo detalle el cuerpo
de la pareja. Y mediante estos pequeños juegos expresar de forma libre los deseos, haciendo saber
a la pareja las preferencias que puedan tenerse.

3.Variantes sexuales o parafilias

Son trastornos caracterizados por la presencia de repetidas e intensas fantasías sexuales de tipo
excitatorio, de impulsos o de comportamientos sexuales que engloban: objetos no humanos,
sufrimiento o humillación real o imaginario de uno mismo o de la pareja o niños u otras personas
que no consienten. El cuadro provoca malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de
otras áreas importantes de la actividad del individuo.
Estas pautas de excitación se consideran desviadas bien porque a menudo son imprescindibles
para el funcionamiento sexual (es decir, no hay erección ni orgasmo sin el estímulo en cuestión),
bien porque involucran a una pareja inadecuada (p. ej., niños) y causan malestar clínico
significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
En las personas con parafilia no existe capacidad afectiva, de intimidad emocional y sexual
recíproca con una pareja, o existe una alteración, al igual que están dañados otros aspectos de la
adaptación emocional e interpersonal.

En la mayoría de las culturas, las parafilias son mucho más frecuentes en hombres que en mujeres;
quizá haya razones biológicas para esa distribución desigual, pero hasta la fecha no están bien
definidas. Muchas de las parafilias descritas son bastante raras; las más corrientes son la pedofilia,
el voyeurismo y el exhibicionismo. Los delincuentes sexuales pueden presentar multitud de
parafilias.

3.1.Fetichismo

Consiste en la utilización de un objeto inanimado (fetiche) como forma predilecta de estímulo


sexual. Suele iniciarse en la adolescencia.

Los fetiches más corrientes son delantales, zapatos, artículos de cuero o látex y ropa interior de
mujer. El fetiche puede sustituir a la actividad sexual con una pareja o formar parte del juego
erótico con una persona que consiente en ello como forma de excitación. La conducta fetichista de
menor grado, incluida dentro de la actividad sexual consensuada, no se considera un trastorno
psiquiátrico ya que no provoca malestar ni deterioro o disfunción clínicas. Por el contrario, cuando
el comportamiento fetichista es intenso y supone un requisito obligatorio para lograr la excitación
pueden surgir graves problemas de relación. Cuando el fetiche pasa a ser el único objeto de deseo
sexual, a menudo la persona evita las relaciones sexuales.

En los casos en que un varón siente excitación sexual vistiendo ropa de mujer, generalmente
interior, y no acariciándola simplemente, el diagnóstico más preciso es el de fetichismo
transvestista.
3.2.Fetichismo transvestista

Trastorno observado en hombres heterosexuales, que sienten excitación sexual al vestirse con
ropas de mujer. Suele iniciarse en la infancia.

El fetichismo transvestista o transvestismo sólo constituye un diagnóstico psiquiátrico cuando las


fantasías, los impulsos sexuales o el hecho de vestirse con ropa de mujer provocan malestar
clínicamente significativo o disfunción notable en cualquier ámbito. El propio tranvestido refiere
como motivaciones para esta conducta las propiedades reguladoras del estado de ánimo (antídoto
para la ansiedad o la depresión), aunque en algunos casos puede llegar a ser expresión del deseo
de pertenecer al otro sexo.

Vestirse con ropas del sexo opuesto no es en sí mismo un trastorno. El perfil de personalidad de
los varones que lo practican habitualmente es similar al de sus pares en edad y condición
sociocultural. A veces se da complicidad por parte de la pareja y puede que el hombre mantenga
relaciones sexuales con ella ataviado total o parcialmente con ropas femeninas. Si la pareja no
coopera, el transvestido puede sentir ansiedad, depresión, culpa y vergüenza provocadas por el
deseo de vestirse de mujer. Quizá llegue un día en que el individuo, cuyo propio comportamiento
le produce conflicto, tire todas las ropas de mujer, los accesorios y los artículos de maquillaje, pero
generalmente reanudará su práctica días o meses más tarde.

La mayoría de los transvestidos no solicitan tratamiento. Quienes lo hacen suelen ir presionados


por una esposa disgustada, o bien son remitidos por un juez, o si acuden por iniciativa propia se
debe al miedo de ser detenidos y sufrir las consecuencias negativas desde el punto de vista social y
profesional. En ocasiones la demanda de tratamiento es por otro cuadro asociado, como disforia
de género, consumo abusivo de sustancias o depresión. A efectos de terapia suelen ser útiles los
grupos de apoyo para transvestidos.

3.3.Pedofilia
Preferencia por la actividad sexual con niños prepúberes. De forma arbitraria, la edad de la
persona que padece este trastorno se ha fijado en 16 años o más y ha de ser por lo menos 5 años
mayor que el niño. El niño generalmente tiene 13 o menos años de edad. En casos de adolescentes
mayores con pedofilia no se especifica ninguna edad, y el diagnóstico se hace ateniéndose al juicio
clínico. Cuando la víctima ha pasado la pubertad, el trastorno a veces se etiqueta como efebofilia
(atracción por los jóvenes) más que pedofilia.

Los pedófilos prefieren niños del sexo opuesto en lugar de los del propio en proporción de 2:1. Los
hombres heterosexuales tienden a preferir niñas de 8 a 10 años. En la mayoría de los casos, el
adulto suele ser un conocido de la niña. Las miradas y los tocamientos parecen tener mayor
prevalencia que el contacto genital. Los hombres homosexuales prefieren niños de 10 a 13 años;
con más frecuencia que en el caso de los adultos heterosexuales, el niño suele ser conocido sólo
por casualidad. Por su parte, los adultos pedófilos bisexuales suelen escoger niños menores de 8
años. El pedófilo exclusivo solamente siente atracción por niños (o niñas), mientras que al tipo no
exclusivo también le atraen otros adultos.

Los individuos pueden limitar sus actividades a sus propios hijos o a los familiares cercanos
(incesto) o pueden hacer víctimas a niños de otras familias. Algunas personas con este trastorno
usan la fuerza o amenazan a los niños o a sus mascotas para impedir que les descubran. La
evolución de la pedofilia es hacia la cronicidad; puede complicarse con consumo abusivo o
dependencia de drogas, depresión, conflictos conyugales o trastorno de personalidad antisocial.

Los abusos sexuales con niños suponen una considerable proporción de los delitos sexuales
denunciados. El índice de recidivas de los pedófilos homosexuales oscila entre el 13 y el 28% de los
casos descubiertos (aproximadamente el doble de los que prefieren al otro sexo) y va en segundo
lugar después del exhibicionismo.

3.4.Exhibicionismo

Exposición de los propios genitales a una persona extraña para conseguir excitarse sexualmente.
Algunas veces el exhibicionista (generalmente varón) se masturba durante la exposición (o
mientras lo imagina). El individuo puede ser consciente del deseo de sorprender o asustar al
observador involuntario. La víctima casi siempre es una mujer adulta o un niño. Generalmente no
existe ningún intento de actividad sexual real con la otra persona. La edad de comienzo de este
trastorno suele situarse a mitad de la veintena; es raro que el primer acto exhibicionista tenga
lugar en la preadolescencia o a mediana edad. Los exhibicionistas representan el 30% de los
varones detenidos por conducta sexual delictiva. Los individuos con este trastorno presentan el
índice más elevado de recidivas de todos los delincuentes sexuales: aproximadamente del 20 al
50% son detenidos más de una vez. La mayor parte de los exhibicionistas son personas casadas,
cuyo matrimonio sufre alteraciones por la mala adaptación social y la frecuente existencia de
disfunciones sexuales. Son muy pocas las mujeres con este trastorno, pero la sociedad tolera
ciertas tendencias exhibicionistas femeninas a través de los medios de comunicación y ciertos
lugares de diversión.

3.5.Voyeurismo

Trastorno consistente en observar ocultamente a personas, por lo general desconocidas, cuando


están desnudas, desnudándose o en plena actividad sexual. El acto de mirar se efectúa para
obtener una excitación sexual. El inicio del comportamiento voyeurístico suele tener lugar en la
adolescencia o al comienzo de la vida adulta. El voyeurismo de los adolescentes se contempla con
mayor indulgencia y pocos de ellos son detenidos por su conducta. La característica esencial del
trastorno es la de gastar un tiempo considerable, de forma reiterada, en buscar oportunidades de
mirar. En su presentación más grave toda la actividad sexual de la persona está restringida a la
práctica del voyeurismo. El individuo suele alcanzar el orgasmo masturbándose durante o después
de la actividad voyeurística y no suele buscar contacto sexual con las personas observadas. Hay
que diferenciar este trastorno de la curiosidad sexual normal que puede darse entre personas
conocidas.

3.6.Masoquismo sexual

Consiste en prestarse voluntariamente, con el fin de lograr excitación sexual, a actividades en que
se es humillado, golpeado o atado. Las fantasías masoquistas suelen iniciarse durante la infancia,
pero los actos reales con parejas tienen lugar al comienzo de la vida adulta. Tanto las fantasías
como el comportamiento sadomasoquista de carácter sexual, con pleno consentimiento, son muy
corrientes entre adultos. La actividad masoquista tiende a ritualizarse y a adoptar una evolución
crónica. La mayoría de los individuos se limitan a poner en acción sus fantasías, sabiendo los
participantes que se trata de un juego, en el que se evita cuidadosamente hacer daño o humillar
realmente al otro. Sin embargo, algunas personas masoquistas van aumentando con el paso del
tiempo la seriedad de sus prácticas, pudiendo llegar a lesiones graves o incluso a la muerte.

La actividad de tipo masoquista puede ser una simple preferencia o bien el único modo de lograr
excitación sexual. Hay personas que efectúan sus fantasías masoquistas en solitario (p. ej., se atan,
se perforan la piel, se aplican descargas eléctricas o se producen quemaduras a sí mismos),
mientras que otras buscan una pareja, que puede ser un sádico sexual. Las prácticas masoquistas
con un compañero consisten en ser atado, vendarse los ojos, ser flagelado, dejar que le orinen y
defequen encima, ser obligado a vestir ropas del otro sexo o simular que le violan. Una variante
especialmente peligrosa es provocarse una asfixia parcial (hipoxifilia) con fines autoeróticos, para
lo que la persona utiliza ligaduras, un lazo corredizo o una bolsa de plástico para inducir una
hipoxia cerebral relativa hasta el orgasmo. Para aumentar la hipoxia cerebral también puede
recurrirse a la inhalación de nitritos volátiles («poppers»). El objetivo de todo ello es potenciar la
sensación orgásmica, pero el resultado en ocasiones es la muerte accidental.

3.7.Sadismo sexual

La característica esencial del sadismo sexual implica actos en los que el sufrimiento físico o
psicológico (incluyendo la humillación y el terror) de la víctima es sexualmente excitante y conduce
al orgasmo.

Este trastorno suele iniciarse al principio de la vida adulta, aunque ya durante la infancia puede
haber fantasías sádicas. Generalmente la persona tiene fantasías insistentes y recurrentes en que
se produce excitación sexual haciendo sufrir a la pareja. El diagnóstico está justificado al margen
de que el compañero sexual consienta o no. Hay que diferenciar el sadismo de expresiones
menores de agresividad dentro de una actividad sexual normalizada. En el extremo del espectro el
sadismo sexual puede llegar a la violación brutal o la tortura de la víctima. Aún más extrema sería
la conducta del asesino lujurioso, a quien la muerte de su víctima le produce excitación sexual.

En ocasiones hay que distinguir el sadismo sexual de la violación, donde, en cualquier caso, se da
una compleja amalgama de sexo y poder aplicados a la víctima. Se diagnostica sadismo sexual en
menos del 10% de los violadores, aunque para muchos de ellos forzar a una persona a mantener
relaciones sexuales aumenta su excitación sexual. No obstante, infligir sufrimiento a la víctima no
es la motivación de la mayoría de los violadores, cuya excitación sexual no aumenta con el dolor
de aquélla.

El sadismo sexual tiende a ser crónico. Cuando la persona lo ejerce sin el consentimiento de las
víctimas constituye una obvia actividad criminal, que probablemente continuará hasta la
detención del sádico. El sadismo sexual es particularmente peligroso cuando se asocia a un
trastorno de personalidad antisocial

3.8.Tratamiento

Suele ser necesaria la psicoterapia individual o de grupo por tiempo prolongado, que resulta
especialmente útil cuando forma parte de un tratamiento plural que incluya entrenamiento en
habilidades sociales, tratamiento de las enfermedades físicas y psiquiátricas (p. ej., trastornos
convulsivos, trastorno por déficit de atención, depresión) y terapia hormonal. El tratamiento es
menos eficaz cuando se aplica por orden judicial, aunque algunos delincuentes sexuales sí han
obtenido beneficios con la psicoterapia y los fármacos antiandrógenos. En Estados Unidos el
tratamiento de elección es el acetato de medroxiprogesterona, mientras que en Europa se utiliza
el acetato de ciproterona. La pauta típica en un hombre con parafilia moderada a grave consiste
en administrar medroxiprogesterona en dosis de 200 mg 2-3 veces/sem durante 2 sem, para
seguir luego con 200 mg 1-2 veces/sem durante 4 sem y, finalmente, 200 mg/2-4 sem. Hay que
hacer controles de testosterona plasmática para mantener los niveles en el rango femenino
normal. El tratamiento suele ser prolongado, ya que el patrón de excitación sexual desviada
acostumbra a reaparecer poco después de que los niveles de testosterona plasmática vuelven a
los valores habituales. Además de los antiandrógenos, puede ser útil añadir inhibidores de la
recaptación selectiva de serotonina (p. ej., fluoxetina en dosis alta: de 60 a 80 mg/d o fluvoxamina,
de 200 a 300 mg/d). En cualquier caso, los fármacos son más eficaces cuando están incluidos en un
programa de tratamiento pluridisciplinar.

4 Ofensas sexuales.

Todas las conductas anteriormente expuestas pasarán a ser una ofensa sexual siempre y cuando
se realicen en contra o en desacuerdo de alguna de las partes implicadas.
Obviamente la mayor de las ofensas, incluidas las no sexuales, es la violación. Consiste en la
obtención de placer sexual por parte del agresor al forzar a la victima a tener relaciones con él. La
mayoría de estas violaciones no son consumadas por las disfunciones que puede presentar el
violador que, en su mayoría, son las que conducen a dicho individuo a realizar estos actos.

Si bien se sabe que es una conducta debido a múltiples factores entre los que podrían destacarse
los traumas infantiles o las disfunciones sexuales del individuo, actualmente se investiga en la línea
de los neurotransmisores, se ha visto que estas personas, presentan alteraciones en la secreción
de estos y por tanto presenta la posibilidad de una terapia realizada con agentes químicos, con
fármacos.

Pese a que en las últimas tres décadas ha aumentado el enfoque en la violencia contra las
mujeres, la violación y sus víctimas permanecen ocultas bajo las sombras de mitos y tabúes. En
realidad es la violenta opresión de hombres contra las mujeres. Aún es muy fuerte la resistencia a
discutir este asunto.

En la última década, la atención de los medios de comunicación a los casos de violación de elevado
perfil ha servido para reforzar viejos mitos en lugar de iluminar el tema.

Sin duda alguna, ha habido avances antaño y actualmente, por ejemplo, a diferencia de antes, ya
no se dice que las mujeres disfrutan la violación. Y si una víctima de violación se esfuerza lo
suficiente, puede encontrar apoyo. Aun así, en este año 2001, la inmensa mayoría de víctimas de
violación en los Estados Unidos todavía no reporta el crimen por temor al muy real aislamiento, a
la culpabilización de las víctimas y al estigma de la violación que permanecen vigentes.

En Estados Unidos la violación es un serio problema, aproximadamente 78.000 casos fueron


declarados en el año 1982. Esta cifra es todavía más impresionante si se tiene en cuenta que
solamente se denuncian el 40 al 80% de las violaciones. En todo caso, los embarazos son
extraordinariamente raros, por varias razones. Por ejemplo, la tasa extremadamente alta de
disfunciones sexuales en los violadores. En tres estudios se constató que el 39, el 48 y el 54%
respectivamente de las mujeres víctimas del ataque no habían quedado expuestas al esperma
durante la violación. En otro estudio se comprobó que el 51% de los violadores experimentaron
disfunciones que no les permitieron terminar el acto sexual. Otra causa por la que son
extremadamente raros los embarazos por violaciones es la total o temporal infertilidad de la
víctima. La víctima puede ser naturalmente estéril; puede ser muy joven o muy vieja, puede estar
ya embarazada o puede haber otras razones naturales. El 43% de las víctimas se encontraba en
estas categorías. La víctima también puede estar tomando anticonceptivos, puede llevar un DIU o
haberse hecho la ligadura de trompas; el 20% se situaba en esta categoría. Así, sólo una minoría
de las víctimas tienen una potencial fertilidad.

Además de la infertilidad natural, algunas víctimas están protegidas del embarazo por lo que se ha
llamado estrés de infertilidad temporal como reacción a un estrés extremo. Es decir, el ciclo
menstrual, regulado por hormonas, es fácilmente distorsionado por un estrés emocional y puede
actuar demorando la ovulación; o si la mujer ya ha ovulado, adelantando prematuramente la
menstruación.

Un estudio determinó que se registraron solamente 0,6% de embarazos en 1290 víctimas de


violación. Un tema muy relacionado con este y que presenta una gran problemática es el del
aborto, aunque sea un bajo tanto por ciento de víctimas las que quedan embarazadas, estas
deberan enfrentarse a la decisión de seguir adelante con el embarazo o de interrumpirlo.

5.Disfunciones sexuales

Se trata de una alteración de la sexualidad ya sea a nivel personal, en las relaciones de pareja o en
ambos casos. Son trastornos del ciclo de la respuesta sexual o dolor relacionado con la excitación
sexual o las relaciones sexuales

El adecuado funcionamiento sexual en hombres y mujeres depende del ciclo de respuesta sexual,
que consta de varios pasos: anticipación mental (el estado de motivación o de deseo sexual),
actividad de congestión vascular eficaz (erección en los hombres, tumefacción y lubricación en las
mujeres), orgasmo y resolución. En los hombres la sensación de orgasmo incluye la emisión de
semen y la eyaculación. La emisión se debe a contracciones de la próstata, las vesículas seminales
y la uretra, y produce la sensación de que la eyaculación es inminente. En las mujeres el orgasmo
se acompaña de contracciones (no siempre experimentadas subjetivamente como tales) de los
músculos del tercio externo de la vagina. En ambos sexos suele haber tensión muscular
generalizada, contracciones musculares y movimientos pélvicos involuntarios (cada 0,8 seg). Al
orgasmo sigue la fase de resolución, consistente en una sensación generalizada de placer,
bienestar y relajación muscular. En los hombres esta fase, de duración variable, es un período
refractario a la erección y el orgasmo; las mujeres, en cambio, tienen capacidad de respuesta a
nuevos estímulos casi inmediatamente.
Los trastornos de la respuesta sexual pueden abarcar a una o más fases del ciclo. Generalmente,
se alteran tanto los componentes subjetivos del deseo, la excitación y el placer, como los factores
objetivos de ejecución, vasocongestión y orgasmo, aunque cada uno de ellos puede verse afectado
de forma independiente.

Las disfunciones sexuales pueden darse toda la vida (nunca hay ninguna respuesta eficaz, por lo
general debido a conflictos intrapsíquicos) o ser adquiridas (tras un período de función normal),
tener carácter generalizado o limitarse a ciertas situaciones o parejas, o bien ser totales o
parciales.

La mayoría de los pacientes se quejan de ansiedad, culpabilidad, vergüenza y frustración; muchos


de ellos desarrollan síntomas físicos. La disfunción suele manifestarse durante la actividad sexual
con una pareja, pero es útil preguntar al paciente por el funcionamiento durante la masturbación;
si ésta no se encuentra alterada, la causa de la disfunción puede residir en conflictos
interpersonales.

Los factores psicológicos consisten en rabia hacia la pareja, temor a la intimidad o a los genitales
de aquélla o miedo a perder el control, a la dependencia o al embarazo; también puede aparecer
sentimiento de culpa después de una experiencia placentera o bien estados de depresión o de
ansiedad, debida a disputas conyugales, situaciones vitales de estrés, envejecimiento, tipo de
prácticas sexuales, sexo oral... igualmente puede haber creencias erróneas en mitos sexuales
como pueden ser los supuestos efectos nocivos de la masturbación o de la menopausia. Todos
estos factores dificultan una actividad sexual satisfactoria, de forma que se evita mantener
relaciones, la comunicación se deteriora todavía más y así se crea un círculo vicioso.

Los factores físicos pueden consistir en una enfermedad o el consumo de drogas, legales o no.
Aunque se detecten este tipo de factores, el problema suele complicarse porque los componentes
psicogénicos casi siempre están presentes de forma secundaria.

Uno de los casos que pueden darse es el trastorno del deseo sexual inhibido o hipoactivo,
consistente en la disminución o ausencia persistente o recurrente de fantasías y deseo de
actividad sexual, y que, debido a ello producen angustia o dificultades interpersonales como
consecuencia. Este trastorno puede ser de toda la vida o adquirido, generalizado o bien
situacional, es decir, específico con cierta pareja. Se da en el 20% de las mujeres y el 10% de los
hombres.

La forma adquirida suele deberse a aburrimiento o infelicidad en una relación de mucho tiempo,
depresión y deficiencias hormonales. Este trastorno puede ser secundario a una alteración
funcional en las fases de excitación o de orgasmo del ciclo de respuesta sexual.

La variedad generalizada de por vida a veces se asocia a acontecimientos traumáticos durante la


infancia o la adolescencia, a la supresión de fantasías sexuales, al contexto de una familia
determinada o, en ocasiones, a niveles bajos de andrógenos.

El paciente lo describiría como falta de interés por el sexo, incluso en situaciones habitualmente
eróticas. El trastorno conlleva escasa actividad sexual, lo que a menudo da lugar a graves conflictos
de pareja. No obstante, algunos pacientes mantienen relaciones sexuales con una frecuencia
satisfactoria para su pareja y pueden no tener problemas en la actividad sexual, aunque siguen
encontrándose apáticos en ese terreno. Cuando la causa es el aburrimiento, suele disminuir la
frecuencia de relaciones con la pareja habitual, pero el deseo puede conservarse normal o ser
incluso intenso hacia otras se trataría entonces de la variante situacional.

El tratamiento se orienta a suprimir o aliviar la causa subyacente, por ejemplo, un conflicto de


pareja, depresión u otra disfunción sexual. En el caso de deficiencia de andrógenos, puede ser
necesario cambiar la medicación y administrar testosterona.

5.1.Disfunciones sexuales femeninas

Son las alteraciones que sufre la mujer, que hacen que las relaciones sexuales no sean
satisfactorias. Las más importantes son: anorgasmia, vaginismo, dispareunia y anafrodisia

Anorgasmia:
Es un bloqueo del componente orgásmico, pero no de la excitación. Es una disfunción bastante
frecuente.

Existen varios tipos: primaria, que se caracteriza por la falta de orgasmo durante toda la vida y
secundaria, que incluye a las mujeres que dejan de tener orgasmos tras una etapa de su vida en
que lo consiguieron. Absoluta, si no es capaz de alcanzar el orgasmo mediante ningún
procedimiento (autoestimulación, heteromasturbación...). Relativa, cuando obtiene el orgasmo de
una forma determinada, por ejemplo, anorgasmia coital. Situacional, si puede alcanzar el orgasmo
sólo en determinadas circunstancias específicas.

Las causas de la anorgasmia son múltiples, entre ellas están:

Orgánicas: sólo representan un 5% de las causas. Enfermedades endocrinológicas (diabetes, etc),


neurológicas, ginecológicas, etc. Psicológicas: son las más frecuentes; las principales razones son:
condiciones negativas culturales, experiencias sexuales traumáticas, factores interpersonales, falta
de información sexual, monotonía en las relaciones, falta de concentración, angustia, etc.

Vaginismo:

Es la imposibilidad de realizar el acto sexual, debido a la contracción involuntaria de los músculos


del tercio inferior de la vagina. En algunos casos, las mujeres que padecen vaginismo pueden gozar
de los juegos sexuales, e incluso alcanzar el orgasmo siempre que no se produzca el coito.

La mayoría de las causas son psicológicas. La falta de información sexual o falta de comunicación,
que conducen al miedo o temor; experiencias traumáticas, violación, abusos sexuales, miedo al
embarazo, temor a contraer enfermedades de transmisión sexual.

Dispareunia:

También se denomina coitalgia. Son las molestias que padece la mujer durante el acto sexual,
haciéndolo doloroso o dificultoso. Abarcan desde la irritación vaginal postcoital hasta un profundo
dolor.
Las causas de esta enfermedad pueden ser de origen orgánico: agentes infecciosos, enfermedades
genito-urinarias, irritaciones por el material de los anticonceptivos de barrera (preservativos,
diafragma, dispositivos intrauterinos -DIU-, espermicidas) y, en la tercera edad, vaginitis senil. De
origen psicológico: la pérdida de interés por el compañero, que puede originar una inadecuada
lubricación vaginal, o la falta de excitación en el momento de la penetración.

Anafrodisia o deseo sexual inhibido:

Se trata de una inhibición de la excitación en general. Se presenta por una falta de sentimientos
eróticos, siendo para estas mujeres la relación sexual como un castigo. La situación provoca
insatisfacción y depresión, formulando constantemente excusas como posibilidad para evitar una
relación sexual. Las causas son fundamentalmente de origen psicológico: negación al éxito, al
placer y al amor; miedo al rechazo por parte del compañero, dificultades para manifestar sus
deseos sexuales, conflictos, etc.

Lo principal para poder poner remedio a estos problemas de esta índole es que no se sientan
avergonzadas y acudan a la consulta de sexología. La solución es más fácil y rápida cuando el
problemas es reciente. La terapia que se lleva a cabo se realiza generalmente a nivel de pareja. Es
necesario e imprescindible el seguimiento por parte de un sexoterapeuta para lograr el éxito del
tratamiento.

Todas las disfunciones sexuales femeninas tienen tratamiento, con una eficacia del 95%.

5.2.Disfunciones sexuales masculinas

Son las alteraciones sexuales del varón que aparecen cuando los

factores orgánicos y/o psicológicos bloquean la relación sexual satisfactoria. Los principales
trastornos que se conocen son:
trastorno de erección ( impotencia), trastorno de la eyaculación (eyaculación precoz y eyaculación
retardada), trastorno del orgasmo (anorgasmia), trastorno de la sensibilidad (dispaurenia),
trastorno de la libido (anafrodisia)

Impotencia

El término impotencia posee una raíz latina (impotens: no

poder). Es la incapacidad del hombre de obtener o mantener una erección suficiente para realizar
un coito satisfactorio.

Los tipos de impotencia que existen son: Primaria: en aquel varón que la padece a lo largo de toda
su vida. Secundaria: aparece después de una actividad sexual normal. Total: no presenta ningún
tipo de erección. Parcial: que puede ser intermitente o selectiva.

Dentro de las causas de la impotencia se puede encontrar la clasificación siguiente: Orgánicas: son
las de origen anatómico, genitourinario, endocrino, infeccioso, neurológico, vascular, por drogas,
etc.; constituyen el 15%. Psicológicas: son las más frecuentes y variadas, debidas a factores
afectivos, de desarrollo, interpersonales, de conocimientos, ansiedad, miedo al fracaso,
inseguridad, eyaculación precoz previa, etc.

Eyaculación precoz

Es la incapacidad de ejercer un control voluntario sobre el

reflejo eyaculador, es decir, la eyaculación sorprende sin poder controlarla y puede aparecer
bruscamente o paulatinamente.

Las causas de esta disfunción pueden ser orgánicas: las menos frecuentes, donde se dan
afecciones de la uretra y próstata y todas aquellas enfermedades en que se alteran los
mecanismos reflejos de la eyaculación; o psicológicas: la ansiedad, inseguridad, miedo al fracaso,
etc.

Eyaculación retardada

También denominada ausencia de eyaculación, aneyaculación

o incapacidad eyaculatoria. Se trata de un excesivo control involuntario del reflejo eyaculador, y el


sujeto afectado no puede eyacular. Las causas orgánicas son debidas al uso de drogas y fármacos,
así como a enfermedades que afectan al mecanismo de la eyaculación. Entre las causas
psicológicas destacan sentimientos de culpabilidad, temor al embarazo, problemas maritales,
descubrimiento de infidelidad, etc.

Anorgasmia

Es la disfunción en que la respuesta eyaculadora sólo está

inhibida parcialmente. La fase de emisión del semen es en forma de "goteo" pero existe una
ausencia de sensaciones placenteras.

Dispaurenia

Es un coito doloroso, que puede darse durante el mismo acto

o bien después. Las razones principales pueden ser: por una extrema sensibilidad del glande, por
alguna lesión, falta de higiene, fimosis, estrechez uretral, etc., o también, en algunas ocasiones,
por componentes psicosomáticos.

Anafrodisia
Es una inhibición persistente o difusa del deseo sexual o la

líbido existiendo un bloqueo en la apetencia sexual, con lo que la frecuencia de relaciones


disminuye considerablemente, siendo a veces casi nula.

En el caso de que se padezca alguna de estas disfunciones, al igual que se ha dicho en el caso de
las disfunciones sexuales femeninas, será conveniente acudir al especialista lo antes posible, ya
que las disfunciones sexuales tienen solución cuando se tratan precozmente y se lleva a cabo una
terapia adecuada, casi siempre a nivel de pareja.

Las principales causas psicológicas de las disfunciones sexuales engloban algunos de los siguientes
factores predisponentes, precipitantes o de mantenimiento:

Factores predisponentes:

Educación restringida

Malas relaciones familiares

Información sexual inadecuada

Experiencias sexuales traumáticas

Inseguridad temprana en el papel sexual

Factores precipitantes:
Nacimiento de un hijo

Alteración general en la relación

Infidelidad

Expectativas no razonables

Disfunción en el compañero

Fracaso fortuito previo

Reacción a factores orgánicos

Edad

Depresión y ansiedad

Experiencia sexual traumática

Factores de Mantenimiento:

Ansiedad por el rendimiento

Anticipación del fracaso


Culpabilidad

Pérdida de la atracción en la pareja

Pobre comunicación en la pareja

Desavenencias en la relación general

Miedo a la intimidad

Alteración de la propia imagen

Información sexual inadecuada

Juego erótico restringido

Trastorno psiquiátrico

6.Promiscuidad y medidas anticonceptivas.

Con el paso del tiempo la promiscuidad se ve como algo cada vez más normal, ha pasado de ser
algo tabú a convertirse en una especie de cultura del sexo, es algo muy vitoreado por unos y muy
discutido por otros. Sus principales detractores utilizan como bandera la cada vez mayor existencia
de enfermedades de transmisión sexual, los posibles embarazos no deseados, la inestabilidad
emocional... mientras que los simpatizantes de la idea de la promiscuidad sexual la defienden
como una manera de liberación, de seguir las apetencias sin tener en cuenta las trabas que
puedan existir en la sociedad.
En contra de esta promiscuidad sexual podemos encontrar mucha más información que a favor
entre ello se podría señalar que la actividad sexual frecuente incrementa el riesgo de infección del
tracto urinario, y los estudios indican que casi el 80% de dichas infecciones se producen en las 24
horas siguientes a ésta. Existe una serie de diferentes factores responsables de un aumento de
incidencia de ITU entre las mujeres sexualmente activas:

El comportamiento sexual muy activo puede aumentar el riesgo de infecciones por transmisión
sexual como las clamidias, gonorrea, o del virus herpes simple. Estos agentes pueden provocar
uretritis (infecciones en la uretra).

Las mujeres que mantienen relaciones sexuales por primera vez o que tienen una actividad sexual
intensa o frecuente tras un periodo de abstinencia corren el riesgo de sufrir un trastorno llamado
cistitis de la luna de miel.

Un aumento repentino en la frecuencia de relaciones sexuales supone un riesgo significativo de


ITU, especialmente si se emplea un diafragma.

La postura sexual puede contribuir al riesgo.

Los anticonceptivos pueden contribuir también al riesgo en una serie de formas:

El borde del diafragma puede contactar con el cuello de la vejiga, haciéndolo susceptible a las
bacterias.

Los preservativos no lubricados pueden lesionar el tejido vaginal y hacerlo susceptible a


infecciones. (Usar un lubricante estéril, puede ayudar a reducir este riesgo. Deberían evitarse los
lubricantes con base de petróleo porque debilitan los condones de látex).

Los espermicidas no protegen y, de hecho, aumentan el riesgo de infecciones del aparato urinario.
Algunas mujeres sufren una ITU como una reacción alérgica al látex de los preservativos y a
anticonceptivos orales.

Como apoyo a la promiscuidad se pueden ver estos datos obtenidos de diversas fuentes de
internet:

Practicar sexo rejuvenece. David Weeks, neurosicólogo del Royal Edimburgh Hospital ha llegado a
la conclusión de que practicar sexo rejuvece. Ha realizado un estudio durante 10 años
entrevistando a 3500 personas entre 18 y 102 años en Europa y EEUU. Afirma que "la alegría a
través de la práctica del sexo es un factor decisivo para conservar la juventud". Aunque también
nos informa de que "la práctica del sexo fuera de una pareja estable es menos rejuvenecedora", y
"la calidad de la pareja es un factor importante para tener un aspecto joven". De los factores no
genéticos (el 25%) el sexo es el segundo en la lista, por detrás del ejercicio físico y mental.

El sexo moderado es bueno para el sistema inmunolgico . El sexo moderado es bueno para la
salud. Según un estudio de la universidad de California el sistema inmunológico funciona mejor si
se hace el amor una o dos veces por semana. Esa es desde este punto de vista, la "ración" más
adecuada.

La práctica de sexo mejora nuestra gota, por lo menos si somos hombres. Una actividad sexual
frecuente reduce el nivel de ácido úrico entre los hombres. La reducción del ácido úrico mejora los
síntomas de la gota, ya que su causa es un alto nivel de ese desecho orgánico.

Es cierto que el embarazo, obviamente aumenta proporcionalmente al aumento de la


promiscuidad, pero tanto el aumento de la transmisión de las enfermedades sexuales como de
abortos debidos a embarazos no deseados se evita con un adecuado conocimiento de las medidas
que se deben de tomar tanto para evitar la concepción como para evitar la transmisión de

enfermedades. Es cierto que estas medidas pueden fallar, en la mayoría de los casos por el mal
uso, pero así todo existen métodos a los que recurrir como pueden ser la píldora del día después
que evita el embarazo. El que ante un embarazo no esperado se decida o no el realizar el aborto es
decisión personal de la chica implicada y lo que decida estará mediado por las presiones
familiares, las ideas éticas y religiosas que posea, su relación con la pareja, el nivel económico que
posea...
La oferta actual de métodos anticonceptivos es múltiple, pero de todos los existentes hay algunos
que no tienen buenos resultados y de ellos es de donde suelen proceder la mayoría de los
embarazos no deseados; entre los métodos fiables podemos destacar los siguientes:

Diafragma con espermicida: que consiste en un capuchón de goma flexible que se introduce en la
vagina de forma que quede cubierto el cuello del útero y que debe utilizarse siempre con
espermicida. Se debe de acudir a consulta al centro sanitario donde tomarán medidas para saber
la talla que se necesita. Se debe de colocar 10 minutos antes del coito y permanecer colocado
ocho horas después. si se tiene varios coitos hay que introducir crema antes de cada uno. Tras su
utilización hay que lavarlo con agua y jabón neutro, secarlo y guardarlo impregnado de polvos de
talco.

Preservativo o condón: funda de goma lubricada que se coloca cuando el pene está erecto. La
mayoría de los que se encuentran en las farmacias tienen un depósito para que se deposite el
semen tras la eyaculación.

Dispositivo intrauterino o espiral: son pequeños objetos que se introducen en el útero, tienen tres
efectos: dificultan el paso de los espermatozoides hacia las trompas; aumenten la movilidad de
estas, dificultando la fecundación; impide la anidación del óvulo en el supuesto de que haya sido
fecundado. Es bastante seguro, se debe de colocar por el médico y permanece entre dos y cinco
años, según la clase de DIU que se utilice. El problema es el de los efectos secundarios, no
recomendable para las mujeres que nunca han estado embarazadas. Puede haber rechazo al ser
colocado. Al principio lo normal es que se tengan reglas abundantes y algunas molestias más de lo
normal.

La píldora: medicamento formado por dos sustancias, estrógenos y progesterona sintéticos


similares a las hormonas femeninas. Estas sustancias se distribuyan por medio de la sangre,
impiden que los ovarios produzcan óvulos. Es el método más seguro y no interfiere para nada en
las relaciones sexuales. Pero se debe de tener en cuenta que las mujeres con trastornos vasculares
no deben tomarla, tampoco si se tienen problemas de vesícula o hígado... Se debe de tomas bajo
control médico pero no necesita receta.

Como métodos definitivos estarán las esterilizaciones: vasectomía y ligadura de trompas.


Para casos de excepción existe la píldora del día después, compuesto hormonal que tomado o
inyectado durante las 48 horas siguientes al coito efectuado sin protección o con protección
fallida, impide la anidación del óvulo.

7 Bibliografía:

Textos:

La educación sexual en la adolescencia, de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales (unidades


didácticas y temario desarrollado)

Anticoncepción y anticoncepción de emergencia, editado por Alcalá- Farma (folletos)

Maternidad, paternidad y el embarazo, Instituto de la mujer, Ministerio de Trabajo y Asusntos


Sociales (folletos)

Guía de anticonceptivos y sexualidad, Instituto de la mujer, Ministerio de Trabajo y Asuntos


Sociales.

Vídeo:

Comportamientos sexuales no heterosexuales, distribuidora del método EDUTEST, facilitado por la


Consejería de Sanidad y Servicios Sociales.

Diapositivas:
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Fundamentos

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Envejecimiento

Muerte y agonía

Para comprender

Glosario

Pruebas laboratorio

Pesos y medidas

Trastornos sexuales y psicosexuales

La sexualidad es una parte normal de la experiencia humana. Sin embargo, los tipos de
comportamiento sexual y las actitudes acerca de la sexualidad que se consideran normales varían
mucho en las diferentes culturas y entre éstas. Por ejemplo, la masturbación, que durante un
tiempo fue considerada como una perversión e incluso una causa de enfermedad mental, es ahora
reconocida como una actividad sexual normal durante la vida. Se considera que más del 97 por
ciento de los varones y el 80 por ciento de las mujeres se ha masturbado. Aunque la masturbación
es normal y es a menudo recomendada como una opción de “sexo seguro”, puede causar
culpabilidad y sufrimiento psicológico originado por la actitud desaprobadora de otros. Esto puede
producir un considerable sufrimiento y puede incluso afectar al desarrollo sexual.

De forma similar, la homosexualidad, que una vez fue considerada como anormal por la profesión
médica, ya no es considerada una enfermedad; está ampliamente reconocida como una
orientación sexual que está presente desde la niñez. La prevalencia de la homosexualidad es
desconocida, pero se estima que cerca del 6 al 10 por ciento de los adultos tiene exclusivamente
relaciones homosexuales a lo largo de sus vidas. Un porcentaje mucho mayor de personas ha
experimentado actividades sexuales con personas de su sexo en la adolescencia, pero como
adultos tienen un comportamiento heterosexual.

Las causas de la homosexualidad y de la heterosexualidad son desconocidas. No se han


identificado influencias hormonales, biológicas o psicológicas que contribuyan sustancialmente a
la orientación sexual de la persona. Los homosexuales descubren que son atraídos por personas
del mismo sexo, al mismo tiempo que los heterosexuales descubren que son atraídos por personas
del otro sexo. La atracción parece ser el resultado final de influencias biológicas y ambientales y no
una elección deliberada. Por lo tanto, la expresión popular “preferencia sexual” tiene escaso
sentido.

En general, los homosexuales se acomodan correctamente a su orientación sexual, aunque deben


superar los prejuicios y la desaprobación social. Este ajuste puede tardar mucho tiempo en
conseguirse y puede estar asociado con un estrés psicológico importante. Muchos hombres y
mujeres homosexuales sufren una discriminación social y en sus lugares de trabajo, que agrava su
estrés.

Para algunas personas heterosexuales y homosexuales, la actividad sexual con diferentes parejas
es una práctica frecuente durante su vida. Tal tipo de actividad puede indicar una baja capacidad
para establecer relaciones emocionales íntimas. Ésta puede ser una razón para buscar consejo
profesional, especialmente desde que la transmisión de ciertas enfermedades (por ejemplo, la
infección por el virus de la inmunodeficiencia humana, sífilis, gonorrea y cáncer cervical) está
asociada con el hábito de tener muchas parejas sexuales.

Trastornos de identidad de género

Un trastorno de identidad de género es el deseo de tener el sexo opuesto o la impresión de estar


atrapado en un cuerpo del otro sexo.

La diferencia entre sexo y género puede ser simplificada como sigue: el sexo es la masculinidad o
feminidad biológica y el género es cómo una persona se ve a sí misma, masculina o femenina. El
papel de género es la presentación pública objetiva como masculino o femenino, en nuestra
cultura. El papel sexual es el comportamiento público asociado con la elección de una pareja
sexual (homosexual, heterosexual o bisexual). Para la mayoría, la identidad de género (el
sentimiento íntimo de ser masculino o femenina) está de acuerdo con el papel de género (por
ejemplo, un hombre siente y actúa como un hombre).

La identidad de género se establece generalmente en la primera infancia (18 a 24 meses). Los


niños se dan cuenta de que son niños y las niñas, de que son niñas. Incluso aunque un niño puede
preferir actividades consideradas a veces más apropiadas para el otro sexo, los niños con una
identidad de género normal se ven como miembros de su propio sexo biológico. Esto significa que
una niña a la que le gusta jugar al fútbol y practicar lucha libre no tiene un problema de identidad
de género si se ve a sí misma como mujer y está satisfecha con su sexo. De modo similar, un niño
que juega con muñecas y prefiere cocinar a practicar deportes no tiene un problema de identidad
sexual a menos que no se identifique a sí mismo como varón o no se sienta satisfecho con su sexo
biológico.

Aunque un niño criado como un miembro del sexo opuesto puede sentirse confundido acerca de
su género, a menudo esta confusión se aclara más tarde durante la niñez. Los niños que nacen con
genitales que no son claramente masculinos o femeninos en general no sufren un problema de
identidad de género si son definitivamente criados como de un sexo o del otro, incluso aunque
sean educados en el sexo opuesto a su sexo genético.

Transexualismo

El transexualismo es un trastorno característico de la identidad de género. Las personas con este


trastorno creen que son víctimas de un accidente biológico (ocurrido antes de nacer) y que están
cruelmente aprisionadas en un cuerpo incompatible con su verdadera identidad de género. En
regla general, los transexuales son biológicamente hombres que se identifican a sí mismos como
mujeres en su temprana infancia y miran con repugnancia sus genitales y sus características
masculinas. El transexualismo parece ser menos frecuente en las mujeres biológicas.

Los transexuales pueden buscar apoyo psicológico, para que se les ayude a sobrellevar las
dificultades de vivir en un cuerpo en el que no se sienten satisfechos o para ayudarles a realizar
una transición de género. Otros pueden buscar un cambio en su apariencia con la ayuda de
médicos especializados en cambio de sexo y en cirugía plástica. Algunos transexuales pueden
contentarse con cambiar su papel de género sin sufrir una cirugía mayor, trabajando, viviendo y
vistiéndose como miembros del sexo opuesto. Cambian su apariencia externa, pueden seguir
tratamientos hormonales y obtener documentación que acredite el cambio, pero generalmente no
sienten la necesidad de someterse a operaciones caras y arriesgadas.

Sin embargo, para muchos transexuales la mejor ayuda es una combinación de asesoramiento,
terapia hormonal y cirugía genital. En los varones biológicos, la transformación sexual se realiza
mediante el uso de hormonas femeninas (provocando el crecimiento del pecho y otros cambios
corporales) y la cirugía para retirar el pene y los testículos y crear una vagina artificial. En las
mujeres biológicas, la transformación sexual se realiza mediante la cirugía para retirar los pechos y
los órganos reproductivos internos (el útero y los ovarios), el cierre de la vagina y la creación de un
pene artificial. El uso de hormonas masculinas (testosterona) es importante en la transformación
de mujer a varón y debe preceder a la cirugía. Con el tratamiento con testosterona, crece el vello
facial y la voz se vuelve más grave de modo permanente.

Aunque los transexuales que se someten al cambio quirúrgico de sexo no pueden concebir niños, a
menudo pueden mantener relaciones sexuales satisfactorias. La capacidad para alcanzar el
orgasmo queda habitualmente conservada tras la cirugía y luego algunos refieren sentirse
sexualmente satisfechos por primera vez. Sin embargo, son pocos los transexuales que se someten
al cambio quirúrgico de sexo con el único propósito de ser capaces de tener relaciones sexuales en
su nuevo sexo. La motivación habitual es la confirmación de la identidad de género.

Parafilias

Las parafilias (atracciones desviadas) en su expresión extrema son desviaciones socialmente


inaceptables de las normas que rigen tradicionalmente las relaciones sexuales.

Los datos clave de una parafilia incluyen la aparición de fantasías o comportamientos sexuales
excitantes que son repetitivos e intensos y que generalmente implican objetos (zapatos, ropa
interior, cuero o productos de goma), la provocación de sufrimiento o dolor en sí mismo o en la
pareja o el mantener relaciones sexuales con personas sin su consentimiento (niños, personas
desvalidas o en escenarios de violación). Una vez que se han establecido, usualmente en la niñez
tardía o cerca de la pubertad, estos tipos de excitación sexual suelen durar toda la vida.

Algún grado de variedad es muy frecuente en las relaciones sexuales y en las fantasías de los
adultos. Cuando las personas se comprometen de mutuo acuerdo en ello, los comportamientos
sexuales no lesivos de tipo alternativo pueden ser una parte intrínseca de una relación amorosa y
cariñosa. Cuando se llevan las cosas al extremo, sin embargo, tales comportamientos sexuales son
parafilias, trastornos psicosexuales que dificultan seriamente la capacidad para la actividad sexual
afectiva recíproca. Las parejas de las personas con una parafilia pueden sentirse como un objeto o
como si fueran elementos sin importancia o innecesarios en la relación sexual.

Las parafilias pueden tomar la forma de fetichismo, travestismo, pedofilia, exhibicionismo,


voyeurismo, masoquismo o sadismo, entre otras. La mayor parte de las personas con parafilias son
varones y muchos tienen más de un tipo de parafilia.

Fetichismo

En el fetichismo, la actividad sexual utiliza objetos físicos (el fetiche), a veces prefiriéndolos al
contacto con las personas. Las personas fetichistas pueden llegar a estimularse y disfrutar
sexualmente vistiendo las prendas interiores del otro, vistiendo con cuero o goma o tomando,
frotando u oliendo objetos como zapatos de tacón alto. Las personas con este trastorno pueden
no ser capaces de realizar la función sexual sin sus fetiches.

Travestismo

En el travestismo, un hombre prefiere de modo ocasional vestirse con ropas de mujer, o menos
frecuentemente, una mujer prefiere vestirse con ropas de varón. En ningún caso, sin embargo, el
deseo de la persona es cambiar de sexo, como en el caso de los transexuales. El intercambio de
vestimentas no se considera siempre un trastorno mental y puede que no afecte de modo adverso
a las relaciones sexuales de la pareja. El travestismo se considera un trastorno solamente si
ocasiona sufrimiento, deterioro de algún tipo o una conducta insensata que puede conducir a
lesiones, a la pérdida del trabajo o a la prisión. Los travestidos también intercambian sus
vestimentas por razones diferentes a la estimulación sexual, por ejemplo, para reducir la ansiedad,
para relajarse o para experimentar el lado femenino de sus personalidades, por lo demás,
masculinas.

Pedofilia
La pedofilia es una preferencia por la actividad sexual con niños pequeños. En las sociedades
occidentales, la pedofilia es generalmente considerada como el deseo de tener actividades
sexuales con niños de 13 años de edad o menos. Una persona a quien se diagnostica pedofilia
tiene como mínimo 16 años y es por lo menos 5 años mayor que el niño víctima.

Aunque las leyes varían de un país a otro, en líneas generales se considera que una persona
comete un delito tipificado de violación cuando el niño tiene 16 años o menos y el adulto es mayor
de 18 años. Los delitos tipificados de violación a menudo no corresponden a la definición de
pedofilia.

Una persona con pedofilia se angustia o se preocupa intensamente por fantasías sexuales
relacionadas con niños, aunque no tenga lugar ninguna relación sexual. Algunos pedófilos sienten
atracción sólo por los niños, a menudo de un grupo de edad específico, mientras que otros se
sienten atraídos tanto por niños como por adultos. Los pedófilos pueden ser tanto mujeres como
hombres y las víctimas pueden ser niñas o niños. Los pedófilos pueden tener como objetivo niños
de sus familias (incesto) o pueden abusar de niños de su comunidad. Pueden utilizar la fuerza o la
coerción para someter sexualmente a los niños y pueden proferir amenazas para evitar que la
víctima los denuncie.

La pedofilia puede tratarse con psicoterapia y fármacos que alteran la conducta sexual. Este
tratamiento puede ser solicitado de modo voluntario o solamente tras una detención por el delito
y sus consecuentes procesos legales. Algunos pedófilos pueden responder al tratamiento; otros
no. La encarcelación, incluso a largo plazo, no cambia los deseos ni las fantasías de los pedófilos.

Exhibicionismo

En el exhibicionismo, una persona (generalmente un varón) muestra por sorpresa sus genitales a
extraños y hacer esto la excita sexualmente. La exposición puede seguirse de masturbación. Casi
nunca buscan un contacto sexual, por esto los exhibicionistas raramente cometen violación. En
general, los exhibicionistas que son detenidos tienen menos de 40 años. Aunque las mujeres
pueden exhibir sus cuerpos de modo provocativo, el exhibicionismo raramente es considerado un
trastorno psicosexual en las mujeres.

Voyeurismo
En el voyeurismo, una persona se excita sexualmente con la visión de alguien que se está
desnudando, que está desnudo o realizando una actividad sexual. Lo que les excita es el acto de la
observación y no la actividad sexual con la persona observada. Es particularmente frecuente algún
grado de voyeurismo entre niños y varones adultos y la sociedad considera las formas leves de
este comportamiento como normales. Cuando se trata de un trastorno, el voyeurismo puede
llegar a ser el método preferido de actividad sexual y puede consumir incontables horas de
búsqueda.

En general, los voyeuristas son varones. Se han desarrollado mucho la cantidad y variedad de
material y de espectáculos con un contenido sexual explícito para las mujeres heterosexuales (por
ejemplo, los espectáculos de desnudo masculino), pero a la participación en estas actividades le
falta el elemento de la observación secreta, que es lo característico del voyeurismo.

Masoquismo y sadismo

El masoquismo constituye la obtención de placer sexual al ser físicamente dañado, amenazado o


sometido a abusos. El sadismo, lo opuesto al masoquismo, es el placer sexual de una persona al
infligir sufrimiento físico o psicológico a la pareja sexual. Un cierto grado de sadismo y de
masoquismo tiene lugar en las relaciones sexuales de personas sanas, y los miembros
mutuamente adaptados de una pareja a menudo lo buscan el uno en el otro. Por ejemplo, el uso
de pañuelos de seda para simular ataduras y las palmadas suaves durante la actividad sexual son
prácticas frecuentes entre parejas consintientes y no se consideran sadomasoquistas.

El masoquismo o el sadismo llevados al extremo pueden ocasionar graves daños físicos o


psicológicos, incluyendo la muerte. El masoquismo sexual implica la necesidad de ser humillado,
golpeado o sometido de algún otro modo, de una forma real y no simulada, por una pareja
agresiva y a menudo sádica con el objetivo de conseguir la excitación sexual. Por ejemplo, la
actividad sexual desviada puede incluir la asfixiofilia, durante la cual la persona es parcialmente
asfixiada o estrangulada (por la pareja o por la autoaplicación de un nudo corredizo alrededor del
cuello). La disminución temporal del aporte de oxígeno al cerebro en el momento del orgasmo es
considerado como intensificador del placer sexual, pero esta práctica puede conducir
accidentalmente a la muerte.
El sadismo sexual puede existir solamente en las fantasías o puede resultar necesario para
alcanzar el orgasmo. Algunos sádicos atrapan a sorprendidas y aterrorizadas “parejas” que no
consienten estas actividades y son violadas. Otros sádicos buscan específicamente masoquistas
sexuales por medio de anuncios u otros medios y satisfacen sus necesidades sádicas con un
masoquista que lo consiente. Las fantasías de control total y de dominación son a menudo
importantes y el sádico puede atar y amordazar a la pareja de maneras muy elaboradas. En casos
extremos, el sádico puede torturar, herir, apuñalar, aplicar descargas eléctricas o asesinar a la
pareja.

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