GROUNDWATER AND HUMAN DEVELOPMENT

Bocanegra, E - Martínez, D - Massone, H (Eds.) 2002 - ISBN 987-544-063-9

Estimación de la recarga natural al acuífero de la cuenca superior del Arroyo Napostá Grande,
Argentina.

Jorge C. Carrica (1) y Claudio Lexow (2)

(1)
Dpto. de Geología. Universidad Nacional del Sur. Argentina
(2)
Comisión Investigaciones Científicas – UNS. Argentina

Abstract. The upper basin of arroyo Napostá Grande is the main interesting area to groundwater resources
exploitation as an alternative water source to several cities in the region. Recharge from precipitation at the
loessic aquifer in the piedmont zone occurs by diffuse and preferential recharge (macropores and craks) and
localized recharge at alluvial fan. Recharge was estimated running daily water balance programs: Visual
Balan V.1.0. (Samper et al., 1999) and Balshort V.3. (modificado de Carrica, 1993). Recharge was found
between 7 and 8,5% of water rain. This result matched with those calculated by the chloride balance method.
Preferential recharge in the valley soils is dominant and is until three times greatest than medium recharge to
the basin.

Resumen. La cuenca superior del arroyo Napostá Grande constituye un área de interés para la explotación
del recurso hídrico subterráneo como fuente alternativa de abastecimiento a núcleos urbanos de la región. El
acuífero, de naturaleza loéssica, se ubica en la zona pedemontana y recibe, principalmente, recarga difusa y
preferencial (por macroporos y microfisuras) por agua de lluvia y recarga localizada en abanicos aluvionales
pedemontanos. La tasa de recarga se estimó mediante balances hidrológicos de intervalo diario a escala de
cuenca y de una parcela experimental mediante el programa Visual Balan V.1.0. (Samper et al., 1999) y
Balshort V.3. (modificado de Carrica, 1993). Los resultados son concordantes y se cifran en un 7 y 8,5% de
la precipitación, según la metodología empleada. El valor es coincidente con los calculados por el método
hidroquímico del balance del ión cloruro. La recarga por flujo preferencial en suelos limoarcillosos
localizados dentro del valle puede ser dominante sobre la que se produce por flujo mátrico y es hasta tres
veces superior a la media calculada para toda la cuenca.

Key words: water balance - recharge - preferential flows

INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS El objetivo del estudio es cuantificar la recarga

Los métodos para estimar la recarga de un
acuífero son de variada naturaleza, siendo los más
comunes el balance hidrológico, los métodos
ambientales químicos, isotópicos y de trazadores,
las mediciones directas en piezómetros y de
trazadores en parcelas experimentales y las fórmulas
empíricas. Los resultados de todos ellos presentan
un cierto grado de incertidumbre relacionada,
comúnmente, con: las variables empleadas para el
cálculo, la naturaleza empírica o semiempírica de
las fórmulas utilizadas, la simplificación de
parámetros y de procesos, y a los errores en las
mediciones de los parámetros de calibración. En
cualquier caso hay un error asociado que es
importante determinar y minimizar, por ello es
conveniente la aplicación de distintos métodos para
verificar y comparar los resultados (Simmers, 1997;
Hendrickx y Walker, 1997, Custodio, 1997; Samper,
1997).
del acuífero freático pedemontano de la cuenca
superior del arroyo Napostá Grande mediante la
implementación de distintos métodos de balance. La
importancia aplicada de este estudio radica en la
factibilidad de explotación de dicho acuífero para
suplementar el abastecimiento de agua a importantes
núcleos urbanos de la región como las ciudades de
Bahía Blanca, Punta Alta y alrededores.
Características generales del área de estudio
La cuenca superior del arroyo Napostá Grande
forma parte de la vertiente sudoccidental de las
Sierras Australes de la Provincia de Buenos Aires,
Argentina, y ocupa un área de 195,37 km2. Está
delimitada al norte y este por las cumbres de la
sierra de la Ventana, al oeste por la cuenca del río
Sauce Chico y al sur por la cuenca media del mismo
curso (Figura 1).

980
 Jorge C. Carrica - Claudio Lexow
62 08´
Parcela experim ental
Co.
Del Águila
A
E N T IN
A RG
Figura 1: Ubicación de la cuenca y mapa de isopiezas de la capa freática
El clima de la zona es de transición entre
templado húmedo típico de la llanura pampeana y el
de estepa dominante en la Patagonia. El módulo
pluviométrico anual alcanza los 727 mm, según
registros de 111 años (1888-1998) de la Ea. Hogar
Funke (Figura 1). El balance hidrológico global es
deficitario, condición que se acentúa en verano.
La morfología de la cuenca presenta en su
mayor parte un relieve de llanura de suave pendiente
hacia el sur. El único elemento orográfico son las
Sierras Australes que conforman un relieve abrupto
con crestas que alcanzan los 1.200 m.s.n.m. La red
de drenaje está constituida por cursos permanentes y
semipermanentes de densidad moderada y diseño
principalmente radial. Se presenta bien integrada
sobre el sistema serrano, pero no así en el
piedemonte donde los cursos de vertiente, de
funcionamiento intermitente, pierden definición por
infiltración en los materiales coluviales y aluviales
modernos. A partir del piedemonte, el arroyo
ingresa a la llanura como un curso maduro de
981
38 14´
marcada aloctonía, con valles encajonados producto
del rejuvenecimiento del paisaje.
El arroyo Napostá Grande, ya como único
colector, escurre de la cuenca superior a través de un
pequeño desfiladero entre dos cerros en dónde se
ubicaba la estación de aforo Cerro del Águila. En
este sitio el arroyo presenta un régimen permanente
con módulo anual de 0,4 m3.s-1 con un coeficiente
de escurrimiento de 0,11 (período 1936-1944). Los
afloramientos de rocas cuarcíticas del sector serrano
cubren un 30% del área y presentan fuertes
pendientes que constituyen vías rápidas del
escurrimiento de carácter torrencial y por lo que,
este sector, es considerado generador de fuertes
avenidas. Las características del régimen
fluviométrico denota la trascendencia de la
condición de humedad antecedente de la cuenca en
los procesos hidrológicos, tanto para períodos de
tiempo relativamente cortos como prolongados
(Carrica, 1998).
 Jorge C. Carrica - Claudio Lexow
Los suelos son en general someros,
excepcionalmente superan el metro, y su desarrollo
en profundidad está limitado por la presencia de un
manto tosca. Se trata de molisoles (Hapludoles
líticos, Haplustoles típicos y petrocálcicos y
Argiudoles típicos) de textura limo-arcillosa cuya
capacidad de almacenaje de agua promedio es de
unos 220 mm, aunque localmente se verifican
variaciones desde unas pocas decenas de milímetros
en suelos someros limitados por la tosca o la rocas
de la sierras, hasta cerca de 400 mm, en suelos limo-
arcillosos más potentes presentes en las zonas mas
bajas y en los valles.
A excepción de los afloramientos de rocas
cuarcíticas paleozoicas que conforman el núcleo de
las sierras y el basamento hidrogeológico de la
región, el resto del área de estudio está cubierta por
una potente pila sedimentaria cenozoica. Dentro de
ella interesan, por su significando hidrogeológico,
los denominados “sedimentos pampeanos” o
Formación La Norma (Mioceno Superior-Plioceno)
(De Francesco, 1992).
Los sedimentos pampeanos se encuentran
ampliamente distribuidos en toda la cuenca en
posición aflorante o subaflorante y constituyen el
acuífero libre y gran parte de la zona no saturada de
la región. Litológicamente son sedimentos loéssicos
compuestos por arenas finas, limos y limos-
arcillosos cementados por carbonato de calcio,
presentando comunes zonas de entoscamiento que
los tipifican. Dada la complejidad de los procesos
sedimentarios que le dieron origen, son frecuentes
las anisotropías hidrolitológicas locales que dan
lugar a una alternancia de niveles acuíferos-
acuitardos (sistema multicapa) cuyo hidroapoyo, de
morfología irregular, está constituido por las
formaciones cuarcíticas paleozoicas. El espesor
máximo de estos sedimentos es de unos 180 metros,
mientras que en el área pedemontana se acuñan
hacia los afloramientos cuarcíticos. La
transmisibilidad promedio del acuífero es de 150
m2.d-1 para los primeros 100 metros de espesor con
conductividades hidráulicas que varían localmente
entre 0,5 y 3 m.d-1 y coeficientes de almacenamiento
de 0,12 a 0,08 en profundidad. Los valores de
permeabilidad son mayores que los esperados por su
granulometría y grado de cementación, dado que la
porosidad secundaria (macroporos, microfisuras,
etc.) es mayor que la primaria (Carrica, 1998).
La morfología de la capa freática (Figura 1)
denota una relación directa con la geología y
geomorfología de la cuenca y pone en evidencia la
continuidad hidráulica existente entre aguas
superficiales y subterráneas. Los cursos
pedemontanos se presentan como influentes que
982
denotan el carácter intermitente de los mismos con
la presencia de depósitos aluviales y coluviales. Al
ingresar en la llanura los cursos cambian su relación
con el acuífero con fuerte predominio a la efluencia.
A excepción del sector serrano donde aflora el
basamento hidrogeológico, los límites de la cuenca
son simplemente las divisorias del agua subterránea
de la capa freática, existiendo una continuidad
hidráulica del acuífero en las cuencas vecinas.
En síntesis, el clima y el medio físico de la
cuenca, condicionan los caracteres morfológicos y
funcionales del escurrimiento superficial y
subterráneo. Las sierras y los valles de vertiente
(labrados sobre la roca aflorante) favorecen el
escurrimiento superficial de tipo torrencial; el
piedemonte es la principal área de recarga localizada
de los acuíferos regionales y los valles extraserranos
actúan como zonas de recarga y descarga localizada
(Carrica, 1998). A nivel de microescala, existe
recarga difusa y/o preferencial (macroporos,
microfisuras, bioturbación, etc.) por agua de lluvia a
través de los suelos (Lexow y Bonorino, 1997) y los
sedimentos pampeanos que cubren el resto de la
superficie de la cuenca.
Las consecuencias directas de la recarga
quedan evidenciadas por la morfología de la capa
freática, las oscilaciones piezométricas y por la
composición química e isotópica del agua
subterránea en los principales sectores de recarga;
esto es el piedemonte y los valles (Carrica, 1998).
La mayor parte de la recarga tiene como punto de
descarga común el propio arroyo en forma de caudal
base (Eb). Una fracción de la descarga al arroyo se
produce fuera del área de la cuenca superior, y otra
parte conforma el flujo subterráneo profundo que
descarga directamente en el mar, por lo que a los
efectos del balance hidrológico de la cuenca
superior hay que considerar la existencia de un flujo
subterráneo saliente (Qss).
METODOLOGÍA
La cuenca posee muy escasa información
hidrométrica histórica, situación muy común en la
región, de allí la importancia de estimar la recarga
mediante distintas metodologías para intentar
minimizar la incertidumbre de su valor.
La estimación de la recarga del acuífero se
realizó mediante el empleo de los métodos
tradicionales de balance hidrológico modular anual
de la cuenca; el balance de intervalo diario a nivel
de cuenca y de parcela experimental mediante el
programa Visual Balan V.1.0. (Samper et al., 1999)
y el balance hidrológico diario del suelo con el
 ESTIMACIÓN DE LA RECARGA NATURAL AL ACUÍFERO DE LA CUENCA SUPERIOR DEL ARROYO NAPOSTÁ GRANDE, ARGENTINA.
programa Balshort V.3. (modificado de Carrica,
1993). Los resultados se compararon con los
obtenidos por el método del balance de cloruros en
el agua de lluvia y en la capa freática.
RESULTADOS
Balance hidrológico modular anual
El balance hidrológico de un área o región
constituye un medio simple e idóneo para la
comprensión de su funcionamiento hidrológico
global (Lerner et al., 1990). La implementación del
balance de manera modular para un largo período de
tiempo permite suponer que los ingresos de agua al
sistema equilibrarán aproximadamente a los egresos,
por lo que la variación de almacenamiento de agua
tenderá a cero. Esta presunción y la posibilidad de
cometer errores en la cuantificación de los
parámetros principales puede conducir a cometer
errores importantes en el cálculo de la recarga, por
lo que sus resultados deben tomarse con precaución,
especialmente en zonas áridas y semiáridas (Gee
and Hillel, 1988; Lerner et al., 1990; Allison et al.,
1994).
La falta de datos hidrométricos en el área de
estudio impide efectuar un balance hidrológico
modular ajustado. Sin embargo es posible plantear
el balance modular anual luego de una serie de
consideraciones. Conceptualmente y de acuerdo a
las características físicas e hidrológicas de la
cuenca, la única entrada de agua al sistema lo
constituye la precipitación (P) y los egresos están
dados por la evapotranspiración real (ETR), el
escurrimiento fluvial (Ef) y el escurrimiento
subterráneo saliente (Qss) antes mencionado. Las
variaciones del almacenamiento de agua (∆S) se
producen en el suelo y en el acuífero ya que, a
excepción del arroyo, no existen cuerpos de agua
superficiales significativos. El balance modular
anual de la cuenca superior sería:
P - ETR - Ef - Qss = ∆S
La única información fluviométrica existente,
son registros diarios de 12 años discontinuos (1936-
1945 y 1988-1990) de la estación de aforo Cerro del
Águila. A partir de los cuales se establece la
siguiente relación entre Ef y P anuales: Ef = 0,231 P
– 74,286; con un coeficiente de correlación de 0,81.
Si se considera la P anual media de 727 mm (1888 –
1998), el Ef sería de unos 94 mm anuales, de los
cuales 38 mm (40% de Ef) corresponderían a caudal
983
básico (Eb), según la separación gráfica de
hidrogramas fluviales diarios (Carrica 1998).
El mismo autor determina que Qss = 19,2 mm
anuales en función de las secciones hidrogeológicas
por las que drena dicho flujo y la permeabilidad y
gradientes hidráulicos calculados. Se estima que Qss
sería más o menos constante a través del tiempo
dado que ni el área de drenaje subterránea ni los
gradientes hidráulicos regionales sufren
modificaciones de importancia a los efectos del
cálculo. Retomando el concepto de balance
hidrológico modular anual y asumiendo que ∆S
tiende a cero en un período de 111 años se obtiene:
ETR = P (727 mm) – Ef (94 mm) – Qss (19 mm) =
614 mm (84,4% de P)
La recarga anual media estaría dada por la
suma del caudal básico (Eb), unos 38 mm, más Qss
(19 mm), que arroja unos 57 mm anuales (7,8 % de
la P), y que expresados en términos de volumen de
agua equivalen a unos 11 hm3.año-1. De este modo
se obtiene una primera aproximación de la magnitud
de la recarga anual media del área estudiada.
Balance hidrológico de intervalo diario
Diversos autores como Troha y Forte Lay
(1990), Lerner et al. (1990), Simmers (1997) y
Samper (1997) entre otros coinciden en que el
cálculo de la recarga a través de los modelos de
balance hidrológico (del suelo, de la cuenca, del
acuífero, etc.) deben realizarse en intervalos cortos
de tiempo; en lo posible diarios y sus resultados,
mediante un proceso iterativo, deben ser ajustados
con mediciones ∆S. Además, es importante que los
resultados puedan ser contrastados mediante otros
métodos de estimación independiente de los
anteriores.
En principio, los balances diarios se
plantearon para un período de 9 años (1936-1944)
durante el cual existen registros continuos
pluviométricos (Estancia Hogar Funke),
fluviométricos (Estación de aforo Cerro del Águila)
y termométricos de la localidad de Tornquist
distante a unos 11 km al oeste de la cuenca (Figura
1).
La interceptación vegetal (I) de la lluvia fue
calculada, en ambos programas, según el método de
Horton (1919, en Samper et al., 1999), para una
vegetación de herbáceas de 0,3 m de altura con una
cobertura del 70% de la cuenca. En el programa
Balshort V.3. la I está limitada a 5 mm diarios, en
base al concepto de que la interceptación alcanza un
valor final constante que depende de la capacidad de
 Jorge C. Carrica - Claudio Lexow

almacenamiento del dosel vegetal y es ∆Sa = R - Eb - Qss, dónde Eb es el escurrimiento

independiente de la cantidad de lluvia caída (Linsley
et al., 1982; López Rodríguez y Giraldez Cervera,
1997).
La evapotranspiración potencial (ETP) se
calculó mediante las fórmulas de Blaney–Criddle
(en Samper et al., 1999), utilizando los coeficientes
de cultivo propuestos por Paoloni y Vazquez (1985).
Para el cálculo de ETR en Visual Balan V.1.0. se
seleccionó la relación ETR/ETP de Penman–
Grindley, mientras que en Balshort V.3. la
correspondiente a un suelo de textura limosa
(Carrica, 1993). En ambos programas se utilizó una
reserva de agua útil del suelo de 216 mm, que es un
promedio de la capacidad de almacenaje de los
suelos de la zona (Carrica, 1998) y una
conductividad hidráulica edáfica vertical de 0,0005
cm.s-1 (Lexow y Bonorino, 1998).
Para la aplicación del programa el Balshort
V.3. se dividió el área de la cuenca en dos sectores:
uno serrano, con una cobertura areal de 30% del
total de la cuenca, un suelo Hapludol lítico muy
somero (INTA, 1989) con una capacidad de
almacenaje de agua de 30 mm y una cobertura
vegetal (pastos) del 50%; y otro sector
correspondiente al piedemonte y a la llanura
pedemontana, con una cobertura de 70% del área,
suelos molisoles de textura limosa con una reserva
útil de 216 mm y una cobertura vegetal de herbáceas
de 30 cm de altura.
La Tabla 1 muestra los resultados totales
anuales ponderados para toda la cuenca según el
programa Balshort V.3..
Los excesos de agua del suelo (EX) permiten
estimar la recarga: R = EX –Ed, siendo Ed el
escurrimiento superficial directo calculado mediante
la separación gráfica de hidrogramas fluviales
(Carrica, 1998). Las variaciones de almacenamiento
en el acuífero fueron calculadas a partir de:
básico y Qss el escurrimiento subterráneo calculado
como constante. El ∆Ssue es la variación de
almacenamiento de agua en el suelo.
Para la aplicación del programa Visual Balan
V.1.0. se usaron, además, los siguientes
procedimientos de cálculo: 1) la recarga en tránsito
directa (Rt) se obtuvo mediante la opción de recarga
por fisuras, que simula un flujo descendente a través
de macroporos de la zona no saturada y el localizado
en piedemonte; 2) la escorrentía superficial por el
método del número de curva (CN) con un valor
promedio para tres zonas y su porcentaje de
cobertura: serrana (N = 90 y 30% de cobertura),
piedemonte (N = 81 y 40%) y llana (N = 71 y 40%);
3) la recarga en tránsito diferida (por porosidad
primaria) por el método de la curva logística usando
una porosidad total de 0,53 (Lexow y Bonorino,
1998); 4) para el balance de la zona no saturada el
flujo hipodérmico (Qh) se calculó en base a un
coeficiente de agotamiento (αh) de 0,005 obtenido a
partir de una K = 1,2 m.d-1, un gradiente hidráulico
del posible nivel colgado de 0,012 para una
distancia de 50 metros, una porosidad eficaz no
saturada de 0,125 y una conductividad hidráulica
vertical Kv de 300 mm.d-1 (Lexow y Bonorino,
1997); 5) el flujo de percolación (Qp) se calculó con
un coeficiente de percolación (αp) de 0,25 para una
distancia media de 10 metros entre el nivel colgado
y el nivel saturado; 6) para la resolución de las
ecuaciones se seleccionó el método explícito, por
ser el más probado (Samper et al., 1999); 7) para el
cálculo de la descarga subterránea al curso se utilizó
un coeficiente de agotamiento del acuífero de
0,0015, obtenido en base al análisis de curvas de
agotamiento de hidrogramas fluviales, y un
coeficiente de almacenamiento del acuífero de 0,125
(Carrica, 1998).

Año P I ETR EX Ed Eb Qss ∆Ssue ∆Sa R

1936 592 65,5 467,0 52,6 9,2 21,9 19,2 +6,9 +2,3 43,4
1937 521 43,3 441,5 56,9 15,6 24,6 19,2 - 20,8 - 2,5 41,3
1938 336 42,9 284,8 15,1 3,7 13,3 19,2 - 6,9 - 21,1 11,4
1939 715 57,3 543,6 111,1 49,8 29,7 19,2 +3,0 + 12,4 61,3
1940 802 79,6 533,6 134,9 71,3 41,9 19,2 +53,9 + 2,5 63,6
1941 705 69,1 553,3 101,2 62,7 33,5 19,2 - 18,6 - 14,2 38,5
1942 517 55,8 446,7 41,4 15,6 23,3 19,2 - 26,9 - 16,7 25,8
1943 580 56,3 466,2 69,0 47,4 21,5 19,2 - 11,5 - 19,1 21,6
1944 718 70,4 487,7 161,9 81,4 32,4 19,2 + 5,5 + 28,9 80,5
Prom. 610 60 469,5 82,7 39,6 26,9 19,2 - 1,7 - 3,0 43,1
Tabla 1. Recarga calculada a partir de los resultados del Balshort V.3. (todos los valores expresados en mm)

984
 ESTIMACIÓN DE LA RECARGA NATURAL AL ACUÍFERO DE LA CUENCA SUPERIOR DEL ARROYO NAPOSTÁ GRANDE, ARGENTINA.

Los resultados del balance del período
expresados como módulo anual de lámina de agua
(Tabla 2) denotan una muy buena correlación con
los registros existentes. El escurrimiento total medio
anual difiere solo en un 4,3% en defecto del valor
medido que alcanza los 66,5 mm.; y los valores de
caudal directo y básico muestran una gran similitud
con los estimados a partir de la separación gráfica de
los hidrogramas anuales. El balance estima la
recarga en 44,3 mm anuales, un 7,26 % de la
precipitación del período.
mensualmente por el método de Penman Monteith
(FAO, 1993).
La información freatimétrica de la parcela
permitió efectuar un análisis puntual del fenómeno
de recarga preferencial por medio del ajuste en el
proceso de cálculo mediante el programa Visual
Balan V.1.0. Cuantitativamente se pone en
evidencia que en las áreas comprendidas dentro del
valle la recarga es superior a la media calculada para
toda la cuenca, (23,6% de la P) y que resulta en una
recarga del 100% por flujo preferencial (Tabla 3).

Parámetros Visual Balshort Medido Parámetros Media anual

Balan (mm)
P 610,1 610 610 P 587,85
Rt 45,3 - - Rt 139,91
Fp 20,2 - - Fp 139,38
ETP 1173,0 1173 - ETP 1342,69
ETR 467,1 469,5 - ER 513,56
EX - 82,7 - Ed 0,74
Ed 37,2 - 39,6 Qh 0,78
Qh 0,9 - - R 139,13
Eb 25,5 - 26,9 I 107,50
Ef 63,6 - 66,5 Tabla 3. Resultados balance hidrológico en la parcela 1
R 44,3 43,1 - según Visual Balan V.1.0.
I 74,4 60 -
Tabla 2. Comparación de los resultados (en mm anuales) Si bien esto no concuerda en su totalidad con la
calculados mediante los programas de balance Visual realidad, ya que debería haberse cuantificado un
Balan V.1.0 y Balshort V.3. con los medidos para el porcentaje atribuible al flujo matricial, los episodios
período 1936-1945 de recarga calculados a partir del freatigrama
observan en general un buen ajuste con los valores
La evapotranspiración real y la recarga estimados por el programa (Figura 2).
estimada por el programa Balshort V.3. La sobreestimación de los ascensos en los
prácticamente coinciden con los calculados por el niveles piezométricos entre los meses de marzo y
Visual Balan V.1.0. mayo de 1997, a pesar que las precipitaciones no
fueron tan significativas, se adjudica a la opción de
Balance hidrológico en parcelas experimentales recarga directa por fisuras que aporta ingresos de
agua a la zona no saturada cuando el suelo se
El balance se realizó para el período 1995- encuentra a menor contenido de humedad.
1998 (4 años) en la parcela experimental 1 (Figura Carrica et al. (1998) demostraron la aptitud del
1) instrumentada con un tubo de acceso para la programa Balshort para estimar la humedad del
sonda de neutrones, un freatímetro digital y una suelo al contrastar los valores calculados con los
estación meteorológica. El suelo de la parcela fue medidos durante aproximadamente tres años en las
clasificado como un Hapludol éntico de textura limo parcelas experimentales ubicadas en el área de
arcillosa con un espesor medio de 90 cm; y estudio. Sin embargo, como el programa no
presencia de macroporos y abundante bioturbación contempla la recarga preferencial en el caso de
(Lexow y Bonorino, 1997). El nivel freático se existir el fenómeno subestimará el valor de la
ubica a escasa profundidad, unos 2,7 metros. recarga.
Las principales diferencias con los datos
asumidos a escala de cuenca se refieren a la
interceptación vegetal (cobertura del 100%), la
reserva de agua útil (378 mm) y los coeficientes de
percolación (0,005) y agotamiento (0,9) para el
balance en zona no saturada. La ETP se calculó

985
 Jorge C. Carrica - Claudio Lexow

DICIEMBRE
OCTUBRE

NOVIEMBRE
AGOSTO

SEPTIEMBRE
JUNIO

JULIO
MAYO
MARZO

ABRIL
FEBRERO
ENERO

Figura 2. Freatigramas medido y calculado en la parcela 1 durante el año 1997

El programa Balshort V.3. se aplicó al mismo Balance del ión cloruro entre la concentración en
período de tiempo para intentar simular la recarga el agua de lluvia y en la capa freática
por flujo mátrico. Los resultados (Tabla 4) solo
denotan un exceso de agua de 27 mm a mediados Distintos autores, (Schoeller, 1962; Custodio y
del julio de 1997. Si se asume que dicha lámina de Llamas, 1976; Iglesias et al., 1997) han aplicado el
agua corresponde a recarga por flujo mátrico y método químico para estimar la recarga de agua a la
además una porosidad efectiva del acuífero de 0,125 capa freática a partir de la concentración que sufre el
se obtendría un ascenso de unos 22 cm del nivel ión cloruro como resultado de la evapotranspiración
freático. Este valor concuerda con la subestimación y que expresa la relación entre la precipitación y la
del ascenso calculado por Visual Balan y los recarga. El cloruro, dada su elevada solubilidad, es
observados en el freatigrama en ese momento considerado un ión conservativo y un trazador
(Figura 2). natural del movimiento del agua ya que el terreno lo
aporta en ínfima proporción. Este método basado,
Año P I ETR EX en el transporte de masa, es alternativo a los
1995 425 54 486 0 hidrodinámicos y en buena medida independiente de
1996 583 44 510 0 ellos, por lo que resulta de interés para contrastar
1997 745 34 661,6 26,7 resultados (Custodio, 1997).
1998 593 69 562,3 0 La aplicación del método es de carácter
regional y las estimaciones resultan un promedio de
Tabla 4. Balance hidrológico según Balshort en parcela 1
(en mm)
la recarga ocurrida en un período de tiempo mas o
menos prolongado, dependiendo de cada región. Del
La diferencia entre los valores de balance de cloruros entre la concentración en el
evapotranspiración real promedio calculada por agua de lluvia y de la capa freática en la cuenca
Visual Balan (513 mm) y Balshort (555 mm) tiene superior del A° Napostá Grande, resulta:
su origen fundamentalmente en el cálculo previo de
la interceptación vegetal (107 mm en Visual Balan y R = CP /CR (P – Ed)
50 mm en Balshort) dado que Balshort limita este
valor a un máximo de 5 mm diarios. donde R es la recarga, Ed es el escurrimiento
superficial directo cuya concentración de cloruros se
asume igual a la del agua de lluvia; CP y CR son las

986
 ESTIMACIÓN DE LA RECARGA NATURAL AL ACUÍFERO DE LA CUENCA SUPERIOR DEL ARROYO NAPOSTÁ GRANDE, ARGENTINA.
concentraciones de cloruros en el agua de lluvia y en
la freática respectivamente.
El valor de Ed equivale al 60% del
escurrimiento fluvial y alcanza unos 56 mm anuales
(cfr. Balance hidrológico modular anual). La
concentración promedio de cloruros en el agua de
lluvia es de 3,73 mg.l-1 y corresponden a 30
tormentas muestreadas durante los años 1987 y
1988 en la Ea. Loma de Zorro (Bonorino, 1989),
mientras que la concentración promedio de cloruros
de la capa freática, de todos los pozos existentes en
1987, (26 muestras) es de 40,45 mg.l-1. De esta
manera R = 62 mm (8,5% de P) coincidente con los
calculados mediante los métodos de balance
hidrológico anteriores.
CONCLUSIONES
La estimación de recarga del acuífero mediante
el empleo de los métodos tradicionales de balance
hidrológico modular anual y el balance de intervalo
diario de la cuenca mediante los programas Visual
Balan V.1.0. y Balshort V.3., arrojaron valores
similares (7,8% de la P) y comparables con los
obtenidos por el método del balance de cloruros en
el agua de lluvia y en la capa freática (8,5% de la
precipitación).
La recarga por flujo preferencial en suelos
limoarcillosos localizados dentro del valle puede ser
dominante sobre la que se produce por flujo mátrico
y es hasta tres veces superior a la media calculada
para toda la cuenca. Bajo estas condiciones, la
aplicación del programa Visual Balan V.1.0. a una
parcela experimental dio como resultado una
recarga anual del orden del 23,6% de las
precipitaciones.
El exceso calculado por Balshort V.3. se podría
considerar como una buena aproximación de la
recarga diferida, ya que, Visual Balan ha
considerado solo la recarga por flujo preferencial en
detrimento de la recarga matricial cuando, en
realidad, los freatigramas muestran la existencia de
la recarga diferida.
Como es notorio no todas las oscilaciones
freatimétricas pueden ser explicadas mediante la
aplicación de estos programas de balance diario.
Algunas de ellas obedecen al retardo en la descarga
subterránea del acuífero loésico o a la recarga por
macroporos que se manifiesta con distintos estados
de humedad del suelo, aún próximo a saturación.
987
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