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La ley del embudo en Camisea

Humberto Campodónico.

Cuando el gasoducto sale de Camisea, en la selva del Cusco, su


diámetro es de 32 pulgadas y puede transportar 1,180 millones de
pies cúbicos diarios (mmpcd). Después de recorridos 211 kilómetros
llega a la sierra y, en ese punto, el gasoducto reduce su diámetro a 24
pulgadas y la capacidad de transporte tiene un máximo de 450
mmpcd. Ya en la costa, el diámetro del gasoducto desde Pisco hasta
Lima se reduce aún más, a 18 pulgadas, y actualmente tiene una
capacidad de 315 mmpcd, pudiendo ampliarse a 450 mmpcd. En
otras palabras, el ducto es como un embudo, ancho en la selva y muy
angosto en la costa.

Como la demanda en Lima ha aumentado, el tubo de Pisco a Lima se


ha saturado, lo que va a motivar cortes en el abastecimiento. Por ello
la crisis. A esto se suma la sequía, que ha disminuido la generación
de las hidroeléctricas, lo que ha agravado el problema. La cuestión es
que la demanda de gas va a seguir aumentando y el consumo de 450
mmpcd previsto para el 2016 va a tener lugar mucho antes. Aquí es
donde interviene un segundo elemento: en julio del 2007, durante el
gobierno aprista, se suscribe un contrato entre Transportadora de Gas
del Perú (operadora de todo el gasoducto) y la empresa Perú LNG
(que va a exportar gas a México) para transportar 620 mmpcd desde
Camisea hasta el km 211, en el periodo 2010-2033. Desde el km 211
hasta Pampa Melchorita en Cañete, Perú LNG construirá un nuevo
gasoducto.

Así, en el tramo de la selva, de los 1,180 mmpcd de capacidad, Perú


LNG va a utilizar 620 mmpcd (el 53%), dejando libres solo 560
mmpcd para la demanda peruana. Aquí viene el problema: ya en el
2008 vamos a necesitar cerca de 350 mmpcd para la demanda de
Lima, la misma que previsiblemente llegue a 500 mpcd en el 2010 ó
2011. Pero eso no es todo. Se ha previsto un ramal a Chimbote, así
como un ramal a Marcona, para la industria petroquímica (100
mmpcd) y otros gasoductos regionales. Esto quiere decir que el
gasoducto actual en el tramo de la selva no va a poder abastecer la
demanda nacional más la demanda de exportación a México. La
cuestión es: ¿va a tener prioridad la exportación a México?
Recordemos que el proyecto Camisea ha recibido apoyo estatal en
todas sus fases: el arrastre de pérdidas se alargó de 4 a 8 años; se
fraccionó el pago de aranceles en 7 años; se permitió la recuperación
anticipada del IGV; hay una garantía de la Red Principal para
garantizar la rentabilidad de TGP; y, también, se garantizó una
demanda inicial de 70 mmpcd por Electroperú, que luego fue asumida
por la Central de Ventanilla (que, en un primer momento, dicha
empresa se negó a suscribir). Por lo tanto, el Estado debió –y debe–
cautelar los intereses nacionales. Si Perú LNG tiene un proyecto de
exportación, ¿por qué no construyó también su ducto en la selva para
el gas que va a exportar? El tema es de la más alta importancia
porque ya se sabe que se va a tener que ampliar la capacidad del
ducto existente o, incluso, construir un nuevo ducto en la selva.
¿Quién va a pagar esas nuevas inversiones? La respuesta debe ser
clara: esa inversión le corresponde a Perú LNG y no a los
consumidores peruanos.

El problema central es que no hay un plan energético integral. Y no


existe porque la concepción actual es que "el Estado no debe meterse
ya que el mercado resolverá". Es por eso que el contrato entre TGP y
Perú LNG para los 620 mmpcd es un contrato entre privados en el que
el Estado no ha intervenido. Pero debió haberlo hecho, planteando,
por lo menos, que si la demanda interna aumenta, esta demanda
tiene prioridad en el uso del tubo ya construido, puesto que éste ha
sido financiado con un esfuerzo tributario de todos los peruanos.

La falta de previsión en este caso nos puede llevar a problemas


mayores que los actuales. Y podría desembocar en una situación
parecida a la de Argentina, donde el Estado ha priorizado la demanda
nacional, restringiendo las exportaciones a Chile. Porque, claro, los
peruanos no podrían aceptar que el gas que necesitamos para
nuestras industrias se vaya a México en lugar de abastecer la
demanda interna. En otras palabras, no aceptaríamos la ley del
embudo en Camisea: lo ancho para ellos, lo angosto para nosotros.

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