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Mammalia

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Mamíferos

Rango temporal: Triásico Superior - Reciente

PreЄ

C
P

Pg

Especies de animales que representan 18 de los órdenes de los mamíferos

Taxonomía

Dominio: Eukaryota

Reino: Animalia

Subreino: Eumetazoa

Superfilo: Deuterostomia

Filo: Chordata

Subfilo: Vertebrata

Infrafilo: Gnathostomata

Superclase: Tetrapoda
(sin rango) = Amniota
(sin rango) = Synapsida
(sin rango) = Therapsida
(sin rango) = Cynodontia

Clase: Mammalia
LINNAEUS, 1758

Subclases

 Allotheria †
 Prototheria
o Australosphenida
 Theria
o Trituberculata †
o Marsupialia
o Placentalia

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Los mamíferos (Mammalia) son


una clase de animales vertebrados amniotas homeotermos (de sangre caliente)
que poseen glándulas mamarias productoras de leche con las que alimentan a
las crías.
La gran mayoría de este grupo son vivíparos (con la excepción de
los monotremas: ornitorrinco y equidnas). Se trata de un taxón monofilético; es
decir, todos descienden de un antepasado común que se remonta
probablemente a finales del Triásico, hace más de 200 millones de años.
Pertenecen al clado sinápsidos, que incluye a los mal llamados reptiles
mamiferoides, un grupo de sinápsidos que no eran reptiles ni tampoco
mamíferos, aunque estaban más relacionados con estos últimos que con los
primeros,12 como los pelicosaurios y los cinodontos. Se conocen unas 5486
especies actuales,3 de las cuales 5 son monotrematas,4 272 son marsupiales5 y
el resto, 5209, son placentarios.
La especialidad de la zoología que estudia específicamente a los mamíferos se
denomina teriología, mastozoología o mamiferología.
Características[editar]
Arriba: cráneo de mamífero, con la mandíbula
inferior formada únicamente por el dentario, y angular, articular y cuadrado
formando la cadena de huesecillos del oído medio; la articulación mandibular
se establece entre el dentario y el escamosal.
Abajo: cráneo de pelicosaurio («reptil» mamiferoide), en el que se observa
como la mandíbula inferior se articula con el cuadrado y consta de varios
huesos (dentario, angular, articular).

La clase de los mamíferos es un grupo monofilético, ya que todos sus


miembros comparten una serie de novedades evolutivas exclusivas
(sinapomorfías) que no aparecen en ninguna otra especie animal no incluida en
ella:

 Poseen glándulas sudoríparas, modificadas como glándulas


mamarias, capaces de segregar leche, alimento del que se
abastecen todas las crías de mamíferos. Esta es su característica
principal, de la que derivan su nombre de mamíferos.
 La mandíbula está conformada solo por el hueso dentario, rasgo
único y exclusivo de todos los mamíferos, constituyendo la principal
característica diagnóstica para el grupo.
 Presentan siete vértebras en el segmento cervical de su columna
vertebral; constante biológica que se verifica en especies tan
disímiles como el ratón, la jirafa, el ornitorrinco o la ballena azul.
 La articulación de la mandíbula con el cráneo se efectúa entre
el dentario y el escamosal, característica también única y exclusiva
de los mamíferos.
 Presentan tres huesos en el oído medio: martillo, yunque y estribo,
con excepción de los monotremas, que presentan el oído reptiliano.
 Los mamíferos tienen pabellones auriculares, excepto ballenas,
delfines y otros que viven en el agua y que en su proceso evolutivo
los han perdido por razones hidrodinámicas.
 Son los únicos animales actuales con pelo presente en casi todas las
etapas de su vida, y todas las especies, en mayor o menor medida,
lo tienen (aunque sea en estado embrionario).
 Al igual que sus primitivos ancestros, los mamíferos modernos
poseen un solo par de fenestras temporales en el cráneo, a
diferencia de los diápsidos (dinosaurios, reptiles modernos y aves),
que presentan dos pares, y de los anápsidos (tortugas), que no
tienen ninguno. Además de esta diferencia esquelética —y de otras
menos significativas como la importancia del hueso dentario en la
mandíbula inferior y la condición heterodonta o capacidad que tienen
los dientes de cumplir distintas funciones—, las características
principales de los mamíferos son la presencia de pelo y de glándulas
de la piel.
Pero a pesar de estas y otras similitudes que no son definitorias de la clase, su
diversidad es tal que son muchas más las diferencias existentes,
especialmente en cuanto a aspecto externo se refiere.
Anatomía y fisiología[editar]
Artículo principal: Anatomía y fisiología de los mamíferos
Ya se han apuntado los caracteres sinapomórficos de la clase Mammalia.
Todas las especies los presentan y son exclusivos además de la clase:

 El dentario como único hueso de la mandíbula, que se articula con el


escamoso en el cráneo.
 Cadena ósea del oído medio: martillo (malleus), yunque (incus) y
estribo (stapes).
 Pelo en la superficie de su cuerpo.
 Producción de leche en las glándulas mamarias.
 Presencia de siete vértebras en el segmento cervical de la columna
vertebral.
Los dientes se componen de sustancias que no pertenecen al sistema óseo,
sino al tegumentario, como la piel, las uñas y el pelo. La materia que forma el
cuerpo del diente es el marfil o dentina, que por lo general está revestido en el
exterior de otra sustancia muy dura, el esmalte, mientras que en la base del
diente la envoltura externa está compuesta por una tercera sustancia llamada
cemento.
En los mamíferos, los dientes se hallan siempre insertos en los huesos del
cráneo que rodean la boca, que son, arriba, dos maxilares y dos premaxilares,
y abajo, una mandíbula o quijada, que se articula directamente con la caja del
cráneo. Este último, a su vez, enlaza con la columna vertebral por medio de
dos abultamientos, o cóndilos, que hay a uno y otro lado del agujero por donde
la médula espinal penetra para unirse al encéfalo. Aunque el número de
vértebras de la columna vertebral varía mucho según las especies, las
cervicales o vértebras del cuello son siete en todos los mamíferos a excepción
de los perezosos que pueden tener hasta 10 y de los manatíes que solo
poseen seis. Pero, además, existen otras características comunes a estas
especies que sirven también para identificarlas como parte del taxón:

 Los mamíferos son los únicos animales que poseen un solo hueso
en cada mandíbula, el dentario, articulado directamente con
el cráneo. Los huesos de la mandíbula de los reptiles, se
transformaron en dos de los tres huesos que forman la cadena ósea
del oído, el martillo (articular) y el yunque (cuadrado). El estribo
procede del único hueso que presentan los reptiles en el oído,
la columella.
 Los dientes están altamente especializados en función de los hábitos
alimenticios, y son sustituidos por regla general, una vez en la vida
(diphyodontia).
 Existe un paladar secundario que es capaz de separar el paso del
aire hacia la tráquea del tránsito de agua y alimentos al aparato
digestivo.
 El diafragma es una estructura muscular que separa la cavidad
torácica de la abdominal y contribuye en las funciones
digestivas y respiratorias. Solo se encuentra en mamíferos y todas
las especies lo poseen.
 El corazón está separado en cuatro cavidades y en los adultos solo
se desarrolla el arco aórtico izquierdo.
 Los hematíes son células sin núcleo en la mayoría de las especies
de mamíferos.
 Los lóbulos cerebrales están bien diferenciados y la corteza
cerebral muy desarrollada, con marcadas circunvoluciones más
evidentes en especies con mayor capacidad intelectual.
 El sexo viene determinado desde el momento mismo de la formación
del cigoto por los cromosomas sexuales: dos diferentes en los
machos (XY), dos iguales en las hembras (XX).
 La fertilización es interna en todas las especies.
 Todas las especies son endotérmicas, esto es, que pueden producir
calor con su cuerpo, y la mayor parte además son homeotérmicas, o
lo que es lo mismo, pueden mantener la temperatura dentro de un
rango determinado. Solo los monotremas presentan ciertas
limitaciones de esta capacidad.
Piel[editar]
Artículo principal: Anatomía y fisiología de los mamíferos: la piel
La piel, generalmente espesa, está formada por una capa externa o epidermis,
una capa profunda o dermis y un estrato subcutáneo repleto de grasa que le
sirve de protección contra las pérdidas de calor, ya que los mamíferos son
animales homeotermos.
En ella se hallan dos de las sinapomorfias de la clase Mammalia: el pelo y
las glándulas mamarias.
Está implicada directamente en la protección del animal, la capacidad de
termorregulación, la excreción de productos de desecho, la comunicación
animal y la producción de leche (glándulas mamarias).
Otras formaciones cutáneas de naturaleza córnea que presentan los mamíferos
son las uñas, garras, cascos, pezuñas, cuernos y el pico en el caso
del ornitorrinco.
Aparato locomotor[editar]
Artículo principal: Anatomía y fisiología de los mamíferos: aparato locomotor
El aparato locomotor es el conjunto de sistemas y tejidos que posibilitan el
mantenimiento del cuerpo del animal y su movimiento.

 Esqueleto:
o Esqueleto axial:
 Cabeza: cráneo y mandíbula.
 Columna vertebral: vértebras
cervicales, torácicas, lumbares, sacras y
caudales o coxígeas.
 Caja torácica: esternón y costillas.
o Esqueleto apendicular:
 Cintura
escapular: clavícula y omóplatos o escápulas.
 Extremidades
anteriores: húmero, cúbito, radio, carpos, metac
arpos y falanges.
 Cintura pélvica: ilion, isquion y pubis.
 Extremidades
posteriores: fémur, rótula, tibia, peroné, tarsos,
metatarsos y falanges.
Además existen otras formaciones óseas como los huesos del aparato hioides
(sostén de la lengua), del oído medio, el hueso peneano de algunos carnívoros
e incluso los huesos cardíacos de algunos bóvidos en los que osifica el
cartílago cardíaco.
Además del sistema óseo, el aparato locomotor está formado por el sistema
muscular y el sistema articular.
Aparato digestivo[editar]
Artículo principal: Anatomía y fisiología de los mamíferos: nutrición
El aparato digestivo consiste en un conducto de entrada, o esófago, un tubo
intestinal con salida al exterior y un estómago, más algunas glándulas anexas,
las más importantes de las cuales son el hígado y el páncreas. Salvo contadas
excepciones, el alimento sufre una preparación previa, la masticación, por
medio de los dientes, órganos duros que guarnecen la boca y cuyo número y
forma varían en gran medida según la alimentación de cada animal. En la
mayoría de los casos hay, ante todo, unos dientes cortantes, llamados
incisivos, a continuación, otros aptos para desgarrar, que son los colmillos, o
caninos, y, por último, otros que sirven para triturar y moler, denominados
muelas o molares. Por regla general, los mamíferos poseen una serie de
dientes cuando son jóvenes y más tarde los cambian por otros.
El aparato digestivo de los mamíferos es un complejo visceral tubular en el que
los alimentos se someten a un intenso tratamiento para obtener el máximo
aprovechamiento de los nutrientes.
Durante el tránsito digestivo, desde que se ingiere hasta que se excreta, el
alimento es sometido a un intenso proceso de degradación mecánica y química
en el que intervienen una serie de órganos y tejidos encadenados
estratégicamente.

 Esquema del tránsito digestivo:


o Boca: masticación e insalivación con absorción de
escasos componentes.
o Esófago: tránsito con escasa absorción.
o Estómago: digestión mecánica y química con absorción
parcial de nutrientes.
o Intestino delgado: digestión mecánica y química
(enzimática y bacteriana) con absorción abundante de
nutrientes.
o Intestino grueso: digestión mecánica y química
(bacteriana) con absorción de agua y sales minerales,
principalmente.
o Ano: eliminación.

La dieta del animal determina notablemente la fisiología y la anatomía de este


aparato orgánico.
Aparatos respiratorio y circulatorio[editar]
Artículo principal: Anatomía y fisiología de los mamíferos: respiración y circulación
sanguínea
Estos dos aparatos son los encargados del intercambio de gases y su
distribución por el organismo.
Los mamíferos respiran el oxígeno presente en el aire que es inspirado a través
de las vías respiratorias (boca, nariz, laringe y tráquea) y se distribuye
por bronquios y bronquiolos a todo el complejo sacular que constituyen
los alvéolos pulmonares.
La sangre procedente de los tejidos transporta dióxido de carbono y al alcanzar
los capilares alveolares, lo elimina a la vez que capta oxígeno. este será
transportado nuevamente al corazón y desde allí a todos los tejidos para
proporcionarles el gas necesario para la respiración celular, volviendo a
transportar el dióxido de carbono residual hasta los pulmones.
El diseño y el funcionamiento de todos estos órganos y tejidos está
perfectamente sincronizado para rentabilizar el proceso, especialmente en
especies acuáticas o subterráneas en las que el aporte de oxígeno es limitado.
Sistema nervioso y órganos de los sentidos[editar]
Artículo principal: Sistema nervioso y órganos de los sentidos de los mamíferos
El sistema nervioso es un complejo conjunto de células, tejidos y órganos
altamente especializados que tiene como misión recibir estímulos de distinta
naturaleza, transformarlos en electro-químicos para transportarlos hasta el
cerebro, traducirlos aquí y ordenar una respuesta que será transmitida
nuevamente como señales electro-químicas hasta el órgano o tejido implicado
en la ejecución de la misma.
El esquema del sistema nervioso es básicamente:

 Sistema nervioso central:


o Encéfalo: Cerebro, cerebelo y tronco del encéfalo.
o Médula espinal.
 Sistema nervioso periférico:
o Nervios.
o Ganglios neuronales.

Los órganos de los sentidos, por su parte, son órganos ricos en terminaciones
nerviosas capaces de traducir los estímulos externos en información para
relacionar al individuo con su entorno. De manera general, los más importantes
en los mamíferos son el olfato, el oído, la vista y el tacto, si bien en
determinados grupos, otros sentidos como la ecolocalización,
la magnetosensibilidad o el gusto adquieren mayor importancia.
Visión[editar]
El ojo en todos los mamíferos tiene las mismas características generales. No
obstante, cada grupo de mamíferos tiene algunas adaptaciones específicas.
La posición de los ojos parece haberse adaptado con arreglo a los hábitos del
animal y a su forma de alimentación.6
Veneno[editar]
Los mamíferos no se han especializado en el desarrollo de toxinas de la misma
forma que otras clases como anfibios o reptiles. Debido a su gran tamaño, la
fuerza física y el uso de garras y colmillos ha sido suficiente para alimentarse y
defenderse. No obstante, algunos mamíferos de pequeño tamaño de los
órdenes Monotremata, Chiroptera, Primates y Eulipotyphla sí han optado por el
empleo de toxinas como estrategia evolutiva. Por ejemplo, el Solenodon
paradoxus ha desarrollado veneno hipotensivo que emplea a la hora de cazar
presas.
La gran mayoría de mamíferos venenosos pertenecen al orden Eulipotyphla.
Se puede observar una convergencia evolutiva en la composición del veneno y
este es producido en las glándulas salivales submaxilares a partir de KLK1.
Reproducción[editar]

Esquema del aparato urogenital de las


hembras mamíferas (Prototheria, Metatheria, Eutheria): 1-Riñones; 2-
Uréteres; 3-Ovarios; 4-Oviductos; 5-Útero; 6-Recto; 7-Vejiga urinaria; 8-
Uretra; 9-Vagina.
Artículo principal: Anatomía y fisiología de los mamíferos: reproducción

En todos los mamíferos se presentan los sexos separados y la reproducción es


de tipo vivípara, excepto en el grupo de los monotremas, que es ovípara.
El desarrollo del embrión va acompañado de la formación de una serie de
anexos embrionarios, como son el corion, amnios, alantoides y el saco vitelino.
Las vellosidades del corion, junto con el alantoides, se unen a la pared
del útero y dan lugar a la placenta. Esta permanece unida al embrión por
el cordón umbilical, y es a través de él por donde pasan las sustancias
procedentes del cuerpo de la madre al del feto.
El periodo de gestación y el número de crías por camada varían mucho según
los grupos. Normalmente, cuanto mayor es el tamaño del animal, más largo es
el periodo de gestación y menor el número de crías. La mayor parte de los
mamíferos proporcionan a sus hijos cuidados paternales.
Por último, es también característico de los mamíferos su modo de
reproducirse. Si bien algunas especies son ovíparas, es decir, el óvulo
fecundado sale al exterior formando un huevo, en la inmensa mayoría el
embrión se desarrolla dentro del cuerpo de la madre y nace en un estado más
o menos avanzado. De aquí se deriva una primera clasificación del grupo en
mamíferos que ponen huevos y mamíferos vivíparos. A los segundos se les ha
llamado terios, término derivado del griego clásico que significa «animales», y a
los que son ovíparos, prototerios, esto es, «primeros animales», ya que el
registro fósil permite suponer que los primeros mamíferos que aparecieron en
el mundo pertenecían a esta categoría.
Todavía en los terios cabe distinguir entre los mamíferos cuyos hijos nacen en
un estado de desarrollo muy atrasado, teniendo que pasar algún tiempo en una
bolsa que la hembra posee en la piel del vientre, y aquellos otros en que no se
observa semejante particularidad. Los primeros son los metaterios (también
denominados marsupiales), es decir, «los animales que vienen detrás», los que
siguen a los prototerios, y los últimos los euterios o mamíferos placentarios.
Dentro de la clase que nos ocupa, estos constituyen la gran mayoría.
Diversidad[editar]

Rorcual azul.
Los mamíferos constituyen un grupo de seres vivos muy diverso y, a pesar del
reducido número de especies que lo forman en comparación con otros taxones
del reino animal o vegetal, su estudio es con mucho el más profundo en el
campo de la Zoología.
Para ilustrar con un ejemplo esta diversidad fenotípica, anatomo-
fisiológica y etológica basta relacionar algunas de sus especies, como el ser
humano (Homo sapiens), un canguro rojo (Macropus rufus), una chinchilla
(Chinchilla lanigera), una ballena blanca (Delphinapterus leucas), una jirafa
(Giraffa camelopardalis), un lémur de cola anillada (Lemur catta), un jaguar
(Panthera onca) o los murciélagos («Chiroptera»).
Solo con comparar la especie animal de mayor envergadura que ha existido, la
ballena azul (Balaenoptera musculus), que puede alcanzar las 160 t, con el
murciélago de hocico de cerdo de Kitti (Craseonycteris thonglongyai),
considerado el mamífero de menor tamaño, cuyos adultos apenas alcanzan los
2 g de peso, podemos observar que entre las especies más y menos
voluminosas la diferencia en masa corporal es de 80 millones de veces.
La gran adaptabilidad de los individuos que integran la clase los ha llevado a
habitar todos los ecosistemas del planeta, lo que ha dado lugar a multitud de
diferencias anatómicas, fisiológicas y de comportamiento, convirtiéndolos en su
conjunto en uno de los grupos dominantes sobre La Tierra. Han sido capaces
de colonizar el dosel verde de la jungla y el subsuelo de los desiertos, los
fríos hielos polares y las cálidas aguas tropicales, los enrarecidos ambientes de
las altas cumbres y las fértiles y extensas sabanas y praderas.
Reptan, saltan, corren, nadan y vuelan. Muchos de ellos son capaces de
aprovechar la más variada gama de recursos alimenticios, mientras otros están
especializados en determinados alimentos. Este sinfín de circunstancias ha
forzado a estos animales a evolucionar adoptando una multitud de formas,
estructuras, capacidades y funciones.
Resulta curioso comprobar cómo en muchos casos, especies muy distanciadas
entre sí geográfica y filogenéticamente han adoptado estructuras morfológicas,
funciones fisiológicas y aptitudes de comportamiento similares. A este
fenómeno se le conoce como evolución convergente. La similitud en la cabeza
de un lobo gris (Canis lupus, un placentario), y un tilacino (Thylacinus
cynocephalus, un marsupial), es sorprendente, siendo dos especies tan
distanciadas filogenéticamente.
El erizo común europeo (Erinaceus europaeus, placentario) y el equidna común
(Tachyglossus aculeatus, monotrema) pueden confundir a cualquier profano,
pues no solo han adoptado la misma estructura de defensa, sino que
comparten morfologías parecidas para explotar recursos alimenticios similares.
Adaptación a ambientes muy diversos[editar]
Elefante africano de sabana (Loxodonta

africana), parque nacional Kruger, Sudáfrica.


Jirafa (Giraffa camelopardalis), parque nacional de Chobe, Botsuana.

Papión chacma (Papio ursinus) en Botsuana.


La gran diversidad de los mamíferos es fruto de una extraordinaria capacidad
de adaptación que les ha permitido distribuirse por la gran mayoría de los
ambientes del planeta.
Los mecanismos desarrollados por cada especie para conseguir adaptarse al
medio evolucionaron de forma independiente. Así, mientras que algunas
especies como el oso polar (Ursus maritimus) se protegieron del frío con una
densa capa de pelo que con el reflejo de luz se ve blanco, otros como
los pinnípedos o los cetáceos lo hicieron produciendo una densa capa de tejido
graso bajo la piel.
En otros casos, especies muy distanciadas filogenéticamente recurren a
mecanismos similares para adaptarse a circunstancias parecidas. El desarrollo
de los pabellones auriculares del fénec (Vulpes zerda) y del elefante africano
(Loxodonta africana) para incrementar la superficie de intercambio calórico y
favorecer la homeostasis es un claro ejemplo.
La reconquista de las aguas por parte de animales que eran completamente
terrestres es otra de las muestras de la capacidad de adaptación de los
mamíferos. Distintos grupos de la clase han evolucionado de forma totalmente
independiente para retornar al medio acuoso y explotar los nichos marinos y
fluviales.
Por citar algunos ejemplos que ilustren la variabilidad de los mecanismos
desarrollados para adaptarse a la vida acuática, dos órdenes cuyas especies
son estrictamente acuáticas, Cetacea y Sirenia, las familias
de carnívoros Odobenidae (morsa), Phocidae (focas) y Otariidae (osos y leones
marinos), mustélidos como la nutria de mar (Enhydra lutris) y otras especies
fluviales, roedores como el castor (Castor sp.) o la capibara (Hydrochoerus
hydrochaeris), el desmán de los Pirineos (Galemys pyrenaicus), el hipopótamo
(Hippopotamus amphibius), el yapok (Chironectes minimus), el ornitorrinco
(Ornithorhynchus anatinus)...
Junto con las aves y los extintos pterosaurios, un grupo de mamíferos,
los quirópteros han sido capaces de desplazarse mediante vuelo activo. No
solo han desarrollado estructuras anatómicas imprescindibles como las alas,
sino que también han desarrollado adaptaciones fisiológicas que permiten el
ahorro energético compensando así el tremendo gasto que supone el vuelo.
Estos animales, además, teniendo que desenvolverse en la más estricta
oscuridad de la noche y en el interior de las cavernas, han evolucionado
perfeccionando el sistema de ecolocalización que les permite percibir con
exactitud el mundo que los rodea.
Topos y otros zapadores, principalmente roedores, lagomorfos y
algunos marsupiales habitan bajo tierra, algunos pasando enterrados la mayor
parte de su vida. Han conseguido conquistar el interior de la superficie
terrestre, pero la percepción del exterior, el movimiento bajo tierra, las
relaciones entre individuos y los requisitos nutricionales y respiratorios han sido
algunas de las cuestiones que han tenido que resolver a lo largo de su
evolución, sufriendo durante ella notables transformaciones y especializaciones
imprescindibles.
Tal especialización provoca que, en caso de una alteración del entorno, las
especies puedan llegar hasta la extinción. De este modo, especies, familias e
incluso órdenes enteros han desaparecido al verse modificado su hábitat. En
los últimos años, el ser humano ha causado la destrucción de algunos entornos
naturales. Por ejemplo, la desaparición de terrenos de caza vírgenes está
provocando la extinción del lince ibérico (Lynx pardina) y la tala de bosques ha
amenazado en gran medida al panda gigante (Ailuropoda melanoleuca). Del
mismo modo, la introducción de especies foráneas como gatos, perros o
zorros, ha producido la reducción del número de ejemplares de gatos
marsupiales australianos.
Papel ecológico[editar]
Intentar resumir el papel ecológico que juegan las alrededor de 5000 especies
de mamíferos resulta tan difícil como hacerlo con respecto a todos los seres
vivos y su entorno, puesto que dada la diversidad
de ecosistemas colonizados, comportamientos biológicos y sociales así
como anatomía y adaptaciones morfológicas de todos ellos, da lugar a una
variabilidad desconocida en cualquier otro grupo animal o vegetal sobre el
planeta, a pesar de ser el grupo menos numeroso en cuanto a diversidad.
Por otra parte los altos requerimientos energéticos debidos a la necesidad de
mantener constante la temperatura de su cuerpo condicionan notablemente las
repercusiones que tienen las interacciones de estos animales sobre el entorno.
En general los depredadores suponen un gran impacto sobre las poblaciones
de sus presas, que en alto número son otras especies mamíferas, mientras que
precisamente estas pueden suponer en algunos casos la base de
la alimentación de muchas otras.
Hay especies que con individuos escasos dan lugar a interacciones ecológicas
de gran magnitud como ocurre con los castores y las corrientes de agua que
detienen, mientras que otras, lo que supone una intensa presión es el número
de ejemplares que llegan a reunirse como es el caso de las grandes manadas
de herbívoros de las praderas o sabanas.
Un capítulo aparte supone la interacción ejercida por los humanos sobre todos
y cada uno de los ecosistemas, habitados o no por él.
Distribución geográfica[editar]
Artículo principal: Distribución geográfica de los mamíferos
Los mamíferos son los únicos animales capaces de distribuirse por,
prácticamente, la totalidad de la superficie del planeta, con excepción de las
tierras heladas de la Antártida, aunque algunas especies de foca habiten en
sus costas. En el extremo opuesto, el área de distribución de la foca híspida
(Pusa hispida) alcanza las proximidades del Polo Norte.
Otra excepción la constituyen las islas remotas, alejadas de las costas
continentales, en las que solo se dan casos de especies introducidas por el
hombre, con el consabido desastre ecológico que ello supone.
En tierra, se hallan desde nivel del mar hasta los 6500 metros de altitud,
poblando todos los biomas existentes. Y lo hacen no solo sobre la superficie,
sino también bajo ella, e incluso por encima, tanto entre las ramas de los
árboles como habiendo sufrido modificaciones anatómicas que les permiten el
vuelo activo como es el caso de los murciélagos, o pasivo como es el de
colugos, petauros y ardillas voladoras.
También el medio acuático ha sido conquistado por estos animales. Hay
constancia de que a lo largo y ancho del planeta, los mamíferos pueblan sus
ríos, lagos, humedales, zonas costeras, mares y océanos alcanzando
profundidades superiores a los 1000 metros. De hecho, cetáceos y carnívoros
marinos son dos de los grupos de mamíferos más ampliamente distribuidos por
el planeta.
Como grupos taxonómicos, roedores y murciélagos, además de ser los más
numerosos en especies, son los que han llegado a poblar las mayores
superficies, pues salvo en la Antártida, pueden encontrarse en todo el planeta,
incluidas islas no tan cercanas a la costa, imposibles de colonizar por otras
especies terrestres.
En el extremo opuesto, los órdenes con pocas especies, son los de menor área
de distribución global, con especial mención a dos de los tres órdenes de
marsupiales americanos que se circunscriben a un área relativamente limitada
del subcontinente meridional, especialmente el monito del monte (Dromiciops
australis), único representante del orden Microbiotheria.
Los sirenios, aunque con áreas limitadas para cada una de las pocas especies
con ejemplares vivos, pueden encontrarse
en Asia, África, Centro y Sudamérica y Oceanía. Algunos órdenes son
exclusivos de continentes determinados, habiendo evolucionado aislados del
resto de los mamíferos, como ocurre con los cingulados en Sudamérica, con
los tubulidentados en África o los dasyuroformes en Oceanía, por citar algunos
ejemplos.
Si exceptuamos al hombre (Homo sapiens), y a los animales asociados a él
tanto domésticos como salvajes, de entre las demás especies, quizá sean el
lobo gris (Canis lupus) o el zorro rojo (Vulpes vulpes), las más ampliamente
distribuidas, pues sus ejemplares se encuentran por la mayor parte del
hemisferio norte. También el leopardo (Panthera pardus), que lo hace desde
África hasta India o el puma (Puma concolor), desde Canadá hasta
la Patagonia austral, son dos especies con áreas de distribución muy extensas.
Otros carnívoros como el león (Panthera leo), el tigre (Panthera tigris) o el oso
pardo (Ursus arctos) se han extendido por gran parte de la tierra hasta tiempos
relativamente recientes, aunque sus áreas de distribución hayan ido
disminuyendo paulatinamente hasta fraccionarse y acabar desapareciendo de
la mayor parte de ellas en la actualidad.
En contraposición, un número mucho mayor de ellas ocupan áreas limitadas y
no todas porque las hayan visto reducidas por alguna causa, sino porque a lo
largo de su evolución no han podido o no han necesitado extenderlas más allá
de las actuales.
Pero no solo especies determinadas han sido las que han desaparecido de
regiones más o menos amplias del planeta, sino que algunos grupos enteros
de mamíferos que en otros tiempos poblaron determinados continentes, no han
logrado sobrevivir hasta los tiempos actuales. Los équidos por ejemplo, que
poblaban en estado salvaje en casi todo el planeta, hoy solo existen en libertad
en Asia y África, habiendo sido reintroducidos por el hombre en estado
doméstico en el resto del planeta.
Y en otros casos la introducción fortuita o voluntaria de ciertas especies en
regiones en las que no existían, ha puesto en peligro e incluso ha provocado la
desaparición de las especies nativas.
Número de especies por países[editar]
Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en
una publicación acreditada.
Busca fuentes: «Mammalia» – noticias · libros · académico · imágenes

Este aviso fue puesto el 26 de septiembre de 2011.

En este apartado no figuran todas las especies de mamíferos de cada país.7

 África: República Democrática del Congo (430 especies), Kenia (376


especies), Camerún (335 especies), Tanzania (359 especies).
 América del Norte: México (564 especies),8 Estados Unidos (440
especies), Canadá (193 especies).
 América Central: Guatemala (250 especies), Panamá (218
especies), Costa Rica (232 especies), Nicaragua (218
especies), Belice (125 especies), El Salvador (135
especies), Honduras (173 especies).
 América del Sur: Brasil (648 especies), Perú (508
especies), Colombia (442 especies), Venezuela (390
especies),9 Argentina (374 especies), Ecuador (372
especies), Bolivia (363 especies).
 Asia: Indonesia (670 especies), China (551 especies), India (412
especies), Malasia (336 especies), Tailandia (311
especies), Birmania (294 especies), Vietnam (287 especies).
 Europa: Rusia (301 especies), Turquía (116 especies), Ucrania (108
especies).
 Oceanía: Australia (349 especies), Papúa Nueva Guinea (222
especies).
Comportamiento social[editar]
También las altas necesidades energéticas de estos animales condicionan
su comportamiento que, si bien varía sustancialmente de unas especies a
otras, siempre tiene como meta el ahorro de energía para mantener
la temperatura corporal.
Mientras que los mamíferos que habitan las regiones frías del planeta tienen
que evitar la pérdida de calor corporal, los que habitan climas secos y calientes
dirigen sus esfuerzos a evitar el sobrecalentamiento y la deshidratación. El
comportamiento de todos por tanto va encaminado a mantener el equilibrio
fisiológico, a pesar de las condiciones ambientales.
Los mamíferos, en general, exhiben todo tipo de formas de vida: hay especies
de hábitos arborícolas y otras terrestres, existen mamíferos exclusivamente
acuáticos y otros anfibios, e incluso aquellos que pasan su vida bajo el suelo
excavando galerías en la arena. Los estilos de locomoción también son
diversos por tanto: unos nadan, otros vuelan, corren, saltan, trepan, reptan o
planean.
También el comportamiento social es muy diferente entre las especies: los hay
solitarios, otros viven en pareja, en pequeños grupos familiares, en colonias
medianas e incluso en grandes manadas de millares de individuos.
Por otra parte, muestran su actividad en distintos momentos del
día: diurnos, nocturnos, crepusculares, vespertinos e incluso aquellos como el
yapok (Chironectes minimus) que parecen no mostrar ritmo circadiano.
Origen y evolución[editar]
Artículo principal: Evolución de los mamíferos
Dimetrodon, un pelicosaurio del Pérmico Inferior.

Moschops, un dinocéfalo del Pérmico Superior.

Pristerognathus, un terápsido del Triásico.


Los mamíferos actuales descienden de los sinápsidos primitivos, grupo
de tetrápodos amniotas que comenzó a florecer a principios del Pérmico, hace
unos 280 millones de años, y continuaron dominando sobre los «reptiles»
terrestres hasta hace unos 245 millones de años (principios del Triásico),
cuando empezaron a despuntar los primeros dinosaurios. Debido a su
superioridad competitiva, estos últimos hicieron desaparecer a la mayoría de
los sinápsidos. No obstante, algunos sobrevivieron y sus descendientes,
los mammaliaformes, se convirtieron posteriormente en los primeros mamíferos
verdaderos hacia finales del Triásico, hace unos 220 millones de años.
Los mamíferos más antiguos que se conocen son, por un lado
los multituberculados y por otro los australosfénidos, grupos que datan
del Jurásico Medio.10
No obstante, debe tenerse en cuenta que la organización mamaliana, después
de un éxito inicial durante el Pérmico y el Triásico, fue suplantada casi por
completo, en el Jurásico y el Cretácico (durante unos 100 millones de años),
por los
reptiles diápsidos (dinosaurios, pterosaurios, cocodrilos, plesiosaurios, ictiosaur
ios, mosasaurios y pliosaurios), y no fue hasta el choque del meteorito que
causó la extinción masiva del Cretácico-Terciario cuando los mamíferos se
diversificaron y alcanzaron su papel dominante.11
Aprovechar los recursos sin tener que competir con animales de mayor
envergadura suponía adaptarse a regiones inhóspitas de clima normalmente
frío, a los hábitos nocturnos, también con bajas temperaturas y además escasa
iluminación.
A lo largo de la historia evolutiva de los mamíferos acontecen una serie de
hechos que van a determinar la adquisición de los rasgos que caracteriza a la
clase. La capacidad homeotérmica, es decir, de regular su temperatura
corporal, es sin duda alguna la característica que permite a los mamíferos un
mundo libre de competencia y rico en recursos altamente nutritivos. Fue
gracias a ella que pudieron conquistar territorios fríos y sobre todo, desarrollar
una actividad nocturna.
El crecimiento de pelo protegiéndoles el cuerpo de la pérdida de calor y el
desarrollo de una visión apta para bajos índices de luminosidad fueron las otras
dos circunstancias que colaboraron en la conquista de estos nichos
ecológicos hasta el momento libres de animales superiores. Las adaptaciones
del esqueleto fueron el primer paso para conseguir mayor efectividad
energética basada en el incremento del aprovechamiento de los recursos y en
la disminución del gasto.
El cráneo va haciéndose más efectivo, pierde masa, mantiene resistencia y
simplifica estructuras a la vez que permite el desarrollo y
efectividad muscular además del incremento cerebral (cerebro) y mayor
inteligencia. Las modificaciones del cráneo llevan además consigo la formación
de un paladar secundario, la formación de la cadena ósea del oído medio y la
especialización de las piezas dentales. La mandíbula se constituye a partir de
un único hueso (el dentario) y esta es la principal característica para determinar
si el fósil de un animal pertenece a la clase de los mamíferos, debido a la usual
pérdida de tejidos blandos durante la fosilización.
Las extremidades dejan paulatinamente de articularse a ambos lados
del tronco para hacerlo por debajo. De este modo, a la vez que aumenta la
movilidad del animal, disminuye el gasto energético al hacer menores los
requerimientos para el desplazamiento y el mantenimiento del cuerpo erguido.
Por su parte, la gestación interna de las crías y el proporcionarles a estas los
alimentos para la primera edad sin tener que buscarlos (leche), permitió mayor
libertad de movimiento a las madres y con ello un avance en su capacidad de
supervivencia tanto individual como de la especie.
En todos estos cambios evolutivos se vieron involucradas todas y cada una de
las estructuras orgánicas, así como los procesos fisiológicos. La maquinaria
biológica especializándose requería mayor efectividad de los
procesos respiratorios y digestivos, provocando el perfeccionamiento de los
aparatos circulatorio y respiratorio con relación a la efectividad fisiológica, y el
del digestivo para conseguir un mayor aprovechamiento nutritivo de los
alimentos fueron otros de los logros conseguidos por estos animales durante su
evolución.
El sistema nervioso central fue adquiriendo un tamaño y
estructura histológica que no se conoce en otros animales, y la deficiencia de
iluminación a que se enfrentaban las especies nocturnas se vio compensada
con el desarrollo de los otros órganos sensoriales, en especial del oído y
el olfato. Todos estos fenómenos evolutivos tardaron varios cientos de millones
de años, tras los cuales los mamíferos hemos llegado a dominar la vida
sobre la Tierra.
Cladogramas resumidos[editar]
Filogenia entre grupos existentes[editar]
Los estudios genéticos revelan las siguientes relaciones filogenéticas para los
mamíferos con respecto a otros tetrápodos vivos (incluido las secuencias
proteicas obtenidas de Tyrannosaurus rex y Brachylophosaurus canadensis).
Los mamíferos constituyen el grupo de amniotas basales, ya que se separaron
de los reptiles y las aves a mediados del Carbonífero.12131415
Tetrap
oda
Amphibia
Amniota

Mammalia
Sauropsida Lepidosauria
Sphenodontia

Squamata
Archelosauria

Testudines
Archosauria

Crocodilia
Dinosauria

Aves

Tyrannosauroidea (

Ornithischia (Brachylophosaurus

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