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Ventajas y desventajas del sistema electoral argentino antes y después de la reforma electoral de
1912
En el mundo occidental, hacia fines del siglo XIX, el voto secreto y universal se estaba convirtiendo en la
norma. En Argentina, hacia 1900, nuevos partidos políticos, como la Unión Cívica Radical y el Partido
Socialista, estaban atrayendo a sectores sociales que no estaban debidamente representados en el
gobierno.
En 1902, el ministro del Interior Joaquín V. González propuso una reforma electoral que establecía un
sistema uninominal. Este sistema permitía que las minorías estuvieran representadas, pero no era secreto.
La reforma fue aprobada por el Congreso, pero duró poco. En 1905, el presidente Manuel Quintana volvió
al sistema de lista completa, en el que los votantes elegían a todos los candidatos de un distrito. Dos
meses después, se introdujo el voto escrito, pero no secreto. Esto fue un retroceso en términos de
democracia. Este sistema dejaba abierta la posibilidad de fraude y manipulación, lo que limitaba la
participación política de los ciudadanos.
En 1910, Roque Sáenz Peña asumió el poder con la promesa de reformar el sistema electoral. El
presidente y la clase dirigente buscaban incorporar al radicalismo y al socialismo, considerados partidos
minoritarios, al sistema político para debilitar su oposición y así reducir la posibilidad de acciones violentas
y aumentar la legitimidad del régimen conservador. Sin embargo, el radicalismo liderado por Yrigoyen
había abogado por la abstención y la revolución, y los sindicatos estaban atrayendo nuevos miembros y
aumentando su protesta. Además, la participación en las elecciones era limitada debido a varios factores,
incluyendo la presencia de inmigrantes que no estaban habilitados legalmente para votar y que no querían
nacionalizarse.
En 1911, Sáenz Peña presentó un proyecto de ley que establecía el sufragio universal, secreto y
obligatorio para todos los hombres mayores de 18 años. La ley fue aprobada por el Congreso y
sancionada el 13 de febrero de 1912, instaurando el sufragio universal, secreto y obligatorio.
Fue un hito importante en la historia argentina que permitió que todos los ciudadanos, independientemente
de su condición social o económica, pudieran participar en las elecciones.
Los primeros resultados de la nueva ley, aunque no fueron un fracaso, mostraron problemas. En las
elecciones de 1912, los partidos conservadores ganaron en algunas provincias, pero los radicales
triunfaron en Santa Fe y la Capital, y los socialistas obtuvieron la segunda posición en esta última. Esto
anticipaba lo que sucedería algunos años después: la elección de Hipólito Yrigoyen como presidente de
Argentina.
El peronismo en Argentina
Las influencias políticas de Perón fueron diversas, pero se pueden sintetizar en tres categorías principales:
el nacionalismo, el populismo y el socialismo. El peronismo se caracterizó en sus inicios por su énfasis en
la justicia social, la participación de los trabajadores en la vida política y la defensa de los intereses
nacionales. Juan Domingo Perón, desde su cargo de Secretario de Trabajo y Previsión, comenzó a
defender el derecho de los obreros a vivir una vida digna y a integrarse al consumo. Para ello, propuso una
alianza de clases entre los dueños de las fábricas y los obreros, con el rol del Estado como árbitro
imparcial.
Logró la promulgación de leyes que fueron muy populares entre los trabajadores, que se convirtieron en su
principal base de apoyo. Sin embargo, los sectores conservadores y la oposición, apoyados por la
Sociedad Rural, la Unión Industrial y el embajador de Estados Unidos, Spruille Braden, se opusieron a las
políticas de Perón.
Podríamos enumerar así muchos mas aciertos del peronismo durante su primer periodo, aunque no sin
desaciertos, pero es claro que el Estado peronista fue un Estado benefactor, es decir, un Estado que
intervenía en la economía y en la sociedad para garantizar el bienestar de los ciudadanos, centrado en la
integración de los sectores populares al consumo y a ciertos niveles de bienestar, con el objetivo de bajar
la conflictividad social.
El modelo social, político y económico en el que se basó el peronismo tuvo un arraigo lo suficientemente
fuerte en la sociedad argentina como para sobrevivir hasta la actualidad, con diferentes nombres pero
siempre alineados a los valores que promulga el peronismo.
Si bien el peronismo tiene una masa de seguidores, también tiene en igual medida opositores. El modelo
socialista al que apuntó en sus inicios, tenía una mirada idealizada respecto al asistencialismo, a la
equidad de derechos; porque, considerando que la Argentina era (y sigue siendo) un país donde la
corrupción y el clientelismo eran moneda corriente; el modelo no podía prosperar.
Los desmanejos que se hicieron a lo largo de las décadas en nombre del peronismo (justicialismo,
menemismo, kirchnerismo) no hizo mas que provocar una marcada línea opositora del modelo.
Impactos en la economía, a corto plazo:
● Redistribución de la riqueza: Durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón (1946-1955), se
implementaron políticas de redistribución de la riqueza que beneficiaron a los trabajadores y las
clases menos privilegiadas. Estas políticas incluyeron aumentos salariales y la implementación de
beneficios sociales.
● Industrialización: Se fomentó la industrialización de la Argentina, lo que contribuyó al crecimiento
económico a corto plazo. Se promovió la inversión en la industria pesada y se establecieron
empresas estatales en sectores clave.
● Nacionalización de empresas: Durante el primer gobierno de Perón, se nacionalizaron algunas
empresas extranjeras, lo que tuvo un impacto inmediato en la economía.
Bibliografía:
- Cortés Conde, R. (2003) La Economía Política del Peronismo (1946-1955). Universidad de San
Andrés. Academia Nacional de la Historia.
- La Nación (2005) Félix Luna: yo fui testigo. Buenos Aires.
https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/felix-luna-yo-fui-testigo-nid731344/
- Felipe Pigna ... [et.al.] (2013) Argentina, más de doscientos años de historia. 1a ed. - Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.
- Rapoport, M. (2000) Historia Económica, Política y Social de la Argentina (1880 - 2000). 1ra
reimpresión. Ediciones Macchi. Córdoba.